«« | »» |
Escudo antimisil norteamericano en Europa |
Polonia apoyó incondicionalmente a Georgia y sin más dilación dio el "Sí" a la instalación de misiles estadounidenses en su territorio. De manera que ya es realidad la creación del tercer circuito de defensa antimisil en Europa, un hecho que requiere reflexión y acciones.
Moscú ha pedido en más de una ocasión a Washington esclarecer la situación del escudo antimisil norteamericano. Pero en vano. "Las medidas encaminadas a incrementar la transparencia y la confianza, de las que tanto ha hablado la Casa Blanca, no llegan a materializarse", comentó el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov.
También existen discrepancias entre Rusia y la OTAN respecto a la forma en que la Alianza quiera operar en Europa. O sea, se desconoce si Rusia tendrá una participación o será exclusivamente un segmento del sistema de defensa antimisiles de EEUU (NMD).
En la República Checa, a su vez, Washington proyecta construir un radar de alerta antimisil. A cambio, las autoridades checas esperan recibir determinados favores, como la participación en el desarrollo de la tecnología militar, acceso a los datos del radar, etc.
Uno de los peligros que conlleva el despliegue de misiles interceptores en Europa del Este consiste en que la defensa antimisil rusa no podrá distinguirlos de misiles balísticos cuando sean lanzados desde el territorio de Polonia. Claro que la respuesta de Rusia no tardará. Y no sólo se verá afectado el territorio polaco...
Washington no quiere contentarse sólo con Polonia y la República Checa. Expertos opinan que después que EEUU perfeccione su tecnología de creación de bases misilísticas -en este caso, en Polonia- procederá a crear cada año un nuevo circuito de defensa antimisil en Europa. O sea, dentro de poco Rusia tendrá cerca de sus fronteras no uno, sino decenas de esos circuitos repartidos uniformemente por todo el territorio europeo.
EEUU se ha propuesto instalar elementos de su sistema antimisil precisamente en Europa del Este, y no en Asia, en Alaska, en Japón o en Australia.
Claro que Rusia teme verse arrastrada a una nueva carrera de armamentos. Por otro lado, es inadmisible quedarse de brazos cruzados ante nuevas amenazas. Una de las respuestas al despliegue del escudo antimisil norteamericano en Europa podría ser la instalación de ojivas hipersónicas maniobrables en los misiles rusos "Topol-M". Además, sería importante incluir cuanto antes en el arsenal del Ejército ruso nuevos sistemas de misiles con cabezas de reentrada múltiple.
También se podría reanudar el programa de producción de misiles globales, que en caso de peligro pudieran ser colocados en órbita y de allí atacar el territorio enemigo eludiendo las zonas de emplazamiento de su defensa antimisil.
En resumen, las amenazas a la existencia de Rusia no son míticas ni mucho menos. El hecho de que se esté tolerando a Rusia y se tenga en cuenta su opinión se debe a su armamento nuclear. Vale notar que resulta imposible defenderse al cien por cien de un ataque con misiles nucleares. Únicamente se puede aminorar las consecuencias. De manera que el concepto de defensa de Rusia debe prever la posibilidad de asestar contragolpes que causen daños inaceptables en el atacante.

Etiquetas: conocimiento, memoria, mentiras, multitud, politica.
Un alto responsable militar en Moscú explicó que la dotación insuficiente que esta flota ha sufrido desde la desmantelación de la Unión Soviética "va a cambiar ahora".
"En vistas de la determinación de América de instalar un escudo de defensa de misiles en Europa, el Ejército está revisando todos sus planes para dar a Washington una respuesta adecuada", señaló.
Los planes rusos han sido condenados por el embajador estadounidense ante la OTAN, Kurt Volker, quien afirmó que ya conocía esta "amenaza".
"Es realmente desafortunado que Rusia elija reaccionar colocando cabezas nucleares en varias zonas cuando el resto del mundo no mira hacia ese tipo de conflicto de superpoderes pasado de moda", consideró.
Esta medida que podría adoptar Moscú se conoce 24 horas después de que Rusia dijera a Polonia que podría enfrentarse a un ataque nuclear por aceptar la instalación del sistema de misiles defensivo de Estados Unidos en su territorio.
En tanto, el embajador de Estados Unidos ante la OTAN, Kurt Volker, indicó que el futuro del diálogo entre la alianza y Rusia y los foros de cooperación creados tras la Guerra Fría podría revisarse tras la intervención de Moscú en Georgia.
Aunque reconoció que aún no se ha decidido ninguna respuesta concreta, sí dijo que se abordará la cuestión en las reuniones regulares de ministros de Exteriores y Defensa de la alianza y en los encuentros de embajadores de la OTAN con su contraparte rusa.
Volker indicó que Estados Unidos no busca una confrontación ni el cierre de espacios para el diálogo. "No queremos una dinámica negativa para las relaciones con Rusia, queremos que sea positiva, pero para que eso ocurra Rusia debe retirarse de Georgia, respetar la soberanía y la territorial de Georgia y jugar según las normas del siglo XXI", agregó.
Volker también se refirió al malestar de Rusia por el acuerdo alcanzado entre Estados Unidos y Polonia para que este país albergue misiles de intercepción del escudo antimisiles estadounidense e insistió en que no tiene como objetivo a Rusia. "Nadie está amenazando a Rusia, así que Rusia no debería amenazar a otros", opinó.
Para el Kremlin y su Estado Mayor la cuestión estaría clara: Después de la derrota de Georgia (un Estado títere de Washington), la región no puede volver a su status anterior de presión militar de la OTAN y hegemonía encubierta de EEUU.
Con el reforzamiento del cerco militar sobre Georgia, Rusia controla de hecho el estratégico oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan (BTC), una llave de acceso del petróleo del Caspio hacia Europa, que Moscú ya estaría barajando como herramienta para negociar un "nuevo orden regional" que lo tenga como protagonista central.
Según agencias rusas y "occidentales" el presidente ruso, Dmitri Medvedev, le comunicó este domingo a su homólogo francés, Nicolás Sarkozy, en conversación telefónica, que el lunes comenzará la "retirada" de las tropas rusas desplegadas en Georgia, aunque no precisó la modalidad ni el calendario del retiro total.
Según la interpretación de algunos analistas rusos, pese a que se realizará un retiro gradual y formal de las tropas, los enclaves estratégicos de control militar de la región no se desmontarán aunque el Kremlin haya firmado "oficialmente" el acuerdo del cese al fuego al que el canciller francés definió como un "pedazo de papel".
De acuerdo con esas interpretaciones, las claves de ese dispositivo de control militar estratégico cuenta con tres emplazamientos : Osetia del Norte y la frontera rusa por el norte, Osetia del Sur, como centro de proyección a Tiflis, y la Flota del Mar Negro, como plataforma de monitoreo del movimiento aéreo y portuario de Georgia.
En ese escenario, la estrategia de Moscú estaría orientada a "ganar tiempo" con retiros parciales y lentos de tropas para cubrir las reglas "diplomáticas", manteniendo y fortificando el dispositivo militar de "cerco" sobre Georgia y el resto de la región.
Pero la estrategia rusa ya generó una reacción en EEUU y la Unión Europea, que por ahora se muestran impotentes y sin medidas claras para neutralizar la operación de Moscú.
Tanto Washington como su Estado títere de Georgia, calificaron de "ambigua y confusa" la promesa de retiro reiterando sus advertencias de que las tropas rusas de combate deben abandonar de inmediato y sin más preámbulos el territorio georgiano y las provincias separatistas de Osetia del Sur y de Abjasia, o Moscú deberá enfrentar un aislamiento internacional.
Un comunicado del Estado Mayor militar ruso precisó aún más los alcances de la decisión rusa.
En el comunicado, la plana mayor militar del Kremlin precisó que la retirada de las tropas rusas de Georgia será "gradual" e insistió en la necesidad de que éstas continúen cumpliendo con su "misión de paz" en la zona de conflicto.
El general Anatoli Nogovitsin, subjefe del Estado Mayor del Ejército ruso, añadió que las tropas rusas también se ocupan de liquidar las secuelas de la catástrofe humana provocada por la guerra. "En estos momentos, las tropas rusas mantienen el control sobre tres ciudades georgianas (Gori, Senaki y Zugdidi), además de mantener el cerco sobre el puerto de Poti, en el Mar Negro, con la Flota Rusa monitoreando todos los movimientos", precisó.
"La principal tarea de las tropas rusas de paz y de las unidades del 58 Ejército en la zona de conflicto es estar en permanente alerta para cumplir con sus misiones de pacificación", aseguró en una rueda de prensa el general Anatoli Nogovitsin.
Hay que puntualizar que -según medios y analistas rusos- Moscú sostiene que la fracasada invasión de Georgia del Sur tenía como objetivo una intervención de la ONU y el despliegue de "fuerzas de paz" que marginaría a las fuerzas rusas de la función que cumplían en la región en el marco del la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que aglutina a las ex repúblicas soviéticas.
El fracaso de la invasión de Georgia a Osetia del Norte, y el posterior contraataque y despliegue de sus tropas, le permitió a Moscú la posibilidad de reposicionarse militarmente sobre Georgia y sobre el grifo petrolero del oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan (BTC), desnudando el corazón estratégico del conflicto que no es otro que el control del flujo petrolero del Caspio hacia Europa.
A partir del control militar de Georgia y del Cáucaso, Moscú se posiciona claramente en tres escenarios: El control del estratégico oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan (BTC), una negociación por separado con Alemania y Francia que produce una fisura en las relaciones USA-UE con el petróleo del Caspio como protagonista, y el envío de una clara advertencia (especialmente para Ucrania, Polonia y Rep. Checa) de que Moscú puede extender la lección de Georgia a otros enclaves pro-EEUU del espacio postsoviético.
A su vez, el afianzamiento militar del control territorial y sobre el estratégico BTC le permite a Moscú presionar sobre la UE para la no aceptación de Georgia en la OTAN. Si Georgia ingresara a la OTAN se completaría el círculo de aislamiento de la Flota Rusa del Mar Negro.
En los últimos años, países post-soviéticos que tienen costas en el Mar Negro se integraron a la Alianza: en 2004 (además de Turquía) Rumania y Bulgaria se agregaron a la OTAN y estos dos últimos desde principios de 2007, además, se integraron a la Unión Europea. La estrategia de Washington buscaba (y busca) claramente el aislamiento de Rusia y su flota en la región.
El dominio ruso del Mar Negro, además, tiene una clara incidencia geopolítica-militar sobre Irán y Turquía (una llave militar de EEUU) y juega un papel estratégico en el desarrollo del conflicto de Medio Oriente.
En las últimas horas la prensa rusa difundió versiones según las cuales Moscú podría amenazar con la interrupción del estratégico oleoducto que trasporta petróleo a Europa desde el Caspio y cuyas redes de tendido pasan a través de Georgia.
En su nueva guerra fría por áreas de influencia con Moscú, EEUU construyó el BTC, un oleoducto que parte del Azerbaidjan y concluye en el Mediterráneo, en Turquía, para evitar el territorio de Rusia (e Irán), con el propósito claro de monopolizar la explotación y el transporte del petróleo y el gas asiáticos.
Es la única tubería que lleva al continente europeo el crudo del Caspio sin pasar por Rusia e Irán, que hasta su construcción ostentaba el monopolio de los suministros de hidrocarburos procedentes de Asia Central.
El oleoducto BTC, que empezó a funcionar en el 2006, se extiende a través de Chechenia y las provincias separatistas de Abjazia y Osetia del Sur en Georgia.
Debido a su importancia geopolítica-militar y económica en la competencia por áreas de influencia con Rusia, EEUU proporcionó a Georgia multimillonarias cifras en ayuda económica, dotándola de armamento y equipamiento estadounidense de última generación en el espacio post-soviético.
El BTC ha costado unos 3.600 millones de dólares (unos 2.370 millones de euros), que aportaron varias petroleras internacionales, entre las que se destacan British Petroleum y las norteamericanas Chevron y Conoco-Philips.
De ser destruido o interrumpido el vital oleoducto, el monopolio de los suministros de petróleo volvería a la ruta rusa, a través de Bielorrusia y Ucrania. Puesto en funcionamiento en 2006, el BTC permite a Europa obtener diariamente 1,2 millones de barriles de crudo.
Esta es la principal carta en la manga de Moscú para forzar a la Unión Europea (la principal perjudicada en caso de interrupción del flujo petrolero) a negociar un acuerdo al margen de Washington y de sus petroleras.
Rusia, por medio de la anterior administración de Putin, inició una estrategia de apuntalamiento de sus relaciones con Europa a partir de su desarrollo con el petróleo y la energía.
De la mano del gigante petrolero estatal ruso, Gazpron, Putin avanzó en acuerdos sectoriales con Alemania, Austria, Italia y Francia.
Gazprom ya distribuye el gas en Italia, con Alemania mantiene un contrato de provisión de gas por el Báltico, y en Rusia le ha otorgado contratos a la Total francesa, rompiendo la hegemonía de las petroleras anglo-norteamericanas.
El nuevo mapa de dominio regional del Cáucaso, y su virtual control militar de Georgia, posiciona a Moscú para avanzar hacia la consolidación de nuevos acuerdos energéticos con Europa produciendo una fisura en la alianza EEUU-UE con -todavía impensables-influencias en el mapa del poder regional.
Manuel Freytas
"Ahora mismo estamos considerando la retirada, pero la decisión se tomará cuando se estabilice la situación en la región", indicó un portavoz del Ministerio, citado por la agencia Interfax.
De acuerdo con la interpretación de medios y analistas rusos, pese un retiro gradual y formal de las tropas los enclaves estratégicos de control militar de la región no se desmontarán pese que el Kremlin ha firmado "oficialmente" el acuerdo del cese al fuego al que el canciller francés definió como un "pedazo de papel".
En ese escenario, la estrategia de Moscú estaría orientada a "ganar tiempo" con retiros parciales y lentos de tropas para cubrir las reglas "diplomáticas", manteniendo y fortificando el dispositivo militar de "cerco" sobre Georgia y el resto de la región.
Al respecto, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, aseguró el sábado tras reunirse con Medvédev que las tropas de su país sólo abandonarán territorio georgiano "a medida que vayan cumpliendo" esas medidas, en lo que invertirán el tiempo que "sea necesario".
"No depende sólo de nosotros, ya que nos estamos encontrando con toda clase de problemas creados por la parte georgiana. Todo depende de lo rápido que se solventen esos problemas", subrayó el ministro, citado por la agencia Interfax.
Según agencias rusas y "occidentales", el presidente ruso, Dimitri Medvedev, le comunicó este domingo su homólogo francés, Nicolás Sarkozy, en conversación telefónica, que el lunes comenzará la "retirada" a de las tropas rusas desplegadas en Georgia, aunque no precisó la modalidad ni el calendario del retiro total.
Según el gobierno de Georgia, pese ese al acuerdo de alto el fuego, tanques y soldados rusos seguían presentes aún en Georgia, fuera de la provincia separatista pro rusa de Osetia del Sur e incluso "fortalecían" sus pociones el domingo, cerca de Tiflis.
Con el correr de las horas se van confirmando las hipótesis de que Rusia ha decidido mantener sus posiciones territoriales conseguidas en Georgia y que ha reforzado el cerco de su dispositivo militar por aire, mar y tierra, en prevención -como sostienen analistas rusos- de alguna operación del Pentágono orientada a instalar tropas y armamento especial en territorio georgiano.
El Ejército ruso insiste en que aún no ha concluido la operación de neutralización de los arsenales y los equipos militares abandonados por las tropas georgianas.
Las tropas rusas mantienen el control sobre tres ciudades de este país (Gori, Senaki y Zugdidi), según informó hoy el Ministerio de Exteriores de Georgia. Mientras, las derrotadas tropas georgianas están concentradas en los alrededores de la capital.
El Kremlim teme en especial -según algunos medios rusos- alguna operación de Washington orientada a crear un conflicto internacional con la instalación consentida por el gobierno de Georgia de unidades especiales que desafíen la hegemonía de las fuerzas rusas.
A esta situación se agrega la tensión emergente de la firma de un acuerdo para la instalación de un escudo nuclear de EEUU en Polonia que Rusia considera como una directa amenaza a sus fronteras.
La prensa de Moscú comenzó a difundir desde el viernes versiones de "fuentes oficiales" asegurando que el estado mayor del Kremlin se reserva como carta en la manga una advertencia de interrupción del estratégico oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan (BTC), que pasa través de Georgia y se extiende desde las riberas del Caspio en Azerbaiyán hasta la costa meridional de Turquía en el Mediterráneo.
Es la única tubería que lleva al continente europeo el crudo del Caspio sin pasar por Rusia e Irán, que hasta su construcción ostentaba el monopolio de los suministros de hidrocarburos procedentes de Asia Central.
El BTC ha costado unos 3.600 millones de dólares (unos 2.370 millones de euros), que aportaron varias petroleras internacionales, entre las que se destacan British Petroleum y las norteamericanas Chevron y Conoco-Philips.
De ser destruido o interrumpido el vital oleoducto, el monopolio de los suministros de petróleo volvería a la ruta rusa, a través de Bielorrusia y Ucrania. Puesto en funcionamiento en 2006, el BTC permite a Europa obtener diariamente 1,2 millones de barriles de crudo.
"Los suministros de energía en Europa podrían interrumpirse si un oleoducto clave que pasa a través de Georgia es destruido o queda bajo el control de Rusia", advirtió este sábado el candidato republicano John McCain.
Expertos europeos venían advirtiendo que los bombardeos rusos en Georgia y los combates en la República separatista de Osetia del Sur podían dañar o destruir el estratégico oleoducto Bakú-Tbilisi-Ceyhan (BTC), que se extiende desde las riberas del Caspio en Azerbaiyán hasta la costa meridional de Turquía en el Mediterráneo.
La presión militar rusa sobre el Cáucaso, su virtual ocupación de Georgia, recreó el temor en Washington y la Unión Europea de que finalmente Moscú decida extorsionar con alguna acción sobre el oleoducto para desnivelar las negociaciones a su favor.
Con un dejo de impotencia, y sin tener ninguna acción clara para neutralizar la jugada de Moscú, la Casa Blanca y sus socios sionistas europeos aumentaron los decibeles de sus "advertencias".
La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, insistió el viernes, durante una visita a Tiflis, en que las fuerzas rusas deben abandonar "inmediatamente" Georgia, (conducida por un gobierno títere de Washington en el Cáucaso), tal como estipula el acuerdo.
Rice indicó que el presidente ruso, Dmitri Medvedev, "claramente no cumplió" su "promesa verbal" de suspender las operaciones militares en el país vecino.
El presidente estadounidense, George W. Bush, también urgió a Moscú a retirar sus tropas y dejar de lado las "amenazas e intimidación" a Georgia.
Según Shotá Utiashvili, portavoz del Ministerio del Interior de Georgia, las tropas rusas aún mantienen el control sobre las ciudades georgianas de Gori, cerca de la frontera con Osetia del Sur, Sennaki y Zugdidi, que se encuentran a unos pocos kilómetros de la separatista Abjasia, y el puerto de Poti.
El mando militar ruso, por su parte, reconoce que en todas esas ciudades ha destruido las principales instalaciones militares georgianas, lo que incluye varios buques de guerra en Poti, ante lo que nada ha podido hacer el Ejército georgiano, concentrado en la defensa de Tiflis.
"Los rusos continúan su agresión y ocupación. Quieren desatar el pánico. Rusia quiere un cambio de régimen. También quiere alejar a la OTAN de Georgia. Esta es una lección para todo el mundo, que uno no se puede fiar de los rusos", señaló a EFE David Darchiashvili, jefe del comité de Integración Europea del Parlamento georgiano.
En tanto, y con respecto a Osetia y Abjasia, el subjefe del Estado Mayor del Ejército ruso, Anatoli Nogovitsin, aseguró el sábado que las tropas de paz rusas "nunca" abandonarán las regiones separatistas georgianas.
"Si renunciáramos ahora a cumplir nuestras funciones, ¿quién garantizaría allí la seguridad?", señaló.
El general también denunció que grupos subversivos y francotiradores georgianos aún están "muy activos" en Osetia del Sur, algo que negó rotundamente a EFE el portavoz del Ministerio del Interior de Georgia, Utiashvili.
El líder conservador británico, David Cameron, aprovechó este sábado su visita a la capital de Georgia para lanzar a Rusia el "claro mensaje" de que mientras ostente el control de determinados territorios de la antigua república de la Unión Soviética, "que no debería ostentar, cualquier cosa que ocurra es bajo su responsabilidad". "Si cualquier atrocidad tiene lugar, tendrá que ser tenida en cuenta", afirmó.
Desde Tiflis, el dirigente 'tory' recordó que "sólo a unas pocas millas de aquí hay todavía tropas rusas sobre el terreno, haciendo aún daño" y, por ello, reiteró el "claro mensaje" al Kremlin acerca de que hay una "libre, independiente y soberana democracia cuyas fronteras y legitimidad debe ser respetada".
En consecuencia, advirtió a Rusia de que "lo que destruya" a raíz de la crisis, la comunidad internacional, "la Unión Europea y la OTAN ayudarán a restaurarlo".
Asimismo, aprovechó para reclamar a la OTAN que acelere los trámites para la incorporación de Georgia, uno de los motivos que precipitaron la reacción militar del Kremlin la pasada semana, aparte de proponer la expulsión de Rusia del G-8 y restricciones más severas para la concesión de visados de entrada de sus ciudadanos en el Reino Unido.
Asimismo, en un artículo difundido por el diario francés Le Figaro, el presidente Nicolas Sarkozy también pide con dureza una retirada "sin demora" de las fuerzas rusas de Georgia, al asegurar que "ese punto no es negociable".
"Si esta cláusula del acuerdo de alto el fuego no se aplica rápida y totalmente, me veré obligado a convocar un consejo europeo extraordinario para decidir las consecuencias a sacar", previno Sarkozy, presidente semestral de turno de la Unión Europea (UE).
Moscú advirtió en su momento que al instalar Polonia los cohetes interceptores en su territorio, este país se convierte en posible blanco de ataques futuros, incluso nucleares.
Los misiles en Polonia y un radar de localización lejana y pronto aviso que se instalará en la República Checa forman los elementos del escudo antimisil norteamericano, junto a otros desplegados en Estados Unidos, Groenlandia y Gran Bretaña.
Desde Moscú, donde realiza una visita de trabajo, el presidente sirio, Bashar al Assad, declaró la disposición de su nación a cooperar con Rusia para reforzar su seguridad.
El dirigente sirio mencionó la posibilidad de acoger en su territorio cohetes interceptores rusos del tipo Iskander.
No obstante, no existe ningún acuerdo concreto ni ha habido negociaciones al respecto, aclaró en declaraciones al diario ruso Kommersant.
Tales proyectos primero tienen que ser examinados por expertos militares, consideró Al Assad, quien se reúne este miércoles con el presidente ruso, Dmitri Medvedev.
«« | Inicio | »» |