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Blackwater contrata más salvadoreños |
Un grupo de veteranos de guerra y ex policías salvadoreños viajará a principios de septiembre a Irak y Afganistán contratado por una agencia de seguridad subsidiaria de la estadounidense Blackwater.
La empresa Central American Professional Services (CAPROS) recluta a 40 hombres que destacará en esos países a lo largo de seis meses.
Los salvadoreños seleccionados para ir a Afganistán recibirán un salario de US$1.500 mensuales, mientras que quienes vayan a Irak US$1.020, según reveló uno de los aspirantes cuya identidad se mantendrá en reserva.
En un semestre, los soldados ganarían el equivalente a nueve salarios mínimos en El Salvador, que en el sector servicios y comercio alcanza US$174, tras el último ajuste hecho por el gobierno.
CAPROS fue creada por el coronel retirado Juan Emilio Velasco y el ex empleado bancario Marcos Chávez Castillo y opera como gestora local de la estadounidense Greystone-Ltd, que a su vez abastece con personal militar a Blackwater.
Experimentados
Esta es la tercera vez que salvadoreños viajan a Medio Oriente bajo este concepto.
A inicios de 2005 la Compañía Integral de Agentes de Seguridad Privada (CIAP) sirvió como subcontratista de Triple Canopy, otra empresa estadounidense, que ofreció salarios entre US$2.200 y US$2.800 mensuales a los escogidos.
Pero desde noviembre de 2005 solamente CAPROS envía seguridad privada a Irak y ahora Afganistán tras someter a los interesados a exámenes físicos.
Uno de los aspirantes reveló a BBC Mundo que hizo pruebas de tiro en propiedades del ejército salvadoreño.
El periódico El Diario de Hoy denunció que CAPROS utiliza instalaciones militares para entrenamiento de sus aspirantes, pero las autoridades desmintieron esa información.
Sin responsabilidad
Los seleccionados firman un contrato sumamente restrictivo que carga casi toda la responsabilidad en el empleado y exime a la empresa por una eventual tragedia.
El documento, del que BBC Mundo tiene una copia, precisa que "la compañía actúa en calidad de subcontratista dentro de una relación contractual cuyo beneficiario final es el Departamento de Estado de EE.UU.", de acuerdo con la sección Subcontrato de Servicios.
Asimismo, en el punto 11, el texto describe que "el contratista entiende y reconoce que el lugar de prestación de servicios es de alto riesgo, volátil, hostil y un ambiente extremadamente peligroso y que las autoridades militares están continuamente llevando a cabo operaciones militares en la región".
Más adelante, el texto dice que el empleado libera de toda responsabilidad a la compañía por cualquier tipo de incidencia.
De doble filo
El salario de los salvadoreños está por debajo de la media que tienen veteranos de países como Chile y Colombia, que llegan a US$2.500 al mes, afirmaron unos veteranos que aceptaron hablar con BBC.
"No puedo decir que fui a vacacionar a Irak... a cada paso que das estás arriesgado a que te caiga un mortero. ¿Qué me quedó de mi experiencia? Solo el terror", afirmó uno de los entrevistados.
Para el asesor jurídico Marcelo Marquelli, de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD), los seleccionados "firman un contrato inexistente que viola el código de trabajo salvadoreño y todas las normas de la Organización Internacional del Trabajo" (OIT).
"Al final es la necesidad de la gente la que la lleva a firmar contratos mercenarios", valora Marquelli.
Bajo riesgo
Hace una semana partió el décimo primer contingente del Batallón Cuscatlán con 200 integrantes a Irak y el presidente Antonio Saca siempre ha tomado distancia respecto al papel de las agencias privadas.
"De esas personas no es responsable el gobierno de El Salvador porque viajan por su cuenta y riesgo", afirmó el mandatario.
Sin embargo, el diputado del Partido de Conciliación Nacional (PCN, centroderecha), Antonio Armendáriz, afirmó a BBC Mundo que "es obligación del Estado que estas compañías no se aprovechen de la necesidad de los salvadoreños".
En tanto, el vocero del partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Sigfrido Reyes, señaló que "en nuestro país se ha perdido el respeto por la soberanía y al final se alienta y encubre este tipo de empresas".
El Salvador es el único país latinoamericano oficialmente con tropas en Irak y, a lo largo de cinco años, ha sufrido cinco bajas mortales y una veintena de heridos.

Etiquetas: conocimiento, memoria, monopolios, multitud, violencia.
Pero el gobierno de EE.UU. no ve las cosas de esa manera. Preferiría mantener su papel de protector condescendiente de Europa y de única superpotencia del mundo. La OTAN es un instrumento conveniente para ese efecto. Pero tal vez el mundo debiera preocuparse por los que andan por el planeta con un bidón de gasolina en una mano y una caja de fósforos en la otra, pretendiendo que venden seguros contra incendios.
Desde ya, es un hecho que el gobierno de EE.UU. y la nomenclatura estadounidense de asuntos exteriores ven a la OTAN como un instrumento importante de la política exterior estadounidense de intervención en todo el mundo. Como numerosos políticos estadounidenses ya no apoyan de facto a Naciones Unidas como la suprema organización internacional dedicada a mantener la paz en el mundo, una OTAN controlada por EE.UU. parecería ser, desde su punto de vista, un sustituto atractivo en extremo para Naciones Unidas porque asegura un frente legal para sus empresas militares ofensivas, de otro modo ilegales, en todo el mundo. Prefieren controlar totalmente una organización más pequeña como la OTAN, a pesar de que se ha convertido en una institución redundante, que tener que llegar a compromisos en la ONU, donde a pesar de todo, EE.UU. tiene uno de los cinco vetos en el Consejo de Seguridad.
Esa es la potente base lógica tras las propuestas de reformar, reorientar y ampliar la OTAN, para transformarla en un instrumento flexible de la política exterior de EE.UU. Es una demostración más de que instituciones redundantes adquieren una vida propia. Por cierto, cuando deja de existir el propósito para el cual fueron inicialmente establecidas, se inventan nuevos propósitos para mantenerlas a flote.
Respecto a la OTAN, el plan es convertirla en una alianza política y militar ofensiva imperial agrandada, dominada por EE.UU., contra el resto del mundo. Según el plan, la OTAN sería ampliada en la región centro-este europea para que incluya no sólo a la mayoría de los antiguos miembros del Pacto de Varsovia (Polonia, la República Checa, Eslovaquia, Bulgaria, Rumania, Albania y Hungría) y a muchas de las antiguas repúblicas de la Unión Soviética (Estonia, Lituania, Latvia, Georgia y Ucrania), sino que también incluya a Japón, Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur, y posiblemente admita a Israel en Oriente Próximo. Actualmente, la OTAN, inicialmente de 12 miembros, ha crecido rápidamente hasta ser una organización de 26 miembros. En el futuro, si EE.UU. se sale con la suya, la OTAN será una organización de 40 miembros.
En EE.UU., tanto republicanos como demócratas ven a la antigua OTAN transformada en esta nueva alianza militar ofensiva como una buena idea (neoconservadora) para promover los intereses estadounidenses en todo el mundo, así como los de sus aliados más cercanos, tales como Israel. No es una idea activamente impulsada sólo por el gobierno neoconservador Bush-Cheney, sino también por los asesores neoconservadores de ambos candidatos presidenciales estadounidenses de 2008, el senador John McCain y el senador Barack Obama. Por cierto, ambos candidatos presidenciales en 2008 son entusiastas intervencionistas militares, esencialmente porque ambos se basan en asesores que provienen del mismo campo neoconservador.
Por ejemplo, el apuro con el que Bush-Cheney prometieron imprudentemente la membresía en la OTAN a la antigua república soviética de Georgia y el apoyo y suministro militares estadounidenses, es un buen ejemplo de cómo ven a la OTAN en Washington D.C. los dos principales partidos políticos estadounidenses. Por un lado, el candidato presidencial republicano John McCain concibe un nuevo orden mundial construido alrededor de una “Liga de Democracias” inspirada por los neoconservadores, que reemplazaría de facto a Naciones Unidas y a través de la cual EE.UU. gobernaría el mundo. Por otro: la posición del senador Barack Obama no está muy lejos de las propuestas de política exterior del senador McCain. Por cierto, el senador Obama propugna el uso de la fuerza militar de EE.UU. e intervenciones militares multilaterales en crisis regionales, con “propósitos humanitarios”, incluso si al hacerlo, hay que dejar de lado a Naciones Unidas. Por ello, si alguna vez llega al poder, es seguro que el senador Obama no tendría ningún escrúpulo para adoptar la visión del mundo del senador McCain. Por ejemplo, ambos candidatos presidenciales probablemente apoyarían la eliminación de la cláusula que excluye un “primer ataque” de la convención de la OTAN. Puede ser considerado seguro que con cualquiera de los dos en la Casa Blanca, el mundo sería un sitio menos lícito y menos seguro, y no sería más avanzado de lo que ha llegado a ser bajo la desaforada administración Bush-Cheney.
Sin embargo, es difícil ver de qué manera este nuevo papel ofensivo de la OTAN pueda servir los intereses de los países europeos o de Canadá. Europa occidental, en particular, tiene todo que temer de una resurgencia de la Guerra Fría con Rusia, y posiblemente con China. La transformación de la OTAN de ser una organización militar defensiva del Norte del Atlántico a ser una organización militar ofensiva mundial dirigida por EE.UU. tendrá profundas consecuencias geopolíticas internacionales en todo el mundo, pero especialmente para Europa. Europa siente una fuerte atracción económica por Rusia. Entonces, ¿porqué embarcarse en la política agresiva del gobierno de Bush-Cheney de cercar a Rusia con medios militares expandiendo a la OTAN hasta el propio umbral de Rusia y colocando escudos de misiles directamente junto a Rusia? ¿No sería mejor para Europa desarrollar relaciones económicas y políticas armoniosas con Rusia? ¿Por qué preparar la próxima guerra?
Y en cuanto a Canadá, bajo el gobierno de minoría neoconservadora de Harper, se ha convertido lamentablemente en una colonia estadounidense de facto en lo que concierne a los asuntos exteriores, y esto, sin ningún debate serio o referendo a ese efecto dentro del país. Lo último que Canadá necesita es seguir adelante por esa ruta minada.
Concluyendo, parecería que la idea humanista de que la paz, el libre comercio y el derecho internacional sean fundamentos del orden mundial está siendo dejada de lado a favor de un retorno a la política de gran potencia y a la diplomacia de la cañonera. Es una recaída de 100 años.
Es una vergüenza.
De acuerdo con la información gubernamental, los principales empleadores son el Departamento de Estado y el Pentágono.
Crecientes voces en la nación norteña critican lo que consideran un despilfarro de recursos, los cuales son necesarios -argumentan- para enfrentar los problemas económicos y sociales de Estados Unidos.
También existen preocupaciones en torno a la inadecuada supervisión del dinero por parte de las empresas contratadas.
Para la congresista demócrata por Nueva York Nita Lowey dichas inversiones son exorbitantes y muy difíciles de controlar.
Mientras, el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz exigió dedicar los enormes recursos destinados a la guerra de Iraq, entre ellos los pagados a entidades privadas, a la mejora de la educación y la salud de los norteamericanos.
Otras críticas están relacionadas con la actuación al margen de la ley mostrada por contratistas como la empresa Blackwater Worldwide, acusada de asesinar a 17 civiles iraquíes en septiembre de 2007, además de estar involucrada en el lanzamiento de gases lacrimógenos contra ciudadanos de ese país del golfo Pérsico.
Los militares dijeron que cada uno mató a un detenido iraquí, cumpliendo órdenes del sargento primero John E. Hatley, según sus declaraciones.
Mayo y Leahy dijeron a los investigadores que Hatley ejecutó a otros dos detenidos con tiros en la cabeza.
Los soldados estadounidenses no pueden herir a combatientes enemigos una vez que están desarmados y bajo custodia, informó el diario.
Un portavoz del Ejército estadounidense en Europa se negó a hacer declaraciones, diciendo que no podía especular sobre futuras acciones legales.
David Court, el abogado que según The New York Times representa a Hatley en Alemania, no estuvo disponible para comentar el caso.
Según la declaración de Leahy citada por el diario, oficiales del Ejército le habían ordenado al convoy de Hatley liberar a los hombres, porque no tenían suficiente evidencia para detenerlos.
"El primer sargento Hatley luego dio la orden de llevar a los detenidos al canal y matarlos," como represalia por las muertes de dos soldados de su unidad, dijo Leahy en su declaración.
"Entonces la patrulla fue al canal y el primer sargento, el sargento de primera clase Mayo y yo llevamos a los detenidos en la parte trasera del Bradley (vehículo de combate), los pusimos en fila y los matamos," añadió de acuerdo al Times.
"Después tiramos los cuerpos al canal y nos fuimos," dijo Leahy.
No se han presentado cargos contra Hatley, Mayo o Leahy, todos de la Compañía D, Primer Batallón, Segunda Infantería, Brigada de Infantería 172.
(Reporte adicional de Madeline Chambers en Berlín)
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