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Se estrella un avión español en Afganistán |
Uno de los cuatro aviones no tripulados (UAV) adquiridos el año pasado por 14,37 millones de euros se estrelló el pasado lunes en Afganistán, según confirmó ayer el Ministerio de Defensa. Las fuentes consultadas descartaron que el Searcher MK II-J, de fabricación israelí, fuera derribado y subrayaron que el aparato, aún en fase de ensayo, realizaba un vuelo nocturno en el que uno de los UAV servía de repetidor al otro, ampliando así su radio de acción.
Los militares españoles recogieron los restos del avión para intentar repararlo y estudiar las causas del siniestro. El primer vuelo de uno de estos UAV se produjo el pasado 15 de abril. El manejo del sistema, denominado PASI (Plataforma Autónoma Sensorizada de Inteligencia), corre a cargo de 36 militares españoles destacados en Herat. Su principal misión (la que confiesa el ministerio de defensa, la verdadera será difícil que nos la cuenten N. de Tort.) consiste en transmitir imágenes (tomadas con cámaras ópticas e infrarrojas) para prevenir ataques contra las tropas.
Y lo del dinero que cuestan estos chismes, siendo importante, es lo de menos en esta cuestión. Lo peor es que estos artefactos israelíes el Estado Español los ha comprado para mejorar sus prestaciones bélicas en la participación en una guerra de invasión que es una auténtica carnicería. Por otra parte ya empieza a oler esta información. En Afganistán ningún aparato ni vehículo militar español -sean helicópteros, blindados o aviones espías- se la pega jamás por causa de ataques enemigos. Siempre son accidentes. Y con el dineral que cuestan ya podrían fabricarlos un poco más fiabales, ¿no? ¿O es un error humano de los 36 militares destacados para controlar las operaciones de estos cuatro aviones (nueve por avión)?
Etiquetas: conocimiento, memoria, mentiras, multitud, politica, violencia.
Veintiocho efectivos estadounidenses murieron en junio en Afganistán, sólo uno menos que en Iraq, en tanto otros 18 soldados de países aliados de Washington perdieron la vida a manos de combatientes de Talibán.
El ejército británico, el segundo contingente en Afganistán, perdió 13 soldados, incluida la primera mujer militar muerta en la guerra.
Incluso el presidente estadounidense George W. Bush reconoció el miércoles que fue "un mes difícil" en Afganistán, aunque insistió en que el mayor número de víctimas también demuestra que las fuerzas de la coalición tomaban la ofensiva.
"Una de las razones por las cuales hay más muertes es porque nuestros efectivos luchan contra un enemigo fuerte, que no nos quiere allí porque no les gusta la idea de que Estados Unidos les quite su refugio", declaró Bush a la prensa.
Numerosos analistas atribuyen la mayor cantidad de muertos a que las fuerzas estadounidenses, británicas, canadienses y, en especial, holandesas, realizan ahora operaciones en la región oriental de Afganistán, donde antes las incursiones eran esporádicas.
Pero también consideran que hay una mayor actividad de Talibán y que emplean más tácticas poco convencionales, incluido el uso de dispositivos explosivos importados de la guerra de Iraq.
"Lo que indica es que la oposición (a la alianza internacional) es más efectiva", dijo el experto en Afganistán de la Universidad de Nueva York Barnett Rubin a The Washington Post.
Los efectivos "están presentes en más áreas, están mejor organizados, tienen más fondos y una estrategia más sostenible. En general, su situación estratégica mejoró".
Las fuerzas encabezadas por Estados Unidos en Afganistán llegaron en total llegaron a un máximo de 60.000 soldados, de los cuales la mitad pertenecen a sus aliados que operan bajo el mando de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Además de la elevada cantidad de efectivos muertos, el Talibán montó un atentado especialmente audaz contra el presidente afgano Hamid Karzai durante un desfile militar en Kabul a fines de abril.
Después, a mediados de junio, orquestó en Kandahar, segunda ciudad del país, la fuga de cientos de presos y mantuvo el control de siete aldeas de sus alrededores por un breve lapso.
El Departamento (ministerio) de Defensa estadounidense divulgó la semana pasada un informe pasada en que señala que Talibán efectivamente "se convirtió en una insurgencia con capacidad de recuperación" y que se ha propagado por zonas del país donde antes reinaba una paz relativa.
El documento es el primer análisis de la situación de Afganistán tras la invasión encabezada por Estados Unidos a fines de 2001.
El informe también considera probable que la violencia, la cual alcanzó ya niveles sin precedentes desde la expulsión de Talibán, aumente en la segunda mitad del año.
El comandante estadounidense en el este de Afganistán general Jeffrey Schloesser, declaró que los ataques en su sector aumentaron 40 por ciento en los primeros cinco meses de este año en comparación con igual periodo de 2007.
El jefe del Estado Mayor Conjunto, Michael Mullen, afirmó el miércoles que estaba "muy preocupado" por la situación. Nadie considera que Talibán tenga la fuerza suficiente para liquidar al gobierno de Karzai, o derrotar, o incluso retar directamente, a las fuerzas de Estados Unidos o de la OTAN.
Pero el Pentágono recomienda desde hace meses el despacho de al menos 10.000 efectivos más a Afganistán para hacer frente al resurgimiento de la insurgencia.
El problema es de dónde sacar más soldados.
A fines de marzo, el presidente francés Nicolas Sarkozy anunció el envío de 1.000 efectivos más a Afganistán.
Por su parte, Alemania indicó la semana pasada que mandaría 1.000 soldados más a fines del otoño boreal, lo que elevaría su presencia en ese país a 4.500 efectivos. Pero Berlín impuso la condición de que sus soldados no pueden participar en combates.
El Pentágono, que sumó 3.000 infantes de marina a las fuerzas de Afganistán a principios de este año, tiene las manos atadas para enviar más efectivos porque Bush insiste en que nada puede poner en peligro la relativa estabilidad lograda en Iraq gracias a su estrategia de "surge" (embate).
Ello frustró a Gates y Mullen que esperaban disminuir en mayor cantidad los 140.000 efectivos que permanecerán en Iraq al término oficial de la estrategia de embate, el 1 de agosto, a fin de disponer de soldados para enviar a Afganistán.
"No es un secreto que deseo aumentar la cantidad de efectivos, de soldados estadounidenses, en Afganistán en cuanto me sea posible, ni que no estarán disponibles a menos que, o hasta que, la situación en Iraq nos lo permita", añadió Mullen.
Pero el apoyo popular al envío de más efectivos en los países que se suponen deben colaborar también es cada vez más incierto.
De hecho, una encuesta realizada en abril por el Proyecto de Actitudes Globales del centro de estudios Pew, con sede en Estados Unidos, antes de los dos meses sangrientos, mostró que una mayoría muy escasa de los encuestados en este país y en Gran Bretaña están a favor de "mantener efectivos en Afganistán hasta que la situación se estabilice", en contraste con la posibilidad de retirarlos.
Por otro lado, en países miembros de la OTAN como Alemania, España, Francia, Polonia y Turquía, entre 54 por ciento y 72 por ciento de los encuestados creen que Estados Unidos y la alianza militar deben retirar sus efectivos de Afganistán.
Sólo en Australia, que no es miembro de la OTAN pero que contribuye con efectivos en Afganistán e Iraq, una gran mayoría de encuestados, 60 por ciento, dijo preferir mantener soldados en esos países.
Pero hay especialistas que opinan que aun con más soldados, al menos en las cantidades consideradas necesarias por el Pentágono, no será posible mejorar el deterioro de la situación de Afganistán si no se atienden además otros factores clave.
Entre ellos mencionan la creciente percepción de que el gobierno de Karzai es corrupto e ineficaz, la falta de desarrollo y el continuo aumento del comercio de opio y heroína, que financia al Talibán.
Tan importante, si no más, es la seguridad que gozan los combatientes de Talibán en las Áreas Tribales Bajo Administración Federal (FATA) y en la Provincia de la Frontera Noroccidental de Pakistán, gran pare de las cuales están bajo control de los talibanes pakistaníes y de las fuerzas aliadas.
La relación entre Washington y el ejército pakistaní se deterioró, según versiones de prensa, en las últimas semanas a causa de la presión que Estados Unidos ejerce sobre Islamabad a fin de evitar el ingreso de talibanes a Pakistán.
Además del hecho de que el nuevo gobierno civil de Pakistán, aún con divisiones internas en asuntos clave, no parece estar preparado para lidiar con ese problema.
"No importa cuantos efectivos más se manden a Afganistán, no se podrá llegar a las causas de raíz del problema", del refugio del que gozan los talibanes en Pakistán, remarcó Rubin, especialista de la Universidad de Nueva York, en una entrevista televisada.
"No será posible resolver la situación en Afganistán a menos que la situación en Pakistán mejore sustancialmente", declaró el embajador retirado James Dobbins, enviado especial del gobierno de Bush a Afganistán durante y después de la invasión de 2001.
"La clave es que Estados Unidos, Europa y los otros países involucrados garanticen el control de la zona fronteriza", añadió, y apuntó que los pasos necesarios para hacerlo, que incluyen la inclusión práctica y legal de FATA al resto de Pakistán y un acuerdo de demarcación acerca de la controvertida frontera, no "se podrán darse pronto".
Las clases propiamente dichas está previsto que empiece a impartirlas después del verano porque la rigurosa formación física y militar que reciben los desplazados a este tipo de misiones no ha dejado hueco entre los meses de febrero y abril -en que se fue el último contingente- para poder formarse además en el idioma y la cultura de las zonas a las que van.
"Somos muy poquitos los especialistas en la cultura de la zona concreta en la que se mueven nuestros militares, en los territorios de Afganistán y Tayikistán, y he previsto programar nociones básicas de estas culturas que faciliten la convivencia de estos profesionales para que puedan aplicarlo donde van a moverse".
El contingente español en Afganistán se prepara en Rabasa en el cuerpo de Operaciones Especiales (MOA) y a partir de ahora lo hará también académicamente con el profesor Cutillas. "La población local del área de Herat y Oale-ye Naw, donde están, no entiende el español. Se trata de elaborar unas plantillas con las mínimas nociones para hacerse entender".
Añade que las especificidades culturales y religiosas del mundo afgano son muy distintas de las del Líbano y el Norte de África y que, por lo mismo, el elemento tribal tiene en Afganistán tanto peso como el religioso que diverge en dos vertientes del Islam, la sumí y la chií. Todo ello formará parte del curso sobre Geoestrategia militar con el que espera contribuir a la formación tanto cultural como lingüística de las unidades militares que se vayan a la zona a partir de octubre, siempre que en Rabasa sigan interesados en ello.
Las asignaturas que imparte este especialista en la Universidad de Alicante desde el año 2000 son "Cultura y civilización iraní" y "Primera lengua islámica no árabe: lengua persa". Forman parte del área de Estudios Árabes e Islámicos, perteneciente a su vez al departamento de Filologías Integradas, dentro del que se llevan a cabo diversas actividades de formación y relaciones académicas con el mundo iraní que incluyen la estancia de alumnos de aquel país.
La firma de un convenio marco de colaboración con la Universidad Al-lame Tabatabai de Teherán, en 2003, dio paso a la visita del propio Cutillas a la universidad iraní en calidad de profesor invitado donde colaboró durante cuatro meses en el departamento de Hispánicas. A partir de entonces comenzaron las relaciones que han fructificado con la llegada de alumnos de la Universidad Al-lame Tabatabai, becados por el Ministerio de Asuntos Exteriores para cursos de doctorado, la mayor parte de ellos en Filología Española.
Kit de supervivencia
Las clases de lengua y cultura de la civilización irania van a formar parte del kit de supervivencia que llevarán los militares españoles a Afganistán y el soporte no será otro que una especie de tarjetón desplegable que podrá contener entre 40 y 50 frases hechas del tipo: "necesito agua", "tírense al suelo", "quiero ayudar", "alto" o "somos pacíficos".
El profesor Cutillas destaca que se trata de medidas consideradas como de supervivencia ya en otros ejércitos como el americano, para facilitar los cometidos de control que se llevan a cabo los militares profesionales en los países en conflicto. También los hay que llevan sus propios traductores y ayudan a la población civil a unos niveles muy destacables, construyendo centros y purificadoras de agua además de atendiéndoles a nivel hospitalario. Los traductores que hay en Afganistán para estos cometidos también proceden de la provincia de Alicante, como precisa este doctor en Filología Árabe y licenciado en Psicología.
Las tropas de la OTAN, comentó, iniciaron el bombardeo cuando los pobladores todavía estaban abandonando la zona.
Entre las víctimas hay dos mujeres, dos niños, dos médicos, una enfermera, trabajadores y comerciantes, agregó.
Uno de los portavoces de las fuerzas de ocupación, Christopher Peavy, aseguró que el ataque aéreo no alcanzó a los civiles sino a los insurgentes.
En otro hecho violento perecieron un legislador, miembro de la cámara baja del Parlamento de Kandahar, y un representante tribal, indicó el jefe de distrito Niaz Mohammad Sarhady.
Los dirigentes gubernamentales fueron emboscados por dos individuos que viajaban en motocicletas y cuya identidad se desconoce hasta el momento.
Haji Habibullah, décimo diputado afgano que muere en similares circunstancias, se dirigía a su domicilio después de participar en una reunión en Zharai.
Otros seis parlamentarios perdieron la vida el año pasado en un atentado en la provincia de Baghlan, en el norte del país.
En Afganistán han muerto en lo que va de año más de mil 800 personas víctimas de la violencia imperante en ese territorio centro asiático, invadido y ocupado por Estados Unidos.
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