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La guerra de Iraq y Afganistán |
Miles de millones de dólares de los contribuyentes norteamericanos fueron malversados o gastados sin control en Iraq y Afganistán, incluso algunos fondos llegaron a manos de insurgentes, denunció hoy un senador demócrata.
El presidente del Comité de Apropiaciones de la cámara alta, Robert Byrd, señaló en un comunicado que se desconoce el paradero de unos 10 mil millones de dólares.
Byrd reclamó arrestos y juicios contra los contratistas acusados de estafar a los gobiernos norteamericano e iraquí.
Según el legislador, la incapacidad del ejército estadounidense para vigilar y controlar los contratos provocó indirectamente la muerte de numerosos soldados.
El congresista culpó a la administración de George W. Bush por esta situación, aunque estimó que la responsabilidad se extiende más allá.
Durante estos años se nombraron muy pocos interventores y gerentes para vigilar los contratos y prácticamente no se investigan las denuncias de fraude, pérdida y corrupción, subrayó.
Para el senador, esta desidia animó a numerosos contratistas a proseguir con sus robos, sobornos y a prestar servicios de mala calidad.
Ante esa situación, los legisladores Patrick Leahy y Chuck Grassley presentaron una enmienda para extender el término legal de prescripción para crímenes que involucran la pérdida, fraude o hurto del dinero del contribuyente.
El general Benjamín Griffin, encargado del abastecimiento del ejército, reconoció ante el Comité de Apropiaciones que ese cuerpo armado tenía limitaciones en sus auditorias.

Etiquetas: conocimiento, medios, mentiras, multitud, politica, violencia.
Sus superiores probablemente se conduelan con sus tristezas y a lo mejor le aumenten el sueldo, para estimularlo. Quizás surja una voz preñada de positivas esperanzas para su futuro y lo convenza de afrontar el tercer reto. El es humano, lo máximo de la especie animal, con billones de neuronas que no llegan a utilizarse ni en un 10% a lo largo de una vida. ¡Tú puedes, Mike! ¡Adelante! Y le suelte luego esa voz que podría ser nominado políticamente a algo, tal vez a vicepresidente de los EEUU o a otro puesto de relevancia universal. Como ya ocurrió con el general Colin Powell, negrito él, sin embargo disparado a los confines del cielo. ¡Qué no ocurrirá con él que…!
El almirante habla de inestabilidad en la región del Medio Oriente, y dice preocuparle. Expone que puede haber consecuencias imprevistas, sumido en un estado parecido a la depresión. Se reúne con los periodistas y se lo manifiesta, y muchos hay por ahí que se desgañitan por perfilarlo como hombre tierno, padre de familia, lleno de humanidad él, sin dormir por el acaecer del mundo y su paz; otros, no le creen, y se imaginan que sus palabras son un simple bombo personal para revalorizar ante el mundo su nunca vista posición de general peleando tres guerras. Ni Napoleón, ni Bolívar, ni Julio César. Podría decirse que la historia militar puede empezar de cero, con él.
El es un soldado universal, de esos que aprisionan el mundo en un puño, sintiendo todos sus latidos. El soldado de la globalización, full contemporáneo. Su poder es proporcional a su capacidad, y por ello es que desde el Pentágono le piden que no se limite, que acopie entusiasmo y decisión para avanzar. La hora de su estrella ha llegado, y por eso es que -seguramente- lo han enviado a los medios de comunicación a exponer su drama humanitario.
Ello perfila a los EEUU, ansiosos por saber si son capaces de soportar cada vez más a un tiempo múltiples guerras en el mundo. Saber si pueden enfrentarse al mundo, como lo propala ya la imaginería de los juegos informáticos cuando te ofrecen esa modalidad de combate: "EEUU contra el mundo". O como ya ha ocurrido en uno que otro evento deportivo, donde el equipo nacional X a sitiado uno a uno a los combatientes del universo.
Pero también sirve el almirante en las pantallas para incrustar ante la opinión pública que no se es del todo un militar, cuyo aprendizaje es la muerte, sino una entidad con sentimientos capaz de albergar piedad. Y ello enternece, hasta el grado que puede animar a la opinión pública a apoyar la guerra. "Sí, está demostrado, son tremendos seres humanos; hagan la guerra". Y por ahí se va el cuento.
Y el cuento es ese, simplemente: se va a la guerra. El almirante Mullen lo sabe, y el pone su grano de arena sentimental. Porque las guerras de hoy se apalancan demasiado en esforzarse cómo pensará la opinión pública, como primer cometido. Naturalmente, el cometido de fondo es la destrucción para tomar una plaza. Pero debe ser disimulado, limado en sus aristas homicidas, en concordancia con las formas civilizatorias de la sociedad occidental. No se puede andar diciendo por allí que morirán niños iraníes en cantidades de cientos cuando una bomba alcance una escuela. Es una barbaridad, por más que se conceptúe como daño colateral.
Por eso que el almirante Mullen toma la palabra y expone su drama humano. Ello glorifica la actitud genocida de un guerrero, o por lo menos la suaviza, como cuando Héctor homicida se quitó el casco de guerra para no asustar a su hijo, allá en la Guerra de Troya, ante de morir con Aquiles. Y es un primer paso. Ya vendrá lo siguiente, esto es, exponerle al mundo lo monstruoso que son los enemigos, bichos raros que ahorcan gente y les amputan manos cuando roban un pan. O que poseen bombas atómicas; o que son terroristas, o narcotraficantes (tesis para América Latina), el argumento según el lugar. Porque la guerra es un esquema, sí, hasta un protocolo. Sea moderna o antigua.
El esquema guerrero de los EEUU es simple:
(1) Se debe hacer una campaña de glorificación sentimental, donde los que matan no parezcan asesinos. Así puede ocurrir que un presidente visite al Papa ante de iniciar una guerra.
(2) Se debe satanizar al enemigo, acusándolo gravemente de algo que paralice a cualquiera en defenderlo. Así, al matarlos, se da la impresión de que se lucha por libertad o cualquier otro concepto ennoblecido.
(3) El enemigo debe ser un objetivo fácil, porque no se puede rasguñar la autoestima de la potencia militar de todos los tiempos. La palabra Vietnam o Cuba deben ser borradas del diccionario.
(4) El enemigo debe estar en el contexto de unos vecinos capaces de traicionarlo, porque así ellos, los EEUU, aplican la máxima maquiavélica de dividir para vencer. El Medio Oriente es “pan comido”, dado el acicalamiento que hacen de las “tres fuerzas que de manera tradicional han amenazado la estabilidad en los países de Medio Oriente: el sectarismo, el caudillismo y la mentalidad tribal”.
(5) El enemigo debe ser dueño de "algo" que se necesita. No se hacen guerras por baratijas, más si quien la promueve es el principal propulsor del capitalismo en el mundo.
Luego, tomando en cuenta el rezo del último punto, la guerra es inevitable, aunque Barack Obama ande hoy pisando la tierra donde sus coterráneos hacen la guerra. Ese no es su problema. No puede hacer nada, ni como candidato ni como presidente. Su lugar en la Casa Blanca -como el de cualquier presidente norteamericano- es fingir que no beneficia a unas minorías dueñas de las transnacionales, como hace Bush con sus amigos petroleros. Y de Irak medran las minoritarias clases de poder económicos de los EEUU, hoy transnacionalizadas empresas del mundo. Explotación del petróleo, reconstrucción del país en medio de la guerra, división geográfica y étnica de los nativos, medios de información retratando como flores los cuerpos mutilados. Todo es oro en los negocios...
Si se considera nada más que desde 1957 Eisenhower promulgó una doctrina de aseguramiento de las reservas petroleras del Medio Oriente, se tiene bastante para sacar la cuenta de cuánto se ha gastado en la región. No se puede abandonar así como así. Hay que recuperar. Y lo que hizo luego Carter lo confirmó, 1980: la ocupación estratégica, virtual, como sea, se tiene que mantener, para proteger el flujo del oro negro hacia los EEUU. Y lo que hizo luego Reagan cuando fundo el Central Command (Centcom), para ayudar humanitariamente, luchar contra el terrorismo (en su gérmen) y proteger el mismo flujo petrolero. Y lo que hizo luego Bush con su doctrina de "guerra contra el terrorismo" y los "estados canallas".
Es una predeterminación. Tanto así que la figura del Medio Oriente, con un Israel delegado para gobernarlo, a modo de Capitanía General de la era colonial en la informática, quiere pelearse con América Latina en eso que se llama el "patio trasero". EEUU considera al Medio Oriente de su propiedad, un macetero en su jardín o grano en su despensa. De cualquier modo. No se le quita ni se le abandona sin guerrear.
Cuando el compungido almirante se lamenta de la inestabilidad de esa parte del mundo, partera segura de inesperadas situaciones, no se refiere ni por un momento al Medio Oriente como tal, como zona con humanos acuciada por la muerte y la guerra. Nada que ver. El hombre llora desde sus lágrimas, no desde las ajenas. Se refiere a la novedosa situación de que su país peleé las tres guerras a una vez, pudiendo ello salirse de control, con desmedro para la moral imperial, para la tropa, para la dignidad de la primera potencia mundial. Alguna variante no controlada que pueda humillar, como la derrota desde los tiempos del Vietnam. Algún grado de dificultad que pueda comportar la no vista configuración única de tres débiles enemigos en batalla.
No otra cosa. Su oración sobre la inestabilidad dibuja a los mandos gringos en apuros. No más. Pero ya lo sabemos; hay que saber interpretar y leer entre líneas. No se trataba de ninguna soberbia personal, sino corporativa, nacional. Me equivoqué desde el principio con él, al pelearme con su humanidad. (¿Cómo le ocurre a uno eso?) En verdad es sincero, en su plano personal. Quizás hasta sea temeroso de la Palabra, él, el señor Muller, y tema aquello que el dios hebreo dijo: "Mas la persona que hiciere algo con soberbia, así el natural como el extranjero, ultraja a Jehová; esa persona será cortada de en medio de su pueblo".
Pero como sea, es un hecho que tendremos que contar con el ejercito y la cultura de los EEUU a futuro como los pilares fundamentales para determinar qué es bueno y qué es malo sobre la faz de la tierra, para erradicarlo, séase terrorista, comunista, narcotraficante, tiráno, dictador, antidemócrata... o dueño de reservas fósiles o naturales. Convertir un tema en un argumento pecaminoso es una cuestión de prensa, de matrices de opinión, de medios de comunicación, de poder mediático. Venezuela puede llegar a ser maligna por albergar las mayores reservas de petróleo. Quizás a futuro funde el gran país en su seno un Centro Eugenésico para la Libertad del Mundo, de donde emanen políticas liberadoras de todo lo inconveniente a lo humano terrestre. Desde donde se erradique, en nombre de la paz y la libertad del mundo, cuando no de la sanidad.
La entrevista no se limita a la yihád defensiva. Yazeed profundiza en estrategia clásica de al-Qaeda – incitando a una yihád talibán a través de la frontera contra las fuerzas de EE.UU. y de la OTAN y condenando a un Estado, en este caso el gobierno de Pakistán. Según su opinión:
“Desafortunadamente, es el gobierno de Pakistán el que más ha dañado a nuestra causa. El presidente Pervez] Musharraf violó la confianza de los musulmanes y contribuyó a la destrucción del gobierno islámico de Afganistán… Musharraf y su gobierno han cometido graves errores, no existe un ejemplo semejante en otros Estados islámicos.”
Yazeed también dijo que al-Qaeda fue responsable por el atentado suicida con coche bomba contra la embajada danesa en Islamabad a comienzos de junio, en el que murieron seis personas.
¿Por qué entonces se siente tan envalentonada al-Qaeda como para que uno de sus máximos comandantes salga ante las cámaras – y para colmo en una red de televisión extranjera, no as-Sahab, el brazo mediático de al-Qaeda?
Quiero mi emirato
Los yihadistas estiman ahora que la nueva yihád afgana –contra las tropas “infieles” de EE.UU. y de la OTAN combinadas– es más importante por el momento que Iraq. Así que, en este sentido, el candidato presidencial demócrata, senador Barack Obama tiene razón – Afganistán, y no Iraq, es “el frente central en la guerra contra el terror.”
Pero la cosa es mucho más complicada. El frente central está en realidad en Pakistán. Al-Qaeda quiere básicamente un califato pan-islámico. Los neo-talibanes basados en Pakistán no son tan ambiciosos. Ya tienen su emirato islámico – está en las áreas tribales de Waziristán, en la frontera con Afganistán. Lo que quieren sobre todo es expandirlo. También saben que nunca tendrán alguna posibilidad de apoderarse de todo Pakistán. Un experto paquistaní en las áreas tribales, que actualmente está en Washington, lo describe como “una lucha de clases, casi como una revolución campesina en desarrollo. Baitullah Mehsud [el líder neo-talibán paquistaní] es sólo un campesino de una familia pobre.”
Lo que es impactante es que ahora los neo–talibanes controlen prácticamente Provincia Frontera Noroeste en la frontera con Afganistán – cuya capital es la legendaria Peshawar. Ya controlan varios suburbios de Peshawar.
El Estado paquistaní no tiene virtualmente ningún poder en esas áreas. Los talibanes imponen una ley sharia estricta. Si el personal local de seguridad se niega a obedecer, simplemente lo matan. No es ninguna maravilla que los neo-talibanes hayan sometido ahora a numerosos funcionarios paquistaníes medianos e inferiores. Incluso fijaron un plazo al nuevo gobierno regional secular y relativamente progresista para que libere a todos los prisioneros talibanes – si no lo hacen… En cuanto al gobierno, lo único que puede hacer es organizar alguna especie de vigilancia de vecindario para impedir una supremacía talibán total. Esta situación también revela como el ejército paquistaní parece ser impotente – o mal dispuesto – para luchar contra los talibanes.
Al otro lado de la frontera, en las provincias Kunar y Nuristán en Afganistán, los talibanes controlan ahora casi todos los puntos de control de seguridad. No es de extrañar que Yazeed – hablando en nombre de al-Qaeda, vislumbre una guerra sin fronteras. Dijo, en su entrevista en GeoTV: “Sí, no podemos separar de Afganistán a la gente del área tribal que forma parte de Pakistán y del pueblo paquistaní. Sí, recibimos mucho apoyo de la gente tribal en Pakistán, y en los hechos es obligatorio que ellos nos den esa ayuda y es una responsabilidad impuesta por la religión. No es sólo obligatorio para los residentes de las regiones tribales sino para todo Pakistán.”
En una reciente prominente reunión de al-Qaeda en Miramshah en Waziristán del Norte la dirigencia de al-Qaeda dejó en claro que no sólo espera – sino que quiere que la nueva guerra/yihád afgana se extienda a las áreas tribales en Pakistán.
Y es lo que conseguirá al-Qaeda – según lo que Obama dijo a Lara Logan de CBS News: “… lo que he dicho es que si tuviéramos inteligencia procesable contra objetivos de alto valor de al-Qaeda y el gobierno paquistaní no se mostrara dispuesto a perseguir a esos objetivos, nosotros deberíamos hacerlo.”
El Pentágono, por su parte, está preparando el campo de batalla – ya ha enviado aviones teledirigidos Predator, repetidamente, por sobre las áreas tribales. Se está preparando una guerra aérea – para no mencionar numerosas operaciones especiales clandestinas paquistaníes.
La estrategia de al-Qaeda es involucrar a los militares de EE.UU. – es ideología clásica de Osama bin Laden, según la cual EE.UU. debería ser arrastrado a combatir en tierras musulmanas. Al-Qaeda razona que un ataque contra las áreas tribales, de hecho un verdadero tercer frente en la “guerra contra el terror” (tan temido por el jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Michael Mullen) indignará hasta tal punto a la opinión pública paquistaní que el ejército paquistaní será impotente para seguir la huella estadounidense. Y al-Qaeda, en última instancia, tendrá las manos aún más libres.
Obama y Osama
¿Cómo se ajusta a esta estrategia ese legendario fantasma, bin Laden? ¿Está vivo o es solo… un fantasma? Hassan Ibrahim de la televisión al-Jazeera dijo recientemente a la periodista independiente Kristina Borjesson que: "bin Laden está vivo. Las historias sobre la insuficiencia renal y la máquina de diálisis son estupideces, rumores de la CIA. En 2002, una de sus mujeres fue entrevistada por una revista saudí y desmintió categóricamente la historia de la diálisis. Después de Tora Bora [en Afganistán cuando EE.UU. lo invadió en 2001], su cuarta mujer pidió el divorcio. Tomó una nueva mujer en abril de 2005, con quien tiene ahora un hijo. Su padre es un poderoso empresario saudí de Hejaz quien anunció en su mezquita que su hija se había casado con bin Laden.”
También se habla en la clandestinidad yihadista sobre un actual debate teológico con participación directa de bin Laden.
Obama, por su parte, todavía no puede haber comprendido el cuadro completo, complejo, de lo que está ocurriendo en las áreas tribales – en su actual gira por el mundo sólo ha estado en Jalalabad, en Afganistán oriental, y sólo por unas pocas horas. Pero está aprendiendo – aunque, por el momento, parece apelar a las galerías del establishment militar de EE.UU. al prometer que agregará otros 10.000 soldados al campo de batalla afgano. Al-Qaeda se regocijará.
Lo que ciertamente ha logrado Obama por el momento es un cambio de sentido en tres movimientos del gobierno de George W Bush, y colocado cabeza abajo la retórica neoconservadora sobre la “guerra contra el terror” en Iraq y la ha aplicado a Afganistán. Obama ha estado subrayando el “creciente consenso en el país de que necesitamos más recursos en Afganistán".
En su conferencia de prensa en Jordania, Obama también subrayó su decisión de convertir Afganistán en la primera parada de su gira mundial porque es el “frente central en la guerra contra el terror,” el sitio en el que “fue planificado el 11–S” y donde “terroristas”… “traman nuevos ataques contra EE.UU.”
Y ahí tenemos el acto decisivo – directamente extraído de las reglas de juego neoconservadoras:
“Tenemos que tener éxito al llevar la lucha a los terroristas.” Pero eso no es todo. El jujitsu político de Obama ha mezclado esa retórica de la línea dura con una visión global, multilateral – para no hablar de obligar a los republicanos a aceptar su propia perspectiva de la “guerra contra el terror”. En cuanto a las áreas tribales, proyecta la impresión de que se está dando tiempo para comprender plenamente su complejidad.
Así que ¿qué pasa con el auto-proclamado experto en seguridad nacional y candidato presidencial republicano, el senador John McCain? Bueno, se las arregló para decir a Diane Sawyer que la nueva configuración de al-Qaeda y de los talibanes es “una lucha muy dura, particularmente en vista de la frontera entre Iraq y Pakistán.”
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