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El G8 ignora la crisis que ha creado |
Los representantes de los 8 países más ricos del mundo estan reunidos en Hokkaido, Japón. Estos gobiernos han impuesto políticas que son la causa original de la crisis de los alimentos y de la agricultura. Esta crisis mundial empezó a surgir en los años 70 y dejó a 852 millones de personas en la extrema pobreza, la mayoría de ellas viviendo en las áreas rurales. La reciente crisis de los precios de los alimentos ha llevado la crisis a las ciudades, donde la gente ya no puede comprar suficiente comida. La crisis climática originada por el abuso de los combustibles fósiles en los países industrializados y la deforestación masiva por las compañías transnacionales, golpeará especialmente a los países pobres del Sur.
La reacción de la OMC, del Banco Mundial así como de los gobiernos del G8, ha sido desastrosa: simplemente impulsan las mismas políticas que han sido las causas de la crisis actual: más liberalización, más apoyo a los fertilizantes y semillas industriales, la revolución verde en África, más ayuda alimentaria y una rápida expansión de los agrocombustibles. Debido principalmente a la actitud de los países del G8, no se ha producido un avance en la conferencia de alto nivel organizada por la FAO y las compañías transnacionales recibieron un apoyo total para su iniciativa desastrosa de los agrocombustibles.
¡Ya basta! ¡Es irresponsable que ustedes y las instituciones multilaterales continúen destruyendo nuestra producción de alimentos y que nos dejen a la merced de un puñado de compañías transnacionales y de los mercados internacionales que no son capaces y no están interesados en alimentar al mundo!
Tenemos que detener el apoderamiento por parte de las grandes compañías, de la agricultura y el sector pesquero. La respuesta a la crisis climática y a la crisis de los alimentos es la producción de alimentos por parte de los campesinos y pequeños productores basada en recursos los locales y dirigida al consumo local.
Queremos que el G8 asuma su responsabilidad para dar los pasos adecuados para evitar una profundización de esta crisis potencialmente explosiva:
Que detengan la producción de agrocombustibles dirigida por las grandes compañías.
No más liberalización de los mercados agrícolas y pesqueros, que suspendan las negociaciones de la OMC, ALC y EPA
No más fallos y arreglos rápidos.
Necesitamos un análisis profundo sobre la crisis y el desarrollo de políticas a nivel internacional y nacional que protejan y refuercen la producción de alimentos basada en los campesinos y los pequeños productores.
Los gobiernos del G8 y las empresas transnacionales tienen que asumir la responsabilidad total por la crisis climática y de los alimentos. A través del poder económico, ellos controlan el sistema de la ONU (la FAO, el programa mundial de alimentos, IFAD…), la OMC, Banco Mundial, FMI y las negociaciones de los acuerdos de libre comercio.
Los gobiernos del G8 tienen que tomar decisiones para solucionar la crisis y tendrían que permitir a otros países adoptar las medidas necesarias. El G8 en este momento crucial será decisivo para el destino de cientos de millones de personas en el mundo. El G8 tiene que tomar decisiones para solucionar el desastre que ha creado.
¡Movilízate, ven a Hokkaido!
La producción de alimentos basada en los campesinos y los pequeños productores y la agricultura ecológica para abastecer los mercados locales, es la mejor respuesta a la crisis climática y de los precios de los alimentos.
¡Ha llegado la hora de la soberanía alimentaria!
Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, mentiras, monopolios, politica.
Una autoridad en el campo del desarrollo cree que el informe, completado en abril, no se ha publicado para no hacer más daño al Presidente Bush. Según él: “Ello pondría al Banco Mundial en una difícil situación política frente a la Casa Blanca”.
Las noticias llegan en un momento crítico en las negociaciones mundiales sobre las políticas de los biocombustibles. Los lideres de los ocho países mas industrializados G8, se reúnen en Hokkaido, Japón, donde discutirán sobre la crisis alimentaria y donde se verán sometidos a un intenso lobby de las campañas que piden una moratoria en el uso de agrocombustibles.
También pondrán presión en el gobierno británico, que esta apunto de publicar su propio informe sobre el impacto de los biocombustibles, El Informe Gallager. (1) The Guardian ya avanzó que el estudio diría que los agrocombustibles han “jugado un papel importante en el aumento de los precios de los alimentos” hasta alcanzar unos niveles nunca vistos.
Robert Bailey consejero de políticas de Oxfam ha declarado: “Los líderes políticos parece ser que intentan anular o ignorar la evidencia de que los biocombustibles son un factor muy importante en el aumento de los precios”. “Es imperativo que veamos todos los aspectos. Mientras que los políticos se concentran en mantener a los grupos de presión de la industria contentos, la gente en los países pobres no tiene suficiente para comer”.
El aumento de los precios de los alimentos ha llevado a 100 millones de personas por debajo de la línea de pobreza, según estima el Banco Mundial y han provocado revueltas desde Bangladesh a Egipto. Los ministros del gobierno han descrito los altos precios de los alimentos y del combustible como “la primera crisis económica real de la globalización”.
El Presidente Bush ha relacionado los altos precios con el aumento de la demanda de India y China, pero el informe filtrado del Banco Mundial pone en entredicho tal afirmación: “El rápido crecimiento de ingresos en los países en vías de desarrollo no ha conducido a un aumento excesivo en el consumo de cereales y no ha sido responsable en una medida importante por el gran aumento en los precios”.
Según el informe, incluso las sucesivas sequías en Australia sólo han tenido un impacto marginal. Sin embargo, las políticas de EEUU y Europa, apostando por los biocombustibles, han sido las responsables de los mayores impactos en el abastecimiento y los precios de los alimentos.
Desde abril toda la gasolina y diesel en Gran Bretaña tiene que incluir un 2,5% de biocombustibles. La UE ha considerado aumentar el objetivo al 10% para 2020, pero se está encontrando con cada vez más evidencias que sólo conseguirá que aumente más el precio de los alimentos.
“Sin el aumento de biocombustibles, el maíz y el trigo global no se hubiese visto reducido apreciadamente y los aumentos de precios por otros factores hubiese sido moderado”. La cesta de precios examinados en el estudio aumento un 140% entre 2002 y el pasado mes de febrero. El informe estima que el aumento en los precios de la energía y los fertilizantes contribuyeron a un aumento en el precio del 15%, mientras que los agrocombustibles han sido responsables del 75% en el mismo periodo.
Argumenta que la producción de agrocombustibles ha distorsionado los mercados de tres maneras:
Primero, grano destinado a comida pasa a combustible, con más de 1/3 del maíz de EEUU utilizado para etanol y la mitad de aceites vegetales en la UE destinado a la producción de biodiesel.
Segundo, los agricultores han sido animados a reservar terrenos para la producción de agrocombustibles.
Tercero, ha creado una especulación financiera en el grano, aumentando aun más los precios.
Otros estudios de la crisis alimentaria son mucho más amplios temporalmente, o no han relacionado estos tres factores, por lo que las estimaciones del impacto de los agrocombustibles han sido menores. Pero el autor del informe Don Mitchell, es un economista con experiencia en el Banco Mundial y ha hecho un análisis detallado, mes a mes sobre el aumento de los alimentos, lo cual permite una observación mucho mas meticulosa sobre la relación entre los agrocombustibles y la oferta de alimentos.
El informe apunta que los biocombustibles provenientes de la caña de azúcar (la especialidad de Brasil) no han tenido un impacto tan grande.
Los que apoyan los biocombustibles contestan diciendo que son una alternativa más verde que seguir dependiendo del petróleo y otros combustibles fósiles, pero incluso esto es puesto en entredicho por algunos expertos, que dicen que esto no es cierto en la producción de etanol en los EEUU.
“Esta claro que algunos agrocombustibles tienen enormes efectos en los precios de los alimentos” dijo el consejero científico en jefe del gobierno británico David King la pasada noche. “Todo lo que estamos haciendo al apoyarlos es aumentar los precios de los alimentos y no estamos haciendo nada para combatir el cambio climático”.
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