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Hoja de ruta hacia América Latina |
Estados Unidos debe reconocer que su dominio sobre América Latina llegó a su fin y tomar en cuenta los intereses de la región, según el Consejo para las Relaciones Internacionales, uno de los centros de estudios especializados más influyentes del país.El más reciente informe del Consejo se conoce mientras transcurre la carrera hacia las elecciones presidenciales de noviembre, y podría influir en la política internacional del gobierno estadounidense que se instalará el 20 de enero de 2009.
El estudio de 76 páginas, difundido este miércoles, postula el levantamiento del embargo impuesto por Estados Unidos a Cuba hace 46 años e iniciar negociaciones con ese país sobre una serie de asuntos de interés común.
Además, propone tratar en ámbitos multilaterales los problemas con el gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez, aunque sin cerrar los canales bilaterales.
"No deberíamos intentar aislar a Chávez", dijo Charlene Barshefsky, representante comercial de Estados Unidos durante la presidencia de Bill Clinton (1993-2001) y copresidenta del equipo que elaboró el informe. "Eso sólo lo fortalecería", agregó.
El estudio recomienda, asimismo, profundizar la relación estratégica con Brasil y México, a los que identifica como los países líderes de la región.
Estados Unidos también debe aceptar que las naciones latinoamericanas saben qué es lo mejor para ellas y que, a causa de sus crecientes lazos con potencias ajenas a América, fundamentalmente la Unión Europea y China, no aceptarán automáticamente la dirección o el consejo de Washington.
"La política hacia la región no puede continuar basándose sobre la noción de que Estados Unidos es el actor externo más importante para América Latina", destaca el estudio, titulado "Una nueva dirección para una nueva realidad".
"Si hubo una era de hegemonía estadounidense en América Latina, ya pertenece al pasado, pero el marco de toma de decisiones políticas no ha cambiado lo suficiente como para reflejar la nueva realidad", agrega.
El estudio fue realizado por un equipo de expertos presidido por Barshefsky y el general James T. Hill, ex jefe del Comando Sur, el órgano de las fuerzas armadas estadounidenses con jurisdicción sobre América Latina.
Dado que cuestiones vinculadas con América Latina, como el comercio y la inmigración, se han convertido en temas de la campaña electoral estadounidense, el informe también podría influir en el debate entre los aspirantes a la presidencia.
Para lograr la atención de los dos partidos mayoritarios, el gobernante Republicano y el opositor Demócrata, el equipo que elaboró el estudio estuvo integrado por 19 miembros, muchos de ellos ex altos funcionarios en gobiernos anteriores de ambos sectores.
Así como la noción de la hegemonía de Estados Unidos en América Latina ha quedado perimida, el énfasis puesto por este país al cabo de la Guerra Fría en el comercio, la democracia y la lucha contra las drogas se ha vuelto una base inadecuada para las relaciones con la región, destaca el informe.
También acusa al presidente George W. Bush de haber ignorado las necesidades latinoamericanas en el periodo que siguió a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, que causaron 3.000 muertes.
Pero incluso antes de los atentados, la política estadounidense operaba con una suerte de "piloto automático" en lo que respecta a América Latina, señaló Hill.
"Asumimos una actitud de 'dejar hacer, dejar pasar'. Nos veíamos como el poder hegemónico que podía imponer su voluntad. Pero Estados Unidos ya no es más la 'piedra de toque' que fue para la región en su momento", agregó.
Aunque las tres preocupaciones fundamentales de Washington en la región -comercio, democracia y lucha antidrogas- continúan siendo relevantes, el estudio recomienda articularlas en torno de cuatro áreas clave: pobreza y desigualdad, migraciones, seguridad energética y seguridad pública.
Estos temas no sólo tienen que ver con los intereses de Estados Unidos, sino que también son de preocupación inmediata para los gobiernos y ciudadanos de América Latina.
Barshefsky señaló que la integración entre ambas partes alcanzó un punto en el que las grandes cuestiones de interés para la región también son temas domésticos en la política estadounidense.
"Estamos integrados. La cuestión es ver cómo aseguramos que esa integración sea positiva y el hemisferio progrese", agregó.
En cuanto a la reducción de la pobreza y la desigualdad, el estudio recomienda que el próximo gobierno estadounidense llame a una "cumbre", con participación pública y privada, para pasar revista a las "mejores prácticas" en la región y demostrar voluntad cooperadora con América Latina.
También reclama un incremento en la ayuda destinada a la reducción de la pobreza, financiando completamente la Cuenta de Cambio del Milenio, fondo creado hace cuatro años que recompensa a los gobiernos que emprenden profundas reformas económicas y en la gobernanza.
Asimismo, plantea expandir el apoyo al desarrollo de las microempresas y cambiar el sentido de la ayuda en la lucha antidrogas del actual, fuertemente militarizado, hacia las producciones alternativas y el desarrollo rural.
El estudio enfatiza que los programas de reducción de la pobreza deben "reflejar las prioridades de los gobiernos latinoamericanos". Por otra parte, insta al Congreso legislativo en Washington a aprobar acuerdos pendientes de libre comercio con Colombia y Panamá, al igual que a extender preferencias comerciales adicionales a Bolivia y Ecuador.
El objetivo es "fomentar las relaciones productivas con estos países", cuyos estrechos vínculos con Venezuela, a excepción de Colombia, han sido una creciente fuente de preocupación para Estados Unidos en los últimos tiempos.
En materia de seguridad pública, recomienda al próximo gobierno estadounidense ampliar los programas de entrenamiento para policías, fiscales y jueces con el fin de lograr una mayor profesionalización, fortalecer el estado de derecho y promover una mayor cooperación de inteligencia en la región contra el narcotráfico y las pandillas.
Aunque el estudio no propone grandes cambios en la lucha contra las drogas, aplaude los recientes esfuerzos de legisladores estadounidenses para equilibrar la ayuda militar y policial con la cooperación social y económica prevista en el Plan Colombia, financiado por Estados Unidos para erradicar los cultivos de aquel país.
En este aspecto, destaca que la estrategia "no ha detenido el flujo de drogas hacia Estados Unidos", y que "los precios de la cocaína y la heroína son tan bajos como antes o más bajos que nunca".
Washington, recomienda el informe, debería concentrarse más en la reducción de la demanda interna y redoblar sus esfuerzos para limitar el flujo de armas desde Estados Unidos hacia América Latina, que alimenta la violencia en la región.
En cuanto a la energía, el estudio insta a Estados Unidos a promover una mayor cooperación e inversiones en el sector petrolero y el de gas, a pesar de las crecientes preocupaciones sobre "nacionalismo en materia de recursos naturales".
Especialmente, agrega, Washington debería concentrarse en la posibilidad de incrementar la producción de gas y petróleo en México, proporcionando a ese país la tecnología necesaria para la perforación de pozos en aguas profundas en el Golfo homónimo.
Asimismo, señala que Estados Unidos podría ayudar especialmente a desarrollar mercados alternativos de energía, sobre todo de biocombustibles, eliminando aranceles y otras barreras para promover su uso doméstico.
La reforma de las leyes inmigratorias debe ser tratada como prioridad máxima del próximo gobierno estadounidense. El estudio recomienda reforzar la seguridad en la frontera y regularizar el estatus de la fuerza laboral que ya vive en Estados Unidos.
El esquema debería contemplar una "migración circular", que permita a los latinoamericanos ir a Estados Unidos "por un determinado período y volver a sus países con un nuevo capital financiero y humano para el desarrollo económico a largo plazo de sus comunidades y naciones".
Además, indica el estudio, Estados Unidos debería cooperar más estrechamente con las autoridades mexicanas para combatir el contrabando y las redes de tráfico de personas y buscar acuerdos con otros países para regular mejor el flujo de inmigrantes.
Jim Lobe
Etiquetas: conocimiento, memoria, monopolios, multitud, politica.
"Nuestro Gobierno podría proponer y el anfitrión decidirá si permite este tipo de colaboración", expresó el diplomático.
"Tenemos que mirar criterios como geografía, altura, concentración de la amenaza, etcétera", observó el embajador tras aclarar: "Nosotros tenemos que esperar la decisión final del Gobierno de Ecuador".
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha adelantado en reiteradas ocasiones que no renovará el convenio que permite a Estados Unidos acceder y usar la Base Militar Eloy Alfaro, vigente hasta 2009, y que fue firmado en octubre de 1978 por el presidente Jamil Mahuad, fiel aliado de Washington.
"Si deciden finalmente cerrar la operación, entonces el Gobierno de Estados Unidos tiene que buscar otro lugar para hacer este trabajo importante contra la droga ilícita y las otras amenazas que confrontan todos los pueblos de la región", agregó Brownfield, para quien "en este momento" se examinarían "todas las opciones".
Disposición para lograr liberaciones
Por otro lado, Chávez informó este martes que sostuvo una conversación con su homólogo francés, Nicolás Sarkozy, en la cual le reiteró su disposición para seguir intentando contactar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para lograr la liberación de todos los retenidos por esa guerrilla.
"Le dije a Sarkozy a pesar de todo, cuenta Sarkozy, que yo voy a tratar de seguir haciendo lo posible, para liberar no sólo a Ingrid Betancourt sino de todas las personas que están en manos de las FARC en las selvas de Colombia", adelantó el jefe de Estado en un acto de firma de convenios energéticos con Portugal en la Faja Petrolífera del Orinoco, al sur del país.
El líder de la Revolución bolivariana rechazó nuevamente las acusaciones sobre el supuesto financiamiento de su Gobierno a actividades terroristas y al narcotráfico y enfatizó que su administración la combate.
"No es que aquí estemos apoyando el terrorismo. ¿Cuál terrorismo?, no es que estemos apoyando el narcotráfico, no, lo combatimos, como combatimos el terrorismo, como combatimos la violencia venga de donde venga, buscamos más bien ayudar", declaró.
Alertó que los servicios de inteligencia de Estados Unidos están tratando de "repetir" en Venezuela un ataque como el perpetrado en marzo por militares colombianos en Ecuador, lo cual sería peligroso.
"Están tratando de repetir en territorio venezolano lo que hicieron en Ecuador y eso si es peligroso", dijo Chávez al tiempo que añadió que había conversado el tema con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, pidió a Chávez a finales del año pasado que sirviera de medida con las FARC, junto a la senadora colombiana, Piedad Córdoba.
Tres meses después el conservador Uribe decidió retirarle abruptamente el permiso de negociador. Sin embargo, las FARC, en un acto de desagravio decidieron liberar a dos grupos de retenidos.
En enero, el grupo rebelde entregó a una misión de paz, encabezada por el Gobierno del presidente Chávez, a la política Clara Rojas y a la ex congresista Consuelo González de Perdomo.
En febrero, también liberaron a los congresistas Gloria Polanco, Luis Eladio Pérez, Orlando Beltrán y Jorge Eduardo Géchem.
Ambas liberaciones se realizaron como gesto de desagravio a las gestiones humanitarias realizadas por el presidente Chávez y la senadora colombiana Piedad Córdoba, quienes fueron abruptamente expulsados por el Gobierno colombiano del proceso de mediación que adelantaban para alcanzar el tan anhelado canje humanitario.
El comunicado del Pentágono, emitido el 25 de abril, pone en valor que la reactivación de la IV Flota -creada en 1943 para hacer frente a la amenaza de los submarinos nazis en el Caribe y América del Sur y disuelta en 1950- servirá para "demostrar el compromiso de USA y de sus aliados regionales".
La Flota será comandada por el Contralmirante Joseph D. Kernan, actual Jefe de Comando de la Guerra especial naval, y tendrá su base en Mayport, en Florida; dependerá del Comando Sur con base en Miami. once navíos, de los cuales un porta-aviones y un submarino nuclear, constituyen el nucleo inicial de la flota.
La decisión del Pentágono interviene en un momento de particular tensión en América del Sur y de extrema volatilidad sobre los mercados de materias primas. No podemos olvidar que un tercio de las importaciones de petroleo de USA provienen de Venezuela, de Mexico y de Ecuador, lo que hace que la región sea un espacio estratégico para mantener la supremacía económica y militar del principal pais del planeta.
Segundamente, el Imperio viene de sufrir una serie de derrotas en la región: el triunfo de Fernando Lugo en Paraguay, la inminente creación del Consejo Suramericano de Defensa a petición de Brasil y de Venezuela, la consolidación del proceso conducido por Rafael Correa en Ecuador, que implica reveses para las multinacionales petroleras y mineras, y la consolidación de la independencia economica de un pais como Brasil , que va a reenforzar un Mercosur cada vez menos dependiente de economias del primer mundo, entre las mas significativas.
A todo esto debemos agregar, en tercer lugar, las fuertes tendencias a la instabilidad en la región, como lo muestran las recientes revueltas en Haití, el conflicto intenso para la hegemonia en Bolivia y la ofensiva de sectores del gran patronato contra el gobierno de Cristina Fernandez en Argentina.
Delante de este panorama, en el cual la inestabilidad tiende a ser acentuada por la especulación feroz del capital qu provoca alzas espectaculares de los precios de los alimentos, la reactivación de la IV Flora significa que los USA apuntan sobre un intervencionismo de tipo aeronaval y no terrestre, como lo reconoce el analistaa conservador argentino Rosendo Framboisier (" la IV Flota y los submarinos de Chavez", 28 de abril, en Nueva Mayoría).
En efecto, empantanados en Irak y en Afganistan, como está el Pentágono no dispone de fuerzas terrestres a "distraer" en otros teatros de operaciones. De allí su escogencia de fortificarse con medios aereos y navales para controlar una región que promete ser más hostil. Pero el despliegue de la IV Flota no es solamente una advertencia, es sobre todo una amenaza.
Bien que Hugo Chavez haya declarado que "el viejo imperio no mete miedo ya", lo que es sin lugar a dudas verdad de manera general en la escena Latino Americana, concretamente Washington es todavía capable de fabricar crisis, como lo demuestra estos días en Bolivia.
En ese andino pais se coloca una estrategia planificada de larga data, que pretende aprender de los "errores" cometidos en Venezuela, cuyo fracaso del Golpe de Estado de Abril 2002 estuvo a la base de la radicalizació n del proceso.
En Bolivia, por el contrario, se pone en obra una estrategia menos estridente pero tan destructiva como el golpismo, basado sobre una demanda de autonomía que en realidad forma parte del proyecto estratégico de Evo Morales pero que es utilizada con fines opuestos: en vez de dar poder a movimientos sociales y a la sociedad civil, busca a blindar los intereses de la oligarquía de la provincia de Santa Cruz y a frenar el proceso de cambios comenzado por el gobierno de La Paz. El resultado, en los menos malos escenarios, es la fabricación de un proceso que puede llevar el gobierno de Evo a una crisis de Estado, que lo forzaría a negociar a la baja el programa de cambios o que provocaría su demisión para evitar una guerra o la división del pais.
En este momento, valdría la pena tener en cuanta las reflexiones del geógrafo US Davis Harvey, que sostiene que el neoliberalismo se caracteriza por lo que él llama "acumulación de deposiciones", dicho de otra manera, la apropiación de bienes comunes, empresas, y hasta Estados. En un artículo reciente ("El Neoliberalismo como destrucción reativa"), Harvey sostiene que para" restaurar el poder de clase" -amenazado por las rebeliones a partir de los años 60- se fabrican crisis para poder imponer las recetas neoliberales.
Estas crisis pueden tomar formas muy diversas: Golpe de Estado, como en Chile, en 1973; la invasión, como en Irak; o la amenaza de bancarota, como se hizo con la ciudad de New York en 1975, para llevar al fracaso a los sindicatos municipales.
Lo que es cierto es que la acumulación por deposiciones no puede hacerse sin violencia, material, simbólica, o las dos a la vez, en un proceso totalmente antidemocrático de imposición vertical de un modelo de sociedad. ya no se trata solamente de defender los privilegios de una clase social, como ocurrió en los años 60 y 70 por medio de Golpes de Estado en toda la región. Digamos que esto era una táctica de "defensa" de los de arriba para mantener sus privilegios.
Ahora las cosas son enteramente diferentes: se busca a remodelar el Mapa de la región y del mundo, para las multinacionales y el Imperio, desplazando poblaciones enteras de territorios donde hay riquezas naturales o allí donde el capital busca tierras para producir mercancias por medio de monocultivos.
Y, para ésto, barrer por medio de la corrupción, o de la fuerza, los gobiernos que molestan.
La IV Flota es una pieza más de este engranaje.
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