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El juego del sionismo nuclear |
Mientras el ex presidente de EEUU, el socialdemócrata James Carter, denuncia que Israel ya cuenta con 150 ojivas nucleares no sujetas a control internacional, el OIEA, el organismo de la ONU encargado de supervisar la carrera nuclear (que todavía no "detectó" el arsenal israelí), acusa a Irán de ocultar "detalles" de su plan nuclear. La prensa internacional, controlada por el lobby judío, difunde ambas noticias sin preguntarse ni analizar porqué la "patria sionista" no está sujeta al mismo régimen de control que se le quiere imponer a Irán. Como siempre, son noticias "paralelas" que no se tocan para mantener el privilegio del selecto "club nuclear (integrado de facto por Israel) compuesto por las potencias centrales con EEUU, Rusia, China, y la Unión Europea, cuyo potencial podría destruir centenares de veces la Tierra, y sin embargo, alertan sobre el "peligro" que representan países en desarrollo y que todavía no cuentan con ninguna ojiva, como es el caso emblemático de Irán.El ex presidente de EEUU Jimmy Carter aseguró el lunes que Israel tiene un arsenal nuclear de 150 bombas atómicas, lo que desató airadas reacciones por parte de voceros israelíes.
"Sugestivamente", horas después, el Organismo Internacional de Energía Atómica, OIEA (bajo control de la ONU, es decir, de EEUU) dijo que "Irán aún no ha revelado toda la información sobre su programa nuclear, lo cual representa un desafío a las exigencias de las Naciones Unidas".
En un informe para el Consejo de Seguridad de la ONU, el organismo resalta que el supuesto programa de armas nucleares de Teherán sigue siendo un asunto de "gran preocupación".
Por su parte Carter, considerado como una "personalidad controvertida" por Israel, rompió la complicidad y el ocultamiento oficial (del cual es cómplice el OIEA) afirmando que el Estado judío dispone de un arsenal nuclear que nunca fue declarado.
Además, durante un discurso en una feria de libros en la localidad galesa de Hay-on-Wye, en la que además instó a Washington a negociar con Irán, el ex presidente de EEUU se sumó a una serie de declaraciones críticas hacia la política israelí en las últimas décadas.
Aunque los expertos internacionales y los servicios de inteligencia europeos y norteamericanos vienen revelando desde hace muchos años que Israel tiene ojivas nucleares y misiles, oficialmente los israelíes nunca reconocieron poseer la bomba atómica.
"Carter es responsable de lo que dice", leyó lacónicamente un portavoz del premier israelí Ehud Olmert, al tiempo que el general (R) Aharon Zeevi Farkash, ex jefe de la Inteligencia militar israelí, calificó de "irresponsables" las declaraciones del ex presidente, agregando que éstas se producen en un momento crucial "en el que se están realizando esfuerzos a nivel global para evitar que Irán se haga con la bomba nuclear".
No obstante su "complicidad silenciosa" con el arsenal judío, el programa nuclear iraní está bajo investigación del OIEA desde 2002 cuando unos disidentes revelaron la existencia de un programa secreto de enriquecimiento de uranio.
Rompiendo toda la historia de silencio israelí sobre el tema, y sorprendiendo al mundo con su "lapsus", el primer ministro israelí, Ehud Olmert, incluyó por primera vez, en diciembre de 2006, a Israel entre los países que poseen la bomba nuclear en una entrevista a una televisión alemana difundida por agencias internacionales.
Las insólitas declaraciones de Olmert violando el "secreto nuclear" mantenido por décadas por el Estado judío desencadenaron una tormenta y una dura reacción de la prensa y de todo el arco opositor, además de las de la ultraderecha gobernante en Israel que pidió su renuncia al cargo.
"El lapsus nuclear de Olmert", titularon algunos diarios israelíes. En un editorial de primera plana, el prestigioso Haaretz cuestionó las declaraciones de Olmert quien, según señaló, "prefirió olvidar que es el primer ministro, no otro comentarista".
El juego del sionismo nuclear
Aunque los expertos internacionales estiman que Israel cuenta con el sexto arsenal atómico más grande del mundo y podría tener hasta 200 cabezas nucleares, Israel, junto con EEUU, son los principales impulsores del aislamiento y ataque militar a Irán para terminar con el "peligro nuclear" que representa.
EEUU y la Unión Europea (con capacidad nuclear para destruir decenas de veces el planeta) continúan exigiendo a Irán que termine con su programa de desarrollo nuclear aduciendo el "peligro" que representa para sus vecinos y el resto del mundo, pero nada dicen del "peligro" que representan las armas nucleares de Israel, principal potencia imperialista del Medio Oriente.
Paradojalmente, las potencias que se sintieron "alarmadas" por el experimento nuclear de Corea del Norte, o que exigen un control del programa iraní, Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña han realizado como mínimo 2000 detonaciones nucleares, en la superficie o subterráneas, con el silencio e incluso la complicidad de la ONU.
EEUU, el mayor impulsor de las sanciones a Corea del Norte e Irán por sus programas nucleares, cuenta con 10.000 ojivas nucleares tácticas, e invierte 40.000 millones de dólares al año en su arsenal nuclear y en el desarrollo de nuevos sistemas de destrucción, que van a las arcas de las multinacionales de la guerra nucleadas en en Complejo Militar Industrial norteamericano.
Exceptuando Rusia, EEUU matemáticamente supera por 9 a 1 en poder nuclear a todas la potencias capitalistas juntas del planeta y su capacidad de despliegue de tropas y de armamento convencional rozan los mismos porcentajes.
Protegido por el "club nuclear", los secretos atómicos del estado israelí están muy bien guardados por su complejo militar industrial que juega un papel clave en la mentalidad y en los planes expansivos del imperialismo sionista en la región, sobre todo en el territorio usurpado a los palestinos.
La impunidad del ejército israelí está apuntalada por centenares de ojivas nucleares apuntando día y noche al corazón de sus enemigos estratégicos, no solamente en Medio Oriente sino en el resto del planeta.
La mayoría de los especialistas (incluidos los de la CIA y el M-16 británico) coinciden en señalar que su arsenal nuclear es el programa de armas de destrucción masiva más secreto del mundo.
A diferencia de Irán y Corea del Norte, cuyos programas nucleares han salido recientemente a la luz, Israel jamás firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear, creado para evitar la diseminación de este tipo de armamento a nivel mundial.
Por este motivo el Estado de Israel no ha recibido inspecciones ni amenazas de sanciones por parte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dependiente de la Organización de las Naciones Unidas.
La información confidencial obtenida, sobre todo después de las revelaciones del espía Mordechai Vanunu, llevó a varios expertos a calcular que Israel tenía al menos unas 100 ojivas nucleares, y posiblemente hasta más de 2000.
Para estimar la magnitud del poder nuclear israelí se cita como ejemplo a India y Pakistán, los dos miembros más jóvenes del "club nuclear", a los que se le atribuyen unas 20 ojivas nucleares.
Informes de inteligencia en Europa y EEUU señalan que las cabezas nucleares israelíes podrían estar hechas a medida para misiles Jericó, Lance y Hlarpon, y que las bombas podrían ser arrojadas por aviones F-4E, Kfir-C2s, Fiss e incluso por Skyhawks A-4. Con ese objetivo, Israel intentó adquirir misiles Pershing de los Estados Unidos en 1975, pero levantó la petición al generarse un escándalo político en Washington.
La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) señaló en un informe elaborado en 1968 que Israel se encontraba ya produciendo armas nucleares.
En un informe elaborado en noviembre de 1976 la CIA afirmaba que el desarrollo del arsenal nuclear de Israel fue preparado para su posible uso al comienzo de la guerra de 1973.
EEUU, su principal fuente de ayuda militar, fue informado oportunamente del programa nuclear de Israel. Según Sir Timothy Garden, docente de la Universidad de Indiana, en 1954 Israel firmó un acuerdo de cooperación nuclear con Estados Unidos. En 1958 aviones espía de Estados Unidos fotografiaron el complejo de Dimona.
Según las revelaciones de Mordechai Vanunu, ex empleado de la planta nuclear de Dimona, en 1986 Israel ya poseía 200 armas nucleares.
Mordechai Vanunu había sido encarcelado en los 80 por mostrar pruebas del programa nuclear de Israel.

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, mentiras, multitud, politica, violencia.
Sin embargo, tras su llegada al aeropuerto, el profesor de 55 años de edad fue llevado rápidamente a una oficina cercana de la Shin Bet donde fue interrogado por varias horas acerca de sus puntos de vista. Poco antes de ser puesto en un avión de regreso a Ámsterdam, su punto de partida, se le dijo al historiador judío que no podía visitar Israel durante diez años.
Finkelstein es hijo de sobrevivientes del gueto de Varsovia y de campos de concentración. En su libro escribió, “Estoy preocupado por la memoria de la persecución de mi familia. La campaña actual de la industria del holocausto para extorsionarle dinero a Europa a nombre de víctimas necesitadas del holocausto ha reducido la estatura moral de su martirio a niveles de un casino de Montecarlo.”
Previsiblemente, el poderoso establecimiento sionista, tanto en Israel como en Norteamérica, no pudo tolerar su osadía ni sus documentadas y meticulosos críticas.
En 2007, fue obligado a abandonar la Universidad DePaul después de una virulenta campaña de difamación proveniente de poderosas organizaciones sionistas, incluyendo la contribución del Profesor Alan Dershowitz quien es un firme partidario del apartheid en Israel.
Y ahora mi historia: hace unas semanas, recibí una invitación del Instituto Alemán de Relaciones Exteriores para asistir a una conferencia sobre cómo deben los periodistas compaginar el patriotismo con el profesionalismo místico en tiempos de guerra.
Fui a la oficina de la representación alemana en Ramallah, donde fui entrevistado acerca de mi orientación política y si tenía alguna asociación con organizaciones que el gobierno alemán considera “terrorista”. Siempre he sido y seguiré siendo un periodista independiente.
Nunca he pertenecido ni he sido miembro de ninguna organización o partido político. Ciertamente, como todos los demás, tengo algunos puntos de vista sobre la ocupación israelí en mi país y sobre la opresión a mi pueblo.
¿Y qué? Después de todo, ninguna persona honesta en el planeta habría de esperar de nosotros amor hacia nuestros torturadores.
¿Los judíos aman a sus torturadores?
He realizado esfuerzos laboriosos y he tocado muchas puertas para obtener un permiso que me permita viajar al extranjero para la conferencia de dos días.
Interesantemente, no he podido viajar al extranjero durante 13 años, excepto un breve viaje a La Meca y Medina con mi finada madre para el peregrinaje de El Haj en 1997.
La semana pasada fui a la Oficina de Coordinación de Distrito (DCO, por sus siglas en inglés) en Dura, mi pueblo, esperando que me pudiesen ayudar. La oficina le envío mis datos personales a la oficina de la Shin Bet en Hebrón.
Sin embargo, al día siguiente me dijeron lacónicamente que tenía “prohibido viajar por razones de seguridad”.
No me dieron detalles adicionales.
En el proceso, descubrí la dolorosa verdad de que los oficiales de la DCO de la Autoridad Palestina (AP) no son más que intermediarios insignificantes entre las autoridades de la ocupación israelí y los ciudadanos palestinos.
No tienen nada de autoridad o influencia, lo cual generalmente encarna el estado general de las relaciones entre Israel y la AP.
La semana pasada, me avisaron que tenía que ir a las Oficinas Centrales de la Administración Civil del ejército israelí en Hebrón a fin de obtener un permiso de seguridad o al menos para explicarles mi caso a los oficiales. Ahí vi a docenas de palestinos en busca de un permiso, atiborrados como animales de granja en un corral metálico, esperando un permiso de admisión.
Me dijeron algunas personas que habían estado esperando su turno durante diez horas.
Algunas personas necesitaban urgentemente un permiso de viaje por razones médicas tales como internarse para una operación quirúrgica urgente en un hospital de Jerusalén Este.
Calculé que incluso si tuviese que padecer la humillación de languidecer durante 10 o 15 horas en ese corredor de tipo corral metálico, monitoreado constantemente por soldados de gatillo fácil en las cercanías de las torres de vigilancia militares, no había garantía alguna para obtener el permiso de ingreso y entrevistarme con un oficial de seguridad a quien le tendría que explicar mi caso.
De hecho, era bastante obvio que los soldados disfrutaban con la indescriptible humillación y persecución a los palestinos que diariamente buscan su permiso en estas instalaciones de mala fama.
De verdad pensé que la “Oficina de Administración Civil” era un nombre sumamente inapropiado y que un nombre verdaderamente apropiado para estas instalaciones del odio sería el de “Estación de Humillación Central” dado que no tienen nada de civilizado en absoluto.
Hace unos días le llamé a Hussein Sheikh, jefe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Civiles en Cisjordania y le expliqué mi problema. Le informé que nunca había sido arrestado ni detenido por los israelíes y que no había ninguna justificación verdadera para prohibirme viajar. Coincidió conmigo y me pidió enviarle mis datos personales por fax.
Sin embargo, después de esperar varios días, fue obvio que las autoridades de la ocupación israelí no le prestaron atención a su “mediación” en mi representación.
Algunas personas me han sugerido solicitar la ayuda de colaboradores de tiempos pasados. Sin embargo, sé bien que utilizar a un perro proisraelí para interceder por mí ante los israelíes es demasiado.
Después de todo, pase la mitad de mi vida expuesto a estos brotes malignos que le permiten a Israel lograr muchas de sus metas criminales en Palestina.
Engrilletando periodistas
No necesito mencionar que Israel, que clasifica a los palestinos en terroristas que deben ser aniquilados o en colaboracionistas, no tiene derecho de denegarles la libertad de tránsito a los periodistas palestinos, internamente o externamente.
De hecho, sin esta libertad un periodista difícilmente puede desempeñar su trabajo de manera apropiada.
Como periodistas palestinos, no podemos comprometer nuestra honestidad y profesionalismo en aras de obtener un permiso de viaje emitido por una potencia ocupante que se llama a si misma la más libre y el único estado democrático en Medio Oriente.
No podemos adoptar las narrativas israelíes, ni utilizar la jerga israelí ni repetir como pericos las mentiras israelíes. Nuestra responsabilidad es primera y principalmente a nuestra conciencia.
Israel y sus partidarios en Norteamérica y Europa reivindican ad nauseam que Israel es un estado democrático, pero los estados verdaderamente democráticos no imponen arrestos a los periodistas debido a que sus escritos son considerados no conformistas.
De hecho, un estado que se comporta de esta manera debe ser desesperanzadoramente inseguro, de otra manera uno se preguntar qué riesgos de seguridad se derivan al permitirle a un periodista viajar a Alemania, un estado que asume los postulados israelíes y sionistas.
¿Está Israel preocupado de que gente como Khalid Amayreh y Norman Finkelstein expongan la criminalidad del estado israelí más de lo que ya ha sido expuesta? ¿Es esta la razón por la que las autoridades israelíes intentan engrilletar la libertad de tránsito de un pueblo?
Israel no tiene derecho de violar burdamente los derechos humanos y civiles de un pueblo en nombre de un mantra amorfo y desenfrenado llamado “seguridad”.
Israel, que no ha dejado piedra sin voltear para obtener del gobierno de la antigua Unión Soviética un permiso para que Nathan Sharansky y otros llamados “prisioneros de Sión” abandonen Rusia, está implementando el mismo crimen al negarles a miles, o probablemente a decenas de miles de palestinos su derecho inalienable a viajar al extranjero por razones religiosas, profesionales, mercantiles, de salud o recreacionales.
No somos ciudadanos israelíes e Israel no tiene soberanía sobre nosotros. Por ende, la represión draconiana es incompatible con la ley internacional.
Por lo tanto, llamo mis colegas en todo el mundo a protestar vehementemente contra esta violación de mis derechos naturales y humanos a viajar, primeramente como ser humano y en segundo término como periodista.
Finalmente, le dedico unas cuantas palabras a la Autoridad Palestina. Vosotros mantenéis una vasta burocracia de miles de oficiales y personal operativo cuyo principal trabajo se supone que es ayudarles a los ciudadanos palestinos a superar las estrictas restricciones de la ocupación.
Sin embargo, es obvio que habéis fallado en la implementación de vuestras tareas.
Verdaderamente es triste y penoso que mientras Israel les permite a algunas personas muy importantes viajar libremente (probablemente en espera de obtener a cambio un trato preferencial que facilite la consecución de los perniciosos objetivos israelíes), el régimen de la ocupación israelí continúa negándole al pueblo palestino sus derechos básicos, incluyendo el derecho a viajar.
Es tiempo de que insistáis para que Israel se abstenga de interferir en la libertad de tránsito de los palestinos. Si no podéis hacerlo, entonces empacad y largaos. Esto sería mucho mejor para vuestra dignidad y la dignidad del pueblo palestino.
Ese informe enumera una lista de documentos proporcionados por otros países que evocan una "posible dimensión militar" del programa nuclear iraní.
Según la AIEA, Teherán se limitó a desechar estos "supuestos estudios" alegando que eran "falsos" y no se fijó en otras informaciones obtenidas por la agencia.
"El Parlamento no permitirá que se mantengan tales engaños y, si continúan por ese camino, el nuevo Parlamento intervendrá en el caso y establecerá una nueva línea de cooperación con la AIEA", advirtió Larijani en un discurso ante la Cámara, retransmitido por la radio.
"Esta actitud de la agencia es lamentable", añadió Larijani, que aconsejó a la AIEA "evitar prestarse a juegos diplomáticos sospechosos (...) con el grupo 5+1".
Ese grupo, que reúne a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, EEUU, Francia, Reino Unido, Rusia) y a Alemania, intenta desde hace dos años que Irán suspenda su programa de enriquecimiento de uranio, sin éxito a pesar de las sanciones aplicadas por la ONU en tres resoluciones.
El grupo 5+1 debería enviar próximamente a Teherán una oferta "actualizada" de una importante cooperación a cambio de la suspensión del enriquecimiento de uranio.
Irán restringió su cooperación con la AIEA en 2006, como represalia por la presentación de su expediente ante el Consejo de Seguridad a causa de las reticencias de la República Islámica en dar explicaciones sobre su programa nuclear.
Teherán siempre ha evitado atacar los informes de la agencia, prefiriendo subrayar las partes positivas y minimizar las que le perjudicaban.
Esta actitud ha cambiado con el informe del pasado mes de febrero, más crítico, y sobre todo tras la presentación por un alto responsable de la AIEA, Olli Heinonen, de los últimos estudios, cuestionados por el gobierno iraní.
El periódico Kayhan, que refleja las ideas de los conservadores en el poder, acusó a Heinonen de servir a los intereses de Estados Unidos y de Israel.
Larijani, elegido el miércoles al frente del Parlamento, afirmó que "si (la AIEA) quiere una cooperación más sincera con Irán, sus informes tienen que estar más equilibrados y no tienen que buscar el escándalo mediático".
Refiriéndose a la posibilidad de que Europa se aparte de EE.UU. en una entrevista con el Guardian, dijo: “¿Por qué no? No son nuestros vasallos. Ocupan una posición igual a la de EE.UU.”
El bloqueo de Gaza gobernada por Hamas, impuesto por EE.UU., la UE, la ONU y Rusia – el así llamado Cuarteto – después de la victoria electoral de Hamas en 2006, es “uno de los mayores crímenes de derechos humanos en la Tierra,” ya que significa el “encarcelamiento de 1,6 millones de personas, 1 millón de los cuales son refugiados”. “La mayoría de las familias en Gaza comen sólo una comida por día. Es embarazoso ver como los europeos aceptan algo semejante.” dijo Carter.
Llamó a la UE a reevaluar su posición si Hamas acepta un cese al fuego en Gaza. “Que los europeos levanten el embargo y digan que protegerán los derechos de los palestinos en Gaza, e incluso envíen observadores a la puerta de Rafah [el cruce de Gaza hacia Egipto] para asegurar que los palestinos no lo violen.”
Aunque hace 27 años desde que abandonó la Casa Blanca, Carter se reunió recientemente con dirigentes de Hamas en Damasco. Declaró que era un gran adelanto cuando persuadió a la organización a ofrecer un cese al fuego en Gaza y una detención de los ataques palestinos con cohetes contra Israel si Israel detenía sus ataques aéreos y terrestres contra el territorio.
Carter describió la prohibición de hablar con Hamas auto-impuesta por los gobiernos occidentales como poco realista y dijo que todos saben que Israel negocia con la organización a través de un mediador egipcios, Omar Suleiman. Suleiman llevó la oferta del cese al fuego de Hamas a Jerusalén la pasada semana.
Israel sigue dudando respecto al cese al fuego, confirmó Carter ayer. “Hablé con el señor Suleiman antes de ayer. Espero que los israelíes acepten,” dijo.
Aunque se muestra escrupulosamente cortés hacia el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y el primer ministro, Salam Fayyad, quienes representan al movimiento Fatah, fue cáustico sobre su exclusión de Hamas. Describió al gobierno de Fatah como nada más que un “subterfugio” que apunta a soslayar la victoria electoral de Hamas hace dos años. “El principal encuestador de opinión en Ramallah me dijo el otro día que la opinión en Cisjordania se está inclinando a favor de Hamas, porque la gente cree que Fatah se ha vendido a Israel y EE.UU.” dijo.
Carter dijo que la política del Cuarteto de no hablar con Hamas a menos que reconociera a Israel y cumpliera con otras dos condiciones fue elaborada por Elliot Abrams, un responsable en el consejo nacional de seguridad en la Casa Blanca. Calificó a Abrams de “un partidario muy militante a favor de Israel.” El ex-presidente, cuyo Centro Carter de monitoreo de elecciones acababa de declarar la victoria electoral de Hamas como libre y justa, se dirigió al Cuarteto durante 12 minutos en su sesión en Londres en 2006. Lo instó a hablar con Hamas, que había ofrecido la formación de un gobierno de unidad con Fatah, los perdedores.
“El documento final del Cuarteto había sido redactado de antemano en Washington, y no se cambió ni una línea,” dijo.
Anteriormente, Carter. dijo a Sky News que Hillary Clinton debiera abandonar su batalla por llegar a ser la candidata presidencial demócrata después de la última vuelta de primarias a principios de junio. Como numerosos súperdelegados, todavía tiene que declarar su apoyo por Clinton o Barack Obama, pero sugirió que el resultado de la contienda era inevitable. “Pienso que muchos de nosotros, súperdelegados, tomaremos una decisión... bastante rápido, después de la última primaria el 3 de junio,” dijo. “Creo que en ese momento habrá llegado la hora para que ella desista.”
Anoche, ante numeroso público en Hay, Carter habló de su “horror” ante la participación de EE.UU. en la tortura de prisioneros, diciendo que quiere que el próximo presidente de EE.UU. prometa que nunca volverá a hacerlo.
Dejó una alusión fascinadora de que George Bush incluso podría enfrentar un enjuiciamiento por crímenes de guerra una vez que deje el cargo.
Al ser apremiado por el abogado Philippe Sands sobre la reciente admisión de Bush de que había autorizado procedimientos de interrogatorio ampliamente vistos como equivalentes a tortura, Carter respondió que estaba seguro de que Bush podría vivir una pacífica “vida productiva – en nuestro país.”
Sands, experto en derecho internacional, dijo posteriormente que eso era una “confirmación clara” de que aunque Bush no sería cuestionado en su propio país, “lo que ocurriera fuera del país es un asunto totalmente diferente.”
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