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Boicot a Falsimedia |
Como afirmé hace algunos años, la sana costumbre de adquirir la prensa diaria en ese país llamado España, la suprimí de entre mis deberes cotidianos en lo que atañe a periódicos que ya no son tales, sino Alcázares muy bien confeccionados y defendidos, como El País o El Mundo, desde donde se lanza, de forma torpe y machacona, un discurso repleto de manipulaciones, mentiras y falsedades varias, que deberían lograr que el rubor profesional apareciera no sólo en los redactores responsables, sino en cualquiera de los lectores que tienen la suficiente perspicacia para oler ese cambio sustancial, acaecido en el 90 por ciento de las publicaciones del primer mundo.
Desaparecida la Unión Soviética, Falsimedia se decantó por seguir a las huestes ideológicas herederas del fariseísmo (USA y casi todos sus gobiernos, desde aquel que presidió un enamorado de Franco, el general Eisenhower), ataviados con traje de demócrata a la CIA o FBI, de esos que echan una mano a los milicos para implantar dictaduras sangrientas, que son la mejor prueba de cómo se organizan sistemas sufragistas a lo Uribe, delincuente en sesión continua, narcotraficante en alta definición, asesino no sólo de cientos de civiles, sino de las esperanzas de paz en la amada Colombia, que obedece sin rechistar al factótum de la multinacional Democracia SL, quien desde la Casa Blanca preside los designios de la ultraderecha mundial: Israel, Alemania, Chequia, Austria, Italia, Holanda, Marruecos, Kuwait, etc.
Los ataques injustificados, las excesos de todo tipo, las invenciones (siempre vejatorias hacia los gobiernos que no son del agrado de Washington), llegan a extremos tales que, al menos en mi opinión, están muy cerca del esperpento periodístico, cuando no de la más palpable demostración de la histeria irrefrenable que aqueja a sus directivos y consejeros de administración. Cuando quienes leíamos en los textos de las facultades de periodismo, que un corresponsal, por ejemplo, debe ser veraz, riguroso y objetivo (vamos, que no se le vea el plumero, como a mí, que no tengo que mentir, ni ser corresponsal de Falsimedia para vivir), acerca de los protagonistas de una noticia, creíamos que lo que se vende en los quioscos cumplía esos requisitos mínimos, por lo menos en las narraciones que llegaban desde países lejanos. Recuerdo que un profesor nada progresista de la Escuela de Periodismo en Madrid, como era Bartolomé Mostaza, solía ponernos ejemplos como éste:
“Si un testigo presencial de un hecho dramático, cual puede ser una deflagración de la que como resultado se dieran diez muertos y treinta heridos, encabeza su crónica con el titular 10 victimas mortales y 30 heridos graves por una bomba en... (más el lugar del hecho), pero en la redacción algún listo o él mismo coloca el subtítulo Una de las víctimas es un niño de 7 años que iba a hacer la Primera Comunión (más una foto de grandes dimensiones con miembros humanos esparcidos por el suelo), se está violando el mínimo principio de independencia, mesura y precisión periodísticas, para favorecer únicamente la venta de periódicos, tratando de que los corazones ajenos se estremezcan con la imagen y con el segundo de los titulares”.
Contemplar un ejemplar del diario El País, de hace unas semanas, donde en primera plana aparecen a cuatro columnas y en grandes titulares, las hazañas y foto de un psicópata austriaco, resulta tan espantoso, periodísticamente hablando, como los delitos y torturas de aquel bruto.
A El País, cuando menos, se le ha caído la A y ahora es EL PIS.
Otro ejemplo, que El Pis, perdón, El País, El Mundo y los demás amantes de la senda de la casquería reiteran de forma paranoica, es el referido a los acontecimientos que un semanario ya extinto, como fue El Caso, publicitaba, entre el jolgorio de ese sector de la ciudadanía (que debería pasar por una consulta psiquiátrica), y la sonrisa comprensiva de los empresarios (a quienes las desviaciones y patologías de la personalidad sirven a sus intereses espurios), mostrando sus vergüenzas con la naturalidad de una mediocre profesional del strip-tease, aunque los clientes de hace años recordaran que, en el pasado, la vetusta dama era una excelente intérprete de cuplés inteligentes e irónicos, a la que acompañaban entre aplausos una larga lista de escritores de calidad indiscutible; muchos desertaron cuando la cupletera se bajó las bragas ante las exigencias borbónicas, pero otros han firmado en el Libro de Estilo Pestilente porque, al contrario que los directivos de Falsimedia, los sueldos no son despreciables.
El Pis, perdón, El País todavía, blasona de haber destacado un número suficiente de corresponsales en el extranjero. Impecable cobertura. Lo malo es que todos utilizan el mismo perfume Bushit, de la empresa White House, que despide un nítido aroma de anticomunismo militante, y que se vende en medio mundo. El diario de los Polancos, Cebrianes, Ceberios y Estefanías*, ha llegado a la cima de la vesania y la violación pertinaz de la neutralidad y rigor periodístico, ordenando a la redacción en pleno, y a los colaboradores en general, que incluso en el área de cultura, el común denominador de los artículos, en esta etapa histórica en la que varios países de la castigada América Latina comienzan a liberarse de las dictaduras implantadas por USA, debe ser la invención o manipulación de frases jamás pronunciadas por lideres, artistas, intelectuales y políticos incómodos para Falsimedia, o sea, para los empresarios del mundo, verdaderos dueños no solo de las fábricas, sino de las factorías de donde surgen personalidades obedientes al liberalismo salvaje que ansían imponer por la fuerza bruta.
La democracia made in G-7 se quitó la careta cuando en España, Alemania, Italia o Francia se dotaban de regímenes de centro-izquierda, llegando en el 2008 a una Europa en la que las derechas humanas se ciscan sonriendo sobre los derechos humanos, entre el estoicismo de una sociedades adormecidas por el consumo alocado, y la bendición urbi et orbi de un presunto criminal, estafador y nazi que se hace llamar Benedicto XVI*, director general de una multinacional denominada Vaticano, de la que Javier Sánchez dice lo siguiente, en su web:
“Es una empresa transnacional que comercia con intangibles para el futuro. Ahora que se viene señalando con índice de fuego el papel tenebroso que juegan las empresas en el derrocamiento de los regímenes democráticos, es oportuno enfocar la atención sobre esta transnacional, que no solamente es la más antigua del mundo, sino la mejor organizada. Al igual que la ITT, la Shell, la United Fruit, la Standard Oil, la Coca-Cola y similares, tiene sucursales en muchos países del mundo y una pirámide de funcionarios y empleados, de diferentes nacionalidades, que le juran lealtad exclusiva”.
Desde esta web, propongo seriamente el boicot a Falsimedia y su entorno mediático. Mas si, por desgracia, cayeran en la tentación de leer alguna de sus publicaciones, al menos que sea la que haya adquirido un conocido, es decir, que no tengan que soltar ni un euro. En menos de un mes, se darán cuenta de la felicidad que supone no tener que soportar el peso de esa cadena de mentiras, a la que millones de personas se hallan atadas y de la que es tan sencillo liberarse. Les aseguro que no hay mono cuando se abandona Falsimedia.
Esa estaca, como cantaba Lluis Llach, caerá poco a poco si usted deja de comprar diarios como los arriba citados.
Sé feliz: abandona Falsimedia.
Nota.- “Vestido de blanco va, el mensajero de la paz, bendiciendo cruzadas de la OTAN”, cantaban en un disco los chicos del grupo Reincidentes.
“Blanqueando el dinero de la mafia, apoyando al fascismo mundial: Amaos los unos a los otros, dice el asesino”, que cantaba La Polla Records (¿No será “Armaos los unos a los otros”? piensa el Papa Benedicto XVI
Nota.- De este último, Joaquín Estefanía, es de obligada lectura el libro editado por Akal, en 1979, titulado La Trilateral Internacional del Capitalismo – El Poder de la Trilateral en España, obra en la que Jesús de Polanco aparece citado entre los miembros de esa Mafia Internacional. El empresario, lejos de ordenar la neutralización profesional del sacrílego, ofreció un sabroso anzuelo al autor, en forma de contrato, con lo que la obra fue retirada y Estefanía fichó por Prisa, en donde continúa como Profesor de la Universidad de la Falacia, perdón de Periodismo El País, términos antitéticos, como es bien sabido. Coherencia, se llama a eso.
Carlos Tena
Etiquetas: conocimiento, medios, mentiras, multitud, politica, violencia.
Si los servicios secretos del ejército colombiano (de donde procede la información) tuvieran una prueba contundente sobre esa supuesta catarata de dólares bolivarianos para las FARC, ¿no le habrían filtrado a la periodista de EL PAÍS algo más que mensajes troceados y conclusiones forzadas?
Nos cuenta la enviada especial (El País/10 de mayo) que hay dos copias de la documentación que dicen que han encontrado en tres ordenadores portátiles que dicen que son de Raúl Reyes y que también dicen que resistieron la destrucción de las bombas que todo lo despedazan: una para los servicios secretos de los uniformados colombianos y otra para la INTERPOL que todavía no ha difundido su veredicto sobre la credibilidad de tan oportuno hallazgo.Lo único que sabemos con seguridad es que las ’pruebas’ mal reportajeadas por Maite Rico proceden de la copia mal cocinada por los militares del presidente Alvaro Uribe.
¿Por qué habrá enviado ahora EL PAÍS a Colombia a la especialista en reportajes para el saneamiento de Uribe? ¿Será por qué PRISA aspira a conseguir el tercer canal privado de la televisión colombiana? ¿Será porque Uribe necesita mucha ayuda cuando ya le acusan directamente (testigos parlamentarios y de los escuadrones de la muerte) de autorizar matanzas de los paramilitares y de comprar votos para su reelección presidencial? ¿Será también porque visita España el presidente de Ecuador?
Si la INTERPOL no avala la versión de Uribe sobre los ordenadores supuestamente de Raúl Reyes, El País ya la ha convertido en ’palabra de Dios’ y no rectificará. Como no rectificó cuando la OEA aseguró que eran falsas las informaciones de Maite Rico sobre la ’libertad de circulación’ de los guerrilleros de las FARC en Ecuador.
¡Qué rico, Maite, el tintico informativo con los militares asesinos!
En España, El País fue el único diario que se hizo eco de esta noticia, dando así categoría de hechos a lo que desde el Gobierno de Estados Unidos sólo habían anunciado como posibilidad, tras los hallazgos del ordenador de Raúl Reyes (que lógicamente siempre han podido ser manipulados).
Esto se enmarca dentro de la evidente campaña brutal que este diario y el grupo mediático al que representa desarrolla desde hace tiempo contra Venezuela y todos los países de Latinoamérica que representan un cambio popular y democrático, plenamente soberano, frente a los intereses de las multinacionales.
Desde que este periódico calificara al Che Guevara como terrorista, y ya antes, su giro hacia la derecha, no dejó de crecer. Hoy, en sus páginas de Internet, como en el blog de la noticia del sábado 10 de mayo sobre la relación de Venezuela con las FARC, se puede apreciar que muchos de sus lectores nada tienen que ver con el antiguo perfil progresista, preocupado e inquieto. Uno de los comentaristas decía por ejemplo que efectivamente, no tenía dudas de la relación entre el gobierno de Venezuela y las FARC porque había sido publicado varias veces en publicaciones de los servicios de inteligencia israelíes, y estaba advertido por la propia CIA (claro, evidentemente, qué van a decir). De los más de 150 mensajes o comentarios que dejó esta noticia, casi todos iban en el tono de que Chávez no es sólo un dictador, sino que ahora es también un terrorista.
Por otra parte, en este mismo blog de la noticia, se puede apreciar cómo este tipo de noticias manipuladoras, arriesgadas e irresponsables, confrontan a ciudadanos colombianos con venezolanos, y recuperan antiguas rivalidades, y odios.
Al mismo tiempo que todo esto, la IV flota de Estados Unidos está ya frente a las costas de estos países hermanos. Crucemos los dedos. Pero que no nos confundan, la opinión pública no debe participar en estas maniobras, no se dejen manipular.
Exijamos la democratización de los medios YA.
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