«« | »» |
Tropas de EEUU en la Amazonía |
El líder de la oposición peruana, el ex comandante Ollanta Humala, denunció este domingo en una entrevista con Efe la presencia no autorizada de tropas estadounidenses en zonas selváticas del país fronterizas con Colombia.
«La información que tengo es que sí hay tropas norteamericanas en la Amazonía», aseguró el líder del Partido Nacionalista Peruano (PNP), sin dar detalles sobre los motivos de este despliegue o el número de efectivos.
Por ello, exigió que el ministro peruano de Defensa, Ántero Flores-Aráoz, «afirme o desmienta" la información que, según dijo, le fue proporcionada por colegas militares que trabajan en Iquitos», la capital del departamento de Loreto y la ciudad selvática peruana más próxima a las fronteras con Colombia y Brasil.
Humala cree que es «factible» y «probable» que las FARC estén ingresando a territorio peruano porque «el terreno facilita la infiltración en las zonas de la selva» y además se ha reducido, por cuestiones de presupuesto, el número de puestos de vigilancia en la frontera, dijo.
Por otro lado, Humala señaló la persecución de la que son víctimas los detractores del Gobierno.
Para ello, se ha «construido toda una teoría para asustar a la población, a los opositores y han pintado una infiltración chavista» para hacer pensar que esos opositores son «subversivos o terroristas», entre ellos, los integrantes de la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB) y de las denominadas Casas del Alba.

Etiquetas: conocimiento, medios, mentiras, multitud, politica, violencia.
Se trata de una campaña internacional contra su nación, denunció al enfatizar que no va a “permitir que desde afuera se intente desestabilizar a este proceso soberano, levantando patrañas, infamias y mentiras que intentan imponernos una agenda ajena a los intereses” nacionales.
El mandatario desestimó todos los intentos de un gobierno de la región de involucrar a Ecuador en el Plan Colombia y reiteró que el que quiere esto “está equivocado”.
Este país sí sabe respetar el principio de autodeterminación de los pueblos y el de no intervención, “y con la autoridad moral que de ello emana demandamos el mismo tratamiento para un país, que el 15 de enero del 2007 dejó y para siempre de ser traspatio y sucursal del poder omnímodo”, aseveró.
El jefe de Estado perseveró en promover la integración regional y aclaró que valora al pueblo colombiano, el cual espera se sume al proceso de fusión de las naciones de este continente.
Al referirse a la cita de los países firmantes del Convenio Andrés Bello, recalcó que el rol de las universidades es fundamental para el desarrollo de las naciones frente a la necesidad de disminuir la dependencia de las grandes áreas productoras de tecnología en el mundo.
Tal paso posibilitará la construcción de una cultura soberana e independiente, concluyó.
Estos eventos se desarrollan desde el 2001, primero para enfrentar al ALCA y desde el 2007 contra los TLC. Y ha sido de esa forma porque el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) ha cambiado y ahora se presenta con el rostro de Tratado de Libre Comercio, sin que desaparezca su esencia norteamericana de querer controlar el comercio, la economía y hasta la soberanía de los pueblos que se acojan a sus directivas.
Innegablemente, el activismo de los movimientos sociales logró un primer triunfo pero la ideología neoliberal del libre comercio aun persiste e incluso intenta tomar un nuevo impulso en una segunda oleada neoliberal.
Tratados con Estados Unidos ya tienen firmados Canadá, México, Chile, Perú, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Guatemala y República Dominicana; están pendientes de ratificación los de Colombia y Panamá.
A la tesis norteamericana de controlar a Latinoamérica mediante vínculos comerciales, se ha unido la Unión Europea, endulzando sus intenciones con propuestas de Acuerdos de Asociación Económica y de Cooperación , que aunque se diferencian en algo a los elaborados por Washington, en el fondo, por su contenido son similares, y ya se han acordado con México, Chile; avanzan en Centroamérica, el Caribe y en las naciones andinas.
Esta incursión desde el Norte ocurre cuando estos cierran sus mercados e insisten en que sean abiertos los de los pobres; se estancan en un callejón sin salida los temas sobre el desarrollo del Sur a través del trato especial y diferenciado, la relación entre comercio, deuda y finanzas y transferencia de tecnología.
En tiempos recientes, los organismo y medios de comunicación internacionales ha levantado una fuerte propaganda sobre el crecimiento del Producto Interno Bruto en América Latina y así como la especialización en sus exportaciones de productos básicos y minerales, lo cual confirman la dependencia y la subordinación de esos países frente a los países del Norte.
En una conferencia especial, el presidente del Comité organizador del evento y del Centro de Estudios de la Economía Mundial (CIEM), Osvaldo Martínez, dijo que “el crecimiento más alto en los últimos años, efectuado sobre las bases neoliberales de la mayoría de las economías de la región e insertada en el patrón de relaciones de explotación Norte-Sur, no ha hecho más que enriquecer a los ya ricos y apenas alcanzar con residuos a los 200 millones de pobres, 53 millones de hambrientos y 42 millones de analfabetos”.
Seguidamente argumentó que esas personas necesitan alimentos, trabajo, educación y salud, en vez de libre comercio o una nueva oleada neoliberal de ingreso de transnacionales ávidas de controlar los recursos naturales que en el Norte escasean y los productos básicos ahora con precios más altos.
La lucha por las verdaderas reivindicaciones de bienestar social para los pueblos debe incrementarse en todos los ámbitos de la vida nacional y contrarrestar acciones como los proyectos de sembrar grandes extensiones de terrenos para dedicarlos al cultivo de cereales y alimentos que después serán convertidos en combustible que serán quemados por los autos de los países industrializados mientras los alimentos se encarecerán en detrimento, mayormente, de las inmensas aleadas de pobres existentes en el mundo.
En los cinco días de reuniones, representantes de organizaciones sociales, indígenas, campesinas, ambientalistas, pacifistas, intelectuales y sindicales de América Latina y el Caribe denunciaron "los intentos de hacer creer que la deuda externa es un capítulo cerrado cuando, por el contrario, los flujos de endeudamiento siguen aumentando en beneficio de países industrializados".
A juicio economista Eric Toussaint, los eficientes métodos para calcular intereses y la creciente importancia de las deudas internas bajo el control de bancos internacionales continúan desangrando a las economías pobres.
"El FMI y el Banco Mundial (BM) pretenden la hegemonía de las adecuaciones al sistema neoliberal, para asumir la planificación que corresponde a los gobiernos soberanos", señaló el experto.
El evento realizó un minucioso análisis sobre la importancia de continuar la proliferación, concatenación y unión de los movimientos sociales pues aunque el ALCA fue detenido como conglomerado de colonización, Estados Unidos y los países industrializados buscan otras formas para mantener el sometimiento de las naciones pobres.
Esas mutaciones tienen distintas y numerosas aristas como el empleo por Estados Unidos y sus aliados de la militarización de las sociedades latinoamericanas, de leyes antiterroristas y de enormes campañas de propaganda para mantener su poder.
En ese sentido, la mexicana Ana Esther Ceceña, del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica, destacó el persistente empeño de la Casa Blanca de fortalecer su sistema de bases militares para defender los intereses de sus transnacionales y entrenar a los ejércitos de las oligarquías locales.
La ecuatoriana Irene León se refirió a la estructuración por esa derecha neoliberal de la ideología de la seguridad y la vigilancia como la nueva cara de la globalización, que se extiende a todos los aspectos de la vida desde lo militar propiamente dicho hasta la ayuda humanitaria.
De ese modo, argumentó, los gobiernos burgueses criminalizan toda movilización, manifestaciones, paros, huelgas y hasta la existencia de sindicatos, lo cual tiende hacia el establecimiento de sociedades intolerantes.
Los delegados de las 32 naciones reunidas en el evento reafirmaron que solo la unión y la fuerza de los movimientos sociales podrán contrarrestar esas acciones emprendidas contra los pueblos del Sur y ayudar a impulsar los cambios democráticos y nacionalistas que han tenido lugar durantes la última década en América Latina y el Caribe y con los cuales Estados Unidos está en completo desacuerdo.
De ahí la importancia en mantener reuniones de intercambio como el recién finalizado Encuentro Hemisférico de lucha contra los TLC, los cuales ayudan a esclarecer ideas y trazar líneas de trabajo para beneficio de los pueblos latinoamericanos.
«« | Inicio | »» |