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Parten hacia Kosovo tropas españolas |
El primer contingente de los 230 militares de la Agrupación Táctica Baleares II que se trasladarán a Kosovo para realizar una operación de mantenimiento de paz ha salido desde la Base Aérea de Son Sant Joan a bordo de un avión de la compañía Air Europa.
Es el primer contiengente que viaja a Kosovo tras la declaración de independencia. Fuentes del Ejército han admitido que la situación en la zona es de inestabilidad aunque no mayor que la que había antes de la independencia.
Los soldados de las islas se desplazarán a la Zona de Operaciones de Kosovo permaneciendo durante un periodo de cuatro meses en la Base España de Istok. Se desplazarán en cuatro vuelos diferentes y en el marco de la misión de paz denominada Operación Sierra Kilo XX, que estará liderada por la Agrupación Táctica Balears II hasta mediados del mes de agosto, sustituyendo así a la Agrupación de Ceuta y Melilla.
Los soldados que tienen por delante una labor difícil, ya que consistirá en la "vigilancia permanente de reasentamientos de refugiados, la vigilancia de puntos de interés patrimonial, la realización de obras de infraestructuras, la rehabilitación de edificios, como escuelas o guarderías, o la distribución de ayuda humanitaria".
Situación tras la independencia
Preguntado sobre si la situación que se van a encontrar los soldados es más insegura respecto a años anteriores, debido a la declaración de independencia de Kosovo, el teniente general Virgilio Sañudo Alonso ha reconocido que existe "cierta inestabilidad" en la zona, si bien considera que "no es superior, ni distinta a otras veces".
Las tropas españolas se encuentran en Kosovo en cumplimiento de lo acordado en la Resolución 1.244 de 1999 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en lo que se refiere a "contribuir a establecer y mantener un entorno seguro y estable que permita la libertad de movimientos, la convivencia y la reconstrucción de una zona castigada por años de conflictos internos, desplazamiento de miles de refugiados y siglos de recelos y odios".
Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, multitud, politica, violencia.
Aseguró que para mantener una política nacionalista "es necesario que los sectores independientes y progresistas retomen el control de la institución y se restrinja el poder de un grupo que responde al ex presidente Lucio Gutiérrez". El proceso de cambio en las fuerzas armadas ecuatorianas se inició posteriormente a la guerra de 1995 con Perú, pero se profundizó a partir de la rebelión del 21 de enero de 2000 cuando se produjo un cisma interno en las fuerzas armadas y se inició la influencia estadounidense.
El ex Jefe del Comando Sur de Estados Unidos, Charles Wilhelm, aseguró en 2000 que tras el convenio que cedió la base militar y el puerto de Manta a las fuerzas armadas de Estados Unidos, uno de los objetivos de los militares en Washington era ''reorientar'' las fuerzas armadas ecuatorianas.
'Parte de esa reorientación era modificar la formación de los militares ecuatorianos por una como la de los ejércitos del Cono Sur o del colombiano, dentro de una doctrina represiva.
Para cumplir el objetivo era necesario eliminar a los elementos progresistas y modificar la relación social de los militares con diferentes sectores sociales como el indígena, y además se debía profundizar en los convenios de formación firmados entre las fuerzas armadas estadounidenses y ecuatorianas.
La modificación del tipo de formación fue reivindicada en su momento por el derechista ex presidente León Febres Cordero (1984-1988), acusado de haber cometido graves violaciones a los derechos humanos durante su presidencia y de haber mantenido el poder político durante varias décadas sin ser gobierno.
Estados Unidos está alimentando hipótesis de guerra en diversas áreas del planeta con el objetivo de frenar “posibles coaliciones contrahegemónicas”, como en el caso del Medio Oriente, afirmó la también investigadora de la Universidad Autónoma de México.
Se trata –comentó- de marcar y controlar a aquellos gobiernos que han puesto límites a campañas militares y de política exterior de Estados Unidos.
Esto está pensado y basado en una estrategia continental, opinó la investigadora.
Entre los países sobre los cuales concentran su atención en este momento esos medios se incluyen Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Perú, Paraguay y otros de Centroamérica, advirtió.
Esos enclaves extraterritoriales –comentó- garantizan acciones de respuesta rápida y de extensión del área cubierta, mediante acciones como las maniobras militares y el trabajo de inteligencia.
Al respecto agregó que las bases intervienen en reglamentos de ejércitos y en la legislación de otras naciones, como las leyes transfrotnerizas y de población.
El área ocupada hoy por esas instalaciones a nivel mundial supera el tamaño del territorio de México más otra mitad de esta nación -unos dos millones 976 mil 560 kilómetros cuadrados-, afirmó.
Desde su punto de vista, los ejercicios castrenses auspiciados por Estados Unidos en América Latina y el Caribe “no son esporádicos, tienen una regularidad y funciones predeterminadas, diferenciadas y abarcan un área cada vez mayor”.
Ceceña reveló que en los últimos años se ha empleado la fachada de la construcción de obras sociales por esas tropas, tales como escuelas.
En ese sentido citó el caso de una comunidad donde se denunció que debajo del pequeño centro escolar hecho por los militares, construyeron un local subterráneo mucho mayor, supuestamente para guardar aparatos y pertrechos diversos.
A veces ni siquiera hacen la escuela, sino sólo plataformas que pueden servir para múltiples fines, al tiempo que realizan labor de reconocimiento de zonas geográficas y de poblaciones, recordó.
La especialista indicó que esas maniobras van dirigidas a vincular a soldados norteamericanos con sus homólogos en otros países, en acciones “de aparente amistad o complicidad”.
Comparten prácticas y códigos “ante cualquier tipo de eventualidad”, mediante entrenamientos en mares, ríos, selvas y desiertos, señaló.
Paraguay se ha convertido en la posición fuerte de Estados Unidos para penetrar en el Cono Sur del continente, refirió.
Añadió que “la Ley que otorga calidad diplomática a las tropas y cuerpos de seguridad de Estados Unidos en funciones en Paraguay es atentatoria contra la seguridad e independencia de todos los países del área y propicia la impunidad”.
"Hemos dialogado con el gobierno colombiano sobre el tema, sobre las posibilidades de ubicarla en algún punto del pacifico colombiano", precisó Brownfield.
Washington estudia varias opciones para mudar la base, luego de que la Asamblea Constituyente ecuatoriana aprobara un primer paquete de reformas relacionado con la soberanía nacional.
Ese paquete incluye un artículo que prohíbe la instalación de bases militares extranjeras en el país, y aunque el proyecto constitucional tiene que ser aprobado en referendo, los observadores perciben señales de que no se renovará a Estados Unidos el contrato de Manta que vence en 2009.
Una de estas señales la brindó la ONG Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA por sus siglas en inglés), la cual apunta que una buena parte de los ecuatorianos estaría en desacuerdo con la existencia de la base.
Ivan Briscoe, de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE), le dijo a la BBC que la base de Manta ha cobrado una relevancia enorme después del reciente ataque de las fuerzas armadas colombianas contra una base de las FARC en territorio ecuatoriano.
Esto se debe a que "la sospecha del gobierno de Ecuador es que la información de inteligencia que utilizaron las fuerzas armadas colombianas venía de los aviones mandados por la base militar en Manta", explicó.
Inteligencia
Ese tema, y las denuncias de que la inteligencia militar del país está presuntamente infiltrada por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, ha generado una sacudida en cúpula militar de Ecuador.
Según medios ecuatorianos la reciente dimisión del ahora ex ministro de Defensa Wellington Sandoval puede estar vinculada a las denuncias de la supuesta infiltración.
El embajador de EE.UU. en Bogotá dijo que su país conversó sobre ese tema con el gobierno del presidente ecuatoriano Rafael Correa, pero no abundó en detalles.
Por otra parte, Brownfield expresó confianza en la aprobación por parte del Congreso de su país del Tratado de Libre Comercio con Colombia, que calificó de temas de interés recíproco.
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