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Etanol: tenía razón Fidel |
"Hace un año, más o menos por esta época, los presidentes Bush de Estados Unidos y Lula de Brasil, se comprometieron, en declaración solemne emitida y suscrita por ambos a estimular en los territorios de sus respectivos países, la producción de un biocombustible conocido con el nombre de etanol. Ese nombre era entonces desconocido por el gran público y aquella declaración lo lanzó a una espectacular carrera de popularidad"A favor de la popularización de tal nombre actuó un factor eficacísimo, los precios del petróleo que en aquel momento estaban en una carrera de alzas trepidantes que sólo ahora han llegado a mitigarse. El etanol, que pronto alcanzaría fama, procedía, en el caso en que se comprometían estimular los presidente de Brasil y Estados Unidos, de un cereal y una gramínea: el maíz y la caña de azúcar. Las dos terceras partes del género humano aplaudieron aquel propósito de producir un biocombustible capaz de abaratar la energía, a la cual el petróleo y su madre la OPEP habían dotado de alas para volar más alto que un jet de cuatro turbinas.
En la vasta redondez de la Tierra sólo se alzó una voz condenatoria, la de Fidel Castro. El líder cubano, desde la columna que escribe cada semana en “Granma”, órgano del Partido Comunista de Cuba, profetizó un alza bestial de los precios del maíz y del azúcar. ¿Sólo para que los señores que conducen costosos vehículos no protesten mucho por el alto precio de la gasolina dedicaremos el maíz y la caña de azúcar para producir etanol? Preguntas de ese tipo recorren aquel artículo de Fidel Castro. Estuve entre quienes, con el respeto y el cariño que merece un líder de la revolución mundial, discrepamos entonces de aquellas apreciaciones. En mí influyó el recuerdo de alguna frase de Carlos Marx en “El Capital”. El régimen capitalista habiendo mercado no tiene límites, dice Marx, en cuanto a su capacidad para producir. Por tal virtud el capitalismo produciría todo el etanol elevando las siembras de maíz y de caña de azúcar.
En la redondez del planeta es, en efecto, Estados Unidos el primer productor mundial de maíz y Brasil lo es de la caña de azúcar. Pero al aparecer la demanda de uno y otro producto para la elaboración del etanol, los precios de ambos iban a elevarse hasta alturas inverosímiles, decía Fidel. Es lo que ha sucedido, no sólo ha subido el maíz, el azúcar lo ha seguido en la misma trayectoria y también el trigo y los otros cereales que comparecen en el mercado mundial han marcado en los últimos doce meses, un camino alcista sin precedentes.
Tenía razón Fidel Castro y no sólo con honestidad caballeresca sino con agrado espiritual debo reconocerlo. Para que el petróleo de esa hipócrita que es la OPEP no suba tanto hemos condenado a quienes comen tortillas, cachapas, tamales, arepas y golosinas, es decir a los dos tercios del género humano a una vida más dura.

Etiquetas: conocimiento, memoria, mentiras, monopolios, multitud, sabiduria.
"Los alimentos están caros en este momento porque el mundo no estaba preparado para ver que millones de chinos comieran, que millones de indios comieran", agregó.
Lula también destacó el efecto pernicioso de las subvenciones agrícolas de países desarrolados como otro factor en el encarecimiento de los productos agrícolas.
El relator de la ONU para la Alimentación, Jean Ziegler, señaló el lunes que las políticas de incentivo a los biocombustibles han tenido un impacto negativo en la oferta de alimentos y representan un "crimen contra la humanidad".
Sin embargo el ministro de Energía y Minas de Brasil, Edison Lobao, señaló el miércoles a la prensa brasileña que su gobierno seguirá adelante con sus planes de expandir la producción de biodiesel basado en soja y otras plantas oleaginosas.
"Los críticos están cada vez más activos, pero nosotros vamos a seguir adelante. Seguiremos porque estamos en el camino correcto. Esto es bueno para Brasil y estamos convencidos de que es bueno para el mundo", señaló Lobao al anunciar planes para aumentar gradualmente la mezcla de biocombustible en el diesel convencional de 2% a 5% o más.
FAO
La Representante Regional Adjunta de la FAO para America Latina y el Caribe, Margarita Flores, señaló a BBC Mundo desde Brasilia que la mejor forma de contrarrestar la subida de los precios en los mercados internacionales sería incrementar la producción interna de alimentos.
"Los más afectados serán aquellos cuyo consumo está dependiendo en más de un 20% o 30% del mercado externo, porque va a aumentar el valor de su factura de importación", dijo Flores.
El profesor de química de la Universidad de Costa Rica y experto en biocombustibles, Orlando Bravo, señaló a BBC Mundo desde San José que el alza de los precios de granos como el maíz ha tenido un gran impacto en América Central.
"En Costa Rica todos los concentrados alimenticios para aves, ganado, etc. que utilizaban el maíz han subido en un mínimo de 50%", dijo Bravo.
"En EE.UU. hay una subvención de U$ 0.52 por cada galón de alcohol producido. Es una forma de subvencionar a los agricultores dentro de una política verde, pero estrictamente hablando lo que tienen es una política para subvencionar a los agricultores", agregó.
Promesa incumplida
El académico costarricense se opone al uso de biocombustibles, ya sea del maíz en EE.UU. o la caña de azúcar en Brasil y sostiene que no cumplen con su promesa de reducir las emisiones de dióxido de carbono.
"El nivel de disminución de CO2 en el aire es relativamente pequeño porque el consumo de energía que requiere el cultivo de esos productos generalmente es casi igual que a la cantidad de energía que producen", según Bravo.
"Si nosotros nos vamos a un vehículo híbrido eléctrico que coge la energía directamente de la línea y un motor de combustión generalmente se disminuye la emisión de dióxido de carbono por lo menos en un 50%. En cambio si uno hace un estudio de cuanto se disminuye con biocombustibles si acaso se llega a 2% o 3%", agregó.
Si bien la caña de azúcar es un cultivo más eficiente que el maíz para la transformación hacia el etanol, su producción genera trastornos socioeconómicos porque requiere de grandes cantidades de mano de obra barata que debe permanecer ociosa tras la conclusión de la época de la zafra, dijo el experto.
"Lo que la comunidad internacional debería estar discutiendo es la eliminación total de los subsidios a la agricultura europea y de Estados Unidos porque (...) lo que impidió el crecimiento de la producción de alimentos en países africanos, en países sudamericanos, son los subsidios, no los biocombustibles", afirmó.
"Que me conste, nadie dejó de producir alimentos en África para producir biocombustibles. Antes no producían alimentos y continúan sin producirlos porque los subsidios agrícolas de Europa y de Estados Unidos impiden que eso ocurra", concluyó.
Amorim respondió así a una declaración del director gerente del FMI, que estimó este viernes que producir biocombustibles a partir de alimentos plantea "un verdadero problema moral" en momentos en que los países pobres se enfrentan a una grave crisis alimentaria.
Strauss-Kahn "debe estar pensando en los biocombustibles en Europa, de donde él viene", ironizó Amorim.
"El ejemplo más claro y nítido que existe de que ese discurso está equivocado es Brasil, donde la producción de etanol aumentó junto con la producción de alimentos", aseguró.
El tema de los biocombustibles, muchos de los cuales usan como materia prima productos alimentarios -maíz, caña de azúcar, colza- divide las opiniones en el mundo y se ha convertido en un asunto polémico en el actual contexto de alza de los precios mundiales de cereales y otros alimentos básicos.
Brasil, líder mundial junto a Estados Unidos en la producción de etanol que genera con caña de azúcar, defiende la producción de biocombustibles en países pobres como fuente de renta, y asegura que ésta es perfectamente compatible con la producción de alimentos.
Brasil, que critica que Estados Unidos y Europa tasen la importación de su bioetanol, lidera también el llamado Grupo de los 20 (G20) países en desarrollo que reclama el fin de los subsidios agrícolas de los países ricos.
El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva también fustigó las críticas a los biocombustibles el miércoles al inaugurar en Brasilia la 30 Conferencia Regional de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO): "esa polémica entre alimentos y biocombustibles yo no la acepto", dijo Lula.
"El verdadero crimen contra la humanidad será descartar a priori los biocombustibles, y relegar a los países estrangulados por la falta de alimentos y energía a la dependencia y la inseguridad", dijo el mandatario brasileño.
Fue una alusión directa al relator especial de la ONU para el derecho a la alimentación, el suizo Jean Ziegler, quien consideró "un crimen contra la humanidad" la producción masiva de biocarburantes.
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