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El golpe fascista en Venezuela |
El general García Carneiro explica la trama, el desarrollo y algunos detalles desconocidos del golpe mediático-militar del 11 de abril de 2002. Los lectores españoles tendrán que recordar la absoluta complicidad de los medios de comunicación: El País, El Mundo, con el golpe fascista en Venezuela.
Víctimas, testigos y demás protagonistas de los sucesos del 11 de abril de 2002, seis años después dan su testimonio desde Puente Llaguno, ubicado en el centro de Caracas, lugar clave donde un grupo de pueblo chavista fue masacrado por parte de efectivos de la Policía Metropolitana (PM) de entonces.
La Asamblea Nacional (AN) realiza este viernes una sesión especial, cuyo orador de orden es el general en jefe (Ej.) Jorge Luis García Carneiro.
Un 11 de abril de 2002 se perpetuó un golpe de Estado en contra del Gobierno del presidente, Hugo Chávez Frías, pero a las pocas horas, el pueblo venezolano logró recuperar su democracia.
En Puente Llaguno, ubicado en las adyacencias del Palacio de Miraflores, el 11 de abril de 2002, ocurrió una masacre que cobró 19 víctimas fatales.
Parte del pueblo chavista se encontraba en este puente en apoyo al presidente Chávez Frías y efectivos de la PM dispararon desde la avenida Baralt en contra de los ciudadanos que estaban en Llaguno.
Los medios de comunicación social quisieron hacer ver que quienes se defendían desde Llaguno eran chavistas que estaban disparando hacia la avenida Baralt en contra de la marcha opositora.
Luego se pudo constatar y comprobar que tal marcha no había llegado a la referida arteria vial y que a quienes disparaban, los chavistas, en un acto de legítima defensa, era a los efectivos de la PM.
En este lugar se efectúa una serie de actos este viernes, como parte de la Semana del Bravo Pueblo, a propósito de este sexto aniversario de los sucesos de abril de 2002.

Etiquetas: conocimiento, medios, mentiras, monopolios, politica, violencia.
El día 11 de abril de 2002, una marcha convocada por la oposición venezolana para protestar contra el Gobierno del hoy presidente Hugo Chávez, fue desviada de su recorrido autorizado y dirigida al Palacio de Miraflores para pedirle su renuncia.
Antes de llegar a su destino, los canales de televisión mostraron imágenes fraguadas y culparon a los organismos de seguridad del Estado de disparar contra los marchistas.
Así, se quiso hacer ver que un grupo de francotiradores apostados en las terrazas del céntrico Puente Llaguno, en las inmediaciones del Palacio de Gobierno, disparaban contra la multitud que venía protestando.
Jugada planificada
Desde el día anterior, representantes de las organizaciones políticas de la oposición venezolana organizaron una marcha, de carácter supuestamente pacífico, en la ciudad de Caracas.
El llamado era a protestar contra el Gobierno. Muchos venezolanos, de manera incauta, respondieron a este llamado y fueron a marchar pacífica pero ingenuamente desde Parque del Este hasta Pdvsa-Chuao.
La marcha se dio bien temprano en la mañana, cuando la gente empezó a recorrer la ruta enarbolando sus reclamos y sus banderas de desacato. "¡Abajo Chavez!", gritaban algunos, "¡que caiga el gobierno!", decían otros.
Sin embargo, al llegar la marcha a su destino, los dirigentes empresariales que encabezaban el grupo invitaron a esa oleada de ciudadanos a seguir adelante hasta el Palacio de Miraflores para solicitar la renuncia al constitucionalmente electo Presidente de la República.
Las voces querellantes siguieron adelante en pos de concretar el objetivo propuesto.
De esta manera, la marcha se encontró con los seguidores del gobierno, que estaban a la espera en zonas cercanas a Miraflores.
Medios privados falsearon los hechos
Ante esta situación, el presidente Chávez se dirigió al país en cadena nacional, en un intento por calmar la situación y advertirle a sus opositores que aquella no era la manera de destituirlo, y que había procedimientos constitucionales legalmente preescritos para hacerlo.
Pero la intención del Presidente quedó oculta por las imágenes que empezaron a transmitir los canales locales privados.
Las pantallas de televisión, en una acción conjunta y sin precedentes, dividieron la imagen y mostraron en vivo lo que supuestamente estaba sucediendo.
Las tomas reflejaban a un conjunto de francotiradores, que comenzaron a disparar desde las terrazas de algunos edificios aledaños al céntrico Puente Llaguno, mientras se quiso hacer ver que disparaban a la multitud indefensa.
Este manipulación en las imágenes fue desmontada posteriormente, y se demostró de manera rotunda que los marchistas no estaban a alcance de los disparos de los francotiradores.
Sin embargo, los miembros de la oposición inmediatamente culparon a los organismos de seguridad del Estado de los asesinatos.
Golpe sólo duró 48 horas
Después de estos hechos dramáticos, un grupo de militares adversos a Hugo Chávez concretaron lo que hoy se conoce como el fallido Golpe de Estado del 11 de Abril del 2002.
Justificándose ante el panorama general de desconcierto, algunos miembros del Alto Mando militar del Estado venezolano tomaron el Palacio de Gobierno para restituir el orden cívico.
Algunas horas más tarde, el general Lucas Rincón Romero anunció frente a todos los medios de comunicación que el presidente Chávez había renunciado.
Los voceros de la oposición todavía arguyen que lo del 11 de abril no fue un golpe de Estado tramado por Fedecámaras, la patronal empresarial, y sus secuaces, sino una respuesta democrática a una situación de vacío poder que generó la actitud del Presidente de la República y sus representantes.
Sin embargo, el diccionario de Teoría política de Aníbal Romero, dice que un golpe de Estado es el cambio no constitucional de Gobierno que se da a través del uso, o amenaza del uso, de la violencia.
Agrega que una de las características más frecuentes de los golpes del Estado es que en ellos participan funcionarios del mismo Estado que promueven el golpe ,utilizando parte del aparato estatal, casi siempre las Fuerzas Armadas.
Los militares que protagonizaron este golpe de Estado colocaron como nuevo mandatario al entonces presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, quien en pocas horas salió del poder.
El alzamiento de la mayoría de la población, que tomó la calles exigiendo la restitución de la legalidad y el regreso del Presidente, así como y la negativa de autoridades internacionales, que no reconocieron a Carmona y a su gobierno de facto como legítimo, llevó a los militares leales al Gobierno a retomar el poder.
Arropado por una multitud que se congregó en las afueras del Palacio de Miraflores, Chávez reasumió de nuevo la Presidencia 48 horas después de la fracasada intentona, en la que los medios de comunicación privados tuvieron una participación decisiva.
Poco tiempo tardaron los golpistas en mostrar sus intenciones; junto a los medios de comunicación iniciaron una campaña mediática para acusar al sector oficialista de asesinos y bandoleros mientras desataban una persecusión y violentaban los derechos humanos de innumerables compatriotas. Lo ocurrido en Puente Llaguno era apenas un ápice del proyecto dictatorial que manejaban los gorilas. La felonía disfrazada de felicidadapareció frente al país repartiéndose en trozos, el poder. Carmona Estangahizo suagosto ante la mirada impavida de los venezolanos. Hoy, después de seis años, la oposición radical no ha aprendido la lección. Aún persisten en su idea de desestabilizar al país, de conducirlo a una guerra civil sin importarle el costo humano, político y social que pueda acarrear un conflicto. Todavía sueñan con acceder al poder por la vía de la violencia pues nada les importa el dolor ajeno ni los sentimientos del colectivo. Que no se equivoquen de nuevo; el Camarada presidente no está solo, detras de él bullen las huestes socialistas dispuestas a defenderla constitucionalidad, la vida en democracia, los preceptos de igualdad.
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