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Misión en la frontera |
Ecuador propuso recientemente la ubicación de una fuerza internacional para vigilar la frontera colombo-ecuatoriana. En declaraciones emitidas en la tarde del lunes, el presidente colombiano, Álvaro Uribe Vélez no rechazó de plano la idea de una fuerza de Cascos Azules de Naciones Unidas en la zona fronteriza. "No la descarto. No me niego a ella", aseguró el mandatario en declaraciones publicadas en el sitio de internet de la Presidencia de Colombia. Sin embargo, el secretario general de la OEA mostró dudas sobre el tema. "Eso de la fuerza multinacional es difícil, la OEA ya tuvo una experiencia y formó una fuerza multinacional (República Dominicana en los años 60) que fracasó. Yo tengo alergia a esto".
Publicado por Pause
Etiquetas: conocimiento, memoria, multitud, politica, violencia.
Anónimo
En la actualidad, el gobierno de los EEUU muestra abiertamente sus políticas de expansión y control territorial, que venían madurando desde hace décadas; es por eso que el mundo ha dejado de ser el mismo y las grandes injusticias responden a un mismo origen. Hoy tenemos un enemigo común que enfrentar elevando nuestras voces y nuestras conciencias ante las prácticas inaceptables de un país que busca poder y dominación a lo largo y ancho de nuestro planeta. Hoy todas las voces son necesarias, en los barrios, en las capitales, en las provincias, en América Latina, en Europa, en África, en Medio Oriente, en Asia, etc. Alzaremos una sola voz coordinada temporalmente para anular la eventual manipulación de los medios de comunicación coludidos con el poder. Nos manifestaremos para decir BASTA!
Anónimo
La más reciente acción emprendida de ese tipo fue impedida con la reciente masacre, que en territorio ecuatoriano, puso fin a la vida física del comandante Raúl Reyes, del cantautor-guerrillero Julián Conrado, de 10 estudiantes mexicanos y de un grupo de guerrilleros(as) que los acompañaban. Y sobran los testimonios que dan cuenta de que antes de horrenda hecho, Raúl Reyes había avanzado significativamente el proceso para la liberación de Ingrid y de otros(as) once rehenes y prisioneros(as) de guerra, como aquellos que en el diseño y ejecución del hecho criminal participaron dos generales del Pentágono
En iniciativas similares, relacionadas con la humanización del conflicto político-militar, fueron secuestrados en territorio venezolano y ecuatoriano, con participación de la CÍA, los comandantes Rodrigo Granda (Ricardo Gonzáles) y Simón Trinidad.
Rodrigo Granda, sufrió cárcel en un presidio colombiano de alta seguridad (administrado por EU), hasta que el presidente Sarkozy interviniera en su favor; mientras Simón Trinidad (miembro del Secretariado de las FARC) fue extraditado a EEUU y permanece allí encarcelado y fue condenado a un montón de años de cárcel junto a la guerrillera Sonia.
El costo por auspiciar y facilitar esos intercambios ha sido alto en dolor y sangre para la fuerza insurgente. Y pudo serlo tambien en otros esfuerzos anteriores, tal y como se denunció en diciembre pasado cuando el ejército colombiano persiguió y bombardeó unidades de las FARC-EP dedicadas a concretar el canje pautado con el presidente Chávez, la senadora Piedad Córdoba y un grupo de personalidades políticas del continente.
Recuerdo, además, que un desenlace trágico similar al del 29 de febrero pasado, pudo pasar en una ocasión en que tambien estuvo a punto de ser liberada Ingrid Betancourt.
Ese otro proceso negociado se inició a raíz de mi retorno a la República Dominicana, luego de haber participado como testigo-invitado en los “diálogos del Caguán”, en el Sur de Colombia.
En iniciativas similares, relacionadas con la humanización del conflicto político-militar, fueron secuestrados en territorio venezolano y ecuatoriano, con participación de la CÍA, los comandantes Rodrigo Granda (Ricardo Gonzáles) y Simón Trinidad.
Rodrigo Granda, sufrió cárcel en un presidio colombiano de alta seguridad (administrado por EU), hasta que el presidente Sarkozy interviniera en su favor; mientras Simón Trinidad (miembro del Secretariado de las FARC) fue extraditado a EEUU y permanece allí encarcelado y fue condenado a un montón de años de cárcel junto a la guerrillera Sonia.
El costo por auspiciar y facilitar esos intercambios ha sido alto en dolor y sangre para la fuerza insurgente. Y pudo serlo tambien en otros esfuerzos anteriores, tal y como se denunció en diciembre pasado cuando el ejército colombiano persiguió y bombardeó unidades de las FARC-EP dedicadas a concretar el canje pautado con el presidente Chávez, la senadora Piedad Córdoba y un grupo de personalidades políticas del continente.
Recuerdo, además, que un desenlace trágico similar al del 29 de febrero pasado, pudo pasar en una ocasión en que tambien estuvo a punto de ser liberada Ingrid Betancourt.
Ese otro proceso negociado se inició a raíz de mi retorno a la República Dominicana, luego de haber participado como testigo-invitado en los “diálogos del Caguán”, en el Sur de Colombia.
Anónimo
Sí debemos detenernos en el papel que la nueva militarización yanqui otorga al Estado criminal y narcoterrorista colombiano, como uno de los portaaviones terrestres para la tercera fase, junto a México, Perú y Paraguay, fundamentalmente. El control de Colombia es vital para el imperialismo yanqui no solo por su lugar geoestratégico, sino también por la existencia de las FARC-EP y en mucha menor medida del ELN, así como por la combatividad del pueblo trabajador de Colombia, fehacientemente confirmada durante generaciones. Además, el control militar de Colombia es imprescindible para el imperialismo porque el Estado colombiano padece la misma gangrena interna que el mexicano. La narcoeconomía está pudriendo todo lo que toca, y cada vez toca más cosas dentro de Colombia. La débil industrial de la burguesía colombiana está retrocediendo frente a la prepotencia y poder crecientes de la narcoeconomía, totalmente supeditada al primer consumidor del mundo, los EEUU. Frente a ella, frente a los industriales acomplejados, crecen las fracciones financieras, especuladoras y de servicios unidos a ellas, que están relacionadas más o menos directamente con la narcoeconomía. Sobre esta base, se reproduce la corrupción, el chantaje en todas sus formas y el poder de las diversas fuerzas armadas.
La impunidad con la que Colombia y por detrás de ella los EEUU, ha invadido recientemente con una operación relámpago al estilo nazi e israelita territorio ecuatoriano para asesinar a un grupo de las FARC-EP, adelanta lo que será una parte básica de la tercera fase del militarismo yanqui en el contexto del futuro previsible. Una operación realizada sólo gracias a la permanente e ingente ayuda en las más modernas y letales tecnologías bélicas norteamericanas. Colombia ha actuado con la asesina frialdad que aplica a diario el Estado de Israel contra la nación palestina, por ejemplo, aliado incondicional de los EEUU. Con esta acción, el militarismo yanqui-colombiano buscaba cuatro objetivos prioritarios, además de otros menores: uno, lograr una baza propagandística en su guerra psicológica contra el pueblo colombiano como parte de su guerra de total intensidad contra las FARC-EP, diciendo que ha debilitado cualitativamente a la insurgencia; dos, destrozar la campaña de liberación de rehenes sabiamente implementada por las FARC-EP; tres, crear tensiones internas en Ecuador buscando debilitar al Gobierno Correa y envalentonar a los sectores reaccionarios, sobre todo los militares; y cuatro, tantear la firmeza de la Venezuela bolivariana tras el revés del pasado referéndum y envalentonar a los contrarrevolucionarios internos. Colombia ha fracasado en los cuatro objetivos, por ahora, debido a la contundente reacción de los pueblos circundantes que se sienten cada vez más amenazados por el nuevo papel que los EEUU otorgan a Colombia en su nuevo sistema, paradigma y doctrina militar global.
La impunidad con la que Colombia y por detrás de ella los EEUU, ha invadido recientemente con una operación relámpago al estilo nazi e israelita territorio ecuatoriano para asesinar a un grupo de las FARC-EP, adelanta lo que será una parte básica de la tercera fase del militarismo yanqui en el contexto del futuro previsible. Una operación realizada sólo gracias a la permanente e ingente ayuda en las más modernas y letales tecnologías bélicas norteamericanas. Colombia ha actuado con la asesina frialdad que aplica a diario el Estado de Israel contra la nación palestina, por ejemplo, aliado incondicional de los EEUU. Con esta acción, el militarismo yanqui-colombiano buscaba cuatro objetivos prioritarios, además de otros menores: uno, lograr una baza propagandística en su guerra psicológica contra el pueblo colombiano como parte de su guerra de total intensidad contra las FARC-EP, diciendo que ha debilitado cualitativamente a la insurgencia; dos, destrozar la campaña de liberación de rehenes sabiamente implementada por las FARC-EP; tres, crear tensiones internas en Ecuador buscando debilitar al Gobierno Correa y envalentonar a los sectores reaccionarios, sobre todo los militares; y cuatro, tantear la firmeza de la Venezuela bolivariana tras el revés del pasado referéndum y envalentonar a los contrarrevolucionarios internos. Colombia ha fracasado en los cuatro objetivos, por ahora, debido a la contundente reacción de los pueblos circundantes que se sienten cada vez más amenazados por el nuevo papel que los EEUU otorgan a Colombia en su nuevo sistema, paradigma y doctrina militar global.
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