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España sólo tiene ojos para China |
España ha sido, y continúa siendo, la gran ausente en Asia. Hasta el momento, el escaso empeño que las empresas españolas han puesto en la región ha estado centrado en China. En 2007, invirtieron allí 137 millones de euros, apenas el 0,29% de la inversión extranjera directa, de acuerdo a los datos aportados por el gobierno chino.
Según la Oficina Económica y Comercial de España en Pekín, en el gigante asiático operan unas 450 empresas españolas, aunque muchas se limitan a tener sólo un representante comercial. Los sectores más dinámicos son el agroalimentario, el industrial, el de bienes de consumo y los servicios de consultoría, ingeniería y transporte.
Expertos en la potencia asiática, como InterChina Consulting, estiman que la inversión española se duplicará con creces este año. Pero aun así, todavía quedará lejos de los niveles de Francia o Alemania.
De ahí el interés del gobierno español en aumentar el dinero que España aporta al Banco Asiático de Desarrollo. El objetivo es que más empresas españolas consigan concesiones de proyectos financiados por el banco. Y para rubricarlo, nada mejor que celebrar en Madrid la asamblea anual de la entidad, a la que acudirán el primer ministro de Tonga, otros 35 ministros de Economía y Finanzas, y 6 gobernadores de bancos centrales de la región.
España, país 'emergido'
"En 30 años España ha pasado de ser un país emergente a ser un país 'emergido', la octava potencia del mundo", explica con una media sonrisa Isabel Riaño, directora general de Financiación Internacional. "El objetivo del gobierno con este evento es exponer y enseñar a los países y empresas asiáticas la experiencia española: es un escaparate para los sectores claves y punteros que tenemos", dice.
Con el ojo principalmente puesto en China, buena parte del esfuerzo empresarial español se ha canalizado hasta la fecha a través de los Fondos de Ayuda al Desarrollo (FAD), créditos baratos otorgados por el ejecutivo español a terceros países. Estos préstamos bilaterales aseguran que el 75% del proyecto financiado con ese dinero lo tienen que realizar empresas españolas.
¿Se recortarán los FAD?
Aumentar los fondos que España "dona" al Banco Asiático de Desarrollo ha despertado los temores en una parte de la industria nacional presente en el país del dragón. Hay quien piensa que esa política acabará recortando el dinero para los FAD.
"De ser cierto, sería un movimiento estratégico muy, muy equivocado", señala una fuente con intereses en la zona. Desde el Ministerio de Economía se niega la mayor. Según Isabel Riaño, incrementar la aportación española a este organismo multilateral "no tiene que afectar de ninguna manera" al volumen de los créditos FAD que, bilateralmente, nuestro país ha comprometido con China o con el resto de países del área.
Riaño puntualiza que "España está comprometida a llegar al 0,7% del PIB en ayuda al desarrollo en el año 2012, porque ésa es la voluntad de la sociedad española" y añade que "en un mundo globalizado, canalizar esos fondos a través de organismos multilaterales es lo adecuado".
Más competencia
Pero en ocasiones también es frecuente escuchar en el mundo empresarial español críticas por lo difícil que resulta trabajar con organismos multilaterales como el Banco Asiático de Desarrollo. Se quejan abiertamente de la mayor complejidad a la hora de presentar y defender sus proyectos.
Para el tejido empresarial español, en su mayoría de pequeño tamaño, es difícil entrar y rivalizar con compañías multinacionales y conseguir hacerse con uno de estos proyectos multilaterales de grandes dimensiones.
Sin embargo, para el director general de este organismo, Rajat M. Nag, si uno acude a los fondos multilaterales, "gana en eficiencia porque compite contra los mejores del mundo". Cree que acudir sólo a los proyectos financiados con préstamos nacionales, como los FAD españoles, acaba cerrando puertas, ya que sólo permite acceder a las iniciativas más pequeñas y no a grandes proyectos pagados con dinero de todos los países. "No veo razón por la cual España no debería hacerse con un mejor y mayor trozo del pastel", concluye Nag.

Etiquetas: conocimiento, mentiras, monopolios, politica.
Las entradas se venderán en las oficinas del Banco de China y la página Web oficial de venta de entradas, informó Zhu Yan, jefe del centro de venta de entradas para las Olimpiadas.
El diseño de los boletos presenta al Estadio Nacional, también conocido como el Nido por la similitud de la colosal estructura y a la nube de la promesa (antorcha olímpica) como los principales elementos visuales, según Zhu.
Este grupo contempla fusionarse con el negocio de tecnología GSM de China Unicom –el de mayor potencial– que tiene unos 124 millones de clientes, a su vez, la más pequeña de las dos operadoras móviles.
255 millones de clientes
De esta forma, Netcom, que cuenta con unos 131 millones de líneas (109 de teléfonos y 22 millones de ADSL) y la división de GSM de Unicom se convertirían en una única operadora integrada, combinando el negocio fijo y el móvil, con un volumen total de unos 255 millones de clientes. Telefónica dispone, en todo el mundo, de 234 millones de clientes, de los que 172 millones son móviles.
Este movimiento es sólo una pequeña parte de una amplísima reestructuración que prepara el Gobierno chino y que tendrá como consecuencia la fusión entre sí de cinco empresas (tres de fijo y dos de móvil) para crear tres compañías integradas, cada una de ellas con negocio fijo y móvil.
Aunque el Gobierno no se ha pronunciado todavía y las informaciones son oficiosas, ya que se han filtrado a través de la agencia oficial de noticias Xinhua, China Netcom sería la mayor beneficiada de la reestructuración por lo que su posición en el mercado se fortalecería. Como resultado de los cambios, China Mobile, el gigante con cerca de 400 millones de usuarios, absorberá un pequeño operador fijo, hasta ahora filial de la empresa estatal de ferrocarriles, llamado Tietong.
Por su parte, China Telecom (254 millones de clientes), la grande de las comunicaciones fijas, se quedaría con el negocio de tecnología CDMA de Unicom, mucho más pequeño (43 millones de usuarios) y con menos potencial de crecimiento.
A raíz de estas informaciones, todas las grandes operadoras de telecomunicaciones chinas fueron suspendidas de cotización en la Bolsa de Hong Kong. Antes de la suspensión, China Netcom, la más beneficiada, subía un 12,41%, mientras que China Telecom ganaba un 6,98% y Unicom repuntaba un 11,86%. China Mobile, que se percibe como la más perjudicada, se dejaba un 3,84%.
Una vez que se materialice la fusión entre China Netcom y Unicom, Telefónica se convertirá en el segundo accionista, tras el Estado chino, del segundo mayor operador integrado, aunque su participación en China Netcom podría verse diluida. La multinacional que preside César Alierta permanece a la espera de obtener la autorización pertinente del Gobierno chino para alcanzar el 10% de la operadora, en cuyo consejo tiene dos representantes: su presidente, César Alierta, y el director general de Telefónica en Latinoamérica, José María Álvarez Pallete.
Telefónica entró en China Netcom en junio de 2005, tras comprar un 2,99% del capital por 240 millones de euros, que luego amplió hasta el 5% tras desembolsar 178 millones. A mediados de enero, alcanzó el 7,22%, al comprar un 2,22% adicional por importe de 309 millones de euros y está pendiente de llegar al 10%.
Baile de directivos
Además de las fusiones, la revolución del sector también implica un baile de directivos, lo que supone ventajas e inconvenientes para Telefónica. Así, pierde un gran aliado, el presidente ejecutivo de Netcom, Zhan Chunjiang, que pasa a ser el número dos de China Mobile, y verá como desembarca en la presidencia de la compañía en la que participa, el actual número uno de Unicom, Chang Xiabing, con el que la relación es mucho menos intensa. A cambio, al menos, el resto de los directivos de Netcom, como el consejero delegado Zuo Xunshengy con los que la española ha tejido una red de complicidades permanecerán en la compañía.
Las licencias de 3G marcarán el futuro del sector
La reestructuración del sector chino de telecomunicaciones, desvelada ayer, mantiene, sin embargo, la incertidumbre sobre como se van a repartir las licencias de telefonía móvil de tercera generación, que aún no se han otorgado y que determinarán a los ganadores y perdedores de la próxima década.
Los mentideros oficiosos sostienen, por ahora, una versión que es extremadamente positiva para Netcom y, por tanto, para Telefónica. Netcom recibiría una licencia para la tecnología WCDMA, es decir el estándar europeo UMTS. Esta tecnología es la más usada del mundo, con más de 150 operadoras que la han implantado, y economías de escala descomunales en la fabricación de equipos de red y teléfonos.
Eso hace que las redes WCDMA sean, inevitablemente, más competitivas en costes que sus rivales. Mientras, el gigante del sector, China Mobile, recibiría, lógicamente, la carga de desarrollar el estándar chino (TD-SCDMA) que, por ahora, sólo se usaría en China, lo que, a pesar del poder de Mobile, implicaría enormes desventajas competitivas. En cualquier caso, los tres rivales tendrán que realizar inversiones masivas, de decenas de miles de millones de euros para ofrecer una cobertura suficiente a los 1.200 millones de habitantes del país asiático.
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