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EL TALÓN DE AQUILES DEL ESTADO DE ISRAEL |
Estas líneas fueron escritas por una persona que no es ni de derechas ni de izquierdas: soy uno de esos “conspiranoicos” que piensa que ha habido y hay un grupo de familias en el mundo que controlan todos los ámbitos de las finanzas y la política en la sombra. De esos que pensamos que el 11-S lo hizo el propio gobierno USA e, incluso, que Hitler estaba controlado por los banqueros sionistas.
Así pues, lo que viene más abajo no puede ser asociado a ningún defensor de los nazis ni de ese siniestro personaje llamado Adolf Hitler. Si lo quieres, es obra de esos que llaman “conspiranoicos” y que solo queremos conocer la Verdad; la digan los de derechas o los de izquierdas.
Como seguramente tú, que me estás leyendo, la ira me embarga cada vez que hablan de que Israel ha vuelto a atacar a los legítimos pobladores de la tierra Palestina. Durante dos décadas ya, he ido a multitud de manifestaciones en donde he escuchado gritar los típicos “Asesinos” y demás eslóganes culpando la complicidad de Estados Unidos y Europa.
Como tú bien sabes, sin ningún resultado.
Las resoluciones de la ONU son papel mojado porque Estados Unidos y Gran Bretaña vetan cualquier intervención internacional para pararle a Israel los pies.
Esto nos podría llevar a plantearnos qué poder real tiene el lobby judío en ambos países, que incluso determina la política internacional de ambas potencias anglosajonas. Nos podría llevar a preguntarnos si, en realidad, la gran banca (la que crea el dinero-deuda) está controlada por los banqueros sionistas e, incluso, a recordar que el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York se levantó en unos terrenos donados… por la Familia Rockefeller y los primeros asentamientos del estado de Israel… en terrenos comprados por la Familia de banqueros Rothschild.
Pero no quiero ahora plantearme a quién sirve las Naciones Unidas, lo que quiero plantearme es si podemos hacer algo, desde aquí (desde cualquier rincón del Planeta) para detener esta matanza. Y digo “algo”, queriendo decir “algo más” que llevar un pañuelo palestino y gritar cuatro consignas que hemos comprobado inútiles.
¿Tiene algún “talón de Aquiles” Israel? ¿Hay algo que pueda perjudicar a quienes crearon ese Estado? (Mediante una disposición especial de las Naciones Unidas de 1947, no lo olvidemos)
Como bien sabes, el estado de Israel se creó como “respuesta a los crímenes del holocausto”, así pues, el holocausto es el origen del estado de Israel.
Una sencilla analogía debe hacerte entender por qué el holocausto es el único asunto de la historia que no se puede investigar; el holocausto es la llave del estado de Israel.
Porque, sin holocausto, no habría estado de Israel.
Así de sencillo.
Por eso, actualmente hay en la cárcel investigadores de muchos países del mundo cuyo delito ha sido poner en duda la “verdad oficial” sobre el holocausto (1) cuando, supuestamente, la democracia protege el derecho a la información y a la investigación.
Hoy día se puede discutir absolutamente todo… Menos este “hecho único en la historia” como gustan calificarlo los judíos.
Lo que poca gente sabe es que, cada año, el estado de Alemania da unas millonarias cifras al estado de Israel, dedicadas, en principio, a las familias de las víctimas del holocausto.
La realidad es que, como el investigador JUDÍO Norman Finkelstein refleja en su extraordinario libro “La industria del holocausto”, la mayor parte de este dinero no llega a las víctimas sino que se lo queda el estado de Israel.
Tal vez por ello, como demuestra el propio Finkelstein, cada vez hay más supervivientes del holocausto, en lugar de menos, como sería de esperar, puesto que han pasado 70 años desde la Segunda Guerra Mundial.
En España, tenemos un caso paradigmático, pues el presidente de la Asociación de víctimas del campo de Mauthausen, Enric Marco Batlló, se descubrió que había estado 30 años mintiendo y nunca estuvo en el citado campo. (3)
El aumento constante de “supervivientes del holocausto” hizo que la madre de Finkelstein, superviviente de la Segunda Guerra Mundial, le dijera a su hijo Norman con la típica sorna judía: “con tanto superviviente del holocausto, ¿a quién mató Hitler?”. (8)
La respuesta a este continuo aumento de supervivientes del holocausto es muy sencilla: una parte de las balas que matan a los palestinos salen del chantaje del holocausto al que está sometida Alemania desde la Segunda Guerra Mundial.
Por eso, conviene inflar las cifras: a más supervivientes, más dinero ingresa Israel.
Otra, procede de las generosas donaciones de fondos financieros como el de Madoff, que recientemente estalló como una fenomenal estafa piramidal… judía. (implicando a prohombres de esta secta como Steven Spielberg, el caza nazis Elie Wiesel o el empresario español Martin Varsavsky) (9)
La necesidad de que el holocausto siga vivo en nuestras mentes para justificar la existencia del estado asesino de Israel es la razón de que, cada pocos años, aparezca algún nuevo film sobre el holocausto o novelas disfrazadas de historias reales, como la madre de todas ellas, “El diario de Ana Frank”, escrito con bolígrafo (Ana Frank murió en 1944) cuando aún no había llegado a Europa este artilugio (1951). (2)
Todas esas novelas han resultado ser fraudes; invenciones para manipular nuestros sentimientos en favor del pueblo judío. (4) y (5)
Quizás ahora comprendas por qué esa obsesión por los Museos del Holocausto y tantos actos recordándolo, un día tras otro, tantas películas, musicales y tantas novelas publicitadas hasta la saciedad. (¿Sabes que hicieron una película de la novela superventas “El niño del pijama de rayas”?)
La manipulación de nuestros buenos sentimientos es la llave para que no nos planteemos la legitimidad de un estado supuestamente creado para proteger a un pueblo que había sufrido una terrible agresión.
¿Cómo es posible que, después de haber sufrido tanto, se conviertan en los perpetradores de tantas muertes de inocentes?
¿O será que nos han mentido (exagerando o seleccionando las atrocidades de la guerra para que parezca que solo “ellos” sufrieron) porque tenían un plan previamente trazado para conquistar esa Tierra donde se encuentra el mayor santuario religioso del mundo, Jerusalén? (Recuerda que estamos a un paso de la mítica fecha del 2012 profetizada por los mayas)
Es posible que desconozcas que el estado Israel se rige por sus profecías y que, una de las muchas que están influyendo a los rabinos que dirigen a los políticos israelíes, es la reconstrucción del Templo del Rey Salomón, que acogerá la venida de su Mesías. (ellos, los fariseos hoy sionistas, no reconocieron a Jesucristo e, incluso, lo mandaron matar porque se opuso a la usura)
Curiosamente, el lugar donde se debe construir ese templo es donde actualmente se erige la Mezquita de Al Aqsa por la que tanto luchan… Ese es, a la postre, el meollo de todo este conflicto. (10)
Por todas estas razones, si de verdad quieres que se solucione el problema israelí (y no únicamente, eres de esos que quieres “quedar bien” con tu pañuelo palestino), es hora de que nos atrevamos a pronunciar en estas manifestaciones la frase que quienes diseñaron el proceso de creación del Estado de Israel -mucho antes de que existiera- no quieren oír.
MUCHO HOLOCAUSTO, POCA DIGNIDAD.
Es lo único en el mundo que les da miedo. Que reabran las fosas comunes donde supuestamente enterraron a los muertos de los campos de concentración, como se hace en España con los de la Guerra Civil. Que los paleoantropólogos aclaren cuántos y de qué murieron. ¡Transparencia para el holocausto!
- A partir de ahora, podemos firmar nuestros correos electrónicos con la leyenda:
Fulano de tal,
“Por la Paz en Palestina, apoyo la investigación del holocausto de los judíos”.
PD 1: Boicotear las películas y novelas sobre el holocausto es otra buena manera de ayudar a la liberación del pueblo palestino.
PD 2: La segunda llave para amordazar la Verdad es la palabra “antisemita”. Aunque, si analizáramos la carrera universitaria de “filología semítica”, nos daríamos rápidamente cuenta de su verdadero significado.
El creador de la expresión “lenguas semíticas”, el filólogo alemán Schlozer (7), la inventó para denominar una serie de lenguas ligadas a los descendientes de Sem (hijo de Noé): hebreos, etíopes y árabes. Por extensión, la raza semítica se refiere a los individuos con rasgos “mediterráneos”. (quitando los eslavos yugoslavos)
El español prototípico es un inmejorable exponente semítico, al igual que el judío sefardita. No así los judíos “askhe-nazís” que, como demostró el investigador judío Arthur Koestler, son descendientes de la tribu khazar o jázara, que se asentó en el centro de Europa proviniente del Mar Negro y se había convertido al judaísmo en el siglo IX después de Cristo. (6)
Estos judíos askenazís forman hoy la gran mayoría de la población del estado de Israel y, pese a lo que nos cuentan los defensores del “antisemitismo”, son de raza ARIA. Fíjate en los rasgos de la tez, los ojos y el cabello de los últimos primeros ministros de Israel: Ariel Sharon, Benjamin Netanyahu, Ehud Olmert o Tzipi Livni.
¿Semitas o arios?
En realidad, el Estado de Israel es antisemita, pues LOS PALESTINOS SON TODOS SEMITAS, es decir, ARABES.
Pero ya más: si la mayor parte de los judíos son arios, no son descendientes de los originarios pobladores de Palestina ni se pueden reclamar herederos del pueblo de Abraham.
PD 3: La palabra “holocausto” procede de la Biblia, del Antiguo Testamento que, como sabes, es el libro más sagrado para los judíos.
En el Deuteronomio o en El Libro de los Números aparecen decenas de “holocaustos”: así llamaban los primitivos hijos de Israel a los sacrificios sangrientos rituales que su dios particular, Jehová, les ordenaba realizar para conseguir su favor.
Si recuerdas, Abraham estuvo a punto de realizar un holocausto de su propio hijo porque Jehová se lo pidió… Ese hijo, Isaac, sería el origen de las 12 tribus de Israel. El otro, Ismael, sería el origen del pueblo árabe.
NOTAS:
(1) Perseguidos por investigar el holocausto.
(2) Fraude Ana Frank.
(3) Caso Enric Marco Batlló.
(4) Falsa niña lobo holocausto.
(5) Falsa novela autobiográfica sobre holocausto.
(6) Shlomo Sand, en su bestseller: “Cuándo y cómo se inventó el pueblo judío”.
(7) El significado original del término semita y su posterior adulteración.
(8) La industria del holocausto.
(9) Estafa Madoff, organizaciones judías.
(10) Construcción del Tercer Templo del Rey Salomón.

A pesar de no contar con todos los recursos fílmicos como los utilizados en el film de Steven Spielberg en Schindler's List, este trabajo a podido adentrarse en la relación innata de ternura que despierta la inocencia de los niños, y la cólera que puede despertar el que puedan infringir daño a un niño inocente, no cabe duda que el arte cinematográfico norteamericano puede jugar muy bien con las emociones del espectador y llevarlo a un plano de emotividad que pocas veces puede lograr al ver la realidad.
Del celuloide emerge la discusión
A pesar de que en la actualidad existen muchas más voces que antes (al menos unos veinte años) que cuestionan la validez histórica del llamado Holocausto, al menos en la forma como lo presenta Hollywood, “El niño con pijamas de rayas” cómodamente hace a un lado esta discusión y presenta como un hecho la existencia de las cámaras de gas y cuestiona al victimario en cuanto a si sentiría lo mismo por la muerte de un familiar en relación a la falta de empatía hacia sus víctimas, este cuestionamiento es válido, sobre todo en países como los de Centroamérica que vivieron conflictos armados que en determinado momento, como fue el caso de Guatemala, en regiones completamente alejadas de los lugares donde las minorías raciales y económicas se desenvolvían, para esta población, la guerra en este caso era algo lejano, no digamos también el conocimiento sobre las razones que pudieron haberla provocado.
El niño presentado en la película poseía una visión de la guerra poco vivencial, lo cual no pareciera ser cierto por lo globalizante que fue el conflicto a inicios de la década de los cuarenta, sobre todo para las familias de militares.
La carencia de una ideologización por parte del niño, también es incompatible con el hecho de que era hijo de un oficial de las SS, altamente formados con la ideología de la “Raza Superior”.
Después de sesenta años de haber finalizado la Segunda Guerra Mundial, y después de observar en documentales antiguos, como las tropas norteamericanas obligaban a los poblaciones alemanas cercanas a levantar los muertos de los Campos de Concentración, se me hace difícil creer que “el pueblo alemán” no supiera (diferente es el autonegarse lo que en ellos pasaba) lo que en estos campos sucedía, recuerdo que cuando las notas de prensa en Guatemala mostraba, a inicios de la década de los ochentas, personas muertas en las calles, sabíamos aun cuando no se dijera abiertamente que era la Policía Nacional la responsable, en todo caso nos obviábamos el hecho y seguíamos adelante con nuestras vidas.
El “Judío” como víctima
Frente a la muerte de otro ser humano no cabe otra idea que la congoja, pero para superar esto existen los prejuicios, los Films del Holocausto han abundado en recalcar el prejuicio racial manipulado mediáticamente, poco se habla de las condiciones de carácter político y financiero que hubo y de los señalamientos reales o inventados por el fascismo institucional, en este sentido no cabe señalar como banqueros, comerciantes y políticos judíos en Inglaterra y Estados Unidos no solo no ayudaron a rescatar a los hermanos que estaban siendo amenazados con ser llevados a campos de concentración antes de 1938, sino que además sabían que la Segunda Guerra Mundial era una oportunidad para los negocios, incluyendo la posibilidad posterior de contar con una nación al finalizar la conflagración.
Es conveniente mantener el Holocausto vivo, no por las víctimas ni por su recuerdo, sino porque es un excelente motor de movilización de la opinión pública, Hollywood se convierte en este juego político en la parte de propagandistica llevada al plano de arte cinematográfico. ¿Quién no se siente conmovido cuando observa al actor de Oscar Schindler's desplomarse al suelo ante los “judíos que salvo” suplicando que le perdonen por no haber podido salvar más, “por este automóvil me hubieran dado otros diez…” o como es el caso del Niño con pijamas a rayas, la escena en que los dos niños se toman por las manos después de que se les obligara a quitarse las ropas y, ya dentro de la cámara de gas, un soldado alemán esparce el químico que habrá de provocarles la muerte junto con otros cientos de judíos.
“Todos los judíos son malos” afirma el profesor al hijo del oficial de la SS, e inmediatamente a el viene el recuerdo del niño con pijama a rayas, el cuestionamiento básico es: “¿cómo puede ser malo un niño?” pero más allá de la escena repleta de inocencia, llegados a dos elementos de la simbología de la victima, el uniforme a rayas, el número, han sido los propagandistas del Holocausto (¿o del Sionismo?) debe de quedar en el imaginario cual marca de producto de consumo masivo, ¡claro!, de todos los pueblos que han sido sistemáticamente asesinados, el Israelí ha contado con una industria fílmica propia (Miramax y Disney), pero no hablamos de Hollywood pues, bueno para los que lo saben es precisamente esta industria junto con varios financistas los que mantienen el llamado “lobby israelí” en Estados Unidos, los que hacen posible que a pesar de haber ejecutado a más de 1,500 palestinos frente a las cámaras de los noticieros de todo el mundo se bloqueara las sesiones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Incluso en el film de Steven Spielberg titulado Munich que narra secuencialmente el secuestro de los miembros del equipo olímpico de Israel en 1972 y al mismo tiempo “la venganza del Estado de Israel”, el terrorista sigue siendo el otro, el que en palabras de la actriz de la Primer Ministro israelí Golda Meier “no aceptan vivir con nosotros”, esos otros no solo no son presentados por sus principios ni sus causas, sino por sus actos, que además evocan la nueva victimologia del judío convertido en ciudadano israelí, del que acepto el bombardeo de campos de refugiados causando más de doscientos muertos todavía paga a un grupo de “valientes israelíes” en Europa para que asesinen a los culpables de lo de Munich, el film como era de esperarse se preocupa por presentar al victimario como victima de sus propias redes de mentiras y medias verdades, claro con un toque de ternura por su esposa recientemente convertida en madre.
Por supuesto que es necesario mantener viva la imagen del Holocausto, estos Films, inyectan argumentos al discurso de la víctima. Un niño con pijama a rayas no puede ser un victimario, un soldado israelí solo se defiende cuando apunta con su mirilla telescópica y asesina a un niño palestino, que “fue utilizado por el terrorista como escudo humano”.
Después de sesenta años vemos admirados cómo el Holocausto se mantiene vivo en la creatividad del cineasta y esperamos a ver el próximo.
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