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Un léxico de la desilusión |
No todo marcha bien en la tierra de fans de Barack Obama. No queda claro exactamente a qué se debe el cambio de humor. Quizá sea el rancio olor que emana el último rescate bancario realizado por el Tesoro. O la noticia de que el principal consejero económico del presidente estadounidense, Larry Summers, ganó millones de dólares de los bancos y los fondos de cobertura que ahora protege de la re-regulación. O quizá comenzó antes, con el silencio de Obama durante el ataque de Israel a la franja de Gaza.
Lo que sea que haya sido la gota que derramó el vaso, un creciente número de entusiastas de Obama comienza a pensar en la posibilidad de que su hombre no va a salvar al mundo con el solo hecho de que todos nosotros estemos muy esperanzados.
Está bien. Si la cultura de superfans que llevó a Obama al poder se va a transformar en un movimiento político independiente, uno lo suficientemente fuerte como para presentar programas capaces de afrontar las crisis actuales, todos vamos a tener que dejar de tener esperanza y comenzar a demandar.
Sin embargo, la primera etapa consiste en comprender cabalmente el incómodo lugar intermedio en el que están muchos movimientos progresistas estadounidenses. Para hacerlo, necesitamos un nuevo lenguaje, uno específico para el momento Obama. He aquí un comienzo.
La cruda después de la esperanza [hopeover. Juego de palabras: hangover es una cruda] Así como una cruda, se trata de una sensación que proviene de haberse excedido en algo que se sentía bien en ese momento, pero que en realidad no era tan saludable, lo cual origina sentimientos de culpa, y hasta de vergüenza.
Es el equivalente político de un bajón después de un prendón de azúcar.
Ejemplo:
“Cuando escuché el discurso económico de Obama, mi corazón se emocionó. Pero luego, cuando intenté explicarle a un amigo sus planes respecto a los millones de despidos y ejecuciones hipotecarias, descubrí que no tenía nada que decir. Tengo un serio sentimiento de cruda después de la esperanza”.
La montaña rusa de la esperanza. Como ocurre en una montaña rusa, describe las intensas subidas y bajadas emocionales de la era de Obama, el viraje de la alegría de tener un presidente que apoya la educación sexual al abatimiento porque el seguro médico universal no está en la agenda justo ahora que podría volverse una realidad.
Ejemplo:
“Estaba tan emocionada cuando Obama dijo que cerrará Guantánamo. Pero ahora luchan como locos para asegurarse de que los prisioneros en Bagram no tengan derechos legales de ninguna clase. Detiene esta montaña rusa, ¡me quiero bajar!”
Extrañar la esperanza [hopesick. Juego de palabras, homesick significa extrañar el hogar, la gente cercana, el país] Así como quienes extrañan el hogar, los individuos que extrañan la esperanza tienen una intensa nostalgia. Extrañan el adrenalinazo de optimismo de la campaña electoral y eternamente intentan revivir esa cálida sensación de esperanza, por lo general mediante exagerar la importancia de actos decentes, pero relativamente menores, de Obama.
Ejemplo:
“Con el tema de la escalada en Afganistán, realmente extrañaba la esperanza; pero vi un video en YouTube de Michelle en su jardín orgánico y de nuevo me sentí como el día de la toma de posesión. Unas horas más tarde, cuando escuché que la administración de Obama estaba boicoteando una importante conferencia sobre racismo convocada por Naciones Unidas, me pegó muy duro la sensación de extrañar la esperanza. Así que miré fotografías de Michelle llevando ropa elaborada por diseñadores de moda independientes, étnicamente diversos, y eso como que ayudó”.
Adicto a la esperanza. Conforme baja el nivel de esperanza, el adicto a la esperanza, como el adicto a las drogas, entra en un severo síndrome de abstinencia, y hará lo que sea por perseguir el prendón. (Parecido a “extrañar la esperanza”, pero más fuerte, normalmente afecta a los hombres de mediana edad)
Ejemplo en una frase:
“Joe me dijo que cree que Obama metió a Summers a propósito, para que el rescate fracasara, y luego tendría la excusa que necesita para hacer lo que de verdad quiere: nacionalizar los bancos y convertirlos en uniones de crédito. ¡Qué adicto a la esperanza!”
Esperanza-rota. Como amante con el corazón roto, el obamista que tiene la esperanza rota, no está enfurecido sino terriblemente triste. Proyectó poderes mesiánicos en Obama y ahora está inconsolable en su desilusión.
Ejemplo:
“De verdad creía que Obama finalmente nos obligaría a confrontar el legado de la esclavitud en este país e iniciaría una seria conversación nacional sobre la raza. Pero ahora nunca menciona la raza, y usa torcidos argumentos legales para evitar que ni siquiera enfrentemos los crímenes de los años de gobierno de Bush. Cada vez que lo oigo decir ‘vayamos hacia delante’, me vuelve a romper la esperanza”.
Esperanza que se revierte. Como un contragolpe, la esperanza que se revierte es un giro de 180 grados en reversa, con respecto a todo lo relacionado con Obama. Quienes lo sufren, alguna vez fueron los más apasionados evangelistas de Obama. Ahora son sus críticos más enfurecidos.
Ejemplo:
“Al menos, con Bush todos sabíamos que era un imbécil. Ahora tenemos las mismas guerras, las mismas prisiones sin ley, la misma corrupción en Washington, pero todos echan porras como si fueran esposas de Stepford [En Stepford wives, novela y luego películas, las mujeres son sumisas, como robots, conformistas y aceptan cualquier abuso] Es hora de un contragolpe de la esperanza a todo lo que da”.
Mientras intentaba ponerle nombre a estas enfermedades relacionadas con la esperanza, me pregunté qué hubiera dicho el finado Studs Terkel acerca de nuestra colectiva cruda después de la esperanza. Seguramente hubiera insistido que no cediéramos ante la desesperanza. Acudí a uno de sus últimos libros, La esperanza muere al último. No tuve que leer mucho.
El libro comienza con las palabras:
“La esperanza nunca gotea, nunca va de arriba hacia abajo. Siempre brota de abajo hacia arriba”.
Y eso lo dice todo. La esperanza era un buen lema mientras se apoyaba a un candidato presidencial que tenía remotas posibilidades de ganar. Pero como postura frente al presidente de la nación más poderosa del mundo, es peligrosamente diferente. La tarea, mientras vamos hacia delante (como le gusta decir a Obama), es no abandonar la esperanza, sino encontrarle hogares más apropiados, en las fábricas, los vecindarios y las escuelas, donde tácticas como las tomas y las ocupaciones resurgen.
El politólogo Sam Gindin escribió recientemente que el movimiento laboral puede hacer más que sólo proteger el status quo. Puede demandar, por ejemplo, que las plantas automotrices que están cerradas sean convertidas en plantas verdes, capaces de producir vehículos de transporte masivo y tecnología para un sistema de energía renovable. “Ser realista significa sacar la esperanza de los discursos”, escribió, “y ponerla en manos de los trabajadores”.
Lo cual me lleva a la última anotación en el léxico: Raíces de la esperanza [hoperoots. Juego de palabras con grassroots, “de base”, como en “organización de base” o “activismo de base”]
Ejemplo:
“Es hora de dejar de esperar que la esperanza sea ofrecida desde arriba, y empezar a empujarla hacia arriba, desde las raíces de la esperanza”.
Traducción: Tania Molina Ramírez
nota: Este articulo esta repetido.
Naomi Klein

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, medios, memoria, politica.
Radio Centenario
Chury: Cuéntanos Petras cuál es el tema que en este momento te está preocupando más y que te lleva a analizarlo.
Petras: Hay varias cosas. Primero, internamente hay una situación interesante donde dentro del proceso de recesión, dentro de la caída de la economía, los dirigentes políticos tratan de pintar un repunte en la economía, citando como hechos el crecimiento en las últimas 6 semanas de la Bolsa, que ha subido en algunos indicadores más del 20 %. Citando eso dicen que ya hemos tocado fondo y estamos en el proceso de recuperación. Pero algunos analistas, incluso en el Financial Times, mencionan de que en cada depresión o recesión hay momentos en que la Bolsa en un período muy corto, sube. Y en ese momento que sube entran muchos especuladores e inversionistas pensando que ya van a subirse al nuevo tren, pero de repente dentro de un período muy corto, cae otra vez y más profundamente. Y eso se puede repetir 2 ó 3 veces en el ciclo o en el proceso de depresión. Los diarios fomentan las ilusiones para los pequeños inversionistas y los otros más grandes. Dicen ya estamos saliendo y salen con grandes títulos: Ya se acabó la recesión. Mientras en realidad el proceso sigue cayendo cada vez más. Ahora en vez de decir que hemos terminado la caída citan que la desaceleración es menor que en el período anterior.
Para decir un ejemplo: el número de desocupados en el mes de abril, se aumentó por la pérdida de 500 mil puestos de trabajo. Y ellos dicen que eso es mejor que el mes anterior donde cayeron más de 650 mil empleos. Y como han caído menos, estamos en vías de mejoras. En otras palabras, convierten el hecho desastroso de que 500 mil personas perdieron su trabajo, como una propaganda de que ya estamos llegando al fin del túnel.
Este tipo de propaganda, el esfuerzo de dar optimismo, es una forma de evitar explosiones sociales. Dar esperanza, seguir la esperanza, entre mucha gente que ya ha perdido la esperanza.
Debemos desinflar toda esta propaganda que cita pequeños hechos aislados, procesos de deteriorización pero con alguna alta y baja de la tasa de desaceleración, como una forma de sostener el apoyo al capitalismo en su caída.
El otro asunto que es realmente espantoso es el hecho de que bajo presiones de EE.UU. principalmente de la canciller Hillary Clinton, el gobierno de Pakistán ha mandado más de 50 mil tropas a una región donde viven más de un millón de personas. Ahora, más del 80 % son refugiados. Y este drama dentro de Pakistán creando gente que ahora tiene que abandonar su casa, su granja, su negocio, es titulado en los medios como un gran éxito cuando la guerra se intensifica por las razones de los intereses de EE.UU. y su guerra en Afganistán causa un millón de refugiados. El informe de la Cruz Roja es que el gobierno de Pakistán no tiene ninguna facilidad para ayudar a los refugiados. No sé si van a matar 50 ó 100 talibanes o fuerzas de resistencia, pero sí van a causar enfermedades que supera en mucho más. Con un millón de personas, con la mitad de niños y viejos, imagínate cuánta gente está sufriendo.
Y el resultado de esta guerra ofensiva, está muy claro que va a pasar .Los guerrilleros van a pelear y con el tiempo van a desaparecer, van a mezclarse con los refugiados, van a cruzar la frontera con Afganistán y van a ir a otra región. Y cuando el gobierno capture este territorio, ¿qué más?.Los guerrilleros van a volverse a otras regiones y van a quedar afuera un tiempo y , porque tienen algún apoyo local, van a volver. El ejercito están causando un gran problema para el pueblo pakistaní bajo las órdenes de la Casa Blanca en una ofensiva que está garantizada que no alcanzará sus metas. Pero como dicen los pakistaníes, estamos sacrificándonos para una guerra colonial de los Estados Unidos.
Chury: Petras, pero para eso tiene que haber un gobierno pakistaní afín de apoyar a los EE.UU. El gobierno pakistaní es pro norteamericano.
Petras: Más que nada no es realmente un gobierno porque en parte es un régimen. No controla más que alguna región que no es el gran territorio rural y las fronteras con Cachemira y Afganistán. Y segundo, el presidente que era el esposo de la candidata Benazir Bhutto que fue asesinada, este señor Ali Zardari, está pendiente como delincuente, está acusado en Suiza de ser estafador. Interpol tenía la búsqueda de devolverlo para hacerle un juicio. Entonces los EE.UU. actúan y para salvarlo de la cárcel lo traen como el esposo de la mártir Bhutto y lo montaron como candidato entonces con los controles que tienen sobre su ficha delincuencial, no tiene ninguna independencia entonces está actuando no sólo como un típico cipayo o cliente de Washington sino que no tiene ni siquiera la seguridad si después de salir del gobierno pierde la impunidad.
Chury: Concretamente, ¿quién domina el poder nuclear de Pakistán?
Petras: Parece que en gran parte hay un Consejo Nacional de Seguridad, muy influido por la cúpula militar en Pakistán. Particularmente ahora, con la inestabilidad política, con el cambio de régimen, es una mezcla de los servicios de inteligencia, los militares y algún político vinculado con la cúpula.
Lo que EE.UU. está preocupado es porque a partir de sectores nacionalistas se puede utilizar o transferir algún conocimiento a países filo islámicos. Y esta preocupación la tienen porque quieren eliminar la opción nuclear de Pakistán porque están vinculados más profundamente con India. Tienen un acuerdo nuclear que firmaron juntos hace 2 meses. El científico el señor Khan, que era el padre de la bomba atómica pakistaní, ahora sigue viviendo en libertad en Pakistán. EE.UU. exige hace mucho tiempo, que Pakistán permita un interrogatorio por parte de la CIA a este señor Khan. Pero Pakistán rechaza esta presión hasta ahora, porque Khan es visto como un héroe en Pakistán porque él inventó la bomba nuclear para neutralizar la bomba de los hindúes. Entonces capitular en esta exigencia va a desprestigiar totalmente al gobierno. Hay una pugna entre sectores nacionalistas y los EE.UU. y eso uno puede verlo en el caso de la propuesta sobre el interrogatorio de este científico.
Chury: Uno piensa en la hipocresía, en los hipócritas y con respecto a Guantánamo parece ser que Obama no ha sido nada más que un gran hipócrita como lo ha sido Hillary Clinton, porque en definitiva prácticamente de Guantánamo no han cambiado nada y serán militares norteamericanos quienes sigan juzgando a los presos políticos de Guantánamo.
Petras: Si, van a repetir los procesos militares en Guantánamo.
Segundo, la pregunta básica es: en qué política Obama no es hipócrita? Dice que quiere empezar una nueva relación con América Latina y repite los mismos clichés de la guerra fría sobre Cuba representando una amenaza terrorista. Dice querer acercarse con Venezuela, mientras acusa a Chávez de ser un peligro para los países democráticos en América Latina.
Dice que no cree más en la intervención, mientras sus principales aliados en Bolivia contratan a mercenarios armados para asesinar a Evo Morales.
Entonces uno pregunta, ¿hay un lugar donde haya una correspondencia entre las palabras de Obama y sus actos?
El problema más difícil es encontrar una política sobre algún tema donde no actúe como un gran hipócrita el señor Obama.
Es especialidad de él utilizar el doble discurso, decir una cosa y actuar precisamente en contrario.
Chury: Esa es su actitud y la ha demostrado en los distintos aspectos en los que está actuando.
Petras: Sí, exactamente. Dice por ejemplo hoy día que quiere mejorar el sistema de salud público en Estados Unidos; dice que van a organizar un plan para extender la cobertura para 40 ó 50 millones de personas. Pero en las consultas, no invita a ningún representante de la población afectada; sólo invita al presidente de los farmacéuticos, presidentes de las grandes empresas de seguros, todos privados; invita a los principales jefes de las organizaciones vinculadas con la medicina -las más conservadoras. Excluye a organizaciones médicas en favor de un plan nacional de salud pública. ¿cómo va a extender la cobertura y mejorar los servicios de salud, cuándo sólo habla con el poder de elite que domina el sistema actual?
Chury: Petras, para terminar ¿qué pasa con la gripe A? En realidad uno no sabe qué pensar por las informaciones. ¿Es una especulación?
Petras: Bueno, miren cómo ha caído la publicidad. El fraude, este pánico, era simplemente uno de muchos otros casos de publicidad para distraer al pueblo. Nadie, pero nadie, cree que hay una epidemia. Como lo hemos dicho en otros programas los que están afectados son una fracción de lo que es normal durante el período de influenza. Es mucho menos que el año pasado. Dicen que el número de infectados es menos del uno por ciento de lo que normalmente pasa. Esta gran estafa es tan inmensa, que ya tratan de desaparecerlo de la noticia. No dan más cifras de infectados porque es una burla. Cualquier persona que está consciente va a repetir que es otra burla de las clases dominantes, de las instituciones internacionales para distraer a la gente de la epidemia económica. La epidemia de desocupación, de fábricas cerradas, de bancos en bancarrota. Esa es la epidemia. Con este pánico tratan de generar una distracción. Poner a la gente en una relación de dependencia con los gobernantes fracasados y decir bueno, hay que escuchar al gobierno, el gobierno se va a proteger, cuando el gobierno está destruyendo la vida de millones de personas.
Chury: Petras te agradecemos mucho, creo que esta aclaración final tuya es muy valiosa. Fue valiosa desde que la lanzaste por primera vez aquí y sigue siendo valiosa.
Petras: Muchas gracias y saludos a todos los uruguayos entrando el otoño.
Un abrazo.
Chau.
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