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El "sueño americano" de Obama |
Masacre en Afganistán
Más de 100 civiles, incluidos mujeres y niños, asesinados por bombardeo de EEUU
No es el "sueño americano" de Obama. Es Afganistán, donde la aviación imperial de EEUU acaba de asesinar a más de cien personas, incluidos mujeres y niños, según denunció la Cruz Roja Internacional. La masacre ratifica dramáticamente la línea de continuidad de la política de ocupación genocida de los halcones sostenida por la actual administración de Obama.
Más de 100 de personas, incluidos mujeres y niños, han muerto durante un ataque aéreo de las fuerzas de EEUU en el oeste de Afganistán, según ha anunciado un portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja Roja (CICR).
Rohul Amin, gobernador de la provincia de Farah Occidental, donde tuvo lugar el bombardeo durante un combate el lunes y martes, afirmó que temía que 100 civiles hubieran muerto. El jefe de la policía provincial Abdul Ghafar Watandar agregó que la cifra de fallecidos podría ser incluso más alta.
Rohul Amin añadió que los talibanes mataron también a tres policías e hirieron a cuatro antes de la operación conjunta del Ejército afgano con apoyo de la aviación de EEUU, producida en la noche del lunes .
Jessica Barry, portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja, dijo que el grupo con sede en Ginebra había enviado a un equipo que llegó al lugar de los ataques aéreos el martes por la tarde.
"Hay mujeres y niños que fueron asesinados. Parece que estaban tratando de cobijarse en unas casas cuando fueron alcanzados", declaró.
El equipo internacional vio casas destruidas y decenas de cadáveres, lo que supone la primera confirmación internacional del incidente.
Si se confirman esos datos, podría ser la matanza más sangrienta en un único episodio para civiles afganos desde que comenzó la campaña en el 2001 para invadir Afganistán y terminar con los talibanes.
El presidente títere de EEUU, Hamid Karzai, que está en Washington donde iba a entrevistarse posteriormente con el presidente estadounidense Barack Obama por primera vez desde la elección del mandatario norteamericano, envió a una delegación conjunta compuesta por afganos y estadounidenses, a "investigar" el incidente, indicó su oficina.
A tono con el "doble discurso" de Obama, dijo que "lamenta profundamente" la muerte de civiles tras el bombardeo de la OTAN contra un grupo de talibanes en la provincia occidental afgana de Farah y anunció que participará en la investigación para determinar lo sucedido.
"EEUU lamenta profundamente cualquier daño o pérdida de vidas inocentes entre los afganos como consecuencia de operaciones en las que sus fuerzas están involucradas", dijo el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Robert Wood, en un comunicado.
El Gobierno estadounidense, que ocupa a sangre y fuego Afganistán desde hace ocho años, consideró que "cualquier pérdida de vidas inocentes es trágica" y ofreció asistencia "humanitaria" a las comunidades afectadas.
¿Que junta de psiquiatras va a juzgar a Obama y a su gabinete de sionistas imperiales por demencia criminal acentuada y doble discurso? Por supuesto, que ninguna.
Por lo pronto, los que proyectaron ilusiones de un Imperio "democrático y humanista" con Obama van a tener que cambiar de canal de televisión.
El "incidente" -como llama la Casa Blanca imperial al asesinato en masa de afganos- hizo estallar el marketing discursivo y el nuevo estilo "democrático" que vende Obama para diferenciarse de su antecesor Bush, y su equipo ya salió a tapar el bache con un estilo "novedoso".
El mismo consiste en hacer lo que no hacia Bush: Lamentar y pedir "disculpas" por cada asesinato en masa planificado y ejecutado por el Pentágono parece ser la impronta que el lobby judío liberal que maneja a Obama está desarrollando en la Casa Blanca.
En esta orientación, el portavoz Wood ha indicado que EEUU "tendrá en cuenta seriamente los informes sobre el incidente y los investigará a fondo".
El Departamento de Estado estadounidense (como si ignorara lo que hace el Pentágono cuyo Comandante en Jefe es Obama) señaló que un grupo realizará una investigación para determinar "qué pasó exactamente".
Sumándose a la parodia, el presidente Hamid Karzai, títere de la ocupación USA, que está en Washington para entrevistarse con el presidente Barack Obama por primera vez, envió a una delegación conjunta compuesta por afganos y estadounidenses a "investigar el incidente", indicó su oficina.
Barack Obama, se reúne de urgencia con el presidente paquistaní, Asif Alí Zardariy, y con Hamid Karzai, presidente afgano, en un encuentro en el abordarán la escalada talibán en Afganistán y Pakistán.
La "conversación" a tres bandas entre Obama, Zardari y Karzai pretende impulsar la "cooperación" entre Afganistán y Pakistán, país que -según la Casa Blanca- los talibanes usan como base para lanzar ataques en territorio afgano.
El ejercito de Pakistán lanzó este martes un ataque con artillería y helicópteros contra los talibanes en la convulsa región del valle del Swat después de que EEUU pidiera al Gobierno que "demostrara su compromiso en la lucha contra el terrorismo.
Tres frentes de conflictos militares principales -según coinciden expertos- acechan a la administración imperial de Barack Obama: Irán, el Cáucaso y Afganistán, el que conforma un solo escenario con Pakistán, donde Washington está por consumar una ocupación militar argumentado el estado de "caos y de ingobernabilidad" en que se encuentra el país.
De esos tres escenarios predominantes, la guerra de ocupación en Afganistán sobresale nítidamente como el frente más "peligroso" para el eje ocupante EEUU-OTAN, cuyas tropas se encuentran sometidas a una feroz y sangrienta contraofensiva de los talibanes que ya controlan el 72% del país.
La estrategia de conquista capitalista y militar que Bush y los halcones imperiales lanzaron detrás de la pantalla de la "guerra contraterrorista", emergente del 11-S, ya comienza claramente a resquebrajarse en Afganistán donde la resistencia talibán y los muertos estadounidenses y europeos crecen en simétricas proporciones.
Luego de vestirse de "progresista" para el marketing electoral de campaña, Barack Obama, el nuevo CEO de la empresa imperial USA, centró la columna vertebral de su estrategia exterior en la continuidad de la "guerra contra el terrorismo" iniciada por Bush tras el 11-S.
Sin contar el ejército estadounidense, los países miembros de la OTAN y otros países aliados, son 32.000 soldados apostados en Afganistán, y su cifra contabilizará un total de 100.000 efectivos extranjeros en el territorio afgano después de que lleguen todos los "refuerzos".
Los cancilleres de la Unión Europea (UE) se manifestaron dispuestos a aumentar la colaboración en Afganistán para apoyar la nueva estrategia del presidente estadounidense en ese país. "Estamos dispuestos a hacer más", dijo el ministro checo de Relaciones Exteriores, Karel Schwarzenberg, cuyo país preside actualmente la UE.
El eje de la nueva estrategia de EEUU para Afganistán presentada por Obama a sus socios europeos de la OTAN, incluye envío de más soldados adicionales a ese país, y sitúa su objetivo central en la destrucción de Al Qaeda y de sus bases "terroristas" diseminadas en la frontera con Pakistán.
Los parecidos con Bush son pura casualidad.
(continue)

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, multitud, politica, violencia.
El jefe de la policía provincial Abdul Ghafar Watandar agregó que la cifra de fallecidos durante un “combate” el pasado lunes y martes podría ser incluso más alta.
Si se confirman esos datos, podría ser el incidente más sangriento durante un único episodio para los civiles afganos, desde que comenzó la campaña de ocupación.
El presidente Hamid Karzai, que está en Washington para entrevistarse con el presidente Barack Obama por primera vez desde la elección del mandatario estadounidense, ha enviado a una delegación conjunta compuesta por afganos y estadounidenses a investigar el incidente.
Estados Unidos ha lamentado "profundamente" la muerte de civiles tras el bombardeo de la OTAN contra un grupo de talibanes en la provincia occidental afgana de Farah y anunció que participará en la investigación para determinar lo sucedido.
El Gobierno estadounidense consideró que "cualquier pérdida de vidas inocentes es trágica" y ofreció asistencia humanitaria a las comunidades afectadas.
El portavoz adjunto del Departamento de Estado, Robert Wood, ha indicado que Estados Unidos "tendrá en cuenta seriamente los informes sobre el incidente y los investigará a fondo".
Los insurgentes se habían hecho fuertes en los últimos dos días en el distrito de Bala Bulok, donde atacaron varias poblaciones y mataron a tres civiles tras acusarlos de espiar para el Gobierno afgano y las fuerzas internacionales destacadas en el país.
El gobernador provincial, Rohul Amin, añadió que los talibanes mataron también a tres policías e hirieron a cuatro, antes de la intervención la noche del lunes del Ejército afgano con apoyo de la aviación de la OTAN.
La fuerza conjunta realizó un ataque contra los insurgentes, ocultos en viviendas, que, según Amin, podría haberse saldado con unos 30 insurgentes muertos y "varias" víctimas civiles.
La reunión prevista entre el presidente de EEUU, Barack Obama, y los mandatarios de Pakistán, Asif Alí Zardari, y Afganistán, Hamid Karzai, se van a abordar entre otras cuestiones la lucha contra los talibanes en ambos países.
"Lamentamos muy profundamente esa pérdida", dijo Clinton en la apertura de las conversaciones a tres bandas con el presidente afgano, Hamid Karzai, y el paquistaní, Asif Alí Zardari, según Reuters. Las muertes de civiles serán uno de los temas principales en las conversaciones que se mantendrán hoy en la Casa Blanca, ya que tanto Karzai como Zardari se han quejado a Washington por este tema.
La portavoz militar estadounidense, capitán Elizabeth Mathias, se declaró "extremadamente preocupada" por las informaciones sobre el alto número de víctimas civiles, informa la BBC. "He enviado un equipo de investigación a la región esta mañana y espero que cuando se encuentren en el terreno, un poco más tarde, tengamos más información", añadió.
El CICR dijo en un comunicado que aunque sus observadores no pudieron determinar el número exacto de muertos, su impresión fue que habían muerto decenas de personas, entre ellas mujeres y niños. El gobernador de la provincia de Fará, Rohul Amin, respaldó la versión del CICR sobre la muerte de civiles, aunque no pudo confirmar el número.
"Sabemos que entre los muertos había un voluntario de la Media Luna Roja afgana y 13 miembros de su familia, quienes, a causa de los combates, se refugiaban en una casa, la cual fue bombardeada en un ataque aéreo", dijo el jefe de la delegación de CICR en Kabul, Reto Stocker.
Stocker dijo que en cuanto el CICR tuvo constancia de los combates en la zona se puso en contacto con los dos bandos para advertirles de que había civiles y heridos allí. Asimismo, dijo desconocer si la insurgencia armada se encontraba en el interior de las viviendas cuando se efectuaron los ataques.
"Reiteramos nuestra preocupación por el hecho de que en Afganistán resultan muertos demasiados civiles en incidentes como ataques aéreos o ataque suicidas con bombas", declaró Stocker.
Los enfrentamientos de ayer estallaron después de que más de 100 insurgentes atacaran un puesto de control de la Policía en Fará, causando la muerte de tres policías, según las autoridades afganas. Después, entraron en un pueblo donde decapitaron a tres personas acusadas de colaborar con el Gobierno. Al parecer, al menos 25 insurgentes habrían muerto en el ataque aéreo estadounidense.
Agregó que el bombardeo también causó al menos 12 heridos entre la población civil y 25 muertos entre los insurgentes afganos.
El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, que se encuentra en visita oficial en EEUU, expresó sus condolencias a las familias de los muertos y heridos y pidió a las autoridades provinciales investigar minuciosamente lo ocurrido.
El incidente en la provincia afgana de Farah ha sido el más sangriento desde que la aviación de la OTAN empezara a volar en Afganistán.
Según Gafar, estos datos se obtuvieron durante una investigación realizada en el lugar de los hechos.
No obstante, fuentes médicas locales informaron de 19 hospitalizados con heridas de diversa consideración.
Rohul Amin, gobernador de la provincia de Farah Occidental, donde tuvo lugar el bombardeo durante un combate el lunes y martes, dijo que temía que 100 civiles hubieran muerto. El jefe de la policía provincial Abdul Ghafar Watandar agregó que la cifra de fallecidos podría ser más alta incluso.
Si se confirman esos datos, podría ser el incidente más sangriento en un único episodio para civiles afganos desde que comenzó la campaña para derrocar a los talibanes en 2001.
El presidente Hamid Karzai, que está en Washington donde iba a entrevistarse posteriormente con el presidente estadounidense Barack Obama por primera vez desde la elección del mandatario norteamericano, envió a una delegación conjunta compuesta por afganos y estadounidenses, a investigar el incidente, indicó su oficina.
"Injustificable e inaceptable"
"El presidente ha calificado la pérdida de civiles como injustifcable e inaceptable y se lo planteará a Obama", indicó.
Jessica Barry, portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja, dijo que el grupo con sede en Ginebra había enviado a un equipo que llegó al lugar de los ataques aéreos el martes por la tarde.
"Hay mujeres y niños que fueron asesinados. Parece que estaban tratando de cobijarse en unas casas cuando fueron alcanzados", declaró.
El equipo vio casas destruidas y decenas de cadáveres, lo que supone la primera confirmación internacional del incidente.
Barry dijo que entre los fallecidos había un voluntario de primeros auxilios de la Media Luna Roja afgana, que murió junto a otros 13 miembros de su familia.
EEUU lo asume
Las fuerzas lideras por EEUU en Afganistán reconocieron que se vieron implicados en combates y ataques aéreos en el distrito Bala Boluk de la provincia, que comenzó el lunes y continuó hasta el martes.
Agregaron que estaban investigando conjuntamente las informaciones de víctimas civiles junto a las autoridades afganas.
El mando militar de EEUU asumió anoche su participación en el ataque y anunció la apertura de una investigación para esclarecer lo sucedido.
"Ofrecemos nuestras condolencias a aquellos afectados por las operaciones de hoy e investigaremos inmediatamente las denuncias para determinar qué ha sucedido", dijo el portavoz de la coalición, el coronel Greg Julian.
2.118 civiles muertos en 2008
EEUU encabeza una coalición militar que lleva a cabo la misión antiterrorista Libertad Duradera en Afganistán y opera al margen de la Fuerza de Asistencia de Seguridad (ISAF) de la OTAN.
Un total de 2.118 civiles murieron en 2008 a causa del conflicto afgano, según cifras de la misión de la ONU en el país.
Las fuerzas afganas y las tropas internacionales fueron responsbles de la muerte de 828 personas, un 64% de las cuales fallecieron en ataques aéreos.
Watandar explicó que esa cifra de víctimas debe ser aún mayor dado que se continúa la búsqueda de cadáveres entre los escombros de las viviendas destruidas en los poblados de Geraani y Ganj Abad por los misiles y bombas estadounidenses.
Esos ataques aéreos comandados por Estados Unidos ocasionaron decenas de víctimas mortales, entre ellos mujeres y niños, afirmó por su parte la representante de la CRI, Jessica Barry, quien añadió que un auxiliar de la organización humanitaria falleció en el bombardeo.
Un equipo de la CRI enviado a la zona desde la vecina Herat comunicó que encontró los cadáveres de docenas de civiles, entre ellos mujeres y niños, señaló.
Este representa el más grande genocidio de civiles afganos en un sólo hecho sangriento desde octubre del 2001 cuando Estados Unidos y sus aliados invadieron a esta nación islámica centroasiática.
Como es usual, el presidente Hamid Karzai calificó de injustificable e inaceptable el asesinato de esos civiles y se lo planteará a Obama durante su reunión en Washington, según un comunicado oficial.
Un total de dos mil 118 civiles perdieron la vida en 2008 a causa en un 64 por ciento por los ataques aéreos de Estados Unidos y la OTAN, de acuerdo con estadísticas de la ONU.
Estos ataques, en principio contra la insurgencia talibán, mataron el lunes a más de 100 personas, la mayoría civiles, entre ellos mujeres y niños, según las autoridades afganas.
El grave balance de muertes civiles provocó conmoción hasta en Washington, donde se encontraban en visita oficial el miércoles el presidente afgano, Hamid Karzai y el paquistaní, Asif Ali Zardari.
El presidente estadounidense, Barack Obama, indicó tras reunirse con ambos presidentes que Estados Unidos "trabajará con nuestros socios de Afganistán y del mundo haciendo todo lo posible para evitar la muerte de civiles".
Añadió que ambos países, claves en la estrategia de la nueva administración contra la "guerra contra el terrorismo", habían "renovado su compromiso para combatir el extremismo".
Pocas horas antes, también flanqueada por Karzai y Zardari, la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, lamentó "profundamente" la muerte de civiles en Afganistán.
En la ciudad de Farah, capital provincial, cientos de manifestantes mostraron su ira el jueves antes de ser dispersados por la policía tras unos enfrentamientos. Cuatro manifestantes ingresaron en el hospital local, uno de ellos herido de bala, según una fuente médica local.
"La policía trató de dispersarlos, pero lanzaron piedras a la policía, que en respuesta disparó al aire", indicó el gobernador adjunto de Farah, Mohamad Yunus Rasuli, quien describió la manifestación como "violenta".
"La gente está muy furiosa. (...). Gritaron '¡Muerte a Estados Unidos, muerte a los invasores!", dijo Abdulá, un joven manifestante contactado por teléfono.
"Pedimos al gobierno afgano que obligue a los estadounidenses a abandonar a Afganistán. No están en este país para combatir a los talibanes. ¡Matan a más civiles que talibanes!", dijo por su parte Haji Nangyalai, de 42 años.
El lunes por la mañana, estallaron combates violentos entre la insurgencia, bien implantada en la zona, y el ejército afgano.
Éste pidió apoyo a las fuerzas estadounidenses, que ordenaron el bombardeo de los talibanes, algunos de los cuales se habrían refugiado en las casas de los habitantes.
El coronel Greg Julian, portavoz del ejército estadounidense, indicó a la AFP que estaban verificando "otra información, según la cual los civiles podrían haber sido matados por los talibanes para luego ser presentados como víctimas del bombardeo".
Al mismo tiempo, continuaba la ofensiva militar contra los talibanes en Pakistán por 12º día consecutivo en el valle de Swat, en el noroeste del país, cerca de Afganistán.
Se trata de los combates más intensos desde la firma a mediados de febrero de un controvertido acuerdo de alto el fuego, que ya no es respetado.
Las fuerzas de seguridad bombardearon posiciones de los combatientes islamistas relacionados con Al Qaida en sus bastiones del distrito de Swat, en Malam Jabba, Matta y Khawaza Khela, aseguró a la AFP un alto responsable militar, bajo condición de anonimato.
De acuerdo con fuentes oficiales, en esos bombardeos del lunes y martes pasados contra viviendas de los poblados de Geraani y Ganj Abad, en el distrito de Bala Boluk, perdieron la vida 120 personas y fueron destruidas decenas de casas.
Poco después, los marchistas se trasladaron a la oficina del gobernador, donde apedrearon a los efectivos de seguridad, quienes abrieron fuego contra la multitud y ocasionaron varios heridos. En sus exigencias demandaron un castigo para los responsables de la muerte de esos civiles.
Nasrat comunicó a la prensa que tres personas resultaron heridas y trasladadas al hospital de la ciudad.
La Cruz Roja Internacional (CRI) comunicó en Kabul que sus enviados encontraron decenas de cadáveres en tumbas colectivas y entre los escombros de viviendas destruidas por la aviación estadounidense.
La portavoz del CRI, Jessica Barry, destacó entre las víctimas la presencia de mujeres y niños que, al parecer, intentaban refugiarse en unas casas cuando fueron alcanzados por los misiles y bombas.
Este representa el más grande número de civiles afganos muertos en un sólo hecho sangriento desde octubre del 2001 cuando Estados Unidos y sus aliados invadieron a esta nación islámica centroasiática.
Un total de dos mil 118 personas perdieron la vida en 2008 a causa, en un 64 por ciento, de los ataques aéreos de Estados Unidos y la OTAN, de acuerdo con estadísticas de la ONU.
Como es usual, el presidente Hamid Karzai calificó de injustificable e inaceptable el asesinato de esos civiles, designó una comisión investigadora y se lo planteó al presidente estadounidense, Barack Obama, durante una reunión sostenida en Washington, según un comunicado oficial.
Pero Obama y su secretaria del exterior, Hillary Clinton, se limitaron sólo a lamentar la matanza perpetrada por sus tropas en Afganistán y señalar que sentían profundamente las pérdidas de vidas inocentes.
La gente local del poblado de Garani en el distrito de Balablok dijo el martes que los ataques aéreos de la OTAN provocaron la muerte de más de cien civiles, incluyendo mujeres y niños.
Mientras tanto, el gobernador de Farah, Rohul Amin, confirmó los ataques durante una declaración a la prensa, pero no pudo dar una cifra precisa sobre las bajas.
Amin agregó que las investigaciones del caso han comenzado.
El presidente afgano Hamid Karzai ordenó el miércoles una exhaustiva investigación del trágico incidente.
En un comunicado emitido el mismo día, las fuerzas de la coalición dirigidas por Estados Unidios se disculparon por las muertes de los civiles, estableciendo que "ofrecemos nuestras condolencias a quienes fueron afectados por la operación e investigaremos inmediatamente los reclamos para determinar qué sucedió".
(Xinhua)
“Mujeres y niños murieron”, aseguró la vocera de la Cruz Roja, Jessica Barry. “Al parecer trataban de refugiarse en sus casas cuando éstas fueron blanco de las bombas”. Sobrevivientes dijeron que el número de muertos con toda seguridad ascenderá, pues continúa el rescate de cadáveres.
El asesinato de tantos civiles afganos debido a un ataque aéreo estadunidense con toda probabilidad enfurecerá a la población, entre la cual se incrementará el apoyo al movimiento talibán en el área bombardeada.
Karzai ordena investigación
El presidente Hamid Karzai, quien se reunió este miércoles en Washington con el presidente estadunidense, Barack Obama, envió a la zona del bombardeo una delegación afgano-estadunidense para investigar el incidente.
La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, expresó, mientras estaba de pie junto a Karzai, su “profundo pesar” por lo ocurrido.
Las fuerzas especiales de los marines, en apoyo del ejército afgano, aparentemente ejecutaron un ataque aéreo el martes sobre dos aldeas en el distrito de Bala Baluk, luego de fuertes enfrentamientos con el talibán.
Con frecuencia los reportes de grandes números de bajas civiles son negados o desestimados por funcionarios estadunidenses.
Pero un equipo de la Cruz Roja que visitó el lugar tras el ataque sostuvo:
“Había cuerpos, tumbas, personas sepultando cadáveres cuando estuvimos ahí”.
Barry agregó que un trabajador de la Media Luna Roja murió al igual que 13 miembros de su familia.
“Decenas de cadáveres fueron vistos en las dos aldeas a las que fuimos”, añadió la vocera.
Rohul Amin, gobernador de la provincia de Farah, dijo a The Independent que “hay más de 100 muertos”.
Los habitantes de las aldeas llevaron 30 cuerpos, entre ellos varios de mujeres y niños, en un camión a la capital provincial para que el gobernador los viera y probar así lo que ocurrió.
El gobierno afgano ha hecho denuncias cada vez más furiosas contra la Fuerza Aérea estadunidense por usar masivamente su poder militar contra afganos civiles.
Las fiestas de boda han sido con frecuencia blanco de los bombardeos tanto en Irak como en Afganistán, supuestamente porque estas celebraciones son confundidas con reuniones de rebeldes.
Al parecer, el ataque aéreo sobre Bala Baluk ha sido uno de los más mortíferos ataques “accidentales” contra civiles desde la primera intervención estadunidense en Afganistán, en 2001.
El gobierno ha solicitado a los aldeanos no sepultar a los muertos hasta la llegada, este martes, de la comisión investigadora.
Anteriormente, el peor incidente fue un ataque estadunidense sobre Azizabad, en agosto de 2008, cuando en un principio los estadunidenses afirmaron que no murió civil alguno.
Investigadores de la Organización de Naciones Unidas concluyeron, en cambio, que 90 civiles afganos fueron asesinados.
Una comisión de alto nivel estadunidense admitió más tarde la muerte de 33 civiles afganos en la acción.
Sondeos demuestran que el apoyo al talibán se dispara en provincias afectadas por bombardeos y cada vez que muere gente inocente en ataques.
Los bombardeos del martes fueron precedidos de dos días de combates entre las fuerzas del gobierno afgano apoyadas por Estados Unidos y decenas de rebeldes talibán. Farah es una provincia pobre cuya población es sobre todo de granjeros y donde el talibán ha estado muy activo.
El jefe de la policía provincial, Abdul Gaffar, dijo que tres agentes policiales y 25 combatientes talibán murieron en los enfrentamientos ocurridos cerca de la aldea, en el distrito de Bala Baluk.
Residentes de la zona declararon a las autoridades afganas que habían tratado de resguardar a niños, mujeres y ancianos en complejos amurallados de la aldea de Gerani, a poco más de dos kilómetros de donde tenían lugar los combates, creyendo que así iban a estar a salvo.
Estos complejos fueron el blanco de los ataques aéreos y la mayor parte de las personas que se ocultaba en ellos murió.
Independientemente de que Estados Unidos niegue su responsabilidad o afirme que la cifra de muertos ha sido inflada por la propaganda talibán, el ejército estadunidense seguramente tiene acceso inmediato a los testigos. Esto se debe a que los heridos más graves generalmente son llevados a las unidades médicas de las bases militares estadunidenses. Se desconoce aún si este procedimiento se siguió en Bala Baluk.
Después de los asesinatos en Azizabad del año pasado, se suponía que las fuerzas de Estados Unidos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) impondrían reglamentos más estrictos para proteger a los civiles de sus ataques.
El comandante en jefe de las tropas estadunidenses en Afganistán, el general David Mckiernan, lanzó una iniciativa en que se ordenaba a los oficiales a considerar la posibilidad de no perseguir a combatientes talibán dentro de zonas densamente pobladas por civiles.
Estados Unidos también se comprometió a investigar bombardeos accidentales con las autoridades afganas y, cuando fuera necesario, emitir excusas inmediatas a las familias de los heridos y los fallecidos.
Según Naciones Unidas, 552 civiles afganos murieron a causa de ataques aéreos el año pasado, pero la cifra verdadera es más difícil de determinar.
Traducción: Gabriela Fonseca
Patrick Cockburn
© The Independent
La escalada de violencia e inestabilidad en el norteño valle de Swat llegó un día antes de la primera reunión del presidente del país, Asif Ali Zardari, con su par estadounidense, Barack Obama, en Washington, en medio de temores norteamericanos de que los talibanes y Al Qaeda amenazan la existencia de Pakistán.
Hombres, mujeres y niños se amontonaban en camionetas y colectivos y conducían sus animales por las calles en su apuro por huir de Mingora, la principal ciudad del distrito de Swat, un ex centro de ski devastado por dos años de insurgencia talibán.
Zardari tenía previsto conversar con Obama sobre su estrategia para contener a los talibanes y Al Qaeda, a quienes se acusa de ataques tanto en Pakistán como en el vecino Afganistán.
La fracasada tregua en el valle de Swat, a la que Estados Unidos se opuso desde el principio, seguramente ocupará un lugar importante en la agenda de discusiones, según analistas.
El ejército ordenó la evacuación de barrios enteros de la periferia de Mingora y anunció una suspensión de un toque de queda para permitir la huida de los civiles, mientras las ametralladoras resonaban en otras partes de la ciudad.
Testigos dijeron que los talibanes tomaron posiciones en la mayoría de las calles y en los techos de edificios, y que las fuerzas de seguridad estaban acantonadas en sus bases.
El vocero talibán Muslim Khan dijo que los milicianos controlaban "el 90%" del valle y que respondían a violaciones del acuerdo de paz cometidas por el ejército, al tiempo que acusó al gobierno de haber cedido a las presiones de Washington.
Pakistán acordó la tregua con los talibanes en febrero pasado en el valle de Swat y algunos distritos vecinos luego de dos años de rebelión.
El pacto permitió la imposición de la ley islámica en la región con la esperanza de que los talibanes dejaran las armas, algo que no hicieron.
La semana pasada, los rebeldes islamistas se infiltraron en el vecino distrito de Buner, a sólo 110 kilómetros de la capital, disparando la alarma en el país y en el mundo por la suerte de la nación y el destino de sus armas nucleares en caso de capitulación ante los talibanes.
El ejército respondió con una ofensiva en la que asegura haber matado a más de 100 talibanes, pero aún debe echarlos del lugar.
"Todo estará bien cuando nuestros gobernantes dejen de ceder ante Estados Unidos", dijo Khan, el vocero talibán, en declaraciones citadas por la cadena CNN.
El portavoz agregó que el acuerdo de paz estaba "muerto" desde que el ejército lanzó la operación en Buner.
Funcionarios locales dijeron esperar que medio millón de personas abandone la zona obligadas por la violencia.
"En vista de esta situación en Swat, al menos 500.000 personas pueden migrar de esa área. Se están estableciendo campamentos para ellos", dijo el ministro de Información de la Provincia Frontera del Noroeste, Mian Iftikhar Hussain, en conferencia de prensa.
Aunque una ofensiva militar será bien recibida en el extranjero, no es seguro que sea capaz de desalojar a los talibanes, que tuvieron tres meses -mientras rigió la tregua- para reforzar sus posiciones en la región.
Pakistán realizó varias ofensivas cerca de la frontera con Afganistán en años recientes que quedaron inconclusas en medio de gran malestar público por la muerte de civiles.
El ejército del país, entrenado para pelear batallas convencionales contra la vecina y rival India, no está acostumbrado a la guerra de guerrillas, dicen expertos militares.
Ayer, un atacante suicida estrelló un coche bomba contra la parte trasera de un jeep de tropas paramilitares en un puesto de control cerca de Bara, donde la ciudad de Peshawar se continúa con el área tribal de Khyber, infestada de talibanes.
Fuentes policiales y hospitalarias dijeron que cuatro civiles y un paramilitar murieron y 21 personas resultaron heridas en el ataque, que no fue reivindicado pero que coincidió con la ofensiva anti talibán en esa parte del país.
El líder bolivariano expresó: “Obama, a ver si es verdad: desmonte usted las fuerzas imperialistas y que se acabe el atropello contra los pueblos inocentes, a ver si es verdad”.
Calificó como impensable el planteamiento del mandatario estadounidense en la reciente Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago. “Yo oí al Presidente de Estados Unidos en Puerto España que él no venía a hablar del pasado, sino del futuro”, algo que catalogó el presidente Chávez como “impensable”.
“¿Cómo se va a hablar del futuro sin hablar del presente? ¿Cómo hablar del futuro sin hablar del presente? ¿Y cómo hablar del presente sin hablar del pasado?”, se preguntó el jefe de Estado, quien más bien aclaró que la historia es “como un río que anda”.
El mandatario dijo que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, decía ayer a Obama "que dejen de estar matando y masacrando a la gente inocente en otras naciones".
"Nosotros estamos totalmente de acuerdo y nos sumamos a ese llamado que ha hecho el presidente Hugo Chávez y, desde San Francisco Libre, le decimos al presidente Barack Obama que dejen de estar matando a gente, niños, mujeres indefensas", dijo Ortega.
El titular del ejecutivo nicaragüense, recordó que los bombardeos de la aviación estadounidense en Afganistán han causado más de 100 muertos en los últimos días.
"En Estados Unidos ha habido cambios porque ya no está George W. Bush como presidente (2000-2008), pero los bombardeos continúan como si estuviera Bush y estos muertos en Afganistán ya no se los podemos cargar a Bush; ahora es otro el presidente de Estados Unidos, quien debería de hacer todo lo posible por evitar esos crímenes y genocidios", dijo Ortega.
Los "derechistas" en el Parlamento Europeo y la CIDH:
El mandatario también criticó al Parlamento Europeo (PE) por no condenar esos crímenes y la calificó como "fuerzas derechistas" por haber aprobado una resolución de condena a Cuba, Venezuela y Nicaragua por supuestas violaciones de los derechos humanos mientras silencia los verdaderos crímenes.
Señaló que el PE aprobó esa resolución "tranquilamente, en una política de injerencia que no quiere romper con su pasado colonialista, y quieren descalificar a Cuba, Venezuela y Nicaragua, como si en estos países no hay democracia".
Agregó que "simplemente aprobaron esa resolución, porque en estos países (Cuba, Nicaragua y Venezuela) no gobiernan los vende patrias y los oligarcas".
El mandatario defendió lo que llamó la "resistencia del pueblo afgano que tiene derecho de luchar porque están siendo ocupados y bombardeados".
También cuestionó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), a la que llamó "basura" por no condenar a los Estados Unidos por estos crímenes.
"En Nicaragua afrontamos las crisis pero estamos en paz y no tenemos el menor temor de que se aparezca la aviación de los Estados Unidos para bombardear nuestro país", dijo Ortega.
El mandatario inauguró hoy un muelle en San Francisco Libre, construido con una inversión de 1,5 millones de dólares (1,11 millones de euros), para mejorar el transporte y fomentar el turismo en ese municipio.
El funcionario local Abdul Basir Khan, afirmó el jueves que ya se tenían los nombres de los 147 muertos, lo cual confirmó que se trata del peor incidente de este tipo desde que Estados Unidos invadió Afganistán en 2001.
Legisladores exigen mayor control de operaciones militares
Una llamada telefónica del gobernador de la provincia de Farah, Rohul Amin, en la que confirmó que había 130 muertos, fue reproducida mediante altavoces en una reunión del Parlamento afgano en Kabul, lo que hizo que legisladores exigieran un mayor control gubernamental sobre las operaciones estadunidenses.
La protesta en Farah es el más reciente indicio de una enérgica reacción afgana contra los ataques aéreos estadunidenses cuyas masivas explosiones dañan terriblemente las casas de adobe que son la única y precaria protección que tienen los civiles para resguardarse de los bombazos.
El secretario de Defensa estadunidense, Robert Gates, repitió este jueves en Kabul la explicación que ya habían dado otros funcionarios estadunidenses: que quizá fue un ataque con granadas del talibán lo que mató a los civiles, y que éste se debió a que los aldeanos se negaron a pagarle a la guerrilla un "impuesto de opio". Pero esta versión no es respaldada por un solo testigo y sí se contrapone con numerosas fotografías de profundos cráteres producidos por las bombas, uno de los cuales está lleno de agua.
Gates expresó pesar por el incidente, pero no aceptó responsabilidad alguna.
Estados Unidos admite que ejecutó un ataque aéreo en el lugar y hora de los hechos, pero cada vez queda más claro, según testimonios de sobrevivientes, que no se trató de un breve bombardeo por parte de varios aviones que actuaron con base en información de inteligencia equivocada, sino de un bombardeo sostenido en el cual tres aldeas quedaron reducidas a escombros.
Farouq Faizy, reportero de la radio afgana que fue uno de los primeros en llegar al distrito de Bala Baluk, dice que los aldeanos le dijeron que las bombas "comenzaron a caer repentinamente a las ocho de la noche del lunes y continuaron ininterrumpidamente hasta las diez de la noche, aunque algunos creen que siguieron cayendo bombas hasta horas más tarde".
Un bombardeo prolongado explicaría por qué hay tantos muertos, y sólo llegaron 14 heridos al hospital de Farah.
El ataque afectó a tres aldeas: Gerani, Gangabad y Koujaha, que están a un costado de una carretera muy importante. Es una zona en la que granjeros pobres cultivan varios plantíos de amapola cerca de las aldeas.
El talibán tiene tradicionalmente una fuerte presencia en la zona; testigos dicen que la policía y los soldados que montan guardia en torno a las aldea se veían nerviosos y con miedo. Ello explicaría por qué los comandantes del ejército afgano pudieron haber pedido que Estados Unidos bombardeara la zona, aunque para esto necesitaran un acuerdo con los encargados de las operaciones especiales del ejército estadunidense.
Funcionarios de la provincia, incluido el gobernador Rohul Amin, afirman que previo al bombardeo hubo fuertes combates entre cientos de talibanes y elementos del ejército y la policía afganos. Según lo relatado por Faizy hubo "una refriega a siete u ocho kilómetros de distancia de las tres aldeas en la que fueron destruidos dos vehículos del ejército afgano y un Humvee estadunidense. Un tercer vehículo afgano fue capturado".
En dicho combate tres policías murieron y cuatro uniformados resultaron heridos, entre éstos estaban un soldado estadunidense y otro afgano. El enfrentamiento, a todas luces, no fue un combate de envergadura, pero las fuerzas progubernamentales parecen haberse llevado la peor parte, y sus vehículos quemados se encontraban aún, el jueves, abandonados en el camino.
La pérdida de vidas humanas en Afganistán por ataques aéreos es normalmente peor que en Irak, donde las casas son más modernas y normalmente cuentan con sótanos. En las aldeas de Farah sólo hay complejos de casas de adobe que se desmoronan fácilmente.
Imágenes de la zona tras los bombardeos muestran a personas de pie junto a los restos de un pariente, que con frecuencia no es más que un montoncito lodoso de carne desgarrada.
Un anciano de barba blanca, quien según vecinos perdió a 30 miembros de su familia, se encontraba hoy desesperado y en cuclillas a un lado de un cuerpo hecho jirones. Entre los pocos heridos que sobreviven está una niña con graves quemaduras en el rostro.
Una de las razones por las que los bombardeos estadunidenses hacen tanto daño a los civiles en Afganistán e Irak es porque ambos son países muy pobres, donde mucha gente vive en una sola casa. Cuando Estados Unidos utilizó ataques aéreos y artillería pesada sin contención alguna durante el sitio de Fallujah en 2004, la pérdida de vidas fue muy elevada. Las fiestas de boda en ambos países son con frecuencia bombardeadas porque se les confunde con "reuniones de terroristas".
Sondeos de opinión en Afganistán demuestran que el apoyo al movimiento talibán por los ataques armados de las fuerzas extranjeras se dispara después de incidentes como el bombardeo en Farah. El presidente Hamid Karzai con frecuencia critica al ejército estadunidense por atacar brutalmente zonas civiles, críticas que opositores del mandatario consideran un esfuerzo oportunista de parecer un nacionalista.
El talibán está usando con cada vez más frecuencia tácticas desarrolladas en Irak, sobre todo el ataque suicida con efectos masivos, los artefactos explosivos caseros y las bombas colocadas a un lado del camino y detonadas mediante cables o a control remoto electrónico.
En la provincia de Helmand, el jueves, un atacante suicida mató a 12 civiles al atacar un convoy militar cerca del mercado de la localidad de Gershk. Ningún soldado extranjero murió en la explosión, aunque dos quedaron heridos.
Traducción: Gabriela Fonseca
© The Independent
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