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A vueltas con el sistema de pensiones |
De nuevo vuelve a la palestra el tema de las pensiones. Un informe del Gobernador del Banco de España plantea la necesidad de afrontar una serie de reformas estructurales y ¡cómo no! entre ellas aparece la del sistema de pensiones.
En los últimos días se ha podido escuchar el riesgo de que esté próximo el momento en que el sistema actual no pueda atender el pago de las pensiones. Veamos: lo primero que hay que hacer es precisar si se está hablando de cambiar radicalmente el modelo que soporta el sistema de pensiones que tenemos en España, o se quiere decir que hay que mantener el actual sistema pero aplicando medidas correctoras que eviten los problemas de futuro que se avecinan.
Empezando por la primera reflexión, hay que precisar que existen dos modelos distintos para concebir el sistema de pensiones: el modelo de ‘capitalización’ y el de ‘reparto’.
En el modelo de capitalización cada trabajador va aportando a lo largo de su vida laboral un porcentaje de su sueldo a un fondo de pensiones, con el objetivo de constituir un capital que le permita, en el momento de su jubilación, asegurar un rendimiento suficiente para cubrir sus necesidades económicas. Es una concepción racional, ahorrar hoy para disfrutar mañana, en la que se apoya cualquier modalidad de seguro que pretenda funcionar de manera correcta y con unos principios sanos de financiación. Se constituye un capital, formado con el esfuerzo personal según sus posibilidades y sus deseos (con unos mínimos obligatorios), que le permitirá recoger el fruto del mismo cuando deje de trabajar.
En el modelo de reparto se abandona la racionalidad financiera y se escoge el principio de solidaridad. Solidaridad intergeneracional: una generación en activo, con sus cuotas a la seguridad social, sufraga el monto de las pensiones a otra generación que está en situación pasiva, ya jubilada. Una generación, por tanto, no depende de lo que haya hecho por sí misma sino de lo que la generación más joven y en activo sea capaz de financiar. Suena muy bien y resulta socialmente bien acogido este enfoque.
El problema evidente que plantea es el siguiente: ¿Qué pasará cuando haya más personal pasivo que activo? Es decir, cuando las cotizaciones no puedan hacer frente al monto de las pensiones. O lo que es lo mismo, si se mantiene la tendencia demográfica actual, el personal en activo disminuyendo y el pasivo aumentando, sólo quedaría calcular la fecha exacta en que se produciría la quiebra del sistema, si se mantienen las variables de cálculo que se prevén en la actualidad.
Problemas de difícil resolución
¿Cambiar de sistema? Aunque sería una opción racional, e incluso aconsejable, presenta muchos problemas técnicos, económicos e ideológicos muy difíciles de resolver y, por el momento, los partidos políticos no se atreven a afrontarlos. La segunda alternativa consiste en tomar decisiones que palien el problema, del estilo de las que se adoptaron en 1995 en el Pacto de Toledo. Sólo caben dos tipos de medidas:
1.- Incrementar el número de años para el cálculo de la base reguladora, que es la que determina el monto de la pensión, hasta llevarlo a toda la vida laboral, de manera que la pensión que se obtenga, sea la menor posible. Esta medida supondría que las personas que se vayan a jubilar en el futuro, percibirían una cantidad menor de la que hoy, en el caso de jubilarse, percibirían. De esta forma, el problema que genera el sistema de reparto se intenta resolver traspasando al ciudadano su coste, al cobrar una pensión inferior, y se le anima, eso sí, a que suscriba un fondo privado para que complemente la ‘disminuida’ pensión que le vaya a corresponder. En estos momentos, los años de cálculo son quince y se está hablando de llevarlo a toda la vida laboral.
2.- Atrasar la edad de jubilación. Ésta es una medida que se debería impulsar de manera decidida. El aumento que ha experimentado la edad media de vida aconseja incrementar los años que se consideran para la jubilación normal. Es decir, los 65 años han quedado desfasados y la lógica aconsejaría fijar los 70 años como edad de jubilación o, lo que sería mejor aún, crear la jubilación flexible entre los 65 y los 75, de manera que cada persona, en función de su condición física y psíquica, llegara a un acuerdo con la empresa para elegir el momento más adecuado para jubilarse.
3.- Impulsar medidas que ayuden a incrementar el número de personas que cotizan a la Seguridad Social. Entre otras, la disminución del paro, la incorporación al mercado de trabajo de la mujer, de los inmigrantes, aunque sólo se podrá lograr en las fases expansivas de la Economía.
Lo que resulta difícilmente comprensible es que una persona que haya cotizado puntualmente a lo largo de su vida laboral pueda llegar en algún momento a escuchar cuando acuda a la ventanilla del pago de las pensiones, algo similar a lo siguiente: “Lo siento mucho, pero el sistema no puede pagarle, porque no hay nadie en activo que con sus cotizaciones le cubra el importe de su pensión”. “Oiga, dirá el desconcertado personaje, ¿cómo es posible que después de estar cotizando toda mi vida laboral ahora me diga Ud. que no puedo cobrar lo que me he ganado en tantos años de trabajo?” El problema, además de sin sentido, es profundamente injusto y obligaría a encontrar alguna solución extraordinaria para evitar una movilización ciudadana generalizada.
Sandalio Gómez López-Egea

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
inSurGente
El presidente del Consejo Superior de las Cámaras de Comercio, Javier Gómez-Navarro, se unió ayer a la pelea dialéctica inaugurada por el ministro de Trabajo, que tardó tan sólo veinticuatro horas en reprochar a Miguel Ángel Fernández Ordóñez que su análisis sobre la Seguridad Social, además de falso –“desmiento la mayor”, afirmó– crea “incertidumbre” y alarmismo entre los pensionistas.
Gómez-Navarro reaccionó quitando hierro al debate. Aunque, el que fuera ministro durante el segundo mandato socialista, envió este mensaje a navegantes: “Se pueden discutir las cosas, pero no en debates públicos y en cierta manera airados, sino en la negociación de una mesa y con datos”, aleccionó.
Navarro defendió el reconocido valor de los informes del Banco de España y se reservó un guiño para Corbacho, quien insiste en que la Seguridad Social acabará en superávit, en contra las tesis del gobernador y analistas privados como Afi y Agett:“Tiene la información mejor que ninguno sobre el posible balance de la Seguridad Social para este año”, defendió Navarro.
Entre los colaboradores de Zapatero crece el “nerviosismo” por la herida abierta desde la intervención del gobernador en la Comisión del Pacto de Toledo, según fuentes próximas a Moncloa. La pretensión de Zapatero se centra ahora en cerrar página a estas desavenencias, que han explotado muy cercanas en el tiempo a la última crisis de Gobierno.
Este mensaje, difundido en clave interna, no entorpeció ayer que la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, asestara un golpe a Ordóñez: “[Sus declaraciones] no se corresponden con la verdad”, le rebatió en una entrevista a ETB. En la línea con las previsiones del Gobierno, Pajín concluyó que “no sólo la Seguridad Social está en buen estado, sino que acabaremos el año con superávit”.
Más comedida, la vicepresidenta María Teresa Fernández De la Vega afirmó que el Ejecutivo se encuentra “comodísimo” con Ordóñez al frente del Banco de España, y que las discrepancias entre las previsiones oficiales y las del organismo monetario son “normales”. Más aún, en un intento por aplanar las abruptas declaraciones de Corbacho, De la Vega pidió “respeto” hacia la entidad española.
La polémica está servida, pues acaba de reabrirse la Comisión del Pacto de Toledo, ideada para velar por la sostenibilidad del sistema de pensiones. Precisamente, hace una semanas la Fundación de Estudios Financieros emitió un comunicado donde recomienda analizar las causas y alternativas para “evitar un escenario negativo en el que los ciudadanos españoles corran el riesgo real de recibir pensiones insatisfactorias”.
Más cera para embarrar la polémica
De la vega, en medio
La recomendación del Banco de España de abordar reformas en la economía han pillado al Ejecutivo con el pie cambiado. El ministro de Fomento, José Blanco, señaló el jueves por la mañana que hay personas de más de 65 años con “plenas capacidades” para seguir trabajando.
Horas más tardes desde la sede del Ministerio de Trabajo, Celestino Corbacho, desmentía el mensaje “alarmista” de Miguel Ángel Fernández Ordóñez que recomienda acometer reformas para sanear las debilitadas cuentas de la Seguridad Social. Al día siguiente, la vicepresidenta De la Vega pidió “respeto” a los balances del Banco de España que es un organismo “autónomo”.
Las cámaras, ‘procorbacho’
El presidente de las Cámaras de Comercio defendió ayer que por “lógica”, si vivimos más años y vamos a cobrar pensiones durante más tiempo “es muy probable” que se necesite cotizar más años para que te puedan pagar [llegada la edad de jubilación”.
En principio, un mensaje que sintoniza con la recomendación del Banco de España de alargar la edad de retiro, como ha hecho Alemania. Eso sí, el ex ministro de Comercio –entre 1993 y 1996– se mostró a favor de que los “debates” sobre las pensiones no centren los “periódicos”, sino las mesas de negociación. Aunque respeta los informes de Ordóñez, se fía más de Corbacho.
Rumores de dimisión
El cruce de acusaciones y reproches que ha despertado la intervención en el Congreso del gobernador del Banco de España ha dado pie a una doble teoría. Círculos próximos al PSOE apuntan a que el gobernador habría empezado a discrepar con el Gobierno para preparar una retirada voluntaria.
En cambio, varios servicios de análisis señalaron ayer a este diario que si persisten los repetidos encontronazos entre el ministro de Trabajo y Ordóñez, Zapatero podría tener la excusa perfecta para apartar a Corbacho del Gobierno. Por ahora, el Partido Popular señaló que forzará la comparecencia del ministro en el Parlamento para que cuente la verdad sobre la Seguridad Social.
El objetivo de esta nueva regulación es aproximar las pensiones de jubilación de las clases pasivas del Estado a las del sistema de la Seguridad Social, auncia el Gobierno, y sólo será aplicable a las pensiones causadas a partir del 1 de enero de este año. Por tanto, quienes antes de esa fecha estuvieran ya recibiendo una pensión no experimentarán ningún cambio en las cuantías.
Tal y como se estableció en la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2009, y siguiendo las recomendaciones del Pacto de Toledo y la necesidad de control del gasto público, el Gobierno, a través de este Real Decreto, ha establecido los criterios para acercar el régimen de las pensiones ordinarias de jubilación o retiro de las clases pasivas, así como su régimen de incompatibilidades, al régimen general de la Seguridad Social.
En concreto, según recoge Europa Press, lo que se aprobó es una reducción porcentual de hasta el 25% de la cuantía de las pensiones ordinarias de jubilación o retiro por incapacidad permanente para el servicio o inutilidad cuando los beneficiarios de dichas pensiones acrediten menos de 20 años de servicios al Estado, y la incapacidad o inutilidad que motive la jubilación o el retiro no inhabilite a su titular para toda profesión u oficio. La reducción no afecta a los incapacitados absolutos y grandes inválidos, ni a los incapacitados en acto de servicio.
Además, se contempla la posibilidad de incrementar la cuantía de la pensión hasta el cien por cien si antes del cumplimiento de la edad de jubilación o retiro forzoso se produjera un agravamiento de la enfermedad o de las lesiones que inhabilitaran para el desempeño de toda profesión u oficio.
Incompatibilidades
Por otro lado, la norma desarrolla la regla general de incompatibilidad entre el percibo de las pensiones de jubilación o retiro con el ejercicio de una actividad por cuenta propia o ajena que dé lugar a la inclusión de sus titulares en cualquier régimen público de Seguridad Social.
Se hace, por lo tanto, incompatible que un jubilado o retirado perciba la pensión y reciba ningún otro tipo de remuneración al mismo tiempo, aunque sí se posibilita que los jubilados o retirados por incapacidad permanente total para las funciones propias de su cuerpo o escala puedan percibir pensión y retribución salarial, siempre y cuando la actividad que se desempeñe sea distinta a la que se venía realizando al servicio del Estado. En estos casos, la cuantía de la pensión se reducirá al 75% o al 55%, dependiendo de si su titular tuviera o no cubiertos 20 años de servicios al Estado.
Las pensiones de los funcionarios pueden recortarse hasta un 40%
La Unión de Guardias Civiles (UniónGC) ha dado la voz de alarma "por el recorte que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el próximo año contempla para los funcionarios minusválidos", y asegura que sufrirán una reducción del 25% en sus pensiones si llevan menos de 20 años en el cuerpo. "Los recortes pueden afectar a todas las pensiones de jubilación por enfermedad o incapacidad hasta en un 40%", aseguran.
El secretario general de UniónGC, Manuel Mato, explica en un comunicado que a los guardia civiles que sean dados de baja a causa de un accidente en acto de servicio o resulten 'heridos graves por un delincuente' se les aplicará una rebaja del 25% de su pensión si no llevan más de 20 años trabajando.
Pero no sólo son los guardias viviles los afectados por este histórico recorte, todas las pensiones de jubilación por enfermedad o incapacidad de los funcionarios pueden mermar de un 25 a un 40 %, señala la asociación.
Los PGE recogen dos disposiciones adicionales referentes a la Ley de Clases Pasivas del Estado, que supondrán una reducción significativa de la pensión que perciben los funcionarios que se han tenido que acoger a la jubilación por enfermedad o incapacidad definitiva para desarrollar su actividad laboral.
Tal y como recoge la primera de esas disposiciones, a partir del próximo 1 de enero de 2009 y con vigencia indefinida, “las pensiones ordinarias de jubilación o retiro por incapacidad permanente para el servicio o inutilidad que se causen al amparo del texto refundido de la Ley de Clases Pasivas del Estado, aprobado por Real Decreto Legislativo 670/1987, de 30 de abril, tendrán una cuantía del 75 por ciento del importe que resulte de la aplicación de las normas”.
Además, desde enero de 2009, no será compatible para estos trabajadores públicos percibir pensiones de jubilación o retiro mientras ejerzan cualquier otra actividad por cuenta propia o ajena, que de lugar a la inclusión de su titular en cualquier régimen público de Seguridad Social.
Los funcionarios piden la retirada del 'pensionazo' por "anticonstitucional"
La Federación de Servicios Públicos de UGT, la Unión de Guardias Civiles y la Unión Federal de la Policía han exigido la retirada de los Presupuestos de la modificación de las pensiones de los funcionarios -a la que llaman "pensionazo"- por tratarse de un recorte social que va en contra de la Constitución.
Representantes de los tres sindicatos han explicado este jueves en Madrid que la modificación de las pensiones de los funcionarios del Estado fijada en los Presupuestos de 2009 y que, según el Gobierno, les equipara con los de la Seguridad Social, supone de hecho un recorte en un 25 por ciento de pensiones para algunos colectivos.
Así, afirman que esta modificación -recogida en las disposiciones adicionales decimotercera y decimosexta de los PGE- afectarán a las pensiones de jubilación y a los funcionarios con incapacidad permanente que no hayan llegado a los 20 años de cotización.
Yolanda Palomo, de UGT, ha denunciado que estas disposiciones "se introducen de una forma muy oscura, muy por la parte de atrás" y su carácter retroactivo supone la limitación de derechos reconocidos con anterioridad, por lo que vulnerarían el artículo 9.3 de la Constitución.
"Se incorpora una norma que limita derechos que está absolutamente prohibido por la Constitución, pero lo peor de todo es que un recorte social importantísimo que, de alguna manera, contradice la filosofía y el planteamiento de Zapatero de no afectar en esta crisis los derechos sociales de los trabajadores", ha señalado.
Asimismo, los sindicatos han denunciado que el Gobierno no haya negociado esta medida con los agentes sociales, al tiempo que han exigido que ambas disposiciones sean retiradas de los Prespuestos Generales del Estado.
Sindicatos de funcionarios se unen contra el 'pensionazo'
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y Comisiones Obreras empenderán movilizaciones para solicitar la reducción de las pensiones de los trabajadores del sector público contemplada en los Presupuestos Generales del Estado.
El responsable de prensa de la AUGC, Manuel del Alamo, indicó ayer durante el acto de presentación en la sede de la Asociación Periodistas Europeos (APE) del libro 'Ciudadanos y soldados', que su asociación pondrá en marcha el próximo lunes una plataforma contra esta reducción de las pensiones a discapacitados con el respaldo de CCOO, AUME y otras organizaciones de militares mutilados y discapacitados.
La plataforma contra el denominado "pensionazo" protesta contra la reducción en un 25% de la pensión por incapacidad permanente de los funcionarios que tengan menos de 20 años de servicio.
Paralelamente, la asociación de guardias civiles cuenta con el el apoyo del PP en el Congreso y de otros grupos parlamentarios, como CiU ,para que introduzcan enmiendas en el articulado de los presupuesto que impidan la bajada de las pensiones de los funcionarios con menos de 20 años de antigüedad, que en algunos casos podría llegar a una reducción del 55% de su cuantía.
Del Alamo afirmó que su asociación estudia además la posibilidad de que presentar un recurso de inconstitucionalidad contra la bajada de pensiones a funcionarios incapacitados en el caso de que no prosperen las otras medidas que impulsa contra la bajada que contemplan los Presupuestos Generales del Estado.
Discapacitados civiles y militares y funcionarios de Correos denuncian el 'pensionazo'
Los empleados públicos afectados denuncian que la medida va en cotnra de las medidas de protección a discapacitados y de la propia Ley de Clases Pasivas.
La Plataforma Representativa Estatal de Discapacitados Físicos (Predif), la Asociación de Caballeros Inválidos y Mutilados Militares de España (Acime) y el Sindicato Independiente de Correos y Telégrafos (SIPcte) han denunciado el recorte del 25% en las pensiones por incapacidad permanente a funcionarios con menos de 20 años de servicio, contemplado en el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado, y no descartan convocar movilizaciones en el caso de que esta modificación de la Ley de Régimen de Clases Pasivas no sea suprimida de las cuentas del Estado.
El presidente de este colectivo que agrupa a militares y guardias civiles incapacitados por un acto de servicio, un atentado terrorista o en otras circunstancias, Antonio Núñez Garcinuño, aseguró que el "descuento" en las pensiones por incapacidad permanente "va en contra" de las medidas de protección a discapacitados y de la propia Ley de Clases Pasivas, y también ha censurado que los presupuestos también modifiquen el régimen de incompatibilidad de estas ayudas económicas con el trabajo en el sector privado.
Tras advertir de que esta reforma legal se aplicará el próximo año a los militares que pudieran resultar incapacitados en misiones de paz en el exterior, afirmó que el Gobierno ha realizado esta reducción de las pensiones "de forma no muy legal" al haber incluido la modificación de la Ley de Clases Pasivas por medio de varias disposiciones adicionales del proyecto de los presupuestos y recalcó que debería haber sido abordada en el marco del Pacto de Toledo.
En su opinión, el "descuento" en las asignaciones económicas para incapacitados "va en contra" de la Ley de Clases Pasivas y puede alcanzar hasta un 45% de la cuantía a percibir en los casos en que el funcionario no respete el régimen de compatibilidad, que también ha sido modificado por los presupuestos de 2009.
Núñez Garcinuño afirma que desde que conoció el recorte de pensiones, Acime se ha dirigido por carta en varias ocasiones al Ministerio de Defensa para pedir explicaciones y que le aporten datos de todo el personal civil y militar afectado por esta bajada, sin respuesta.
Los responsables de estas asociaciones han señalado que no descartan realizar movilizaciones si esta reducción de las pensiones no se suprime y explicaron que están manteniendo contactos con los grupos parlamentarios para que su "lucha" contra la bajada de pensiones se solucione en el trámite en las Cortes de los PGE.
El presidente de Plataforma Representativa Estatal de Discapacitados Físicos (PREDIF), Antonio García Oca, afirmó que la bajada de sus pensiones es "muy grave" y que "va en contra de todo lo que significan los derechos de los discapacitados".
A su juicio, el rescorte de las pensiones se traducirá en una "disminución" de los "derechos adquiridos", porque además de suponer una reducción de la cuantía económica que se percibe, va acompañada de una reforma del régimen de incompatibilidad que impedirá que puedan trabajar en el sector privado, y así, tendrán que renunciar a la seguridad social y al descuento que ese sistema les permite en la adquisición de medicinas.
Por su parte, el secretario de Salud Laboral del Sindicato Independiente de Correos y Telégrafos (SIPcte), Antonio García Pecharromán, cree que este recorte de las pensiones supone una "disminución histórica" y demuestra que el Gobierno, en contra de lo que proclama, "está acometiendo un recorte en las prestaciones sociales".
En este sentido, advirtió de la negativa repercusión que tiene esta reducción de las pensiones por incapacidad en el colectivo de funcionarios de Correos, que ya han visto reducido su poder adquisitivo en los últimos quince años "un 25,6%" y que, con la nueva reducción, podrían perder a partir del próximo año hasta un 50% de sus retribuciones económicas.
El Banco de España considera que, de no aplicar las modificaciones pertinentes, entre las que aboga por el incremento gradual de la edad de jubilación y la ampliación de la vida laboral, el sistema público de pensiones puede entrar en un déficit creciente partir del año 2025, debido al envejecimiento de la población y al incremento de la esperanza de vida.
La Comisión no Permanente de seguimiento y evaluación del este pacto por las pensiones, instituido por primera vez en 1995, inauguró el proceso de su renovación el pasado 18 de noviembre del pasado año, al cumplirse cinco años de su anterior edición, en 2003. Lo hizo con la comparecencia del secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, al que han seguido varios expertos y la de Fernández Ordóñez. También está pendiente la del comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia.
El informe de Corbacho
A esta lista se sumará ahora el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, quien a instancias de PP, PNV, Coalición Canaria, UPN, UPyD y Nafarroa Bai tendrá que presentar además un informe de "propuestas concretas" para garantizar la sostenibilidad del sistema de la Seguridad Social.
Corbacho discrepa "radicalmente" de las apreciaciones de Fernández Ordóñez, y ya desmintió desmintió categóricamente que la Seguridad Social vaya a tener déficit este año. "No va a ser así de ninguna de las maneras, me gustaría saber de dónde saca el gobernador del Banco de España que vamos a acabar con déficit, porque los datos que maneja la Seguridad Social son que el año acabará con superávit y, por tanto, desmiento la mayor. No sé ya si lo que tiene es una predicción o un deseo", fueron sus palabras.
Por su parte, el líder del PP, Mariano Rajoy, considera las palabras del gobernador como "de puro sentido común". "Hay que garantizar un marco de pensiones sostenibles y justo", aseguró este viernes. Precisamente esta semana el PP presentó un amplio 'plan anti-crisis', entre cuyos puntales está la renovación urgente del acuerdo.
La última reforma tardó cuatro años
Antes de la comparecencia del gobernador del Banco de España, algunas de las formaciones integrantes del Pacto, como CiU, ya habían denunciado la lentitud del ritmo de los trabajos de la Comisión. En este sentido, CiU tiene la intención de cerrar la reforma en 2010, para que el acuerdo de diálogo social y la reforma legislativa sobre el sistema de pensiones se culminen antes del final de la presente legislatura, en 2012.
Y es que el objeto del Pacto de Toledo no es otro que elevar una serie de recomendaciones al Ejecutivo a la hora de diseñar la reforma de la Seguridad Social, lo que podría tardar varios años en producirse. En este sentido, la última reforma, consecuencia del anterior acuerdo del Pacto de 2003, no se materializó hasta finales de 2007.
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