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Piratas somalíes secuestran cinco barcos |
Los piratas somalíes han secuestrado en los últimos días al menos cinco barcos, entre ellos un británico, un alemán, un francés, un taiwanés y un yemenita.
Mientras:
Estas aguas están siendo patrulladas por fuerzas navales de países como Corea del Norte, EEUU, Rusia, China, India, Reino Unido y Francia entre otras.
Esto apesta!
Secuestran piratas somalíes cinco barcos en el Océano Índico
Los piratas somalíes han secuestrado en los últimos días al menos cinco barcos, entre ellos un británico, un alemán, un francés, un taiwanés y un yemenita, en ataques separados en aguas del Oceáno Indico, informaron hoy fuentes marítimas.
Andrew Mwangura, del Programa de Asistencia Marítima de Africa Oriental, con sede en Mombasa (Kenia), precisó que el barco británico con 32 mil toneladas de carga y que era operado por una compañía italiana fue capturado esta mañana.
"La tripulación es variada pero no estamos seguros de sus nacionalidades", dijo Mwangura, citado por la televisora Al Yazira.
Los piratas somalíes también capturaron el sábado pasado un buque alemán con más de 20 mil toneladas de carga y 24 tripulantes a bordo a unos 700 kilómetros al sur del puerto somalí de Kismayo, entre las islas Seychelles y Kenia.
Un yate francés, un buque taiwanés y un remolcador yemenita que navegaban frente a las costas de Somalia también fueron secuestrados en los últimos tres días, en los más recientes ataques de los piratas en las concurridas rutas comerciales del Océano Indico.
Grupos de piratas fuertemente armados de Somalia secuestraron decenas de barcos el año pasado en la zona y en el estratégico Golfo de Adén, obtenido importantes sumas de dinero por su rescate.
En respuesta, las marinas de varios países han desplegado en la zona buques de guerra, reduciendo el número de ataques en los últimos meses, sin embargo aún hay intentos casi todos los días.
En general los piratas usan lanchas rápidas desplegadas desde "barcos madrina" para secuestrar embarcaciones, las cuales llevan a bases en villas costeras remotas en Somalia.
En enero pasado, un grupo somalí liberó al petrolero saudita "Sirius Stara", cargado con crudo valuado en 100 millones de dólares y a sus 25 tripulantes, después de recibir un rescate de tres millones de dólares.
(Con información de Notimex/MVC)

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, politica, violencia.
Apostolov enfatizó que los nombres de los marineros secuestrados aún se encuentran en proceso de verificación.
El barco de bandera panameña Malaspina Castle de 32.000 toneladas fue secuestrado el día 6 por la mañana en el Golfo de Adén, se indicó en informes. Este es el quinto barco secuestrado en dos días en las costas de Somalia a pesar de los patrullajes navales realizados en las principales vías de navegación.
El barco cuenta con una tripulación de 24 individuos originarios de Rusia, Ucrania, Bulgaria y Filipinas. Se cree que todos se encuentran bien.
Los piratas somalíes habían tenido un año tranquilo después del 2008 cuando secuestraron cerca de 50 barcos.
Actualmente los piratas tienen en su poder al menos 15 barcos y a cerca de 250 miembros de tripulaciones.
(Xinhua)
Un vocero de la OTAN afirmó, de acuerdo con las agencias, que un barco con bandera de Togo, llamado MV Sea Horse fue capturado por piratas en lanchas de motor frente a las costas de Somalia. Hasta ahora no se cuenta con mayores detalles.
Los hechos ocurrieron después de que los piratas abordaron y secuestraron el buque cisterna griego MV Irene E.M. con una tripulación de 22 personas a bordo, antes del ocaso de hoy martes.
Andrew Mwangura, el coordinador de Africa del Este para el Programa de Asistencia Marina (SAP, por sus siglas en inglés), dijo que el navío de bandera griega, propiedad de la empresa marítima Chian Spirit, viajaba de Jordania a la India cuando fue atacado por piratas somalíes armados. El barco llevaba una tripulación de 22 filipinos, quienes se encuentran a salvo.
Mwangura dijo que otro carguero con bandera de Malta, el Panamax Anna, fue atacado el lunes a poco más de 170 kilómetros al norte de Bosasso, pero logró escapar.
Se informó que piratas somalíes también se apoderaron de dos barcos pesqueros egipcios en el Golfo de Adén cerca de la costa norte de Somalia. La cancillería egipcia citó a un diplomático somalí en El Cairo, quien señaló que al momento del incidente había entre 18 y 24 egipcios a bordo.
El ataque contra el MV Sea Horse fue el ataque más reciente registrado en las aguas más peligrosas del mundo días después de que varios piratas fueron muertos por fuerzas navales de Estados Unidos y Francia.
Hasta el momento, los esfuerzos internacionales han frustrado cientos de intentos de secuestro de barcos mercantes en esta vía de 800 kilómetros de longitud. Aunque los piratas somalíes se han apoderado de cerca del 38 por ciento de los barcos atacados en el 2008, su nivel de éxito en los primeros dos meses del año cayó a cerca de 13 por ciento por la fuerte presencia de los buques de la armada.
Sin embargo aún hay cerca de 14 barcos y alrededor de 200 tripulantes en manos de los piratas, indicó el Buró Marítimo Internacional con sede en Kuala Lumpur, Malasia.
(Xinhua)
Mientras está leyendo esto, la Marina británica –apoyada por los buques de más de dos docenas de naciones, desde los Estados Unidos hasta China– se está internando en aguas de Somalia para perseguir a hombres que todavía vemos como villanos de circo con un loro en el hombro.
Pronto estarán luchando contra buques somalíes y hasta persiguiendo a los piratas en tierras de Somalia, uno de los países más rotos de la tierra.
Pero detrás de la extravagancia de este cuento, hay un escándalo por contar.
La gente que nuestros gobiernos etiquetan como “una de las grandes amenazas de nuestros tiempos” tiene una historia extraordinaria que contar – y algo de justicia de su parte.
Los piratas nunca han sido exactamente lo que creemos que son.
En la “edad dorada de la piratería” –desde 1650 hasta 1730– la idea del pirata como el ladrón salvaje e insensato que perdura hasta nuestros días fue creada por el gobierno británico en un gran esfuerzo propagandístico.
Mucha gente corriente creyó que esto era falso: con frecuencia la muchedumbre les rescataba de la horca.
¿Por qué?
¿Qué vieron entonces que nosotros no vemos ahora?
En su libro Villains of all nations (Villanos de todas las naciones), el historiador Marcus Rediker escudriña las pruebas para averiguarlo.
Entonces, si te alistabas en la Marina Mercante o en la Marina británica –reclutado en los muelles de Londres, joven y hambriento– terminabas en un infierno flotante de madera.
Trabajas a todas horas en un buque angosto y medio muerto de hambre, y si remoloneabas algo, el todo poderoso capitán te azotaba.
Si remoloneabas constantemente, te podrían tirar por la borda. Y después de meses o años soportando esto, a veces te timaban en la paga.
Los piratas fueron los primeros en rebelarse contra este mundo.
Se amotinaron contra sus capitanes tiránicos – y crearon un modo distinto de trabajar en la mar.
Una vez tomado un buque, los piratas elegían a su capitán, y tomaban todas sus decisiones colectivamente.
Compartían el botín, lo que describe Rediker como “uno de los planes más igualitarios del siglo dieciocho para aprovechar los recursos disponibles”.
Hasta acogían a esclavos africanos y convivían con ellos como iguales.
Los piratas demostraron “de forma bastante clara y subversiva – que no hacía falta llevar el buque en la manera opresiva y brutal que lo hacían la Marina Mercante y la Marina británica”.
Es por esto que eran populares, a pesar de ser ladrones improductivos.
Las palabras de un pirata de esa edad perdida –un joven británico llamado William Scott– deberían tener eco en esta nueva edad de piratería.
Justo antes de que lo ahorcaran en Charleston, Carolina del Sur, dijo:
“Lo que hice fue para no perecer. Fui obligado a hacerme pirata para sobrevivir”.
En 1991, cayó el gobierno de Somalia, situado en el Cuerno de África.
Sus nueve millones de habitantes han estado al borde de morirse de hambre desde entonces – y muchas de las fuerzas más feas del mundo occidental han visto esto como una estupenda oportunidad para robar las provisiones de comida del país y verter nuestros residuos nucleares en sus mares.
Sí: residuos nucleares.
En cuanto desapareció el gobierno, llegaban misteriosamente buques europeos a la costa de Somalia, vertiendo enormes barriles en el océano.
La población de la costa empezaba a enfermar.
Al principio, padecieron extrañas erupciones, nausea, y nacieron niños malformados.
Entonces, después del tsunami de 2005, cientos de estos barriles vertidos y con fugas terminaron en la orilla.
La gente empezó a enfermar de la radiación, y más de 300 personas murieron.
Ahmedou Ould-Abdallah, el enviado de Naciones Unidas a Somalia, declara:
“Alguien está vertiendo material nuclear aquí. También hay plomo, y materiales pesados, tales como cadmio y mercurio – o sea, de todo”.
Se puede seguir su rastro hasta los hospitales y las fábricas europeos, y se entrega a la mafia italiana para que ésta se deshaga de ello de la manera menos costosa.
Cuando pregunté a Ould-Abdallah qué hacían los gobiernos italianos para combatir esto, dijo con un suspiro:
“Nada. Ni se ha limpiado, ni ha habido compensación ni prevención”.
Al mismo tiempo, otros buques europeos han estado saqueando los mares de Somalia de su mayor recurso: el marisco.
Hemos destruido nuestras propias existencias de pesca por sobreexplotación – y ahora queremos las suyas.
Enormes palangreros roban cada año más de 300 millones de dólares en atún, gambas, langosta, etc. al internarse ilegalmente en los mares no protegidos de Somalia.
Los pescadores locales han perdido de buenas a primeras su sustento, y se están muriendo de hambre.
Mohammed Hussein, un pescador de la ciudad de Marka, a 100 kilómetros de Mogadishu, declaró a Reuters:
“Si no se hace nada, pronto no quedará pesca en las aguas de nuestra costa”.
Éste es el contexto en el que han surgido los hombres que nosotros llamamos “piratas”.
Todo el mundo está de acuerdo en que eran pescadores corrientes somalíes que primero intentaron disuadir con lanchas veloces a los que vertían residuos desde los palangreros o por lo menos cobrarles un tributo.
Se llaman a si mismos los Guardacostas Voluntarios de Somalia – y no es difícil entender por qué.
En el transcurso de una entrevista telefónica surrealista, uno de los dirigentes piratas, Sugule Ali, dijo que su propósito era “parar la pesca ilegal y vertidos en nuestras aguas... No nos consideramos bandidos de los mares. Los bandidos son aquellos que pescan, vierten residuos y llevan armas en nuestros mares”.
William Scott habría entendido estas palabras.
No, esto no justifica la toma de rehenes, y sí, algunos son evidentemente gángsteres – especialmente aquellos que han retenido los suministros del Programa Mundial de Alimentos.
Pero los “piratas” tienen el apoyo abrumador de la población local por algo.
El sitio web de noticias independiente somalí WardherNews encuestó a la población local sobre su opinión del tema – un 70 por ciento “apoyó la piratería como forma de defensa nacional de las aguas territoriales del país”.
Durante la Guerra de Independencia de Estados Unidos, George Washington y los padres fundadores pagaron a piratas para proteger las aguas territoriales de su país porque no tenían marina ni guardacostas propios.
La mayoría de los estadounidenses los apoyaron.
¿Es esto tan diferente?
¿Esperábamos que los somalíes hambrientos nos mirasen pasivamente desde sus playas o mares en medio de nuestros residuos nucleares mientras robábamos sus peces para comerlos en los restaurantes de Londres, París y Roma? No actuamos cuando se cometían estos crímenes - pero cuando algunos pescadores respondieron interrumpiendo el pasillo de tránsito del 20 por ciento del suministro de petróleo mundial, empezamos a gritar sobre la “maldad”.
Si de verdad queremos ocuparnos de la piratería, necesitamos erradicar su causa –nuestros crímenes– antes de mandar los cañoneros para erradicar a los criminales somalíes.
La guerra contra la piratería, también ésta de 2009, fue resumida por otro pirata que vivió y murió en el cuarto siglo antes de Cristo.
Se le capturó y llevó ante Alejandro Magno, que quiso saber “qué quería decir con guardar el mar”.
El pirata sonrió y respondió:
“Lo que quiere decir Vd. con apoderarse de toda la tierra; pero como yo lo hago con un barco insignificante, soy un ladrón, mientras que a Vd., que lo hace con una gran flota, lo llaman emperador”.
Una vez más, nuestras grandes flotas imperiales navegan hoy - ¿pero quién es el ladrón?
(mas...)
Johann Hari
Global Research
Los piratas que se encuentran en el norte y centro de Somalia son famosos por ser atrevidos temerarios en extrermo.
Cuentan con barcos base en alta mar para apoyar con lanchas las actividades piratescas contra barcos mercantes.
Sus bases de intendencia en las zonas costeras abastecen provisiones a los piratas para enviar en escolta los navíos secuestrados a su guarida.
Los barcos base piratas están disfrazados de pesqueros comunes para embaucar fácilmente a las fuerzas navales contra la piratería.
Navegan alejados de la costa somalí y se atracan en puertos de otros países para conseguir provisiones.
En su informe publicado el mes pasado, el secretario general de la ONU, Ban ki-moon, admitió que considerando el problema desde el ángulo de la capacidad militar y el abastecimiento de recursos, las organizaciones piratescas han llegado a ser fuertes adversarios de las autoridades somalíes.
Los hechos han corroborado que los piratas somalíes bien organizados son capaces de adaptarse a los cambios de los ambientes estratégicos.
No se dejan amedrentar por las fuerzas navales enviadas por la comunidad internacional a la zona marítima del estrago, sino han cambiado sus tácticas en las actividades, desplazándose a las zonas de poco patrullaje de la armada y más alejadas de la costa para lanzar ataques sorpresivos, tal como ocurrió con el carguero Maersk Alabama de EEUU que fue secuestrado en la zona marítima a 240 millas marítimas de distancia a la costa oriental de Somalia.
En la historia, la piratería era un crimen de especulación. A partir de la caída del gobierno central somalí en 1991, el país africano se encuentra en un estado de anarquía, lo que ha creado condiciones favorables para la piratería, involucrando a personas de toda clase en la política y economía piratescas.
Los comerciantes adinerados locales han invertido fondos para la compra de equipos y barcos en favor de los piratas y les ha ayudado a reclutar a personas.
Tras analizar las informaciones de sus agentes secretos sobre los barcos mercantes, su tripulación, las mercancías a bordo, la vía de navegación y los medios de defensa, los piratas optan el objeto adecuado para el secuestro.
Secuestrado algún barco y llevado a la base piratesca, los piratas entablan negociaciones con los representantes del dueño de la nave y de las compañías de seguros para llegar a un acuerdo sobre el rescate.
Hay que pagarle un recate de un millón de dólares aproximadamente, que es enviado directamente por el mediador al barco secuestrado.
Generalmente los consejeros profesionales de seguridad se encargan de la mediación.
Si se logran las pruebas, los donantes de los piratas serán los primeros en ser castigados por la ley.
Los dueños y las compañías también asumen cierta responsabilidad, ya que el pago de rescate estimula a cada vez más somalíes a participar en la piratería.
Entre los beneficiados de la piratería figuran el gobierno de la región autónoma Bantlan en el Norte de Somalia y la organización armada islámica al-Shabab, relacionado con Al Qaeda y declarada por el Departamento de Estado de EEUU como organización terrorista foránea en 2008.
Los dos beneficiados han instigado a los piratas a hacer estragos en las zonas bajo su control, a cambio de parte del rescate conseguido por los piratas.
Quizá es una buena oportunidad para atacar a los piratas, ya que el pago y recepción de rescate están prohibidos por las leyes internacionales tales como el Convenio Anti-corrupción de la ONU y el Acta de las Prácticas Corruptas Extranjeras (de EEUU), así como otras leyes contra el apoyo a la delincuencia terrorista.
La lucha contra la piratería require la construcción de las fuerzas políticas y de seguridad locales para impedir la ampliación de la zona víctimada por los piratas.
Quizá se puede desarrollar las fuerzas de guardacosta y fortalecer el patrullaje en las aguas costeras bajo la dirección de la Unión Africana u otras organizaciones regionales.
La práctica permitirá a las fuerzas guardacostas locales dominar las informaciones y medios útiles de la red contra la piratería.
En fin de cuantas, el patrullaje local será más sostenible que el envío de buques de otros países del mundo.
Sin lugar a dudas, es necesario el envío de poderosa fuerza militar para hacer frente a las crecientes actividades piratescas y los posibles accidentes de secuestro maritimos, tal como se hizo para salvar al capitán Richard Phillips del carguero estadounidense.
Además las fuerzas navales de los diversos países deben coordinarse bien en las zonas victimadas por la piratería.
En fin de cuentas, las actividades piratescas son mucho más complicadas que el patrullaje marítimo, y el acabar cabalmente con los piratas en Somalía no solo necesita el envío de mas refuerzos a la zona referida.
(Pueblo en Línea)
Después de que tres somalíes fueran ejecutados y otro más lesionado y capturado en el Océano Índico el 12 de abril, un líder de los llamados 'piratas' prometió vengar la muerte de estos jóvenes que retuvieron por cinco días al capitán estadounidense de la nave de carga Maersk Alabama.
El Capitán Richard Philips fue liberado mientras el ejército estadounidense y la prensa capitalista celebraban la muerte de los somalíes, diciendo que la acción estaba justificada.
La nave Maersk Alabama nunca fue tomada por los somalíes, aunque el capitán estuvo bajo la custodia de los piratas por cinco días. El capitán no fue maltratado durante los cinco días y la nave luego atracó en el puerto de Mombasa en Kenia, región oriental de África.
Abdi Garad, un vocero del grupo somalí que intentó tomar la nave de 17.000 toneladas Maersk Alabama, de propiedad danesa a unos 450 kilómetros de la costa, dijo a la Agencia Francesa de Prensa (AFP) el 13 de abril desde el pueblo de Eyl en la costa oriental que “Los mentirosos americanos han matado a nuestros amigos después de que ellos habían acordado liberar al rehén sin recibir ningún dinero a cambio. Pero les digo que este asunto conllevará una represalia y perseguiremos en particular a los ciudadanos americanos que viajen por nuestras aguas”.
Garad continuó diciendo, “Intensificaremos nuestros ataques hasta más lejos de las aguas somalíes y la próxima vez que detengamos a ciudadanos americanos...ellos no [deben] esperar piedad alguna de nuestra parte”. Garad dijo que después de abandonar la exigencia de un cobro por rescate, los somalíes habían pedido que el Capitán Phillips fuera transportado a un barco griego en posesión del grupo.
Jamac Habeb, un somalí de 30 años del pueblo de Eyl, declaró en la publicación Inside Somalia el 13 de abril que, “De ahora en adelante, si capturamos embarcaciones extranjeras y sus respectivos países quieren atacarnos, los mataremos. Las fuerzas estadounidenses se han convertido en nuestro enemigo número uno”.
Otro somalí, Abdulahi Lami dijo en el mismo artículo que los piratas no serán intimidados por las acciones militares estadounidenses en el Océano Índico. “Cada país será tratado de la misma forma en que nos tratan. En el futuro, América será la que llorará y esté de luto. Nosotros responderemos por la muerte de nuestros hombres”.
Según los reportes oficiales publicados por las fuerzas armadas de los Estados Unidos, francotiradores a bordo de la nave de guerra USS Bainbridge dispararon y mataron a tres somalíes después de observar sus movimientos por varios días. El plan de matar a los somalíes supuestamente fue aprobado por el presidente Barack Obama.
Los voceros de la marina estadounidense dijeron que los francotiradores dispararon contra los somalíes cuando la vida de Phillips estaba en peligro. “Ellos estaban apuntando al capitán con rifles AK-47”, dijo el vice almirante William Gortney, quien encabeza el Comando Central de la Marina de los EEUU. El dio su declaración durante una reunión informativa del Pentágono desde Bahréin y fue reportado por Al Jazeera el 13 de abril.
Sin embargo, esta versión de los eventos ha sido disputada por los somalíes que apoyan la toma de naves. Ellos mantienen que los tres jóvenes fueron asesinados luego de haber acordado el fin de la confrontación y la liberación de Phillips. Esta operación tuvo lugar sólo dos días después de que acciones similares se llevaran a cabo por comandos militares franceses quienes irrumpieron en un yate retenido por somalíes, evento que resultó en la muerte de un rehén francés.
Mohammed Adow, un corresponsal de Al Jazeera, dijo en el mismo informe que, “se reporta que las fuerzas estadounidenses han atacado un bote salvavidas cuando los piratas estaban esperando un intercambio diplomático... [y] se llevaron al otro pirata a una de sus naves en estas aguas”.
En otro acontecimiento que hace escalar aún más las tensiones en la región, dos helicópteros militares estadounidenses sobrevolaron la ciudad portuaria de Haradhere en el noreste de Somalia el 12 de abril. La comandancia militar de Estados Unidos dice que esta área es una base de operaciones piratas contra las naves que viajan por el Golfo de Adén.
Los residentes del área pensaban que los helicópteros estaban planeando un ataque aéreo sobre el puerto. Según un periodista somalí, “Los pescadores decidieron no pescar en esa mañana debido a los helicópteros; tenían miedo”. (Inside Somalia, 13 de abril)
Detrás de la intensificación de la piratería
Durante los últimos meses los piratas somalíes han alegado que corporaciones europeas están descargando desperdicios tóxicos cerca de las costas de esta nación del Cuerno de África. Un barco ucraniano que fue detenido y luego liberado por los somalíes ganó un pago multimillonario por los dueños, pago que según reportes está siendo utilizado para limpiar los desperdicios derramados en el área.
En una declaración reportada en Al Jazeera el 11 de octubre, Januna Ali Jama, un vocero de los piratas somalíes, dijo que los pagos adquiridos de rescate sirven como medio para “reaccionar a los desperdicios tóxicos que continuamente han sido vertidos en las costas de nuestro país por casi 20 años”.
Jama, quien está basado en la región semiautónoma de Puntlandia, continuó diciendo que, “las costas de Somalia han sido destrozadas, y creemos que este dinero no es nada en comparación con la devastación que hemos visto en alta mar”.
Más evidencia de las descargas de desperdicios tóxicos en el mar fue presentada por el diplomático de la ONU a Somalia, Ahmedou Ould-Abdallah, quien dijo a Al- Jazeera en el mismo artículo que la organización internacional tiene “información fidedigna” de que corporaciones europeas al igual que asiáticas están descargando químicos tóxicos, incluso desperdicios nucleares, cerca de la costa de Somalia. “Tengo que enfatizar sin embargo, que ningún gobierno ha endosado este acto y que empresas privadas e individuos actuando solos son los responsables”.
Después del tsunami a finales del 2004, comenzó a aparecer evidencia confirmando esta clase de descarga ilegal en la región. El Programa Ambiental de la ONU (UNEP por las siglas en inglés) reportó que el tsunami dejó barriles viejos y oxidados en las playas de Puntlandia. Esta región anteriormente formaba parte de Somalia antes del colapso en 1991 del gobierno de Mohammad Siad Barre que estaba apoyado por los países occidentales.
Un vocero de la UNEP, Nick Nuttall, dijo a Al Jazeera en el mismo artículo que cuando los barriles oxidados se abrieron por la fuerza de las olas, las descargas ilegales que ocurrieron por muchos años fueron reveladas. “Somalia ha sido utilizada como un vertedero ilegal de desperdicios tóxicos comenzando a principios de los años 1990 y se continuó durante la guerra civil. Las compañías europeas se dieron cuenta de que era una manera muy barata de deshacerse de los desperdicios, costando nada más que $2.50 por tonelada, cuando el costo para eliminar desperdicios en Europa es algo como $1000 por tonelada”, dijo Nuttall.
Nuttall continuó diciendo que hay “muchas clases diferentes” de desperdicios. “Hay desperdicios de uranio radioactivo. Hay plomo, y metales pesados como cadmio y mercurio. También hay desperdicios industriales, de hospitales, desperdicios químicos—desperdicios de toda clase”.
Desde que los envases han llegado a las costas, se ha notado un aumento de varias enfermedades entre la población, incluyendo síntomas como hemorragias bucales y estomacales, infecciones de la piel y otras dolencias.
“Nosotros [la UNEP] habíamos planeado hacer una evaluación científica y rigurosa de la magnitud del problema. Pero como consecuencia del alto nivel de inseguridad tanto en tierra como en las costas somalíes, no hemos podido llevar a cabo una evaluación precisa de la extensión del problema”, siguió Nuttall.
Sin embargo, Ould-Abdallah dijo que la práctica de descargar ilegalmente los desperdicios tóxicos continúa en la región. “Lo más alarmante es que están descargando desperdicios nucleares. Los desperdicios de uranio radioactivo potencialmente están matando somalíes y destrozando totalmente el océano”.
Mohammed Gure, presidente del Grupo Interesado por Somalia (SCG por las siglas en inglés), dijo en el mismo artículo de Al-Jazeera que el impacto social y ambiental de las descargas se va a sentir por décadas. “Las costas de Somalia antes sostuvieron cientos de miles de personas, como una fuente alimentaria y de empleos. Ahora gran parte está casi destruida, primordialmente como resultado de las acciones de los supuestos ministros que han vendido su nación para llenar sus propios bolsillos”.
Otros factores involucrados en la explotación de Somalia son que las líneas de comercio del Golfo de Adén transportan semanalmente miles de millones de dólares en productos por la región. Casi nada de estos fondos se utiliza para el beneficio del pueblo somalí, que está sufriendo del subdesarrollo resultante de la injerencia estadounidense en sus asuntos internos.
La administración estadounidense bajo George W. Bush financió y concibió una invasión y ocupación del país por el estado aliado con el Oeste, Etiopia, en diciembre 2006. Como resultado de una resistencia feroz, el ejército etíope tuvo que retirarse del país en enero 2009. La formación de un gobierno nuevo de coalición ha fracasado en incluir en el régimen a todos los diversos grupos políticos.
Por consiguiente, tropas de Uganda y Burundi permanecen en la capital de Mogadishu, auspiciadas por la Misión de la Unión Africana a Somalia (AMISOM por las siglas en inglés). El grupo principal de la resistencia, Al-Shabab, continúa exigiendo la retirada de las fuerzas de la AMISOM antes de acordar entrar en el gobierno de coalición encabezado por el presidente Sheikh Sharif Ahmed.
El nuevo gobierno de Mogadishu, que ha sido respaldado por los Estados Unidos, aplaudió el ataque del 12 de abril contra los piratas somalíes. "Estamos muy contentos con esta acción y sus resultados," dijo el Ministro del Exterior Mohamad Abdullahi Omaar. "No me sorprenden, y no debe sorprender a nadie, las acciones del gobierno estadounidense para rescatar a sus ciudadanos y asegurar la seguridad de su gente", dijo Omaar a Reuters. (13 de abril)
La presencia militar de EEUU debe ser rechazada
Reportes recientes de la Casa Blanca indican que la administración de Obama está dividida sobre cómo llevar a cabo su política exterior en el Cuerno de África. Algunos elementos desean un acercamiento más diplomático al problema de la piratería y también un esfuerzo concertado de traer más países europeos y asiáticos para patrullar los mares del Golfo de Adén y el Océano Índico.
Sin embargo, otros consejeros en la Casa Blanca quieren ver una presencia militar estadounidense más directa en la tierra y en las costas de Somalia. El acontecimiento reciente de la nave Maersk Alabama provocó el envío de buques de guerra adicionales a la región del Océano Índico. (Washington Post, 12 de abril)
Según datos publicados por la Oficina Marítima Internacional, por lo menos una docena de buques de carga y más de 200 miembros del equipo están retenidos por piratas somalíes en la región. Al mismo tiempo continúa la lucha dentro de Somalia entre los combatientes de la resistencia Al-Shabab y las fuerzas de AMISOM, las cuales están trabajando conjuntamente con las tropas leales al nuevo gobierno de la coalición en Mogadishu.
El 13 de abril, la radio Garowe divulgó que habían muerto tres personas en un período de dos días como resultado del fuego de morteros en la capital de Mogadishu. “Se sospecha que insurgentes lanzaron por lo menos diez morteros en el puerto principal de la capital Mogadishu el 11 de abril”.
El informe señaló que: “Rebeldes musulmanes prometieron guerra contra el gobierno interino del país del Cuerno de África. Testigos y trabajadores del puerto principal dijeron que 'fuerzas de paz' de AMISOM cerraron los caminos cerca del puerto y entraron en vecindades próximas mientras una nave atracaba”.
El informe continuó: “Había muchos soldados de AMISOM en nuestra área… arriba de edificios y no nos permitían salir de nuestros hogares, dijo un testigo. Los trabajadores portuarios dijeron que el barco había descargado materiales militares incluyendo vehículos que fueron transportados a las bases de AMISOM en Mogadishu”.
Basado en estos reportajes y en la forma en que la administración estadounidense describió la matanza de los tres somalíes, es muy importante que el movimiento contra la guerra y antiimperialista en los Estados Unidos enfatice que el aumento de la interferencia militar estadounidense en la región no creará una situación política más estable en Somalia ni en el Cuerno de África.
De hecho, como la historia ha mostrado, el papel del imperialismo estadounidense en el Cuerno de África ha creado más inestabilidad y subdesarrollo en la región. Como resultado de la política de la administración de Bush hacia Somalia, surgió la peor crisis humanitaria en el continente de África.
Durante el período actual, las fuerzas progresistas deben exigir el cese del militarismo EEUU y aliados en el Cuerno de África e insistir en el derecho de autodeterminación, incluyendo reparaciones, para el pueblo de Somalia y del todo el Cuerno de África.
www.workers.org
(mas...)
El presidente Obama prometió una respuesta contundente para detener la piratería en la costa de Somalia el lunes, poco después de la liberación de Richard Phillips, el capitán del carguero estadounidense, que fue retenido por piratas somalíes desde el miércoles anterior. Mientras que las historias de piratas han dominado los grandes medios de comunicación, ha habido poco o ningún debate en torno a las causas que la han originado. Hablamos con el asesor y analista Mohamed Abshir Waldo que escribió en Enero el artículo titulado:
"Las Dos Piraterías en Somalia: Por que el mundo ignora la otra?"
[incluye transcripción original]
Mohamed Abshir Waldo, asesor y analista, conectado en linea desde Mombasa, es keniata de origen somalí.
En Enero publicó:
"The Two Piracies in Somalia: Why the World Ignores the Other?"
Amy Goodman: El presidente Obama prometió una respuesta contundente para detener la piratería en la costa de Somalia el lunes, poco después de la liberación de Richard Phillips, el capitán del carguero estadounidense, quien fue retenido por piratas somalíes desde el miércoles anterior. Tres piratas somalíes resultaron muertos en la operación de USA.
Mientras que algunos analistas militares están considerando ataques sobre las bases de los piratas dentro de Somalia, en complemento a la expansión de los buques de guerra norteamericanos a lo largo de la costa somalí, otros se oponen plenamente a la invasión terrestre. El miembro del congreso de los Estados Unidos Donald Payne, Nueva Jersey, hizo una breve visita a Mogadisco, la capital Somalí, este lunes y dijo que la piratería era- y cito textualmente- un "síntoma tras décadas de inestabilidad". Su avión fue atacado con fuego de mortero al salir de Somalia, inmediatamente después de que los piratas clamaran venganza contra los Estados Unidos por el asesinato de sus hombres.
El ex-embajador de los Estados Unidos en la ONU, John Bolton, declaró este fin de semana para Fox News que EEUU debería reunir- y cito- "una coalición de los que estén dispuestos" a invadir Somalia.
Durante este tiempo, los pescadores locales y las comunidades comerciales de la costa somalí están sufriendo a consecuencia del aumento de la presencia naval americana e internacional en sus aguas.
Pescador somalÍ: [traducido] Los marines americanos siempre nos detienen ya que nosotros continuamos pescando. Nos encontramos con sus barcos de guerra, y a veces, envían helicópteros a fotografiarnos, ya que sospechan que somos piratas. Y no lo somos.
Comerciante somalí: [traducido] La gente esta preocupada por la presencia de las tropas, y se está haciendo mas y mas difícil hacer negocios. Hay muchos buques patrullando el mar, y los barcos mercantes son detenidos e inspeccionados con mas frecuencia, sospechosos de ser manejados por piratas.
Amy Goodman: Mientras que las historias de piratas han dominado los medios de comunicación corporativos, ha habido poco o ningún debate en torno a las causas que la han originado.
Mohamed Abshir Waldo es asesor y analista en Kenia. Es keniata de origen somalí y en Enero escribió un articulo titulado "Las Dos Piraterías en Somalia: Por Qué el Mundo Ignora la Otra?". Conectamos ahora con el por teléfono desde Mombasa.
¡Bienvenido a Democracy Now!
Mohamed Abshir Waldo: Hola, gracias.
Amy Goodman: Encantada de tenerle entre nosotros. ¿Le importaría contarnos cual es su opinión sobre los dos tipos de piratería?
Mohamed Abshir Waldo: Bien, las dos clases de piratería son la misma piratería original, la pesca pirata extranjera, llevada a cabo por pescadores y barcos extranjeros, los cuales a su vez se deshacen de basuras, vertidos tóxicos y, también ha sido denunciado, vertidos nucleares. La mayoría de las veces, tenemos la sensación de que son los mismos barcos pesqueros, buques de pesca extranjeros, los que llevan acabo los dos modos de piratería. Esa ha sido la piratería que ha originado estos problemas.
La otra piratería es la piratería de barcos. Una vez que los recursos marinos de Somalia fueron agotados, cuando las aguas se contaminaron, después de que la pesca fue robada, y, en el contexto de pobreza que afecta a todo el país, los pescadores sintieron que no había más opciones, más recursos, que la de luchar contra, como ya conocemos, los barcos y las propiedades de los mismos países responsables de la pesca ilegal y los vertidos tóxicos.
Amy Goodman: ¿Podría explicarnos que son los IUU (siglas en ingles)?
Mohamed Abshir Waldo: Los IUUs son— No lo recuerdo exactamente ahora, pero es la pesca ininterrumpida y no declarada, la pesca sin licencia, sin registros, prácticamente incontrolada. Sin un.. [inaudible]—
Amy Goodman: En su artículo, dice- en su artículo, dice que IUU son las siglas de la pesca ilegal, no-declarada y no regulada de los barcos europeos-.
Mohamed Abshir Waldo: Correcto, correcto. Y esto se ha sabido tanto en los países del Oeste que cuentan con este tipo de flota pesquera, entre los que se incluyen España, Italia, Grecia y, mas tarde, Reino Unido y otros, como Rusia. Y por supuesto, hay también muchos otros países del Este. Este problema continua desde 1991. Las comunidades pesqueras y los pescadores lo han denunciado, se han quejado, y han apelado a la comunidad internacional a través de diferentes organismos como la ONU o la Unión Europea, sin haber, de hecho, obtenido respuesta alguna. Fueron totalmente ignorados.
Amy Goodman: Mohamed Abshir Waldo, explíquenos como comenzó la "pesca pirata".
Mohamed Abshir Waldo: La pesca pirata significa pescar sin licencia, pescar por la fuerza, a pesar de las denuncias de la comunidad, a pesar de las demandas de cualquier autoridad que rija en la zona, a pesar de que las autoridades se lo exijan a las flotas, buques y barcos pescadores extranjeros que no tienen licencia para faenar, que no tienen ningún tipo de permiso, cuando les dicen, "Parar de pescar y abandonar la zona". Estos se niegan, es más, de hecho, en cambio, se enfrentan. Luchan contra los pescadores y las comunidades costeras, echando agua hirviendo sobre ellos e incluso disparándoles o arrollando sus canoas o barcas de pesca. Estos son problemas que han estado ocurriendo durante mucho tiempo, hasta que la comunidad se ha organizado, e incluso ha autorizado, en lo que llaman la Guardia Costera Voluntaria Nacional, que llamarías y otros conocen hoy como "piratas".
Amy Goodman: Así que esta diciendo que la pesca ilegal es un hecho en la costa de Somalia. ¿Que países están implicados en ella?
Mohamed Abshir Waldo: Los países implicados incluyen prácticamente a todos los países del Sur de Europa, Francia, España, Grecia y el Reino Unido. Estos días he oído que incluso Noruega. Antes no había muchos nórdicos, pero la pesca noruega está también involucrada en este, como ya sabes, muy lucrativo negocio pesquero. Si, hay otros, más, por supuesto. Están los rusos. Están los taiwaneses. Están los filipinos. Están los coreanos. Están los chinos. Ya ves, es una costa "gratis para todos".
Y para complicar más las cosas, hemos visto que ahora que han llegado los distintos ejércitos y sus barcos de guerra, todos los países están protegiendo su propia pesca ilegal, sus barcos piratas. Han vuelto. Escaparon de la Guardia Voluntaria Somalí, los guardacostas, pero ahora han regresado. Y están protegidos por sus marinas. De hecho, se están acercando aún más a las aguas territoriales para molestar más a los pescadores, quienes ya no tienen la opción o la posibilidad de pescar cerca de la costa por miedo a ser acusados de piratas y ser arrestados por la marina, que a su vez, están protegiendo a la otra parte en conflicto.
Así, el tema es realmente un problema de enorme injusticia, donde la comunidad internacional atiende, dialoga y viene en ayuda solamente de su- de sus intereses y no considera en absoluto, ni mira, por el lado somalí. Esto no significa que yo, ni nadie, este excusando la piratería o el poner en peligro la vida de marineros y tripulaciones inocentes o el dañar la propiedad de otros, pero esta gente, estos pescadores convertidos en piratas, no han tenido más alternativa que protegerse a si mismos, proteger su territorio,- ya sabes- lo podríamos llamar un acto desesperado.
Amy Goodman: ¿Que opina la gente en Somalia acerca de los piratas, el tema de los piratas en la costa?
Mohamed Abshir Waldo: Hay una reacción mixta, creo, en Somalia. La gente no quiere que se lastime a marineros inocentes. No quieren más desastres medioambientales al explotar un buque petrolero o un carguero con carga toxica. Y la gente pide a los piratas, a los pescadores convertidos en piratas, que no realicen actos semejantes.
Por otro lado, como no existe compasión, no hay entendimiento, no hay disponibilidad para el diálogo con las comunidades costeras, con la comunidad en general, con las autoridades somalíes, con los gobiernos regionales ni con el gobierno nacional para una acción conjunta dirigida a solucionar los conflictos, de esta forma, cada quien actúa a su manera. Pero la gente esta muy preocupada. Por un lado les gustaría que esto se resolviese pacíficamente; por el otro, se sienten tristes por la injusticia perpetrada por la comunidad internacional.
Amy Goodman: Mohamed Abshir Waldo, háblenos un poco más sobre los vertidos tóxicos, si no le importa. No creo que la gente en Estados Unidos comprenda exactamente a los que se refiere y a como esto afecta a la población.
Mohamed Abshir Waldo: Bien, vertidos tóxicos, vertidos de desechos industriales, vertidos nucleares, como usted estará al tanto y ya habrá escuchado, y como mucha gente sabe, por mucho tiempo, principalmente en los años 70, en los 80, en los 90, había muchos residuos de este tipo de los que las compañías se querían deshacer siguiendo las estrictas leyes medioambientales de sus respectivos países. ¿Así que, que otro lugar donde trasladarlas que a países débiles o en conflicto que no se pudiesen oponer o que se pudiesen comprar? Así que muchos de estos residuos han sido llevados a Somalia. Ha salido en los periódicos. Ha sido publicado por medios como Al Jazeera, como la CNN, creo. Muchos han hablado sobre la Mafia, la mafia italiana, la cual lo admitió, admitió deshacerse de residuos en Somalia durante bastante tiempo, durante mucho tiempo.
Y mientras hablamos, escuché ayer, de hecho, que otro barco fue capturado ayer en el Golfo de Adén por la propia comunidad- no piratas esta vez, por gente de la comunidad, cuando sospecharon de este barco, el cual transportaba dos contenedores enormes que tiraron al mar cuando vieron aproximarse a la gente. Han sido capturados. El barco ha sido capturado. Afortunadamente los contenedores no se hundieron en el mar y están siendo remolcados a la costa. Los miembros de esta comunidad han invitado a la comunidad internacional a venir e investigar sobre el asunto. De momento, no ha habido ninguna respuesta. Así, de este modo, el vertido de residuos, de tóxicos, de basura nuclear, ha estado ocurriendo en Somalia desde 1992.
Amy Goodman: Cuando leo su artículo, Mohamed Abshir Waldo, me recuerda un reporte controvertido que se filtró desde el Banco Mundial- esto ocurrió cuando Lawrence Summers, ahora asesor jefe de economía, era el economista jefe en en Banco Mundial- que decía, "creo que la lógica económica tras los vertidos masivos en los países con productos nacionales mas bajos es impecable, y es un hecho que deberíamos aceptar. Siempre he creído que los países mínimamente poblados de África están exageradamente mínimamente contaminados". Él dijo que estaba siendo irónico.
Mohamed Abshir Waldo: De hecho, los formalismos mas oficiales en el entorno de la ONU, también han confirmado en varios informes que sí se ha vertido en Somalia. El representante especial del Secretario General, Ould-Abdullah, que esta trabajando ahora con las autoridades somalíes, realizó también, creo, una declaración en este mismo sentido. Así que como vemos, es un hecho bien conocido. No es algo oculto. No es algo que nos estemos inventando. El mundo lo sabe, pero no hace nada para remediarlo.
Amy Goodman: Mohamed Abshir Waldo, gracias por conversar con nosotros, asesor en Kenia, hablando con nosotros desde Mombasa.
“Somalia: You Are Being Lied to About Pirates”
Amy Goodman
Globalresearch
Muchas fórmulas se han sugerido para acabar con la piratería, como la organización de convoyes protegidos, de tripulaciones armadas o dotaciones de seguridad en los buques, la obligación de atenerse a rutas prefijadas, etc.
No se va a insistir aquí en ellas, pues casi todas son razonables y razonadas, aunque estén a la espera de que exista la necesaria voluntad política en las grandes potencias navales para aplicarlas.
También están a expensas de que la piratería, al verse hostigada, cambie su forma o sus zonas de actuación y el problema se reproduzca con distintos datos y exija nuevas soluciones.
Lo que más llama la atención es que en muchos medios de comunicación se ha solicitado la opinión de los lectores sobre este asunto.
En uno de ámbito internacional y reconocida solvencia, como es la BBC británica, la participación ha contado con ideas procedentes de todos los puntos cardinales. Merece la pena reseñar algunas de las sugerencias recibidas.
Desde Los Ángeles (EEUU), un participante sugiere que en Somalia no existiría la piratería si EEUU no hubiera aniquilado por la fuerza el incipiente Gobierno de los Tribunales Islámicos, que pretendía poner orden en el país. Y se pregunta "dónde estaba la heroica fuerza naval internacional, cuando buques extranjeros vertían en sus aguas desechos muy contaminantes y expoliaban los bancos de pesca somalíes. Si no se hubiesen maltratado esas aguas, los piratas se ganarían la vida pescando, como hacían antes".
Contrasta con la anterior la ácida opinión de un ciudadano de Taiping (Malasia), territorio de vieja tradición pirata, que cree que lo mejor sería matar a todos los piratas y hundirlos en el mar:
"Resultaría más ecológico, porque se reciclarían como alimento para la pesca. Nuestro superpoblado planeta no necesita seguir contaminado con 'genes humanos nefastos'. Solo los que se comportan como seres humanos merecen ser tratados como tales".
Desde Cheltenham (Reino Unido) se apunta un procedimiento muy expeditivo: destruir cualquier embarcación con piratas a bordo, haya o no rehenes en ella.
"Perder unos pocos rehenes salvará la vida de muchas personas más y se ahorrará el coste de las operaciones de rescate. Si a los piratas no se les pagan las sumas que piden, dejarán de actuar, porque solo lo hacen por dinero".
Vieja cuestión que afecta a todos los secuestros y que ha sido largamente debatida en todo el mundo sin llegar a conclusiones definitivas.
Desde Gurgaon (India) se propone atacar desde el aire al buque secuestrado, con gases somníferos. Al despertar, unos lo harían en un hospital, atendidos por el médico, y otros en su celda, esposados y encadenados.
No se explica, sin embargo, cómo se identificarían los piratas entre los tripulantes antes de que unos y otros recuperaran la conciencia. Fiarse solo del color de la piel o de la vestimenta parece un método poco preciso.
Hay quien plantea utilizar "yates-cebo", es decir, lujosas embarcaciones ocupadas por soldados bien armados, en vez de magnates de la elite internacional, que destruirían a los piratas en cuanto estos subieran a bordo creyendo que se apoderaban de una presa muy valiosa.
Otros, con acierto, miran más allá de los simples actos de piratería. Desde Nottingham (Reino Unido) se indica que el origen del problema está en la destrucción de la sociedad somalí.
"La mayoría de los piratas son gente normal, con familias. Recurren a la piratería porque su situación es desesperada y las bandas de piratas les ofrecen ganancias fáciles y rápidas".
Su conclusión es que cuantas más armas se hagan intervenir para resolver el problema, la situación social empeorará, la piratería echará raíces más profundas y desarrollará procedimientos cada vez más resistentes a la protección armada.
Para concluir, desde Port Sudan (Sudán) un lector toma la lucha contra la piratería como un enfrentamiento deportivo, pero con inocultables raíces históricas.
Desde su posición, cercana al conflicto, observa que los pueblos de los países costeros ven la aparición de unidades navales extranjeras, sobre todo las de EEUU, como una nueva intromisión colonial de Occidente, lo que hace que no sean pocos "los que desean que ganen los piratas".
El problema es más complejo de lo que se estima habitualmente, y la piratería no es sino el síntoma de unas condiciones políticas, sociales y económicas cada vez más insostenibles.
Como ocurre con frecuencia, aliviar los síntomas no curará la enfermedad. Y atacar ésta a fondo requeriría otra mentalidad, muchos recursos de distinto tipo a los ahora utilizados y adoptar unos puntos de vista "altermundistas" que no gozan hoy del aprecio de los poderes públicos mundiales.
Alberto Piris
General de Artillería en la Reserva
"Esperamos un resultado positivo de la conferencia internacional de donantes sobre Somalia para ofrecer un apoyo sustancial a este país en su proceso político", dijo Jiang en una conferencia de prensa regular celebrada en Beijing.
La Unión Africana también estará representada en esta reunión, que tiene por objetivo recaudar fondos para las fuerzas de paz de la Unión Africana y apoyar a la policía de Somalia, según funcionarios de la UE en la capital belga.
"China, como siempre, insta a la comunidad internacional a conceder más atención a los asuntos de Somalia," dijo la portavoz.
Según Jiang, China apoya la próxima conferencia y enviará a diplomáticos de alto rango de la delegación china ante la UE. Además, señaló que el país asiático respalda los esfuerzos internacionales para combatir a los piratas somalíes de conformidad con las leyes internacionales y las resoluciones de la ONU.
La funcionaria china también pidió más esfuerzos por arrancar de raíz las causas que ocasionan la piratería para mantener la paz y la estabilidad en Somalia.
(Xinhua)
Poco antes, el comisario europeo para el Desarrollo, Louis Michel, había, no obstante, anunciado la recaudación de unos 250 millones de dólares.
En cualquier caso, la suma supera las expectativas de la ONU, que había solicitado unos 166 millones de dólares en ayuda financiera.
La conferencia, bajo la égida de Naciones Unidas y la Unión Europea (UE), estaba llamada a fortalecer al ejército nacional somalí, la formación de una policía civil y apoyar a la AMISOM, la fuerza de mantenimiento de la paz de la Unión Africana (UA) en Somalia.
Con unos 4.300 hombres (ugandeses y burundeses), lejos de los 8.000 previstos inicialmente, la AMISOM está desplegada en Mogadiscio desde marzo de 2007 y es blanco recurrente de los ataques de insurgentes islamistas radicales.
La Comisión Europea, primer donante de Somalia, prometió una ayuda de 93 millones de dólares, de los cuales 77 millones se destinarán a la AMISOM y el resto a la policía, mientras que los demás participantes optaron por aportar distintos tipos de ayuda, incluido material y equipamiento.
España, que hace unos meses prometió 30 millones de euros (38 millones de dólares) a la UA, decidió destinar seis de ellos al sistema de seguridad estatal somalí a través del organismo africano.
"El objetivo es que el Estado recupere el monopolio absoluto de la fuerza", declaró a la prensa el secretario de Estado español de Asuntos Exteriores, Angel Lossada.
"Es difícil encontrar otro país en el mundo en una situación tan compleja" como Somalia, azotado por una guerra civil desde 1991, dijo Lossada.
La piratería es la última deriva que sufre este país sumido en la pobreza y el caos convirtiéndose en un verdadero dolor de cabeza para las fuerzas navales de la OTAN y la UE, que protegen las costas del Golfo de Adén, una de las grandes vías marítimas del mundo.
Más de 130 buques mercantes fueron atacados en la región el año pasado, un incremento de más del 200% respecto a 2007, según la Oficina Internacional Marítima.
No obstante, los participantes en la conferencia subrayaron que la piratería es sólo un síntoma de la situación en Somalia, donde hay unos 3,2 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria urgente, según la ONG OXFAM.
El presidente somalí, Charif Cheij Ahmed, al mando de un gobierno de transición, calificó la cita de "histórica" y aseguró que si "se dan los medios indispensables", la piratería "no perdurará".
El gobierno "hará todo lo posible para restaurar la paz en Somalia y salir de la crisis", dijo el presidente en la rueda de prensa final.
El gobierno de transición no consigue ejercer un verdadero poder en el país y es incapaz de imponerse en el norte, dividido entre las regiones autoproclamadas autónomas de Puntland y la "república" de Somaliland.
En la conferencia, participaron además responsables de la UA y de la Liga Arabe y unos sesenta países y organizaciones regionales.
¿Quienes son esos “piratas” de los que tanto se habla? ¿Qué ocurre en Somalia que practicamente cada semana copa las noticias de los grandes medios, cuando hasta hace poco era un pais que no existía para la comunidad internacional?
Los gobiernos capitalistas catalogan como una de las grandes amenazas contemporáneas a estos piratas. Una especie de terroristas de los mares. Pero, ¿son en en realidad una amenaza? En caso afirmativo, ¿para qué intereses lo son?
Según nos han presentado en la prensa y en los medios televisivos el conflicto, se trataría de unos desalmados que saquean a todo aquel barco extranjero que se atreva a navegar por las costas de Somalia, y el problema sería entonces la delincuencia local de las mafias de piratas organizados, y nada tendría que ver la política y mucho menos el imperialismo con todo esto.
Una vez más la propaganda del sistema nos engaña completamente, pues detrás de las acciones emprendidas por ciudadanos somalíes contra buques extranjeros no se encuentran unos piratas ni unos gánsteres, y las implicaciones políticas de los países imperialistas sí que existe.
Somalia, con aproximadamente nueve millones de habitantes, es un país extremadamente pobre cuya población, una de las más homogéneas del continente, ha estado constantemente desolada por el hambre.
En el año 1960 alcanzó su independencia formándose la República de Somalia con la unión de la Somaliland británica y la Somalia colonizada por Italia. Entre el año 1969 y 1991 ostentó el poder el gobierno del general Mohamed Siad Barer tras un golpe de estado. Este gobierno contó con el apoyo de occidente.
Mohamed Siad Barer huyó del país tras el debilitamiento propiciado por la guerra contra Etiopía y la guerra civil posterior a la creación en mayo de 1988 del Movimiento Nacional Somalí (SNM), y desde entonces políticamente el país ha estado en una situación anárquica e inestable.
Tras la caída del gobierno de Siad, numerosos buques europeos de diferentes países aprovecharon la oportunidad para verter sus residuos nucleares en el mar somalí, ante la falta de protección gubernamental.
El propio enviado de Naciones Unidas a Somalia, Ahmedou Ould-Abdallah, denunció que se estaba vertiendo material nuclear, plomo, cadmio y mercurio, pero ningún gobierno hizo nada.
Las enfermedades y los nacimientos de niños con malformaciones, así como la muerte de centenares de personas tras el tsunami de finales de 2004 que condujo cientos de barriles vertidos y con fugas hacia la orilla, es el balance de estas prácticas asesinas.
Pero los imperialistas no se conforman con emplear el mar africano como basurero radioactivo. También esquilman la riqueza pesquera en un país cuyo principal problema es el hambre, robando anualmente cantidades millonarias de marisco, atún, gambas, langostas, etc.
Esto sucedía en los años previos a la popularización de los piratas que tanto condenan los gobiernos. Lo cierto es que ya por aquel entonces, ante la necesidad de organizarse y defender sus costas, los pescadores somalíes se decidieron a luchar por evitar que los palangreros llenasen de residuos el mar y pescasen ilegalmente.
Se atudenominan Guardacostas Voluntarios de Somalia, niegan ser unos bandidos y su existencia es comprensible teniendo en cuenta que ante la falta de un gobierno que los proteja prohibiendo las injerencias extranjeras, no tuvieron más remedio que disuadir a los buques europeos porque a causa del expolio de estos se vieron sin recursos y pasando hambre.
Que en este contexto tan complejo surjan quienes actúan deshonrosamente es inevitable. Están quienes se aprovechan de la autodefensa emprendida por los somalíes conscientes y trabajadores para lucrarse con acciones viles, pero esta minoría no goza del respaldo del pueblo, como si lo tienen quienes luchan contra los imperialistas que por mucho que avance la historia no dejan de ver a África como un continente colonizado donde pueden hacer lo que les dé la gana.
Estados Unidos es uno de los actores principales en el devenir político del país africano. El ejecutivo del fascista George W. Bush, financió una invasión para ocupar Somalia de la mano de un país aliado y vecino como Etiopía, en diciembre de 2006. El ejército etíope finalmente se retiró del país en enero de 2009 por la resistencia inquebrantable con la que se encontró, y la idea de formar una coalición para gobernar fracasó en el intento de incluir a toda la amalgama de grupos políticos.
La Misión de la Unión Africana a Somalia (AMISOM), integrada por tropas de Uganda y Burundi, permanece en la capital de Mogadishu y el principal grupo resistente, Al-Shabab, exige la retirada de estas fuerzas antes de entrar en la coalición de gobierno que encabeza el presidente Sheikh Sharif Ahmed.
El nuevo gobierno, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos, se ha pronunciado favorablemente a las intervenciones usamericanas contra la “piratería”, lo cual entre otras cosas explica el clima de entendimiento mutuo y el reconocimiento de los imperialistas. Un gobierno impuesto a sangre y fuego completamente títere, es evidentemente, favorable a los intereses de la Admnistración de Obama.
La presencia militar extranjera se justifica por las acciones organizadas de los somalíes, y en las próximas semanas aumentarán los buques y contingentes militares que se desplegarán por el oceano Índico.
Desde hace aproximadamente dos décadas, cuando los pescadores somalíes personalmente tuvieron que defender sus costas y la riqueza que les mantenía, hasta el presente, el fenomeno se ha complejizado, y ahora también participan para beneficiarse comerciantes adinerados de la zona, el gobierno de la región autónoma Bantlan en el Norte de Somalia y la organización armada islámica al-Shabab según los expertos y diversos medios internacionales.
En cualquier caso, haciendo un repaso a la historia de los últimos cincuenta años tras la independencia formal de Somalia, el neo-colonialismo de EE.UU y los imperialistas europeos y en menor medida asiáticos, han saqueado la riqueza del país, han utilizado el mar como vertedero nuclear y han provocado guerras, condenando a la mayoría del pueblo al hambre, la desolación y la inestabilidad política y social.
¡Fuera los piratas colonialistas de África!
David Delgado
La FAO alerta de que el 80% de los caladeros mundiales están sobreexplotados. El 30% de las especies marinas están por debajo del límite biológico de seguridad. Cada día crece el temor de que no puedan regenerarse. En pocos años, los mares quedarán esquilmados y desaparecerá el sector pesquero como agente económico. Como ya ha sucedido con los caladeros europeos. Desde los mares del Norte, al golfo de Vizcaya, Cantábrico y el Mediterráneo han agotado y destrozado el hábitat de la mayoría de especies. Este agotamiento se debe a la pesca de arrastre con redes kilométricas, los cercos que atrapan hasta a las crías, uso de luces potentes, del sonar, del radar y del servicio de los satélites que buscan vida en los mares para destruirla. De niño, yo oía hablar de la pesca con dinamita en las rías gallegas, con luces y con artes prohibidas.
Por eso nuestras flotas europeas se fueron en busca de ricos caladeros de África, Latinoamérica y Asia. En muchos países se sirvieron de gobernantes sin escrúpulos, de la falta de medios para defender la pesca en sus aguas, o de falsas empresas mixtas que esquilmaban sus riquezas y se servían de una mano de obra explotada y que viven como exiliados en sus propios mares.
¿Acaso no hemos esquilmado los caladeros del Gran Sol, mar de Barents y otros muchos? ¿No es cierto que el 93% del bacalao del mar del Norte es capturado antes de desovar y que, desde 2005, no hay pesca de anchoa en el Cantábrico en un intento desesperado de devolver la especie a niveles de explotación viables?
No se han respetado las vedas, ni los tamaños, ni sus migraciones, ni la regeneración de sus espacios naturales. Hemos arrasado allá por donde hemos pasado, no sólo europeos, sino rusos, norteamericanos, chinos y japoneses, junto a empresas de otros países que pescan, preparan y envasan con sus marcas propias.
Hemos visto el exterminio de gran parte de ballenas y otros cetáceos, aunque el 90% de su carne sirviera para fabricar piensos para cerdos, aves y otros animales. Japón se escuda en la “investigación científica” para cazar millares de ejemplares cada año, aunque sólo utilicen para sus exquisiteces gastronómicas, como sucede con las aletas de tiburón. Los científicos alertaban, organizaciones de la sociedad civil denunciaban y se arriesgaban en la defensa de esos espacios marinos. Pero los gobiernos y los medios cerraban los ojos porque se trataba de los intereses económicos de los más “desarrollados”.
Ahora todos se echan las manos a la cabeza mientras las grandes potencias, España incluida, envían sus flotas de guerra con decenas de miles de marinos y de soldados, aviones, helicópteros, armas y las más modernas tecnologías espaciales para proteger a los corsarios de nuestro tiempo: las flotas pesqueras que esquilman desde hace décadas las aguas de Somalia bajo la farsa de que están en “aguas internacionales”. No hay que olvidar que, en Djibuti, Estados Unidos tiene una de sus mayores bases militares y que el Golfo de Adén es crucial en la estrategia occidental.
Hay pruebas de que han faenado en las cercanías del litoral africano. Los modernos piratas han invadido y esquilmado aprovechándose de la falta de gobiernos y de administraciones eficaces en esos países. La Unión Europea, el G8 y la ONU tienen graves responsabilidades por no ayudar a restaurar la convivencia cívica y política en esos países. Sucede como en países con reservas de petróleo, gas, bauxita, coltan, oro, diamantes y ricas maderas. Les interesa la corrupción de los políticos para seguir actuando como durante las conquistas y las colonias, pero ahora sin la responsabilidad de “Cristianizarlos, Civilizarlos y abrirlos al Comercio”, las tres Ces de la Conferencia de Berlín.
La Comisión Europea pretende atajar un problema derivado de una flota pesquera con exceso de capacidad, unos recursos pesqueros cada vez más reducidos y una enorme demanda. Y no se les ocurre más que crear un sistema de derechos de pesca transferibles, como ha sucedido con la contaminación, como si existiera un derecho a contaminar y a mercadear con esas cuotas de muerte.
Ahora pretenden potenciar la acuicultura para mantener el ecosistema marino y una actividad de la que dependen millones de empleos en la Unión Europea. ¿Acaso los naturales de esos países esquilmados no tienen derechos? Nadie justifica los crímenes de esos piratas actuales que se aprovechan del desastre. Pero es preciso buscar las causas de esa situación antes de anatematizarlos.
Enviamos a los soldados para combatir a los piratas de turno, olvidando a los auténticos corsarios al servicio de los intereses de siempre. ¿No habría otro destino más justo y seguro para ese ingente dinero empleado en la custodia de unos buques? Los romanos no tenían ejércitos en todo el limes sino a otros pueblos con los que se habían hecho amigos.
José Carlos García Fajardo
Profesor Emérito de la UCM. Director del CC
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