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México y EEUU acuerdo sobre energía |
Anuncian México y EEUU acuerdo sobre energía y cambio climático. El presidente mexicano Felipe Calderón y su colega estadounidense Barack Obama anunciaron un acuerdo marco sobre energía y cambio climático, el cual permitirá intercambiar información y la cooperación técnica y política.
Durante una rueda de prensa conjunta en la casa presidencial de Los Pinos en la Ciudad de México, Obama precisó que el acuerdo marco se centrará en áreas específicas como la energía renovable, la eficiencia energética, el uso sustentable de bosques y la tecnología de carbón limpio.
El mandatario estadounidense llegó este jueves a la capital mexicana para cumplir una visita oficial los días 16 y 17 de abril.
Según un documento difundido este jueves, ambos países aumentarán la cooperación en el área fronteriza para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, promover medidas de adaptación ante el cambio climático y fortalcer la fiabilidad de los intercambios de las redes eléctricas entre las dos naciones.
La colaboración bilateral incluirá el establecimiento de talleres e intercambio de información entre los dos países, con el fin de explorar la cooperación en inventarios de gases invernadero y diseñar estrategias para su reducción.
También se prevé la cooperación para el desarrollo de energías renovables, como la eólica y la solar, la realización de estudios de viabilidad técnica y económica y el desarrollo de proyectos en la región fronteriza.
La Casa Blanca anunció que se promoverán intercambios científicos en energías renovables y se estudiará el desarrollo de una iniciativa bilateral, cuya finalidad es ayudar a las naciones en desarrollo del continente americano a crear planes para la adopción de tecnologías de carbón limpio.
El gobierno de Washington anunció también que apoyará la candidatura de México para que sea la sede de la XVI Conferencia sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (ONU) en 2010.
Xinhua
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Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
El mandatario norteamericano llegó esta tarde a la ciudad de México en una visita de dos días como única escala de su viaje a Trinidad y Tobago, donde participará en la V Cumbre de las Américas.
Esta es la primera visita de un presidente estadounidense a la Ciudad de México -gobernada por el izquierdista Partido de la Revolución Democrática- en 13 años.
El mandatario mexicano fue el primero en hablar durante la ceremonia de recepción del gobernante estadounidense.
Calderón dijo en su discurso que México y Estados Unidos "somos y debemos ser vecinos, socios y aliados", ya que "compartimos desafíos y oportunidades".
Por esa razón, hizo un llamado a iniciar una nueva era de confianza y cooperación, una nueva era "donde trabajemos juntos para hacer de nuestra frontera común un ejemplo de seguridad y prosperidad", una nueva era "en la que se respeten los derechos humanos en ambos lados de la frontera".
El presidente mexicano dijo que la lucha contra el crimen organizado debe reconocerse como una responsabilidad compartida.
Asimismo, comentó que debe haber "una nueva era de entendimiento de nuestros pueblos" que promueva una evaluación más justa y comprensiva de la migración.
También dijo que debe haber una nueva era de coincidencias entre ambos países para promover soluciones globales.
"Si trabajamos unidos, México y Estados Unidos lograremos superar los desafíos que nos plantea el siglo XXI. Señor presidente, construyamos una nueva era. Si podemos hacerlo", concluyó el mandatario mexicano.
En respuesta, Obama, quien viajó a territorio mexicano sin su esposa, recordó que la primera visita de un presidente que recibió después de ganar las elecciones de noviembre pasado, fue precisamente la de Calderón.
El mandatario estadounidense agradeció a Calderón y a la primera dama Margativa Zavala su hospitalidad, pero "especialmente al pueblo de México por su cálida recepción".
Obama puso especial atención en elogiar el combate de México al crimen organizado.
"Es una oportunidad histórica en la que el gobierno mexicano ha atacado con valor al crimen organizado, y Estados Unidos debe hacer lo mismo, combatiendo los armamentos y los capitales", afirmó.
El mandatario también dijo que México es un líder global, como lo ha demostrado en la cumbre de los 20 y en otros foros.
"México y Estados Unidos deben trabajar unidos para asegurar la seguridad y la productividad de sus naciones", agregó.
Xinhua
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Calderón reiteró que durante su administración se han decomisado 16.000 armas de asalto, de las cuales, el 90 por ciento procede de los 10.000 puntos de venta que existen en la frontera entre ambos países.
Apuntó que con el apoyo de Obama se puede hacer cumplir la ley que prohíbe exportar armas de asalto y, si lo cumple, se podrá avanzar de manera importante, porque se revisará que no haya flujo de esas armas a México.
El presidente de México dijo que espera reducir los índices de criminalidad, tener una frontera segura y una policía honesta y científica a la altura de las mejores del mundo.
Calderón apuntó que será importante rastrear las armas; "si se detecta la procedencia de armas vendidas de manera ilegal, en violación a la Ley, con un registro se mejorará la seguridad interna en los dos países".
Explicó que su gobierno aspira a tener una frontera segura, así como a entregar al país una policía tecnológicamente a la altura de las mejores del mundo.
Obama comentó, por su parte, que es urgente atender la batalla contra los narcotraficantes que están creando un caos en México y en Estados Unidos.
El presidente destacó el enorme valor de policías y soldados de México en esta batalla, donde los narcotraficantes adquieren el armamento en territorio estadounidense, de tal manera que Estados Unidos tiene corresponsabilidad.
El mandatario reconoció que un desafío que tiene es eliminar el movimiento de armas hacia el sur, así como el movimiento del dinero ilícito.
Explicó que "estamos dedicados a trabajar asociados con México para que ataquemos este flagelo. Por ello hemos aumentado el número de policías en la frontera y por primera vez estamos inspeccionando a los vehículos que egresan, no sólo los que ingresan".
Señaló que, por ello, Estados Unidos "va a destinar 59 millonesde dólares a través del Departamento de Seguridad para defender nuestra frontera con México".
Agregó que en la reunión con Calderón hablaron de que estos cárteles van a tener que ser atacados de manera agresiva y, para ello, se acelerarán los recursos de la Iniciativa Mérida para dotar a México del equipo de inspección y las aeronaves militares necesarias.
Explicó que funcionarios de su país se coordinan con sus homólogos mexicanos para lograr una mayor eficiencia.
También dijo que va a instar al Senado de Estados Unidos a ratificar un tratado interamericano que limite el tráfico de armas pequeñas que muchas veces son las que se utilizan en la guerra de las drogas.
Obama expresó que la lucha con las organizaciones criminales no es una batalla donde sólo se vea el esfuerzo de México y ninguno de Estados Unidos, o viceversa. "Estamos estableciendo un compromiso reforzado, con una inversión adicional y miles de millones de dólares".
Dijo que sabe lo mucho que han sufrido los habitantes mexicanos en la frontera, y que por eso acudió a México, con sus principales colaboradores, para evitar que se convierta en un enorme problema estructural.
(Xinhua)
Debido al temor a que los carteles tuviesen planeado algún tipo de atentado contra Obama, las fuerzas de seguridad mexicanas transformaron a Polanco, el elegante barrio donde se alojaron el presidente Obama, su delegación y los periodistas que lo acompañan, incluida esta corresponsal, en un verdadero búnker. Por las calles, totalmente cerradas al tráfico, lo único que circuló durante todo el jueves fueron tanquetas militares con ametralladoras y carros de asalto de la política mexicana. En los techos de todos los edificios aledaños había soldados con largas vistas y armas largas, en total estado de alerta.
Fue una pequeña muestra del clima de tensión y de violencia que se vive actualmente en la capital mexicana debido a la verdadera guerra que está teniendo lugar entre los carteles de la droga y el gobierno mexicano, y entre los carteles entre sí.
Obama se transformó el jueves en el primer presidente estadounidense que asume oficialmente que Estados Unidos es responsable de una de las causas principales de esa guerra: el consumo de drogas en ese país aporta un beneficio a los narcotraficantes mexicanos de 40.000 millones de dólares por año y provoca casi 10.000 muertes en el mismo período. Dijo que la lucha contra el narcotráfico tiene que ser conjunta y coordinada.
"¿Vamos a eliminar todo el flujo de drogas? ¿Vamos a eliminar todas las armas que cruzan por la frontera? Ése no es un objetivo realista", dijo Obama durante la conferencia de prensa que dio conjuntamente con su colega local, Felipe Calderón, en la residencia presidencial de Los Pinos. "Lo que es un objetivo realista es reducirlo tan significativamente, tan drásticamente, que se convierta una vez más en un problema criminal y no un importante problema estructural que amenace la estabilidad en las comunidades a lo largo de la frontera", añadió.
Cuando le preguntaron por qué, si durante la campaña electoral había dicho que estaba a favor de restablecer la prohibición de la venta de armas de asalto ahora no hacía nada para que el Congreso actué sobre este tema, Obama fue honesto. Explicó que, incluso si se lo proponía, eso no iba a ocurrir. Obama no cuenta en el Congreso con los votos que necesita para restablecer esa prohibición que fue levantada por Bush.
Calderon dijo que comprendía. Pero explicó que, desde que esa prohibición fue levantada, el número y calibre de las armas que ingresan a México han aumentado considerablemente. Dijo que en la frontera hay más de 10.000 tiendas del lado estadounidense donde se venden armas con toda libertad.
Terminada la conferencia de prensa, seguían sobrevolando sobre Los Pinos varios helicópteros. Por razones de seguridad Obama no tuvo ningún contacto con el mexicano de la calle.
Ana Baron
Clarín
Más allá del notorio entreguismo de los embajadores de México en Washington –Jesús Reyes Heroles Jr., con su consejero político, Luis Carlos Ugalde Ramírez (de macabro recuerdo por la devastación del Instituto Federal Electoral), y el castañedista Arturo Sarukhán Casamitjana–, ya no se diga las variaciones coreográficas entre los partidos Republicano y Demócrata, ¿por qué razón resucita el Pentágono en la post guerra fría el NORAD, esta vez con la extraña inclusión de México? ¿Sabrán tales gobernantes que la adopción que haga México de los teoremas militares del Pentágono –desde la guerra contra las drogas, pasando por la que va contra el terror islámico, hasta el NORAD–, lo obliga a compartir los enemigos globales que se ha ganado a pulso en Eurasia, África, Europa y Latinoamérica?
Hechos. La ruta antigua de los hombres perversos ya había sido trazada, como hubiese expresado el filósofo francés René Girard, a partir de la incrustación del México salinista al TLCAN de Daddy Bush (un fracaso rotundo, según los centros académicos de máxima jerarquía de Estados Unidos) que siguió con el ASPAN foxiano –Alianza para la Seguridad (¡súper sic!) y Prosperidad (¡súper sic!) de América del Norte que encubre la entrega de los hidrocarburos de México y que no aportó seguridad ni prosperidad, como es sencillo constatar en los alrededores– y luego se afianzó con el Plan México (clon del fallido Plan Colombia), rebautizado como Iniciativa Mérida.
Los tres trayectos –TLCAN, ASPAN e Iniciativa Mérida– forman parte de la agenda unilateral de Estados Unidos, impuesta a un emasculado México valetudinario que la dupla Joseph Marie Cordoba-Zedillo (en ese orden), con sus aliados Guillermo Ortiz Martínez, Ángel Gurría y los hermanos Werner Wainfeld –Alejandro, Mariano y Martín, hoy uno de los jerarcas de Banca Mifel (Voces del Periodista, No. 207, 1/4/09) y empleado de Goldman Sachs)–, se encargó exitosamente de desmantelar el sistema financiero mexicano, controlado obscenamente por el eje Wall Street-la City.
Aprobada la Iniciativa Mérida por el Congreso calderonista-beltronista, Bob Gates cumple su promesa bushiana y ha iniciado los preparativos, en la fase de Obama, para incrustar al México neoliberal al NORAD, como se desprende del análisis De Defensa, centro de pensamiento militar europeo (9/4/09).
A su juicio, el Pentágono integra a México y a la frontera sur de Estados Unidos en su feliz (sic) planificación de su guerra contra las drogas, como expuso el general James E. Hoss Carwright durante la conferencia de prensa del 6 de abril en la que Bob Gates, secretario de Defensa, planteó sus propuestas de recorte presupuestal del año entrante.
El general Cartwright, estratega de la globalización militar, pertenece a los marines y es adjunto del almirante Michael Mullen, presidente del Comando Conjunto del ejército. A una pregunta de un periodista sobre la participación de México por primera vez en su historia en ejercicios militares conjuntos en Florida bajo la égida del Comando Sur, el envalentonado general Cartwright respondió afirmativamente que la cooperación (¡súper sic!) se realizará tanto a nivel de los servicios, para entrenamiento, como a nivel operativo, con el Comando Norte, para el apoyo en el combate a las drogas en curso, pero también con el apoyo general en su capacidad para defender su territorio (¡extra sic!).
Además de las hollywoodenses amenazas de Al-Qaeda a Pemex, ¿qué país o coalición de cárteles trasnacionales cuenta invadir a México cuando Calderón y Carstens aseguran que todo va viento en popa con los mejores financieros del mundo? El doble apoyo, develado por el general Cartwright, redentor inesperado de México y sus hidrocarburos, a Dios gracias, será mas robusto (sic) en cantidades significativas (sic) que en el pasado. Vierte una grave acusación: el Pentágono tomó la iniciativa de las decisiones de cooperación operativa y ha hecho presión (¡súper sic!) para que los militares mexicanos acepten. Entonces, ¿no es iniciativa de Calderón, Beltrones y Sarukhán para que los comandos del Norte y del Sur defiendan la integridad territorial de México con sus hidrocarburos?
El nuevo Pentágono con su presupuesto restringido, debido a la doble grave crisis financiera y económica de Estados Unidos, ya se instaló en la escenografía de la guerra irregular (ver Bajo la Lupa, 7/12/08), donde México sirve, para no variar, como su primer cobayo experimental a escala global.
El bienaventurado general Cartwright no oculta la transición del nuevo Pentágono a la guerra irregular, de la que forma parte la guerra calderonista contra las drogas (y su agenda de entrega oculta de los hidrocarburos y la seguridad nacional por la vía militar), que requiere de específicos entrenamiento y equipamiento dotados, a Dios gracias, por la vecina superpotencia redentora.
De Defensa se asombra de la remarcable densidad de la respuesta del general Cartwright y aporta un mordaz comentario: el Ejército Mexicano implicado en un ejercicio con el ejército de Estados Unidos. Adiós a la discreción y al disimulo, y bienvenida a la operación conjunta bajo el doble mando en pinzas del Comando Norte (para el combate a las drogas en la transfrontera con todo y su muro de la ignominia) y del Comando Sur (para la defensa del territorio mexicano).
¿No será, más bien, que Estados Unidos teme, en su fase de decadencia, que algunos de sus pletóricos enemigos globales se infiltre por su frontera sur y/o el Caribe, sus dos puntos mas vulnerables? ¿Adelanta el Pentágono sus filas defensivas hasta el Canal de Panamá, que conectan, además, el Plan México al Plan Colombia, lo que de paso devora a México y a los pequeños países del Caribe y Centroamérica?
Afirma que el Ejército Mexicano deberá seguir sin discutir (sic) las nuevas doctrinas que Estados Unidos desarrollará y plantea que la guerra en la transfrontera sirve de conducto para la anexión (¡súper sic!) del Pentágono, que representa, al mismo tiempo, un ensayo de la grandiosa nueva doctrina donde la implicación militar estadunidense será estructuralmente masiva. No es para menos: atrapa a México entre los dos comandos operativos de Estados Unidos para todo el hemisferio americano. ¿Constituye México la nueva placa tectónica de la geopolítica entre el decadente norte y el ascendente sur del hemisferio fracturado?
Alfredo Jalife-Rahme
La Jornada, México
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