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Japón nuevo (enésimo) plan anti crisis |
Japón llevará a cabo un nuevo plan de estímulo fiscal por valor de más de diez billones de yenes (73.927 millones de euros), lo que significa más del 2% del Producto Interior Bruto (PIB) del país, que suma alrededor de 500 billones de yenes (3,69 billones de euros), según anunció hoy el ministro de Finanzas, Kaoru Yosano.
Yosano, que compareció ante los medios después de reunirse con el primer ministro japonés, Taro Aso, afirmó que el Gobierno articulará, antes del próximo viernes, un presupuesto fiscal suplementario para 2009 para financiar el paquete de medidas, según informó la agencia Kyodo.
Por la tarde, Aso explicó que es necesario un paquete adicional para relanzar la economía, ya que las previsiones de futuro de Japón muestran que experimentará la mayor caída entre los países industrializados. Además, recordó que los participantes de la cumbre del G-20, que tuvo lugar el pasado día 2 en Londres, concluyeron que Japón necesita aumentar el gasto fiscal.
Si finalmente se incluyen los diez billones de yenes (73.927 millones de euros) para el gasto fiscal exclusivamente, sería el mayor de la historia del país asiático. Hasta el momento, el mayor fue el tercer presupuesto extra de 1998, que alcanzó los 7,5 billones de yenes (55.459 millones de euros).
Así explicó que la economía japonesa ha encogido más rápido que el resto de las grandes economías y ve la necesidad de llevar a cabo el plan "para estar a la par de otros países". En el último trimestre de 2008, el PIB de Japón se redujo un 12,1% en tasa trimestral anualizada, la mayor caída en unos 35 años. En el mismo periodo, la economía estadounidense se redujo un 6,3%, también en tasa trimestral anualizada, mientras que la de la Eurozona hizo lo propio aproximadamente un 6%.
Yosano añadió que el paquete de estímulo se centrará en medidas destinadas a aumentar la seguridad laboral de los trabajadores irregulares que se enfrentan a condiciones precarias, apoyar a los pequeños negocios sin liquidez, revitalizar las economías regionales y promover las industrias que generan energía solar, así como los servicios médicos y de enfermería.
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Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
La Fed proveerá dólares a las instituciones firmantes mediante acuerdos "swap" (permutas), mientras que si la institución estadounidense lo necesita podrá aumentar sus fondos en moneda de los participantes del acuerdo. Según ese acuerdo, la Fed podrá proveer liquidez en yenes, euros y otras divisas a las instituciones financieras estadounidenses por un valor equivalente a unos 287.300 millones de dólares.
El Banco de Japón ya acordó proveer hasta 10 billones de yenes (unos 99.000 millones de dólares) por el acuerdo alcanzado con la Fed a finales de octubre pasado. El Producto Interior Bruto de Japón se desplomó alrededor del 12% en el primer trimestre de este año.
El influyente informe Tankan que divulga el Banco de Japón señaló que la confianza empresarial en Japón registró entre enero y marzo la peor caída trimestral de su historia con respecto a los tres meses anteriores. El primer ministro japonés, Taro Aso, ha propuesto un tercer plan de estímulo económico para impulsar la economía, que se sumará a dos ampliaciones presupuestarias del ejercicio del 2008 que ascienden a 75 billones de yenes (763.100 millones de dólares).
He aquí, desnudas, las pésimas cifras: el PIB ha caído en el último trimestre de 2008 cerca de un 3,3%. Si se comparan los años 2007 y 2008, se observa un retroceso del 12,7%. La economía japonesa se encoge con una virulencia que no se veía desde la crisis del petróleo de hace 35 años. Simultáneamente, el déficit comercial sube, y se acerca ahora a los 8 mil millones de euros (como en 1979). No por casualidad: como país industrial, Japón vive de las exportaciones de alta tecnología (automóviles, máquinaria, electrónica), y no puede existir sin importaciones masivas de materia prima y petróleo.
Vuelta a los tipos de interés cero
Pero, puesto que las salidas exportadoras están literalmente bloqueadas y el ínfimo mercado interior apenas puede absorber lastre, la producción industrial tiene que reorganizarse en todos los frentes. Con terribles consecuencias: en el sector de la construcción, por ejemplo, se ha registrado en el último año una pérdida de cerca de un 50% de pedidos. Cierres de empresa, despidos masivos y recortes de la jornada laboral están a la orden del día, incluso en empresas transnacionales como Honda, Toyota, Sony y Toshiba. Hasta los Yakuza, los señores del crimen organizado, se quejan de malos negocios.
El Banco de Japón rebajó ya en noviembre de 2008 los tipos de interés hasta un 0,3%, y se apresta a volver a los tipos de interés cero de los años 90. Y sin embargo, la bolsa de Tokio sufre. Y sin embargo, el mercado monetario está agarrotado. El vuelo a las alturas del yen, merced al cual Japón estuvo menos expuesto que otros países industriales a comienzos de 2008 a los elevados precios de las materias primas y los combustibles, parece cosa del pasado.
Pero, puesto que europeos y norteamericanos, tras el estallido de la crisis financiera, buscan refugio en una política de tipos bajos, ya no les compensa tomar prestados yenes a bajo interés y cambiarlos a dólares o a euros en depósitos remunerados a interés más alto. Así pues, esos préstamos fueron masivamente devueltos, a fin de colocar en otros sitios más lucrativos el capital especulativo: eso disparó a las alturas el curso del yen, que, entretanto se ha revalorizado cerca de un 20% respecto del dólar y cerca de un 40% frente al euro. Sólo la interrupción de las exportaciones ha frenado esa tendencia. Por ahora, a la industria japonesa no le queda otra esperanza que la dimanante de la caída de los precios de las materias primas y del petróleo (y de un yen débil).
Los "flexibles" vuelan
Más de la mitad de las exportaciones japonesas van a parar a los mercados asiáticos, pero particularmente a China, el "Número 1" desde julio de 2008 para la economía exportadora japonesa, por delante de los EEUU y de la UE. Por consecuencia, todas las esperanzas japonesas se centran en la locomotora coyuntural china. Y hasta ahora, no en balde. No hay mejor indicador de las reales dimensiones de la crisis en la economía china que el desplome que está experimentando la construcción de máquinas e instalaciones japonesas. En pocos meses, las estadísticas oficiales mostrarán lo que ya empiezan a intuir ahora los jugadores globales japoneses, y es a saber: que el milagro económico chino se acercan a un punto muerto; la industria se estanca, por vez primera en muchos años amaga con encogerse.
Japón va a notar las consecuencias de esa tendencia con un creciente desempleo masivo que no podrá mitigar con un Estado social de impronta europea. El sistema social japonés se basa en ventajas fiscales y prestaciones sociales empresariales, incluidas las pensiones proporcionadas por las empresas. Sólo pueden recibir sus beneficios los empleados estables y de larga duración.
Tampoco en los buenos tiempos, cuando los grandes bancos japoneses salían de compras por los EEUU, había otra cosa que prestaciones sociales sólo a medias suficientes y sólo para una minoría de los empleados. Ahora, las pensiones proporcionadas por las empresas se pierden a ojos vista, y se extiende rápidamente la pobreza entre la tercera edad. Desde hace años, los gobiernos japoneses no han hecho sino seguir la receta neoliberal de "flexibilizar" cada vez más el mercado de trabajo, de modo que ahora más de un tercio de los trabajadores y empleados japoneses pertenece a la masa de maniobra de los ocupados "irregulares" y "precarios" (para ser exactos: se trata del 34,5% de los 55,3 millones de trabajadores dependientes).
Una deuda gigantesca
Muchos grandes empresarios han reaccionado inmediatamente a la drástica crisis exportadora con despidos masivos; los "flexibles" se van a la calle de un día para otro. Literalmente, porque muchos de los despedidos pierden también, con el trabajo, su apartamento. De los casi 140.000 despidos registrados oficialmente entre octubre de 2008 y enero de 2009, ¡sólo 6.000 eran empleados fijos! El pronóstico de aquí a fines de 2009 es una tasa de paro del 5%. Pronóstico errado, de todos modos, porque el subempleo fáctico no se computa ni de lejos.
A todo eso, no debe olvidarse lo siguiente: Japón a sus espaldas una de las peores crisis bancarias del mundo capitalista. Durante más de una década se trató por todos los medios de mitigar los daños causados durante los años 80 del pasado siglo por una especulación inmobiliaria de proporciones ciclópeas. Los contribuyentes siguen pagando la factura hasta el día de hoy, porque los costes del saneamiento bancario cargaron al Estado japonés con una deuda gigantesca, superior al 180% del PIB. Comparados con ellos, los costes de la errática y pusilánime política de coyuntura del gobierno de la señora Merkel son "granos de anís", como diría el castizo, o peanuts, cacahuetes, como se dice con cierta gracia en la jerga bancaria.
El gobierno del primer ministro Aso parece de todo punto desorientado, y trastabilla de escándalo en escándalo. En las elecciones a la Cámara Baja japonesa, que habrán de celebrarse como muy tarde en septiembre, los liberal-demócratas podrían perder un poder del que han disfrutado ininterrumpidamente durante 50 años. En la Cámara Alta, la oposición tiene ya la mayoría. El Japón está maduro para una revolución política. Demasiado paciente fue ya el país con las viejas elites.
Michael R. Krätke
Mención aparte merece Sharp, que se ha dejado un 6,12% tras regristrar sus primeras pérdidas desde que saltó al parqué en 1956.
El grupo de electrónica de consumo ha perdido 130.000 millones de yenes (970 millones de euros) en el ejercicio fiscal cerrado en marzo, muy por encima de los 100.000 millones de yenes que había pronosticado la propia compañía y de los 108.200 millones que esperaban los analistas consultados por Bloomberg.
Sharp ha explicado que este incremento de los números rojos por encima de lo previsto se debe a unos mayores gastos en concepto de costes de reestructuración.
La revalorización del yen frente al dólar (la divisa americana se cambia por menos de 100 yenes) ha golpeado también a algunas empresas automovilísticas (Isuzu ha perdido un 11,27%, y Suzuki, un 4,26%), pero las grandes han soportado el chaparrón después de que la firma Okasan haya señalado que el sector ya ha pasado lo peor.
Así, Toyota ha sumado un 0,27% y Nissan sólo ha cedido un 0,22%. Por su parte, Honda ha perdido un 1,96%, muy por debajo del resto de empresas exportadoras.
Por último, el índice Topix ha registrado pérdidas más moderadas que las del Nikkei y ha cedido un 2,08% hasta 815,26 unidades.
De esta forma, las exportaciones de febrero alcanzaron los 3.310 billones de yenes (32.976 millones de dólares ó 24.788 millones de euros) y las importaciones llegaron a los 3.108 billones de yenes (30.934 millones de dólares ó 23.275 millones de euros).
La balanza por cuenta corriente es la diferencia entre los ingresos que recibe un país de fuentes extranjeras y los pagos que éste realiza al extranjero, con la excepción de la inversión neta de capital.
Según Yosano, ello elevaría la emisión total de este año como mínimo en un tercio, a un récord de 44 billones de yenes (superior a 400 mil millones de dólares).
Esa suma equivale al tres por ciento del producto interno bruto (PIB).
Se prevé que el nuevo impulso elevará en dos por ciento el crecimiento económico real en el año financiero a marzo próximo.
De acuerdo con expertos, se trata del cuarto paquete de esta clase en el último año, y aumenta el gasto de estímulo en un cinco por ciento aproximadamente del PIB.
Jaspón trata de enfrentar el ahondamiento de la crisis en momentos en que la debacle financiera global reduce la demanda de sus autos, tecnología y otras exportaciones manufacturadas.
El paquete de US$150.000 millones incluye medidas para impulsar el desarrollo de automóviles de consumo eficiente de energía y electrónicos de uso personal.
La economía japonesa ha estado golpeada por la caída en exportaciones y enfrenta su más profunda recesión desde la Segunda Guerra Mundial.
El gobierno de coalición presentará el paquete de estímulo ante el Parlamento antes del final de mes.
"Nuestro primer objetivo es evitar que la economía se desfonde. El otro, es brindar un sentido de seguridad al pueblo", dijo Taro Aso.
Este es el tercer plan de estímulo del gobierno en un año. Se añade a US$12.000 millones de inversiones anteriores, así como créditos fiscales y distribución de efectivo.
También crea una red de seguridad financiera para trabajadores temporales, impulsa empresas en dificultades y apoya economías regionales.
Aso afirmó que las nuevas medidas estarían financiadas por la emisión de nuevos bonos del gobierno.
La más golpeada
La economía de Japón ha sido la peor afectada entre las naciones desarrolladas.
El corresponsal de asuntos económicos de la BBC, Mark Gregrory, dice que el país asiático ha sido víctima de los problemas de otros.
La economía es intensamente dependiente de las exportaciones, pero la demanda para autos y productos electrónicos japoneses se ha desplomado con la crisis financiera.
Se espera que la economía japonesa se contraiga 6% este año.
El plan a largo plazo del gobierno es cambiar de una política de exportación as los sectores internos que presenten la mejor perspectiva de crecimiento.
El país busca ser el líder mundial en tecnología energética eficiente e incrementar el cuidado de su creciente población anciana.
El paquete de estímulo tiene como objetivo crear hasta dos millones de empleos en los próximos tres años.
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