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El capitalismo se salva a sí mismo |
EEUU y la UE ya utilizaron US $ 8 billones de
fondos públicos para salvar a la banca privada.
Insensibles a los resultantes sociales de la crisis (más pobreza y desempleo a escala masiva que afecta a los sectores más vulnerables de la sociedad mundial), los líderes y gobernantes de las potencias imperiales USA-UE ya llevan utilizados US$ 8 billones para salvar al sistema financiero sionista que depredó y quebró a la economía mundial con la "burbuja financiera".
Según datos oficiales que publican este miércoles agencias internacionales, EEUU y la Unión Europea ya han "inyectado" a los mercados financieros US$ 8 billones (unos seis billones de euros) a partes iguales destinados al rescate de las entidades y bancos quebrados por la crisis financiera recesiva que azota a las potencias centrales y se expande por toda la periferia del planeta.
La Comisión de Supervisión del Congreso de EEUU, encargada de evaluar los progresos del plan de rescate financiero aprobado en octubre de 2008, consigna que el total de las "ayudas", préstamos y garantías proporcionadas hasta la fecha superan los US$ 4 billones (unos tres billones de euros).
De esa cifra, US$ 590.400 millones (446.679 millones de euros) corresponden a gastos o compromisos del Tesoro, mientras que la Reserva Federal ha expandido su balance en unos US$ 1,5 billones (1,1 billones de euros) en préstamos y compras de títulos de agencias como Fannie Mae o Freddie Mac.
La Comisión Europea por su parte difundió un informe según el cual desde septiembre de 2008 concretó más de 50 medidas nacionales para estabilizar el sistema financiero por un valor total de US$ 4 billones (unos 3 billones de euros).
Las medidas -según el informe- se clasifican en mecanismos de garantías a entidades financieras ( US$ 2,3 billones), planes de recapitalización (US$300.000 millones) y medidas específicas de reestructuración (US$ 400.000 millones). La comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, señaló que han cumplido con su objetivo de impedir la "desintegración" del sistema financiero.
A esta suma millonaria sideral (aproximadamente un 30% del PBI juntos de EEUU y la Unión Europea) habría que agregar otros US$ 3 billones que -según los especialistas de Wall Street- tendrán que desembolsar en el corto plazo para reforzar la compra de "activos tóxicos" (papeles financieros quebrados) cuya cifra final a precio de mercado podría superar los PBI juntos de EEUU y la Unión Europea.
Para tener una idea del potencial que encierra este macro negocio financiero con la crisis (el salvataje de bancos con dinero del Estado) hay que señalar que -según los expertos- solamente los boonos emitidos para asegurar los títulos en circulación suman US$ 25 billones.
Otros especialistas estiman que la restitución de los fondos faltantes para restituir la "normalidad" al sistema financiero privado imperial, y la suma a ser empleada para salvar de la quiebra a las empresas del sector industrial y comercial podrían superar los US$ 45 billones.
Para tener una idea de esta cifra, hay que puntualizar que todo el PBI mundial es de US$ 65 billones.
No obstante, y a pesar de que se trata de un desembolso sin precedentes en la historia moderna de fondos públicos para salvar al sistema capitalista privado de la quiebra, los "rescates" USA-UE no han tenido hasta ahora ningún resultado para solucionar la crisis financiera que, como efecto más inmediato, contrae el crédito, desacelera la economía y el consumo, e impacta en la economía real con quiebras generalizadas de empresas y despidos masivos de trabajadores.
Por otra parte, el costo de este monumental negocio capitalista con la "crisis capitalista" (que ya está siendo exportado desde EEUU y Europa a los países de la periferia de Asia, África y América Latina) es financiado con el dinero de los impuestos pagados por el conjunto de la sociedad.
Mediante los planes de "rescate financiero" emprendidos la Unión Europea y EEUU, los súper bancos y fondos de inversión nucleados en el sistema privado tanto de la Reserva Federal como de los bancos centrales europeos, reciclan una nueva "burbuja financiera", no ya con dinero especulativo proveniente del sector privado, sino con fondos públicos puestos compulsivamente al servicio de un nuevo ciclo de rentabilidad capitalista, y al margen de una ascendente crisis de la economía real que marcha por vía paralela.
Se trata, en suma, de una "socialización de las pérdidas" para subsidiar un "nuevo ciclo de ganancias privadas" con el Estado como herramienta de ejecución, mediante el cual los megaconsorcios más fuertes (los ganadores de la crisis) se degluten a los más débiles generando un nuevo proceso de reestructuración y concentración del sistema capitalista.
Pero este empleo de fondos públicos para salvar al capitalismo privado provenientes de los impuestos pagados por toda la sociedad, hasta ahora solo ha conseguido agravar la crisis paralela que desató en la economía real tanto de EEUU como de Europa, y que ya se expande como un virus por la periferia del mundo emergente o subdesarrollado.
Proyecciones de organismos oficiales y de entidades privadas, así como los diagnósticos de reputados especialistas coinciden en que la economía mundial ha ingresado en un proceso de recesión mundial que se va a agudizar durante los años 2009 y 2010, sobre todo en EEUU y en la Unión Europea (principalmente en los países del Este), expandiéndose por Asia, África y América Latina con un pronóstico que todavía no aparece claro.
Según The Wall Street Journal, en este escenario se espera que, así como sucedió con la banca y las instituciones quebradas por la crisis subprime, en los próximos meses más empresas ingresen en un proceso de bancarrota y anuncien nuevos despidos (sumados a los ya existentes), y los consumidores se ajusten aún más el cinturón, a medida que la ausencia de crédito afecta su capacidad de endeudamiento.
Y la crisis, como ya es histórico en el sistema capitalista, va a caer sobre los hombros de los sectores más vulnerables de la sociedad, tanto de los países centrales como de las naciones emergentes o subdesarrolladas que la van subsidiar a través de las cargas impositivas de sus salarios y de los productos que consumen.
Mientras los Estados imperiales USA-UE financian con dinero público el rescate de sus sistema de explotación capitalista privado, la crisis va impactar fundamentalmente en el eslabón más débil de la sociedad mundial: Los 1.400 millones de pobres, 963 millones de hambrientos y 190 millones de desempleados, en total 2.553 millones de personas (un 38% de la población humana), registrados en situación precaria antes del colapso financiero en las metrópolis imperialistas.
En los países centrales, y mientras sus Estados "salvan" al capitalismo privado, las grandes víctimas van ser los sectores más vulnerables de la sociedad, que pagan impuestos a través de sus salarios, y la masa de trabajadores despedidos que van a alimentar la base de la crisis social que ya se vislumbra en los países más pobres de la periferia europea.
Los datos oficiales determinan que, no obstante las billonarias sumas empleadas para salvar a los bancos privados de la quiebra, tanto EEUU como las potencias de la UE se encuentran en recesión.
De acuerdo a la OIT, en 2009 unas 50 millones de personas en todo el mundo podrían perder sus trabajos debido a la crisis económica.
El organismo dice en su informe sobre Tendencias Globales de Empleo para 2009 que los recortes laborales son inevitables y que el éxito o fracaso de los paquetes económicos determinarán qué tan grave serán los despidos.
La crisis ya dejó solamente en EEUU a 3.600.000 trabajadores en la calle, mientras la Organización Mundial del Trabajo predice que para fines de 2009 se habrán perdido 50 millones de empleos en el mundo a causa del colapso recesivo global.
La estadísticas en tanto, revelan brutales tasas de desempleo en los países centrales: 14,4% en España, 8,1 en Francia, 8,1 en Estados Unidos, 7,2 en Alemania (la primera economía del euro), 6,9 en Suecia, 6,7 en Italia, 6,1 en Gran Bretaña. La Unión Europea tiene 17,5 millones de desocupados, y se prevén 3,5 millones más para 2009. EEUU ya alcanza la cifra de 12 millones de empleados.
Pero este escenario con los resultantes sociales de la crisis, no parece influir en la voluntad de los líderes y gobernantes de las potencias imperiales USA-UE que -en vez de reactivar la producción y el empleo- ya llevan utilizados US$ 8 billones para salvar al sistema financiero sionista que depredó y quebró a la economía mundial con la "burbuja financiera".
Insensibles a los resultantes sociales de la crisis (más pobreza y desempleo a escala masiva que afecta a los sectores más vulnerables de la sociedad mundial), el sistema capitalista sionista que hegemoniza el control de la dupla imperial USA-UE solo está interesado en "salvarse a sí mismo" indiferente a los estallidos sociales que se avecinan.
(continue)

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, memoria, monopolios, multitud, politica.
El portavoz precisó que los 3 billones de euros no constituyen en su totalidad ayudas de Estado a las entidades financieras, una cantidad que será "significativamente menor" dado que la ayuda ha servido también para garantizar avales bancarios y recapitalizaciones temporales.
"Alrededor de 2,3 billones de ellos son para avales, 0,3 billones para recapitalizaciones y alrededor de 0, 4 billones para medidas de rescate y restructuración a favor de bancos e instituciones financieras individuales", desglosó el portavoz Todd.
Por ello, el portavoz precisó que "el volumen de las ayudas estatales" a las entidades financieras será "significativamente muy inferior" a los 3 billones de euros. "Especialmente en el caso de las ayudas para avales, donde el elemento de las ayudas de Estado constituye normalmente una fracción muy pequeña de la garantía", puntualizó.
El portavoz recalcó que la adaptación de las normas comunitarias relativas a las ayudas de Estado, aprobada el pasado diciembre por Bruselas para flexibilizar el margen de los Estados miembros en un contexto de crisis, "permite a los Estados miembros tomar medidas, en algunos casos muy rápidamente, para impedir el derrumbe financiero".
"Pero a la misma vez hemos garantizado que las medidas aprobadas no son discriminatorias ni sobrecompensan a los bancos receptores para que no tengan una ventaja competitiva injusta. El resultado de esto es que hemos conseguido preservar la integridad del mercado interior, que es esencial para recuperarse de los problemas económicos", concluyó.
La Comisión también ha aprobado desde diciembre pasado 25 medidas en diez países de la Unión para ayudar a las empresas con problemas de acceso al crédito a mantener su actividad y los puestos de trabajo.
Proteccionismo
La comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, ha subrayado que el control y autorización de estas medidas "ha prevenido que los Estados miembros cayeran en la trampa del proteccionismo".
Kroes ha añadido que se ha impedido una "desintegración" del sistema financiero, pero ha recordado que el sector tiene ahora la responsabilidad de "limpiar sus balances y reestructurarse para asegurar un futuro viable".
El proyecto, que financiará actividades que contribuyan a salvar o crear cuatro millones de empleos hasta 2011, es un cajón de sastre que incluye casi todo, desde mejorar las reservas de los indios, hasta crear un instituto culinario en las cataratas del Niágara o reformar el auditorio Carnegie Hall en Manhattan.
El plan de recuperación económica, que costará 787.000 millones de dólares en dos años, es la gran apuesta personal de Obama, que será completada con otros proyectos adicionales para estabilizar y rescatar a dos sectores económicos clave del país: la banca y la industria del motor.
Estas iniciativas han obligado a la Administración demócrata a destinar o a comprometer un máximo de 3,5 billones de dólares entre el plan de recuperación, el programa para estabilizar al sector financiero y los préstamos para las empresas del motor y sus proveedores (ver gráfico adjunto). En este importe, y dentro del plan específico para el sector financiero, se incluye una aportación de la iniciativa privada, todavía sin cuantificar al cien por cien, y un proyecto de la Reserva Federal para respaldar el crédito al consumo.
Si a estos tres grandes programas pilotados por el Gobierno de Obama se añaden distintos proyectos promovidos por agencias gubernamentales y por el propio banco central estadounidense para aumentar la liquidez en el mercado del crédito y para estabilizar al sector financiero desde que estalló la crisis subprime, la factura total de las operaciones anticrisis para las arcas públicas de EEUU se elevaría hasta un máximo de 12,8 billones de dólares, según información recopilada por EXPANSIÓN y por Bloomberg. Este importe, ligeramente inferior al PIB del país (14,2 billones en 2008), también incluye un primer plan de estímulo realizado por el Gobierno anterior, presidido por George W. Bush, el año pasado. De esta cifra, la Administración sólo tiene autorización parlamentaria específica por 1,4 billones.
El Gobierno no comparte la aglutinación de los 12,8 billones, ya que asegura que todavía es pronto para conocer el coste real de varios programas. Además, sostiene que las agencias y la Fed son entidades independientes del Ejecutivo. Ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI) indicó que EEUU y la Unión Europea han destinado seis millones de euros a combatir la crisis económica.
La consecuencia más inmediata de todos estos programas anticrisis simultáneos es que el déficit presupuestario y la deuda pública de EEUU se dispararán en los próximos años.
Los expertos tienen dudas sobre la eficacia de los programas de Obama. "Los Gobiernos están asumiendo los riesgos del sector privado. Estamos así en un territorio por descubrir y la exposición potencial por parte del Departamento del Tesoro es tan grande que, como mínimo, debe asustarnos. Esperemos que los planes funcionen, pero nadie puede decir con confianza que lograrán su objetivo", indica Harold Petersen, profesor de Boston College.
Varios economistas, además, advierten de que las previsiones de PIB, de deuda y de déficit del Gobierno son muy optimistas. Así lo cree Ralph Reiland, profesor de Robert Morris University, que, además, lamenta que "Obama gaste tanto dinero, varias decenas de miles de dólares por familia, un dinero que EEUU no tiene y que debe pedir prestado a China y a otros inversores internacionales. Estamos caminando sobre un hielo muy fino", añade.
El apartado destinado a estabilizar a la banca continúa levantando incertidumbre. Jeffrey Sachs, profesor de la Universidad de Columbia, opina que la iniciativa puede animar a los bancos a desprenderse de sus activos de baja calidad, " si logran un precio suficientemente atractivo por estos valores. Pero eso sólo se conseguirá si los contribuyentes pierden mucho dinero invertido por el Gobierno", indica.
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