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Trichet se prepara para imprimir euros |
La decisión de Bernanke presiona a Trichet para que empiece a imprimir billetes. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, indicó ayer durante una conferencia en París que se está en un proceso de conversaciones para considerar si se adoptan medidas menos convencionales de política monetaria.
Reafirma así lo dicho en la última reunión de política monetaria, cuando rebajó el precio del dinero desde el 2% al 1,5%. La institución monetaria se encuentra bajo presión, principalmente, después de que la Reserva Federal anunciara que comprará durante los próximos seis meses deuda pública por importe de 300.000 millones de dólares.
Así lo ven los expertos de Royal Bank of Scotland.
“Creemos que la presión para que el BCE se embarque en algún tipo de programa de compra (refiriéndose a activos) está aumentando hasta llegar a ser insostenible, con la mayoría de los bancos centrales del mundo luchando de forma muy activa para combatir los riesgos de deflación mediante la adquisición de deuda pública”, indican en RBS. Los expertos del banco británico creen que el BCE tomará esta decisión “incluso más pronto de lo que nosotros anticipamos (nos parece que junio es la fecha más probable)”, añaden en el banco británico.
La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) está dispuesta a echar toda la carne en el asador para reactivar la economía estadounidense. El Comité Federal de Mercado Abierto de la institución monetaria anunció ayer que la Fed comprará 300.000 millones de dólares (en torno a 227.700 millones de euros) en bonos del Tesoro Público durante los próximos seis meses.
Ante el poco margen con el que cuenta en materia de tipos de interés –se mantuvieron ayer en un rango de entre el 0% y el 0,25%–, la Fed ha optado por continuar con la impresión de billetes. Con la compra de deuda pública, el banco emisor va a contribuir a rebajar los tipos de los activos libres de riesgo y, con ello, abaratará el acceso al crédito a hogares y empresas.
“Para ayudar a mejorar las condiciones del mercado de crédito privado, el comité decidió elevar la compra de activos del Tesoro a largo plazo hasta los 300.000 millones de dólares durante los próximos meses”, indicó la Fed en un comunicado. Esta medida se complementará con la extensión de sus programas de compra de deuda hipotecaria o titulizaciones de agencias hipotecarias (las principales, Fannie Mae y Freddie Mac).
“Con el fin de proveer de un mejor soporte al préstamo hipotecario y al mercado inmobiliario en general, el comité decidió ampliar su balance para comprar 750.000 millones de dólares más de deuda respaldada por activos de las agencias”, añadieron. En total, la cuantía asciende a 1,25 billones de dólares, casi el PIB español. También ha elevado de 100.000 a 200.000 millones la adquisición de deuda (sin garantía) de estas agencias y se está estudiando la posibilidad de comprar otros activos financieros.
El objetivo prioritario se centra en prevenir una contracción del crédito, provocada por una de las peores recesiones que se han vivido en los últimos 60 años a ese lado del Atlántico. Y es que los últimos datos no han sido nada buenos. La tasa de paro creció hasta su nivel más alto en más de 25 años, mientras que la producción industrial cayó un 1,4%, su cuarto descenso consecutivo.
Reacción del mercado
La bolsa interpretó que esta batería de herramientas van por buen camino para conseguir este objetivo y el Dow Jones, que antes de conocerse la decisión caía un 0,8%, llegó a marcar minutos después del anuncio de la Fed un máximo del día de 7.571 puntos, con un avance del 2,38%. Al final, terminó la sesión con un avance del 1,23%, hasta los 7.486 puntos.
La rentabilidad de la deuda a diez años, que se comporta de forma contraria al precio, se desplomó, al pasar del 3,007% al 2,499%, la mayor caída desde 1987. El movimiento responde a que los inversores compran antes de que la Fed tumbe los intereses. El euro, por su parte, registraba antes del cierre de esta edición su mayor subida desde al menos el año 2000, del 3,22%, hasta los 1,3436 dólares por euro, debido a que la institución va a inundar el mercado de dólares.
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"Dada su demanda limitada, las operaciones celebradas bajo el formato de 'swaps' de divisas euro/dólar fueron interrumpidas a finales de enero, pero podrían reanudarse en el futuro si fuera necesario de acuerdo con las necesidades del mercado", señaló la institución presidida por Jean Claude Trichet.
Los operadores preferían pecar de prudentes e inclinarse por los activos 'seguros'. Esta decisión pasaba por el mercado de 'commodities' y por recoger beneficios en el euro tras dos días de subidas. Dos días que dejaron al dólar perdiendo casi un 5%, su mayor bajada en un par de días desde 1999. Frente al yen, el billete verde cayó un 2,5% esta semana, la mayor frente a esta moneda desde el pasado cinco de diciembre.
Y es que la decisión del organismo responsable de política monetaria de EEUU anunció la compra, en los próximos seis meses, de deuda pública por un total de 300.000 millones de dólares. Una decisión que pasa por poner en marcha la máquina de hacer billetes y que podría volverse en contra al ser una medida que resultará fuertemente inflacionista y muy perjudicial para el dólar en el medio y largo plazo.
Por ello, el euro perdía fuelle pero no perdía el 1,30 que tanto le costó conseguir. Así, cuando quedaba poco menos de una hora para el cierre de los mercados del Viejo Continente, el euro se depreciaba casi un punto porcentual frente al billete verde y se cambiaba en 1,3535 dólares. El Banco Central Europeo (BCE) fijaba el cambio oficial en 1,3549 dólares.
La entrevista de la polémica
El político alemán aseguró a la agencia de noticias Reuters que ya se había creado un fondo de reserva, que está a la espera de ser utilizado por el Banco Central Europeo, si en algún momento algún país necesita ayuda. "Ya hemos creado un fondo en el BCE", dijo el político alemán, que añadió que si algún Estado lo requiere, "recibirá préstamos".
"Estamos en posición para actuar en menos de veinticuatro horas. El BCE actuaría de inmediato [...] con una cantidad ilimitada de dinero disponible", afirmó Bernhardt.
Bernhardt afirmó que lo importante es que "hay un plan" y que los ministros de Finanzas de la eurozona "han llegado a un acuerdo sobre cómo proceder". Y añadió: "La clave es la siguiente: No vamos a dejar que nadie se hunda".
En un acto de incorrección política, Bernhardt dijo que Irlanda se encuentra "en la peor situación de todas", seguida de Grecia. Acto seguido aseguró que la probabilidad de que ese fondo tenga que ser usado para rescatar a un Estado miembro de la eurozona, "depende de cómo la crisis internacional se desarrolle", pero añadió que "es más probable que esa ayuda se vaya a necesitar que lo contrario".
La entrevista del "donde dije digo..."
Horas más tarde y tras el desmentido del BCE, Bernhardt ofreció otra entrevista a la agencia de noticias Bloomberg, en la que aseguraba que no tiene la certeza de que el BCE cuente con un plan de rescate, pero que asume que tiene uno listo.
"Espero que el BCE haya pensado en un plan de contingencia para actuar de forma extremadamente rápida en una situación así", afirmó Bernhardt. El político alemán añadió que "asume que si un país de la euro zona fuera a quebrar mañana", los ministros de Finanzas "tendrían ideas" para gestionar ese 'default'.
"Sería irresponsable si no hubiera ningún plan", afirmó Bernhardt.
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Por otro lado, provocó la fuerte revalorización del euro frente a otras divisas. Ha subido más de un 8% frente al dólar y un 5,5% frente al franco suizo, en algo más de una semana, lo que no ayuda con una economía tan debilitada. “Si la divisa europea sigue así, las previsiones sobre el crecimiento aún se deteriorarán más”, indica Antonio Villarroya, estratega en España de Merrill Lynch.
El experto considera que “el BCE no va a tener más remedio que anunciar algún tipo de programa para comprar deuda, probablemente en mayo, después de haber bajado los tipos de interés en otros 50 puntos básicos en abril”. Jacques Cailloux, economista jefe de RBS, lo ve probable en junio. “La presión para que el BCE actúe más pronto que tarde no sólo vendrá por los otros bancos centrales, sino también por el tipo de cambio (divisa)”, añade. Jürgen Michels, de Citi, cree que “con los tipos de interés muy cerca de cero empezará a comprar activos, quizás a mediados de año, entre los que se incluirían la deuda pública, pero también podría adquirir pagarés, titulizaciones o bonos corporativos”.
Por ahora, el BCE sigue con la barra libre de dinero. Ayer anunció que dará toda la liquidez en dólares que le pidan los bancos en las subastas hasta junio, a plazos de 7, 28 y 84 días.
Además, Trichet matizó en la pasada reunión que todas las posibilidades están abiertas. En este sentido, el vicepresidente de la institución, Lucas Papademos, apuntó ayer en Bruselas que una de las opciones para relajar las tensiones crediticias que hay en el sector financiero podría ser la compra de deuda privada (emitida por compañías y bancos), aunque apostilló que no hay ninguna decisión tomada al respecto. "Se podría justificar que el banco central compara bonos del sector privado para aumentar la liquidez". "Es una posibilidad, que está en la mente. No se ha tomado ninguna decisión, pero es una posibilidad que podría ayudar a que los mercados mejores", añadió.
Por otro lado, Papademos recordó la alternativa de alargar los plazos a los que el BCE inyecta liquidez en las subastas a largo plazo que realiza. Hasta ahora otorga préstamos a seis meses a cambio de un activo que actúa de colateral o garantía, pero según indicó el presidente del Bundesbank y miembro del consejo del BCE, Axel Weber, el pasado viernes, podría alargarse hasta los doce meses.
Por su parte, Nout Wellink, otro miembro del consejo de gobierno de la institución, aseguró ayer que el BCE podría llevar a cabo acciones "no convencionales", como la adquisición de papel comercial (equivalentes a los pagarés europeos) y titulizaciones, con el objetivo de mejorar la liquidez si los tipos de interés llegan hasta niveles cercanos a cero. "No se puede descartar, si existe un motivo para hacerlo, que el BCE tome pasos en esa dirección. Sus estatutos de asociación no entran en conflicto con esto", afirmó en la presentación del informe anual del banco central holandés.
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