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Santa China del Rescate |
Una de las características que hace esta crisis diferente de cualquiera que se haya producido con anterioridad, incluida la Gran Depresión, es la importancia tanto cualitativa como cuantitativa de los actores en ella involucrados. Cabría afirmar que se trata de la primera coyuntura de este tipo verdaderamente global, África aparte, toda vez que incluye como novedad a los más de dos mil millones de habitantes de los gigantes India y China.
Precisamente por ello, igual que estamos viendo efectos indeseados que son consecuencia inevitable de esta multilateralidad de las relaciones comerciales y financieras, podemos encontrarnos en un momento dado con aristas que ahora se nos escapan y que sean las que rescaten a la humanidad del pozo económico sin fondo en el que ahora parece hallarse. Si se produce, será algo impredecible que provocará que muchos de los que analizamos con mayor o menor acierto la situación actual quedemos fuera de juego y perdamos gran parte de nuestro crédito.
Bienvenido sea si es por el bien de todos.
Si tratáramos de hacer un vacuo ejercicio de adivinación, podríamos llegar a una doble e inmediata conclusión. Primero, la solución final que se imponga tardará en ganarse camino, visto el hedor que desprende la podredumbre del sistema actual. La V está descartada y la U, si no llega a convertirse en L (caída sin recuperación, esto es: depresión), tendrá una panza prolongada. Tanto, al menos, cuanto dure el proceso de desapalancamiento de la economía que es condición imprescindible para que las aguas vuelvan a su cauce. Segundo, ese factor sorpresa ha de tener, necesariamente, envergadura y fuerza de arrastre suficientes como para reconducir las debilitadas circunstancias que ahora nos presiden.
Como en su día ocurriera con la Segunda Guerra Mundial. Desde ese punto de vista, las alternativas son pocas. De hecho se limitan a dos, siempre que pensemos que se ha de producir el triunfo final de lo evidente, complacencia intelectual que me resisto a compartir: Obama y su Plan y China. Ha sido esta semana cuando la incertidumbre acerca de la eficacia del primero ha provocado que los ojos de la comunidad financiera se hayan posado en la segunda. Únicamente para descubrir que el riesgo de fracaso es el mismo, sólo que con un tinte algo más exótico.
El miedo ha vuelto a apoderarse del Planeta.
Santa China del Rescate, ora pro nobis.
¿Cuál es la situación real del gigante asiático? La sombra de duda que siempre ha planeado sobre las estadísticas oficiales hace que el abanico de opiniones esté presidido más por la subjetividad de las interpretaciones que por la certeza objetiva que se deriva de datos ciertos. Para el estratega de Credit Suisse, Andrew Garthwaite, “China está llamada a sacar al mundo de la recesión”.
La frase lapidaria es de esta misma semana y la fundamenta en las ventajas de las que, a su juicio, disfruta el país: economía dirigida estatalmente, con capacidad directa de intervención sobre el sistema financiero; banca aparentemente sólida; pluralidad de resortes de actuación (deuda, superávit comercial y reservas equivalentes al 18%, 9% y 45% del PIB respectivamente y déficit fiscal a cierre de 2008 por debajo del 0,5%); menor dependencia exterior de lo estimado por los analistas (50% del PIB con sólo un 17% destinado a Europa y Estados Unidos); posibilidad de rebote económico en el primer trimestre de 2009 tras los desastrosos datos del cierre de 2008, que escondía ausencia total de crecimiento, realidad que estaría anticipando la subida superior al 20% de la bolsa china en lo que va de ejercicio.
Gran parte de las esperanzas sobre China se derivan del Plan de Actuación Pública aprobado el pasado mes de noviembre y que equivale a un 20% de su Producto Interior Bruto. Persigue mantener una tasa de aumento de la riqueza nacional del 8% anual que es el nivel a partir del cual su economía no destruye empleo. Con él sus dirigentes buscan, por encima de todo, la estabilidad social, a través del aumento de la demanda interna en un entorno de menor comercio exterior. Estructurado alrededor de 10 grandes iniciativas, aportaría al PIB nacional entre un 2% y un 3% en el periodo 2009-2010, si nos atenemos a lo afirmado por los analistas de Citigroup que toman como referencia una tercera parte de su importe ya que los dos tercios restantes eran partidas presupuestadas con anticipación.
Su efecto vendría reforzado por medidas de política monetaria que habrían provocado que la masa monetaria en circulación (M2) creciera un 18,8% en enero con un aumento similar de la actividad crediticia local. La fiebre del crédito llega al coloso amarillo con unos años de retraso.
¿Será eficaz su propio Plan de Rescate?
Las posibles novedades en la formulación de dicho Plan, especialmente en la cuantía finalmente comprometida, han coincidido con el comienzo de la Asamblea del Partido Comunista Chino y han estado detrás de gran parte de los movimientos bursátiles de esta semana. Al alza ante el rumor, difundido por los estrategas de Standard Chartered con base en filtraciones internas, de que su importe podría doblarse. A la baja con la certeza de que no había modificación alguna de calado en su estructuración. Los inversores no saben ya a qué aferrarse.
Pero, ¿cuál será la eficacia de dicho Plan?
Gran parte de su éxito depende del nivel de crecimiento real de la economía a día de hoy y de lo que suponga ese 2% ó 3% de mayor actividad sobre el mismo. Una incógnita de partida que deslegitima cualquier discurso posterior. Más allá de ese obstáculo inicial, Michael Pettis, quizá la referencia intelectual en este momento sobre la cuestión, es extraordinariamente pesimista.
Ante la ausencia del sector servicios, gran parte de la inversión pública se está destinando a incentivar el consumo por vía de la creación de empleo manufacturero, señala en este ilustrativo artículo del WSJ el profesor universitario.
El resultado es que la oferta crece artificialmente y por encima de la demanda interna, que se ve drenada igualmente por la propensión natural al ahorro de los chinos que, en su gran mayoría, carecen de cobertura sanitaria y de pensiones y han sufrido en sus carnes el desplome de los precios de los bienes tanto reales como financieros.
Como consecuencia de ello, la dependencia exterior (de aquellos otros que han de adquirir ese exceso adicional de producción) no sólo no decrece sino que aumenta. De hecho, el superávit por cuenta corriente ha pasado de una media mensual de 17.000 millones de dólares en el primer semestre de 2008, a 39.000 en enero de este año.
Es verdad que gran parte de este incremento se deriva de un abaratamiento sustancial del coste de sus importaciones, debido a la reducción de los precios energéticos, y a una caída en menor grado de las exportaciones.
Pero es precisamente la diferencia entre la merma en las ventas al extranjero de China en enero (-17,5%) y la de otras naciones de su entorno como Japón (-45,7%), Corea (-33%) o Taiwan (-44%) lo que lleva al otro gran especialista en la zona, Brad Setser, ha plantear tres alternativas sobre la mesa: o bien China está ganando cuota de mercado, que podría ser, siga el juego; o bien simplemente manifestará con retraso su debilidad al ser el último eslabón de la cadena productiva nacional, tarjeta amarilla; o, por último, la mengua en los demás se debe a una menor actividad y/o capacidad de compra de este país, tarjeta roja. ¿Con cuál de ella nos quedamos?
El país, en la encrucijada
Me temo, en cualquier caso, que los chinos miran con una mezcla de preocupación y escepticismo el masivo depósito de esperanzas que se está produciendo sobre la evolución de su economía.
La ruptura de la relación de intercambio trabajo por dinero que había establecido con el mundo occidental, y en concreto con los Estados Unidos, le ha generado un problema doble de desempleo y titularidad de una parte sustancial de activos financieros en dólares, parte de los cuales de valor incierto.
Sabe por tanto que, siendo realista, gran parte de su recuperación está ligada igualmente a lo que suceda en el Reino de Obama.
Algunos ya hablan de Chimérica.
De ahí que no entienda demasiado bien el entusiasmo inversor ante las novedades que en China se producen y que tienen una duración temporal y una concentración sectorial que poco va a ayudar a la recuperación global, pero bueno.
Entretanto, sus gobernantes tratarán de prepararse para el nuevo horizonte económico que se atisba en la lejanía, lo que implica velar primero por lo suyo, después por lo suyo y finalmente por lo que les pueda corresponder.
No lo duden Fortalecimiento del papel del Partido en toda la estructura del Estado; férreo control social con restricción adicional de las libertades e intervención de las comunicaciones; medidas de corte populista para mitigar el malestar de la población (sanidad, condiciones laborales, protección social); mayor intervención pública en la economía y paralización del proceso de transición hacia un modelo capitalista; intervención completa del sistema bancario; mantenimiento de la competitividad externa a través de actuaciones sobre el tipo de cambio, especialmente si el dólar continúa con su apreciación respecto al conjunto de las monedas mundiales; diversificación de las reservas actuales en la medida en que el dólar se aprecia (venta de posiciones actuales) y hay que comprar nuevos activos para sostener artificialmente la divisa; acopio de recursos naturales en un mundo marcado por la escasez (compra de Rio Tinto por Chinalco o acuerdos de aprovisionamiento con el Africa Subsahariana); o los subsidios estatales a industrias clave serán, entre otras, sus guías de actuación a partir de ahora.
(continue)
A Occidente rogando pero con la Hoz y el Martillo dando.
¿Qué no? Se admiten apuestas.
S. McCoy

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
El óblast de Moscú, que rodea la metrópolis de Moscú, ha cooperado con provincias chinas como Guangdong, Jiangsu y Hebei y ha enviado delegaciones por primera vez a las Ferias de Importación y Exportación Comercial de China, señaló.
Damos la bienvenida a las empresas chinas para que inviertan en proyectos de autoensamblaje, desarrollo del parque industrial y construcción de viviendas.
"Todos nosotros sabemos que en China las casas son modernas y se construyen con rapidez y buena calidad", manifestó Prokonov.
La inversión extranjera en el óblast ha aumentado de 300 millones de dólares en 2000 a unos 7.000 millones de dólares el año pasado y ha ido cambiando desde la industria de procesamiento y la agricultura hasta los sectores de alta tecnología, indicó.
El gobierno local está interesado en promover la cooperación con China en sectores como la aviación y el espacio, la biotecnología, la nanotecnología y la tecnología de la información, puntualizó.
(Xinhua)
“La gran alternativa que parecía tener la economía mundial, el decoupling o descorrelación de China [respecto al resto de los principales países], quizás no se produzca. Da algo de miedo que, hace seis meses, se decía que China podría reducir el crecimiento del PIB hasta el 3-5%. Los últimos datos –6,7%– no son halagüeños. Los problemas de crecimiento de China no están tan descontados en los mercados”.
Estas reflexiones de Juan Ramón Caridad, socio director de Atlas Capital, resumen la importancia que los expertos otorgan en estos momentos a lo que está ocurriendo en el gigante asiático, la tercera economía del mundo.
Los analistas coinciden en señalar si China no logra rebasar la cota de crecimiento del PIB del 6% a lo largo de 2009 los números rojos del PIB mundial tardarán más de los tres años previstos en desaparecer.
Así las cosas, la comparecencia del primer ministro chino, Wen Jiabao, el pasado jueves ante la Asamblea Nacional Popular, el órgano que aprueba las propuestas del Gobierno, ha acaparado la atención del mercado durante toda la semana.
¿Qué dijo?
El mandatario aseguró que su país puede lograr un crecimiento del 8% a pesar del empeoramiento de la crisis económica global, y prometió mayores esfuerzos en relanzar las exportaciones y crear empleo.
Wen reconoció que China se enfrenta “a dificultades y retos sin precedentes”, pero se mostró confiando en alcanzar el objetivo de crecimiento. Las previsiones de las autoridades chinas superan ligeramente las proyeccciones de los organismos multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en su último informe sobre la economía global adjudicó unas expectivas de aumento del PIB de China del 6,7% en 2009 y del 8% en 2010.
Promesas
El Gobierno chino se ha comprometido a un “incremento dramático” del gasto para compensar el impacto del enfriamiento de la economía que ha mandado a 20 millones de personas al paro. Pero, como destacan los analistas de Link Securities, no hizo mención expresa a las medidas del plan de estímulo cifrado en cuatro billones de yuanes (586.000 millones de dólares) anunciado en noviembre de 2008, de los que el Gobierno central aportará 1,98 billones de yuanes.
De ahí que las tan esperadas noticias procedentes del gigante asiático se hayan quedado cortas para los inversores, en la medida en que existe un gran temor al freno de la capacidad consumista en el país asiático y a un aumento del paro por las necesidades del país de adaptar us capacidad de producción, como comenta Christian Blaabjerg, jefe de estrategia de renta variable de Saxo Bank.
“La realidad es que el mercado esperaba un gran anuncio que multiplicara por dos el plan económico aprobado en noviembre”, sostiene José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.
Las esperanzas de que se reactive el crecimiento en China, uno de los motores de la economía mundial durante los últimos años –su PIB creció un 13% en 2007 y un 9% en 2008–, son claves para la mejora del sentimiento de los grandes inversores institucionales, según la reciente encuesta de gestores de fondos que publica mensualmente Merrill Lynch.
“El crecimiento del 8% que pronostica el gobierno chino no nos parece realista. La economía china se basa en un modelo de producción de artículos de calidad a bajo precio para exportación, fundamentalmente para el consumidor estadounidense. El consumidor estadounidense no está gastando, ya que las líneas de crédito se han cerrado (algo que también se puede aplicar al resto de consumidores del mundo occidental), por lo que China no podrá exportar tantas mercancías como antes. Teniendo esto en cuenta, el crecimiento será considerablemente inferior al 8%”, explica Blaabjerg.
La tercera economía
China cuenta cada vez más en el mundo. Con un crecimiento del PIB del 13% en 2007, el gigante asiático es ya la tercera economía mundial, por detrás de Estados Unidos y Japón.
El PIB chino alcanza los 3,76 billones de dólares, por encima de los 3,32 billones de dólares de Alemania. Así, China sigue dejando atrás a las grandes potencias europeas, aunque también es cierto que está marcada por su condición de mercado emergente.
Por ejemplo, Alemania posee una población 16 veces menor a la de China y, a pesar de ser sobrepasada por el gigante asiático, se mantiene como la primera potencia exportadora del mundo, gracias al valor tecnológico de sus productos. Con todo, el peso de China en el mundo es indiscutible, con un crecimiento previsto de su PIB del 7,5% en 2009, según datos del Mundial.
Los expertos creen que las economías emergentes saldrán reforzadas de la actual crisis y sus perspectivas son mejores que las de los principales países industrializados. La aportación de las economías emergentes al PIB mundial superará por primera vez en 2014 la de las economías industrializadas, según PricewaterhouseCoopers.
Por su parte, el índice Kospi del mercado surcoreano aumentó hoy al cierre 16,70 puntos (1,58%) y finalizó la sesión en las 1.071,73 unidades y el indicador de valores tecnológicos Kosdaq ganó, por su parte, 13,55 puntos (3,71%) para situarse en los 378,73 puntos, gracias al impulso del viernes del mercado de Nueva York, y a pesar de las caídas de otros mercados asiáticos. En una sesión de alzas generalizadas en la mayoría de sectores, destacaron las ganancias de los fabricantes de semiconductores (4,47%) y de las constructoras (3,01%). Las siderúrgicas y el sector financiero también repuntaron más del 1%.H
Por otra parte, el HSBC, el mayor banco europeo, retrocedió hasta el nivel de julio de 1996 y el Shinsei Bank se desplomó un 8,8%. Por otra parte, Honda, la segunda automovilística japonesa cayó un 2,1%.
Las acciones del primero se dispararon ayer un 38%, mientras que las del segundo, el mayor banco de Europa, lo han hecho en un 7• en Hong Kong. Hoy, su principal responsable en Asia ha dicho que en enero, el comportamiento del banco fue mejor de lo esperado.
El índice MSCI Asia-Pacífico ha sumado un 3% hasta 73,46 puntos, el mayor avance desde el 15 de diciembre, mientras que el Hang Seng de Hong Kong ha registrado un avance del 3,2%. En China el índice Shanghai Composite ha sumado un 0,8% y acumula ya un avance del 19% en lo que va de año.
Ayer, Wall Street vivió una jornada de Fuertes avances apoyada en las positivas noticias en torno al sector bancario. Además de las informaciones en torno a Citigroup, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dijo que no dejará que quiebre ninguna entidad en problemas, al tiempo que pidió reformas para evitar nuevas crisis financieras.
Al optimismo de Citigroup se ha sumado hoy HSBC y Toshiba, cuyas acciones se han disparado un 8% después de que el diario Nikkei haya anunciado que el mayor fabricante de chips de Japón registrará un beneficio operativo durante el próximo año fiscal.
En el ámbito macroeconómico, los datos, sin embargo, siguen deteriorándose. En China, por el ejemplo, las exportaciones se desplomaron un 26% en febrero. No obstante, las inversiones privadas en infraestructuras se han disparado un 26,5%, lo que, según los expertos, podrían impulsar el crecimiento económico durante este trimestre.
“Los mercados pueden estar tranquilos porque los países con la capacidad de hacer algo están poniendo en marcha planes de estímulo fiscal en lugar de esperar a que sea demasiado tarde”, comenta un analista a Bloomberg. “Empezamos a ver cómo el dinero que había ido hacia activos refugios empieza a entrar de nuevo en las bolsas”.
El MSCI Asia Pacífico repuntaba un 3,5% hasta 74,63 puntos, sumando un avance del 3,7% esta semana.
Entre los valores del día, destaca Mitsubishi UFJ Financial Group. Las acciones del mayor banco nipón se han disparado un 5,8% después de que el primer ministro, Taro Aso, haya anunciado un tercer plan de estímulo económico que la prensa local estima en 200.000 millones de dólares y que será financiado mediante la emisión de bonos. También ha cerrado con fuertes subidas, del 5,5% PetroChina. El mayor productor de crudo de China también se ha visto favorecido ante las informaciones sobre nuevas medidas para estimular la economía.
Recortes, sin embargo, para el Nikkei 225, que ha cedido un 0,3% hasta 7.945,96 puntos arrastrado por las exportadoras, entre éstas, Honda y Toyota Motor. En China, el índice Shanghai Composite ha sumado un 1,6%, mientras que el S&P/ASX 200 australiano, ha subido un 1%.
El principal indicador de la bolsa nipona se ha visto afectado por la fortaleza del yen frente al dólar, con un rebote del 3,3% en las últimas dos sesiones. Un dólar débil reduce los ingresos de las exportadoras de Japón. Toyota, por ejemplo, que obtiene el 37% de sus ventas de América del Norte, se ha dejado un 2%, mientas que Honda ha caído un 3,5%.
Los títulos de China Huiyuan Juice Group se han desplomado un 43% en Hong Kong después de que los reguladores chinos hayan bloqueado la compra de la compañía por parte de Coca-Cola, que ofrecía 2.300 millones de dólares por ella. Fuertes recortes también para Casio COmputer, con pérdidas del 14%, mientras que HSBC Holdings, el mayor banco de Europa, se ha dejado un 3,8%, tras subir un 405 en los últimos siete días.
Los futuros del S&P 500 caían un 0,8% tras subir ayer más de un 2% en Nueva York, después de que la Reserva Federal anunciara que comprará 300.000 millones de dólares en bonos del Tesoro y otros 750.000 millones en activos hipotecarios. El indicador acumula un avance del 17% desde el 9 de marzo. La noticia, que se suma al anuncio de ayer del Banco de Japón sobre la compra de deuda subordinada para estabilizar los balances de los bancos, ha tenido un impacto positivo en la cotización del sector financiero. En total, la autoridad monetari invertirá 18.300 millones de dólares.
Mitsubishi UFJ ha sumado un 2,3%, mientras que las acciones de Mizuho Financial Group ha ganado un 1,5%. Commonwealth Bank of Australia, el mayor prestamista hipotecario del país, ha subido un 4%, mientras que Macquarie Group se ha disparado más del 8%.
Las ventas de automóviles en Estados Unidos cayeron un 37% en marzo, menos de lo esperado, lo que dio esperanzas de que la crisis del sector podría haber tocado fondo. Las ventas de GM se redujeron un 45%, el mayor descenso entre los grandes fabricantes.
Las exportadoras niponas muestran, en cambio, menos confianza que las automovilísticas en la recuperación de la economía. A pesar de ello, las bolsas asiáticas consiguieron ganancias récord del último año.
“La gente se está dando cuenta de que no tienen que ser tan pesimistas como lo han sido”, dijo en declaraciones a la agencia Bloomberg el analista de RBC Investment Yoji Takeda, que ve posible la recuperación.
El índice Nikkei del mercado de Tokio subió hoy al cierre 367,87 puntos, o el 4,4%, hasta situarse en los 8.719,78 puntos y el índice Topix, que agrupa a todos los valores de la primera sección, creció por su parte 32,87 puntos, el 4,14%, hasta los 826,69 enteros. Se trata de su mayor subida desde 1974.
Por su parte, el índice Kospi del mercado surcoreano ganó hoy 43,61 puntos (+3,54%) y cerró la sesión en las 1.276,97 unidades, mientras que el indicador de valores tecnológicos Kosdaq avanzó 8,87 puntos (2,06%) hasta los 439,84 puntos.
La bolsa de Hong Kong finalizó su jornada de hoy con una meteórica subida del 7,41% o 1.002,43 puntos, para cerrar con 14.521,97.
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