La crisis financiera generada en los Estados Unidos está convirténdose en una crisis financiera y económica que barre el mundo entero. Esto demuestra que la economía estadounidense, la mayor del mundo, ejerce una influencia de primordial importancia sobre el mundo.
La causa fundamental de la continua extensión de la actual crisis financiera consiste en la estrecha conexión entre EEUU y otras economías en lo financiero y otros terrenos económicos. Y la vulnerabilidad de otras economías del mundo constituye una condición para el empeoramiento de la crisis.
La crisis financiera afecta a todo el globo
La globalización ha estrechado los lazos financieros de EEUU con otras economías, sobre todo con la UE y Japón. Desde el estallido de la crisis hipotecaria de EEUU hasta 2008, año en que esta última se convirtió en una crisis financiera general, esa crisis como “una gripe” se ha venido contagiándose en los principales mercados financieros y el sistema financiero del mundo, provocando fluctuaciones financieras y restricciones crediticias a escala global.
Las llamadas “invenciones” financieras han desempeñado un rol clave para agravar la crisis. Del 2002 al 2006, se registró una prosperidad sin precedentes en el mercado inmobiliario de EEUU, el precio de las viviendas se elevó continuamente, y un gran número de personas con bajo ingreso y un mal historial de morosidad se incorporaron al ejército de compradores de pisos, pidiendo prestada gran cantidad de dinero a los bancos. Las instituciones prestatarias, insatifachas con esto, concedieron la acreencia a las compañías tipo Fannie Mae y Freddie Mac, que mediante la securitización de los préstamos hipotecarios los revendieron a los inversionistas de otros países.
La securitización de los prestamos, considerada como una invención financiera para aliviar los riesgos, contribuyó a extenderse los préstamos hipotecarios. Como consecuencia, los activos “tóxicos” también se propagaron en el sector financiero del mundo, lo que se convirtió en “una bomba de tiempo”.
Con el rompimiento de la espuma inmobiliaria en EEUU, los endeudados de los préstamos hipotecarios perdieron la capacidad solvente y se devaluaron los activos de aval hipotecario hasta que dejaron de circular, lo que incrementó la presión de disminución del capital de las empresas compradoras de estos productos financieros.
El desarrollo de la globalización ha permitido a Wall Street vender su capital “tóxico” a los diversos lugares del mundo, dijo Joseph E. Stiglitz, premio Nobel de economía y economista estadounidense. los inversionistas extranjeros poseen cerca de la mitad de los títulos de aval hipotecario, lo que ha promovido la evolución de la crisis hipotecaria de EEUU en una crisis económica global.
La crisis no solo ha causado graves pérdidas a las instituciones financieras estadounidenses sino también a los importantes bancos de Reino Unido, Suiza , Alemania, Islandia, Holanda y Bélgica. Algunos de los últimos se vieron obligados a pedir la ayuda gubernamental.
Bajo la presión de la crisis en el sector financiero internacional, un número de instituciones financieras tienen que relajar los requisitos sobre los préstamos, y el incremento de las deudas ha dado origen a la crisis crediticia. La desaceleración de la circulación causada por la restricción crediticia ha afectado a las empresas e individuos que desean pedir nuevos préstamos. La economía de EEUU y la UE se encuentran en un descenso o recesión general.
La crisis económica asedia el mundo
Los lazos económicos entre EEUU y otros países han permitido un contagio más grave de la crisis en el mundo.
Con el resugimiento de las economías emergentes, se ha debilitado la posición de EEUU en la economía mudial. Según un grupo de expertos, en el pasado, la economía mundial dependía principalmente de EEUU en el desarrollo, sin embargo, con el incremento del pepel de las economía emergentes, esa dependencia ha aliviado, e incluso, ha aparecido la desconexión. Esto significa que la economía de los países emergente puede mantener un ascenso relativamente rápido mientras que EEUU tropieza con problemas.
La actual crisis ha demostrado que como la primera economía del mundo, EEUU tiene una influencia irreemplazable sobre la economía mundial. Como algunos lo comentan, “la economía de EEUU estornude para que la economía global coja resenfriada”. Si este dicho parece un poco exagerado en las actuales cincunstancias, será adecuado el dicho en el sentido de que “cuando la economía de EEUU sufre “una enfermedad grave”, la mundial también “se enfermaría” pero con menor gravedad.
En lo referente a la economía real, EEUU tiene influencia sobre el mundo principalmente en los terrenos de comercio e inversión. Actualmente, el PIB de EEUU annual alcanzó los 13.750.000 millones de dólares, el volumen de exportación fue de 1.300.000 millones de dólares y el de importación, 2.100.000 millones de dólares. Debido a la crisis económica, la importación de EEUU ha descendido en cinco trimestres consecutivos desde el tercer trimestre de 2007 hasta el cuarto trimestre de 2008, en que el índice de baja fue de un 16%. La reducción de la demanda de EEUU afectó las importaciones desde China, Japón, Corea del Sur, Canadá y México. Japón, que experimentó un ascenso económico continuo en los ultimos años, se encuentra en una grave recesión económica debido a la actual crisis financiera.
En el pasado, la inversión de EEUU, la UE y Japón constituyó un importante factor para promover el incremento de las economías emergentes. La retirada de los fondos de las instituciones estadounidenses para resolver los problemas en su propio país causados por la crisis económica ha hecho bajar los tipos de cambio de la moneda local y del mercado bursátil en no pocas economías emergentes. Las estadísticas demuestran que en 2008 fue retirado de las economías emergentes un total de 48.300 millones de dólares, la mitad del cual de Asia. La baja de la demanda y la inversión de las economías desarrolladas ha causado una presión sobre las economías emergentes y las en vías de desarrollo.
Son vulnerables las diversas economías
La vulnerabilidad de otras economías del mundo favorecen el contagio de la crisis financiera generada en EEUU.
También existían graves espumas inmobiliarias en otras economías desarrolladas tales como las de España y Gran Bretaña. Tras el estallido de la crisis hipotecaria, han aparecido semejante crisis en estos países. En Gran Bretaña, el sector financiero, que ocupa una importante posición en la economía nacional, ha sufrido un grave impacto. La economía japonesa se enfrenta a problemas más graves que EEUU, debido a la prolongada presión de la deflación, la baja de la demanda interior y la dependencia de la exportación. Según pronostica FMI, la economía japonesa sufrirá en el presente año un desdenso de 2,6%, en contraste con la cifra de 1,6% de EEUU; y en el próximo año la economía japonesa registrará un 0,6% de aumento, y la estadounidense, un 1,6%.
Algunos países emergentes y en vías de desarrollo pidieron prestadas grandes cantidades de préstamos antes del estallido de la actual crisis financiera. Es posible que la retirada de fondos foráneos desde estos países impida el desarrollo de su economía. De acuerdo con las estadísticas del Banco de Liquidación Internacional entre el periodo comprendido entre 2002 y el marzo de 2008, las economías emergentes pidieron prestados unos 2.750.000 millones de dólares, cifra tres veces la registrada anteriormente. Tras el estallido de la crisis financiera, la baja de las inversiones foráneas y la retirada acelerada de fondos al extranjero han conducido a un drático desdenso en los mercados bursátiles y la baja de los tipos de cambio en no pocos países incluída Islandia, Rusia y Corea del Sur.
En un artículo bajo el título de “Argentina a la orilla del Danubio” la revista inglesa Economist dice que los países centro-este, tales como Ucrania, Humgría, Polonia, Checa y Bulgaria se enfrentan a un grave desafío debido a la retirada de fondos por parte de las instituciones financieras de Europa Occidental. E incluso, es posible que debido a la insolvencia para las deudas y los intereses, algunos de estos países se declaren en bancarota estatal, tal como ocurrió con Argentina a finales de 2001.
Algunos países latinoamericanos y asiáticos en vías de desarrollo, que sacaron experiencias en las crisis finaciera y económica, han consolidado su base económica y aumentado las reservas de divisas, lo que ha incrementado su capacidad de hacer frente a los riesgos.
(Pueblo en Línea)
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