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Clinton es "insaciable" de drogas y armas |
La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, afirmó que la "insaciable" demanda de drogas ilegales en su país alimenta el narcotráfico y que la muerte de civiles, policías y soldados está muy ligada al tráfico de armas desde Estados Unidos a México.
El viaje de Clinton es el primero de una histórica campaña diplomática de la Casa Blanca que incluye la visita en los próximos días de la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano y el secretario de Justicia, Eric Holder, poco antes de que el propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegue a territorio mexicano el 16 de abril.
Esperando a Obama:
Según la corresponsal de la BBC en Ciudad de México, Cecilia Barría, la visita de Clinton se produce un día después de que Washington revelara un nuevo plan para fortalecer la seguridad fronteriza que contempla una inversión de US$700 millones.
El gobierno mexicano calificó el viaje de los altos funcionarios estadounidenses como "el inicio de una nueva era" en la cooperación bilateral.
Sin embargo, este discurso contrasta con el clima de tensión generado en los últimos días luego que México aumentara los aranceles a 90 productos estadounidenses en medio de la llamada "crisis de los camiones" que puso en jaque el cumplimiento de uno de los acuerdos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
La canciller mexicana le dijo a Clinton que las actividades de los grupos criminales son una amenaza para los dos países.
Pero no sólo eso.
El presidente mexicano, Felipe Calderón, había acusado públicamente a su vecino de no hacer lo suficiente para controlar el tráfico de armas a través de la frontera, frenar el consumo de drogas e investigar a los funcionarios estadounidenses que presuntamente podrían estar protegiendo la operación del crimen organizado.
Ambos gobiernos han manifestado su preocupación por la creciente ola de violencia asociada a los carteles de la droga que ha dejado más de 7.000 víctimas fatales en México en el último año y que ha comenzado a expandirse al territorio estadounidense con un creciente aumento de homicidios y secuestros.
"Las actividades de los grupos criminales son una amenaza para los dos países", dijo la secretaria de Relaciones Exteriores de México, Patricia Espinosa.
La funcionaria calificó como "congruente" el plan antinarcóticos anunciado por Washington para aumentar la seguridad fronteriza.
Espinosa hizo un llamado para que se cumpla "la legislación estadounidense que prohíbe la exportación de armas a países donde esas armas están prohibidas".
Migración:
En el tema migratorio, la jefa de la diplomacia mexicana dijo que ve en el gobierno de Obama una "actitud constructiva y una clara disposición para encontrar una solución de largo plazo".
Durante la visita de Hillary Clinton, México defenderá la postura de que sea reconocido el aporte de sus emigrantes a la sociedad estadounidense y que la situación de los indocumentados sea manejada dentro de un marco legal que les permita estar en una posición menos vulnerable.
Se estima que en Estados Unidos hay cerca de 12 millones de indocumentados, de los cuales más de la mitad son mexicanos.
Cientos de miles de mexicanos intentan cruzar la frontera ilegalmente cada año, pese a que han aumentado los controles fronterizos.
Según organizaciones de derechos humanos, que han hecho cálculos basados en información entregada por el gobierno, al menos 4.500 mexicanos han muerto intentando cruzar la frontera en los últimos años.
(continue)
NOTA: Todo el mundo tiene sus vicios, pero si quieren más droga que pagen más que hay crisis.

Etiquetas: conocimiento, memoria, monopolios, multitud, politica, violencia.
Gómez Mont encabeza una delegación de funcionarios mexicanos que durante dos días se reunirán con sus contrapartes estadounidenses, a quienes planteará "la necesidad de combatir el fenómeno del narcotráfico de forma integral y enfatizará la corresponsabilidad en la contienda contra las redes del crimen organizado", informó el miércoles su oficina en un comunicado.
El secretario, acompañado de funcionarios de las secretarías de la Defensa Nacional y Marina, tiene previsto reunirse con la responsable de Seguridad Interna, Janet Napolitano; el consejo de Seguridad Nacional, general James Jones, y el director de la Oficina de Inteligencia Nacional, Dennis Blair.
Los principales temas a abordar son el control de armas, el lavado de dinero, la Iniciativa Mérida y el intercambio de inteligencia.
"Asimismo, reiterará el absoluto compromiso del presidente (Felipe) Calderón en esta lucha y su determinación para fortalecer el estado de derecho en México", añadió la dependencia.
La visita de Gómez Mont fue anunciada el mismo día que se dio a conocer que el presidentes estadounidense Barack Obama viajará a México el 16 y 17 de abril para abordar la relación bilateral, incluido el combate a los carteles de las drogas.
De acuerdo con una nota de Reuters, Victor E. Renuart, jefe de NorthCom, dio a conocer que en esta estrategia tal vez implique el trabajo de todas las agencias de gobierno, incluyendo policía y fuerzas armas de Estados Unidos.
Renuart declaró que la estrategia estaría completa esta semana y que "este es un problema del Gobierno y creo que la mejor respuesta es un enfoque integrado y estamos trabajando agresivamente en ese sentido."
NorthCom dio a conocer que la estrategia incluirá medidas para abordar la violencia en la frontera, incluyendo el "fujo de pequeñas armas" y "apoyo al ejército mexicano.
El plan también contempla combatir la presencia del narco mexicano en ciudades fronterizas de Estados Unidos.
Según Reuters, el senador norteamericano Jim Webb, de la Comisión de Servicios Armados del Senado, se refirió a la complejidad del problema del narco en México ya que algunos de los narcotraficantes son ex soldados mexicanos entrenados por las Fuerzas Especiales de Estados Unidos, razón por la cual están "altamente entrenados" y "sus tácticas son muy sofisticadas".
Estados Unidos ha criticado a Felipe Calderón en los últimos días por la violencia del narco en México. El director de la DEA, inclusive, declaró que de seguir la guerra contra el narco de Calderón, la violencia aumentará.
El Gobierno mexicano reveló que expondrá a Clinton la necesidad de crear un marco legal en Estados Unidos para que los mexicanos puedan enfrentarse a una situación "menos vulnerable", y que además se le reconozca los aportes que han hecho a la economía, informó el diario local 'El Universal'.
En Estados Unidos viven actualmente más de 25 millones de mexicanos, representando el 9,1 por ciento de la población total de ese país, según los datos del año 2004 de U.S. Census Boreau, la oficina de censos y estadísticas.
Por otra parte, Espinosa comentó que Clinton preparará el terreno para la visita del mandatario norteamericano, Barack Obama, quien estará México los días 16 y 17 de abril, siendo el primer país de Latinoamérica en visitar desde que asumió la presidencia en enero.
Para hoy se tienen previsto el encuentro entre Clinton y Calderón en la residencia de Los Pinos -sede del Ejecutivo-, donde posteriormente darán una rueda de prensa conjunta. Mañana, viajará a la ciudad fronteriza de Monterrey, estado de Nuevo León (norte).
Las autoridades estadounidenses han dejado claro que la visita no sólo tiene como objetivo tratar "asuntos urgentes", como la violencia, sino también profundizar las alianzas entre ambas naciones.
"Lejos de ser un viaje de control de daños, nos gustaría que éste fuera visto como una gran oportunidad para reforzar las relaciones entre los dos países", enfatizó una alta fuente del Gobierno de Obama, citada por 'El Universal'.
Uno de los temas será el Tratado de Libre Comercio (TLC) que se ha visto afectado por la decisión de Estados Unidos de cancelar el programa piloto que autorizaba la entrada de camiones mexicanos a Norteamérica.
"El Departamento de Estado y el de Transporte están trabajando ya con el Congreso para ver de qué forma retomamos el programa de camiones y cumplir así con nuestras obligaciones en el marco del TLC", señaló un funcionario citado por el rotativo.
La visita de Clinton se produce un día después de que Washington anunciara un nuevo programa de seguridad en la frontera con el despliegue de más agentes, para evitar el ingreso de droga y frenar la violencia por parte del crimen organizado que el año pasado cobró en México la vida de más de 5.600 personas.
Por su parte, Espinosa dijo que las medidas anunciadas por Estados Unidos concuerdan con la estrategia común "para acabar con el tráfico de armas, de precursores químicos y de recursos financieros ilícitos de Estados Unidos hacia México".
Así, aclaró que estas acciones del Gobierno de Obama ponen de manifiesto que los asuntos de seguridad "han adquirido una importancia fundamental" en las relaciones bilaterales, pues "constituyen acciones importantes de apoyo para esta lucha contra el crimen organizado" que está desarrollando México.
Tras semanas de debate interno y creciente inquietud ante la violencia al sur de su frontera, el gobierno de Barack Obama decidió optar por el momento por reforzar las fuerzas policiales, sin enviar soldados, como habían solicitado algunos gobernadores de estados fronterizos.
La nueva estrategia se basará también en aumentar la cooperación con México, incluso con el envío de más agentes al país vecino, una experiencia que en el pasado generó susceptibilidades.
"Nuestro objetivo es doble: suministrar asistencia al gobierno de México para romper esos grandes carteles (...) y protegernos de un incremento de la violencia" en el lado estadounidense, dijo la secretaria de Seguridad Interna Janet Napolitano, en rueda de prensa.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, parte este mismo miércoles a Ciudad de México y Monterrey para avanzar los detalles de este nuevo plan al gobierno de Felipe Calderón.
El papel de Estados Unidos es "dar asistencia en esta batalla", añadió Napolitano, quien también viajará a México la semana que viene junto al Fiscal General Eric Holder.
Todas las agencias federales implicadas en la lucha contra el crimen organizado, desde el narcotráfico hasta el contrabando de armas o de personas, verán su personal y presupuestos aumentados en un plazo de unos 90 días, dijo Napolitano.
En total, entre 300 y 400 agentes federales civiles nuevos "llegarán a trabajar en conjunto con las fuerzas locales y estatales" en la frontera, resumió Daniel Restrepo, consejero presidencial de Asuntos Latinoamericanos a la AFP.
Gobernadores de estados como Texas habían solicitado la movilización de la Guardia Nacional, y Napolitano aseguró que su gobierno "aún lo está estudiando", aunque precisó que en su opinión, la guerra contra los carteles debe ganarse movilizando servicios de inteligencia y tecnología punta.
Napolitano también declaró que el muro fronterizo entre ambos países no era la solución idónea para frenar el narcotráfico, aunque Estados Unidos concluirá los tramos que quedan por construir.
El FBI creará en la frontera sur un "Grupo de Inteligencia del Suroeste" que coordinará todas sus actividades respecto a México.
La inteligencia será compartida con México, ratificó Napolitano.
Las Fuerzas Aéreas mexicanas recibirán 5 helicópteros, y la Marina un avión de reconocimiento.
Entre los refuerzos mencionados, la agencia antidrogas (Drug Enforcement Administration, DEA) situará 16 nuevos agentes en la frontera, donde ya cuenta con 1.171 agentes.
La agencia encargada del control de armas y explosivos (ATF por sus siglas en inglés) desplegará por su parte 100 agentes más en los próximos 45 días, para reforzar su lucha contra el tráfico de armas hacia México, la principal preocupación del gobierno de Calderón.
El despliegue de personal incluye también agentes en México, tanto de la DEA como de la agencia migratoria (ICE por sus siglas en inglés).
El Departamento de Seguridad Interna también duplicará sus unidades de seguridad fronteriza y triplicará sus analistas de inteligencia.
Obama "está preocupado por el incremento de la violencia, particularmente en Ciudad Juárez y Tijuana, y el impacto que está teniendo en las comunidades de ambos lados de la frontera", advirtió la Casa Blanca en un comunicado.
"Las acciones de Estados Unidos son congruentes con la cooperación bilateral de combate al crimen organizado", reaccionó la canciller mexicana, Patricia Espinosa, en rueda de prensa.
Espinosa subrayó que tanto en México como en Estados Unidos "hay conciencia de que las actividades de los grupos criminales son una amenaza para los dos países".
El presidente estadounidense viajará a México los días 16 y 17 de abril, en la víspera de la quinta Cumbre de las Américas.
Más de 5.300 personas murieron el año pasado en México y más de 1.100 en lo que va de año, como consecuencia de la violencia del crimen organizado.
Así lo expresó el Profesor e investigador Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Carlos Aguirre, en una entrevista con la cadena Telesur.
El catedrático señaló que las declaraciones de la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, sobre la responsabilidad de su país “es un pequeño paso adelante” de “una evidencia que todos sabemos”.
Aunque EEUU reconozca el hecho, “no veo que sean capaces ni siquiera de tomar medidas eficaces para eliminarlo”, destacó Aguirre.
Para el profesor de la UNAM la pregunta que todos deben hacerse es si la nación del norte realmente “será capaz de eliminar el mercado del consumo de la droga. Creo que eso es irresoluble. EEUU no podrá reducir el hecho de que es el consumidor principal de la droga que se produce en gran parte del mundo y que tiene uno de sus puntos de tránsito fundamentales en México”.
“Si ellos no van a suprimir ese mercado masivo de consumo de droga, cómo van a resolver la presencia de los carteles de la droga en México, en Colombia o en cualquier otro país”, afirmó.
Aguirre remarcó que sumado a la narcoviolencia se debe tener en cuenta “la situación cada vez más crítica que está viviendo el gobierno mexicano y en ese sentido una actitud de total subordinación con respecto al gobierno estadounidense”.
El profesor universitario resaltó que EEUU mantiene “una actitud muy hipócrita respecto de México, como creo que ha sido la marca en términos generales”.
“Al mismo tiempo que se manda a la secretaria de estado Hillary Clinton tuvimos la noticia de que trescientos policías nuevos van a incrementar la militarización de la frontera entre México y EEUU. Eso más bien es atizar la violencia y crear una situación más complicada e inmanejable”, manifestó Aguirre.
Con respecto al tema del tráfico de armas en la frontera, el catedrático explicó que desde EEUU “reconocen que son los surtidores de las armas que se utilizan en México por parte de los carteles”
“Esto es normal porque sabemos que el principal productor de armas en el planeta es EEUU. Para México o para cualquier otro país naturalmente la mayor cantidad de armas tienen que venir de EEUU. Estoy seguro de que por una arma que ellos decomisan entran cuarenta o cincuenta al país”, enfatizó Aguirre.
El Gobierno estadounidense pretende ayudar con 80 millones de dólares para que México compre helicópteros de asalto 'Blackhawk', con el fin de combatir "agresivamente" a los cárteles del narcotráfico, dijo Clinton durante una rueda de prensa en la primera jornada de una visita oficial de dos días a México.
"Los criminales y capos (del narcotráfico), al extender la violencia, intentan corroer los cimientos de la ley, el orden, la amistad y la confianza entre nosotros", dijo a periodistas.
"Fracasarán", agregó Clinton en la conferencia de prensa junto a la ministra de Asuntos Exteriores mexicana, Patricia Espinosa.
En una reunión en la residencia de Los Pinos, el presidente mexicano, Felipe Calderón, reconoció "primeros avances" en la corresponsabilidad entre ambos países en el combate al crimen organizado, aunque le pidió a Clinton "fortalecer la cooperación bilateral" en la materia, dijo un comunicado del Gobierno mexicano.
La secretaria de Estado también se reunió con Espinosa, con quien además del dominante tema de la seguridad fronteriza, delinearon la visita que realizará a México el presidente estadounidense, Barack Obama, los días 16 y 17 de abril.
El Gobierno mexicano ha expresado en varias ocasiones la necesidad de que exista corresponsabilidad en la lucha contra el narcotráfico y puntualizó que la gran mayoría de las armas de los cárteles de la droga provienen de Estados Unidos.
Durante el trayecto en avión que la llevó a México, la jefa de la diplomacia estadounidense afirmó a la prensa que su gobierno trata de detener el flujo de armas hacia los cárteles de la droga.
"No son sólo armas, son lentes de visión nocturna, son chalecos antibalas (...) Desde que sabemos que la mayor parte, un 90% de esto (armamento), viene de nuestro país vamos a intentar detenerlo", admitió Clinton.
El martes, la Casa Blanca anunció que reforzará con 300 a 400 agentes federales su frontera con México para luchar contra el crimen organizado, y que creará un centro de inteligencia regional de su Agencia Federal de Investigaciones (FBI).
La visita de Clinton ocurre en medio de una espiral de violencia en la frontera común, donde los cárteles de la droga se disputan las rutas hacia Estados Unidos, lo que ha llevado al gobierno de Calderón a desplegar 8.500 soldados en la fronteriza Ciudad Juárez (norte), la más violenta del país.
"Nuestra insaciable demanda de drogas ilegales alimenta el comercio de drogas", reconoció Clinton sobre el consumo en su país, el mayor mercado de cocaína del mundo.
En la rueda de prensa conjunta, Clinton y Espinosa rechazaron que México sea un "estado fallido", como lo había señalado un informe del departamento de Estado divulgado en febrero pasado.
La violencia ligada al crimen organizado ha dejado desde principios de 2008 más de 6.400 ejecuciones pese al despliegue de más de 36.000 efectivos, principalmente en la zona norte de México.
La semana pasada, México asestó dos golpes a los cárteles con la detención de Vicente Zambada, uno de los cabecillas del cártel de Sinaloa (noroeste), y de Sigifredo Nájera, sicario del cártel de Golfo acusado de atentar en octubre pasado contra el consulado estadounidense en Monterrey (norte).
Otra estrategia del Gobierno mexicano para combatir al narcotráfico fue el lanzamiento de un programa de recompensas de hasta dos millones de dólares por información entregada anónimamente que conduzca a la captura de 24 capos de seis cárteles.
Otros asuntos que serán abordados en la visita de Clinton son la migración, la competitividad, la cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago y la reunión del G20 en Londres.
Clinton también se reunió en la Ciudad de México con un grupo de estudiantes indígenas y visitará el jueves un centro de control policial para luego viajar a la ciudad industrial de Monterrey (norte).
El mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, viajará a México a mediados de abril, según anunció este miércoles la presidencia mexicana, en momentos en que ambos países resienten el impacto de la crisis mundial y buscan formas de contener el narcotráfico.
Obama estará en México el 16 y 17 de abril para continuar las discusiones sobre temas bilaterales como competitividad y desarrollo económico, seguridad y migración, entre otros, dijo en un mensaje a la prensa el portavoz del presidente Felipe Calderón, Maximiliano Cortázar.
Ambos mandatarios se reunieron el 12 de enero en una visita de Calderón a Washington, poco antes de la toma de posesión de Obama.
México está comenzando a sufrir el golpe de la recesión en Estados Unidos, a donde envía más de un 80% de sus exportaciones y de donde recibe la mayor parte de la inversión extranjera directa así como vitales remesas familiares.
Los dos países comparten una extensa frontera de 3,200 kilómetros actualmente militarizada por parte de México en varios puntos para contener la violencia de los cárteles del narcotráfico, que luchan entre sí por las rutas de introducción de drogas a Estados Unidos, el mayor mercado del mundo.
La violencia de estas bandas dejó sólo el año pasado cerca de 6.300 muertos en México. En uno de sus últimos intentos por frenar la ola de crímenes, el Gobierno mexicano envió a comienzos de este mes a la fronteriza Ciudad Juárez a unos 5.700 militares y policías federales.
La relación entre los países vecinos a menudo ha tenido roces por los temas de narcotráfico, pero también porque México quiere un plan migratorio para dar una solución legal a los cerca de 7 millones de trabajadores indocumentados que viven en Estados Unidos, así como también por temas comerciales.
Esta semana, México decidió subir los aranceles a 90 productos agrícolas e industriales importados de Estados Unidos, en represalia por la prohibición a transportistas mexicanos de entrar a las carreteras estadounidenses.
Los dos países son socios en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que también integra a Canadá, y está vigente desde enero de 1994.
Las muertes vinculadas a las bandas de drogas en México llegaron a 6.300 el año pasado, inquietando a los inversionistas y amedrentando a los turistas.
Desbaratar a los cárteles, que se han armado con contrabando de Estados Unidos y suelen dejar a sus rivales muertos, a veces decapitados, en las calles, se ha convertido en una de las mayores pruebas a la presidencia de Calderón.
El presidente mexicano, quien realizará una visita de Estado a Gran Bretaña la próxima semana, dijo al Financial Times que ni la ayuda financiera de Washington hasta el momento, ni sus intentos por frenar la actividad ilegal a lo largo de su frontera de 3.200 kilómetros, era suficiente.
"La ayuda debería ser equivalente al flujo de dinero que los consumidores estadounidenses dan a los criminales", dijo, refiriéndose a las compras de narcóticos de cárteles de drogas mexicanos por personas en Estados Unidos.
Se cree que los cárteles mexicanos operan en unas 230 ciudades estadounidenses.
Al ser consultado sobre cuánto dinero se necesitaría, Calderón respondió:
"Entre 10.000 millones de dólares y 35.000 millones de dólares, la verdad es que nadie sabe".
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, dijo durante una visita a México esta semana que la "demanda insaciable" en Estados Unidos por drogas ilegales tenía parte de la culpa de gran parte de la violencia de México.
El Gobierno de Obama también esbozó un programa de 184 millones de dólares para añadir 360 agentes de seguridad a puestos fronterizos.
Pero el Congreso de Estados Unidos este mes recortó la cantidad de dinero en ayuda antidrogas que reservará este año fiscal a 300 millones de dólares de los 400 millones de dólares del año pasado, bajo una promesa de 1.400 millones de dólares para México y Centroamérica durante tres años.
Calderón, quien desde que asumió su cargo el 2006 ha gastado más de 6.400 millones de dólares en la guerra antidrogas, dijo:
"Obviamente el dinero no es suficiente, particularmente si el dinero se reduce de esa manera".
La visita de la señora Hillary Clinton a México sólo tiene un objetivo: advertir al gobierno ilegítimo de Felipe Calderón que si no acepta las condiciones económicas y militares que su gobierno “recomienda” será a México imposible alcanzar la paz que necesita. Entre las “recomendaciones” se plantea sellar la frontera que hay entre los países con el extenso muro construido y apoyar a la guardia nacional, al FBI y a los demás cuerpos de inteligencia de la USA que la vigilará de manera permanente para evitar el paso de braceros, narcotraficantes y terroristas. A cambio de ello se buscará la aprobación del envío de dinero, de tecnología, de armas y asesoría yanqui al gobierno acordado en la llamada “Iniciativa Mérida”, que no es otra cosa que el Plan México”.
2.
Hillary Clinton no es “una blanca paloma” al servicio del “halcón negro”; no debe olvidarse que los dos representan lo que el viejo Foster Dulles señaló en los años cincuenta: “los EEUU no tienen amigos, tienen intereses”. El narcotráfico y la venta de armas es un enorme negocio para gobierno y empresarios norteamericanos. Los EEUU, cuya economía se ha basado en la industria armamentistas, se han encargado, a través de la historia, de vender las armas para enfrentar amigos y enemigos en todas las guerras. Ha sido ampliamente demostrado que durante las dos guerras mundiales los productores de armas yanquis se encargaron de armas a aliados y alemanes, así como también lo han hecho en lejano y medio oriente, entre judíos y árabes.
3.
Con el gobierno del negro Obama y su secretaria de Estado la blanquísima Clinton, los EEUU pretenden “lavarse la cara” después del gobierno ultraconservador y guerrerista de Bush; sin embargo, al transcurrir unos meses, escuchar sus discursos y declaraciones y estar atentos a su actuación, puede confirmarse que podrá haber un cambio de estilo y de palabras, pero el proyecto de dominación del imperio no podrá cambiar. Se continuará construyendo el muro, se seguirá llenando México de agentes del FBI y de la CIA, continuará la política “antiterrorista”, los poderosos capitales yanquis (junto a sus socios mexicanos) seguirán saqueando el país y continuarán las amenazas contra Venezuela, Bolivia, Ecuador y todos los gobiernos rebeldes.
4.
En América Latina se ha desarrollado, con toda razón y justicia, un enorme odio contra los gobiernos yanquis. En México, después de la gira del presidente Kennedy y su sensual esposa Jacqueline a principios de los años sesenta, y de la agudización de la invasión yanqui a Vietnam, ningún presidente de EEUU se ha paseado en carro abierto por las avenidas de la Ciudad de México. Después de que el vice presidente Nixon fue apedreado e insultado en las calles (¿de Caracas, Bogotá, Dominicana, Montevideo, Panamá?) las “visitas” de los gobernantes yanquis se hacen en entidades pacíficas como Yucatán o Guanajuato, fuertemente resguardados por miles de soldados de los ejércitos yanqui y mexicano. No se sabe en que estado de la República llegará Obama.
5.
El repudio a los gobiernos yanquis ha sido histórico en el mundo, particularmente en Latinoamérica. A principios de los sesenta las batallas de Fidel Castro en Cuba, de los Tupamaros en Uruguay, de Caamaño en Dominicana, de los Montoneros en Argentina y las de las guerrillas en Venezuela, Guatemala, Colombia, Perú, Bolivia, etcétera, junto a las luchas del Vietminh en Vietnam y las del maoísmo en China, nos legaron un buen nivel de conciencia y combatividad a los jóvenes mexicanos de entonces. Los partidos políticos (PRI, PAN, PPS, PARM), integrados al aparato de Estado, apoyaban siempre al gobierno, tal como se espera que suceda con la visita de Obama. La única esperanza de dignidad y antimperialismo son los jóvenes.
6.
Son los jóvenes anarquistas, punk. altermundistas, “ultras” y antiparlamentarios, quienes en Monterrey, Cancún, Guadalajara, Mérida, DF, y otros estados de la República han enfrentado con gran dignidad y valentía al Estado Mayor Presidencial y al ejército (disfrazado de policía) cuando les ha bloqueado sus protestas contra Bush en las calles y plazas y los han reprimido y encarcelado. Parece que ante la mayor integración de los partidos y políticos electoreros al aparato de dominación, la fuerza de los jóvenes en la lucha se hace indispensable. Por eso los grandes gobernantes, políticos y magnates del capital tienen que vivir escondidos y haciendo sus reuniones en los sitios donde las masas de jóvenes descontentos no los puedan alcanzar.
7.
La lucha contra el narcotráfico es sólo una “cortina de humo” (pero también un enorme negocio) para que los planes yanquis avancen en América, donde los gobiernos de México, Colombia y Perú, juegan un importante papel a su servicio. La producción y el tráfico de estupefacientes podrían acabarse si tras su comercio no estuvieran grandes capitales de gobiernos y empresarios de muchos países. La realidad es que tanto el gobierno mexicano como el de EEUU están profundamente penetrados por los “terribles y temidos varones del narcotráfico”. ¿Cuántas campañas políticas, centros comerciales, poderosos bancos y fuertes multimillonarios se han hecho del impulso de la producción y comercialización de la droga? Pero los objetivos son otros.
8.
La semana pasada, en reunión internacional de tres días celebrada en la ciudad de México, muchos representantes de organizaciones del mundo, reunidos en el XIII seminario Los Partidos y Nueva Sociedad, se pronunciaron contra el imperialismo, por la lucha anticapitalista y por el socialismo. El apoyo a las batallas de los pueblos y gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador, así como el impulso a las luchas de la izquierda radicalizada en otros países que buscan independizarse de los gobiernos yanquis estuvo siempre presente. En los informes y análisis presentados en este décimo tercer seminario se pudo reconfirmar que las luchas de los pueblos apuntan hacia su liberación y que ninguna fuerza aliada al imperio podrá frenarla.
9.
Por eso la Clinton, la Napolitano y el Obama, en cualquier momento que se presenten, no son bienvenidos a México. Sus ayudas que tanto ofrecen al combate al narcotráfico y a la venta de armas son totalmente hipócritas y engañosas. Para los gobernantes estadounidenses la droga que bien distribuyen en su ejército, así como la producción de armas para las guerras que tanto necesitan para extender su dominio, siempre serán un buen negocio. Pero el desgobierno panista de Felipe Calderón necesita con urgencia más apoyo para impedir su derrumbe. Esperamos que México despierte y recupere fuerzas, como los jóvenes de los sesenta, que salieron a las calles para repudiar a esos representantes del imperio, de la guerra y de la explotación.
Durante dos días prodigó sonrisas y con su tersura logró neutralizar mediáticamente los obuses del director de Inteligencia, Dennis Blair, y la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano.
El discurso amable y cálido de Hillary Clinton, quien llegó a decir que Estados Unidos y México son “parte de la misma familia”, tuvo un inusual tono autocrítico en relación con las responsabilidades estadounidenses incumplidas en materia de combate a los cárteles de las drogas.
La jefa de la diplomacia de guerra de Washington reconoció aquí, que la insaciable demanda de drogas en su país impulsa el ilícito, y minimizó los señalamientos formulados en el Capitolio por Blair y Napolitano, en el sentido de que México es un Estado fallido y el presidente Felipe Calderón ha perdido el control de diversas zonas del territorio nacional.
La agenda de Clinton estuvo marcada por el tema de la seguridad, y se dio en el marco de una dura campaña mediática sobre la violencia en México, originada en los círculos de inteligencia en Washington, que no cesó durante la visita de la secretaria de Estado.
Mientras aquí, con su eterna sonrisa y un guión hermético, Hillary Clinton afirmaba que México es un país democrático y que la estrategia contra la delincuencia es “excelente”, en Washington, Janet Napolitano sostenía que en la lucha contra el narcotráfico el gobierno de Calderón enfrenta un “riesgo existencial”.
Al comparecer ante el Comité de Seguridad Interna del Senado, la ex gobernadora de Arizona expuso por escrito que la violencia en México es una amenaza internacional y un tema de seguridad nacional para Estados Unidos.
Asimismo, dijo que ante la posibilidad de un desborde de la violencia en México, su secretaría ha elaborado un “plan de contingencia”, el llamado Plan de Operaciones de Violencia en la Frontera Suroeste, heredado de su antecesor, Michael Chertoff. Incluso, señaló que se continuaba analizando si se enviará a la Guardia Nacional a la frontera con México.
Las disonancias entre las secretarias de Estado y Seguridad Interior podrían explicarse por el hecho de que mientras a Clinton le corresponde mostrar la cara diplomática de la superpotencia imperial, Napolitano debe rendir cuentas puntuales sobre la seguridad estadounidense.
En ese contexto, no quedó claro cuál es la política mexicana de Barack Obama. ¿La Casa Blanca ve a México como un Estado fallido y al gobierno de Calderón en riesgo de colapsar o, súbitamente, como por arte de magia, se pasó del golpeteo mediático a un romance de “corresponsabilidad” y “culpas” compartidas en clave familiar?
Clinton no ignoró en México el tono alarmista con el que sectores de la administración Obama impregnaron la relación bilateral con México. “Ser una familia nos da la oportunidad de tener desacuerdos sin poner en riesgo nuestros lazos fundamentales”, dijo la secretaria de Estado.
En todo caso, como avanzada de la visita de Estado que realizará Obama a México el mes entrante, en tránsito hacia la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, Clinton exhibió el lado amable de la administración, en un escenario geoestratégico signado por cuatro elementos clave del aparato de seguridad de Estados Unidos: armas, droga, negocios y caos.
En el último cuarto del siglo XX en América Latina, esos tres primeros elementos: armas, drogas y negocios, fueron centrales en la promoción del caos y la desestabilización de países sujetos a la penetración y/o intervención militar de Estados Unidos.
México parece haber entrado en esa senda. Al respecto, durante la visita de Hillary Clinton se anunció en Washington que el Pentágono había aprobado una partida para “liberar territorios” en México. Es decir, zonas “ingobernadas” en poder del narcotráfico.
Según la noticia, los recursos, poco más de 12 millones de dólares, complementarios de los 300 millones aprobados en el marco de la Iniciativa Mérida, serán usados para capacitar militarmente al ejército y a la armada de México en operaciones “antiterroristas”.
Ergo, con la excusa del combate a las drogas, los negociantes de armas harán su agosto y se profundizarán el caos y la desestabilización en México, con su alta cuota de muertos. Huelga mencionar la intencional confluencia entre narcotráfico y terrorismo con fines ulteriores no muy explícitos.
Total, que el doble discurso de Washington quedó exhibido una vez más. En todo caso, el tiempo dirá si la presencia en México de Hillary Clinton fue “positiva”, o si hay amores eternos y en familia que sólo duran una corta visita.
El embajador Arturo Sarukhan indicó que el dinero y las armas brindan a los carteles de la droga los medios para corromper, sobornar y matar.
Las autoridades mexicanas sostienen que el 90% de las armas utilizadas por los carteles de la droga proceden de Estados Unidos. Sin embargo, no desglosó la proporción adquirida legalmente por el ejército, la policía y otros organismos de seguridad mexicanos, y las que son enviadas ilegalmente, de contrabando, desde Estados Unidos a México.
El presidente Barack Obama visitará México esta semana antes de asistir a la Cumbre de las Américas en Trinidad.
La Casa Blanca ha adoptado diversas medidas para brindar mayor asistencia a México en su lucha contra la violencia del narcotráfico.
Sarukhan compareció el domingo en un programa de la cadena de televisión CBS.
El presidente mexicano Felipe Calderón inició una campaña contra el crimen organizado en el 2006. Desde entonces, la violencia entre los carteles de la droga, sus rivales y soldados ocasionaron casi 9.000 muertes y una ola delictiva que se propagó a Estados Unidos.
Aunque Sarukhan sostiene que el uso de armas de aspecto militar aumentó después que Estados Unidos derogó su prohibición en el 2004, no llegó a pedir que el Congreso vuelva a prohibirlas.
"Lo que diríamos es que ... al reanudar la prohibición, ello podría tener un profundo impacto en el número y en el calibre de las armas que van a México".
La secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton, el secretario de Justicia Eric Holder y la secretaria de Seguridad Interior Janet Napolitano han visitado México recientemente para colaborar con sus colegas en la lucha contra el narcotráfico.
El gobierno de Obama dijo que adoptó diversas medidas para ayudar a México en su lucha contra la violencia del narcotráfico, incluyendo el aporte de más agentes federales para evitar el contrabando de armas.
El endurecimiento de las medidas de seguridad mediante la construcción de vallas y medidas similares no ha tenido un impacto en el narcotráfico o en el contrabando de armas, según Sarukhan.
"Podremos controlar nuestra frontera si podemos controlar el tráfico ilícito en ambas direcciones, el de las drogas que van hacia el norte, y el de las armas y dinero que van hacia el sur", insistió el diplomático. "Tendremos que trabajar juntos. Y le corresponde a México asegurar que la frontera común es segura, que hacemos cosas a ambos lados de la frontera, para asegurar conjuntamente que la frontera es segura, y que es protegido el bienestar de nuestros ciudadanos en ambos lados de la frontera".
Patria Grande
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