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Doctrina de dominación espectro completo |
Súper Depresión:
A) Crisis Económica
B) Colapso Sistémico del Capitalismo
¿Elija una opción?¿Será que se está derrumbando el sistema capitalista mundial?
En tiempos de severas crisis, hace milenios, Heracleitus de Éfeso (540-475 a.C.) nos dio unos sabios consejos para la comprensión práxica:
Todo fluye, la dialéctica, la contradicción, es bueno para nosotros, y la guerra es el padre de todas las cosas.
Muchos siglos más tarde, en el advenimiento de la sociedad burgués-capitalista, Hegel, el filósofo del Estado prusiano, aclaró los límites dialécticos de cualquier realidad planetaria, de cualquier sistema cerrado:
¡Todo lo que viene a existir, merece perecer!
Hace tres años, en enero de 2006, hemos hablado sobre estos asuntos, entre otras cosas, si después del colapso de la Unión Soviética pronto vendría también el gran colapso de los Estados Unidos de América. Ahora, cuando esta previsión científica cada vez más se está convirtiendo en una realidad global, surgen muchas preguntas importantes por debatir en el correspondiente ambiente académico y político.
Sabemos que el imperio romano cayó, lo hizo el imperio británico, también el "Tercer Reich" y el propio ‘imperio’ norteamericano tampoco se salvará. El capitalismo no puede vivir para siempre, no es un Dios eterno y absoluto. Sus leyes de existencia, los marxistas los han identificado con precisión, y a lo largo de estas líneas, tal y como fueron elaboradas, el sistema capitalista va tirando la toalla paso por paso. En este momento tenemos que aclarar lo siguiente, por el bien de las luchas de clase trabajadoras, del socialismo, de la emancipación global.
* ¿Esta crisis se trata de una simple "crisis financiera" causada por unos pocos banqueros criminales?
* ¿Estamos viviendo una ‘crisis económica mundial’ compleja? ¿Será que finalmente vamos a resolver todos los problemas y el capitalismo vivirá felizmente otra vez?
* Por último, ¿estamos enfrentando el final del imperio americano, es decir, el colapso total del capitalismo global?
* ¿Es esto el fin del mundo?
Ninguna de estas preguntas se pueden tratar en un breve comentario, pero es importante hacer hincapié en sus posibles respuestas apocalípticas.
En diferentes épocas a través de los últimos milenios se han formulado preguntas similares y se dieron respuestas concretas. Sin embargo, las crisis financieras y económicas del pasado se resolvieron o se pospusieron, hasta ahora.
A pesar de la Gran Depresión de 1929 y sus violentas secuelas terroristas, el capitalismo todavía no se derrumbó por completo.
Además, como podemos ver, para nosotros, los sobrevivientes, Jesucristo no ha regresado y el mundo no ha terminado todavía. El proletariado mundial tampoco ha conquistado el poder social.
En lo que toca al colapso total del sistema capitalista en los próximos años o décadas, la respuesta es mucho más complicada, y necesitamos estudios profundos y rigurosos. A continuación algo de nutrición valiosa para una reflexión seria.
Hay una gran diferencia entre las recesiones y depresiones del pasado y las actuales. Nuestro "Gran Colapso" se produce en la época de la globalización, al final de la plena realización de las revoluciones burgués-democrático-capitalistas francesa e industrial. Las crisis financieras y económicas son sólo los síntomas, el aspecto visible del colapso total de un modo de producción obsoleto que se ha convertido en un Moloch de la destrucción a nivel mundial, y que podría significar la erradicación de la vida en el planeta tal como la conocíamos hasta ahora.
Entre otras cosas, para comprender nuestro quo vadis, para tratar de responder las preguntas anteriores, es necesario una dialéctica materialista, una praxis científica y una teoría filosófica. Debemos tener un buen conocimiento sobre la conciencia y las luchas de clase, la economía y sociología política, también es necesario el conocimiento de las teorías del imperialismo, del fascismo, la globalización y la caída del modo de producción capitalista.
No hay necesidad de tener miedo o ser pesimista ... es la cosa más fácil del mundo adquirir todas esas habilidades y capacidades.
Uno sólo tiene que vivir y estudiar, pensar y adoptar una actitud anti-capitalista, es decir, a favor del socialismo científico y filosófico, a saber, convertirse en un marxista revolucionario y emancipador.
Los marxistas han explicado una y otra vez lo que es una crisis financiera, lo que es "capital financiero" (Hilferding). El propio Marx explicó la "crisis económica mundial" en ‘El Capital’. Junto con Engels elaboró la primera ‘teoría de la globalización’ que fue nada menos que el Manifiesto del Partido Comunista. Lenin nos explicó lo que es el “imperialismo, la más alta etapa del capitalismo”; Ernest Mandel explicó lo que es el capitalismo corporativo, las ‘ondas largas del capitalismo’, sus caídas, accidentes y depresiones en su ‘capitalismo tardío’ y en otras obras. Rosa Luxemburgo nos dijo de lo que se trata el "complejo militar e industrial” y explicó su relación con la acumulación del capital mundial. Tanto los académicos marxistas como no-marxistas modernos han actualizado y refinado estos conocimientos.
En cuanto a la recesión, la depresión y "la teoría del colapso del capitalismo mundial", el marxista holandés Anton Pannekoek describe su esencia política en su obra "Die Zusammenbruchstheorie des Kapitalismus", publicada por primera vez en los Países Bajos en la revisión "Raetekommunist”, Nº 1 de junio de 1934.
Lenin y Trotski elaboraron su praxis emancipatoria en sus ‘teorías del imperialismo’ y ‘la revolución mundial permanente’.
Precisamente, centrándose en la Gran Depresión de 1929 y en el auge del nazismo y el fascismo en Europa y en otras partes, el colapso y la teoría de las crisis se convirtieron en algo altamente actual en los debates marxistas durante la época de 1930. El reto era diagnosticar científicamente si el imperialismo capitalista se encontraba simplemente en una crisis temporal y finalmente iba a recuperarse, o si el sistema capitalista, como consecuencia de sus profundas contradicciones se iba a derrumbar y desaparecer. Otro aspecto fue, analizar, si su llamada capacidad de "adaptarse", no era simplemente un aplazamiento de su agonía, que se iba a volver cada vez peor, más mortal, y, finalmente, llegaría a una fase de colapso total, a un estado más allá de cualquier salvación.
Es precisamente esta discusión la que nos interesa en la actual depresión.
Hace tres años, hemos formulado este punto crucial de la siguiente manera:
"Al igual que hoy, la pregunta en la década de 1930 era, si los trabajadores del mundo deberían sentarse y cruzar los brazos ... en otras palabras cultivar la reconciliación de clase para superar su aburrimiento, engendrar el reformismo, participar en diálogos sin sentido y esperar pacífica y pasivamente el inexorable desglose final del capitalismo ... o si a través de la teoría y la praxis revolucionaria deberían acabar con el capitalismo y el imperialismo, incluso antes de su globalización total, y antes de su propio colapso inevitable"
Con referencia a lo anterior, para Lenin y Trotski fue muy claro, que, no importa cuan débil o fuerte el sistema económico capitalista pudiese llegar a ser, no se derrumbará automáticamente por sí mismo, sino debe ser derrocado por la lucha de clase revolucionaria consciente por parte de los trabajadores.
Actualmente, esta es también nuestra opinión.
Analistas modernos, como Peter Goodspeed de la "National Post", piensan que el "desorden global puede dar a luz a una nueva era", puede cambiar el "panorama geopolítico mundial".
Goodspeed describe el actual fiasco de la siguiente manera:
"Los sistemas financieros y bancarios del mundo casi han sufrido una fundición total; se han barrido economías enteras; billones de dólares de activos se han evaporado, y millones de personas de Windsor a Wuhan han perdido sus puestos de trabajo. Gobiernos se han derrumbado, han surgido ciudades de carpas para las familias en bancarrota, altos ejecutivos ahora trabajan como conserjes, instituciones financieras una vez poderosas han sido burladas, inversores han sido devastados, consumidores aterrados y gobiernos desorientados".
Aunque él también ve una "crisis económica mundial" intra-sistémica, va más allá de las estadísticas diarias que circulan en Wall Street y puede ver que "la actual crisis económica está dando lugar a una nueva era ...". Por supuesto, según su "teoría del colapso y de crisis", que es típica en la actualidad, esta nueva era no será proletaria, anti-capitalista, trans o incluso exvolucionaria, es decir, no va a cruzar el Rubicón capitalista hacia otros modos de creación y emancipación humana.
También en este caso, a escala mundial, la confusión teórica es moneda corriente. Una cosa es una crisis económica mundial, otra cosa es el colapso económico de un sistema capitalista global. Peter Goodspeed, nos informa:
"Los colapsos económicos ya han tocado a Brasil, Hungría, Islandia, Indonesia, Pakistán, Rusia, las repúblicas bálticas y Asia Central. La furia de la gente se ha extendido a las calles de Europa, con disturbios contra los gobiernos de Lituania, Bulgaria, Letona y Grecia.
Hubo una serie de huelgas salvajes en Gran Bretaña por parte de trabajadores que alegaron que se les negó el empleo por parte de los contratistas de construcción que utilizaron trabajadores extranjeros más baratos. Si el desempleo sigue aumentando, Francia teme el regreso a los coches quemados, los jóvenes enmascarados y los ataques incendiarios en sus suburbios industriales".
Considerando lo anterior, y teniendo en cuenta que en cuestión de meses, el colapso económico del capitalismo mundial ha cambiado en un modo de auto-destrucción, por la destrucción de casi la mitad de la riqueza productiva de la humanidad, entonces realmente se ve muy claro el peligro de un rumbo hacia la barbarie a nivel global. Desde 2008, este Moloch económico ... medido en decenas de billones de dólares ... ya ha destruido el equivalente al producto bruto anual de todo el planeta. Pronto muchos países importantes podrían llegar a la quiebra y esto podría sellar el colapso total del sistema imperialista mundial.
La capacidad de la vida y de los recursos planetarios de ser explotados y utilizados para la producción, ha llegado a su límite máximo; la capa de ozono está dañada, el planeta se está calentando, causando catástrofes climáticas, progresivamente, el planeta se está convirtiendo en un pantano apestoso y radio-activo. En el Medio Oriente una crisis energética termina en genocidio, el agua potable y el tan vital oxígeno se están convirtiendo en escasez, millones de trabajadores están siendo empobrecidos a escala mundial, grandes corporaciones se desvanecen en el aire, arsenales de armas de destrucción masiva están siendo almacenadas en todo el mundo, el fascismo moderno está tocando la puerta .... todas estas son condiciones ni para rejuvenecer el imperialismo, ni para establecer el socialismo clásico. Se trata de un colapso total de todos los modos de producción que hemos conocido hasta ahora.
Más vale que empecemos bien rápido con un nuevo modo auténtico de creación y emancipación.
Ahora, de lo que teníamos que emanciparnos en la época del "buen" capitalismo liberal competitivo, Marx y Engels nos lo han explicado en su "teoría de la globalización" y en "el colapso económico del sistema capitalista", como se expuso en el "Manifiesto del Partido Comunista" en 1848:
"Un movimiento similar está ocurriendo ante nuestros propios ojos. Una sociedad burguesa moderna, con sus relaciones de producción, de intercambio y de propiedad, una sociedad que ha evocado esos gigantescos medios de producción y de intercambio, es como el brujo que ya no es capaz de controlar los poderes del bajo mundo a los cuales ha llamado por sus conjuros".
Sí, el brujo, la sociedad capitalista moderna, con sus voraces hechizos ha evocado los poderes del bajo mundo, su propio colapso económico: sus propias contradicciones y sus luchas globales de clase inherentes. Lo que más teme el imperialismo corporativo es el "fantasma del comunismo", es decir, en términos modernos, un nuevo modo de creatividad y creación humana, un proceso histórico que él, el brujo, ya no puede controlar. Actualmente somos testigos del caos internacional, de la anarquía, la decadencia y el colapso del sistema mundial capitalista; pero medido en términos de espacio y tiempo, el capitalismo desaparecerá mucho más rápido de lo que duró su nacimiento violento y sangriento en Europa.
Mientras tanto, cada día más, en todas partes llegan al público fragmentos de noticias sobre el colapso del capitalismo mundial, y esos informes sólo confirman nuestras aproximaciones científicas.
Según el “Sunday Times” del 15 de marzo de 2009, ahora "los tumultos apuñalan el corazón de la economía mundial". Además, "la fuerte caída en la producción industrial en países como Japón, Alemania y Corea muestra que la tormenta que ha afectado los mercados financieros durante los últimos 20 meses, ahora también se siente en la economía real. Esto tendrá un enorme impacto sobre las futuras ganancias de las empresas".
A todas estas, la Casa Blanca sigue la trayectoria de la política terrorista belicosa de la 'era Bush' con su doctrina de dominación del espectro completo que está destinada a desembocar en una próxima guerra mundial y en el fascismo mundializado o globofascismo. Tras el incidente marino en el Mar de China entre barcos chinos y uno de EE.UU., el presidente Obama mandó buques de guerra hacia el Mar de China Meridional, además del reforzamiento de las tropas norteamericanas en Afganistán y planes de unas posibles intervenciones militares en México y Sri Lanka. Ante la imposibilidad de ponerle un parado a la crisis económica y financiera y al colapso del sistema capitalista internacional, a la Casa Blanca bajo Obama no le parece quedar otra opción sino utilizar su fuerza bruta militar para paliar las situaciones críticas tanto a nivel externo como interno. En última instancia, todo ello para confrontar los disturbios, las revueltas y posibles revoluciones en puerta, producto del colapso del capitalismo y expresión de la lucha de clases a nivel internacional.
Así que el imperialismo corporativo ya está preparando el escenario para una próxima guerra mundial para desviar la atención del problema real, mientras que en los países metropolitanos se está preparando la represión más sofisticada en contra de sus propias poblaciones, más preciso, en contra de la lucha de clase de sus clases trabajadoras.
Franz J. T. Lee

Etiquetas: conocimiento, memoria, monopolios, multitud, politica, sabiduria.
Profesor de la Universidad Federal Fluminense. Presidente de la Cátedra y Red UNESCO y Universidad de las Naciones Unidas sobre Economía Global y Desarrollo Sostenible e integrante de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad. Estuvo en Lima, donde clausuró un seminario sobre los 80 años de la publicación del libro Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana de José Carlos Mariátegui.
Era necesario conocer la opinión del destacado intelectual brasileño, cuando el mundo sufre una de las más grandes crisis financieras de la historia. Por eso, lo entrevistamos al día siguiente del seminario. Theotonio nos recibió en su casa, ubicada en un barrio de clase media al sur de Lima.
- Esta crisis mundial provocada por los especuladores financieros del Wall Street ¿Significa el fin del neoliberalismo o sólo es un traspiés de esta fase del capitalismo?
- Es un golpe muy profundo al neoliberalismo, porque demuestra claramente, de que la idea del Estado mínimo, del equilibrio fiscal, monetario, cambiario no tiene ninguna vigencia.
La verdad es que, en el funcionamiento concreto de la economía capitalista contemporánea está basada en los grandes monopolios y en la fuerte intervención estatal, el capitalismo estatal, no hay espacio para una doctrina de Estado mínimo y de vuelta a un ideal de libre mercado que nunca existió, ni tiene la posibilidad de existir.
Entonces, todo eso compromete muy profundamente al neoliberalismo como ideología, porque como ciencia nunca tuvo realmente ninguna calidad científica.
Está en proceso de decadencia, pero todavía es difícil enterrarlo, porque el gran capital y los políticos se han comprometido con estos ideales -si se les puede llamar así- neoliberales. Y hay una búsqueda de garantizar un libre mercado, que en el fondo es mucho más, no tanto una política de libre mercado, pero sí un intento de salvar lo máximo posible al sector privado y particularmente al sector financiero. Todavía hay una política fuerte en esa dirección, el gobierno de los EE.UU. está entregando recursos colosales al sector bancario a nombre de que el Estado no debe asumir el control completo de la situación, sino que simplemente apoyar al propio sector financiero que es el culpable de todo esto.
Ahora mismo existe una discusión grande sobre cómo los bancos norteamericanos van a utilizar los recursos y por qué los bancos deben recibirlos y que hacer con estos.
Entonces, todos estos recursos gigantescos que se están invirtiendo para mantener liquidez en los EE.UU., terminan en manos del sector financiero privado, que pasa a una etapa superior de capital monopólico.
Los cinco mayores bancos controlan la mitad del movimiento interbancario mundial y ahora van a fortalecerse mucho como potencias oligopólicas.
Además han quebrado gran parte de los más importantes bancos. Y tienen que quebrar, porque el sector financiero existente en el mundo se ha generado en función de la especulación y por lo tanto no corresponde a ningún valor efectivo.
Estos activos tan grandes no existen.
Es una situación absurda, inflacionaria, porque todo lo que se produce en el sector productivo pasa al sector financiero y por lo tanto, la gente que vive de ese sector -que es una gente inútil para la sociedad en general- son los que manejan estos falso activos.
Eso tiene que ser reajustado para que se pueda volver a una etapa de crecimiento significativo.
Desgraciadamente la acción del Estado es en el sentido de conservar estos activos falsos. Y la sociedad se amaga a contribuir para que esos activos falsos continúen existiendo.
- ¿Cuál es la influencia económica que tiene China sobre los EE.UU.?
- De esta crisis China va a salir como una potencia mundial mucho más fuerte, primero porque ella tiene liquidez.
En una situación donde no hay liquidez, es evidente que tiene un poder muy grande al ofrecer liquidez para los sectores que les parezca interesante.
Hasta ahora no ha entregado su liquidez al gobierno norteamericano, sino que está buscando aprovecharse de la situación para comprar empresas, para fortalecerse dentro del sistema financiero internacional.
Creo que con eso va a salir de la crisis como un poder financiero muy grande.
El hecho de que tenga alrededor de unos 600 mil millones de dólares de activos en bonos norteamericanos, son reservasque, claro, le dan un poder muy grande en los EE.UU.
El gobierno norteamericano depende mucho de China en este momento, en el sector financiero además del aspecto comercial.
China va a usar esto para tener un rol más importante en las instituciones internacionales.
En este momento el gobierno de China está empezando a tomar medidas en ese sentido y esta realmente hablando de una reestructuración del sistema financiero mundial con un rol creciente de China y del grupo conocido como los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) además de otros centros y polos de poder mundial.
Se refuerza mucho como poder asiático, que es la versión más dinámica del mundo hoy.
Japón profundiza sus crisis, mientras China se desarrolla.
La moneda china tiene una perspectiva muy superior a la moneda japonesa, porque está muy devaluada.
Entonces la gente sabe que es una moneda que sólo puede valorizarse y por lo tanto hay una preferencia por el yuan muy grande.
La situación de China es de una potencia en ascenso, entre otras cosas como resultado de la crisis.
- ¿Qué significa el Banco del Sur como propuesta financiera antihegemónica? ¿Qué hubiese sucedido si este banco estuviera consolidado hoy?
- Si hubiéramos avanzado más en el Banco del Sur ya estaríamos operando, sería una circunstancia muy favorable.
Como quería y quiere el gobierno de Venezuela, podríamos usar gran parte de las reservas como capital del Banco del Sur.
Pero hay resistencias, por lo menos de parte de Brasil y de otros países, de utilizar las reservas.
Sólo quieren mantener dentro de los capitales básicos puestos por ellos, que da una suma de unos 10 mil millones de dólares.
Pero si nosotros pudiéramos tomar de las reservas, aunque sea un 10 por ciento, podríamos operar con unos 30 mil millones de dólares. Y eso le daría al Banco del Sur una capacidad de intervenir en esta crisis con mucha fuerza, garantizar liquidez para casi toda la región.
Con 30 mil millones de dólares de préstamos se estaría fortaleciendo mucho la liquidez de la región y dirigirla a inversiones del sector social, infraestructura y a sectores que son estratégicas en este momento.
Pero desgraciadamente las negociaciones son lentas, los bancos centrales están en contra, están aceptando eso porque los gobiernos están peleando, aunque hay mucho miedo de operar con mayor autonomía.
Hay una debilidad histórica de nuestra clase dominante, porque son clases dominantes/dominadas, dependientes, subordinadas, enajenadas y ellos continúan dominando nuestro sistema financiero, nuestros bancos centrales, que son los que residen realmente la utilización de los grandes recursos de la nación.
Lamentablemente no se ha podido avanzar en el Banco del Sur, sino estaríamos con un poder de negociación muy fuerte.
Se está avanzando a paso lento y en unos tres años el banco estará operando con un cierto rigor y la propia dinámica del banco va a empujar a que se disponga de más recursos.
Entonces, hay una dinámica pero inferior a la que debería haber, por falta de voluntad política de gran parte de nuestros gobiernos.
Si olvidamos esta tesis, le arrancamos al marxismo su alma viva, arrancamos sus bases teóricas más profundas: la dialéctica, la doctrina del desarrollo histórico pleno de contradicciones; quebrantamos su ligazón con las tareas prácticas determinadas de cada época, que pueden cambiar con cada nuevo viraje de la historia. La historia de la filosofía y la historia de las ciencias sociales enseñan con toda claridad que no hay nada en el marxismo que se parezca al “sectarismo”, en el sentido de una doctrina encapsulada, rígida, al margen de la senda real de la civilización mundial. Al contrario, la gran contribución de Marx al conocimiento estriba, precisamente, en haber dado solución a los problemas planteados antes por el pensamiento avanzado de la humanidad.
Marx y Engels exponen con gran brillantez, en 1848, la nueva concepción del mundo, el materialismo consecuente aplicado también al campo de la vida social, la dialéctica como la más completa y profunda doctrina del desarrollo, la teoría de la lucha de clases y el papel revolucionario del proletariado como creador de una sociedad nueva, la sociedad comunista. Su doctrina apareció como continuación directa e inmediata de las doctrinas de los más altos representantes de la filosofía, la economía política y el socialismo.
El marxismo es el sucesor natural de lo mejor que la humanidad creó en el siglo XIX: la filosofía alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés.
Recorramos brevemente estas tres fuentes del marxismo, que son, a la vez, sus tres partes constituyentes.
La filosofía del marxismo es el materialismo dialéctico.
Coincidiendo en un todo con la filosofía materialista de Marx, Engels expone del siguiente modo esta concepción filosófica:
“…La unidad del mundo no consiste en su ser…La unidad real del mundo consiste en su materialidad, que tiene su prueba…en el largo y penoso desarrollo de la filosofía y las ciencias naturales…El movimiento es la forma de existencia de la materia”.
El principal defecto del “viejo” materialismo consistía, según Marx y Engels, en los siguiente:
(1) en que este materialismo era predominantemente mecánico y no tenía en cuenta los últimos progresos de las ciencias naturales;
(2) en que el viejo materialismo no tenía un carácter histórico ni dialéctico, sino metafísico en el sentido de antidialéctico y no tomaba en cuenta el criterio de la evolución;
(3) en que concebía la “esencia humana” en abstracto, y no como el “conjunto de las relaciones sociales” –históricamente concretas y determinadas-, razón por la cual no hacía más que “interpretar” el mundo, cuando en realidad se trata de “transformarlo”. Es decir, en que no comprendía la importancia de la “actuación revolucionaria práctica”.
Pero Marx no se detuvo en este punto de su estudio, sino fue más lejos, enriqueció su doctrina con adquisiciones de la filosofía alemana, especialmente del sistema de Hegel. Una de ellas y fundamental es la dialéctica, es decir, la doctrina del desarrollo en su forma más completa, más profunda y desligada de unilateralidad, la doctrina de la relatividad del conocimiento humano, que nos da un reflejo de la materia en constante desarrollo.
Marx profundizó y desarrolló el materialismo filosófico, lo llevó a su término e hizo extensivo su conocimiento de la naturaleza al conocimiento de la sociedad humana.
El materialismo histórico es una conquista formidable del pensamiento científico.
Al caos y al desorden, que hasta entonces imperaban en las concepciones relativas a la historia y a la política, emergió una teoría científica asombrosamente completa y armónica, que muestra cómo de una forma de vida social se desarrolla, en virtud del crecimiento de las fuerzas productivas, otra más revolucionaria, cómo del feudalismo, por ejemplo, nace el capitalismo.
Exactamente igual que el conocimiento del hombre refleja la naturaleza que existe independientemente de él, es decir, la materia en desarrollo, el conocimiento social del hombre -esto es, las diversas opiniones y doctrinas filosóficas, religiosas, políticas, etc.- refleja el régimen económico de la sociedad.
Si el materialismo explica la conciencia por el ser, y no al contrario, aplicado a la vida social de la humanidad exige que la conciencia social se explique por el ser social.
En el prólogo de la obra Contribución a la crítica de la economía política, expone Marx una fórmula completa de los principios del materialismo aplicados a la sociedad humana y a su historia. Dice así:
“En la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas materiales”.
El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social.
Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas chocan con las relaciones de producción. Y se abre así una época de revolución social.
La consecuente aplicación y extensión del materialismo al campo de los fenómenos sociales, acaba con los dos defectos fundamentales de las teorías de la historia anteriores a Marx.
En primer lugar, estas teorías sólo consideraban los móviles ideológicos de la actividad histórica de los hombres, sin investigar el origen de esos móviles, sin percibir las leyes objetivas que rigen el desarrollo del sistema de las relaciones sociales, sin buscar las raíces de estas relaciones en el grado de progreso de la producción material; en segundo lugar, las antiguas teorías no abarcaban precisamente las acciones de las masas de la población, mientras que el materialismo histórico permitió por primera vez el estudio, con la exactitud del biólogo, de las condiciones sociales de la vida de las masas y de los cambios experimentados por estas condiciones.
Marx y Engels, descubrieron también que la historia de las sociedades de clases antagónicas es la historia de la lucha de clases. La lucha de clases antagónicas, además de inconciliable, es la fuerza motriz, la fuente del desarrollo de la sociedad de clases antagónicas.
Sin lucha de clases no habría progreso social, bien entendido que el movimiento progresivo de la sociedad se realiza, por lo general, con tanta más celeridad cuanto mayor es el empeño y mejor organizada está la lucha de los oprimidos contra los opresores.
Es de particular importancia el papel que la revolución social, forma superior de la lucha clases que tiene por resultado la demolición del viejo régimen y la instauración de otro régimen social más progresivo, desempeña en el progreso social.
Determinaron que las clases fundamentales de la sociedad capitalista son la burguesía y los trabajadores.
En fin, lograron aclarar que la única clase consecuentemente revolucionaria de la sociedad capitalista es la trabajadora.
Ligada con la industria mecánica, la forma más progresiva y creciente de la producción, crece y desarrolla continuamente.
El propio carácter de la producción capitalista contribuye a que el proletariado se agrupe, organice e instruya.
Cada paso en el conocimiento de las leyes del desarrollo de la sociedad le costó a Carlos Marx un enorme esfuerzo.
Cada descubrimiento teórico lo respaldo con montañas de libros, días meses y años de profundas reflexiones; su doctrina, su método de investigación y su método de exposición no son fruto de un día.
En síntesis, Marx dedicó cuatro decenios de trabajo a su obra, cuyos resultados constituyen un extraordinario aporte científico, en cuanto a descifrar la esencia del modo de producción capitalista, a transformar el socialismo utópico en socialismo científico; además, le entregó a los trabajadores una extraordinaria arma teórica y práctica; arma que permitirá a los trabajadores conducir la lucha hacia la transformación de la sociedad capitalista en sociedad socialista.
Marx inició esta labor titánica de investigación en el año 1843 y la continúo durante toda su vida.
En esencia todas sus actividades estuvieron dedicadas a la tarea de transformar el socialismo utópico en socialismo científico.
Según Lenin, “El socialismo utópico criticaba la sociedad capitalista, la condenaba, soñaba con destruirla y fantaseaba sobre un sistema mejor, intentando convencer a los ricos de la inmoralidad de la explotación”.
Sin embargo, los socialistas utópicos revelaron muchos males de la sociedad burguesa.
Abogaron por la necesidad de poner fin a unas relaciones sociales antagónicas y de establecer una sociedad que asegurará la plena igualdad de las personas, en la que no existiera la explotación del hombre por el hombre.
Fueron en muchos aspectos precursores del socialismo científico, aunque no lograron formular la esencia de la esclavitud asalariada en el capitalismo, ni descubrieron las leyes del desarrollo capitalista, ni señalaron la fuerza social capaz de construir una nueva sociedad.
Marx tomó un camino totalmente novedoso.
Se propuso desde el primer momento revelar la lógica –en la sociedad burguesa- de la explotación del trabajador por el capitalista como expresión de un “desarrollo necesario”.
Antes que nada, Marx tuvo que superar la ideología idealista hegeliana del Estado. Cuestionó la interpretación de Hegel de las relaciones entre sociedad y Estado.
En cuanto al problema planteado –Estado y sociedad-su principal conclusión fue que el Estado es un instrumento de las relaciones socioeconómicas existentes objetivamente en la sociedad.
Para llegar a la siguiente caracterización “…El sistema de la industria y del comercio, el sistema de la propiedad y de la explotación de lo hombres conduce…a una división interna de la actual sociedad…”, Marx, se apoyó en la revisión y estudio de una enorme cantidad de material histórico: la historia de Francia, de Inglaterra, de los Estados Unidos, de Italia, y de Suecia; también analizó los sistemas políticos y sociales de esos países y profundizó en la historia de la revolución burguesa francesa del siglo XVIII.
Otra conclusión, en el caos de los fenómenos de la vida Marx halló la causa primitiva, que en la sociedad humana lo mueve “todo y a todos”: las relaciones sociales materiales, las relaciones de propiedad.
Marx concede una extraordinaria importancia a la crítica implacable de todo lo existente, para superar la división dentro de la sociedad burguesa. Dice:
“El arma de la crítica no puede, claro está, sustituir a la crítica de las armas, una fuerza material debe ser abatida por otra fuerza material, pero la teoría se convierte en fuerza material desde el momento en que penetra en las masas”.
Así llegó a la conclusión, expresada en forma filosófica general, de la necesidad de revolución social para acabar con la explotación capitalista.
Estudiando la producción capitalista de su época, Marx llegó a la conclusión de que estaba basada en la explotación del trabajador, en el trabajo asalariado, mediante el cual el capitalista se apropia sin contrapartida de parte del producto del trabajo creado por el obrero.
Esa es precisamente la fuente de las ganancias del capitalista.
Según Marx, el problema esencial que debe esclarecerse estudiando el proceso de explotación capitalista, consiste en el hecho de que el producto del trabajo ya no pertenece al obrero sino al capitalista, que el obrero considera el producto de su trabajo como un objeto que le es ajeno, que tiene un proceso de alienación del producto del trabajo respecto del trabajo mismo.
Llegar a este planteamiento ya era un avance importantísimo del socialismo científico.
Con la primacía de la producción material, Marx llega a la conclusión de que para explicar la alienación del producto del trabajo del obrero hay que estudiar a fondo el proceso de producción, examinar las relaciones entre el obrero y el producto que fabrica, entre el obrero y el objeto de su producción, porque en las relaciones entre el obrero y la producción está la clave de las relaciones laborales de la sociedad capitalista.
Así pasa del análisis de la alienación al análisis del trabajo mismo.
Define la particularidad del trabajo en la sociedad burguesa como la alienación del trabajo.
Como conclusión resalta que la alienación es resultado de la actividad laboral del trabajador, que las causas de la alienación se hallan dentro, no fuera, del proceso de producción. Además, señala que el trabajo del trabajador no es un acto voluntario, sino obligado, impuesto.
El trabajador durante el trabajo no se pertenece a sí mismo ni le pertenece el trabajo que realiza. La actividad del trabajador se convierte únicamente en un medio de supervivencia.
Esto da lugar a un extraordinario empobrecimiento de la esencia humana: el hombre ha quedado privado de la naturaleza que le rodea y de su esencia espiritual.
Las refinadas demandas de las clases dominantes y los medios para satisfacerlas dan origen a la simplificación y a la supresión de las necesidades de los trabajadores, su terrible empobrecimiento. Finalmente, como resultado de que cada trabajador en la sociedad burguesa se halla alienado de su esencia humana, los hombres se hallan alienados entre sí, y desunidos dentro de la sociedad.
Es importante señalar que una causa inmediata del carácter alienado del trabajo es, como demostró Marx, la propiedad privada capitalista, el dominio del capital sobre la producción y el producto del trabajador.
Entre 1845-1846, Carlos Marx y Federico Engels, tras un estudio profundo llegaron a la conclusión de que la producción material es una unidad dialéctica, es decir, indisoluble y a la vez contradictoria, de dos aspectos: de las relaciones de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción. Las fuerzas productivas de la sociedad, es decir, las herramientas de trabajo que tiene a su disposición, forman el núcleo concreto del proceso de producción material, revelan el grado de preparación del hombre para enfrentarse a la naturaleza.
Pero el proceso de producción tiene un carácter social en cuanto es realizado por hombres que durante ese proceso establecen entre sí determinadas relaciones de producción.
Estas relaciones, forman la envoltura social de la producción material y son su segundo aspecto orgánico.
¿Cuál es la dialéctica de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción?
Entre ellas existe una relación mutua condicionada: al desarrollo de las fuerzas productivas debe corresponder el desarrollo de las relaciones de producción.
Es una correspondencia relativa: aunque las fuerzas productivas en conjunto tienen un papel determinante en el proceso de producción material –a fin de cuentas en la marcha de todo el progreso social-, las relaciones de producción, a su vez, por reacción, influyen sustancialmente en el desarrollo de las fuerzas productivas, es decir, las estimulan o las frenan.
La contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción es una contradicción básica, fundamental de cualquier sociedad.
En una sociedad de clases, a una determinada estructura de la producción material le corresponde una determinada estructura de clases; por eso las contradicciones entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción se presentan como contradicción entre las distintas clases de la sociedad, como lucha de clases.
Marx y Engels llegaron a la conclusión, la contradicción entre unas fuerzas productivas en auge y su forma social –las relaciones de producción- anticuada, determina en última instancia todas las colisiones históricas y es causa de las revoluciones sociales que, por un determinado período histórico, establecen un equilibrio entre el núcleo concreto del proceso de producción material y su envoltura social.
Las contradicciones antagónicas entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción se manifiestan, en particular, en las crisis económicas que periódicamente estremecen la economía burguesa y llevan a la ruina al sistema capitalista.
Otra conclusión, la sociedad capitalista se caracteriza por la contradicción antagónica, irreconciliable, entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. La sociedad burguesa se caracteriza además por el dominio que las relaciones de producción o sociales ejercen sobre los hombres.
Cuando existe una división social del trabajo en base a la propiedad privada, las fuerzas productivas se transforman en fuerza social, que llega a situarse por encima de la voluntad y del comportamiento de los hombres.
Con la síntesis de los conocimientos del siglo XIX, Marx y Engels, llegaron a la interpretación materialista de la historia, llamada también materialismo histórico, fue un gran descubrimiento de estos sabios alemanes, una hipótesis histórica genial que inmediatamente permitió plantear y solucionar científicamente el problema de la ley del movimiento de la sociedad humana y las posibles tendencias de su desarrollo.
Por primera vez en la historia, la ciencia creó una concepción de la evolución de la sociedad humana: revelo cómo funciona esa sociedad en cada momento de su existencia y cómo se desarrolla a lo largo de la historia.
La base de la sociedad es la producción material considerada desde esos dos puntos de vista.
María Linares
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