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Bush reciclado en Obama |
La agenda del nuevo "sueño americano".
En el escenario mundial hay cinco hechos de inevitable desenlace a corto plazo:
1) La resolución de la crisis recesiva mundial,
2) el ataque militar a las usinas iraníes y la resolución del conflicto árabe-israelí,
3) Afganistán y la ocupación militar de Pakistán,
4) otro conflicto armado en el Cáucaso o en Eurasia (como parte del teatro de la guerra fría EEUU-Rusia) y
5) un ataque "terrorista" (o varios) similar al 11-S en Europa o EEUU.
En todos los casos, el "terrorismo" (un arma estratégica de la guerra de Cuarta Generación) va actuar como elemento desencadenante y fusionante de los acontecimientos que se avecinan en el teatro de los conflictos internacionales por la preservación del orden imperial regente.
Como parte de ese "Gran Juego", este viernes, el sucesor de Bush en la Casa Blanca imperial, Barack Obama, reveló su estrategia en Afganistán y le declaró -en versión bis- la guerra a Al Qaeda.
Obama declaró la nueva guerra contra el "terrorismo" en Afganistán.
Desde el punto de vista geopolítico y estratégico, el "terrorismo" no es un objeto diabólico del fundamentalismo islámico, sino una herramienta de la Guerra de Cuarta Generación que la inteligencia estadounidense y europea vienen utilizando (en Asia y Europa) para mantener y consolidar la alianza USA-UE en el campo de las operaciones, para derrotar a los talibanes en Afganistán, justificar acciones militares contra Irán antes de que se convierta en potencia nuclear, y generar un posible 11-S para distraer la atención de la crisis recesiva mundial.
A nivel geoeconómico se registra otra lectura: Si se detuviera la industria y el negocio armamentista centralizado alrededor del combate contra el "terrorismo" (hoy alimentado por un presupuesto bélico de US$ 700.000 millones) terminaría de colapsar la economía norteamericana que hoy se encuentra en una crisis financiera-recesiva de características inéditas. Esta es la mejor explicación de porqué Obama, hoy sentado en el sillón de la Casa Blanca, ya se convirtió en el "heredero forzoso" de la "guerra contraterrorista" de Bush a escala global.
La misma interpretación se puede inferir para las potencias de la Unión Europea que adhieren a los planes globales de la "guerra contraterrorista", así como para China, Rusia y las potencias asiáticas cuyos complejos militares facturan miles de millones con armas y tecnología destinadas al combate contra el "terrorismo".
Como se sabe, los "planes contraterroristas" son el principal rubro de facturación de los presupuestos armamentistas a escala global (US$ 1.2 billones), y conforman la mayor tasa de rentabilidad de las corporaciones armamentistas que giran alrededor de los complejos militares industriales de EEUU, Europa y Asia.
El presupuesto militar USA para el año fiscal 2009 (excluyendo las guerras en Irak y Afganistán) alcanza los US$ 515.000 millones, informó el Pentágono.
El presidente Barack Obama pedirá más de US$ 200.000 millones para hacer frente a los gastos de guerra de ocupación que tiene EEUU en Irak y Afganistán en el próximo año y medio.
Cuando se agrega el costo estimado de ambas guerras de ocupación, los gastos totales de defensa rondan los 715.000 millones para el año fiscal 2009. Esa cifra multimillonaria va a alimentar el arca de los bancos y corporaciones que giran alrededor de la "industria de la guerra".
Por eso a los expertos no sorprendió que, luego de vestirse de "progresista" para el marketing electoral de campaña, Barack Obama, el nuevo CEO de la empresa imperial USA, centrara el viernes la columna vertebral de su estrategia exterior en la continuidad de la "guerra contra el terrorismo" iniciada por Bush tras el 11-S.
El eje de la nueva estrategia de EEUU para Afganistán presentada el viernes por el presidente Barack Obama, y que incluirá el envío de más soldados adicionales a ese país, será la destrucción de Al Qaeda y de sus bases "terroristas" diseminadas en la frontera con Pakistán.
"La situación es cada vez más peligrosa" en Afganistán, indicó el presidente estadounidense, que precisó que Al Qaeda cuenta con un refugio en la frontera con Pakistán desde donde trama nuevos atentados. "La seguridad de todo el mundo está en juego", alertó al más puro estilo de Bush.
Obama presentó la esperada "revisión estratégica" hacia Afganistán, que se diseñaba desde hace dos meses, en un acto en el Edificio Ejecutivo de la Casa Blanca, en el que estuvieron presentes, entre otros, la secretaria de Estado, Hillary Clinton y el secretario de Defensa, Robert Gates.
El presidente de EEUU, prometió "barrer a los terroristas" de sus refugios en Pakistán y advirtió que Al Qaeda está planeando nuevos ataques, al dar a conocer su nueva estrategia para la guerra de ocupación contra los talibanes en Afganistán.
El presidente USA afirmó que las conflictivas regiones fronterizas de Pakistán son "el lugar más peligroso del mundo" para los norteamericanos y describió a la red Al Qaeda como un "cáncer" que podría devorar a Pakistán, a más de siete años de los ataques del 11 de septiembre.
Pero Obama y el Imperio USA no están solos en esta nueva cruzada contra el "eje del mal".
La nueva iniciativa para Afganistán presentada por el presidente estadounidense, es fruto -según la CNN y The New York Times- de una larga planificación culminada por unas extensas negociaciones de 60 días con la potencias centrales de la Unión Europea y su brazo armado europeo, la OTAN, que fueron gestionadas por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, el vicepresidente Joe Biden y el enviado especial para Oriente Próximo, Richard Holbrooke.
El plan terminó de configurarse la semana pasada, según CNN, tras una reunión mantenida el pasado viernes 20 en la Casa Blanca entre Obama, sus asesores más cercanos, los responsables de política exterior y la cúpula militar del Pentágono.
La estrategia de Obama ubica la "estabilización de Pakistán" en el centro del nuevo enfoque norteamericano para pelear el "continuo y sangriento combate" contra Al Qaeda en Afganistán, el cual, dijo, fue descuidado durante el desvío del conflicto hacia Irak.
El mandatario también llamó a los aliados de EEUU a unirse en un nuevo "esfuerzo civil" para la estabilidad de Afganistán.
"La situación es cada vez más peligrosa. Hace más de siete años que los talibanes fueron derrocados, pero la guerra continúa y los insurgentes controlan partes de Afganistán y Pakistán", dijo Obama.
"Al Qaeda y sus aliados, los terroristas que planearon y apoyaron los ataques del 11 de septiembre, están en Pakistán y Afganistán", insistió.
"Quiero que el pueblo estadounidense entienda que tenemos un objetivo claro y centrado: desbaratar, desmantelar y derrotar a Al Qaeda en Pakistán y Afganistán y prevenir su regreso a esos dos países en el futuro", afirmó. "Ese es el objetivo que se debe alcanzar. Esa es una causa que no puede se más justa. Y a los terroristas que nos enfrentan, mi mensaje es el mismo: los vamos a vencer", afirmó Obama
El gobierno títere de Afganistán elogió la nueva estrategia de Estados Unidos contra la "insurgencia", en especial, el reconocimiento de que la amenaza de Al Qaeda procede de Pakistán. "Saludamos la declaración del presidente Obama y aprobamos su contenido", declaró a la AFP Homayun Hamidzada, portavoz del gobierno afgano cómplice de la ocupación.
En Pakistán, el presidente Asif Alí Sardari se congratuló con la nueva estrategia de Obama, que busca "reforzar la democracia", y su decisión de triplicar la ayuda a Pakistán para su propia "guerra contra el terrorismo".
Por su parte, los cancilleres de la Unión Europea (UE) manifestaron su disposición a aumentar la colaboración en Afganistán para apoyar la nueva estrategia del presidente estadounidense en ese país. "Estamos dispuestos a hacer más", dijo el ministro checo de Relaciones Exteriores, Karel Schwarzenberg, cuyo país preside actualmente la UE.
Las palabras de Obama también repercutieron en "otros países aliados" de EEUU en la "guerra contraterrorista", según el enviado especial de Washington para Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke. "Numerosos países nos hablaron en privado (del envío) de fuerzas durante las próximas elecciones afganas o bien de una ayuda no militar", dijo Holbrooke a periodistas.
Pero, y a modo de ejemplo emblemático de como la "guerra contraterrorista" (más allá de las competencias intercapitalistas) está instalada como principal hipótesis de conflicto militar a escala global, Rusia, China y los otros miembros euroasiáticos de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) pidieron el viernes a EEUU la adopción de una "estrategia multilateral" para derrotar al "terrorismo" y estabilizar Afganistán.
La OCS subrayó la importancia de "coordinar los esfuerzos conjuntos para contrarrestar el terrorismo", el narcotráfico y las redes criminales en Afganistán y toda la región centroasiática", señala la declaración final de la Conferencia sobre Afganistán celebrada el viernes en Moscú.
La organización, conocida como la "OTAN oriental", considera fundamental "la cooperación entre Afganistán y los países vecinos", en particular, Irán y Pakistán.
Además, aboga por "proseguir los esfuerzos internacionales para edificar un Afganistán estable, pacífico, próspero y democrático".
La OCS, que integra a tres países fronterizos con Afganistán -China, Uzbekistán y Tayikistán-, insistió en la importancia de que la ONU juegue un papel central en la coordinación de la estrategia de estabilización y que sus principios se cimenten en la Carta de las Naciones Unidas.
Este escenario, con las potencias euroasiáticas (que compiten por áreas de influencia con el eje USA-UE) adhiriendo a la "guerra contraterrorista" liderada por EEUU, marca con claridad como Al Qaeda y Bin Laden (un invento histórico de la CIA) ensambla en un solo bloque al sistema capitalista más allá de sus diferencias sectoriales.
Y esto reafirma una tendencia ya probada: La "guerra contraterrorista" no es una política coyuntural de Bush y los halcones neocon, sino una estrategia global del Estado imperial norteamericano diseñada y aplicada tras el 11-S en EEUU, que ya tiene una clara línea de continuidad con el gobierno demócrata de Obama.
La administración Bush, tras el 11-S, no solamente instaló un nuevo sistema de control político y social por medio de la manipulación mediática con el "terrorismo", sino que además inauguró un "nuevo orden internacional" (sustitutivo de la "guerra fría" con la ex URSS) basado en la "guerra contraterrorista" que sirvió de justificación a las nuevas estrategias expansionistas del Imperio norteamericano y de las trasnacionales capitalistas.
En términos geopolíticos y militar-estratégicos, con la utilización de la leyenda mediática de Bin Laden y el peligro del "terrorismo internacional", a partir del 11-S el Imperio norteamericano (potencia locomotora unipolar del planeta desde la caída de la URSS) sustituía aspectos claves de su supervivencia como Estado imperial.
En un planeta sin guerras inter-capitalistas, ya casi sin conflictos armados (al margen de Irak, Afganistán y Medio Oriente), la leyenda de Bin Laden y el "terrorismo internacional" sirvió (y sirve) para alimentar y justificar las estrategias expansionistas del Imperio norteamericano, para crear nuevos y potenciales mercados a la trasnacionales capitalistas de EEUU y Europa, y para mantener en funcionamiento a los complejos militares industriales que han encontrado en la "guerra contraterrorista" su nueva tajada ganancial en el negocio armamentista.
Ese "enemigo estratégico", viene a compensar la figura que había desaparecido con la caída de la Unión Soviética, que legitimaba con su presencia (y en el marco de la Guerra Fría) las guerras de invasión y la carrera armamentista que engordaban las ganancias de las megacorporaciones del Complejo Militar Industrial y de los bancos de Wall Street que lucran con las "reconstrucciones" de los países conquistados.
De esta manera, y al imponer la "guerra contraterrorista global" nivelada como hipótesis de conflicto central para todas las naciones, EEUU reafirmó su propia doctrina de "seguridad nacional" y agenda de "guerras preventivas" en todo el planeta.
Con la "era Bin Laden" el "terrorismo" suple a la lógica del dominio por medio de la guerra militar convencional y sirve como justificación global de las políticas de sometimiento y control social aplicadas por el sistema capitalista trasnacional con EEUU a la cabeza.
La conformación de acuerdos militares y de "planes contraterroristas" por parte de los Estados (tanto centrales como dependientes), aseguran, a su vez, que los complejos militares y la industria de la guerra sigan funcionando a full movilizando tecnología de punta y capital financiero con asiento en la catedral de Wall Street.
Hoy el uso "multifunción" de la leyenda mediática de Bin Laden y el "terrorismo internacional", excede las fronteras de EEUU y se convierte en lógica esencial de preservación política, militar y económica no solamente del Imperio locomotora estadounidense sino de todo el sistema capitalista globalizado en su conjunto.
El marco de apoyo internacional "sin fisuras" a la nueva estrategia "contraterrorista" de Obama no hace sino reafirmar en la realidad esa aseveración.
Con un agregado: EEUU, la UE y el resto de sus "asociados" van perdiendo la guerra de ocupación contra los talibanes en Afganistán.
Superficial
(continue: Afganistán el Vietnam de Obama)
(continue: Afganistán en la mira de Washington)
Profundo
(continue: La economía de la guerra presiona)
(continue: Objetivos encubiertos Sudán y Pakistán)
(continue: OTAN recibe nuevas directrices de EEUU)
(continue)

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, monopolios, multitud, politica, violencia.
Después de siete años del inicio de la guerra, los rebeldes controlan partes de Afganistán y Paquistán.
Recordó que ya ordenó el envío de 17 mil soldados estadounidenses adicionales a Afganistán y anunció el traslado de otros cuatro mil próximamente.
Vamos a acelerar el entrenamiento y la entrega de armamento a las fuerzas armadas afganas, que, señaló, deben ocuparse de la seguridad de su país.
El objetivo es contar con más de 100 mil militares y 80 mil policías afganos para el 2011, subrayó.
Obama comentó que también es necesario aportar fondos para impulsar el desarrollo de esa nación centroasiática, aunque aclaró que el dinero no debe provenir sólo de Estados Unidos.
El jefe de Estado admitió los altos índices de corrupción en ese país y el auge del narcotráfico.
El futuro de Afganistán esta muy vinculado a su vecino Paquistán, la frontera común es la zona más peligrosa del mundo, opinó el mandatario.
Ante esa situación, adelantó un proyecto para entregar mil 500 millones de dólares anuales a Paquistán en el próximo lustro para mejorar su ejército, agregó.
Sin embargo, añadió, que “estos son tiempos difíciles por la falta de recursos”.
Obama indicó que la presencia militar del Pentágono en Afganistán tiene el objetivo de derrotar a los grupos terroristas, en especial Al Qaeda y los talibanes.
Mullen advirtió que dichos vínculos tenían que terminar lo antes posible.
Sus declaraciones se produjeron apenas unas horas después de que el presidente de EE.UU., Barack Obama, anunciara una nueva estrategia para Pakistán y Afganistán.
Alertan a los militantes
En otras declaraciones el director del Comando Central de EE.UU., el general David Petreaus, afirmó que la inteligencia paquistaní era la responsable de haber establecido algunos de esos grupos militantes con los que aún tenía relación.
Petreaus aseveró que tenían pruebas de que la ISI había avisado a los militantes extremistas cuando se iba a realizar un operativo que ponía en peligro sus posiciones.
La corresponsal de la BBC en Islamabad informó que el gobierno paquistaní siempre ha negado oficialmente cualquier relación con los grupos militantes.
Pero el periódico The New York Times, publicó comentarios anónimos de funcionarios del gobierno de EE.UU. en los que aseguran que las recientes ofensivas del Talibán en el sur de Afganistán han sido financiadas parcialmente con dinero y armas provenientes de Pakistán.
Nueva estrategia
Este viernes el presidente estadounidense Barack Obama aseguró que Afganistán y Pakistán representaban una seria amenaza para su país y el resto del mundo.
Al anunciar su nueva estrategia para la región, Obama dijo que 4.000 efectivos estadounidenses entrenarán al ejército y la policía afganas.
El mandatario también afirmó que al-Qaeda es un problema que compete a todo el mundo y no sólo a Estados Unidos.
Bajo el mandato de Obama, Estados Unidos decidió retomar el conflicto afgano, después de desviarse del mismo para lanzar la invasión de Irak en marzo de 2003. Como consecuencia, de aquí a finales del verano, el contingente militar estadounidense en Afganistán pasará de 38.000 hombres a unos 60.000, contra cerca de 32.000 soldados no estadounidenses agrupados bajo la bandera de la Otan.
"Si Estados Unidos prevé una proporción cada vez mayor del esfuerzo total, su influencia necesariamente va a aumentar en relación a la de otros miembros de la coalición", consideró Steve Biddle, experto del Consejo de Relaciones Internacionales, un centro de análisis con sede en Washington.
Los estadounidenses ya juegan un papel dominante en el frente afgano, donde sólo un puñado de los aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) -entre ellos británicos, canadienses, holandeses y franceses- aceptaron movilizar tropas a las zonas más peligrosas. Como síntoma del cambio, Estados Unidos enviará la mayor parte de sus refuerzos al sur, donde se desarrollan los enfrentamientos más violentos con los talibanes, y pondrán un comandante estadounidense a la cabeza de esa región en 2010.
Con el aumento neto de los esfuerzos estadounidenses en el país, Barack Obama corre el riesgo de asumir tanto los éxitos como las derrotas. "La responsabilidad viene con la influencia", señaló Biddle. "Si las cosas salen mal, todo el mundo dirá que fue nuestra culpa".
Pero para Michael O'Hanlon, experto de la Brookings Institution, Washington no tiene posibilidad de enfrentarse solo: una cooperación con las fuerzas internacionales resulta indispensable para mejorar la situación en Afganistán. "Necesitamos una mejor coordinación, y esta no se puede producir por un decreto estadounidense", porque "no es una guerra estadounidense, afirmó.
Tras haber juzgado durante mucho tiempo como insuficientes las contribuciones militares de los países de la OTAN, Washington parace haber abandonado la idea de reclamarles importantes refuerzos, y en cambio les pedirá un mayor esfuerzo en ayuda para el desarrollo.
Barack Obama, que participará el 3 y 4 de abril de la cumbre de la OTAN, señaló que se niega a hacer de la guerra en Afganistán un conflicto puramente estadounidense. "En el momento en que Estados Unidos haga más, pediremos a los otros hacer lo mismo", declaró el mandatario al presentar su nueva estrategia. "Ningún esfuerzo que he mencionado será fácil, y ninguno de ellos deberá ser asumido solamente por Estados Unidos", advirtió. "El mundo no puede permitirse dejar a Afganistán en el caos", "tenemos esa responsabilidad común", insistió.
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