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Bernanke pide modificar reglas de capital |
Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal (FED) de EEUU, aseguró que sería necesaria la modificación de las reglas de capital, las políticas contables de las instituciones financieras, así como de otros estándares de regulación.
Según el presidente del banco central, esto propiciaría que las instituciones financieras puedan cumplir con las necesidades crediticias de los prestamistas, así como para el mantenimiento de capital suficiente ante la crisis.
"Las reglas de capital y los estándares contables son para garantizar la seguridad y solidez de las instituciones financieras, y para revelar con precisión y transparencia de una institución financiera, respectivamente", aseguró Bernanke ante la Comunidad Independiente de Banqueros de América.
Por ello, dijo que los legisladores deben revisar la normatividad actual con la finalidad de determinar si su modificación evitaría "indebidos" efectos procíclicos y "sin debilitar su capacidad para lograr sus objetivos fundamentales".
Asimismo aseguró que las acciones llevadas a cabo por la FED han generado buena respuesta en los mercados financieros y han ayudado a que las empresas estadounidenses puedan pagar sus salarios y otras obligaciones operacionales.
Finalmente instó a la comunidad de banqueros a que actúen de manera prudente, sobre todo en medio de un ambiente recesivo, sin dejar que "los miedos orienten sus decisiones".
"Deben continuar con el ejercicio de una buena gestión de riesgos" y "tener la certeza de que cualquier deterioro en la calidad de los activos y en las condiciones de préstamos sea adecuadamente identificado, medido y administrado", concluyó.
(El Semanario Agencia, ESA)

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"Resoluciones mejoradas de procedimiento para esta firmas ayudarían a resolver el problema de 'ser demasiado grande para caer', al darle al Gobierno la opción de desactivar con seguridad una firma sistémicamente importante en lugar de mantenerla operando", dijo.
El plan se estructuraría en tres partes. En primer lugar, comprende la creación de un organismo, respaldado por la Federal Deposit Insurance Corp., que comprará y mantendrá los préstamos con riesgo. Con este organismo, se crearán acuerdos especiales mediante los cuales el Gobierno prestará cerca del 85% del dinero que los inversores privados necesiten para adquirir los activos tóxicos que quieren vender los bancos, según informa ‘The New York Times’.
En segundo lugar, el Departamento del Tesoro prevé la contratación de cuatro o cinco compañías de inversión, igualando dólar a dólar con dinero público las inversiones que esas entidades privadas realicen en el plan.
Por último, el plan pretende expandir el programa de préstamos Term Asset-Backed Securities Loan Facility (TALF), una joint-venture con la Reserva Federal, para incluir activos tóxicos.
Habrá que esperar a la presentación definitiva del plan para ver cómo se solucionan algunos de sus aspectos más polémicos. Desde que lo anunciara en febrero Timothy Geithner, secretario del Tesoro, los analistas se han preguntado de qué manera se repartirá el riesgo en estas inversiones entre el Gobierno y el sector privado o cómo se establecerá un precio justo para los activos tóxicos que no suponga una estafa para los contribuyentes y que a la vez no dañe a los bancos.
En un discurso ante un grupo de empresarios en Phoenix, el jefe de la Fed ha añadido que "si se mejoran los procesos de resolución para estas firmas se ayudaría a rebajar el problema de que existan entidades consideradas como 'demasiado grandes para dejarlas caer'".
En este caso, Bernanke señala que espera que en el futuro "el gobierno tendrá la opción de eliminar de forma segura una firma importante para el sistema en lugar de mantenerla operativa". El sucesor de Greenspan al frente de la Fed ha lamentado que "en la actualidad, no había alternativas realistas a prevenir estas caídas".
Por otra parte, el banquero ha mostrado su "satisfacción en términos generales" con la respuesta del mercado a los numerosos programas de crédito como el TALF, que está destinado a aliviar las presiones crediticias en los préstamos al consumo y a empresas.
Por otra parte, Bernanke se ha dirigido a aquellos bancos que tienen menos de 1.000 millones de capital que operen con prudencia, pero que no tengan miedo a la hora de tomar decisiones para realizar préstamos. El alto funcionario ha dicho que entendía que el Gobierno esté dando señales mixtas a los pequeños bancos porque por un lado les insta a seguir concediendo créditos, pero por el otro les obliga a mantener una posición fuerte de su capital.
Respecto al rescate de grandes entidades, Bernanke ha defendido que la Fed no tenía otra opción que realizarlas y que es necesaria la regulación del pago de bonus a estos bancos que aceptaron ayuda estatal. El máximo responsable del banco no se ha detenido en comentar en profundidad la decisión de la entidad de comprar hasta 300.000 millones de dólares en deuda pública, anunciada el pasado miércoles. Sólo ha añadido que son medidas que pretenden mejorar las condiciones en los mercados privados de crédito.
Eso sí, el banquero ha añadido que según vaya mejorando la situación económica, la ayuda de la Fed se irá recortando. "A medida que los bancos y la economía se recuperen desearemos retirar ese respaldo del sistema bancario y dejar que se pare sobre sus propios pies", ha afirmado Bernanke.
Optimista en el futuro
A pesar de todo, Bernanke se ha mostrado confiado en el futuro al afirmar que espera un panorama económico "más brillante" en los tres próximos años.
"Muy pocos de nosotros hubiéramos previsto hace tres años el entorno económico y financiero al que nos enfrentamos hoy en día; prever las condiciones a las que nos enfrentaremos de aquí a tres años es igualmente difícil, pero confío y espero que sean considerablemente más brillantes", señaló Bernanke.
Asimismo, Bernanke volvió a reconocer que el problema de las entidades "demasiado grandes como para permitir su caída" representa un desafío para los reguladores, pero hizo hincapié en que "no había alternativas realistas a prevenir estas caídas".
El jefe de la Casa Blanca aclaró que no pretende implantar un programa anti-Wall Street, a pesar de que importantes actores en la bolsa neoyorquina han certificado pésimas decisiones inversionistas en los últimos meses.
Por culpa de malas apuestas en Wall Street hemos tenido una enorme cantidad de pérdidas adicionales en este país, es tiempo de poner nuevamente en balance al sector financiero nacional, apuntó Obama a la cadena CBS.
Con anterioridad, la Oficina Oval confirmó un programa cercano al billón de dólares –apoyado por capitales privados y federales- con el fin de remover los llamados activos bancarios tóxicos relacionados sobre todo con hipotecas.
El presidente estadounidense se reunió la pasada semana con representantes del sector privado de los pequeños negocios para discutir impactos de la recesión económica.
En la ocasión, el gobernante sancionó un plan de ayuda por valor de 730 millones de dólares para auxiliar al sector de las medianas empresas y expandir las garantías federales en pos de reanimar al crédito nacional.
Recién trascendió que uno de cada 10 estadounidenses pidió al gobierno federal ayuda por medio de bonos de comida para poder sobrevivir en el incierto escenario de la crisis financiera.
"AIG subraya las grandes fallas de nuestro sistema financiero", dijo el jefe del Tesoro. "Debemos garantizar que nuestro país nunca enfrente esta situación nuevamente".
En la actualidad, el gobierno estadounidense sólo tiene autoridad para embargar bancos. Un cambio en el poder del Departamento del Tesoro necesitaría ser aprobado por el Congreso.
"Todas las instituciones y mercados que pudieran representar un riesgo sistémico estarán sujetas a una supervisión enérgica, incluidos límites apropiados para asumir riesgos", advirtió Geithner. "Los reguladores deben aplicar estándares, no sólo para proteger la salud de instituciones individuales, sino para proteger la estabilidad del sistema entero".
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, quien también compareció en la audiencia de hoy en la Cámara, estuvo de acuerdo con Geithner.
En una declaración conjunta emitida el lunes, la Reserva Federal y el Tesoro expresaron su acuerdo en que el banco central debe "desempeñar un papel central", a través de la cooperación con otras agencias, para prevenir y manejar crisis financieras como la actual.
Para reducir el riesgo de crisis futuras, la Reserva Federal y el Tesoro trabajarán con el Congreso para desarrollar un régimen que permita al gobierno estadounidense enfrentar efectivamente en una etapa temprana la potencial quiebra de cualquier institución financiera sistemáticamente fundamental, de acuerdo con la declaración.
(Xinhua)
El Congreso creó la Reserva Federal en 1913 en gran medida como respuesta al pánico y a las crisis periódicos que afectaron el sistema financiero estadounidense en el siglo XIX y a principios del siglo XX.
Durante cerca de un siglo, al servicio de su mandato original, así como de sus responsabilidades monetarias y reguladoras, la Reserva Federal ha desarrollado una amplia experiencia institucional en relación con los mercados y las instituciones financieros, tanto nacionales como extranjeros. La Reserva Federal también tiene la capacidad singular de servir como el prestamista de último recurso, una función vital en las crisis.
"Por estas razones es natural y deseable que la Reserva Federal desempeñe un papel central, en cooperación con el Departamento del Tesoro y de otras agencias, para evitar y manejar las crisis financieras", se indicó en la declaración.
Las acciones de la Reserva Federal no deben restringir el ejercicio de la política monetaria necesaria para alentar al máximo el empleo sostenible y la estabilidad de precios. El Tesoro estableció un mecanismo especial de financiamiento llamado Programa Complementario de Financiamiento que ayuda a la Fed a manejar su balance general.
Además, para reducir el riesgo de crisis futuras, la Reserva Federal y el Tesoro prometieron trabajar con el Congreso para desarrollar un régimen que permita al gobierno estadounidense atender de manera efectiva y en una fase temprana la falla potencial de cualquier institución financiera crítica en términos sistémicos.
"Como parte del marco planteado, la legislación debe definir en la medida de lo posible el papel esperado de la Reserva Federal y de otras agencias del gobierno estadounidense en tales resoluciones", se indicó en la declaración.
En el más largo plazo y conforme lo permitan sus autoridades, el Tesoro buscará retirar o liquidar del balance general de la Fed los llamados mecanismos Maiden Lane elaborados por la Reserva Federal como parte de los esfuerzos por estabilizar las instituciones financieras críticas en términos sistémicos, agregó.
(Xinhua)
"Todas las instituciones y mercados que podrían presentar un riesgo sistémico estarán sujetas a una estricta supervisión, incluyendo las trabas adecuadas a la toma de riesgos", agregó durante una audiencia sobre el rescate de la aseguradora AIG.
"Debemos lograr que nuestro país no se vuelva a encontrar en una situación" como ésta, como la que debieron enfrentar las autoridades en septiembre cuando rescataron a AIG de la quiebra, subrayó Geithner.
"Los reguladores deben hacer respetar las normas, no sólo con el objetivo de proteger el carácter sano de las instituciones individuales, pero para proteger la estabilidad del sistema en su conjunto", sostuvo.
Para el secretario, se debe "crear una nueva autoridad dotada de un poder de liquidación de manera que el gobierno federal cuente con las herramientas que necesite para desmantelar una institución del tamaño y de la complejidad de AIG", la firma de seguros que el Estado salvó de la quiebra con 170.000 millones de dólares.
A pesar de la presencia de AIG en todo el mundo, la supervisión del grupo la ejerce la oficina de seguros del Estado de Nueva York, donde tiene su sede social.
Por esta razón el presidente de la Fed, Ben Bernanke, subrayó la "urgente necesidad de nuevos procedimientos de resolución para firmas financieras no bancarias sistemáticamente importantes".
"AIG saca a la luz la urgente necesidad de nuevos procedimientos de liquidación para las sociedades financieras no bancarias de una importancia tal que su quiebra haría peligrar el conjunto del sistema", destacó Bernanke durante la misma audiencia.
El presidente estadounidense Barack Obama afirmó este martes que espera convencer al Congreso para que conceda rápidamente la autorización al Tesoro y la Fed para tomar decisiones en relación a las instituciones en crisis.
"En ausencia de tal autorización, se termina en la situación en la que nos encontramos, (con) una institución que presenta un riesgo sistémico para el sistema pero en la incapacidad de cerrarla para renegociar los contratos", afirmó el mandatario en la Casa Blanca después de reunirse con el primer ministro australiano Kevin Rudd.
La necesidad de refundar el sistema de regulación financiero estadounidense apareció a gritos tras la explosión de la crisis de créditos inmobiliarios en el verano (boreal) de 2007. El tema será objeto de debates por parte de los jefes de Estado de los grandes países industrializados y emergentes del G20, el 2 de abril en Londres.
El predecesor de Geithner, Henry Paulson, había presentado en abril de 2008 su propio proyecto, que fue relegado a un segundo plano por la necesidad de luchar primero contra la crisis. No obstante, el presidente Barack Obama aseguró que esta reforma será una de sus prioridades.
Sobre el actual modelo que regula el sistema bancario, Bernanke tomó el ejemplo de los 165 millones de dólares en primas que recibieron los directivos de AIG a pesar de haber estado en el origen de las pérdidas históricas de la firma aseguradora el año pasado.
"Era totalmente inapropiado pagar elevados bonos a empleados de la división donde se originó la debacle de AIG", por lo que Bernanke había solicitado "que se suspendieran los pagos, pero fui informado de que estaban en concordancia con contratos firmados antes de la intervención del gobierno".
"Su quiebra hubiera desembocado en una crisis económica y financiera mundial del tipo de la de los años 1930, con consecuencias catastróficas para la producción, los salarios y el empleo", declaró el presidente de la Fed.
Está previsto que el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, acompañen este martes al mandatario demócrata en el acto de anuncio de las normativas bursátiles.
Obama aseguró la víspera que su equipo de asesores estaba muy confiado en que el más reciente plan anticrisis de su administración obtendría éxito en el propósito de estabilizar bancos y reactivar créditos.
El jefe de la Casa Blanca aclaró que no pretende implantar un programa anti-Wall Street, a pesar de que importantes actores en la bolsa neoyorquina han certificado pésimas decisiones de inversión en los últimos meses.
Por culpa de malas apuestas en Wall Street hemos tenido una enorme cantidad de pérdidas adicionales en este país, es tiempo de poner nuevamente en balance al sector financiero nacional, apuntó Obama a la cadena CBS.
Con anterioridad, la Oficina Oval confirmó un programa cercano al billón de dólares -apoyado por capitales privados y federales- con el fin de remover los llamados activos bancarios tóxicos relacionados sobre todo con hipotecas.
El presidente estadounidense se reunió la pasada semana con representantes del sector privado de los pequeños negocios para discutir impactos de la recesión económica.
En la ocasión, el gobernante sancionó un plan de ayuda por valor de 730 millones de dólares para auxiliar al sector de las medianas empresas y expandir las garantías federales en pos de reanimar al crédito nacional.
Recién trascendió que el 10% de los estadounidenses pidió al gobierno federal ayuda por medio de bonos de comida para poder sobrevivir en el incierto escenario de la crisis financiera.
El plan anunciado por Geithner, que debe ser avalado por el Congreso, le daría al Gobierno de Barack Obama el poder de intervenir todas las instituciones financieras y no sólo los bancos, tal como sucede en la actualidad.
La intención de Geithner es extender los poderes regulatorios a las instituciones financieras como los fondos de pensión y otras firmas de Wall Street que operan bajo una complicada gama de instrumentos legales, fuera de la supervisión gubernamental, como es el caso de la aseguradora AIG, a la que el gobierno debió asistir con más de 170 mil millones de dólares en los últimos seis meses.
"Las instituciones y los productos financieros deben de ser regulados por la función económica y los riesgos que representan, no por la forma legal que adoptan", señaló Geithner, quien agregó que en las próximas semanas dará mas detalles sobre la reforma.
"Ahora, se requiere una reforma integral. No debemos poner un parche modesto, sino establecer unas nuevas reglas de juego", dijo en su comparecencia. "Necesitamos una supervisión mas fuerte y uniforme para todos los productos financieros dirigidos a los consumidores y a los inversores, y un endurecimiento de las reglas para asegurarnos que todos los que violan la confianza publica, rindan cuenta de sus actos".
Propone además crear un agente regulador que obligue a las grandes entidades a reforzar su capital, y a reducir los préstamos, e incluso tenga capacidad para tomar el control de la gestión de las entidades en caso de problemas.
Geithner explicó que la actual crisis fue provocada, precisamente, por una regulación financiera "inestable y frágil", por lo que ahora se requieren "normas más duras de apertura, transparencia y sentido común". Su propuesta colocará por primera vez bajo el paraguas de supervisión del Gobierno federal a los fondos de alto riesgo, los fondos de capital riesgo y los mercados de derivados, donde se negocian algunos de los productos más sofisticados y complejos. Estas entidades tendrán que registrarse en la Comisión de Valores estadounidense (SEC).
En general, Geithner pidió al Congreso apoyo para sacar adelante "una reforma fundamental que permita crear un sistema más fuerte y estable, con una mayor protección para los consumidores y los inversores, y un marco de supervisión más simple y compacto".
En su opinión, justo ahora lo que el país necesita son "unas normas más duras de apertura, transparencia y sentido común. No son reparaciones modestas lo que es preciso, sino adoptar unas nuevas reglas del juego".
Para el secretario del Tesoro, las leyes deben ser más simples que las que están en vigor hoy en día. "Las normas deben ser aplicadas eficazmente para producir un sistema financiero más estable. Al mismo tiempo deberán adaptarse y evolucionar de acuerdo a los cambios que se produzcan en el sector financiero", ha indicado Geithner.
Geithner considera que estos cambios deben permitir que las entidades financieras del país sean más fuertes y puedan resistir cualquier crisis severa. Además, deberán estar preparados para hacer frente a la quiebra de grandes instituciones financieras rivales.
El proyecto de reforma debe ser aprobado por el Congreso. Geithner presentará estas ideas en la próxima cumbre del G-20.
No a los reguladores a la carta
Geithner ha apuntado que "los productos financieros y las instituciones deben ser regulados según la función económica que desempeñan y los riesgos que representan para el sistema financiero, no por la forma legal que adoptan".
Para el pilar económico del Gobierno de Barack Obama, "no podemos permitir a las entidades que elijan entre organismos reguladores que compiten entre sí. No pueden dirigir su riesgo a los organismos que ofrecen unos controles más bajos".
"Creo que China está desempeñando un papel estabilizador muy importante en esta crisis financiera que estamos presenciando globalmente", dijo en una entrevista con la cadena de televisión CNBC.
Destacó que Estados Unidos está trabajando estrechamente con China para atacar la crisis.
"Las cosas que están haciendo para hacer su economía más fuerte, para estimular el crecimiento de la demanda interna, para permitir una mayor evolución en su marco financiero básico, esas cosas son políticas muy importantes", dijo Geithner. "Nosotros estamos trabajando muy, muy estrechamente con ellos".
El presidente chino, Hu Jintao, y el presidente estadounidense, Barack Obama, sostendrán su primera junta al margen de la próxima cumbre del G20 que se celebrará en Londres.
China espera resultados positivos de la junta, dijo el lunes el viceministro chino del Exterior He Yafei, agregando que los dos líderes dialogarán sobre una amplia variedad de temas, incluyendo las relaciones bilaterales, las acciones conjuntas para combatir la crisis financiera global y otros asuntos de interés común.
(Xinhua)
La reunión se realizará apenas días después de que el Departamento del Tesoro anunciara los detalles de un plan del Gobierno para desintoxicar los balances de los bancos de más de 1 billón de dólares de préstamos y valores complicados.
El jueves, el Gobierno también anunció su plan para modificar las normas financieras, incluida la creación de un único regulador para controlar cualquier firma cuya caída pueda amenazar al sistema.
Obama ha criticado a los banqueros por recibir grandes primas pero a la vez los ha alentado a aumentar los préstamos para ayudar a la economía.
"Esta es una reunión sobre el amplio enfoque existente para restaurar nuestra economía y nuestra fortaleza económica nacional", dijo a periodistas Larry Summers, principal asesor en temas económicos de la Casa Blanca.
"Nuestro futuro está inextricablemente relacionado con estas instituciones financieras y el de ellas a nosotros, por eso tiene sentido que nos veamos y tengamos esta conversación", comentó Valerie Jarrett, una importante asesora del presidente.
Autoridades dijeron que se espera la presencia de unos 15 consejeros delegados, entre ellos los ejecutivos de JPMorgan Chase & Co, Goldman Sachs y Citigroup.
Otras instituciones financieras invitadas, según una fuente del sector, fueron Fannie Mae, Freddie Mac, Bank of New York/Mellon, Northern Trust, PNC Financial, State Street, Bank of America, Morgan Stanley, USBancorp y Wells Fargo.
Summers dijo que los temas podrían incluir "la forma en que (los bancos) manejan a los grandes deudores o la manera en que van a pensar sobre controlar mejor los riesgos en el futuro o los pasos que van a tomar para asegurar un continuo y fuerte flujo de capital".
El presidente estadounidense viajará a Europa la semana próxima para la reunión de líderes del G20, que intentará coordinar sus estrategias para enfrentar la crisis económica global.
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