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8 de marzo de 1913 el día de la mujer |
¿Qué es el día de la mujer? ¿Es realmente necesario? ¿No es una concesión a las mujeres de clase burguesa, a las feministas y sufraguistas?
¿No es dañino para la unidad del movimiento obrero? Esas cuestiones todavía se oyen en Rusia, aunque ya no en el extranjero. La vida misma le ha dado una respuesta clara y elocuente a estas preguntas.
El día de la mujer es un eslabón en la larga y sólida cadena de la mujer en el movimiento obrero. El ejército organizado de mujeres trabajadoras crece cada día. Hace veinte años las organizaciones obreras sólo tenías grupos dispersos de mujeres en las bases de los partidos obreros... Ahora los sindicatos ingleses tienen más de 292.000 mujeres sindicadas; en Alemania son alrededor de 200.000 sindicadas y 150.000 en el partido obrero, en Austria hay 47.000 en los sindicatos y 20.000 en el partido. En todas partes, en Italia, Hungría, Dinamarca, Suecia, Noruega y Suiza, las mujeres de la clase obrera se están organizando a sí mismas. El ejército de mujeres socialistas tiene casi un millón de miembros. ¡Una fuerza poderosa! Una fuerza con la que los poderes del mundo deben contar cuando se pone sobre la mesa el tema del coste de la vida, el seguro de maternidad, el trabajo infantil o la legislación para proteger a las trabajadoras.
Hubo un tiempo en el que los hombres trabajadores pensaron que deberían cargar ellos solos sobre sus hombros el peso de la lucha contra el capital, pensaron que ellos solos debían enfrentarse al «viejo mundo» sin el apoyo de sus compañeras. Sin embargo, como las mujeres de clase trabajadora entraron en las filas de aquellos que vendían su trabajo a cambio de un salario, forzadas a entrar en el mercado laboral por necesidad, porque su marido o padre estaba en el paro, los trabajadores empezaron a darse cuenta de que dejar atrás a las mujeres entre las filas de «no-conscientes» era dañar su causa y evitar que avanzara. ¿Qué nivel de conciencia posee una mujer que se sienta en el fogón, que no tiene derechos en la sociedad, en el estado o en la familia? ¡Ella no tiene ideas propias! Todo se hace según ordena su padre o marido...
El retraso y falta de derechos sufridos por las mujeres, su dependencia e indiferencia no son beneficiosos para la clase trabajadora, y de hecho son un daño directo hacia la lucha obrera. ¿Pero cómo entrará la mujer en esa lucha, como se la despertará?
La socialdemocracia extranjera no encontró la solución correcta inmediatamente. Las organizaciones obreras estaban abiertas a las mujeres, pero sólo unas pocas entraban. ¿Por qué? Porque la clase trabajadora al principio no se percató de que la mujer trabajadora es el miembro más degradado, tanto legal como socialmente, de la clase obrera, de que ella ha sido golpeada, intimidada, acosada a lo largo de los siglos, y de que para estimular su mente y su corazón se necesita una aproximación especial, palabras que ella, como mujer, entienda. Los trabajadores no se dieron cuenta inmediatamente de que en este mundo de falta de derechos y de explotación, la mujer está oprimida no sólo como trabajadora, si no también como madre, mujer. Sin embargo, cuando los miembros del partido socialista obrero entendieron esto, hicieron suya la lucha por la defensa de las trabajadoras como asalariadas, como madres, como mujeres.
Los socialistas en cada país comienzan a demandar una protección especial para el trabajo de las mujeres, seguros para las madres y sus hijos, derechos políticos para las mujeres y la defensa de sus intereses.
Cuanto más claramente el partido obrero percibía esta dicotomía mujer/trabajadora, más ansiosamente las mujeres se unían al partido, más apreciaban el rol del partido como su verdadero defensor y más decididamente sentían que la clase trabajadora también luchaba por sus necesidades. Las mujeres trabajadoras, organizadas y conscientes, han hecho muchísimo para elucidar este objetivo. Ahora el peso del trabajo para atraer a las trabajadoras al movimiento socialista reside en las mismas trabajadoras. Los partidos en cada país tienen sus comités de mujeres, con sus secretariados y burós para la mujer. Estos comités de mujeres trabajan en la todavía gran población de mujeres no conscientes, levantando la conciencia de las trabajadoras a su alrededor. También examinan las demandas y cuestiones que afectan más directamente a la mujer: protección y provisión para las madres embarazadas o con hijos, legislación del trabajo femenino, campaña contra la prostitución y el trabajo infantil, la demanda de derechos políticos para las mujeres, la campaña contra la subida del coste de la vida...
Así, como miembros del partido, las mujeres trabajadoras luchan por la causa común de la clase, mientras al mismo tiempo delinean y ponen en cuestión aquellas necesidades y sus demandas que les afectan más directamente como mujeres, amas de casa y madres. El partido apoya esas demandas y lucha por ellas... Estas necesidades de las mujeres trabajadoras son parte de la causa de los trabajadores como clase.
En el día de la mujer las mujeres organizadas se manifiestan contra su falta de derechos. Pero algunos dicen ¿por qué está separación de las luchas de las mujeres? ¿Por qué hay un día de la Mujer, panfletos especiales para trabajadoras, conferencias y mítines? ¿No es, en fin, una concesión a las feministas y sufraguistas burguesas? Sólo aquellos que no comprendan la diferencia radical entre el movimiento de mujeres socialistas y las sufraguistas burguesas pueden pensar de esa manera.
¿Cuál es el objetivo de las feministas burguesas? Conseguir las mismas ventajas, el mismo poder, los mismos derechos en la sociedad capitalista que poseen ahora sus maridos, padres y hermanos. ¿Cuál es el objetivo de las obreras socialistas? Abolir todo tipo de privilegios que deriven del nacimiento o de la riqueza. A la mujer obrera le es indiferente si su patrón es hombre o mujer.
Las feministas burguesas demandan la igualdad de derechos siempre y en cualquier lugar. Las mujeres trabajadoras responden: demandamos derechos para todos los ciudadanos, hombres y mujeres, pero nosotras no sólo somos mujeres y trabajadoras, también somos madres. Y como madres, como mujeres que tendremos hijos en el futuro, demandamos un cuidado especial del gobierno, protección especial del estado y de la sociedad.
Las feministas burguesas están luchando para conseguir derechos políticos: también aquí nuestros caminos se separan: para las mujeres burguesas, los derechos políticos son simplemente un medio para conseguir sus objetivos más cómodamente y más seguramente en este mundo basado en la explotación de los trabajadores. Para las mujeres obreras, los derechos políticos son un paso en el camino empedrado y difícil que lleva al deseado reino del trabajo.
Los caminos seguidos por las mujeres trabajadoras y las sufraguistas burguesas se han separado hace tiempo. Hay una gran diferencia entre sus objetivos. Hay también una gran contradicción entre los intereses de una mujer obrera y las damas propietarias, entre la sirvienta y su señora... Así pues, los trabajadores no deberían temer que haya un día separado y señalado como el Día de la Mujer, ni que haya conferencias especiales y panfletos o prensa especial para las mujeres.
Cada distinción especial hacia las mujeres en el trabajo de una organización obrera es una forma de elevar la conciencia de las trabajadoras y acercarlas a las filas de aquellos que están luchando por un futuro mejor. El Día de la Mujer y el lento, meticuloso trabajo llevado para elevar la auto-conciencia de la mujer trabajadora están sirviendo a la causa, no de la división, sino de la unión de la clase trabajadora.
Dejad que un sentimiento alegre de servir a la causa común de la clase trabajadora y de luchar simultáneamente por la emancipación femenina inspire a las trabajadoras a unirse a la celebración del Día de la Mujer.
Alexandra Kollontai
Una de las principales figuras del feminismo revolucionario. Formó parte del primer Gobierno bolchevique, con Lenin y Trotsky y escribió numerosos trabajos sobre la mujer, entre los que destacamos: Los fundamentos sociales de la cuestión femenina (1909), La sociedad y la maternidad (1921) y Autobiografía de una mujer sexualmente emancipada (1926)
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El documento, difundido en vísperas del Día Internacional de la Mujer este 8 de marzo, señala además que la crisis global del empleo va a "empeorar de forma drástica" con la profundización de la recesión en 2009.
La OIT explica que la crisis económica global empezó en los sectores financieros de los países más ricos, afectando las ramas laborales de la banca, los seguros y bienes raíces, el área de la construcción y en manufacturas, que están dominadas por miembros del sexo masculino.
Por lo tanto, fueron los hombres quienes primeros perdieron sus empleos.
Pero -resaltó Jeff Johnson, autor del nuevo informe de la organización- ya el desempleo se ha extendido más allá de esos sectores y ha llegado a áreas orientadas por los servicios, como en las ventas y el turismo, donde dominan las mujeres.
La OIT avisa que en la situación actual, el porcentaje de desempleo de las mujeres podría llegar hasta el 7,4 %, frente al 7% de los hombres.
El organismo señala que en la medida en que sigue decayendo la confianza de los consumidores, están desapareciendo puestos de empleos de posiciones que son tradicionalmente femeninas, como meseras y asistentes en las tiendas.
Agrega que a la OIT le preocupa especialmente la situación de las mujeres en países en desarrollo, principalmente en América Latina y el Caribe, donde ya antes de la crisis la brecha entre el empleo masculino y el femenino era muy grande.
Y en esos países van a ser afectadas las mujeres que trabajan en agricultura o en áreas como en el servicio doméstico, o empleos temporarios, porque en esos sectores no tienen beneficios laborales que las protejan.
"Ellas no tienen protección social y son especialmente vulnerables en tiempos de recesión económica", agregó Foulkes.
La OIT avticina que unas 22 millones de mujeres perderán sus trabajos este año.
La OIT advirtió además que en general, las perspectivas del mercado laboral para 2009 muestran un claro deterioro para todas las personas.
La organización prevé que el nivel global de desempleo pueda llegar a más del 6% en el escenario más optimista, y hasta el 7% en el más pesimista, lo que significaría un incremento de entre 24 millones y 52 millones de desempleados en todo el mundo.
La OIT también estima que el porcentaje de empleo vulnerable en 2009 podría oscilar entre el 50,5% y el 54,7% para las mujeres, y entre el 47,2% y el 51,8% para los hombres.
Ello significa que si bien la carga de vulnerabilidad es todavía mayor para las mujeres, la crisis empuja a una mayor cantidad de hombres hacia empleos vulnerables.
En un comunicado emitido simultáneamente en Bagdad y Ammán, al cual tuvo acceso Prensa Latina, la organización mundial señaló que años de violencia, conflicto interno y guerras han hecho más lentos los progresos hacia la igualdad de las féminas iraquíes.
Al respecto, lamentó que se vean comprometidos sus derechos fundamentales a educación, atención médica, empleo y plena participación política.
Una gran prioridad de la ONU para 2009 es mejorar las condiciones para las mujeres y niñas que aún no han podido sentir todos los beneficios de la recuperación de Iraq, afirmó el coordinador residente y humanitario de la organización para el país, David Shearer.
Consideró, sin embargo, “algunos signos prometedores” como que uno de cada cuatro vencedores en la reciente elección provincial es mujer.
Según la ONU, “hay todavía mucho por hacer”, porque una de cada 10 casas iraquíes es manejada por mujeres, más del 80 por ciento de las cuales son viudas.
Las féminas representan el 17 por ciento de la fuerza laboral iraquí, frente al 81 por ciento de los hombres, lo cual les excluye de buenas oportunidades económicas, a lo que se suma que el 24 por ciento de las mujeres y niñas mayores de 10 años son iletradas.
Ese indicador es del 11 por ciento para los varones, agregó la fuente, al señalar que en años recientes muchas estudiantes se han abstenido de acudir a la escuela debido a los altos niveles de violencia en el país.
Para la ONU, las mujeres iraquíes están atrapadas en una “emergencia de silencio”, más aún si se toma en cuenta que los índices de salud también son preocupantes porque la mortalidad materna ronda las 84 por cada 100 mil nacidos vivos.
En Jordania y Siria las cifras son de 41 y 65 por cada 100 mil nacidos vivos, respectivamente, contrastó la fuente al asegurar que muchos de los decesos infantiles y maternos pueden ser prevenidos mediante simples intervenciones con cuidados prenatales y obstétricos.
Con la celebración de este Día Internacional de la Mujer, en medio de una crisis económica global de dimensiones aun inexploradas, llegan noticias aterradoras sobre este drama social, político, económico y humano.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), alarmada por el creciente desempleo que dejan en el orbe las recesiones económicas, advirtió que las mujeres sufrirán mucho más los efectos de las turbulencias de los mercados.
Según un informe dado a conocer en su sede de Ginebra, la tasa de desempleo de las damas ascendió de seis a 6,3 por ciento de 2007 a 2008, y los pronósticos indican que puede llegar a 7,4 por ciento si no se controla la tendencia de la crisis a agudizarse.
Como de costumbre, las regiones más sufridas son América Latina y el Caribe y algunas zonas de Asia y África, destacó la OIT.
La vulnerabilidad de las féminas se manifiesta en muchos aspectos, en Iraq, donde Estados Unidos ejecuta una devastadora guerra desde 2003, la dependencia de los maridos se ha convertido en un asunto serio.
Una crónica de The New York Times reciente lanzó cifras espeluznantes ante los lectores de todo el orbe.
Alrededor de 740 mil mujeres perdieron a sus esposos y ahora son un ejército de viudas sin medios para mantener a la familia.
Alguna vez, dice el rotativo, el sistema de apoyo extendido a las familias, los vecinos y las mezquitas, cuidó de las viudas, pero hoy las organizaciones gubernamentales y de servicio social aseguran que las necesidades exceden la ayuda disponible.
Se estima que una de cada 11 mujeres iraquíes de entre 15 y 80 años perdió a su compañero en la guerra, un buen número de ellas para sobrevivir debe aceptar matrimonios temporales, relaciones sancionadas por la tradición chiíta.
Otras se vuelven prostitutas y algunas se unen a la insurgencia por una paga estable, o sencillamente vagabundean en busca de algo que comer para sus pequeños.
Según las estadísticas nacionales cerca de 120 mil viudas (una de cada seis aproximadamente) reciben alguna ayuda estatal, el resto nada.
En términos generales el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) destaca que entre los 10 países con mayor riesgo de mortalidad materna, la mayoría está en guerra o sufren aun las consecuencias de un conflicto bélico.
Más de medio millón de mujeres mueren cada año en el globo por complicaciones durante el embarazo o durante el parto.
Este domingo el mundo, afectado por los males de la guerra, la crisis económica, el desempleo y un número creciente de hambrientos a escala planetaria, alzará la voz, otra vez desde hace más de nueve décadas, por las mujeres de todos los países.
El 8 de marzo se rinde homenaje a un grupo de féminas que en 1857 exigieron la igualdad salarial y una jornada laboral más justa en una fábrica textil de Nueva York.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) promueve ahora la igualdad entre los sexos como prioridad para el periodo 2008-2013.
Pero la feminización de la pobreza sigue intensificándose por las desigualdades en el reparto económico, en la distribución del trabajo no remunerado, en los recursos y el control de éstos, y en el acceso al capital y los mercados laborales.
Parece increíble, dirán quienes lean estos datos, cuando 165 son las naciones que han ratificado ya la Convención sobre la eliminación de todas las formas de segregación de las féminas, o se han adherido a ella.
Ese infierno es un lugar donde campean viles proxenetas femeninas, donde empobrecidas madres venden a sus hijas adolescentes en un mercado del sexo para el que las mujeres que han llegado a la edad de veinte años son ya demasiado viejas para que se pueda ofrecer un buen precio por ellas. Las víctimas más jóvenes, algunas con tan sólo once y doce años, son vendidas hasta por 30.000 dólares, otras por tan sólo 2.000 dólares. “La compra-venta de niñas en Iraq, es como el comercio de ganado”, dice Hinda. “He visto a madres regateando con tipos sobre el precio de sus hijas”.
Las rutas del tráfico sexual son a la vez locales e internacionales, la mayoría se dirigen a menudo hacia Siria, Jordania y el Golfo (sobre todo los Emiratos Árabes Unidos). Se trafica ilegalmente con las víctimas bien falsificándoles los pasaportes, o bien enviándolas “legalmente”, mediante matrimonios forzados. Una mujer casada, incluso una tan joven como de catorce años, levanta pocas sospechas si va viajando con su “marido”. Tan pronto como llegan a su destino, se divorcian de las niñas y las ponen a trabajar.
Nadie sabe exactamente cuántas mujeres y niño/as iraquíes han sido vendidos como esclavos sexuales desde la caída del régimen de Saddam Hussein en 2003, y no hay cifras oficiales debido a la turbia naturaleza del negocio. Los activistas que viven en Bagdad, como Hinda, y algunos otros indican que la cifra podría llegar a varias decenas de miles. Sigue siendo un crimen que se esconde; uno del que el Informe del Departamento Estatal estadounidense sobre el Tráfico de Personas dice que el gobierno de Iraq no está molestándose en atajar. Bagdad, dice el informe, “no ofrece servicios de protección para las víctimas del tráfico sexual, no lleva a cabo esfuerzo alguno para impedir el tráfico de personas y no reconoce que ese delito constituye un problema en el país”.
Aunque la violencia sexual ha ido durante milenios la compañera de las guerras y la inseguridad siempre proporciona oportunidades para que los elementos criminales se beneficien, lo que está sucediendo en Iraq hoy revela cuanto ha retrocedido el que una vez fuera un país progresista (en relación con sus vecinos) en la cuestión de los derechos de la mujer y cuán ferozmente se han desintegrado los valores de una sociedad tradicional árabe que estima la virginidad femenina. En Bagdad, el pasado mes, la Ministra para Asuntos de la Mujer, la Dra. Nawal al-Samarraie, dimitió en protesta por la escasez de recursos que el gobierno asignaba a su ministerio. “El Ministerio es sólo un puesto vacío”, dijo a TIME. ¿Por qué voy a ir cada día a la oficina si no dispongo de ningún recurso?”, dice, añadiendo que ella pensaba que las niñas implicadas en el trágico tráfico elegían por sí mismas meterse en la prostitución.
Ese es un punto de vista que enfurece profundamente a activistas como Yanar Mohammad, que dirige la Organización para la Libertad de las Mujeres en Iraq. “Que me permita llevarla a los clubes nocturnos de Damasco y le mostraré mujeres con las se ha traficado por miles”, dice. Hasta la fecha, el gobierno no ha perseguido a ningún traficante. Durante el pasado año, impidió también que grupos como los de Mohammed visitaran las prisiones de mujeres, donde habían identificado previamente a algunas de las víctimas, muchas de las cuales son encarceladas por actos cometidos como consecuencia de haber sido objeto de tráfico, como prostitución o tenencia de documentos falsificados.
Allí fue donde el grupo de Mohammed vio a Atoor por primera vez hace varios años, en la prisión de Mujeres de Jadimiya, situada al norte de Bagdad. Atoor se casó con su novio de 19 años, un policía llamado Bilal, cuando tenía quince. Tres meses después, él murió como consecuencia de uno de los muchos episodios sangrientos de la brutal guerra en Iraq. Tras el obligatorio período de luto de cuatro meses que dicta la Sharia, la ley islámica, la madre de Atoor y dos hermanos le dejaron claro que iban a venderla a un burdel cercano a su hogar, en el oeste de Bagdad, al igual que habían vendido a sus dos hermanas mayores que eran gemelas. Aterrada, le dijo a un amigo de la policía que atacara su casa y el burdel cercano. Su unidad lo hizo y Atoor pasó los dos años siguientes en prisión. No había ninguna acusación pero ese fue el tiempo que tuvo que pasar antes de que llegara ante un juez y fuera liberada. “Yo quería ir a prisión, no quería que me vendieran”, dice. “Todavía no puedo creerme lo que me pasó. Mi madre solía mimarme. Sí, vendió a mis hermanas, pero lo lamentó mucho. Yo pensaba que me quería”.
Hinda, la investigadora-activista también sabe lo que es ser traicionada por la familia y considerada una mercancía humana. Violada a los dieciséis años, fue repudiada por su familia y expulsada de casa. En muchas partes del mundo árabe, el estigma de una castidad comprometida, aunque haya sido robada, es tal que las víctimas son en el mejor de los casos proscritas y en el peor asesinadas por “deshonrar” a su familia o a su comunidad. Desesperada y en la indigencia, Hinda volvió a la prostitución.
Ahora, a los treinta y tres años, está utilizando sus conocimientos en el sector para infiltrarse en los círculos de todo el país. Reúne información sobre las víctimas, de donde son, por cuánto las venden y quién las está comprando. Muy a menudo se hace pasar como una compradora para clientes extranjeros, una tapadera que le permite sacar fotos de las víctimas y afirmar que son para sus potenciales clientes. Prolonga las negociaciones durante varios días, sabiendo que las víctimas son normalmente vendidas durante ese período. Hacerse pasar por una proxeneta decepcionada le ayuda a mantener su cobertura intacta, dice. No puede rescatar a las muchachas, pero la esperanza es que cuando el gobierno decida tomarse en serio el tráfico sexual, su trabajo y el de otros ayudarán finalmente a procesar a los delincuentes e identificar a las víctimas. Cambia de círculo con tanta rapidez como puede. Persistir en alguno acabaría levantando sospechas.
Pero estos días dice que está siendo prácticamente imposible no levantar sospechas. Ha sido golpeada anteriormente por los guardaespaldas de los proxenetas que sospechan que ella anima a las jóvenes víctimas a escapar o les ofrece ayuda. Pero en la pasada semana ha recibido varias amenazas de muerte, algunos tan escalofriantes y persistentes que ha escrito una carta de despedida a su madre. “Estoy aterrada. Tengo miedo de que me maten”, dice, enjugándose las lágrimas. “Pero no me voy a rendir a ese temor. Si lo hago significa que me han vencido y no voy a permitirlo. Tengo que trabajar para que pare todo esto”.
(mas...)
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