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Los franceses se hunden en la recesión |
Los franceses se despertaron ayer con la confirmación de su peor pesadilla: su país ha entrado en la peor recesión desde 1975. En el cuarto trimestre de 2008, la economía francesa comenzó a sufrir los embates que habían hecho sucumbir las estadísticas de sus vecinos y a las que Francia estaba escapando porque su modelo es mas fuertemente controlado que los demás.
El PBI reculó 1,2 % en relación al mismo período del año anterior, según las estadísticas del INSEE. Una cifra que sólo admite una comparación: la del cuarto trimestre de 1974 para equilibrar tal brutalidad.
La recesión dejó de ser un fantasma amenazante para volverse una dramática realidad en Francia. La ministra de Economía, Christine Lagarde, informó que su previsión de crecimiento económico para 2009 será inferir a -1 % mientras la Comisión Europea en Bruselas prevé un repliegue del PBI de 1,8% para Francia este año. Una sola buena noticia: el consumo aumentó 0,5% en el cuarto trimestre.
Pero sobran las muestras de crisis: en una sola cuadra en el barrio parisino de la Bastilla, cuatro de los ocho negocios abiertos están ofreciendo liquidación total por cierre definitivo. Los restaurantes están semi vacíos y las empresas chicas y medianas comienzan a liquidar stocks con dramáticos planes de cerrar en el interior del país.
Las grandes empresas darán licencias para enfrentar la crisis, cuando las estadísticas remarcan una caída esperada del 32 por ciento para el año en curso en la industria automotriz. Renault prevé 3.000 despidos, KLM Air France considera una supresión de 1.000 a 1.200 puestos de trabajo y Caterpillar anunció más de 700 despidos en 2009.
La ministra de Economía francesa presentará a mediados de marzo "un escenario completo de las nuevas previsiones macroeconómicas para Francia" pero los industriales están dando amplias señales negativas sobre la profundidad de la crisis. La poderosa industria automotriz francesa prevé una baja de las inversiones del 12 por ciento este ano.
El plan de ajuste de Renault considera al menos 9.000 despidos en 2009 y de ellos, 3.000 no serán reemplazados para poder comprimir su presionada masa salarial.
Si bien la compañía que preside el brasileño libanés Carlos Ghosn se benefició con su participación en Nissan y consiguió no caer en el rojo, todos los indicadores económicos de la empresa se degradaron a partir de mediados del 2008. Renault reajusta sus gastos pero proyecta lanzar 8 nuevos vehículos este año aunque espera una baja de ventas del al menos 14% con respecto a 2008.
El plan del gobierno francés para las automotrices está generando al presidente Nicolas Sarkozy feroces acusaciones de proteccionismo de parte de la Comisión Europea en Bruselas.
"El plan francés en favor del automóvil no es un plan proteccionista y esta acusación no resistirá un análisis de los hechos" dijo el premier Francois Fillon. Y siguió: "Francia no impone ninguna condición a sus constructores sobre sus inversiones en la Unión. Pero les pide no cerrar sus lugares de ensamble sobre el territorio francés porque los ciudadanos no comprenden porqué el Estado presta 6.000 millones de dólares a un constructor que anuncia esos cierres".
El argumento de Fillon no convenció a José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, que llamó a respetar la competencia leal dentro de la UE y que el plan francés no tenga "efectos colaterales negativos sobre otros estados miembros", a donde las empresas de Francia quieren transferir sus plantas en busca de una baja de costos sociales y de producción.
Los comisarios europeos consideran que Francia está usando "una retórica proteccionista" frente a los que los franceses llaman "proteccionismo inteligente" ante la crisis global. Francia ha acusado de inmovilismo a la UE y el gobierno aseguró que hubiese preferido un plan europeo de rescate a las automotrices. Pero como no llegó, debió implementar el propio.

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
Por otro lado, las ocho confederaciones sindicales del país ratificaron movilizaciones el 19 de marzo que comprenderán un paro masivo al reiterar sus críticas al presidente Nicolás Sarkozy en torno al denominado plan de reactivación económica.
Esperamos que las manifestaciones superen la anterior de enero pasado y sirvan para continuar la presión sobre el Gobierno, declaró a la prensa el secretario general de la Confederación General de Trabajadores (CGT), Bernard Thibault.
Thibault y otros dirigentes de los gremios fustigaron a Sarkozy por su rechazo al aumento del salario mínimo y a la desfiscalización de las horas extras, así como a otras medidas que consideraron parciales e insuficientes.
La eliminación de 30 mil puestos de trabajo en el sector público y el apego del mandatario a la patronal, según los sindicatos, son también aspectos que deploraron los representantes de la CGT y las restantes confederaciones.
Durante la anterior movilización, alrededor de dos millones y medio de personas efectuaron mítines y marcharon por las calles de todo el territorio nacional.
Las manifestaciones están siendo lideradas por el LKP (Colectivo Contra la Explotación) que reagrupa a más de 40 organizaciones sindicales, asociativas y políticas.
Entre las principales reivindicaciones encontramos un aumento neto por mes de 200 euros de los salarios más bajos, de las jubilaciones y de los subsidios; una reducción de 0,50 euros del precio del combustible; una baja del IVA para los productos de consumo popular.
Esta huelga cuenta con el apoyo de la amplia mayoría de la población explotada y las manifestaciones organizadas por el LKP son masivas:
“El equivalente a manifestaciones de 6 millones de personas en la metrópoli”. (Le Monde, 9/2/09)
Un movimiento huelguístico similar también paraliza desde el 5/2 la isla de Martinica, en la Guyana francesa, que a fines del año pasado conoció un conflicto parecido, y en Reunión (una isla francesa del Océano Indico) las manifestaciones comienzan a organizarse.
Por su parte, el gobierno y la patronal temen una radicalización de la protesta y el contagio en la metrópoli.
Es que, de hecho, luego del fracaso la semana pasada de las negociaciones entre representantes del LKP, de la patronal y del gobierno, el conflicto tiende a endurecerse.
De un lado, la patronal guadalupeña opone una resistencia durísima a la demanda de aumento de salarios y exige que sea el Estado quien se haga cargo; el LKP, de su lado, llama a fortalecer el movimiento contra la patronal pero al mismo tiempo, a través de su portavoz Elie Domota, denuncia al gobierno por no financiar el aumento salarial a través de exoneraciones fiscales, coincidiendo así con el reclamo patronal.
A esto el gobierno, en la voz de uno de sus representantes, replica hipócritamente que:
“Las negociaciones salariales son un asunto entre la patronal y los sindicatos” y que “es impensable que (…) los aumentos salariales sean financiadas por el contribuyente”. (entrevista a R. Soubie, Le monde, 16/2)
¡Evidentemente, esta “preocupación” por el contribuyente no se manifestó siquiera discretamente cuando el presidente N. Sarkozy puso a disposición de los bancos franceses 360 mil millones de euros para salvarlos de la crisis!
Lo que en realidad busca el gobierno es no sentar un antecedente para los trabajadores metropolitanos.
Los partidos de extrema izquierda, por su parte, junto con asociaciones organizaron una concentración en apoyo a la huelga general en las Antillas el 16/2 en París.
En ésta O. Besancenot, portavoz del NPA, declaró que el 20/2 viajará a las Antillas.
Violentos enfrentamientos con la gendarmería: el LKP podría perder el control
En las últimas horas se registraron saqueos e incendios a negocios, incendios de automóviles, bloqueos de rutas y violentos enfrentamientos entre jóvenes y la gendarmería.
En efecto, mientras se mantiene la huelga, el lunes y el martes por la noche grupos de jóvenes radicalizados de algunos barrios populares, verdaderas “banlieues” tropicales, se enfrentaron durante toda la noche con piedras, molotovs e inclusive armas largas con las fuerzas de represión (policía y gendarmería).
Los protagonistas de los enfrentamientos son jóvenes desocupados que podrían desbordar la dirección del LKP ante la desesperación que lleva a más de un mes de huelga general completa en la isla.
Una testigo cuenta:
“cuando los gendarmes llegaron (…) apoyados por helicópteros, escuché algunos tiros de intimidación y explosiones de bombas lacrimógenas. Los jóvenes apedrearon los vehículos. Tenía la impresión de estar en Haití”. (Le monde, 17/2)
De hecho, ya se produjo la primera muerte.
Se trataría de un sindicalista, miembro del LKP, de cincuenta años que, según la prefectura de Pointe-à-Pitre (con el valor que esto tiene), habría recibido un impacto de bala proveniente de un corte [de calle] improvisado en Chanzy, uno de los barrios más calientes de la capital de la isla, custodiado por jóvenes.
Igualmente, tres policías habrían resultado levemente heridos de bala.
Por otro lado, cuestiones ligadas a la opresión colonial comienzan a tomar un peso importante en algunos manifestantes.
En efecto:
“Detrás del LKP, algunos portan reivindicaciones abiertamente independentistas”. (Le Monde, 17/2)
Esto se puede constatar en pancartas de manifestantes en donde se ve escrito:
“¿Departamento en teoría o Colonia en realidad?”
o en la manifestación-conmemoración del 14/2 pasado en la que se recordó:
“la masacre de San Valentín” de 1952
cuando la policía abrió fuego contra obreros rurales que reclamaban un aumento salarial.
En definitiva, para que la legítima bronca de la juventud y de los trabajadores antillanos no pierda nada de su potencialidad y para evitar las provocaciones, es necesario que el LKP pegue un salto en las medidas de fuerza que adoptó hasta aquel momento, en total independencia de las fuerzas políticas burguesas isleñas o metropolitanas, empezando por los representantes locales del Partido Socialista (Victorin Lurel, presidente de la región), el LKP tiene que poner en discusión el mando político de la isla que llevó hasta ahora a la perpetuación de la opresión colonial.
En Francia, las organizaciones obreras y populares, empezando por la extrema izquierda, tienen que rodear el conflicto antillano con la máxima solidaridad.
Esto no solo sería la única manera para frenar el arrebato represivo del Estado francés que podría tratar de desmantelar el movimiento huelguístico sino para retomar allí también el camino trazado por los heroicos luchadores antillanos que siguen cantando:
“Jou nou ké mété a jounou péké vwè jou!”
(¡Más que nunca, la lucha continúa!)
Condiciones de vida insoportables
En los territorios coloniales franceses (DOM-TOM) los trabajadores sufren condiciones de vida insostenibles.
En efecto, la diferencia del costo de la vida en los DOM-TOM comparado con la metrópoli es tal que:
“los funcionarios (de Francia metropolitana) mutados a los territorios de Ultramar ven su salario aumentado en 35% desde que aterrizan en la isla de la Reunión, en 40% cuando se instalan en Guadalupe, en Martinica o en Guyana francesa, y en más de 100% en las islas más lejanas de la Polinesia francesa… En la mayoría de los casos, los salarios de los franceses que trabajan en el sector privado se alinean con los de los funcionarios”. (LeJDD.fr, 6/2/09)
Sin embargo, el resto de los salarios, especialmente los más bajos, se encuentran al nivel de los de Francia metropolitana.
Esta situación de carestía se debe a los impuestos al consumo de productos populares, a que la economía de estos territorios es totalmente dependiente de la importación de alimentos y de insumos y, en relación con esto último, a los márgenes de ganancias de los grandes grupos económicos ligados al negocio de la importación, de la exportación y de la distribución dirigidos por la minoría “béké” (descendientes blancos de los primeros colonos).
Por otra parte, las colonias francesas conocen un desempleo galopante: en Guyana francesa y en Guadalupe el desempleo llega a 25%, en Martinica a 21% y en la isla de Reunión a 22%.
La situación de los jóvenes es peor.
Se estima que el nivel de desempleo entre los menores de 30 años es de 40% en Guadalupe, Martinica y Guyana francesa y en la Reunión de casi 50%.
Esta situación hace que muchas personas emigren hacia la metrópoli (cerca del 20% de los oriundos de los DOM vive en Francia metropolitana).
La Verdad Obrera
Presionado por la Comisión Europea en razón de su elevado déficit presupuestario, el gobierno deberá presentar en Bruselas sus proyecciones que comprenderán una previsión de crecimiento entre menos uno y menos 1,5 por ciento del PIB.
El déficit público se fijará en cinco por ciento, pero igualmente Francia espera mostrar al Eurogrupo que en 2010 tendrá un incremento entre 0,5 y uno por ciento, con la pérdida de 50 mil empleos, índices superiores a los de 2009.
Según el ministerio concernido, el primer trimestre del presente año tiene vaticinios muy sombríos y “tocará fondo en el mismo comienzo de la primavera”, es decir en los próximos días.
A pesar de la creación de una cartera para el Relanzamiento de la Economía, el jefe de Estado, a todas luces, deberá acudir de nuevo a las arcas de su administración para inyectar fondos que impidan una catástrofe mayor en el país.
La ministra de Economía, Christine Lagarde, indica en un comunicado que este aumento del paro es "consecuencia directa" del descenso de la actividad en el último trimestre del pasado año, que se redujo un 1,2%.
A su juicio, "en un contexto de crisis económica y financiera global, las anticipaciones degradadas de las empresas han pesado en la evolución del mercado de trabajo". El Gobierno francés prevé para 2009 la destrucción de 350.000 puestos de trabajo como consecuencia de la crisis.
El costo de la vida en las islas es mucho más alto que en Francia y el desempleo altísimo, sobre todo entre los jóvenes. Las protestas exigen un aumento del salario mínimo, la rebaja de los precios de la canasta básica y de los servicios, derecho al trabajo, a la educación y la salud, pero tras semanas de dilatadas negociaciones con las autoridades y de renuencia de los patronos a ceder, han tomado ya un cariz político.
Afloran el sentimiento de independencia y la disputa por el poder político entre la mayoría de la población de origen africano y los llamados béké, exigua minoría blanca descendiente de franceses que controla la economía y el gobierno desde la época colonial.
Si a veces suele olvidarse en América Latina que Haití es fundador de la lucha por nuestra primera independencia, con más frecuencia ocurre respecto a Guadalupe y Martinica como parte de la historia y cultura que nos une.
Allí, aunque aplastados en sus comienzos, se produjeron grandes levantamientos de esclavos a fines del siglo XVIII, al unísono que en Haití.
Ambos territorios poseen también una fecunda historia de luchas obreras y sociales desde el siglo XX. El malestar se ha extendido a las otras dependencias francesas: Guayana, en Suramérica, y la isla de Reunión, cercana a la costa africana del Pacífico sur, donde está convocada la huelga para el 5 de marzo.
Los movimientos guadalupano y martiniqués pueden servir de valiosa experiencia en muchos sentidos a la nueva generación de levantamientos sociales detonados por el monumental trastorno económico iniciado en Estados Unidos.
Varios autores respetables concuerdan en que no se trata de otra recesión cíclica y pasajera de la economía capitalista.
Es un fenómeno mucho más complejo, de larga e imprevisible duración, una auténtica quiebra civilizatoria impulsada por crisis financiera, económica, alimentaria, energética, militar, medioambiental, institucional y de valores, que interactúan y se retroalimentan entre sí, multiplicándose, extendiéndose y complicándose sucesivamente.
Como correlato, se vaticina la pérdida de decenas de millones de puestos de trabajo, millones de familias sin hogar, hambrunas severas, derrumbe de las economías de muchos países del tercer mundo y postración de segmentos importantes de la población de los países desarrollados.
Este desastroso costo social y la tendencia de la mayoría de los gobiernos y de la maquinaria mediática a no reconocer la gravedad del fenómeno mientras “rescatan” a los más ricos en detrimento de sus empobrecidas poblaciones, conduce a una crisis de confianza en las instituciones que llevará a la ingobernabilidad y a inevitables estallidos sociales de gran envergadura.
Estos no podrán controlarse por los clásicos procedimientos antimotines y no será extraño que rebasen a las fuerzas armadas, pero si no existen en las sociedades, como en Guadalupe y Martinica, fuerzas capaces de dotarlos de una organización, un programa y una orientación política popular, pueden evolucionar hacia la derecha e incluso hacia modalidades del fascismo o ser muy vulnerables.
La amenaza de violencia parecería inevitable en muchos casos, ya sea fruto de la desesperación o de la necesidad de las masas, de la represión o de eventuales conflictos entre Estados por causas económicas, pero donde existan movimientos populares con organización y claridad de propósitos es más probable que pueda ser conjurada, o al menos encausada a los objetivos del progreso social.
En América Latina se ha demostrado en la última década que las demandas populares pueden articularse en movimientos sociales que luchan por vía política, logran acceder al gobierno mediante elecciones y desde allí inician procesos constituyentes de orientación socialista.
El socialismo renovado, sostenido desde abajo, es lo único que puede salvar a la humanidad de la debacle que viene.
Ángel Guerra
El Banco de Francia advirtió este lunes que las perspectivas de crecimiento del PIB en los próximos meses apuntan hacia la baja. Según sus cálculos contenidos en un informe la contracción de la economía en el trimestre es inevitable.
De esta forma, la entidad bancaria ratificó las estadísticas anunciadas un mes atrás y añadió que la actividad industrial en febrero se comportó por debajo de las expectativas y marcó un retroceso.
Señaló que se elevó el acumulado de excedentes de productos acabados al disminuir la cartera de pedidos en el área industrial a niveles sin precedentes de los últimos tiempos.
En los servicios la regresión de la actividad volvió a ser la tendencia, en especial en el trabajo temporal.
Para que se considere la recesión en un país deben darse dos trimestres consecutivos de baja en el PIB. Francia ya la tuvo en el período octubre-diciembre con 1,2 por ciento, cifra que pudiera repetirse ahora.
De otro lado, el Instituto Nacional de Estadísticas (INSEE) añadió la semana anterior un aumento en la tasa de desempleo del 7,8 por ciento en el cuarto trimestre de 2008.
Se trata de un deterioro peor aún de lo esperado que se añade a otras cifras difundidas ayer y que señalaron la tendencia hacia una recesión profunda en el 2009.
En el período analizado por el INSEE, sólo en la parte continental de Francia se registraron dos millones 197 mil desempleados.
El cálculo para el año es de una desocupación adicional en el orden de los 350 mil parados.
Las cuentas públicas sufren especialmente los efectos del plan de estímulo adoptado para relanzar la economía, que en enero se valoran en unos 600 millones de euros.
El pasado 4 de marzo, el Gobierno galo revisó a la baja sus previsiones de crecimiento para el año 2009, en el que la economía francesa se contraerá un 1,5%, y ya avanzó un déficit público del 5,6% que alcanzará la cifra récord de 103.800 millones como consecuencia de las medidas adoptadas frente a la crisis. Ayer, el Banco de Francia confirmaba su previsión de que el PIB francés se contraerá un 0,6% en el primer trimestre de 2009.
Por otro lado, la producción industrial francesa sufrió en enero una brusca caída del 3,1% después de haber bajado un 1,5% en diciembre de 2008, arrastrada por el descenso de la producción de material de equipamiento y de transportes, según los datos del Instituto de estadística y estudios económicos (Insee).
En un año, la producción industrial de Francia se ha frenado en un 13,8%, mientras que en el periodo que va de noviembre de 2008 a enero de 2009 registra un descenso del 7,5% respecto a los tres meses anteriores y del 10,9% si se compara con un año antes. En el caso de la industria manufacturera, la bajada es del 8,9% y el 12,7%, respectivamente.
Sin embargo, en esta ocasión, el sector del automóvil no es responsable del hundimiento de la producción industrial porque tras haber caído un tercio en el cuarto trimestre de 2008, experimenta una subida del 1,8% en enero. Por el contrario, los equipamientos electrónicos caen un 6,7%, y el material de transporte un 5,7%.
Serge Foucher, CEO de Sony France, y su gerente de recursos humanos, Roland Bentz, pasaron la madrugada secuestrados en la sala de reuniones de la planta en Pontonx sur l'Adour, en el sudoeste del país, intimados por los obreros "a encontrar una decisión más justa" a sus despidos y similar a las de otras compañías en la misma situación. "El no nos escucha, no encontramos otra solución", dijo uno de los delegados a la agencia francesa AFP, para justificar su acción.
El drama se inició en diciembre pasado, cuando Sony France anunció que cerraría su planta en la región de Landes, donde 311 obreros producían bandas magnéticas y, especialmente, video. Las máquinas debían cesar su producción el próximo 17 de abril junto con los despidos. Los obreros y sus delegados sindicales reclamaron las mismas condiciones de compensación que se otorgaron en otras plantas del mismo tipo cerradas en la región de Alsacia, pero directivos y empleados no lograban llegar a un acuerdo.
Foucher llegó a la planta el jueves por la tarde para discutir la situación con los empleados. Después de una acalorada reunión sin resultados, decidieron retenerlo junto con el otro gerente a lo largo de la noche. Recién los dejaron salir ayer a la mañana y los subieron a un ómnibus, junto con los representantes sindicales, para discutir la situación en la subprefectura de Dax, donde se encuentra la planta. No se sabe aún si los ejecutivos serán retenidos o no nuevamente después de estos encuentros.
"Estoy feliz de ver nuevamente la luz del día", dijo el CEO Foucher a la prensa, que esperaba en la puerta de la planta, antes de subir al ómnibus para proseguir con las conversaciones. Poco después partió a la reunión "de conciliación" con los jefes sindicales, interviniendo para calmar la tensión reinante. "Nos van a despedir a todos", denunció el delegado sindical Patrick Hachaguer. "Exigimos ser tratados con dignidad. Nos han propuesto un mes de salario por año de antigüedad y nada para las personas de más de 55 años. Estamos lejos de las condiciones que acordaron para el cierre del sitio en Alsacia. Exigimos la puesta en marcha de estudios de formación para ser recalificados y ayudas a la movilidad porque va a ser muy difícil conseguir nuevamente empleo en el área", dijo.
Las negociaciones para la "liberación" de Foucher fueron penosas y recién después de muchos cabildeos, el ejecutivo pudo salir.
En las negociaciones en la subprefectura hubo algunos avances sobre las medidas de acompañamiento del plan de despidos pero "ninguna sobre el monto de las indemnizaciones", según fuentes sindicales. Las indemnizaciones propuestas a los obreros en Landes "son el 50% de las ofrecidas en el último plan social de Sony France", rechazó la fuente sindical.
La "retención" de un ejecutivo en una planta tiene antecedentes como gesto de protesta en Francia. En el este del país, un ejecutivo británico de una empresa de autopartes fue "secuestrado" durante 48 horas, forzado a dormir en una camilla de masajes y alimentado con sandwiches. El dijo sentirse como "un prisionero en Alcatraz". En Saint Dizier, el año pasado, la policía tomó por asalto una fábrica de helados para liberar al gerente, que era rehén de furiosos obreros que no aceptaban los despidos. Al menos 14 empleados fueron heridos cuando la policía trató de liberar al ejecutivo. Este secuestro inspiró el filme francés Louise-Michel. Su argumento relata cómo un grupo de mujeres francesas despedidas de una fábrica en el norte de Francia contratan a un sicario para matar a su patrón.
Explosión
La economía real, no la de los globos financieros, es el escenario de la gente. Sueldos, empleos, pago de cuotas, calidad de vida. Se trata de todo lo que este desastre va amenazando y al fin destruyendo. En ese proceso queda al desnudo una de las mayores incógnitas de la crisis: cuánta tensión social será tolerable siendo que aumenta día a día el ejército de desocupados y miserables que genera esta bola de recesión y luego depresión. Lo de Francia es una señal de hasta donde se podrán desplomar los límites. El problema es de formulación simple. Si se adoptan salidas que no alivien el peso de la pesadilla entre quienes no la causaron -pero a quienes se insiste en endosarles la factura- habrá una violenta profecía autocumplida. Negar eso es tan grave como haber negado el tamaño de la estafa de los mercados. Como persistir hoy en negar estos ruidos.
Aunque en los territorios franceses son habituales los paros y manifestaciones, la cercanía del segundo trimestre de contracción de la economía y, por tanto, el anuncio inminente de recesión colocan señales de alarma en el ámbito social.
Las persistentes gestiones del presidente Sarkozy para desempeñar un papel de cierto liderazgo en el relanzamiento del capitalismo mundial, sirvieron como refuerzo a su imagen individual, pero de muy poco en el plano interno.
Sin embargo, todavía muchos franceses creen que el jefe de Estado, paradójicamente junto al líder del flamante Nuevo Partido Anticapitalista, Olivier Besancenot, son los políticos más capaces de emprender cambios sustanciales en el país.
De todas formas, la huelga general del venidero jueves plantea un gran desafío para la actual administración en momentos en que las cifras de desempleo, inflación, déficit público e inversiones son bastante grises.
El problema de Francia se extendió a sus posesiones ultramarinas y así el panorama se calentó en Guadalupe, Martinica (en el Caribe), la isla de la Reunión (Océano Indico), con ciertas repercusiones en la Guayana y la Polinesia.
Reclamos frente a intentos de reformas a los hospitales y en el dominio de la enseñanza superior fueron las razones de las marchas recientes en el territorio continental, afincando el propósito de la huelga general del 19 de marzo.
Para la mayoría de los analistas consultados por las cadenas informativas de televisión BFM-TV e iTelé, la huelga no servirá de mucho, salvo para algunas concesiones del Gobierno, pequeñas y sin un peso sustancial.
Sin embargo, a priori, la idea de los sindicatos y los partidos de izquierda es ir ganando terreno poco a poco e impedir que Sarkozy siga eliminando antiguas conquistas sociales en el país.
(mas...)
Entre huelgas, bloqueos sectoriales, alejamiento de la base electoral que lo votó, protestas por las reformas que lleva a cabo y rechazo virulento a lo que él representa, se va formando poco a poco un sólido eje de oposición.
Los estantes de las librerías rebasan de libros –ahora críticos– sobre el presidente francés y algunos de sus emblemáticos ministros.
Los medios de prensa de alcance nacional no reflejan aún con pertinencia esa realidad, pero lo cierto es que el presidente Nicolas Sarkozy paga en los sondeos de opinión y en muchos núcleos de adversarios el tributo de lo que, antaño, construyó su propio éxito.
Sarkozy paga también de forma indirecta el precio del escandaloso chupamedismo verticalista que impera en casi todos los medios de comunicación, radio, prensa escrita y televisión.
Hay una generación de periodistas hechos a la medida del presidente, cuya actitud agranda la impresión de que Sarkozy no sólo ocupa todos los espacios públicos sino que, además, les impone su ley.
Una idea exagerada pero que se ha impuesto con fuerza.
Los pro Sarkozy y los anti Sarkozy se disputan a menudo el premio de la virulencia.
Entre ambos no cabe la más estrecha conciliación.
El publicista Jacques Séguéla fue durante muchos años un hombre de izquierda a quien se le atribuye el mérito de haber contribuido a la victoria del difunto presidente socialista François Mitterrand.
Ahora, como otros líderes socialistas de gran notoriedad, Jacques Séguéla es un sarkozista.
Hace poco, en medio de un debate televisado sobre el pronunciado gusto que tiene el presidente francés por algunos objetos de lujo como los relojes Rolex, Séguéla dijo “vamos, un hombre que a los 50 años no tiene un Rolex es un fracasado en la vida”.
Frente a un argumento tan brutal e insultante para el común de los mortales, el otro campo organiza su respuesta.
Hace unos días, a un joven informático se le ocurrió idear un plugin para el navegador Firefox que hace desaparecer las imágenes y las referencias sobre Nicolas Sarkozy en Internet.
El geek francés desarrolló un programa libre que convierte a Sarkozy en un hombre invisible.
Ocurre que la obsesión del presiente por la acción y, por consiguiente, por estar siempre presente, suscitó una vocación contraria: la obsesión de no verlo más.
El creador del programa, que se hace llamar Tifrice, explica así su gesto:
“A todos aquellos a quienes la hipermediatización y la hiperpersonalización de la presidencia francesa indigestan por una razón o por otra –angustia, náuseas, úlcera, insomnio, pesadillas, etc.– propongo que se declare invisible a Nicolas Sarkozy. Pero no soñemos tanto, sólo en Internet”.
En lo concreto, una vez que el plugin se integra a Firefox basta con hacerlo funcionar y poner una cruz donde dice “limpiar las páginas” y así desaparecerán de la navegación todas las fotos y las frases donde figura el nombre deSarkozy y su esposa, Carla Bruni.
Al final, los desaciertos de su gestión, la omnipresencia de su persona en cuanta ventana pública aparece por ahí, las promesas electorales incumplidas, las protestas sectoriales que acarrean sus reformas, los evidentes privilegios fiscales que otorgó a los poderosos antes de la crisis mundial, los efectos de la crisis y el desencanto han terminado por conformar una auténtica oposición ciudadana.
No hay hoy un partido político para organizarla.
Entre los socialistas que se pasaron al campo de Sarkozy, los pocos que se salvaron de las luchas internas, los que carecen de ideas y los que siguen enfrascados en peleas fratricidas, no parece haber espacio para darle voz y sentido a esa oposición.
Nicolas Sarkozy gobierna sin que nadie sea capaz de oponerse a él.
Los únicos que sacan provecho de la situación son los miembros de la extrema izquierda, los antiguos trotskistas que disolvieron la Liga Comunista Revolucionaria para fundar el NPA, el Nuevo Partido Anti Capitalista.
La oposición a Nicolas Sarkozy tiene un perfil muy peculiar, ya que es una ola en constante movimiento compuesta por una multitud de aportes: los médicos de urgencia, los universitarios, los anti OGM, los magistrados, los investigadores, los que se oponen a la existencia de ficheros policiales, los que están contra su intervención directa en la administración de los medios de comunicación, los psicoanalistas y los que, de manera global, están en contra de su política.
Todos estos anti se fueron aunando al “llamado de los llamados”, un llamado de protesta que se fomentó a principios de año en los medios del psicoanálisis y que luego sumó muchas otras voces.
El llamado dice así:
“Nosotros, profesionales de la salud, del trabajo social, de la educación, de la justicia, de la información y de la cultura, llamamos la atención de los poderes públicos y de la opinión pública sobre las desastrosas consecuencias sociales de las reformas aplicadas de forma apurada en los últimos tiempos. En la universidad, en la escuela, en los servicios de salud y de trabajo social, en los medios de la justicia, de la información y la cultura, el sufrimiento social no cesa de acrecentarse”.
El psicoanalista Roland Gori, uno de los iniciadores de esta llamado, explica hoy que “ha llegado la hora de coordinar esos movimientos diferentes y extraer todo el sentido político”.
Los observadores políticas destacan que esos movimientos, aunque atomizados, compiten con el movimiento eterno de Nicolas Sarkozy.
Citado por el vespertino Le Monde, Vincent Tiberj, investigador en el Instituto de Estudios políticos de París, explica que “la lógica del movimiento eterno querida por Nicolas Sarkozy llegó a su agotamiento porque el movimiento social logró establecer el lazo entre movilizaciones tan diferentes como la de los profesores-investigadores y la que estaba contra los despidos en el sector automotriz y en los hospitales”.
Un péndulo frente a otro.
La lógica de los movimientos perpetuos ha cambiado porque a las preferencias políticas de unos y otros se les ha impuesto otra, que es la lógica del antisarkozismo capaz de federar opiniones y sectores muy dispares.
(mas...)
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