Las bolsas queman en un año el PIB de EEUU y Europa. Las bolsas de todo el mundo han perdido más de 23 billones de dólares desde el inicio de la crisis. La debilidad de la economía no deja a los parqués levantar cabeza. El sistema financiero sigue atrapado en un pozo sin fondo del que no logra escapar. Las bolsas internacionales, cansadas de marcar un mínimo tras otro, se han instalado cómodamente en una tendencia lateral bajista sin visos de remitir.
Desde que los primeros brotes de la crisis subprime comenzaron asustar a los mercados a mediados de julio de 2007, los parqués de todo el mundo han visto evaporarse, a pesar de las numerosas ampliaciones de capital e inyecciones de capital a la banca, más de 29,5 billones de dólares de su capitalización (22,89 billones de euros).
La cifra duplica el PIB que EEUU registró en 2008 –14,3 billones de dólares– y está muy cerca de representar el equivalente a la suma de la producción de bienes y servicios de todos los países que forman la Unión Europea y la primera potencia del mundo, EEUU.
En los últimos 18 meses, las plazas bursátiles de ambos lados del Atlántico han acumulado pérdidas cercanas al 50% de su valor.
Ningún sector se ha mantenido a flote y, pese a los multimillonarios rescates a la banca, los recortes históricos de tipos de interés y la barra libre de liquidez ofertada por las instituciones monetarias, las malas perspectivas económicas han sumido a la renta variable en una espiral de caídas sin tregua.
Lo que comenzó como una desaceleración se ha convertido en una recesión severa que podría dar paso a una depresión en toda regla. La situación es manifiestamente crítica, la visibilidad de resultados, nula, y ya pocos dudan de estar ante la mayor crisis financiera desde el Crash de 1929.
Una semana tras otra los indicadores macroeconómicos siguen decepcionando –decepcionante PIB de Europa– y las estimaciones de beneficios a la baja no dejan a los inversores sacudirse el miedo del cuerpo. Este semana Nissan, Air France, Diageo, Cotsco, Research In Motion, entre otros, pusieron en evidencia la debilidad de sus cuentas.
Junto a ello, los planes anticrisis promovidos desde la Administración de Obama para recapitalizar el sistema bancario y estimular la economía, a través de medidas fiscales, tampoco cuajan.
El sector bancario sigue marcando la tendencia y, pese a las buenas intenciones, a la baja. En las últimas sesiones, los inversores han tropezado con los decepcionantes resultados de UBS y Credit Suisse y, ayer, lloraron las pérdidas anunciadas por Lloyds. El índice bancario del DJStoxx600 ha acumulado un retroceso del 5,95% en la semana. Entre las entidades más castigadas, Allied Irish Bank, que recibió otra palmadita en la espalda del Gobierno irlandés en forma de inyección de capital, cayó un 41%.
La banca española, en línea con sus homólogos europeos, se ha colocado entre los valores más bajistas de la semana. BBVA retrocedió un 7,51%, seguido por Santander y Popular, que se dejaron un 5,92% y 5,83%, respectivamente. Bankinter, por el contrario, se ha desmarcado y ha coronado las mayores alzas del índice, con un repunte del 9,17%.
El Ibex ha roto dos semanas consecutivas de ganancias con un retroceso del 3,27%, hasta situarse en los 8.265 puntos. Jaume Fileia, analista de Sebroker, confía en que no se perfore el suelo que se formó en noviembre, pero advierte de que, si se perdiesen los mínimos –7.905 puntos–, volverían las ventas de pánicos y la volatilidad extrema vividas en el último trimestre de 2008.
El resto de plazas europeas también ha cerrado una semana arrasada por los números rojos. El Dax alemán ha perdido un 4,98% en las últimas cinco sesiones, mientras que el Cac y el Ftse han recortado un 4%y 2,38%, respectivamente. Wall Street no logró esquivar las pérdidas y a media sesión presentaba retrocesos semanales superiores al 4%. En el año, se deja un 10%.
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