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General Motors declarará bancarrota |
La empresa General Motors (GM), al aproximarse un plazo fijado por el Gobierno de EE.UU. para que presente un plan de reestructuración, estudia pedirle más dinero a Washington o declararse en bancarrota, afirmó este sábado el diario The Wall Street Journal.
El periódico, en su página de Internet, citó como fuente de su información a "personas familiarizadas con los planteos de GM".
A finales de 2008, el Gobierno prestó a General Motors 13.400 millones de dólares, y otros 5.000 millones a Chrysler, para salvarlas de la bancarrota, y les dio plazo hasta el 16 de febrero para que presenten ideas sobre su viabilidad económica.
Por su parte, el servicio de información financiera y económica por internet MarketWatch indicó que el Sindicato de Trabajadores del Automóviol (UAW) retiró las concesiones que había hecho en sus negociaciones con GM, y las conversaciones se suspendieron.

Etiquetas: conocimiento, medios, memoria, monopolios, multitud, politica.
GM ha recibido préstamos por valor de 9.400 millones de dólares y en los próximos días recibirá otros 4.000 millones comprometidos por el Gobierno estadounidense en diciembre.
Pero además de esas cantidades, General Motors dijo que podría necesitar hasta 16.600 millones de dólares de aquí al 2011.
GM también informó que "durante el curso del próximo año" espera reducir 47.000 puestos de trabajo en todo el mundo, 21.000 de ellos en Estados Unidos.
Además, GM pasará en Estados Unidos de 47 plantas de producción con las que ha empezado 2009 a 33 en el 2012 y 32 en el 2014. Para ese año la capacidad de producción de GM en Estados Unidos se habrá reducido a 2 millones de vehículos anuales, 800.000 menos que ahora.
En términos de empleo, GM prevé que para el 2014 tendrá en Estados Unidos 72.650 trabajadores, frente a los 92.053 con los que terminó 2008. En el resto del mundo, su plantilla de personal de oficinas pasará de 72.875 en 2008 a 63.300 a finales de año.
Las marcas de GM también sufrirán fuertes cambios. Hummer, Saab y Saturn están destinadas a desaparecer.
En el caso de la marca sueca, GM advirtió que si no recibe ayuda del Gobierno sueco, Saab podría declararse en quiebra este mismo mes. De cualquier forma, para principios de 2010, Saab será totalmente independiente de GM.
Saturn también desaparecerá para 2010 si antes no encuentra comprador.
En Estados Unidos se concentrará en sus tres marcas globales más fuertes (Chevrolet, Cadillac y Buick) y en su marca de la gama alta de camionetas (GMC).
En cuanto a modelos, para 2012 la empresa tendrá solo 36, un 25 por ciento menos que hoy en día.
El plan de Chrysler (formada por las marcas Chrysler, Dodge y Jeep) también requiere más ayudas públicas y la eliminación de 3.000 puestos de trabajo.
A los 4.000 millones de dólares que ya ha recibido Chrysler añadió hoy la petición de otros 5.000 millones ante "el declive sin precedentes en el sector del automóvil".
"Ahora estamos proyectando unas ventas anuales de 10,1 millones de unidades (el punto más bajo en 40 años) y unas ventas medias anuales de 10,8 unidades del 2009 al 2012. Para Chrysler esto representa una declive de ventas de aproximadamente 720.000 unidades (una media de 180.000 unidades al año)", añadió la empresa.
Para adaptarse a esta nueva realidad, Chrysler reducirá su producción en 100.000 unidades y venderá activos por valor de 300 millones de dólares entre otras medidas de recorte de gastos.
El plan de reestructuración de Chrysler no incluye la desaparición de ninguna de las marcas de la compañía pero sí la eliminación de tres modelos: PT Cruiser, Aspen y Durango.
Durante una rueda de prensa posterior a la presentación del plan, el presidente y consejero delegado de Chrysler, Robert Nardelli, advirtió de que aunque el plan presentado al Departamento del Tesoro incluye el escenario de la quiebra, esa opción no es deseable.
Nardelli explicó que la quiebra y la desaparición de la compañía costaría a cada contribuyente estadounidense unos 1.200 dólares, un coste mucho mayor que la concesión de los 5.000 millones de dólares de ayudas.
La empresa dijo que "una reestructuración ordenada evitando la quiebra", junto con la terminación de su plan de viabilidad, mejorada con la alianza estratégica con Fiat, "es la mejor opción".
Tras recibir los planes de GM y Chrysler, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que dijo que agradece "el esfuerzo que estas compañías y todas las partes interesadas han realizado".
"Es evidente que en el futuro, se requerirá más por parte de todos los involucrados (acreedores, proveedores, concesionarios, trabajadores y ejecutivos) para asegurar la viabilidad de estas compañías", añadió la Casa Blanca.
Europa, Australia, Asia y Canadá serán las regiones más afectadas, aunque GM no da detalles específicos sobre qué fábricas cerrará.
El plan de Chrysler, por su parte, incluye la eliminación de 3.000 puestos de trabajo.
Piden más dinero
Ambas empresas presentaron sus informes el martes, 17 de febrero, que era una de las condiciones impuestas para el otorgamiento de US$17.400 en créditos anteriores.
GM y Chrysler, además, aprovecharon la presentación de sus planes de reestructuración para pedirle al gobierno de Washington US$22.000 millones en préstamos adicionales.
GM indicó que necesitará US$16.600 millones, además de los US$13.400 ya recibidos, para mantenerse a flote hasta 2011.
"Si se presentara un nuevo escenario con una reducción aún mayor en el volumen, General Motors necesitará fondos federales adicionales que podrían elevar el total de respaldo gubernamental a US$30.000 millones hasta 2011", señaló GM en el texto de su presentación ante el gobierno.
La empresa, hasta hace poco el mayor fabricante de autos en el mundo, había señalado en diciembre que hasta 2012 recortaría el número de fábricas de 47 a 38, pero en su último plan rebajó aún más la cifra hasta 33 plantas.
GM reducirá marcas
GM igualmente reducirá de ocho a cuatro las marcas con las que comercializa sus vehículos. Sólo quedarían Chevrolet, Buick, Cadillac y GMC.
El corresponsal de la BBC, Greg Wood, señaló que los ejecutivos de GM están convencidos de que este año venderán menos automóviles de lo que habían dicho hace apenas dos meses debido a la continua caída de la demanda.
"La compañía de hecho ya está sobreviviendo gracias a los préstamos federales", agregó Wood.
Chrysler, a su vez, hizo un pedido de US$5.000 millones en préstamos adicionales del gobierno en medio de uno de los peores bajones del sector automotriz en la historia reciente.
Sin embargo el fabricante insistió en que podrá pagar de vuelta el crédito de US$4.000 millones que ya recibió porque va en camino hacia la recuperación a largo plazo.
"Consideramos que el préstamo de capital de trabajo solicitado es la alternativa de menor costo y ayudará a aportar un importante estímulo a la economía estadounidense con resultados positivos para el contribuyente estadounidense", señaló el presidente de Chrysler, Robert Nardelli, en el texto de su presentación ante el Departamento del Tesoro de EE.UU.
"Una reestructuración ordenada, fuera de la bancarrota, aunada a la concreción de nuestro plan de viabilidad empresarial, mejorado por una alianza estratégica con Fiat, es la mejor opción", agregó.
¿Cómo reaccionará el gobierno?
El analista Lincoln Merrihew, de TNS Automotive Consulting, señaló que Chrysler especificó bien sus prioridades, pero agregó que estaba "quiere ver cómo responde el gobierno a este plan".
Por el momento, el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, dijo que estudiará durante la semana los informes preliminares de estas compañías, antes de dar un veredicto final.
"El asesor económico en la Casa Blanca, Lawrence Summers, y yo convocaremos al equipo de intervención para la industria automotriz del presidente Barack Obama en el curso de la semana, para estudiar los informes de las empresas y solicitar eventualmente las contribuciones del gobierno para la reestructuración necesaria, con el fin de que se vuelvan viables", dijo Geithner.
Ford a la espera
Ford, el tercero de los "Tres Grandes" del sector automotriz estadounidense todavía no ha aceptado ayuda del gobierno, pero podría verse obligada a hacerlo en el futuro.
Las tres empresas estadounidenses han tenido fuertes caídas en las ventas en su mercado nacional.
El desplome del sector también está afectando a fabricantes japoneses y europeos con fábricas en EE.UU., pero los Tres Grandes han sido criticados por la reducida oferta en su gama de productos.
Los críticos sostienen que reaccionaron demasiado tarde a la creciente demanda de vehículos más pequeños y económicos.
El plan de reestructuración presentado por General Motors contempla reducir su plantilla en Estados Unidos de los 92.000 trabajadores que tiene en la actualidad hasta 72.000 empleados de aquí a final de 2012, mientras que a nivel mundial la compañía eliminará un total de 47.000 puestos de trabajo.
Además, la compañía anunció que deberá cerrar otras cinco fábricas en Estados Unidos de aquí a 2012 que no estaban contempladas en el anuncio que hizo en diciembre pasado, cuando comunicó que sus planes incluían el cierre de nueve plantas en todo el mundo, pasando de las actuales 47 a 38 en los próximos tres años.
Chrysler
Chrysler, por su parte, anunció 3.000 nuevos despidos y solicitó a la Casa Blanca otros 5.000 millones de dólares para sobrevivir a la crisis. El tercer fabricante del país, que en diciembre recibió 4.000 millones, había solicitado en principio otros 3.000 millones pero finalmente dijo que necesitará un total de 9.000 millones ante la fuerte caída de las ventas.
La compañía presidida por Tom LaSorda, que comunicó que sus ventas cayeron un 55% en enero, después de que cerrara el año 2008 con un descenso del 30%, anunció que dejará de fabricar tres modelos, que reducirá su capacidad de producción en 100.000 unidades, aunque mantendrá sus planes de sacar al mercado un vehículo eléctrico en 2010.
Ahora se espera que el nuevo comité de expertos anunciado el lunes por Obama en sustitución del 'zar del automóvil' propuesto por la anterior administración revise los detalles de ambos planes de reestructuración antes de aprobar los recursos que solicitan, para lo cual se había fijado como fecha el próximo 31 de marzo.
Principio de acuerdo con los sindicatos
Mientras se conocían los planes de reestructuración de ambas compañías, el sindicato United Auto Workers (UAW) anunció que había alcanzado un "acuerdo tentativo" con los principales fabricantes del país, Chrysler, Ford y General Motors, para permitir a las tres empresas hacer frente a la grave crisis que atraviesa el sector automovilístico. "UAW ha alcanzado acuerdos tentativos con Chrysler, Ford y GM sobre modificaciones a los convenios colectivos alcanzados en 2007", afirmó el presidente del sindicato, Ron Gettelfinger, en un comunicado de prensa, en el que precisó que esos cambios les ayudará a enfrentar el "clima económico extraordinariamente difícil" en el que están operando.
Gettelfinger subrayó que los términos del principio de acuerdo se mantendrán en reserva hasta que concluyan las negociaciones sobre el fondo Veba (Voluntary Employess Beneficiary Association), tras lo cual recordó que la "solidaridad, paciencia y apoyo" de los miembros de su organización ha sido fundamental para hacer frente a los actuales retos.
Hasta el último minuto
Ambas empresas mantuvieron negociaciones hasta el último minuto (el plazo dado por el Gobierno tras aprobarse los préstamos concluía este martes) tanto con los sindicatos para reducir el coste de algunas de las prestaciones de los trabajadores como con los tenedores de bonos, en un intento por rebajar la carga financiera de las compañías.
Precisamente el presidente Obama anunció el lunes la creación de un comité de expertos encabezado por el secretario del Tesoro, Tim Geithner, para supervisar la reestructuración de los fabricantes, descartando así la propuesta de Bush de nombrar un 'zar del motor' para dirigir el rescate del sector.
La anterior administración de George W. Bush aprobó días antes de entregar el mando una línea de crédito de 17.400 millones de dólares para ayudar a los dos fabricantes a superar la crisis, a cambio de que devolvieran todos los préstamos si no presentan un plan de viabilidad financiera antes del 31 de marzo y que limitaran las primas y privilegios a sus directivos.
Las ayudas aprobadas por la Casa Blanca -préstamos inmediatos por 13.400 millones de dólares y una línea adicional de 4.000 millones- provinieron del plan de rescate financiero de 700.000 millones de dólares y llegó después de que el Congreso rechazara destinar un nuevo paquete económico para los grandes fabricantes de la industria automovilística.
Bajo ese acuerdo ambas empresas estaban obligadas a establecer límites en los salarios de sus directivos y acabar con ciertos privilegios y lujos muy impopulares entre la población como el uso de jets privados para sus ejecutivos, en un intento por aplacar el malestar de muchos ciudadanos con este tipo de ayudas, tal como ya ocurrió con el rescate de Wall Street.
El documento elaborado por la multinacional prevé el cierre de fábricas tanto en Estados Unidos como en Europa, así como la reducción de 47.000 puestos de trabajo en todo el mundo.
En declaraciones a Efe, el secretario general de la Sección Sindical de CCOO en GM, Antonio Carvajal, ha confiado en que no se produzcan ajustes laborales en la planta zaragozana, si, tal y como apuntan algunas informaciones, la multinacional apuesta por el cierre o la venta de otras fábricas europeas, como las alemanas de Bochum y Eisenach, la belga de Amberes y la sueca de Trollhatan.
No obstante, ha subrayado que la empresa aún tiene que concretar las medidas previstas en el plan, que fue presentado anoche ante el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, así como la distribución de los ajustes de empleo y producción.
Además de estos ajustes, GM ha admitido que puede necesitar préstamos adicionales por unos 16.600 millones de dólares para garantizar su supervivencia, que se sumarían a los 13.400 millones de dólares ya recibidos de la administración estadounidense.
El plan de reestructuración cubre el periodo 2009-2014 y prevé que la empresa volverá a ser rentable en veinticuatro meses si acomete las reducciones de empleo y producción, y accede a los nuevos préstamos.
Para garantizar la viabilidad de la planta de Figueruelas, en la que trabajan unas 7.600 personas, el Gobierno de Aragón ha concedido un aval de 200 millones de euros para facilitar las inversiones necesarias para producir nuevos modelos.
La factoría española produce actualmente los modelos Opel Corsa, el derivado comercial Combo y el monovolumen Meriva, modelo que será renovado en la primavera de 2010 y que se fabricará también en Figueruelas.
El titular de Economía dijo estar a la espera de conocer más datos sobre cómo repercutirá el Plan Renacimiento elaborado por General Motors Corporation a las plantas europeas, en especial la de Figueruelas y resaltó que las ayudas concedidas por el Gobierno Federal de Estados Unidos excluyen la posibilidad de que sus ayudas beneficien a la división europea de la multinacional.
"Al Gobierno de Aragón le faltan datos" sobre la aplicación del Plan Renacimiento en España, continuó Larraz, quien avisó de que será necesario "hacer un esfuerzo importante por parte de todos" para ajustar la producción a la demanda.
Alberto Larraz aclaró que el aval para asegurar el inicio de la producción del Meriva en el primer cuatrimestre de 2010 "no es una ayuda coyuntural por problemas de desajuste entre la oferta y la demanda o porque GM tenga más o menos problemas", sino que pretende ser "una ayuda estructural" que "no tiene que ver con otro tipo de medidas".
El presidente del Comité de Empresa dijo que Wagoner "no ha adelantado nada, absolutamente, respecto a lo que dijeron ayer". El Comité de Empresa de Figueruelas se reunirá después del Steering Committee de Frankfurt para analizar la información de que disponga.
La secretaria de la Sección Sindical de CC.OO. en GM, Ana Sánchez, lamentó, asimismo, que la información ofrecida hoy en la videoconferencia "es muy pequeña" y afirmó que la estrategia de GM Europa se centrará en buscar socios en los gobiernos.
El máximo responsable de la compañía en Europa resaltó que entre las medidas que han adoptado para hacer frente a la crisis que atraviesa el sector del automóvil se encuentran la congelación de salarios, la reducción de sueldos para los directivos, así como la supresión de bonus o la disminución de los stocks de vehículos y de la producción.
Forster aseguró que estas y otras medidas han permitido a General Motors registrar fuertes ahorros a través de la revisión de las diferentes partes de su negocio y de la mejora de la eficiencia de sus actividades. Asimismo, afirmó que el fabricante de automóviles se ha comprometido a encontrar una fórmula para lograr 1.200 millones de dólares (960 millones de euros al cambio actual) de ahorro en gastos laborales, con el fin de amoldarse a los cambios del mercado.
Por otro lado, el presidente de General Motors Europe explicó que en la actualidad están atravesando por "el peor colapso de la economía de consumo desde la depresión de 1930". Además, destacó que sus previsiones no contemplan que se vuelvan a retomar los niveles de mercado de automóviles de 2007 hasta dentro de varios años, "si no más tarde".
"La industria global del automóvil está viéndose forzada a una fase de gran reestructuración como consecuencia de la dramática sobrecapacidad de producción que existe", añadió el máximo responsable de la compañía en el mercado europeo.
Forster señaló que el consorcio General Motors cuenta con una gama de productos muy fuerte, entre los que destacan el nuevo Opel Insignia o los Chevrolet Cruze, Camaro o el futuro Spark. "El asunto es como estructurar las operaciones para asegurar el éxito de estos productos, mientras amoldamos nuestra capacidad a la realidad", añadió.
La canciller alemana, Angela Merkel, exigió que GM presente un plan sobre el futuro de la subsidiaria alemana Opel antes de tomar cualquier decisión.
"En este momento los políticos no pueden hacer nada porque no están disponibles los conceptos que se necesitarían de Opel", señaló Merkel el miércoles.
"Esto no puede ocurrir sin la empresa matriz en Detroit", agregó.
Por su parte, la ministra de Industria sueca, Maud Olofsson, se pronunció a su vez "profundamente decepcionada" con la empresa y dijo que le correspondía al fabricante estadounidense salvar a su subsidiaria sueca Saab.
"En la práctica se han lavado las manos con Saab. Le están entregando la responsabilidad a los contribuyentes suecos", señaló la funcionaria.
Ayuda en EE.UU.
GM indicó el martes que necesitará US$16.600 millones del gobierno de EE.UU., además de los US$13.400 ya recibidos.
La empresa anunció también que recortará 47.000 empleos, de los cuales 26.000 puestos se eliminarán fuera de Estados Unidos.
"Seguimos discutiendo las implicaciones del plan con la compañía, pero de momento no tenemos detalles específicos de cómo esto podría afectar a Europa y cómo podremos seguir ayudando a GM en el Reino Unido", señaló a la BBC un portavoz del Departamento de Negocios, Empresas y Reformas Regulatorias británico.
En Europa occidental, General Motors emplea a 50.000 trabajadores.
Sindicatos europeos
El fabricante anunció que comenzó a dialogar con sus sindicatos de trabajadores para encontrar la forma de ahorrar US$1.200 millones. Las medidas podrían incluir el cierre o la venta de fábricas "en localidades de elevado costo".
La subsidiaria británica de GM, Vauxhall, que emplea a 3.400 operarios, recortó sus horarios esta semana y dijo que continúan las negociaciones con los sindicatos, las cuales podrían tomar "meses y no semanas".
La portavoz de la Sociedad de Fabricantes y Vendedores de Motores del Reino Unido, Nikki Rooke, sospecha que los últimos acontecimientos podrían favorecer al sector en su país.
"Obviamente esta es una situación muy preocupante, pero hay una diferencia entre operaciones de GM en EE.UU. y Vauxhall en el Reino Unido, sin hablar de GM en el resto de Europa", dijo.
"Lo que estamos haciendo es hablarle al gobierno para ver qué se puede hacer para darle un genuino respaldo a los empleos del sector automotriz en el Reino Unido", agregó.
Opel
En lo referente a Opel, GM dijo que la gerencia inició conversaciones con los sindicatos alemanes para ver si sería posible evitar despidos forzosos o cierres de fábricas.
"La gerencia está dispuesta a considerar alianzas estratégicas con otros socios, en caso de que esto sea beneficioso para GME (General Motors Europa) y un futuro viable y sostenible para Opel y Vauxhall", señaló un portavoz.
La falta de certezas en el futuro de GM en Europa generó malestar entre sus trabajadores.
"Opel es una empresa lucrativa y el año pasado también tuvo lucro", señaló Francisco Jiménez, un operario de Opel y representante del sindicato IG Metall en Ruesselsheim, Alemania.
"Nadie afuera sabe de eso. Siempre piensan que si la empresa matriz va mal entonces Opel también es una porquería", agregó.
"Nuestro enfoque este año es construir una nueva planta automotriz en Mianyang para fabricar vehículos que usen nuevas energías", dijo a Xinhua vía telefónica.
Añadió que la nueva planta, con una inversión total de 3.000 millones de yuanes (441,2 millones de dólares USA), está diseñada para producir 150.000 vehículos al año.
No ofreció más detalles.
Citando fuentes no identificadas, Bloomberg News mencionó el lunes que Sichuan Auto, una pequeña empresa automotriz con base en Chengdu, capital de la provincia suroccidental de Sichuan, está considerando ofrecer 500 millones de dólares por la línea Hummer de GM.
Sichuan Auto reporta una capacidad anual de manufactura de 5.000 autobuses, 30.000 autos y 50.000 motores. Fue fundada en mayo de 1994 y fue comprada por Fulin Group en agosto de 2006.
Fulin Group, con sede en Mianyang en Sichuan, fue fundada en diciembre de 1995. Reporta activos totales por alrededor de 4.000 millones de yuanes. Sus negocios incluyen a industrias como las de transporte, bienes raíces, producción de autos, medicina y comercio. La compañía vende vehículos utilitarios deportivos Yema y autobuses.
(Xinhua)
En diciembre, el Departamento del Teroso de EEUU aprobó un préstamo de 13.400 millones de dólares para la fabricante. La última parte de ese fondo, de 4.000 millones de dólares, fue entregada a la empresa el martes.
Sin embargo, la compañía asegura que necesita otros 4.600 millones de dólares en marzo y en abril. La empresa también tiene una línea de crédito renovable que debe ser refinanciada en el año 2011. Si las condiciones del mercado siguen empeorando, General Motors podría necesitar también una línea de crédito renovable adicional de 7.500 millones de dólares para mantenerse a flote.
La fabricante de autos, con sede en Detroit, presentó esta nueva demanda de fondos adicionales en un plan entregado el martes al Departamento del Tesoro. En el plan explica además sus medidas de reestructuración orientadas a restaurar su viabilidad.
La empresa afirma que con la ayuda estatal, podrá volver a ser rentable en dos años y podrá devolver completamente los préstamos para el año 2017, después de empezar a reembolsar estos préstamos en 2012.
(Xinhua)
Una vez aprobada la suspensión de pagos, el juez nombrará un administrador concursal que trabajará conjuntamente con la actual dirección de la compañía.
Al mismo tiempo, la empresa presentará su plan de reorganización, que contempla concentrar las actividades de diseño, ingeniería y producción en Suecia. La propuesta se remitirá a los acreedores en un plazo de tres semanas.
NECESIDAD DE FONDOS.
Asimismo, se establece un plazo de tres meses para ejecutar el plan de reestructuración, una vez reciba el visto bueno de la autoridad judicial, si bien Saab precisa que para que el plan se implemente de forma satisfactoria se requerirán fondos adicionales.
La empresa espera que estos fondos que requerirá para su proceso de reorganización, que no tendrá ningún impacto sobre otras actividades de General Motors, procederán tanto de inversores públicos como privados, y añadió que espera contar con el apoyo del Gobierno sueco durante este período.
El director general de Saab, Jan Ake Jonsson, explicó que la dirección ha explorado todas las posibilidades de futuro para la empresa, incluida su posible venta, y ha concluido que una reorganización es la mejor solución para crear una entidad independiente abierta a los inversores.
Jonsson destacó que la empresa tiene una "excelente" base para afrontar el futuro, con el lanzamiento de los nuevos 9-5, 9-3X y 9-4X en el próximo año y medio, siempre que consiga fondos para completar los costes de ingeniería, equipamiento y lanzamiento de estos modelos.
UNA RELACION DE CASI 20 AÑOS.
General Motors adquirió en marzo de 1990 el 50% de Saab, una compañía dedicada originariamente al sector aeronáutico y que actualmente tiene una plantilla de más de 4.000 empleados en Suecia, dejando el 50% restante en manos del holding Investor, la sociedad de inversión de la familia Wallenberg.
En enero de 2000, la multinacional estadounidense decidió comprar el 50% en propiedad de Investor y hacerse así con el 100% de Saab, por un importe de unos 60.000 millones de coronas suecas, equivalente a 5.500 millones de euros al cambio actual.
Las ventas mundiales de la firma sueca alcanzaron el pasado año 93.295 unidades en todo el mundo, lo que supone un descenso del 25,2% en relación con el ejercicio anterior. En España, la compañía vendió 5.361 coches en 2008, un 34,8% menos que en 2007.
La precaria situación de GM amenaza asimismo a su segunda filial europea, el fabricante Opel, cuyos responsables tratan desesperadamente de buscar vías para desligarse de General Motors y conseguir ayudas estatales para garantizar su supervivencia.
El consejo de control de Saab, empresa fabricante de automóviles de gama alta, anunció su práctica quiebra tras una reunión a primera hora de la mañana, aunque comunicó que continuará con la producción en su planta de Trollhättan, al sur del país y cerca de Gottemburgo.
Poco después de la declaración pública de insolvencia por parte de Saab, General Motors anunciaba mediante un comunicado desde Detroit (EEUU) que daba vía libre al fabricante sueco para buscar un futuro independiente.
"Hemos estudiado todas las opciones posibles y seguiremos haciendo todo lo necesario para garantizar la financiación o incluso vender Saab", señaló en un comunicado su director gerente, Jan-Ake Jonsson.
Jonsson añadió que "hemos decidido que la reorganización es la mejor vía para crear una unidad independiente, atractiva para posibles inversores".
Los medios de comunicación suecos coinciden en comentar hoy en ese sentido que la supervivencia de Saab podría estar ligada a una alianza con el fabricante Opel, igualmente filial de General Motors y con problemas financieros que amenazan su futuro.
Está en venta desde hace años
En venta desde 2008 y deficitaria desde hace años, la firma Saab pasará a partir de ahora a ser gestionada por un administrador de insolvencias elegido por un tribunal.
El nuevo responsable de la empresa se encargará de supervisar su reestructuración y saneamiento, mientras la dirección de Saab subrayó que es intención de la empresa mantener en Suecia las áreas de diseño e ingeniería, así como la fabricación de los vehículos.
El Gobierno de Suecia reiteró esta semana su rechazo a la nacionalización del fabricante de automóviles Saab para evitar su quiebra, pese al riesgo de desaparición de la histórica marca.
La ministra sueca de Industria, Maud Olofsson, señaló que su Gobierno estaría dispuesto a avalar un eventual crédito del Banco Europeo de Inversiones para intentar salvar a Saab, pero descartó la compra del fabricante sueco u otro tipo de ayudas reclamadas también por General Motors.
"El Gobierno ha cerrado la puerta a la posibilidad de adquirir fábricas de automóviles. No es nuestro plan ni nuestra estrategia de negocio, y creemos que no sería una alternativa realista", declaró la ministra.
Además, la titular sueca de Industria afirmó que se siente "muy decepcionada" con GM y criticó duramente la manera como el mayor grupo mundial de automoción pretende deshacerse de Saab, después de dos décadas como propietario mayoritario.
"No han tomado ninguna responsabilidad como dueños de Saab y ahora pretenden trasladar esa responsabilidad a los contribuyentes suecos", declaró Olofsson.
Saab, que el pasado año produjo unos 94.000 vehículos, da empleo a unos 4.100 trabajadores en Suecia, la gran mayoría en la fábrica de Trollhättan.
"No es nuestro plan ni nuestra estrategia de negocio, y creemos que no sería una alternativa realista", aseguró la ministra sueca de Industria, Maud Olofsson, que añadió que el Gobierno estaría dispuesto a avalar un eventual crédito del Banco Europeo de Inversiones para intentar salvar a Saab.
Por otro lado, Olofsson ha criticado la actuación de General Motors. "No han tomado ninguna responsabilidad como dueños de Saab y ahora pretenden trasladar esa responsabilidad a los contribuyentes suecos", subrayó.
Ahora, la supervivencia de la empresa sueca podría depender de una fusión con la marca alemana Opel, propiedad también del grupo estadounidense General Motors, que atraviesa una situación crítica.
La baja se produjo después de que la marca sueca Saab, perteneciente a General Motors, se declaró en bancarrota.
El Gobierno de Estados Unidos depositó el pasado martes 4 mil millones de dólares para ayudar a esa gigante automotriz a escapar de la quiebra.
En las últimas semanas de su mandato, el Gobierno de George W. Bush había otorgado dos cheques de 9 mil 400 millones de dólares y de 4 mil millones de dólares a esa compañía y a Chrysler, entregados en diciembre y enero, y luego una partida complementaria de 4 mil millones a General Motors solamente en febrero.
En tanto, la compañía automotriz de Rick Wagoner presentó el pasado martes un plan de reestructuración que plantea el despido de 47 mil trabajadores, además de recibir más dinero público.
En enero, Opel fijó su paquete de rescate del gobierno alemán en 1.800 millones de euros. Sin embargo, como la crisis económica redujo seriamente la demanda de automóviles nuevos, las necesidades de Opel se intensificaron. Los 3.300 millones de euros podrían ser la marca de fondo de la ayuda del gobierno requerida por Opel, dijo Schild, y el consejo supervisor de la compañía se reunirá y lo discutirá el 27 de febrero.
El gobierno federal y el gobierno estatal de Alemania han señalado por separado en estos días que el gobierno alemán está dispuesto a ayudar a Opel si la compañía presenta primero una propuesta.
Un portavoz del Ministerio de Finanzas dijo hoy que la discusión acerca de garantías del Estado para Opel continuará una vez que la compañía presente una "propuesta ganadora" para finales de la próxima semana, según el reporte de la agencia de noticias DPA.
(Xinhua)
Ya en los años noventa, y en plena crisis, el sector de la automoción se vio abocado a la concentración. Otra etapa más de una carrera paralela. Dos de los gigantes norteamericanos del sector, General Motors (GM) y Ford pasaron a la acción.
En parte para conseguir una mayor cuota de mercado, abaratar costes y aprovechar sinergias, General Motors se hizo con el 100% de Saab en el año 2000, al comprar el 50% de la participación al grupo Investor por unos 5.500 millones de euros; mientras que Ford adquiere la totalidad de Volvo en el año 1999 al llegar a un acuerdo con AB Volvo por valor de 6.450 millones de dólares (5.011 millones de euros según el cambio de ayer).
Tras varios años de bonanza económica la crisis se ha cebado con el sector de la automoción. He aquí otra etapa, no se sabe si la final, de las vidas paralelas de las dos empresas suecas, aunque con matices.
Del Tío Sam al Gobierno sueco
GM y Ford están inmersas en la presentación de un plan de viabilidad ante las autoridades de Estados Unidos. Las dos no han tomado el mismo camino. Mientras GM centra todos sus esfuerzos en Estados Unidos, Ford mantiene una posición más global.
GM lleva varios meses dejando a su aire a Saab, lo que se traduce en la decisión de no inyectar fondos a la marca sueca. Saab presentó concurso de acreedores el pasado viernes, con objeto de escindirse del gigante americano.
Saab ha presentado unos números rojos de 430 millones de euros en 2008 y ha registrado un 25,2% menos de ventas hasta las 93.285 unidades. Con estos datos, unidos a la suspensión de pagos, el Gobierno sueco ha manifestado que no tiene intención de prestarle ningún tipo de ayuda a Saab ya que los contribuyentes suecos no tiene porque pagar los desmanes de una empresa privada.
Declaración en clara alusión a la estrategia de GM de dejar de lado sus marcas europeas (Saab y Opel, esta última también atraviesa una situación financiera delicada), y en el caso de Saab haber comunicado que no seguiría manteniéndola más allá de 2010.
Sin embargo, el Gobierno sueco sí podría estar dispuesto a aliviar en su situación financiera a Volvo con una ayuda de unos 440 millones de euros que prestaría el european Invesment Bank.
¿Por qué a Volvo sí y a Saab no?
Básicamente porque Ford, si bien ha manifestado que tiene intención de vender Volvo Cars a otra compañía automovilística, no la ha dejado tirada y siempre ha manifestado que la posible venta se dilataría en el tiempo y no tiene fecha concreta.Y eso a pesar de que Volvo ha sufrido un retroceso de más del 70% en las entregas en el ejercicio del año pasado hasta las 359.000 unidades.
Además porque el Gobierno sueco no se cree el plan de viabilidad que Saab va a presentar a los acreedores, cuyo punto más importante es aquél que incide en que la empresa sueca volverá a la senda de los beneficios en el ejercicio 2011.
¿Será éste el punto de bifurcación de las carreras de Saab y Volvo?
El tiempo lo dirá, si bien Saab está abocada a la independencia de GM, no se sabe si de la mano de Opel, no se sabe la dirección que tomará Volvo Cars. De ello, dependen los 4.000 empleados de Saab y los 17.000 trabajadores de Volvo en Suecia.
La crisis mundial de ventas en el sector, especialmente en la segunda mitad del año, se tradujo en una drástica reducción de los ingresos del mayor fabricante estadounidense de automóviles. Los ingresos de GM en el cuatro trimeste fueron de 30.800 millones de dólares 816.000 millones de dólares menos que en el mismo periodo del año previo). Según informó la compañía hace unos días, necesita al menos 2.000 millones de dólares en préstamos en los próximos meses para evitar quedarse sin liquidez. En el cuarto trimestre las acciones de GM perdieron un 52%. Desde el 2005, GM ha perdido más de 70.000 millones de dólares.
"El 2008 fue un año sumamente difícil para los mercados del automóvil en Estados Unidos y el resto del mundo, especialmente en la segunda mitad. Estas condiciones crearon un ambiente muy difícil para GM y otros fabricantes", afirmó el presidente y consejero delegado de la empresa, Rick Wagoner, a través de un comunicado. Las actividades de General Motors en Norteamérica siguieron siendo el lastre de la compañía.
General Motors y Chyrsler anunciaron la semana pasada 50.000 nuevos despidos como parte de su plan de reestructuración para intentar salir de la grave crisis que atraviesa el sector, así como nuevos fondos federales para evitar la quiebra, que ascienden en total a 39.000 millones de dólares. GM aseguró que necesitará un total de 30.000 millones de dólares como parte de la ayuda de la Casa Blanca para evitar tener que ir a la quiebra, anunció el despido de 47.000 trabajadores en todo el mundo que se materializarán durante el presente año, y el cierre de cinco plantas en Estados Unidos.
En 2008, General Motors Norteamérica perdió 14.100 millones de dólares (10.800 millones de dólares más que en el 2007) de los que 3.500 millones correspondieron al último trimestre. Mientras que en Europa, las pérdidas fueron de 2.800 millones de dólares (2.300 millones más que en el 2007), de los que 1.900 millones fueron en los tres últimos meses del año. Por otra parte, en Latinoamérica, África y Oriente Medio perdió 181 millones de dólares en el cuarto trimestre pero terminó el 2008 en números positivos de 1.300 millones de dólares, la misma cifra que en el 2007.
La compañía que preside Richard Wagoner recibió en diciembre pasado 13.400 millones de dólares como parte de los fondos aprobados por la Casa Blanca para rescatar el sector del automóvil, y este martes aseguró que necesitará otros 16.600 millones de dólares para sobrevivir a la crisis, un total de 30.000 millones de dólares que se comprometió a devolver en 2017.
Por otra parte, la automovilística está considerando vender o cerrar cuatro plantas de producción en Europa para poder ajustarse a las condiciones impuestas por el plan de rescate del Gobierno. GM mantiene, según informaciones aparecidas recientemente en la prensa, conversaciones con grupos chinos para buscar nuevas alianzas y también ha previsto vender parte de la 'joint venture' que tiene con su socio chino SAIC para obtener liquidez.
Si sus títulos cotizaban en la prespertura con avances del 3% antes de la presentación de sus cuentas, al instante de publicarse cambiaban su tendencia por caídas del 4% que poco después se ampliaban al 7,5%.
Los números rojos de 9.600 millones que ha registado en el cuarto trimestre suponen unas pérdidas de 15,71 dólares por acción, mayores de lo que esperaba el mercado.
Además, estos números rojos contrastan con las pérdidas de 1.500 millones que registró en el mismo periodo de 2007.
Mientras que sus pérdidas operativas fueron de 9,65 dólares por acción, frente a los 7,46 dólares que barabaja los analistas consultados por Bloomberg.
En el cuarto trimestre sus ventas se desplomaron un 52%, hasta los 30.800 millones.
Sus pérdidas anuales se disparan hasta los 30.900 millones de dólares y son las segundas mayores en sus 100 años de historia, pues en el conjunto de 2007 perdió 38.700 millones de dólares. El último ejercicio en que el balance de General Motors fue positivo se remonta a 2004.
Solicita 16.600 millones adicionales
Este saldo negativo se produce pese a la inyección de 13.400 millones de dólares del Gobierno de Barack Obama.
De ahí que el pasado 17 de febrero la empresa anunciara un plan de reestructuración en el que dijo que podría necesitar préstamos adicionales por unos 16.600 millones de dólares.
El plan también estima que para el 2012 General Motors quedará reducida a 33 plantas de producción en EEUU, cinco menos que lo establecido por la empresa en diciembre.
Al 31 de diciembre del 2008, el líquido que General Motors tenía a su disposición (en forma de efectivo u otros instrumentos financieros) sumaba 14.000 millones de dólares (13.300 millones menos que a finales del 2007), tras consumir 6.200 millones de dólares solo durante el último trimestre del año.
"General Motors y sus auditores deben determinar si existe una duda sustancial sobre la capacidad del fabricante de continuar", reconoció el fabricante al anunciar los resultados financieros del 2008.
La empresa también reafirmó que necesita más ayuda de las autoridades estadounidenses para seguir en marcha, tal y como explicó en el Plan de Viabilidad que presentó al Departamento del Tesoro el pasado 17 de febrero.
En el plan, General Motors señala que podría necesitar hasta 16.600 millones de dólares adicionales a los 13.400 que ya ha obtenido en forma de préstamos del Gobierno federal.
"GM necesita esta financiación en el 2009 para continuar sus operaciones hasta que las ventas globales de automóviles se recuperen y sus acciones de reestructuración generen beneficios", añadió el fabricante.
La única esperanza de supervivencia de General Motors es que la Administración de Barack Obama apruebe su plan de reestructuración y conceda los fondos necesarios para efectuarlo.
El director financiero de GM, Ray Young, dijo hoy que el veredicto de los auditores sobre la viabilidad de la firma dependerá en gran medida de la recepción en Washington del plan.
Para añadir más preocupación a la situación del fabricante, la compañía también reconoció que los planes de pensión de sus trabajadores "están actualmente insuficientemente financiados" en una cantidad total de 12.400 millones de dólares.
Precisamente hoy los principales ejecutivos de General Motors, incluido su presidente y consejero delegado, Rick Wagoner, se reúnen en Washington con el equipo de expertos formado por el Gobierno y que supervisará la reestructuración del sector.
Ayer los tres máximos ejecutivos de Chrysler (el presidente Robert Nardelli, el vicepresidente Tom LaSorda y el director financiero Ron Kolka) se entrevistaron con el equipo de Obama en Washington durante cuatro horas.
Ni Chrysler ni el Departamento del Tesoro han revelado detalles de lo tratado en el encuentro, pero Young dijo que la reunión de hoy no será una negociación, sino simplemente una oportunidad para que la Administración Obama obtenga respuestas a sus interrogantes.
La pérdida de 30.900 millones de dólares en el 2008 es la segunda mayor en la historia del fabricante. El año pasado, GM indicó que perdió 38.700 millones de dólares en el 2007, pero hoy la empresa elevó a 43.300 millones los números rojos.
Ante estas cifras, Wagoner declaró a través de un comunicado que "el 2008 fue un año sumamente difícil para los mercados del automóvil en Estados Unidos y el resto del mundo, especialmente en la segunda mitad. Estas condiciones crearon un ambiente muy difícil para GM y otros fabricantes".
"Esperamos que estas condiciones difíciles continúen en el 2009 y por eso estamos acelerando nuestras acciones de reestructuración", apuntó.
Young explicó, por su parte, que General Motors consumirá unos 14.000 millones de dólares durante el 2009, alrededor de 5.200 millones menos que en el 2008, y que la deuda total de la compañía era de 45.300 millones de dólares a fecha del 31 de diciembre del 2008.
Gran parte de esta cantidad tendrá que ser convertida en acciones de la compañía para ajustarse a la condiciones fijadas por Washington para la concesión de los préstamos ya recibidos y futuras entregas de capital.
GM pasó de ingresar 180.000 millones de dólares en el 2007 a 149.000 millones de dólares un año después. De esta cifra, 148.000 millones procedieron de actividades directamente relacionadas con la venta de automóviles, un concepto por el que el pasado año los ingresos fueron de 178.000 millones de dólares.
En el último trimestre de 2008, la compañía tuvo unos ingresos de 30.800 millones de dólares (16.000 millones de dólares menos que en el mismo periodo del año previo).
"El 2008 fue un año sumamente difícil para los mercados del automóvil en Estados Unidos y el resto del mundo, especialmente en la segunda mitad. Estas condiciones crearon un ambiente muy difícil para GM y otros fabricantes", afirmó el presidente y consejero delegado de la empresa, Rick Wagoner, a través de un comunicado.
La compañía se teme lo peor en 2009
Wagoner añadió que "esperamos que estas condiciones difíciles continúen en 2009 y por eso estamos acelerando nuestras acciones de reestructuración. Al mismo tiempo, mantenemos nuestro compromiso de producir autos y camionetas emocionantes y eficientes en consumo y de ser líderes en tecnologías de propulsión avanzadas".
Las actividades de General Motors en Norteamérica siguieron siendo el lastre de la compañía. La empresa dijo que en el conjunto del año, General Motors Norteamérica perdió 14.100 millones de dólares (10.800 millones de dólares más que en el 2007) de los que 3.500 millones correspondieron al último trimestre.
En Europa, GM perdió en 2008 2.800 millones de dólares (2.300 millones más que en el 2007), de los que 1.900 millones fueron perdidos en los tres últimos meses del año.
GM Latinoamérica, África y Oriente Medio perdió 181 millones de dólares en el cuarto trimestre pero terminó el 2008 en números positivos de 1.300 millones de dólares, la misma cifra que en el 2007.
Finalmente, en Asia/Pacífico GM perdió 917 millones de dólares en el último trimestre del 2008 lo que hundió sus resultados para el conjunto del año en unas pérdidas de 800 millones de dólares.
GM pasó de ingresar 180.000 millones de dólares en el 2007 a 149.000 millones de dólares un año después. De esta cifra, 148.000 millones procedieron de actividades directamente relacionadas con la venta de automóviles, un concepto por el que el pasado año los ingresos fueron de 178.000 millones de dólares.
En el último trimestre de 2008, la compañía tuvo unos ingresos de 30.800 millones de dólares (16.000 millones de dólares menos que en el mismo periodo del año previo).
"El 2008 fue un año sumamente difícil para los mercados del automóvil en Estados Unidos y el resto del mundo, especialmente en la segunda mitad. Estas condiciones crearon un ambiente muy difícil para GM y otros fabricantes", afirmó el presidente y consejero delegado de la empresa, Rick Wagoner, a través de un comunicado.
Wagoner añadió que "esperamos que estas condiciones difíciles continúen en 2009 y por eso estamos acelerando nuestras acciones de reestructuración. Al mismo tiempo, mantenemos nuestro compromiso de producir autos y camionetas emocionantes y eficientes en consumo y de ser líderes en tecnologías de propulsión avanzadas".
Las actividades de General Motors en Norteamérica siguieron siendo el lastre de la compañía.
La empresa dijo que en el conjunto del año, General Motors Norteamérica perdió 14.100 millones de dólares (10.800 millones de dólares más que en el 2007) de los que 3.500 millones correspondieron al último trimestre.
En Europa, GM perdió en 2008 2.800 millones de dólares (2.300 millones más que en el 2007), de los que 1.900 millones fueron perdidos en los tres últimos meses del año.
GM Latinoamérica, África y Oriente Medio perdió 181 millones de dólares en el cuarto trimestre pero terminó el 2008 en números positivos de 1.300 millones de dólares, la misma cifra que en el 2007.
Finalmente, en Asia/Pacífico GM perdió 917 millones de dólares en el último trimestre del 2008 lo que hundió sus resultados para el conjunto del año en unas pérdidas de 800 millones de dólares.
La empresa automotriz gastó US$6.200 millones en efectivo durante el trimestre, menos que los US$6.900 millones en los tres meses al 30 de septiembre. La posición en efectivo a fin de año se compara con los US$16.200 millones a fines del trimestre anterior.
El resultado incluye US$4.000 millones del préstamo federal de US$13.400 millones otorgado a GM.
La pérdida, que se compara con la de US$1.500 millones del mismo período del año anterior, era ampliamente esperada por el mercado.
GM apenas escapó de la bancarrota en el 2008 después que el gobierno estadounidense prometiera la concesión de préstamos de emergencia. GM manifestó que necesita hasta US$16.400 millones en forma adicional para sobrevivir a la contracción de las ventas de vehículos en Estados Unidos.
Antes de la apertura oficial del mercado, las acciones de GM caían el jueves casi un 24% a US$1,95, luego que el resultado trimestral, si se excluyen cargos, fuera peor a lo esperado por Wall Street.
La pérdida ajustada de GM, o sin incluir partidas extraordinarias, fue de US$5.900 millones, lo que se compara con la de US$46 millones de un año atrás.
Desde el 2005, GM ha perdido más de US$70.000 millones.
Sharon Terlep
Dow Jones Newswires / The Wall Street Journal
El Ejecutivo de Angela Merkel, que ha condicionado cualquier ayuda a un plan de saneamiento y a la segregación de GM, estudiará las propuestas el próximo lunes. Desde Berlín se quiere evitar a toda costa que el dinero de los contribuyentes acabe en la ruinosa compañía estadounidense que el jueves comunicó unas pérdidas en 2008 de casi 31.000 millones de euros.
Según los planes, muy poco concretos, que presentó el Consejo de Vigilancia tras la reunión, Opel necesita ahorrar 1.200 millones de euros, que se pretende conseguir sin cerrar plantas ni despidos forzosos. Pese a que la prensa alemana da por hecho que Bochum es la más amenazada, junto a la de Amberes en Bélgica, el presidente del Comité de empresa, Franz, aseguró que no se prevé ningún cierre. Forster matizó que "están abiertos a la venta de plantas a otros fabricantes" si llegara el caso, en relación a la posibilidad de que Daimler se quede con la factoría de Eisenach, según se ha especulado.
El 'Frankfurter Allgemeine' comentaba en su edición del viernes la imposibilidad práctica de que Opel corte el cordón umbilical con su matriz estadounidense, porque la marca alemana ya no tiene los derechos de desarrollo ni las patentes. General Motors se las llevó a EEUU hace cuatro anos, por lo que Opel Europa tiene que pedir permiso y dinero a General Motors para desarrollar un vehículo y pagarle dinero cada vez que construye y vende un coche. Exactamente lo contrario de lo que ocurría antes. El más influyente entre los diarios alemanes añadía que "no se sabe a quien pertenecen las plantas europeas" y citaba a un directivo que aseguraba "operan en leasing". "Opel ya no es una empresa de producción sino sólo una empresa de comercialización", concluía el rotativo.
El máximo directivo de GM Europa confirmaba ayer estos extremos al manifestar que "Opel tienen que seguir unido a General Motors para tener acceso a la tecnología, a las patentes y para poder aprovecharse del tamaño del consorcio".
Los dirigentes de Opel Alemania no pudieron despejar la impresión de caos que produce la compañía de origen alemán. En algún caso hablaron de la unión de las marcas Opel y la británica Vauxhall, en otras de sólo las actividades de Adam Opel en Alemania, y en otras de todas las actividades de GM Europa. Por ejemplo, en la central de Russelheim no pudieron confirmar si la factoría de Zaragoza, dependiente al 60% de EEUU y al 40% de GM Europa se vería afectada por las medidas anunciadas.
Opel no es Mercedes, ni tampoco BMW. Hace años que los balances de la compañía no arrojan buenos resultados. La crisis financiera ha afectado a la marca considerablemente, sobre todo a través de las dificultades por las que pasa su propietaria: la estadounidense General Motors (GM).
Pero de Opel no deja de ser una empresa tradicional, uno de los emblemas clásicos del automovilismo germano. Y, lo que es aún más importante, de ella dependen muchos puestos de trabajo. Por eso, el presidente del sindicato alemán DGB, Michael Sommer, opina que Berlín debería hacer todo lo posible por sacar a los “opelianos” del atolladero.
Christoph Heinemann: Señor Sommer, ¿cree usted que el Gobierno alemán pondrá en marcha un plan de saneamiento para Opel?
Michael Sommer: Espero que sí. Los representantes de Opel llevan pidiéndole ayuda al Gobierno alemán desde el otoño pasado. En algo se les ha apoyado ya, pero sigue faltando un concepto a largo plazo. En mi opinión, los compañeros de Opel tienen razón cuando dicen que se necesita una 'solución europea', siempre y cuando ésta sea practicable, que los libere de General Motors.
“Europea” significa que la solución contemple conjuntamente los casos de Opel y Vauxhall, la otra marca que GM compró en el continente. Relacionar de este modo las dos firmas, ¿tiene posibilidades de futuro o es sólo el bote salvavidas al que todos se acogen porque no se divisa ningún otro en el horizonte?
No sé si es un bote salvavidas, pero yo creo que la 'solución europea', acompañada de una política de producción y de tecnología inteligentes, puede ser una buena oportunidad. Recuerdo que hace dos años estuve en Opel, vi los trabajos que allí se realizaban en materia de células de combustible y estoy convencido de que existe en la compañía una base tecnológica lo suficientemente potente como para producir coches nuevos y con futuro.
Pero los problemas estructurales del consorcio, al contrario de lo que sucede en otras empresas automotoras, son enormes…
Por eso mismo opino que tienen que proceder en tres fases. Primero, hay que estabilizar las ventas: a este respecto queda mucho por hacer. Y Opel debe cambiar su política de personal para garantizar el trabajo a los empleados y a la empresa el mantenimiento del personal cualificado. En segundo lugar, se necesita un concepto industrial que en mi opinión tiene que ser europeo: en él se está trabajando en estos momentos. Y en la tercera fase es que ha de aplicarse con éxito lo decidido en las dos anteriores.
Y el Gobierno, ¿debe o tiene que hacer uso del dinero público para ayudar a Opel?
El Estado puede, debe y tiene que hacer uso del dinero público para salvaguardar la base industrial de Alemania y de Europa y hacerla resistente para enfrentar el futuro.
¿Y debe participar en Opel?
Tiene que actuar en el ramo industrial del mismo modo en que lo está haciendo en el bancario, porque la economía alemana y la europea también se sustentan en la industria. Igual que se están salvando bancos, también se deben salvar empresas y puestos de trabajo.
Y para llevar a cabo esta tarea sabemos muy bien en qué tenemos que fijarnos: ¿existe un concepto? ¿Es éste viable? ¿Busca la compañía mejorar su posición de en el mercado o se trata realmente de asegurar su supervivencia y los empleos a ella ligados? En mi opinión, Opel cumple con todos los requisitos y el Estado tiene que ayudar a la marca.
El Estado tiene que ayudar a Opel, dice usted, ¿está hablando de una participación directa en la compañía o de que las arcas públicas respondan por ella?
Pueden ser las dos cosas. Hoy ya sucede con el SoFFin, es decir, con el Fondo para la Estabilización de los Mercados Financieros. Éste ofrece garantías, compra participaciones, paga expropiaciones… no hay que cerrarse a ninguna posibilidad. Y lo que vale para el mundo de las finanzas, vale también, opino yo, para la industria y por extensión para Opel.
Pero cabe preguntarse, ¿dónde acaba todo esto? ¿Tiene el Estado que dedicarse a la producción de coches, y como a las compañías Märklin y Schiesser también les va mal, construir maquetas de trenes y vender ropa interior?
Puede que suene algo cuadriculado, pero repito de nuevo: hay un elemento a tener en cuenta y ese es el de la relevancia para el sistema. Hay bancos que son relevantes para el sistema a los que no se puede dejar caer en la bancarrota. Y lo mismo sucede con algunas ramas industriales, como es en Alemania la automoción.
Un banco relevante para el sistema se define como un banco que puede desatar un efecto dominó en caso de caer, ¿existen empresas que puedan provocar algo semejante?
Sí, existen. Por ejemplo, en la industria automotriz, si caen ciertas empresas proveedoras de elementos básicos puede suceder que al final sea imposible producir un coche, no haya vehículos para vender y todo el sistema se venga abajo. En el ámbito de la investigación y el desarrollo, hay empresas que son fundamentales para ciertas regiones: si éstas desaparecen, la región muere.
Hablemos entonces de las consecuencias: un Opel subvencionado por el Estado, ¿no daña a los restantes productores, que tienen que sobrevivir sin dinero público?
Los compañeros de Volkswagen me dicen todo lo contrario: si Opel cae, y si las empresas proveedoras caen, entonces también pueden caer ellos.
Pero el Estado no puede estar dando dinero a diestro y siniestro como si fuera inagotable…
No, pero tampoco puede hacer como si no tuviera ninguna responsabilidad social para con las personas, y en cambio sí para con los bancos. Una lógica conclusión ha de extraerse de todo esto: el mensaje que se lanza con el fondo de ayuda a las entidades financieras es que el Estado está dispuesto a intervenir. Y entonces también tenemos que intervenir en la industria, porque ésta afecta directamente a las personas y porque de ella depende la cuestión de si queremos o no salvaguardar la base industrial de Europa.
Christoph Heinemann
No está muerto quien pelea. Para sobrevivir, la empresa automotriz Opel quiere separarse de su matriz estadounidense General Motors (GM). Para ello necesita una ayuda de capital de 3.300 millones de euros.
La junta directiva de Opel esbozó un plan de salvamento en el que se prevé que Opel pase a ser una unidad económica independiente de GM, si bien ésta seguirá siendo su propietaria mayoritaria. Inversionistas externos podrían tener participaciones accionarias incluso de más de un 25 por ciento. Así lo anunció hoy (27.02.2008) el presidente de General Motors Europa, Carl-Peter Forster.
La diferencia es esencial: si Opel es parte de GM, en caso de que se descalabre esta última, ello significaría también el colapso de Opel. Con la solución propuesta, GM sería accionista de Opel, pero no su matriz. La separación de ambas empresas efectivamente puede ser la salvación de Opel.
El consejo de supervisión de Opel se reunió un día después de que miles de trabajadores salieran a protestar en Rüsselsheim para exigir una Opel independiente después de 80 años como filial de GM. General Motors adquirió en 1929 el 80 por ciento de Opel y en 1931, compró el resto. Opel es la primera automotriz de Europa que pide ayuda estatal para sobrevivir.
Gobiernos insinuaron disposición a ayudar
Los 3.300 millones de euros los necesita Opel para todas sus plantas en Europa y no sólo para Alemania. Opel está presente también en Gran Bretaña, Suecia, España y Polonia. El directorio de Opel insinuó que algunos de esos países están dispuestos a participar en la búsqueda de una solución.
Esa solución no puede ser otra que la participación de los Estados en la empresa, ya que en estos tiempos de crisis será difícil hallar inversionistas privados dispuestos a correr con los riesgos. En todo caso, la participación estatal podría ser también transitoria y cesar en cuanto Opel Europa, si es que se llega a esa solución, se consolide y pueda ser atractiva para inversionistas privados.
En todo caso, el ministro alemán de Economía, von Guttenberg, dijo en la TV alemana que el Gobierno estudiará atentamente a partir del lunes próximo el plan presentado por Opel. La canciller germana Angela Merkel quiere salvar en este año electoral en Alemania tantos como sea posible de los aproximadamente 25.000 puestos de trabajo de Opel en Alemania.
Sin embargo, "todas las demás opciones deben ser agotadas" antes de que Berlín apruebe arriesgar dinero de los contribuyentes en la empresa, dijo Guttenberg, quien agregó que debe quedar absolutamente claro que resultarán beneficiados los empleados y las plantas de Alemania y no otras instalaciones en Europa.
Reducir capacidades y eliminar empleos
Según analistas independientes, Opel, para poder recuperarse tendrá que reducir capacidades de producción y eliminar alrededor de un 10 a 15 por ciento de los puestos de trabajo actuales. El directivo sindical de GM Europa Klaus Franz exigió que, en caso de que sea necesario despedir personal, se lo haga en todas las plantas europeas, evitando que todo el peso de los despidos recaiga sobre una sola, que en ese caso tendría que cerrar.
La separación de GM no es tan sencilla como puede parecer a primera vista. El diario alemán "Frankfurter Allgemeine Zeitung", resaltó que una de las mayores dificultades es que Opel vendió hace cuatro años todas sus patentes a GM, por lo que para desarrollar y vender sus automóviles, tendría que seguir pagando las licencias correspondientes.
Además de las 25.000 personas que trabajan en Rüsselsheim, la central de Opel en Europa, y en las restantes plantas alemanas de Bochum, Kaiserslautern y Eisenach, la empresa tiene fábricas en Zaragoza, España, con una plantilla de 7.300 personas; Amberes, Bélgica (3.700) y Gliwice, Polonia (4.100). Saab, en Suecia, también perteneciente a GM, acaba de declararse en insolvencia de pagos.
Pablo Kummetz
Volkswagen evitaba hasta ahora formular previsiones sobre la reducción de este tipo de empleos, aunque hace poco el director financiero de la empresa, Hans Dieter Pötsch, avisó que habría que "separarse de la mayoría" si la coyuntura no mejoraba.
Volkswagen empleaba a finales de 2008 a unos 4500 trabajadores temporales en Alemania. Las filiales y fábricas de Brasil y los países del este de Europa también tienen muchos otros empleados temporales.
Las ventas del primer constructor automovilístico de Europa disminuyeron en un 15% en enero y Volkswagen calcula una bajada del 10% en 2009.
Winterkorn aseguró que los empleos fijos de Volkswagen no se ven amenazados, por el momento.
"Nadie en la empresa piensa, por el momento, a despidos o algo de ese estilo", declaró.
"Con el trabajo a tiempo reducido logramos no producir reservas de vehículos. Tenemos una semana de trabajo de 35 horas que podemos reducir hasta 28 horas. Podemos también limitar la producción y garantizar (el mantenimiento) del personal fijo. Para este año no veo ningún problema", añadió.
Volkswagen emplea en todo el mundo a un total de 330.000 personas.
Winterkorn admite que es "legítimo" que Berlín otorgue avales de forma "puntual" a una empresa pero "sólo durante un tiempo de transición". Señala que no puede valorar si Opel está amenazada por la falta de liquidez pero afirma que, si la empresa se declarara insolvente, sería algo "lamentable".
Opel presentó ayer su nuevo plan de futuro para capear la crisis económica, que incluye desvincularse de su casa matriz, la estadounidense General Motors, algo que según Winterkorn no será fácil dada la intrincada relación construida durante años entre ambas compañías. Opel presentará el lunes su plan económico al Gobierno de la canciller Angela Merkel, que hasta ahora había supeditado la concesión de posibles ayudas a la compañía a que ésta quedara desvinculada de General Motors para asegurar que los fondos se invertirían en Alemania.
El ministro alemán de Economía, Karl-Theodor zu Guttenberg, celebró ayer que se haya definido un "nuevo concepto" para la compañía que, según los cálculos de su directiva, partirá con una necesidad de capital de 3.300 millones de euros. Está previsto que Guttenberg debata este fin de fin de semana las posibles ayudas a Opel con las autoridades de los estados federados de Hesse, Renania del Norte-Westfalia, Renania-Palatinado y Turingia, en los que se ubican las cuatro plantas de Opel en Alemania.
Según algunos medios, el montante de ayudas que estudia el Ejecutivo alemán sería de 2.600 millones de euros, que se repartirían, al cincuenta por ciento, entre el Estado, por un lado, y los estados federados, por otro. El plan acordado por Opel no prevé el cierre de plantas en Europa, el gran temor de los 56.000 trabajadores que emplea la compañía en ese continente ni tampoco los despidos forzosos.
Seat ha pedido apoyo a la Generalitat y al Gobierno para fabricar en Martorell el Audi Q3, un proyecto que supedita también a una congelación salarial y a la prolongación durante dos años del actual expediente de regulación de empleo temporal en la planta catalana.
Según Winterkorn, el grupo saldrá reforzado de la crisis. El directivo apunta que entre los fabricantes que seguirán en el mercado dentro de unos años estarán "dos americanos, uno o dos japoneses, un francés y quizás uno chino", además de Volkswagen, BMW y Daimler.
Despidos
En un extracto de la entrevista adelantado el sábado, Winterkorn señala que Volkswagen despedirá este año a sus 16.500 empleados temporales a causa de la crisis. La medida, que afectará a todo el personal temporal del grupo, no es "agradable", según su presidente, quien sostiene que los despidos son "inevitables", informa Efe. Del total de empleos temporales, 4.500 corresponden a Alemania y el resto, sobre todo, a Brasil y países del Este de Europa.
Para el personal fijo, Winterkorn no ve "ningún problema", aunque señala que, en el caso de que el grupo no pueda "seguir adelante", se deberá "reflexionar sobre otras cosas". VW emplea en todo el mundo a 330.000 personas.
Winterkorn rechaza que su competidor Opel reciba ayudas estatales pues considera que el Estado alemán no debe convertirse en "una sociedad de rescate para empresas a las que posiblemente amenaza la bancarrota". El presidente de VW admite que es "legítimo" que Berlín otorgue avales de forma "puntual" a una empresa, pero "sólo por un tiempo de transición".
La principal demostración se efectuó en la ciudad alemana de Ruesselsheim, frente a la planta de Adam Opel AG, subsidiaria de GM.
Miles de obreros y empleados temen perder sus trabajos ante el desplome de la venta de vehículos a nivel mundial como resultado de la crisis económica.
También hubo actos y paros de protesta contra GM en las fábricas de la Opel en las ciudades alemanas de Eisenach y Kaiserslautern, así como en la división Saab de la GM en Suecia y en unidades situadas en Gran Bretaña, Austria, Francia, España y Hungría.
Para sobrevivir, la empresa automotriz Opel alrga que quiere separarse de su matriz estadounidense General Motors (GM).
Para ello necesita una ayuda de capital de 3.300 millones de euros, que por supuesto deberá venir de las arcas públicas, no de los accionistas, faltaría más.
GM anunció que para fin de 2009 echará a 47.000 obreros y empleados a nivel global, el 19% de su fuerza laboral. Los empleos fuera de Estados Unidos representan 26.000 de esos despidos.
La compañía ha solicitado unos 6.000 millones de dólares a gobiernos extranjeros para ayudar a sus operaciones fuera de Estados Unidos.
Además de las 25.000 personas que trabajan en Rüsselsheim, la central de Opel en Europa, y en las restantes plantas alemanas de Bochum, Kaiserslautern y Eisenach, la empresa tiene fábricas en Zaragoza, España, con una plantilla de 7.300 personas; Amberes, Bélgica (3.700) y Gliwice, Polonia (4.100).
También fabrica automóviles en Portugal y Gran Bretaña. Saab, en Suecia, también perteneciente a GM, acaba de declararse en insolvencia de pagos.
La semana pasada, Estocolmo rechazó un pedido de Saab para recibir créditos del sector público, tras declararse en bancarrota.
Unos cuatro mil trabajadores se concentraron en GM Figueruelas
Unos 4.000 trabajadores de la planta de GM en Figueruelas (Zaragoza) se concentraron el martes pasado ante las puertas de la factoría para reivindicar la segregación de la filial europea de su matriz estadounidense como única alternativa para garantizar el empleo de todas las fábricas europeas.
La protesta de la plantilla de la planta aragonesa, a la que también se sumaron trabajadores de la industria auxiliar, forma parte de la movilización general convocada por el comité europeo para reclamar una solución continental a la crisis financiera de la multinacional automovilística.
La dirección de GM Europa se ha comprometido a presentar hoy martes, en la reunión prevista con representantes sindicales en la ciudad alemana de Rüsselsheim, el cálculo del coste de la segregación.
Además, la compañía ha asegurado que producirá unos 425.000 vehículos en el segundo trimestre, por debajo de los 658.000 vehículos fabricados en el mismo trimestre del año pasado.
El inventario de vehículos de Ford se ha situado en las 405.000 unidades
La caída de General Motors, sin freno
Peor le ha ido al gigante de Detroit, General Motors.
Las ventas del fabricante se han derrumbado un 53%, hasta los 126.170 unidades desde las 268.737 registradas hace un año.
Aún así y a pesar de esta caída estrepitosa de su facturación, el vicepresidente de la compañía en su división estadounidense, Mark LaNeve, asegura que existen algunas señales alentadoras comparadas con las del último mes".
Los inventarios de GM han caído en unos 160.000 vehículos en el último años, hasta las 781.000 unidades.
Toyota, el mismo calvario
La compañía japonesa también ha visto como sus ventas se desplomaban en segundo mes del año un 39,8%, hasta las 109.583 unidades.
Por segmentos, la división Toyota ha vendido 58.863 autos, un 31,7% menos que en febrero del 2008 pero un 6,3% más que en enero de este año.
Al mismo tiempo, la división vendió 37.612 camionetas (categoría que incluye todoterrenos SUV, monovolúmenes, "pickup", furgonetas y camionetas), un 44,9 por ciento de descenso.
Otros fabricante que ha presentado sus cifras de ventas en el día de hoy ha sido la división estadounidense de Volkswagen, cuyas ventas cedieron en el último mes un 17,5%, hasta los 13.660 vehículos.
Daimler, por su parte, ha visto como su facturación caía un 20,6%, hasta las 15.614 unidades desde las 19.665 registrados hace un año.
Los analistas ya habían avanzado que los datos reflejaran, como en el caso de Ford, el desplome de la venta de automóviles, con caídas superiores al 40%.Además, según contabilizó la firma J. D. Power & Associates, durante las tres primeras semanas del mes de febrero las ventas cayeron un 38%.
Forster ha añadido que el plan de saneamiento incluye la solicitud de ayudas estatales. Por ello, se muestra favorable a que los cuatro estados federados alemanes donde hay plantas de Opel entren en el capital de la empresa para garantizar su supervivencia.
Precisamente ayer, Forster y Fritz Henderson, director general de la compañía, subrayaron la necesidad de recibir cuanto antes ayudas de la Unión Europea para no poner en peligro la continuidad del grupo en el Viejo Continente.
En la entrevista concedida a 'Bild', Forster señala que "para el rescate de todas las factorías se necesitan préstamos o participaciones directas por valor de 3.300 millones de euros hasta 2014". Si participan "España, Bélgica y Gran Bretaña, la aportación alemana oscilaría entre 2.000 y 3.000 millones", ha añadido.
Por último, Forster reconoce que "GM tiene un gran interés en la independencia de Opel y está dispuesta a ser flexible en el reordenamiento de la propiedad de la empresa".
Guttenberg dijo que el gobierno alemán todavía no ha tomado una decisión y que no permitirá "que lo presionen con el tiempo".
Foster dijo que Opel necesita 3.300 millones de euros (4.200 millones de dólares USA) de toda Europa para sobrevivir.
"Hemos acordado que pediremos a otros países, en los cuales tenemos actividades importantes, que contribuyan a este requerimiento financiero. Cuánto y cómo ocurrirá ésto necesita todavía ser discutido", dijo Foster.
Sin embargo, Guttenberg dijo que el plan de reestructuración de la compañía necesita ser examinado en detalle primeramente.
Guttenberg dijo que aclarará cualesquier preguntas no contestadas con la compañía matriz de Opel, General Motors y con el gobierno norteamericano, durante un viaje que hará a estados Unidos en marzo.
(Xinhua)
La dirección de GM expresó su voluntad de seguir adelante con la aplicación de su plan de viabilidad, en el que se incluye el cierre de plantas, y para materializarlo va a mantener conversaciones con los gobiernos europeos a fin de intentar captar recursos, señala la representación de los trabajadores de la planta zaragozana, la cual tiene unja plantilla de 7.500 personas.
"Hay que preparar cuanto antes los dineros", prosiguió Pedro Bona, quien comentó que el próximo 12 de marzo se celebrará una reunión del Foro Europeo de GM para continuar analizando la situación. Los sindicatos presentarán su propio plan de viabilidad.
"Nosotros no queremos llegar a ese punto", dijo Bona en alusión a la suspensión de pagos, quien reconoció que "el tiempo nos acucia" y reiteró que ahora se trata, "de una u otra forma, de intentar ver cómo coger el dinero de forma urgente".
La Comisión Permanente del Comité de Empresa de General Motors España se reunió a las 14.00 horas de hoy para recibir la información que fue comunicada ayer a los sindicatos en la reunión del Comité de Dirección de GM Europa y a la que asistió Pedro Bona en la ciudad alemana de Russelheim.
Según los sindicatos, para satisfacer los pagos más inmediatos es preciso disponer de 955 millones de euros, el equivalente a 1.200 millones de dólares norteamericanos. Esto permitiría pagar a los proveedores y abonar los salarios, entre otros conceptos.
"En segundo lugar y unido a esto, la opción en el caso de no disponer de este dinero sería la suspensión de pagos", indica el Comité de Empresa en una nota oficial.
"La empresa sigue manteniendo su plan de viabilidad, en el que se sigue considerando el cierre de plantas, y para materializar este plan de viabilidad va a seguir hablando con los gobiernos en Europa para buscar recursos", señala la nota de los sindicatos.
El Comité de Empresa europeo sigue buscando fórmulas para paliar "el exceso de capacidad de la forma menos lesiva para los trabajadores", continúan.
La propuesta todavía por concluir de la consultora que sirve de apoyo al Comité de Empresa Europeo, y que haría posible esta apuesta sindical, "contempla la reducción de salarios, internalizaciones, ajuste de plantillas en todas las plantas, así como una apuesta de proyecto industrial que contemplaría la recuperación de mercados hasta ahora vetados para los coches que se fabrican en las plantas europeas".
Como paso previo a la obtención de este capital, precisó Arceiz, la multinacional tiene que ser capaz de lograr unos ahorros por valor de 1.200 millones de dólares (955 millones de euros) para ofrecer a los gobiernos un plan viable que pueda ser respaldado con fondos públicos.
El presidente del Comité se mostró "convencido" de que los gobiernos apoyarán a GM Europa y "pondrán el dinero necesario" si la compañía es "capaz de presentar un plan creíble, viable, en el medio y largo plazo".
Según la propuesta de los sindicatos europeos, el ahorro de los 955 millones de euros podría salir de una bajada de los salarios y de un recorte de la plantilla de las plantas europeas, entre otros factores que aún están por estudiar.
Arceiz admitió que lograr este ahorro es "complicado", si bien dijo que de ello dependerá el pago a los proveedores y las nóminas de los empleados en el plazo de unos meses.
Según indicó, la dirección de GM Europa sigue apostando por su plan de viabilidad, que incluye el cierre o la venta de hasta cuatro plantas, pero aseguró que la representación sindical está buscando alternativas para evitar "en la medida de lo posible" los cierres y los despidos forzosos.
Arceiz, quien aseguró que los trabajadores están "nerviosos y preocupados", insistió en que hay que ser "optimistas" e "ir un poco más despacio" en la negociación con la empresa para buscar alternativas, "a pesar de la urgencia que se tiene por resolver la situación".
GM Europa tiene cuatro fábricas en Alemania (Rüsselsheim, Bochum, Kaiserslautern y Eisenach), y además está presente en Bélgica (Amberes), Inglaterra (Ellesmere Port y Luton), Polonia (Gleiwitz) y Figueruelas (Zaragoza), en la que trabajan 7.500 personas.
Opel, que emplea alrededor de 25.000 trabajadores en Alemania, había dicho ya que necesita 3.300 millones de euros de ayudas de diversos estados europeos para mantener el empleo y las plantas abiertas.
Si España, Reino Unido y Bélgica contribuyeran, el Gobierno alemán tendría que aportar ayudas por entre 2.000 y 3.000 millones de euros, dijo Forster.
Las fábricas de Opel en Europa incluyen una en la localidad española de Zaragoza, otra en Amberes, Bélgica, y una en Ellesmere Port, en el Reino Unido. Además, cuenta con fábricas en Polonia y Rusia.
Tras el relanzamiento previsto de la marca, Opel podría alcanzar hasta un cinco por ciento de rentabilidad sobre ventas, dijo Forster. Opel registró beneficios hasta el otoño de 2008, cuando se vio afectada por la crisis mundial.
Este martes, en el Salón del Automóvil de Ginebra, el director general de General Motors Europa, Carl-Peter Forster, anunciaba que Opel tendrá que cerrar al menos tres fábricas y que desaparecerán 3.500 puestos de trabajo. No daba más detalles. No era la primera amenaza para los gobiernos concernidos, pero sí la primera en la que hablaba ya de cifras concretas. Una décima parte de los trabajadores de la Opel, como poco, pueden verse muy pronto en las listas de paro no sólo en Alemania, sino quizá también en España.
En su táctica de poner a los gobiernos contra las cuerdas, Forster ha entrado en una escalada de acoso in crescendo. Pide tres mil millones de euros, ya, y ha llegado a sugerir al gobierno de Angela Merkel que hable con sus colegas de España, Bélgica y Gran Bretaña para repartirse buenamente la factura. En el caso español, ya hace un mes el gobierno de Aragón anunció su disposición a respaldar un aval por valor de 200 millones de euros, siempre que se asegure que en Figueruelas se fabricará el Opel Meriva. Si el señor Forster sigue apretando las tuercas, tal vez sea Moncloa quien deba empezar a hacer números.
Divorcio Opel-General Motors: una salida posible
Es lo que lleva haciendo desde hace semanas la canciller Merkel. Con un problema añadido: las elecciones generales se celebrarán el 27 de septiembre y los despidos masivos en la Opel son lo último que necesita la primera ministra democristiana. La disyuntiva está entre aguantar manifestaciones diarias o lanzarse a salvar puestos de trabajo a discreción, ya sea en la Opel, la Volkswagen, la Siemens o el Dresdner Bank. Hasta el momento, el gobierno alemán no ha decidido poner sobre la mesa los tres mil millones de euros que la Opel reclama para su supervivencia. Más bien está dando vueltas a otra posibilidad, que sería además transferible a otros gobiernos europeos: ayudas estatales en forma de avales o créditos durante un tiempo prudente siempre que la compañía se separe por completo de la General Motors.
En esta nueva etapa independiente, la Opel se convertiría en una sociedad anónima, con sede central en Rüsselsheim, muy cerca de Frankurt, y buscaría, ya sin tutela norteamericana, nuevos inversores y/o gobiernos autónomos dispuestos a aportar avales, créditos o capital. En Alemania ya han mostrado su interés en esta propuesta los länder de Renania del Norte, Hesse, Renania Palatinado y Turingia.
300.000 puestos de trabajo dependen del futuro de Opel en toda Europa. Hoy en los Estados Unidos asesores del presidente Obama y directivos de la General Motors van a estudiar las vías de salida para esta multinacional con muchos frentes abiertos en Europa. Es seguro que EEUU va a pedir a los socios europeos que en la cumbre económica de primavera aborden un plan de salvación del sector del automóvil europeo en su conjunto que ayude a enjugar las deudas contraídas por GM en el Viejo Continente. Una vez más, la solidaridad transatlántica se va a poner a prueba.
Después de hacerse eco de las advertencias lanzadas en EEUU antes de navidades, GM declaró ayer que, sin la ayuda de varios estados, el mes próximo podría ya enfrentarse a una falta de liquidez, poniendo en peligro 300.000 empleos, incluyendo los de los suministradores.
No obstante, en Europa, GM ha ido más lejos, dando a entender que es probable que los estados tengan que comprar participaciones. Los gobiernos europeos deberían resistirse, pero seguramente no lo harán. Después de la quiebra de la sueca Saab, GM Europa controla la alemana Opel, la británica Vauxhall y tiene operaciones en España y Bélgica.
La compañía ha propuesto la separación de sus actividades europeas. GM recibe 3.300 millones de euros de ayuda estatal, en su mayoría de Alemania. La mitad del nuevo holding podría quedar fuera del control de los inversores, pero con la presión de los accionistas privados, la empresa reconoce que los gobiernos podrían verse obligados a intervenir.
Opel no es un caso perdido al estilo de EEUU. Superó los problemas de calidad de la década de los noventa, aumentando el uso de la capacidad y la productividad a niveles respetables, pero los beneficios no eran suficientes, incluso antes de que la demanda cayera en picado el año pasado. Y, como argumenta el director de su competidora Volkswagen, la crisis ha provocado una corrección que debería generar y generará el cierre de varias empresas. Con una sobrecapacidad estructural del 20%, en términos puramente económicos, lo mejor que le podría pasar a la industria del automóvil europea es que GM Europa desapareciera.
No obstante, es prácticamente inconcebible que el Ejecutivo alemán permita la quiebra de Opel en un año electoral. Incluso si Berlín interviene, otros países deberían evitar seguir su ejemplo. En realidad, lo mejor que pueden esperar los contribuyentes es que los estados europeos se muestren más firmes que Washington a la hora de garantizar importantes reducciones de capacidad a cambio de ayudas. Si no lo son, ahorrarán despidos ahora, pero obstaculizarán la competitividad de la industria del automóvil europea en los años venideros.
Al mismo tiempo, Toyota Motor Corp. solicitó al gobierno japonés un crédito de US$2.000 millones para apuntalar su brazo financiero.
En el Salón del Automóvil de Ginebra, el director de operaciones de GM, Frederick "Fritz" Henderson, dijo que la división europea de la automotriz podría quedarse sin fondos para "la primera mitad del segundo trimestre" si no obtiene préstamos u otra ayuda financiera. El ejecutivo añadió que GM está dispuesta a escuchar "ideas y opiniones", incluyendo la venta de una participación mayoritaria en Opel, si eso allana el camino para lograr la ayuda.
El gobierno de EE.UU. ha aceptado otorgar por lo menos US$42.000 millones en préstamos y otra asistencia financiera a GM, Ford, Chrysler y sus proveedores. Canadá acordó proveer ayuda adicional a las tres automotrices estadounidenses. Francia, por su parte, está asistiendo a Renault SA y PSA Peugeot Citroën SA.
GM, asimismo, consiguió un acuerdo para que España garantice préstamos por 200 millones de euros y ha buscado la ayuda de Alemania, Gran Bretaña y Suecia, países en donde tiene plantas. El jefe de GM en Europa, Carl Peter Forster, dijo en Ginebra que la empresa también podría recurrir a Polonia, donde fabrica autos pequeños.
Toyota, a su vez, acudió al gobierno de Japón luego de que Tokio anunciara que facilitará una parte de sus enormes reservas en moneda extranjera a firmas japonesas que operan en el exterior y que están teniendo dificultades para recaudar fondos en otras divisas. El ministro de Finanzas Kaoru Yosano dijo que el gobierno planea destinar para fines de este mes US$5.000 millones de sus reservas de US$1 billón (millón de millones) al Banco de Japón para la Cooperación Internacional. Luego, el banco otorgará préstamos en dólares a las empresas que lo necesiten.
Toyota, que reportó pérdidas de US$1.800 millones en el trimestre que cerró el 31 de diciembre, ha solicitado un crédito para su brazo financiero Toyota Financial Services Corp. Apenas unos años atrás, la automotriz registraba ganancias anuales de US$10.000 millones, pero la crisis financiera global ha causado una caída precipitada en las ventas de autos en casi todos los mercados.
Las ventas de autos y camionetas en EE.UU. cayeron 40% en febrero, a 690.000 unidades, según estimados de la industria. Las ventas de vehículos en Japón declinaron 32% en febrero, el mayor descenso mensual en más de 30 años. Europa Occidental experimenta un fenómeno similar.
La división europea de GM necesita una inyección de US$4.200 millones para mediados de abril o podría verse obligada a cesar sus operaciones a pesar de una presencia masiva en el mercado, según fuentes al tanto.
La automotriz aceleró sus negociaciones con el gobierno alemán esta semana, sosteniendo que necesita que Berlín aporte dos tercios de los préstamos que necesita en Europa. Opel tiene su sede en Alemania y la empresa emplea a miles de personas tanto en sus plantas como en sus concesionarios.
Henderson reveló que GM no tiene un plan de contingencia sólido para Opel. A diferencia de su negocio estadounidense, que podría acogerse a la protección de la ley de bancarrota, su división europea se reparte por varios países del continente, volviendo la opción de una bancarrota casi inviable, aseveró.
El ministro de Economía de Alemania, Karl-Theodor zu Guttenberg, le dijo el miércoles a Reuters que Opel no le ha dado al gobierno suficiente información como para decidir si debe rescatar a la empresa. En los últimos días, el gobierno alemán ha manifestado sus dudas de que la ayuda pueda ser usada para eliminar en lugar de resguardar empleos en el país y que GM podría aprovechar el dinero alemán para reestructurar sus operaciones en EE.UU.
Un fracaso de GM en Europa podría estropear el plan de viabilidad que la automotriz acaba de presentar al Departamento del Tesoro estadounidense como parte de los requisitos para obtener ayuda federal. En el plan, GM dijo que requería US$6.000 millones en ayuda de otros gobiernos para hacer la empresa viable.
Por su parte, los asesores de los principales tenedores de deuda de GM anunciaron el miércoles que planean reunirse mañana con el equipo de trabajo del presidente Barack Obama dedicado a la industria automotriz.
Según una fuente, en el encuentro analizarán si el gobierno estadounidense garantizará nuevos bonos que la empresa emitirá como parte de su reestructuración.
En ese sentido, reiteró que si no logra reestructurarse exitosamente y debe entrar en bancarrota sin soporte estatal, tendría que acogerse al capítulo 7 de quiebras, que regula el cierre definitivo de empresas demasiado débiles.
No obstante, aclaró que su quiebra sería más cara que el actual pedido de asistencia estatal, según un despacho de la agencia de noticias Bloomberg.
La automotriz, que registró una pérdida de 30.900 millones de dólares el año pasado, busca obtener del gobierno estadounidense 16.600 millones de dólares de financiamiento para sobrevivir.
En este contexto, está recortando sueldos de ejecutivos y planea eliminar 47.000 empleos este año, como parte de la reestructuración requerida para mantener los 13.400 millones de dólares de préstamos que ya tomó de los Estados Unidos.
Por su parte, Ford, la única automotriz que resiste sin asistencia estatal, planea ofrecer efectivo y acciones para retirar hasta 10.400 millones de dólares de deuda, de los 25.800 millones con que cerró 2008.
El plan incluye una propuesta de tres transacciones, una de ellas orientada a inducir a los accionistas tenedores de 4.900 millones en bonos convertibles a cambiarlos por acciones comunes de la empresa.
La actual agonía de General Motors se debe en parte a que después de haber inventado autos tan exitosos como el Cadillac se quedó atrás y dejó un vacío que empresas como Toyota y Honda supieron cubrir. En esas condiciones, pese a que ya ha recibido una ayuda del Tesoro de casi 13.000 millones de dólares, cada vez son más los que dicen que nada ni nadie podrá salvar a General Motors de la quiebra. Todo indica que este gigante de la industria automotriz se ha transformado en un dinosaurio que muy pronto terminará en un museo como el que actualmente aloja al Cadillac más famoso de Elvis, "El dorado", en Memphis, Tennessee.
En efecto, General Motors advirtió ayer que sus auditores habían determinado que la sobrevivencia de la compañía está "sustancialmente en duda". "Nuestras pérdidas recurrentes en las operaciones, el déficit de los accionistas y la incapacidad para generar un flujo de efectivo suficiente para pagar nuestras deudas y mantener las operaciones plantea dudas sobre nuestra posibilidades de continuar como una preocupación continua", dijo GM en un informe presentado ante la Securities and Exchange Comision, que fue elaborado por los auditores de Deloitte and Touche
El informe no sólo hizo caer las acciones de todos fabricantes de autos (Ford, Chrysler etc) sino también el Dow Jones en general. El papel de la empresa se derrumbo 15%.
Los especialistas explican que durante los últimos 30 años GM no supo invertir en innovación. Y las pocas inversiones que hizo, como cuando diseñó el Saturn -un auto pequeño en la década del 80- o ell REV 1 -un vehículo eléctrico en los 90-, los proyectos quedaron en un cajón.
En el ultimo trimestre General Motors tuvo pérdidas que alcanzaron los 30.000 millones de dólares y en el primer trimestre de este año se espera que las pérdidas alcanzarán los 100.000 millones de dólares debido a Saab, la unidad subsidiaria que fue declarada en bancarrota en Suecia el mes pasado. Sólo en febrero las ventas de GM cayeron 53% respecto del mismo mes hace años. Los jerarcas de General Motors todavía no se dan por vencidos y tienen la esperanza de que el gobierno les dará otros 30.000 millones de dólares para salvarlos de la quiebra.
Tras el comunicado presentado a la SEC con la opinión de los auditores, la empresa dijo que la situación "no era inesperada" y que "no tiene impacto sobre las agresivas acciones que estamos tomando para reestructurar nuestros negocios para una viabilidad a largo plazo".
"Una vez que las ventas globales de automóviles se recuperen y las acciones de reestructuración de GM generen los ahorros y beneficios previstos -dijo la casa automotriz en un comunicado-, se espera que la empresa vuelva a ser capaz de financiar sus requerimientos operativos", señalaron, aunque no hay garantías de que el mercado global automotriz se vaya a recuperar en el corto plazo.
El plan de reestructuración que GM presentó al Tesoro para obtener 9.000 millones de dólares más, preve la supresión de 47.000 puestos de trabajos en todo el mundo y el cierre de 14 plantas en los próximos años. GM asegura que centrará su atención en hacer "menos y mejores" productos. Pero todo indica que la genialidad y la mística de aquellos que en su momento concibieron el Cadillac se ha evaporado.
Las acciones financieras encabezaron la caída. Moody's advirtió que clasificará en una categoría inferior la capacidad de crédito para Wells Fargo y Bank of America Corp. Las acciones de Wells Fargo se hundieron 15,94 por ciento y las de Bank of America perdieron 11, 70 por ciento.
Además, las acciones de Citigroup, que fue alguna vez el banco más valioso del mundo, se desplomaron hoy por debajo de un dólar, mientras los inversionistas continuaron preocupándose por la salud del banco y su capacidad para evitar la nacionalización.
El promedio Dow Jones cayó 281,40 puntos, o 4,1 por ciento, hasta 6.594,44 unidades. El índice S&P 500 perdió 32,95 puntos, o 4,6 por ciento, para cerrar en 679,92 unidades, su nivel más bajo desde octubre de 1996. El índice compuesto Nasdaq cayó 54,15 puntos, o 4 por ciento, para establecerse en 1.299,59 unidades.
(Xinhua)
GM tiene instalaciones de producción en un número de países de la UE, incluyendo Alemania, Suecia, Polonia, España, Bélgica y Gran Bretaña. También hay subcontratistas en otros Estados miembros de la UE.
La compañía de automóviles gigante de Estados Unidos cayó bajo la amenaza de la quiebra después que un reporte anual divulgado hoy por sus auditores lanzó dudas sobre su capacidad para sobrevivir.
Pero la quiebra de GM tendría un impacto importante sobre Europa porque el fabricante de vehículos emplea a alrededor de 55.000 personas en el continente y hay aproximadamente 300.000 europeos que dependen de GM para sus empleos, incluyendo proveedores de partes y distribuidores de automóviles.
Verheugen dijo que el objetivo de la junta de crisis, cuya fecha no ha sido fijada, es promover la coordinación entre los países involucrados de la UE.
Verheugen descartó la posibilidad de cualquier paquete de rescate de GM por parte de la UE.
(Xinhua)
Por su puesto que no es descabellado, ya que el fabricante atraviesa por la crisis más dura de su historia en medio de una crisis económica y finaciera, agravada por una particular en el sector del motor. El pasado mes de diciembre, el gigante de Detroit tuvo que recurrir a los préstamos públicos para evitar el colapso pero en el mercado descuentan que no servirá para evitar la quiebra.
De hecho, los auditores de la propia empresa reconocen las "dudas sustanciales" sobre la capacidad de la compañía para seguir operando y esquivar la bancarrota. No obstante, señalan que el "el fracaso en la obtención de fondos suficientes del Gobierno de Estados Unidos o de otros gobiernos extranjeros podría forzarnos a cerrar nuestras operaciones". En ese caso, la mejor opción que añaden los auditores es la declaración de la protección por bancarrota.
Muchos analistas consideran que ese paso sería el primero en la buena dirección para reordenar su negocio, inmerso en una tormenta de caída de las ventas (un 53% menos en el mes de febrero) que parece no cesar. Asimismo, el periódico económico 'The Wall Street Journal' asegura en sus páginas que la empresa estaría dispuesta a realizar un proceso concursal "rápido".
Desde la propia compañía se ha vuelto a llamar a la confianza en GM y vuelven a insistir en que de momento la suspensión de pagos no es una opción y que la mejor solución es la reestructuración de sus negocios.
"Sin embargo, la compañía cree que una reestructuración bajo la suspensión de pagos supondría tremendos costes y riesgos, entre los que el principal sería el drástico deterioro de los ingresos", ha afirmado el fabricante que admite que ha estudiado los distintos entornos posibles, entre ellos una posible bancarrota.
Las continuas pérdidas y la lucha por generar liquidez significan que la capacidad de GM de continuar como una empresa en funcionamiento debe cuestionarse, añadieron.
La semana pasada la automotriz registró US$30.900 millones en pérdidas para 2008 y advirtió que 2009 se perfilaba como "desafiante".
Con anterioridad, el corresponsal de la BBC, Greg Wood, señaló que los ejecutivos de GM vaticinaron que este año venderán menos automóviles de lo que habían dicho hace apenas dos meses, debido a la continua caída de la demanda.
La empresa, que planea recortar 47.000 empleos también dijo necesitar otros US$22.600 millones en préstamos del gobierno para sobrevivir.
GM ya recibió US$13.400 millones en préstamos federales para tratar de sobreponerse a lo que los analistas consideran es el peor mercado automotriz en 27 años.
Más asistencia
La empresa dijo que su acreedores decidieron no forzarla a pagar más de US$6.000 millones en deudas luego de la advertencia de la auditoría, para permitir que GM continúe presentando su caso ante el gobierno para recibir más asistencia.
Los activos de General Motors cayeron casi 15% en la jornada bursátil de este jueves en la bolsa en Nueva York.
"Las continuas pérdidas de operaciones, el déficit de los accionistas y la incapacidad de la corporación de generar suficiente liquidez para cumplir con sus obligaciones y mantener sus operaciones crean una sustancial duda sobre su habilidad de continuar como una empresa en funcionamiento", escribieron los auditores de Deloitte & Touche en su informe anual.
GM reiteró el jueves que optar por la bancarrota conduciría a la liquidación, ya que la empresa no tendría suficientes fondos para financiar una reorganización.
Además, los consumidores estarían renuentes a comprar los vehículos de una empresa en quiebra, dijo General Motors.
De acuerdo a GM, las ventas en febrero se desplomaron 53% comparadas al año anterior, mientras que su rival Ford registró una caída de 48%.
Las declaraciones de los auditores reflejan los comentarios anteriores hechos por la empresa sobre sus serias dificultades.
A comienzos de la semana, el más alto ejecutivo de GM advirtió que las divisiones europeas de General Motors se vendrían abajo sin la ayuda de los gobiernos europeos - causando el despido de 300.000 trabajadores.
El jefe de operaciones, Fritz Henderson, pidió a los gobiernos intervenir inmediatamente para asegurar que GM Europa no se quedara sin dinero para abril o mayo.
En su informe anual GM manifestó: "Nuestro futuro depende de nuestra capacidad de llevar a cabo nuestro plan de viabilidad".
"Si por cualquier razón fallamos, no podríamos continuar como empresa en funcionamiento y posiblemente nos veríamos obligados a buscar amparo en el código de bancarrota de Estados Unidos".
Todos los sectores experimentaron grandes caídas, lideradas por el descenso de 9,4% de las empresas financieras. Los títulos de Citigroup cedieron 9,7%, a US$1,02 en la Bolsa de Valores de Nueva York, después de caer por por primera vez debajo de US$1. En mayo de 2007, Citi era el mayor banco estadounidense por capitalización de mercado y su acción valía más de US$55. Desde entonces, el colapso del mercado de valores respaldados por hipotecas y otros activos ha obligado al banco y a otras instituciones financieras a recurrir a rescates del gobierno.
"Si me hubieran dicho a mediados de 2007 que caería por debajo de US$1, hubiera pensado que estaban locos", dijo Joseph Saluzzi, uno de los fundadores de la firma de valores Themis Trading. "Los bancos están en una situación desastrosa".
Art Hogan, analista jefe de mercados para Jefferies & Co., dijo que los operadores estaban apostando contra la acción común de Citigroup, pero estaban comprando las acciones preferentes con la esperanza de que el gobierno compre más de estas últimas y se involucre más en la gestión del banco.
"Los factores técnicos se pueden tirar por la borda en estos momentos", aseveró Ryan Detrick, analista técnico de Schaeffer Investment Research. "El único nivel soporte en estos momentos es cero". Detrick y otros analistas señalan que la ola de ventas está impulsada por las percepciones de lo que el gobierno podría hacer con Citi y si la nacionalización sigue siendo una opción factible. A fines de la semana pasada, el banco alcanzó un acuerdo con el gobierno estadounidense que estipula que la participación estatal subirá a 36%.
Citi no fue la única razón detrás de la caída bursátil. La calificadora de riesgo Moody's Investors Service anunció que podría rebajar la calificación crediticia de Wells Fargo y cambió su perspectiva sobre la deuda de J.P. Morgan Chase a negativa. La acción de Wells Fargo cayó 16% y la de J.P. Morgan 14%. Bank of America perdió 12%. "Todos los grandes bancos son básicamente insolventes a estas alturas", manifestó David Prokupek, presidente ejecutivo de la firma de gestión de fondos Geronimo Partners. "Hasta que eso cambie y el crédito se empiece a normalizar, es difícil ver una recuperación de verdad".
Más allá de los bancos, la acción de General Motors Corp. perdió 15% y cerró en menos de US$2. La automotriz estadounidense informó que sus auditores plantearon dudas acerca de su capacidad para seguir operando.
Una fuente cercana dijo que los principales ejecutivos de GM parecen más dispuestos a acogerse a la bancarrota con el respaldo del gobierno, dejando de lado el temor de que una medida de esta naturaleza ahuyente a los clientes y amenace la supervivencia de la firma.
El cambio de parecer, junto a la revelación de que Deloitte & Touche, el auditor de la empresa, planteó "dudas significativas" acerca de la capacidad de GM para seguir operando, parecen dejar al fabricante más cerca de la bancarrota.
Ambos acontecimientos se producen en momentos en que GM está inmersa en negociaciones con los tenedores de bonos de cara a un posible canje de deuda por capital. La amenaza de una quiebra podría inducir a los tenedores de bonos a realizar más concesiones, señaló una fuente cercana.
El Departamento del Tesoro ha estado en conversaciones con bancos, proveedores de autopartes y otros expertos para tener una mejor idea del costo y las ramificaciones en caso de que una o más automotrices estadounidenses se acogan a la bancarrota. Por su parte, los asesores de GM han estado trabajando en un plan para mitigar el impacto de una quiebra sobre la imagen pública de GM, según fuentes cercanas.
No obstante, Wagoner ha mostrado su cautela al añadir que "no creo que sea correcto decir que hay una postura definitiva pero creo que hay disposición de ayudar". El motivo es que, según afirma, ha detectado diferentes puntos de vista sobre las ayudas entre el país germano y los representantes de la Unión Europea.
Por otro lado, General Motors demostró el mes pasado su disposición a ceder el control de su división europea a cambio de que se produjeran ayudas públicas por un importe de 3.300 millones de dólares que la compañía necesita para seguir siendo viable.
Wagoner asegura que "GM está dispuesta a mantener menos del 100% de participación la participación y tener una estructura diferente en Europa".
Según él, su filial europea necesita ahorrar más de 900 millones de euros al año.
"Lo positivo es que aparentemente el dinero sigue ahí para que sigan adelante", señaló Woehrl a la prensa en Berlín.
Alemania está abierta a la posibilidad de ayudar a Opel, pero indicó que necesita asegurarse de que ningún apoyo estatal llegue a manos de GM, que está en busca de un nuevo rescate económico por parte del gobierno estadounidense para poder sobrevivir.
Opel aseveró que requiere de una ayuda financiera para sobrevivir.
El presidente estadounidense había anunciado en otra videoconferencia con ciudadanos de EEUU poco antes de contactar con Merkel un plan para la salvación de la industria del automóvil en su país "en los próximos días".
La prensa norteamericana especula con la posibilidad de que el gobierno de Washington conceda, bajo estrictas condiciones, nuevas ayudas estatales a los grupos automovísticos General Motors y Chrysler, ambos amenazados de quiebra.
En Alemania, mientras tanto, el gobierno federal se encuentra a la espera de que GM presente su plan de reestructuración del grupo para decidir sobre posibles ayudas a Opel, mientras los estados federados donde la histórica empresa tiene factorías no descartan una posible participación en su capital.
Además, el presidente admitió que la bancarrota puede ser la mejor opción para garantizar la continuidad de la compañía. Esta opción también fue defendida ayer por el nuevo consejero delegado, Fritz Henderson (que ha sustituido a Rick Wagoner), que, no obstante, mostró su prioridad por resolver la crisis fuera de los tribunales. El mercado reaccionó negativamente ayer y la acción de GM se desplomó en bolsa, un 25,41%, hasta 2,7 dólares.
La empresa está en peligro de quiebra, después de haber perdido 30.860 millones de dólares (23.447 millones de euros) en 2008, con unos ingresos de 148.979 millones y con la venta de 2,98 millones de vehículos. La compañía tenía que reducir su deuda en dos tercios y rebajar los salarios de su plantilla a los mismos umbrales que la competencia asiática hoy mismo, dentro de un compromiso que alcanzó con el Gobierno el pasado diciembre a cambio de préstamos por 17.400 millones. GM no ha podido cumplir el calendario.
Relevo
La Administración ha dado más tiempo pero, a cambio, ha forzado la dimisión de Wagoner, que ha sido sustituido por Henderson, que era director de operaciones. La empresa también remodelará su consejo de administración. Obama dijo que GM necesitaba “una nueva visión” para realizar una reestructuración que iba demasiado lenta.
Obama reiteró que no permitirá que la industria “se desvanezca”, aunque tampoco tolerará que sobreviva únicamente con los fondos del Gobierno. El presidente señaló que el Gobierno “no tiene intención” de dirigir GM y mostró su confianza en que la empresa pueda “resurgir” tras la reestructuración.
La Casa Blanca cree que una de las mejores opciones para la supervivencia de la compañía es la bancarrota controlada, una vía jurídica equivalente al expediente concursal que permite a la empresa renegociar sus obligaciones con el apoyo del Gobierno y de forma rápida para poder sobrevivir.
“Sería una herramienta que permitiría tanto a GM como a Chrysler acabar con deudas antiguas” que están dificultando su vuelta a la rentabilidad, sin que los acreedores tengan a la empresa paralizada “en el juzgado durante años”, indicó Obama. El Gobierno garantizará a los compradores de automóviles que la entrega de los vehículos se producirá a pesar de que las compañías puedan declararse en bancarrota controlada.
GM, que tiene unas obligaciones de unos 62.000 millones de dólares (incluidos los compromisos con la plantilla) y que está en pérdidas desde 2004, quiere que los bancos y los titulares de sus emisiones de renta fija acepten capitalizar la deuda, cobrando en acciones. Pero hasta ahora los propietarios de los bonos de GM se han negado a esta posibilidad.
Para Rod Lache, analista de Deutsche Bank, las expectativas de que General Motors podía recibir “apoyo adicional por parte del Gobierno han restado presión a sus acreedores”, que debían comprometerse a renunciar al cobro de parte del dinero y que, sin embargo, querían que previamente GM lograra concesiones salariales y de beneficios sociales del sindicato mayoritario, UAW.
El Gobierno de EEUU también está preocupado por Chrysler, “más en peligro” que GM, según Obama. La Administración ha instado al tercer fabricante de coches del país, controlado por la sociedad de capital riesgo Cerberus, a cerrar su alianza con la italiana Fiat. Este acuerdo, que se espera que dé a Fiat en torno al 35% del capital de Chrysler, deberá materializarse antes de 30 días.
Así la compañía podrá recibir fondos del Gobierno por 6.000 millones. Chrysler y Fiat anunciaron ayer que han cerrado ya las bases de su acuerdo, pero sin dar más detalles.
Las dos compañías están sufriendo por la congelación de la demanda interna. La agencia de calificación de riesgos Standard & Poor’s espera que la venta de coches caiga un 25% este año, hasta 9,8 millones de unidades en EEUU.
Los analistas mostraron ayer sus dudas sobre el cambio en la gestión de GM. John Murphy, de Bank of America/Merrill Lynch, indicó que el nuevo consejero delegado “endurecerá las negociaciones con los acreedores, pero no creemos que solucione los problemas estructurales de GM rápidamente”. Según el analista, estas dificultades sólo se solucionarán con la bancarrota y con un cambio de gestión similar al que realizó Ford con el fichaje de Alan Mulally como consejero delegado, informa Reuters.
Ayudas españolas
Por otro lado, la Comisión Europea aprobó ayer el plan de ayudas español basado en subvenciones de tipos de interés para la fabricación de coches ecológicos, es decir, que respetan el medio ambiente, informa R. Lavín.
Ese plan permite la concesión de préstamos subvencionados, para la fabricación de coches que cumplen las normas de la UE para vehículos con bajas emisiones contaminantes. Los créditos subvencionados se podrán conceder hasta el 31 de diciembre de 2009 y con una duración máxima de dos años. La reducción del tipo de interés no podrá exceder el 50% para las pymes ni el 25% para las grandes empresas.
El presidente no ha desvelado el importe que destinará a la compañía, aunque ha mostrado su confianza en que General Motors "podrá resurgir si realiza una profunda reestructuración".
El nuevo consejero delegado de la compañía, Fritz Henderson, ha respondido a Obama que la empresa está dispuesta a tomar "cualquier medida" que sea necesaria para la reestructuración, "incluida una posible bancarrota". Henderson, no obstante, ha apuntado a que la empresa prefiere resolver su situación "fuera de los tribunales". La compañía utilizará los próximos 60 días para renegociar la deuda y los salarios con sus acreedores y con la plantilla.
Chrysler, por su parte, deberá materializar su alianza con la italiana Fiat si desea recibir financiación del Gobierno.
El demócrata ha asegurado que el Gobierno no tiene ninguna intención de "dirigir" General Motors, aunque ha afirmado que la empresa "necesitaba una nueva visión".
Obama forzó ayer la dimisión de Rick Wagoner, presidente de General Motors, y se negó a financiar el plan de viabilidad del primer fabricante de coches de EEUU tal y como había sido planteado por Wagoner. La Casa Blanca sostiene que las previsiones contempladas en el documento eran demasiado optimistas y que, además, cumplir los requisitos exigidos por el Gobierno antes del 31 de marzo (fecha límite) era imposible.
Wagoner admitió anoche en un comunicado que el Gobierno solicitó su cese el viernes pasado y animó a los empleados a "ignorar a los que dudan. Sé que General Motors es una compañía con un gran futuro", señaló el ex ejecutivo, que ocupaba el cargo desde 2000.
La acción de General Motors se desplomaba esta mañana en la apertura de Wall Street alrededor de un 30% después de que la Administración aceptara que la bancarrota de la compañía es una posibilidad real.
Un funcionario del gobierno del presidente Barack Obama confirmó que se había pedido la renuncia de Wagoner como una condición previa a la reestructuración de la compañía.
GM ha recibido US$13.400 millones en préstamos del Departamento del Tesoro y en febrero dijo que necesitaba hasta US$16.400 millones en asistencia adicional. El grupo de trabajo que Obama conformó para que adelantara un plan de reestructuración de la industria automotriz tenía previsto anunciar la salida de Wagoner, junto con recomendaciones para la reorganización de GM, antes del 31 de marzo.
El presidente Obama está dispuesto a otorgar miles de millones en asistencia adicional a GM y Chrysler LLC, pero sólo si todas las partes (incluyendo los sindicatos y los tenedores de bonos) demuestran su disposición a realizar sacrificios.
El lunes, Obama planea dar a conocer la conclusión de su gobierno sobre la viabilidad financiera de las compañías y los pasos necesarios para que las automotrices vuelvan a ser rentables. Es probable que el presidente postergue el otorgamiento de US$21.600 millones en nuevos préstamos para preservar una herramienta de presión en las negociaciones, particularmente con los miles de tenedores que poseen unos US$28.000 millones en deuda de GM.
En declaraciones realizadas el domingo, Obama dijo que espera conseguir "una serie de sacrificios de todas las partes involucradas —la gerencia, los sindicatos, los accionistas, los acreedores, los proveedores, los concesionarios". La industria, afirmó en un programa de televisión de la cadena CBS, debe "tomar serias medidas de reestructuración ahora para preservar un futuro mejor más adelante". Ambas compañías "todavía no han hecho suficiente en ese respecto", añadió.
No se espera que hoy el gobierno presente un plan exhaustivo sobre los pasos que tiene que tomar la industria en los próximos meses y años.
El anuncio, en cambio, expondrá los parámetros de un acuerdo amplio, incluyendo algunos plazos firmes. Se espera que el gobierno mantendrá vigente la amenaza de que las compañías reestructuren sus pasivos en un proceso de bancarrota en caso de que no se alcancen importantes compromisos en el curso del próximo mes.
El grupo de trabajo sobre la industria automotriz del presidente ha pasado más de un mes estudiando los planes de reestructuración que GM y Chrysler presentaron el mes pasado.
El equipo ha tenido dificultades para determinar dos cosas: cuándo concluirá la marcada caída en las ventas de automóviles y cómo estará constituido el mercado una vez que se recupere.
GM, que no ha registrado ganancias desde 2004, ha basado sus planes de reactivación en la suposición de que el mercado estadounidense repuntará para alcanzar un nivel de ventas de 14,3 millones de vehículos al año de aquí a 2011, desde alrededor de 9 millones de vehículos calculados para este año. Muchos analistas ahora consideran que el pronóstico de corto plazo de GM es excesivamente optimista.
Las dos compañías recibieron un total de US$17.400 millones en préstamos gubernamentales en diciembre y han pedido otra dosis de ayuda para mantenerlas a flote por lo que queda del año. De los US$21.600 millones, GM está pidiendo US$16.600 millones más, mientras que Chrysler ha solicitado otros US$5.000 millones.
Entre la montaña de obstáculos que enfrenta el gobierno, uno de los más importantes son los esfuerzos por conseguir extraer grandes concesiones del sindicato United Auto Workers (UAW), así como de los tenedores de bonos.
Los intentos de solidificar los acuerdos con UAW y los tenedores de bonos se han visto frenados por desacuerdos con ambas partes sobre las concesiones que debería realizar la otra parte. El UAW, por ejemplo, insiste que ya hizo concesiones importantes sobre la cobertura de salud en 2005 y 2007 y argumenta que a los tenedores de bonos nunca se les ha pedido ceder en nada.
"No veo cómo el sindicato va a hacer algo hasta que no se percaten en qué van a ceder los tenedores de bonos", dijo una fuente involucrada en las negociaciones en nombre de la UAW.
Según un reporte de The Wall Street Journal, Wagoner aceptó renunciar como parte de un acuerdo para obtener un nuevo paquete de ayuda federal para la empresa fabricante de automóviles con sede en Detroit.
Un funcionario del gobierno de Estados Unidos confirmó que la administración pidió la renuncia a Wagoner como una condición previa a la reestructuración en curso en el interior de la compañía.
(Xinhua)
En un breve anuncio, la firma con sede en Detroit, dijo que "Rick Wagoner está renunciando a la presidencia ejecutiva, con efectividad inmediata".
El gobierno del presidente Barack Obama solicitó la renuncia de Wagoner a su cargo, como condición previa a la reestructuración en curso de la compañía.
Wagoner ha sido el presidente ejecutivo de GM desde el año 2000 y ha administrado la compañía atravesando por unos de sus momentos más difíciles.
Durante los últimos cuatro años, GM ha registrado pérdidas por 82.000 millones de dólares, y casi se declaró en bancarrota a finales del año pasado, antes de que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos proporcionara préstamos de emergencia.
Hasta ahora GM ha recibido 13.400 millones de dólares en préstamos por parte del Departamento del Tesoro, y señaló en febrero que necesitaría hasta 16.400 millones de dólares en ayuda adicional.
(Xinhua)
El presidente de Estados Unidos Barack Obama anunció hoy en la Casa Blanca detalles del paquete de rescate de la industria automotriz y concedió al mayor fabricante de autos del país 60 días para realizar una reestructuración aún mayor.
"Evidentemente preferimos completar esta reestructuración fuera de los tribunales. Sin embargo, GM tomará las medidas que resulten necesarias para reestructurar con éxito la compañía, lo que podría incluir un proceso supervisado por un tribunal", dijo GM en una declaración.
Obama dijo que se espera que los acreedores de la compañía, los accionistas, los trabajadores, distribuidores y proveedores realicen nuevos sacrificios. La administración Obama podría utilizar la solicitud de quiebra para librar a las compañías en problemas de sus mayores dificultades, incluyendo la deuda de tenedores de bonos y el costo de salud de los jubilados.
(Xinhua)
Wagoner, que dirigió a GM durante ocho años, siempre se resistió a la posibilidad de una bancarrota y le restó importancia en público, pese a que la automotriz había calculado que podía sobrevivir una quiebra breve si contaba con el apoyo del gobierno.
Henderson, de 50 años, también aplaudió lo que consideró como el amplio respaldo del gobierno del presidente Barack Obama a la automotriz y dijo que eso le había permitido a GM emprender una reestructuración que hasta hace poco creía imposible. "Confían en que puedo liderar esta empresa dentro o fuera de un tribunal de bancarrota", aseveró.
Henderson y el nuevo presidente de la junta directiva de GM, Kent Kresa, no tienen muchas opciones, luego de que el gobierno despidiera a Wagoner y rechazara públicamente el último plan de reestructuración de la empresa por considerarlo muy limitado y tardío.
El presidente ejecutivo interino prometió cambios "más profundos y rápidos", pero no se alejó mucho de lo señalado previamente por Wagoner a la hora de mencionar estrategias específicas. Minimizó la necesidad de redactar un contrato laboral totalmente nuevo y dijo que la empresa no eliminará más marcas de las ya anunciadas por Wagoner. Agregó que GM se esforzará en mantener una participación de liderazgo en el mercado estadounidense.
El ejecutivo hizo hincapié en que usará todo el respaldo del gobierno para conseguir mayores concesiones de parte del sindicato y los tenedores de bonos no asegurados, los cuales representan juntos obligaciones superiores a los US$50.000 millones.
Henderson fue la mano derecha de Wagoner durante buena parte de la gestión de su antecesor. Estuvo a cargo de reestructurar las operaciones de GM en Asia y Europa, antes de volver a Detroit como director financiero para asumir como director operativo.
Oriundo de Detroit, Henderson jugó al béisbol en la Universidad de Michigan y obtuvo un MBA de la Universidad de Harvard. Su carrera en GM avanzó en forma paralela a la de Wagoner, partiendo en finanzas para luego trabajar un tiempo en Brasil. Hoy vive en un suburbio de Detroit con su familia y sus cinco gatos.
Henderson viaja en vuelos comerciales ahora que GM ha vendido sus aviones corporativos.
En una entrevista realizada en febrero, el ejecutivo indicó que estaba llegando a la conclusión de que GM no podía seguir por el mismo camino que tomó en 2008. Pero aunque mantendrá parte de la estrategia desarrollada por su antecesor, Henderson muestra un deseo de focalizar mejor los esfuerzos de la empresa. "Ser grande sólo ayuda si puedes aprovecharlo", dijo sobre la posición de GM como líder global de la industria automotriz. "Si no, es sólo tamaño".
Henderson manifestó que reorganizará su línea de vehículos para depender menos de las camionetas que empujaron a la empresa a su colapso financiero el año pasado. Insistió en que, de ahora en adelante, casi todos los vehículos deberán "pagar alquiler" y ser rentables.
Durante años, GM ha sido incapaz de extraer ganancias de sus modelos pequeños debido a sus altos costos por unidad. Esto ha generado una dependencia en las ventas de los camiones y los todoterreno. La renegociación de los contratos con los sindicatos, incluyendo un plan de indemnizaciones que se está estudiando, y su experiencia en la filial europea de GM, que no vende camiones ni todoterrenos será clave para alcanzar este objetivo, señaló.
En los últimos años, Henderson negoció contratos laborales significativos y vendió activos importantes para generar efectivo. Más recientemente, trazó los planes de viabilidad necesarios para obtener el apoyo del gobierno.
En una entrevista aparte, Kresa dijo que Henderson está decidido a satisfacer las expectativas del gobierno. "Fritz entiende su misión y está abocado a ella", dijo. Kresa pertenece a la junta directiva de GM desde hace mucho tiempo y también fue director de Chrysler LLC. Añadió que a Wagoner le faltó un apoyo claro.
"La diferencia es que alguien con mucho poder y que nos apoya nos ha dado una misión... Rick nunca tuvo ese mandato", indicó.
El pasado lunes, Obama instó a General Motors a presentar un plan de reestructuración más agresivo para poder optar a los créditos públicos y para ello concedió otros 60 días.
Posibilidad de bancarrota
Con respecto a la necesidad de que GM se declare en bancarrota y suspenda pagos, Henderson ha reconocido que esa opción se producirá el 1 de junio si la empresa no consigue equilibrar su hoja de resultados. "Hay mecanismos para ir rápido pero requieren mucho trabajo. Hay riesgos pero tomaríamos algunas medidas para reducir el riesgo", ha señalado el nuevo presidente de GM.
Henderson, que ayer si hizo cargo de la empresa una vez forzada la dimisión de Rick Wagoner, también se ha referido al futuro de la marca Hummer, propiedad de GM y de la que se quiere desprender mediante una venta. El empreasio ha dicho que tomarán una decisión en las próximas semanas y que el futuro se concentrará en cuatro marcas, Chevrolet, Cadillac, GMC y Buick.
Por otra parte, General Motors ha anunciado que se hará cargo del pago de aquellas cuotas de clientes que se hayan quedado sin trabajo y no puedan hacer frente al fraccionamiento de sus préstamos para la compra de un vehículo.
Previamente, su competidora Ford había anunciado un plan similar para soportar el pago de las mensualidades de aquellos trabajadores que pierdan su empleo.
La misma fuente asegura que ante esta situación se ha convertido en "misión imposible" encontrar un inversor para Opel, que es lo que la canciller alemana, Angela Merkel, ha puesto como condición para habilitar ayudas estatales.
El problema es que un potencial inversor deberá negociar no sólo con General Motors sino también con las citadas entidades financieras. Según informaciones del diario 'Westdeutsche Allgemeine Zeitung', el primer ministro del estado federado de Renania del Norte Westfalia (uno de los 'Länder' que alberga factorías de Opel), Jürgen Rüttgers, ha entablado conversaciones con un potencial inversor en Abu Dhabi.
El emirato ya se convirtió hace pocos días en accionista principal del grupo Daimler y ahora estaría interesado también en invertir en Opel, así como en otras 20 compañías en ese estado federado, asegura el diario. Un portavoz del 'Land' confirmó al citado diario que "está habiendo sondeos".
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha dado a la casa matriz margen hasta el día 1 de junio para presentar un plan de viabilidad. Opel necesita una ayuda financiera de 3.300 millones de euros para salir adelante y busca inversores y la ayuda del Estado alemán.
En su visita a la sede de Rüsselsheim el pasado martes, Merkel hizo hincapié que en estos 60 días trabajará con el Gobierno estadounidense en un concepto de futuro para Opel con el fin de crear una Opel Europa bien equipada para el futuro.
Wagoner se vio obligado a dar un paso al costado ante las presiones del gobierno del presidente Barack Obama, que condicionó la ayuda financiera a que la compañía presente un plan de reestructuración viable para el 1 de junio.
General Motors perdió más de 82 mil millones de dólares en los últimos cuatro años, y en diciembre evitó la quiebra gracias a un préstamo millonario del gobierno.
Sus acciones en Wall Street valían 43 dólares hace un año, mientras que el viernes se cotizaron a 2,10 dólares.
Obama sostuvo que las automotoras cuentan con un "período de tiempo limitado para trabajar con los acreedores, los sindicatos, los accionistas", de modo de lograr reducir sus costos y "justificar la inversión de dólares adicionales".
La automotriz le pidió al gobierno estadounidense otros 16 mil millones de dólares para seguir funcionando.
Al respecto, Henderson sostuvo que "uno de los días más tristes de mi carrera fue cuando necesitamos pedirle dinero prestado a los contribuyentes estadounidenses".
"Estoy completamente convencido que uno de los días más felices de mi carrera será cuando devolvamos el dinero", agregó.
En el reporte de la Casa Blanca se señala que General Motors debe vender 900 mil autos al año para poder cumplir con el pago de retiro de sus empleados.
"El mensaje para todas las partes es que para seguir funcionando en el futuro necesitamos hacer un esfuerzo conjunto.
Necesitamos sacrificarnos como grupo", admitió Henderson.
"Nuestros sindicatos, nuestros asalariados, nuestros intermediarios, nuestros abastecedores, necesitamos tirar todos juntos para asegurarnos de hacer lo necesario en orden de lograr que General Motors sea viable y pueda seguir avanzando", acotó.
Cuando le preguntaron si estaba dispuesto a cobrar un salario simbólico de un dólar durante 2009, tal como lo había anunciado su antecesor, Henderson indicó que su salario fue rebajado en 30%, por lo que este año cobrará "1,3 millón de dólares".
El ejecutivo dijo, por otra parte, que se identifica con el Partido Republicano, al igual que la mayoría de los directores de las corporaciones estadounidenses.
Aclaró que siempre apoya a quien considera que es el mejor candidato presidencial, aunque se negó a decir si en las últimas elecciones votó por Obama o por John McCain.
La propuesta también convertirá en acciones los 13.400 millones de dólares que el Gobierno inyectó desde comienzos de este año en el fabricante de automóviles para que pudiera mantener sus operaciones.
La compañía ya había presentado un plan de reestructuración de su deuda, que incluía la reducción de dos terceras partes de los 28.000 millones de dólares que debe a sus bonistas y la conversion de la mitad de los 20.000 millones de su deuda con el sindicato mayoritario.
Sin embargo, el grupo de expertos designado por Obama para gestionar el plan de rescate del sector de la automoción consideró que es necesaria una mayor reducción de la deuda de la compañía para que ésta sea rentable.
Según las fuentes consultadas, éste sera una de los últimos intentos para evitar que General Motors se declare en bancarrota.
Pocas esperanzas en GM
En cualquier caso, desde General Motors se conservan pocas esperanzas de evitar la bancarrota. El consejero delegado de la compañía, Fritz Henderson, aseguró ayer que cada vez es más probable que la compañía se acoja al capítulo 11 de la Ley de Quiebras (equivalente al expediente concursal español) antes del 1 de junio. La empresa, no obstante, matizó que todavía confía en poder evitar acudir a los juzgados mercantiles si logra que los acreedores capitalicen su deuda.
GM reiteró ayer que durante el primer trimestre de este año necesitará préstamos del Gobierno por 4.600 millones de dólares. La compañía, que ya ha recibido los mencionados 13.400 millones desde comienzos de este año, solicitó el pasado febrero ampliar este importe hasta 30.000 millones, con 16.600 millones más. En esta cifra extra ya estaban incluidos los 4.600 millones que GM volvió a reclamar ayer. Estos fondos adicionales deben ser aprobados todavía por el Gobierno de Obama.
Henderson indicó también que GM se ha dirigido a seis potenciales grupos, industriales y financieros, que han mostrado su interés en la marca Opel. Ésta está integrada en GM Europa y la empresa dirigida por Henderson ya había mostrado su interés de firmar alianzas con socios o dar entrada a terceros en la filial del viejo continente para segregarla.
El ejecutivo expresó su convicción en que el proceso se aclare en cuatro o cinco semanas y descartó que Opel tenga problemas de liquidez. «Desde este punto de vista, nuestro negocio en Europa ha evolucionado mejor de lo esperado, lo cual nos ha ayudado»
La semana pasada el nuevo presidente de General Motors, Fritz Henderson, señaló que su empresa espera que uno de estos posibles compradores de su división europea firmen una declaración de intenciones en las próximas dos o tres semanas.
Según las fuentes consultadas por 'Financial Times', General Motors podría haber solicitado a un inversor el pago de 500 millones de euros en capital que se inyectarían directamente en Opel/Vauxhall. General Motors se ha comprometido a invertir 3.000 millones de dólares en una nueva compañía formada por sus operaciones europeas, en la que Opel abarcará la mayor parte. Asimismo, la empresa ha solicitado 3.300 millones de euros en créditos públicos para esta nueva corporación, que tendrá su sede en Alemania.
General Motors podría mantener una participación minoritaria en este nueva empresa, aunque está estudiando diferentes opciones, como la posibilidad de que los empleados sean los propietarios de una parte del capital, lo que mantendría a la corporación estadounidense como el mayor accionista individual.
Por otro lado, el grupo automovilístico tiene intención de deshacerse de su filial sueca Saab, que se encuentra en situación de suspensión de pagos desde el pasado mes de febrero, por una pequeña cantidad de dinero o sin recibir remuneración con el fin de finalizar la escisión de la marca.
No es lo único que planea realizar la firma que preside Fritz Henderson desde hace poco más de un mes. GM también recortará unas 37.000 horas de trabajo en todo el mundo hasta el final de año.
Mientras tanto, el trabajo en las oficinas de la compañía se multiplica para llegar antes del 1 junio con un plan de reestructuración más agresivo y más acorde con las demandas que exige el presidente de Estados Unidos Barack Obama, para poder acogerse a los créditos públicos.
Henderson está diseñando en una hoja de ruta global que permita acometer profundos recortes de deuda, costes laborales, redes comerciales y marcas para demostrar que puede volver a ser rentable. Todo, por intentar evitar lo que muchos consideran inevitable, que sería la declaración de bancarrota, una posibilidad que incluso el propio gobierno estadounidense vería con buenos ojos.
De momento, el próximo 1 de mayo, la división norteamericana de GM ha confirmado que saldrán de la empresa 1.600 trabajadores con nómina. Una decisión que ha comunicado a todos sus empleados mediante email en el que asegura que el recorte permitirá salvaguardar la viabilidad a largo plazo de la compañía.
El ejecutivo de GM, Handerson, dijo el domingo que la compañía está trabajando en un plan de reestructuración para evitar la bancarrota que implicaría más despidos en un intento por convencer al gobierno de hacer un préstamo de hasta 16.600 millones de dólares más.
Bajo los términos de estos préstamos federales, GM presentó un plan de reestructuración al gobierno en febrero que decía que cerraría 14 de 47 partes de sus plantas de ensamblaje para el año 2012, cinco más de lo planeado previamente. GM también dijo que despediría 47.000 empleados más de los 244.000 empleados a través del mundo.
(Xinhua)
Otras medidas
General Motors ha anunciado otras medidas, como el despido de 21.000 trabajadores en Estados Unidos, la eliminación de la marca Pontiac y el cierre de 16 de las 47 fábricas que posee en EEUU.
El Tesoro estadounidense debe estudiar la tercera revisión del plan de viabilidad de GM. En el supuesto de que las medidas propuestas por la compañía cumplan con los requisitos que exige la administración, el fabricante de coches podrá acceder a las ayudas de la Administración Obama y evitar su desaparición.
En su tercera revisión del plan de viabilidad General Motors ha propuesto a la Comisión de Valores (la Sec) de EEUU una oferta de intercambio de bonos. Concretamente, la empresa ofrecerá 225 acciones comunes del grupo a cambio de cada 1.000 dólares de deuda. Además, el gigante de Detroit suprimirá la marca Pontiac -que será liquidada o vendida si hay alguna oferta que merezca la pena- para centrar todos su esfuerzos en sus cuatro marcas principales, cerrará 13 de las 47 plantas que tiene en EEUU y suprimirá 21.000 puestos de trabajo antes de que finalice 2010.
Con estas medidas GM espera reducir un 25% sus costes en Norteamérica, hasta los 23.200 millones de dólares (1.752,6 millones de euros) en 2010. Los recortes de plantilla anunciados supondrían reducir el número de trabajadores que engrosan las filas del fabricante de coches desde los actuales 61.000 hasta 40.000 personas.
Los inversores muestran su respaldo a las propuestas de GM y respaldan las acciones del fabricante de coches en Wall Street, donde se anotan una espectacular subida del 33,14%, hasta los 2,25 dólares.
"Si eso ayuda a GM Daewoo en el largo plazo, hablaremos de eso con el KDB", comentó Reilly en Seúl.
Funcionarios del KDB dijeron el jueves que el banco estatal estaba considerando elevar su participación en GM Daewoo, donde es el segundo mayor accionista con 28%, por detrás de GM, que tiene 51 por ciento.
Reilly dijo que GM y KDB discutían un posible apoyo financiero para GM Daewoo, pero negó los reportes de medios locales respecto de que KDB solicitó una participación de 30% de GM Daewoo.
"Eso no es verdad", aseguró.
GM Daewoo solicitó préstamos adicionales a los bancos, incluido KDB, su principal acreedor, tras utilizar una línea de crédito de 2,000 millones de dólares.
El miércoles, KDB dijo que los bancos surcoreanos decidieron renegociar el vencimiento de la mitad de los 890 millones de dólares en contratos a futuro de corto plazo en moneda extranjera de GM Daewoo.
GM Daewoo es responsable del diseño e ingeniería de auto pequeños.
Ultimamente ha aumentado el apetito por vehículos pequeños, a causa de la crisis económica global.
GM Daewoo vende casi 90% de sus productos en el extranjero, incluidos Europa y Norteamérica, bajo las marcas Chevrolet, Pontiac, Holden y Suzuki.
GM tiene hasta el 1 de junio para reducir personal y costos de deuda y demostrar su viabilidad, si pretende recibir más ayuda económica de emergencia de parte del gobierno de Estados Unidos para sobrevivir a una crisis que arrastró sus ventas a mínimos de décadas.
RDS
Para que la firma automotriz pueda evitar la corte de bancarrotas, primero debe persuadir a los tenedores de una deuda de la empresa, por 27.000 millones de dólares, que la intercambien por un interés del 10% en sus acciones, una operación considerada como riesgosa.
Además de ello, la empresa automotriz debe alcanzar acuerdos con sus sindicatos, debe anunciar cierres de plantas, debe eliminar o vender marcas de autos y obligar a cientos de concesionarios a salir del mercado.
Todas estas tareas deben alcanzarse en un período de tres semanas.
“Simplemente no considero posible lograr todas estas partes”, señaló Stephen J. Lubben, un catedrático de la Escuela de Derecho de la Universidad de Seton Hall que se especializa en bancarrotas.
GM, que se mantiene a flote con un préstamo gubernamental de 15.400 millones de dólares, tiene como fecha límite impuesta por el gobierno el 1 de junio para completar un plan de reestructuración.
Si no puede concluirlo a tiempo, la empresa seguirá a su rival, la Chrysler LLC, en acogerse al capítulo 11 de bancarrotas, que protege a las empresas de sus acreedores mientras alcanza una reestructuración de sus finanzas.
Pese a que los dirigentes de la empresa indicaron la semana pasada que preferirían lograr la reestructuración afuera de los tribunales, los expertos indicaron que todo lo que GM está haciendo ahora es agrupar a la mayoría de sus accionistas para lograr que la reorganización, supervisada por la corte, se desarrolle de una manera más rápida.
Wall Street mira con mucho recelo los últimos acontecimientos sucedidos en torno a esta compañía, más aún después de las declaraciones efectuadas ayer por el presidente de GM, Fritz Henderson, en las que apuntaba que cada vez ve "más probable" la bancarrota de la compañía, son hoy un lastre insalvable para las acciones del grupo.
A esto hay que sumar el hecho de que varios de los altos cargos de GM hayan comenzado a vender parte de su participación en la empresa, según consta en los registros de la Sec (el equivalente a la CNMV española). Según estos datos, el propio vicepresidente del grupo, Bob Lutz, se ha desprendido de parte de sus acciones personales.
Ford
Ford, por su parte, paga en el mercado la decisión de poner a la venta 300 millones de acciones a un precio de 0,01 dólares (0,007 euros), una medida con la que espera financiar en metálico y no con títulos, una parte de los pagos que tiene que hacer al fondo establecido para cubrir los costes sanitarios de los trabajadores de la compañía retirados.
Según ha explicado Ford, la compañía espera conceder un plazo de 30 días para que las entidades suscriptoras adquieran hasta 45 millones de títulos. Los bancos encargados de gestionar la venta de acciones del grupo automovilístico son Citigroup, Goldman Sach, JPMorgan y Morgan Stanley.
Alana Mulally, consejero delegado de Ford, ha señalado que la empresa continúa "haciendo un fuerte progreso en nuestro plan de transformación, ganando cuota de mercado de particulares con nuevos grandes productos, mejorando la calidad, reduciendo costes y posicionando a Ford para que vuelva a la rentabilidad". Para el ejecutivo, la venta de títulos "es otro ejemplo" de las "rápidas y decisivas" acciones que está llevando a cabo el grupo para mejorar su balance de resultados.
La cadena de televisión CNN dijo que muchos de los concesionarios a los que GM no renovará sus contratos tienen previsto cerrar sus puertas en los próximos meses.
Ayer, Chrysler solicitó al juez del Tribunal de Quiebras de Nueva York que supervisa su suspensión de pagos, que apruebe el cierre de 789 concesionarios en Estados Unidos para ahorrar dinero ante su falta de rentabilidad.
La petición de Chrysler fue respaldada por el Departamento del Tesoro estadounidense que le prestó 4.000 millones de dólares al fabricante desde diciembre de 2008.
El Gobierno estadounidense también le prestó a GM 15.400 millones de dólares.
No serán los únicos. Las cifras que baraja la empresa es dejar su cantidad de concesionarios en 3.600 establecimientos, con lo que es de prever que a lo largo de este año se anunciarán nuevos cierres.
El resto de los ahorros de costes procederá del cierre de plantas y de los planes para vender o cerrar cuatro de las marcas del grupo, que son Saturn, Hummer, Saab y Pontiac.
Acuerdo con los sindicatos
Por otra parte, General Motors y el sindicato de Trabajadores Automotores Unidos (UAW) podrían estar cerca de cerrar un acuerdo para recortar los costes laborales por hora en más de 1.000 millones de dólares al año.
Esta información que recoge el rotativo económico The Wall Street Journal añade más detalles del posible acuerdo, como el posible recorte hasta los 10.000 millones la contribución de General Motors al programa de beneficios de salud de jubilados. Para complementar este aporte, ofrecerá un 39% de la participación de la empresa una vez cerrada la reorganización.
El futuro de General Motors sigue lastrando su cotización, toda vez que el pasado lunes el presidente de la compañía, Fritz Henderson, asegurara que lo más probable es que el grupo se declarara en suspensión de pagos. Por este motivo, a lo largo de esta semana el valor de sus títulos cayera a su nivel más bajo desde 1933 y su capitalización bursátil se desplomara a 500 millones de dólares.
Hoy, sus acciones no salen de terreno negativo. Los títulos de General Motors cotizan en los 1,13 dólares, al depreciarse otro 1,74% más.
Los analistas del mercado siguen considerando que General Motors no logrará esquivar la suspensión de pago y seguirá los pasos tomados por su competidora Chrysler a comienzos de mes. No obstante, Henderson ha asegurado que lo ideal sería “llevar a cabo el plan sin solicitar la intervención judicial” y que “los objetivos marcados por el Gobierno son realizables”.
Mientras tanto, el grupo acelera las negociaciones con sus tenedores de bonos para alcanzar un acuerdo sobre el intercambio de deuda por acciones de la compañía. También, busca cerrar un pacto con los sindicatos que le permita incrementar la reducción de costes laborales.
Henderson ha afirmado que “las ventas de las automovilísticas continuarán débiles debido a los problemas en “la confianza, el crédito y los ingresos de los consumidores”.
Obama apuesta por regular las emisiones
Por otra parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha propuesto que se lleve acabo la primera regulación en Estados Unidos sobre las emisiones de gas de los automóviles. Se trata de un paso más en la estrategia llevada a cabo por reducir las emisiones de gases invernadero y rebajar la dependencia energética del exterior.
Las acciones de General Motors se disparan en la sesión de hoy en Wall Street y se convierten en el principal valor del Dow Jones. Sus títulos se disparan un 9,32%, hasta los 1,29 dólares.
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