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Fidel Castro se encuentra "muy bien" |
El líder cubano, alejado de la vida pública desde 2006 por problemas de salud, se encuentra en muy buen estado físico, aseguró el presidente Hugo Chávez, quien se encontró con él la semana pasada.
Fidel Castro, de 82 años, está "muy, muy bien (...) mucho mejor que todas las veces que lo he visitado en los últimos tres años", aseguró el mandatario venezolano en una entrevista con el canal oficial de televisión local realizada el viernes de madrugada.
Chávez aseguró que durante su encuentro con el líder cubano revisaron temas de América Latina, discutieron sobre el nuevo gobierno de Estados Unidos, de la crisis financiera mundial y del fortalecimiento de la relación Cuba-Venezuela.
"Están pelaos (equivocados)" quienes dan por muerto a Fidel Castro, aseguró el mandatario.
Chávez afirmó que recibió una carta del líder cubano en estos días refiriéndose al vigésimo aniversario del "Caracazo", revuelta social venezolana cuya represión dejó un saldo oficial de 276 muertos y resquebrajó el gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
Este viernes se cumplen 20 años exactos del inicio de estas violentas protestas y saqueos, cuando el pueblo venezolano, según Chávez, "se despertó".
"Lo que ocurrió aquí fue la erupción de un volcán que venía acumulándose desde hace muchos años", explicó el mandatario.
El presidente aseguró que su gobierno está evaluando la posibilidad de indemnizar a los familiares de las víctimas, quienes además de una compensación financiera, siguen esperando sentencias contra los responsables de los abusos cometidos.

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"Claro, él lo planificó para que no quedara registro de nada. Hay unas fotos, que yo las he visto. Me considero en este sentido un humilde privilegiado", agregó.
Según el presidente venezolano, Fidel Castro le mandó cuatro cartas el jueves y en una de ellas le contó esta salida, que realizó del lugar donde se encuentra internado.
Chávez no dio detalles sobre la fecha exacta de esta salida.
"Me dice en una de ellas (de las cartas), que se fue a un lugar por allá lejos. Esto es como un milagro (...) Fidel, desde aquí te mandamos un abrazo y pedimos a Dios por que sigas recuperandote plenamente", declaró Chávez, que considera al líder cubano su mentor político y una especie de padre.
Ninguna fuente oficial ha confirmado esta información en Cuba, donde tampoco los medios se hacen eco de ella.
Chávez visitó a Fidel Castro en La Habana el pasado fin de semana y aseguró haberlo encontrado "mucho mejor" que en otras ocasiones.
El también sociólogo y profesor universitario fue recibido el pasado sábado por Castro, quien se vio obligado a delegar sus cargos por una grave enfermedad intestinal en julio de 2006, fecha desde la que no aparece en la vida pública, y en febrero pasado fue reemplazado en la presidencia del país por su hermano Raúl Castro.
"La verdad, pensé que podía llegar a encontrarme con una persona disminuida, pero lo que encontré fue todo lo contrario", sostuvo Borón sobre la conversación de más de una hora que mantuvo con Castro en un lugar secreto de la isla caribeña.
El politólogo agregó que Fidel estaba vestido con el clásico uniforme de los atletas cubanos, pero con pantalón corto, por lo que "se le veían piernas muy robustas, lo cual demuestra que está siendo muy disciplinado en los ejercicios para su recuperación".
Castro no está en una clínica sino en una residencia con equipamiento médico para una emergencia y con ciertas facilidades para desplazarse y hacer ejercicios, además de una pequeña piscina donde puede nadar, detalló.
La cita tuvo lugar en una sala donde había un escritorio, un ordenador, carpetas con recortes de prensa y una serie de libretas azules, organizadas por temas, donde Castro, de 82 años, anota sus reflexiones.
"El nunca fue un hombre de hablar a gritos y siempre habló pausado. Sigue siendo un auténtico Fidel, que mastica cada sílaba cuando habla", confirmó Borón, quien sostuvo que durante la charla el líder cubano no bebió nada ni fue interrumpido para tomar ninguna medicación.
Según el politólogo argentino, Castro está releyendo la obra de Charles Darwin en el año en el que se conmemoran dos siglos del nacimiento del científico y también se muestra muy interesado en la nanotecnología.
Además, el ex presidente de Cuba se mostró preocupado por el impacto de la crisis global en América Latina, ya que "piensa que el proceso de cierto desplazamiento hacia la izquierda de los últimos años va a estar comprometido" y "teme que venga un reflujo de derecha".
A Castro, quien recibió a la presidenta argentina, Cristina Fernández, en una reciente visita que realizó a la isla, "le impresionó mucho la energía con que defiende sus posiciones", añadió.
A partir de lo conversado con Fidel, a Borón le dio "la impresión de que siente una cierta simpatía por (Barack) Obama pero sin hacerse ilusión" y el líder cubano dijo que el presidente de Estados Unidos "pronto va a descubrir que la presidencia es una cosa y el imperio es otra".
"En este momento la responsabilidad de gobernar es de mi hermano, no mía. Acá hay una sola conducción", remarcó Castro, quien dijo que "no podía permanecer indiferente ante el griterío de la prensa internacional" sobre los cambios en el gabinete cubano.
La semana pasada el general Raúl Castro anunció una sorpresiva reestructuración del gabinete que afectó a once carteras, fusionó cuatro en dos y supuso la salida de ocho ministros, entre ellos Felipe Pérez Roque (Exteriores), y la destitución de Carlos Lage (secretario del Consejo de Ministros).
En el procedimiento Amicus Curiae suscrito por ex presidentes, legisladores y destacadas personalidades, entre ellos 10 ganadores del Premio Nobel, se encontró una herramienta jurídica efectiva para la apelación ante la Corte Suprema, opinó.
Un grupo grande de amigos de la justicia hemos decidido actuar y expresarnos contra las arbitrariedades que caracterizaron el proceso en que fueron condenados esos luchadores contra el terrorismo, agregó.
Alfiorov aseguró sentirse honrado de todos los laureados que expresaron su respaldo para que los abogados defensores cuenten con ese instrumento en la defensa de René González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González y Antonio Guerrero.
En particular me causa admiración que mi amiga sudafricana Nadine Gordimer -ganadora del Nobel de literatura en 1991- se haya sumado, dijo.
Con ella conversé mucho en Estocolmo en 2000, después volvimos a encontrarnos un año después y conozco su nobleza, agregó.
Respecto a la revisión del proceso dijo sentirse esperanzado de que los expertos del Tribunal Supremo de Estados Unidos escuchen todas esas prestigiosas voces y rectifiquen las arbitrariedades.
Los que hemos seguido la historia de este caso, tantas irregularidades, pudiéramos no estar seguros al ciento por ciento del éxito de nuestra gestión, señaló.
Empero, tengo fe en que la justicia prevalecerá, y los Cinco, como se les conoce en todo el mundo, podrán regresar a la tierra que los reconoce como héroes de la lucha contra el terrorismo, consideró.
Las investigaciones de Alfiorov permitieron obtener los primeros diodos rectificados de germanio en la Unión Soviética, así como modelar y fabricar las llamadas heteroestructuras semiconductoras, una unión de materiales con diferentes propiedades electrónicas.
Estos últimos elementos son la base de los diodos láser que se usan en los discos compactos, las impresoras, las celdas solares que emplean las estaciones orbitales y otras ventajas de la vida contemporánea como la telefonía celular.
El encuentro con Prensa Latina propició la evocación de la primera visita a la mayor de las Antillas en 1974 y como el centro que dirige, el Instituto de Física Ioffe, de San Petersburgo, asesoró e impulsó el desarrollo de esta especialidad en Cuba.
Esa cooperación con la Universidad de La Habana (UH) incluyó la formación en Rusia de decenas de estudiantes y el envío de profesores, colaboradores y conferencistas al centro caribeño de altos estudios, que en 1987 le confirió el Honoris Causa.
De entonces acá, he recibido unos 40 doctorados, pero este tiene una significación especial, porque fue el primero, dijo en relación con el título recibido en acto solemne en el Aula Magna de la UH.
Su prolongada convalecencia, que le ha permitido recuperar su salud de forma notable, y su alejamiento de las funciones de gobierno le hacen posible cultivar su insaciable curiosidad intelectual. Pero no es una actitud solipsista, pues está siempre guiada por la necesidad de transformar al mundo y no sólo de contemplarlo. Pocos como él son tan conscientes del desenlace catastrófico al que nos empuja el capitalismo, que convierte al género humano y a la naturaleza en simples mercancías que se transan en el mercado con el excluyente propósito de obtener un beneficio. Una curiosidad intelectual, decíamos, en donde su sólida formación intelectual se ha visto enriquecida por una excepcional experiencia política, que se vuelca en los periódicos artículos en los que analiza los principales aspectos de la escena contemporánea.
Como antes, Fidel vive rodeado de libros y papeles. Recopilaciones diarias de la prensa de los más diversos países lo mantienen informado al detalle de lo que ocurre en todo el mundo, y en sus infaltables libretas va anotando las ideas, comentarios o interrogantes que luego alimentan sus “Reflexiones”. Como en el pasado, su avidez de conocimientos es inagotable, al igual que su pasión por la información exacta y precisa. Soldado de la batalla de ideas, se requiere una pasta especial –poco usual entre los políticos– para luego de regir los destinos de su patria por tanto tiempo renunciar a sus cargos y enfrascarse de cuerpo y alma en su actual misión. “En este momento la responsabilidad de gobernar es de mi hermano, no mía.” No pasó inadvertida a su atenta mirada una cierta incredulidad reflejada en mi rostro, motivada quizá por su durísima declaración pública a propósito de la reorganización ministerial. “Si opiné sobre el recambio de gabinete –dijo– fue por la necesidad de cortar de raíz las habladurías sobre un conflicto entre los hombres de Fidel y los de Raúl. No podía con mi silencio avalar esa bobería.” Y repitió: “Quien gobierna es Raúl. En Cuba mucha gente pagó con su vida el triunfo y la consolidación de la Revolución”. Y, prosigue, “no sólo en la Sierra Maestra y en la lucha contra Batista. También después nos mataron alfabetizadores en Cuba, y todavía lo hacen afuera de Cuba. Lo mismo ocurre con nuestros médicos, que arriesgan sus vidas para hacer realidad el internacionalismo socialista”. Intuyo que esta reflexión estuvo destinada a contextualizar el recambio ministerial de días pasados y a descartar la nada inocente acusación de que en Cuba sólo hay una generación, la de Sierra Maestra, que se jugó la vida y que, por lo tanto, sería la única con derecho a gobernar. Hay varias generaciones que tienen ese derecho y, agrega Fidel, “uno de los grandes éxitos de la Revolución es la enorme cantidad de gente joven, preparada y educada, con que contamos”.
Pero el viejo guerrero está librando otras batallas, lejos del día a día de la gestión gubernamental. Siguió muy de cerca, por la televisión cubana, las discusiones habidas en el XI Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Desarrollo, organizado por la ANEC, un evento único en el mundo donde debaten, sin restricción alguna, economistas neoliberales, keynesianos, poskeynesianos y marxistas. Hubo en esa reunión tres premios Nobel de Economía y una plétora de economistas vinculados con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el BID, diversos ministerios de economía. Fidel recibió las ponencias que allí se presentaron y haciendo un paréntesis en su plan de trabajo leyó varias de ellas con su proverbial meticulosidad. Fue él quien, con esa visión de águila que Lenin tanto admirara en Rosa Luxemburgo, auspició la realización de estos encuentros a mediados de 1998, porque se veía venir el agotamiento y crisis del modelo neoliberal. Entonces le encomendó al presidente de la ANEC (Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba) y uno de sus más estrechos colaboradores, Roberto Verrier, la misión de convocar con la mayor amplitud posible un encuentro de especialistas para discutir la crisis que ya se estaba gestando. El primero tuvo lugar en enero de 1999 y allí estuvo Fidel, sentado en la primera fila y tomando nota de cuanto se decía, interviniendo ocasionalmente, sea con inteligentes comentarios o con filosas preguntas. Estas reuniones se repitieron año a año, pero sus problemas de salud nos privaron de su presencia en los últimos encuentros. No obstante, siempre se las ingenió para estar al tanto de lo que se discutía y leer las ponencias. Pude ver la mía: renglones enteros subrayados, palabras o frases encerradas en un círculo, comentarios al margen, o arriba o abajo. En suma, la obra de un lector metódico y diligente, que sabe de lo que se habla y que está muy al tanto de los temas que le interesan. El nivel de información que maneja es hoy tan impresionante como era ayer, cuando se desempeñaba como jefe de Estado.
Es debido a esto que vio venir la crisis antes que nadie, y ahora se anticipó a los demás al advertir sobre las formas bárbaras que puede asumir la “resolución” capitalista de la crisis. Le pareció convincente el argumento que elaboré en mi ponencia en el sentido de que ésta es más grave que las dos grandes que la precedieron: la “Larga Depresión” de 1873-1896 y la “Gran Depresión” que estallara en 1929. La actual es una explosiva combinación de crisis económica, ecológica, energética, alimentaria, que se despliega teniendo como contexto las ominosas consecuencias del cambio climático. “La gente no se da cuenta de lo que está pasando –musita mientras levanta sus pobladas cejas–, y los medios no informan lo que tienen que informar.” Una crisis que actualiza el viejo dilema que en una época tenebrosa de la historia popularizara Rosa Luxemburgo, “socialismo o barbarie”, y nada más cercano a ésta que la catástrofe ecológica y climática que hoy pone en cuestión la sobrevivencia misma de la vida en el planeta. Pero no hay solución capitalista a esta crisis. Ya en su intervención en el Primer Encuentro de la ANEC Fidel había demostrado, con la rigurosidad de un teorema matemático, que la crisis capitalista en gestación no tendría solución dentro del capitalismo y que, por lo tanto, había que pensar en otra cosa. El socialismo es en la actualidad más necesario que nunca.
“¿Crees tú acaso que el G-20 podrá aportar una solución a la crisis?”, pregunta dando por descontada mi respuesta negativa. “¿Y por qué te parece que invitan a la Argentina, Brasil y México?” Respondo: es una táctica que busca alejarlos de Chávez, asignándoles un protagonismo escénico y retórico pero no real y cuyo mensaje latente es “olvídense del ALBA, ustedes son países grandes y deben jugar con nosotros, no contra nosotros”. Hicieron lo mismo con la crisis de la deuda, en 1982, cuando desalentaron activamente la creación de un “club de deudores” para oponerse al poderoso “club de acreedores” –auspiciado y respaldado por los gobiernos del G-7– prometiendo a cambio un “tratamiento preferencial” para su deuda, promesa que finalmente no se cumplió sumiendo a todos por igual en la crisis. La misma táctica se pone en marcha ahora, con los mismos previsibles resultados.
Está en todos los detalles, y nada del mundo le es ajeno. “Dios –me dijo hace ya unos años– está en los detalles.” Sigue fiel a ese axioma y sigue examinando los datos de la realidad con compulsivo empecinamiento. “Obama es un buen hombre –dice–, pero la presidencia es una cosa y el imperio es otra. Tiene sus leyes, sus intereses, sus relaciones de fuerza.” El hombre al que diez presidentes de la mayor potencia económica y militar de la historia trataron de derribar y, en algunos casos, asesinar, no revela el menor atisbo de resentimiento o de odio. Siente una cierta simpatía por Obama, un joven afronorteamericano cuya sola presencia irrita hasta lo indecible a los muchos racistas y a la derecha radical de Estados Unidos. Pero, conocedor como pocos del imperio, sabe que las resistencias a cualquier iniciativa de cambio serán formidables y que los intereses dominantes no se van a arredrar por las intenciones reformistas de un ocasional ocupante de la Casa Blanca.
Mientras tanto, sigue leyendo y estudiando, como antes o, mejor, más que antes. Comenta que al acervo de conocimiento científico se duplica cada 14 años, y que la tendencia es hacerlo en un plazo cada vez menor. Me sorprende preguntándome “¿Qué buen estudio conoces sobre el pensamiento de Gramsci?”. Mientras proceso mentalmente la lista de los “gramsciólogos” no puedo dejar de pensar al mismo tiempo en cuántos jefes de Estado, o ex presidentes o jefes de Estado, podrían haberme hecho una pregunta similar, referida a Gramsci en el caso de los que se referencian en la izquierda, o a un autor como Hayek para los que se identifican con la derecha. ¿Quiénes? Muy pocos. Probablemente Hugo Chávez. Conclusión: Fidel pertenece a otra galaxia.
(mas...)
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