«« | »» |
Crisis: proteccionismo y batallas cambiarias |
La cámara de representantes ya aprobó la Ley de recuperación y reinversión, el paquete de estímulo fiscal de la administración de Obama.
Entre sus objetivos destacan: “preservar y crear empleos, invertir en infraestructura, eficiencia energética, ayudar a los desempleados, así como proveer a la estabilización fiscal local y estatal”.
Con esa lista tan nutrida de objetivos no puede evitarse recordar el refrán: el que mucho abarca, poco aprieta.
El paquete está respaldado sólo por 819 mil millones de dólares. Desde el punto de vista del tamaño del problema, esa cantidad se antoja modesta.
Un ejemplo: el paquete busca conservar y crear 3 millones de empleos a lo largo de los próximos meses, pero hoy Estados Unidos tiene 11 millones de desempleados.
Para maximizar el impacto sobre el empleo, la ley tiene una sección sobre “compras nacionales”.
Esta parte de la ley establece la prohibición de usar los recursos del paquete en proyectos de construcción, mantenimiento o reparación de un edificio u obra pública “a menos que el hierro y el acero utilizado sean producidos en Estados Unidos”.
Esto es incompatible con compromisos adquiridos en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Para los fundamentalistas comprometidos con el mantra del libre comercio, esta disposición podría resucitar el “espectro” del proteccionismo.
Esos temores ya habían surgido con el rescate de la industria automotriz en Detroit, aprobado en diciembre del año pasado.
Ese salvamento involucra 17 mil millones de dólares y (en el colmo del cinismo) provocó el enojo en Europa y Japón por considerar se trata de un regreso a una política industrial desleal.
Algo positivo de esta crisis es que puede contribuir a poner en su lugar a la OMC.
Después de todo, ese organismo ha causado mucho daño y tiene su dosis de responsabilidad en esta crisis global.
Así que si la recuperación pasa por tirar al tacho algunos acuerdos de la OMC, enhorabuena.
Pero habrá que proceder con cautela.
Las interdependencias económicas existentes complican la aplicación de políticas macroeconómicas para la recuperación.
Una muestra: un crédito fiscal puede llevar a un consumidor al Wal-Mart más cercano, pero eso no quiere decir que compre productos producidos en Estados Unidos.
Si provienen de China, el estímulo al empleo estará en ese país, no en Ohio.
Si observamos que la economía estadunidense necesita 2 mil millones de dólares diarios para poder financiar su déficit externo, podemos concluir que el ejemplo no es una metáfora.
Una creencia muy arraigada es que la Gran Depresión fue provocada por el proteccionismo.
La historia es como sigue.
En 1930 el Congreso estadunidense aprobó la Ley Smoot-Hawley que fijó aranceles astronómicos para más de 20 mil productos.
Las represalias contra las exportaciones de Estados Unidos no tardaron.
El comercio internacional se contrajo de manera dramática, lo que invita a pensar que el proteccionismo fue responsable de la Gran Depresión.
Barry Eichengreen, experto en economía internacional, piensa que la Ley Smoot-Hawley no sólo llegó después del colapso de 1929, sino que no explica la intensidad de la contracción económica estadunidense. Lo mismo opina del papel de las devaluaciones de los años 30, aunque sí redistribuyeron a nivel internacional los efectos de la crisis.
Según Eichengreen, las raíces de la Gran Depresión están más del lado de los bancos centrales que del proteccionismo.
Para los grandes exportadores (Alemania, Japón, China) una guerra comercial sería desastrosa.
Probablemente responderían con medidas muy difíciles de digerir para Estados Unidos. Aunque eso suena catastrófico, la verdad es que la sección “compre nacional” del paquete Obama todavía no constituye una conflagración comercial.
Pero podría ser un detonador.
Es claro que China necesita mantener sus niveles de exportaciones. Las disposiciones de compra nacional en el paquete Obama podrían agravar la presión en China para devaluar.
De hecho, en lugar de seguir apreciando el renminbi (20 por ciento en los últimos tres años), Pekín parece estarse preparando para devaluar. En diciembre el banco central modificó la banda de flotación de la moneda china y los mercados de futuros ya descuentan una devaluación del renminbi de 6 por ciento este año.
Timothy Geithner y Obama han acusado a China de manipular su moneda. Según la ley estadunidense, eso se castiga con represalias comerciales.
Pero deben andarse con cuidado.
La tasa de crecimiento en China ya cayó a niveles insuficientes para mantener en calma el mercado laboral: hay más de 20 millones de trabajadores migratorios que no encuentran empleo. El descontento en las zonas rurales podría salirse de control.
A ver si una vez que se aplaque la polvareda, Washington y Pekín pueden diseñar formas de cooperación que permitan superar la crisis.
Una cosa es segura: no será fácil ni rápido.
Las relaciones económicas internacionales tendrán que reconfigurarse, y el proceso no será sin consecuencias para los acuerdos de la OMC.
Alejandro Nadal

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, memoria, monopolios, multitud, politica.
La víspera el presidente Barack Obama insistió en la urgencia de aprobar el paquete de rescate por valor de unos 920 mil millones de dólares y dijo que la dilación del proceso legislativo podría ser algo catastrófico para el mercado laboral nacional.
Pese al aplazamiento, el líder de la mayoría demócrata en la cámara alta, Harry Reid, se mostró optimista acerca del debate y afirmó que los correligionarios de Obama cuentan con los votos suficientes para dar luz verde a la controversial medida.
Los demócratas necesitan al menos 60 votos del total de los 100 senadores para certificar la propuesta federal, en momentos cuando el país se ve afectado por una ola de despidos y recortes de empleos que ya perjudicó a medio millón de ciudadanos.
La cifra de solicitudes de subsidio por desempleo en Estados Unidos aumentó en 35 mil la semana pasada y llegó a 626 mil pedidos, el nivel más alto en 26 años, informó ayer el Departamento de Trabajo.
Otro informe gubernamental reflejó que en el cuarto trimestre de 2008, las empresas norteamericanas redujeron las horas de labor más que la producción, por lo cual la productividad aumentó a un discreto ritmo anual de 3,2 por ciento.
Esta semana los parlamentarios de la cámara alta aprobaran un paquete de alivio impositivo para compradores de casas por valor de 15 mil dólares para cada individuo, una proposición que agrega 19 mil millones de dólares al plan general de Obama.
Antes el primer mandatario mostró preocupación por el deterioro de la economía norteamericana y se presentó a varias entrevistas de televisión para promover su programa de rescate financiero.
De acuerdo con Obama, el Congreso también debía ayudar a proveer seguro de salud a desempleados, viviendas a prueba de condiciones climáticas extremas y facilitando trabajos buenos para el medio ambiente.
De momento, Rusia, Brasil, Argentina y China ya han subido sus aranceles, alcanzando en muchos productos las cotas máximas que permite la Organización Mundial del Comercio, según advierte el investigador principal de Comercio del Instituto Elcano, Federico Steinberg.
Las subidas varían mucho en función de los productos, pero pueden alcanzar el 10%. Estos procesos llegan en un momento en el que el Banco Mundial prevé una contracción del 2,1% en el comercio internacional.
Los escarceos con el proteccionismo han hecho que muchos vuelvan la mirada a las lecciones de la historia.
En concreto, miran al 17 de junio de 1930 cuando, como reacción al crash del 29, se aprobó el acta Smoot-Hawley.
Un total de 20.000 productos vieron como se aumentaban los aranceles de entrada en EEUU con cifras de hasta el 70%.
Muchos países respondieron con medidas similares y es ahí donde, de hecho, muchos analistas encuentran la explicación a la Gran Depresión.
La OMC, prevé una contracción de 300.000 millones de euros en la riqueza del mundo si proliferan las barreras comerciales, apunta Steinberg.
Estados Unidos
Cuando los republicanos Smoot y Hawley perpetraron su ley fueron muchos los economistas y empresarios, como Henry Ford, que pidieron su retirada.
Lo mismo ocurre ahora con el proyecto de Buy American.
El Senado lo ha moderado, pero los planes de estímulo económico de EEUU sólo podrán adquirir el hierro y el acero de países dentro del Acuerdo sobre Contratación de Obras Públicas de la OMC. China, Ucrania, Rusia, India y Turquía quedan fuera, entre otros.
Especialmente significativo es el primer caso, el principal exportador de acero del mundo. Incluso los empresarios del sector en Europa han puesto el grito en el cielo, ya que temen que los mercados europeos se vean inundados de producto asiático.
China
El 40% de la economía de los países asiáticos depende de las exportaciones y, por eso, China aprobará exenciones fiscales para 3.700 productos.
Pero lo que más se teme en Europa es que un aumento de las medidas proteccionistas obligue a Pekín a otra fuerte devaluación de la moneda.
China se puede verse empujada por las decisiones que están adoptando en países vecinos como India, que ha aumentado sus aranceles a acero, hierro y soja.
Vietnam, por su parte, también ha endurecido sus impuestos sobre el acero, mientras Indonesia restringe la entrada de electrónica, ropa y juguetes.
Europa
Bruselas ha sido muy crítica con cualquier devaneo proteccionista.
El comisario de Comercio, Peter Mandelson, abominaba recientemente de la tentación de caer en estas medidas tanto en Europa como en EEUU y avisaba de que “el mundo Atlántico ya no es el centro económico del mundo”.
Ahora bien, en muchos de los planes de apoyo al sector del automóvil, especialmente en el caso de Francia, se aspira a que se dé prioridad a los componentes de procedencia local.
En Reino Unido el problema es otro.
Las protestas de los trabajadores de las refinerías para evitar la entrada de trabajadores de la UE han sido atajadas con compromisos para estudiar restricciones en el tránsito de la mano de obra.
Movimientos similares pueden brotar en otros lugares.
España
De momento en España, las decisiones de corte proteccionista han sido motivo de un intenso debate interno en el seno del Gobierno, como cuando el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales José Corbacho planteó ponerle coto a la contratación en origen, o como cuando Miguel Sebastián, titular de Industria, pidió a los ciudadanos que dieran prioridad a las compras de productos españoles.
Muchas empresas importadoras criticaron esta última petición.
El director de Coface Ibérica, Juan Saborido, avisa de que “aunque en ocasiones, por circunstancias concretas, un país pueda decidir proteger determinados sectores económicos, las medidas proteccionistas suelen tener efectos adversos negativos sobre el comercio internacional”. En su opinión, se produce “un efecto imitación en otros países que se pueden considerar afectados por las primeras”.
Latinoamérica
Así, en Latinoamérica, destino de buena parte de las inversiones españolas, se prevén medidas de protección en Paraguay (agricultura, pan y calzado),Ecuador (627 partidas) y sobre todo Argentina y Brasil. México avisó de las consecuencias que el plan de Obama pude tener para el Tratado de Libre Comercio del Norte de América.
«« | Inicio | »» |