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Crisis marca diferencias entre los BRIC |
Las economías de Brasil, Rusia, India y China miembros del llamado club BRIC se comportan de manera diferente en medio de la actual crisis, afirman expertos de la agencia internacional de riesgo Standard & Poor´s, escribe hoy el diario ruso Vedomosti.
Analistas de S&P se preguntan hasta qué grado se parecen estas cuatro economías, aparte de su grandeza en lo que respecta al tamaño y al flujo de capital.
Rusia y Brasil tienen un nivel medio de ingresos por habitante, mientras que China e India son naciones pobres.
Estas últimas se ven beneficiadas por la caída de los precios de materias primas, mientras que aquéllas sufren.
La previsión de S&P es que Rusia tendrá este año una inflación del 17,5% y un crecimiento económico negativo del 2% pero en 2010 podrá incrementar su PIB en un 2,3%. Las economías de China, India y Brasil crecerán este año en el 7,3%, el 6,8% y el 2,5%, respectivamente.
La posición de Rusia frente a la crisis es la más vulnerable; la de China, la más ventajosa.
Las exportaciones representan un 43% en el PIB de China, por lo cual su economía se verá afectada por el recorte de la demanda externa, pero este país tiene un bajo nivel de consumo y grandes ahorros que alcanzan casi el 50% del PIB (en Brasil y Rusia, por ejemplo, constituyen el 20%).
Las ventajas de China son el hermetismo de su sistema financiero y el peso insustancial del capital foráneo en el monto de los créditos (un 5% frente al 30% en el caso de Rusia).
China pretende gastar 585 mil millones de dólares en un programa bienal de estímulos económicos que contribuirá a reorientar la economía hacia la demanda interna. También podría usar activamente incentivos fiscales que en las condiciones de Rusia no harían sino espolear la inflación.
Frank Gill, de S&P, constata que, en general, Rusia posee menos herramientas para hacer frente a la crisis aunque también tiene ciertas ventajas, tales como el bajo nivel del endeudamiento público.
El economista ruso Evgueni Gavrilénkov, de la inversora Troika Dialog, señala que la crisis no ha cambiado la estructura de las economías BRIC, diferentes desde un principio.
Potencialmente, Rusia se encuentra en una posición más ventajosa que China dado que ésta depende de la demanda externa de sus productos.
En cuanto a Rusia, "está conectada al mundo por tres tuberías que trasiegan el crudo, los derivados del petróleo y el gas cuya demanda no es tan elástica".

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Este año las exportaciones de Gazprom disminuirán hasta 170 mil millones de metros cúbicos y los precios bajarán hasta 280 dólares por 1.000 metros cúbicos. Es decir, los ingresos máximos por exportaciones se ubicarán en 47,6 mil millones de dólares. Al propio tiempo, el vicepresidente de Gazprom, Alexandr Medvédev, no descartó que los ingresos se sitúen en los niveles más bajos y no superen 42 mil millones de dólares.
El multimillonario ruso hizo esta declaración en Davos (Suiza), donde la víspera finalizó la nueva edición del Foro Económico
Los cambios estructurales que han tenido lugar en la economía, a su juicio, "conducirán a una situación totalmente distinta a largo plazo". Por otro lado, los intereses nacionales van a restringir en el próximo quinquenio el acceso a la energía barata. China, los países del Oriente Próximo y Rusia van a aumentar su protagonismo en el mercado del aluminio.
Deripaska augura para el año 2011 "fuerte escasez de alúmina en la región del Atlántico". Los precios del aluminio, habida cuenta de las amplias existencias y la baja demanda a día de hoy, podrían estabilizarse hacia finales de este año a un nivel de 1.600 dólares por tonelada, después de lo cual crecerían a un ritmo anual de 100 dólares por tonelada, dijo.
Creado en marzo de 2007, el grupo Rusal controla actualmente un 12% del mercado global del aluminio y un 15% del de la alúmina. Sus productos se exportan a 70 países.
Esa situación no representa una buena noticia para los inversionistas que apuestan grandes sumas a la evolución del precio del petróleo. Pero hay un grupo de operadores que está tratando de sacarle partido a las ligeras oscilaciones de precios en el caleidoscopio de grados de crudo existente el mercado petrolero, las ubicaciones de las entregas, los horarios de entrega y tipos distintos de productos acabados, desde gasolina a combustible de aviación.
BlueGold Capital Management LLP, un fondo de cobertura londinense de US$1.200 millones, obtuvo el año pasado retornos de 209% al pronosticar correctamente el alza y colapso del petróleo. Últimamente, su presidente ejecutivo, Dennis Crema, dice que ve "muchas oportunidades" en las así llamadas operaciones de valor relativo.
Este tipo de operación puede ser traicionera si los precios evolucionan en sentido contrario. Pero ha habido algunas apuestas ganadoras. Un ejemplo: con los tanques de almacenamiento casi a capacidad plena en Cushing, Oklahoma (el punto de entrega del crudo Nymex), el precio del barril de referencia para EE.UU. recientemente cayó muy por debajo del crudo Brent, su par europeo. Quien hubiera apostado al alza del crudo Brent o a la baja del Nymex habría ganado dinero, ya que a mediados de enero la diferencia era de US$9 por barril.
De modo similar, el precio por barril de los futuros Nymex de gasolina siguió los pasos del crudo el año pasado, reflejando la anémica demanda de gasolina en EE.UU. Esa tendencia se revirtió con el año nuevo, con los futuros de la gasolina subiendo a una prima de US$11 por barril por encima del crudo la semana pasada.
Los operadores que vendieron crudo y compraron futuros de gasolina a fines del año pasado habrían salido ganando, aunque la negociación de futuros de gasolina se ha mostrado inestable.
Así que mientras los precios del petróleo cayeron 6,5% el mes pasado, BlueGold, que supo sacarle provecho a estas y otras operaciones de valor relativo, subió un 13%, dice Crema, antiguo corredor en Vitol Group, el mayor operador de crudo físico del mundo. Hace uno año ayudó a fundar BlueGold. El lunes, el crudo de referencia Nymex de marzo cerró a US$40,08 el barril, un declive de US$1,6, o 3,8%.
No todo el mundo saldrá ganando con los movimientos de precios, que son volátiles y no tienen una dirección clara. Los fondos que siguen las tendencias del mercado, que normalmente tienen una fuerte presencia en los commodities, subieron 14% el año pasado leyendo tendencias claras en los precios. En enero, su desempeño fue insípido, según datos preliminares de BarclayHedge Ltd., una firma que monitorea datos de los fondos de cobertura, sin lazos con Barclays PLC.
"Nunca hemos visto tanta tranquilidad en el mercado energético", dice Michael Clarke, presidente de Clarke Capital Management Inc. en Hinsdale, Illinois, una firma de futuros gestionados que administra US$280 millones cuyos fondos ganaron más de 55% en promedio el año pasado. Clarke dice que los modelos computacionales que usa sencillamente no han detectado ninguna buena oportunidad para volver a entrar en el mercado de futuros del petróleo.
No obstante, los datos más recientes sugieren que los países emergentes como conjunto se contrajeron a fines del año pasado y el declive parece persistir en lo que va de este año.
El súbito cambio de dirección ha tomado por sorpresa a autoridades e inversionistas.
En cuestión de meses, los indicadores de crecimiento de comercio y producción industrial en varios países pasaron de caídas moderadas a abruptas, e incluso la demanda interna se ha visto perjudicada.
Las economías asiáticas registraron los mayores declives, pero el bajón también quedó en evidencia en América Latina y Europa del Este.
Taiwán, por ejemplo, anunció el lunes que sus exportaciones de enero se derrumbaron un 44% frente a igual lapso del año anterior, ubicándose en su nivel más bajo desde 2005.
La semana pasada, Brasil divulgó un descenso histórico de 12,4% en su producción industrial de diciembre respecto al mes anterior, lo cual sorprendió al país y obligó a su presidente a salir a tranquilizar a los mercados.
"La magnitud del deterioro es drástica", asevera Amer Bisat, de la firma de inversión Traxis Partners en Nueva York. "Estamos actualizando las cifras constantemente, haciendo revisiones hacia abajo a un ritmo sin precedentes".
Los datos negativos han mantenido bajo presión a las monedas en muchos mercados emergentes. En lo que va del año, el rublo ruso y el florín húngaro se han debilitado alrededor del 14% contra la moneda estadounidense.
La semana pasada, el peso mexicano llegó a un mínimo histórico contra el dólar, lo que llevó al gobierno a intervenir en el mercado de divisas.
Los datos sombríos no han impedido un alza en algunas bolsas de mercados emergentes.
Ello sugiere que los inversionistas apuestan a una rápida mejora en las condiciones económicas y a un mayor apetito por los activos riesgosos.
En lo que va del año, Brasil y China subieron más de 10%, mientras que la bolsa india cayó levemente y la de Rusia se hundió 10%.
Tras perder más de la mitad de su valor en 2008, el Índice MSCI de Mercados Emergentes ha caído menos de 1% en términos de dólar en lo que va del año.
Los mercados emergentes estuvieron lejos del epicentro de la actual crisis financiera y sus sistemas bancarios gozan de una salud relativamente buena.
Sin embargo, están luchando con una serie de reveses: un descenso del comercio, flujos de capital cada vez más escasos, y una caída en los precios de los commodities. La demanda doméstica también se está contrayendo.
¿Adiós al amortiguador?
Eso está suscitando dudas sobre la creencia general que señala que estos países podrían amortiguar la desaceleración global. J.P. Morgan predice que al menos 11 economías emergentes —Corea del Sur, Taiwán, Rusia, Turquía y México, entre ellas— se contraerán en 2009, y que otras cuatro no crecerán.
Brasil es la prueba más reciente del cambio de fortuna.
Tan sólo el mes pasado, su ministro de Hacienda predijo "resultados económicos buenos" y un crecimiento del PIB de 4% en 2009 para la mayor economía de América Latina.
Pero los economistas del sector privado están revisando sus pronósticos, y ahora muchos prevén que este año el crecimiento será nulo o mínimo.
Thomas Lee, presidente la asociación de importadores de máquinas y equipos pesados de Brasil, dice que las ventas de tornos y prensas industriales han bajado un 30% respecto a sus niveles normales, la peor caída que ha visto en 15 años.
"No hay necesidad de maquinaria nueva, porque la producción está cayendo", dice.
La mayoría de las máquinas pesadas se vende a las automotrices de Brasil, que registraron una caída en las ventas de un 30% desde septiembre.
De todos modos, el índice bursátil de referencia de Brasil, el Bovespa, ha subido 14% en lo que va del año, al cierre del viernes.
"Todos saben que mientras más empeore la economía, mayor deberá ser el recorte de las tasas de interés del banco central", dice Geoffrey Dennis, estratega bursátil para América Latina de Citigroup.
Economistas y analistas señalan que el panorama podría mejorar en el segundo semestre.
Los mercados emergentes "sufrirán junto al resto del mundo, sin duda", señala Antoine van Agtmael, quien supervisa US$8.600 millones en Emerging Markets Management.
Pero "retomarán el camino del crecimiento más rápido que los mercados principales".
"Todas nuestras peores pesadillas se están haciendo realidad, una después de la otra", lamenta Julio Mayol, un agrónomo que trabaja en la compañía de Grobocopatel, Grupo Los Grobo SA.
Durante casi seis años, las alzas en los precios de los commodities y un clima favorable fueron una bendición para empresas y gobiernos a lo largo de América Latina. Aparecieron magnates de los recursos naturales, las aldeas mineras y pueblos petroleros de la costa experimentaron un crecimiento asombroso y los inversionistas extranjeros se lanzaron en tropel a comprar acciones de empresas latinoamericanas cuyos nombres apenas podían pronunciar. Los gobiernos pagaron deudas e invirtieron generosamente en programas sociales. El crecimiento económico de la región promedió 5% entre 2003 y 2008, frente al 3,5% durante las tres décadas anteriores.
Un alto precio
Ese ciclo, sin embargo, ha dado un giro repentino. Los precios de la soya, el cobre, el petróleo y el mineral de hierro —los principales sustentos de la región— se han desplomado a medida que la crisis de la economía global frena la demanda. Grandes inversiones en recursos naturales, incluyendo un proyecto de refinería de US$1.000 millones en Perú y una expansión minera de US$2.000 millones en Brasil, están siendo revisados o archivados. Los agricultores que apostaron a que los precios de los granos continuarían subiendo están viendo cómo sus equipos de cosechadoras y tractores son embargados. El Fondo Monetario Internacional proyecta que la región crecerá apenas 1,1% este año, una tasa insuficiente para una población cada vez mayor.
Brasil está pagando un alto precio por depender de recursos naturales como el mineral de hierro y la soya para el 40% de sus exportaciones. El empresario minero y energético Eike Batista, quien en medio del boom pasó a ser el hombre más rico del país con un imperio valorado, según él, en US$16.000 millones, ha visto cómo el valor de sus posiciones se ha reducido a la mitad desde que se desatara la crisis financiera.
El otrora enorme superávit comercial de Brasil pasó a territorio negativo en enero. Con empresas como el gigante minero Vale eliminando empleos, Brasil perdió más puestos de trabajo a fines del año pasado que en cualquier momento de los últimos 16 años.
Los grandes productores de petróleo y gas de la región —Venezuela, Bolivia y Ecuador— también han sido golpeados. Ecuador, por ejemplo, hace poco entró en cesación de pagos de algunos de sus bonos extranjeros, en parte porque su presidente los consideraba "ilegítimos" y también debido a que los menores precios del crudo se traducirán en menos ingresos para pagar la deuda. Se proyecta que su economía se contraerá entre 3% y 4% este año.
En Argentina, el gobierno peronista de la presidenta Kirchner ha pasado a depender de empresas agrícolas competitivas a nivel mundial, como Los Grobo, como una fuente importante de ingresos. El año pasado, la soya y sus derivados representaron cerca del 25% de las exportaciones de Argentina. El gobierno cobra un impuesto de 35% a las exportaciones de soya, que el año pasado generaron alrededor del 10% de la recaudación tributaria del país. Estados Unidos y Europa, en cambio, apuntalan sus industrias agrícolas con fuertes subsidios.
Tensiones políticas
Como resultado, los problemas que aquejan a empresas como Los Grobo podrían, indirectamente, provocar tensiones políticas. La soya ha sido la espina dorsal de la economía argentina. Los US$7.000 millones generados por los impuestos a la soya el año pasado fueron casi equivalentes a los subsidios que el gobierno de Kirchner distribuyó para que la electricidad y el transporte público siguieran siendo baratos. Durante los últimos dos meses, a medida que el colapso del precio de la soya empezó a sentirse, Kirchner ha subido los precios de la electricidad y el metro, provocando demandas judiciales y protestas esporádicas.
Ahora que importantes pagos de deuda argentina están por vencer, Kirchner lucha por conseguir dólares para compensar las menguantes ganancias de la soya. Una consecuencia es que la Administración Federal de Ingresos Públicos, el organismo encargado de los impuestos, está estudiando mandar cartas a 500.000 contribuyentes para informarles sobre una amnistía para los que paguen impuestos sobre dinero no declarado anteriormente.
Algunas de las medidas de emergencia del gobierno podrían complicarles la vida a Los Grobo. En octubre, Kirchner nacionalizó los fondos de pensiones privados con activos de US$26.000 millones, incluyendo la mayor parte de los US$20 millones de deuda que Los Grobo emitió en 2007. El gobierno sostiene que los fondos privados no se esmeraron en su labor de administrar los ahorros de los argentinos.
Por ahora, el gobierno se ha negado a bajar el impuesto a las exportaciones de soya. "En este escenario de precios bajos y sequía", muchos agricultores quebrarán, augura Grobocopatel. En las últimas semanas, ha habido algunas manifestaciones contra el impuesto. Algunos productores rurales en el pueblo de Tornquist arrastraron dos vacas muertas, víctimas de la sequía, hasta una intersección y colocaron un gran letrero que decía:
"Hoy son ellas. Mañana ¿?"
El secretario de Agricultura, Carlos Cheppi, dice que el gobierno ha otorgado decenas de millones de dólares en ayuda. También insinuó que los agricultores exageran sus problemas y siempre se quejan del gobierno.
Los Grobo es dueña de sólo una pequeña porción de la tierra que cultiva. Arrienda la mayor parte, pagándoles a sus dueños una tarifa fija o una parte de la cosecha. Este año, la compañía ha cultivado 270.000 hectáreas, incluyendo terrenos en Uruguay, Paraguay y Brasil. Además de soya, produce maíz y trigo y provee servicios agrícolas. La empresa proyectó ventas de aproximadamente US$800 millones este año.
El precio de la soya alcanzó un máximo de US$600 la tonelada en julio de 2008 para luego empezar a caer a medida que la crisis financiera empeoraba. Los precios repuntaron un poco este año, antes de volver a desplomarse a cerca de US$365 la tonelada.
Impacto devastador
Grobocopatel, un ingeniero agrónomo de 47 años, asegura que la sequía augura "un gran deterioro de la producción". La cosecha de soya de Argentina, que según los pronósticos iniciales se iba a disparar este año, caerá más de 10% con respecto a los niveles del año pasado, según Agritrend S.A., una consultora de Buenos Aires. Las cosechas de trigo y maíz también disminuirán este año 45% y 35%, respectivamente, según la firma. Pablo Giorgi, el gerente de planificación de Los Grobo, dice que la sequía podría tener un impacto "devastador" en los resultados de la empresa. Los costos de cultivo, arrendamiento de tierra y fertilizantes de Los Grobo siguen siendo extraordinariamente altos esta temporada, explica. La razón es que fueron fijados a mediados del año pasado, durante el apogeo mundial de los commodities.
Aun así, Grobocopatel se muestra optimista respecto a la soya en el largo plazo porque espera un continuo crecimiento de China, el principal mercado de Argentina. "Los chinos no van a dejar de comer", insiste.
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