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Los nubarrones acechan a Citigroup |
El grupo financiero Citigroup vive momentos difíciles por la crisis que azota al sistema financiero mundial, ya que analistas estiman que reporte enormes pérdidas en el cuarto trimestre del 2008, lo que ha avivado los rumores de la posible renuncia de su presidente ejecutivo, Vikram Pandit.
El diario The New York Times publicó este lunes que los reguladores financieros han presionado al banco para hacer ajustes en su directorio, en un esfuerzo para restaurar la confianza de los inversionistas.
Argumentan que Citi debe estimular la independencia de sus ejecutivos de cara a la reestructura que enfrenta Wall Street.
El NYT señala que el banco podría tener pérdidas que superen los 10,000 millones de dólares.
Por su parte, el periódico The Wall Street Journal informó que Richard Parsons, principal director independiente de Citi, no ha perdido la fe en Vikram Pandit y desmintió su salida del banco.
El diario indica que Citigroup, que cuenta con más de 300,000 empleados en más de 100 países, es una de las mayores entidades financieras del mundo. Sin embargo, su valor de mercado, que alcanza los 37,000 millones, es inferior al de empresas mucho más pequeñas, como US Bancorp.
Los crecientes problemas de Citi han intensificado la presión sobre Pandit. El ejecutivo no ha conseguido frenar la hemorragia financiera, pese a una inyección de 45,000 millones de dólares en noviembre que dejó al gobierno de Estados Unidos como el mayor accionista de la compañía, explica el WSJ.
Pandit, quien este miércoles cumple 52 años, ha calificado el primer trimestre actual como una situación de vida o muerte en la que Citigroup necesita obtener una ganancia.
Al mismo tiempo, la junta directiva está en medio de un proceso de cambios. El viernes, el director y ex secretario del Tesoro Robert Rubin, uno de los aliados más leales de Pandit, anunció su retiro. Más salidas son posibles.

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El ex secretario del Tesoro estadounidense Robert Rubin anunció el viernes su renuncia inmediata a su cargo de asesor especial sin función ejecutiva que ocupaba en el importante grupo bancario.
Ferviente partidario del modelo de “banca universal” (un grupo presente en todos los tipos de actividades bancarias) desarrollada por la empresa, Rubin es muy criticado por su responsabilidad en el hundimiento del grupo al que asesoraba desde hacía cerca de diez años.
Inmediatamente de la oficialización de la salida de Rubin, “The Wall Street Journal” publicó en su sitio de internet un artículo en el que se afirma que Citigroup estaría considerando vender su filial Smith Barney a un comprador, que podría ser el banco Morgan Stanley.
Según el diario, la operación podría pasar por la conformación de una compañía compartida entre los dos grupos.
Citando a “varias personas al tanto de las conversaciones”, el diario “The New York Times” hablaba ayer de “un posible acuerdo” sobre la venta “de una parte” de Smith Barney a Morgan Stanley “a partir de la mitad de la semana próxima”.
Como parte del acuerdo, Morgan Stanley abonaría una determinada cantidad a Citigroup a cambio de mantener una participación mayoritaria en la empresa conjunta y tener el derecho de aumentar ese porcentaje en un futuro.
Citigroup era el mayor banco estadounidense por capitalización bursátil antes de estallar la crisis crediticia, estudia ahora estrategias empresariales para recuperarse de sus problemas financieros, que le llevaron a caer en bolsa el 75% durante el último año.Según The Wall Street Journal, el banco también sopesa la venta del Grupo Financiero Banamex, de México, y que uno de sus posibles compradores podría ser JP Morgan Chase.
Horas antes Citigroup informó que el ex secretario del Tesoro de EUA Robert Rubin renunció como asesor y miembro del consejo de administración.
El ejecutivo fue duramente criticado por su decidida apuesta para que el banco estadounidense asumiera más riesgos con instrumentos de deuda respaldados por hipotecas, lo que llevó a la entidad a incurrir en cuantiosas pérdidas. La crisis de confianza en el banco llevó a un desplome de sus acciones en bolsa, poco antes de que Washington decidiera aumentar hasta $45,000 millones su inversión en la compra de esos instrumentos, que se han convertido en incobrables tras la crisis inmobiliaria y crediticia en este país.
Fuentes cercanas a la situación consultadas por este diario, Citigroup estudia colocar los activos no deseados y otros negocios valorados en más de 600.000 millones de dólares –una tercera parte de su balance- en una unidad aparte, con el objetivo de aislarlos de la parte más rentable del banco. Entre los negocios que también podrían separarse del banco se encuentran la financiación al consumo o las tarjetas de crédito. Además, Citigroup también pretende reducir de manera significativa su actividad de operativa en mercados (proprietary trading), por las elevadas cantidades de capital que consume.
Los expertos consultados por Financial Times aseguran que esa nueva unidad permanecería en los libros del banco que sus resultados serían publicados de manera separada del resto del negocio con el objetivo de convencer a los inversores sobre la viabilidad de la compañía. Además, señala que el objetivo de Citigroup es poner a la venta esta unidad, bien por parte, o en su conjunto, una vez que las condiciones de los mercados mejoren.
La entidad estadounidense ha estado bajo presión para ampliar capital por parte del Gobierno de Estados Unidos y a diversificar su negocio después de ser rescatado en noviembre. Citigroup, que ha tenido más de 50.000 millones de dólares en provisiones, presentará previsiblemente pérdidas elevadas la próxima semana, cuando revele sus cuentas correspondientes al cuarto trimestre.
El negocio principal del banco incluirá las operaciones comerciales en todo el mundo, mientras que su negocio de corretaje –Smith Barney- pasará a formar parte de un joint venture controlada por Morgan Stanley.
Ahora Wall Street espera impaciente a ver si sus mayores temores se cumplen y finalmente Citigroup es nacionalizado completamente este fin de semana, más después del rescate este viernes de Bank of America y de la fusión a la desesperada de u unidad de corretaje –Smith Barney- con la de Morgan Stanley, operación que fue cerrada el pasado martes y por la que Citigroup recibirá 2.700 millones de dólares.
Además, Pandit ha anunciado hoy que planean vender su unidad de crédito al consumo, CitiFinalcial y su filial japonesa Nikko Asset Management a fin de poder salir a flote. Y es que Citigroup ha perdido un 77% de su valor en bolsa en 2008 y se vio obligado a aceptar 45.000 millones de dólares del fondo de rescate del gobierno a fin de no seguir los pasos de Lehman Brothers, que quebró el pasado mes de septiembre. Así mismo, informó de que "por motivos de gestión" dividirá el banco en dos negocios separados, Citicorp y Citi Holdings con el objetivo de maximizar el valor del banco y restaurar su rentabilidad.
Incluso hay fecha para ello: este fin de semana.
Lo cierto es que el comportamiento de Citi recuerda a los movimientos previos a la caída de Lehman y a las ventas forzadas de Merrill Lynch (a Bank of America) y Morgan Stanley (a Mitsubishi UFJ) durante el pánico de octubre. El valor se ha desplomado el 45,7% en bolsa en sólo cuatro días, hasta los 3,89 dólares en que cerró anoche. No hay que olvidar que esta caída se añade al 77,2% perdido en 2008, lo que arroja un descenso acumulado del 86,8%.
Y no se trata sólo de la bolsa.
El CDS (credit default swap, seguro contra el riesgo de impago), que se había tranquilizado notablemente después de la entrada del Estado en su capital a finales de noviembre, ha vuelto a dispararse: ayer alcanzó los 400 puntos básicos, su nivel más alto desde ese rescate, aunque cerró en 367. Un CDS de 400 significa que hay que pagar 400.000 dólares para cubrir bonos del banco por valor de 10 millones, e implica que los inversores creen que hay un elevado riesgo de que Citi no sea capaz de pagar su deuda.
Esta espiral negativa se ha desatado a raíz del proceso de 'desguace' del banco norteamericano, que ha comenzado con la venta de su broker Smith Barney a Morgan Stanley.
El mercado ha interpretado que esta decisión de vender los distintos negocios del banco indica una necesidad urgente de captar capital como sea y a cualquier precio. Citi ha adelantado la publicación de sus resultados trimestrales a hoy, y se espera que anuncie unas escalofriantes pérdidas que pueden alcanzar los 10.000 millones de dólares.
Las autoridades consideran "sorprendente" una nacionalización
Respecto a la posibilidad de una nacionalización, la presidenta del FDIC (equivalente en EEUU al Fondo de Garantía de Depósitos), Sheila Blair, declaró ayer que "me sorprendería mucho la nacionalización de un banco norteamericano", aunque afirmó no poder hablar sobre el tema con la prensa.
El rumor de que la nacionalización se producirá este fin de semana se debe a que la quiebra de Lehman Brothers se confirmó el lunes, el 15 de septiembre, después de un fin de semana de intensas negociaciones para tratar de salvar la entidad. Asimismo, la inyección de 40.000 millones de dólares de dinero público en Citi fue anunciada otro lunes, el 24 de noviembre, también después de un fin de semana frenético.
Los temores a una nacionalización de Citi se agravan con otras noticias como la posibilidad de que su gran rival, Bank of America, reciba otra inyección de capital público similar a los 25.000 millones que ya le ha insuflado el plan de rescate norteamericano (TARP), con el fin de afrontar la integración de Merrill Lynch. Otros medios señalan que el Gobierno le adjudicará garantías de activos por 200.000 millones.
El valor se desplomó ayer el 18,43% y llegó a bajar un 25% durante la sesión.
La publicación de los resultados de Citigroup ha deparado además una noticia 'bomba', de no haber sido porque el mercado ya había descontado recientemente esta posibilidad. El banco ha acordado su desmantelamiento.
El que fuera el mayor banco del mundo ha puesto punto final al modelo de 'banca universal'. Se dividirá en dos unidades, Citicorp y Citi Holdings. La primera, Citicorp, integrará los negocios de banca privada y de inversión, banca de consumo y tarjetas de crédito. La segunda, Citi Holdings, aglutinará los negocios no estratégicos y más 'problemáticos', de mayor riesgo, del grupo.
La escisión "ayudará en nuestros esfuerzos por mejorar los balances y simplificar la organización, lo que nos permitirá ofrecer un mejor servicio a nuestros clientes", ha asegurado en un comunicado el máximo directivo de la entidad, Vikram Pandit.
En las jornadas previas, el mercado ya había descontado la posibilidad de una división del banco. En meses anteriores, incluso, los rumores llegaron a apuntar a la opción de la venta, total o parcial, de la entidad, como solución extrema a la crisis que sufre.
Citigroup ha realizado el anuncio oficial de la reestructuración del banco coincidiendo con la publicación de sus resultados del cuarto trimestre de 2008. Las previsiones de los analistas invitaban poco al optimismo, pero los números rojos han superado los peores augurios.
Los tres últimos meses del pasado año arrojaron unas pérdidas de 8.290 millones de dólares en Citigroup, equivalentes 1,72 dólares por acción. Los pronósticos del mercado limitaban esta cifra a 4.490 millones de dólares, 1,31 dólares por acción. Estos números convierten a 2008 en el peor año en la historia del banco estadounidense.
En una jornada como la de hoy, la sorpresa negativa de sus cuentas queda completamente eclipsada, por las esperanzas que suscita la escisión del grupo, y por el contagio del rescate de Bank of America. En la preapertura de Wall Street, las acciones de Citigroup logran un rebote del 11%.
La entidad, que ha adelantado casi una semana la fecha de publicación de sus cuentas, informó de que "por motivos de gestión" dividirá el banco en dos negocios separados, Citicorp y Citi Holdings con el objetivo de maximizar el valor del banco y restaurar su rentabilidad.
En el cuarto trimestre del ejercicio, Citi sufrió pérdidas de 8.294 millones de dólares (6.245 millones de euros), un 16% menos que en el mismo periodo de 2007, mientras que sus ingresos descendieron un 13%, hasta los 5.595 millones de dólares (4.213 millones de euros), lastrados por los más de 12.100 millones de dólares (9.104 millones de euros) asumidos por pérdidas de crédito y provisiones.
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