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Las ruinas de Gaza |
Para Israel y los judíos universales, después de la masacre militar, el mundo sigue andando. El secreto, es el "silencio": seguir la vida como si nada. La dirigencia, la sociedad israelí y las comunidades judías del mundo siguen la misma dinámica de las potencias y de la prensa imperial: Gaza nunca existió.
La matanza de miles de niños, mujeres y hombres palestinos, la destrucción de un país empobrecido, martirizado y en catástrofe humanitaria, fue solo una anécdota.
A diferencia de la derrota en el Líbano, esta vez no hay críticas ni autocríticas: El aparato militar israelí salió de casa, mató seres humanos durante 22 días consecutivos, y volvió a su rutina habitual como si hubiera estado de vacaciones.
Los pilotos judíos que arrojaron bombas de racimo y fósforo blanco sobre niños, mujeres y ancianos, regresaron a su rutina diaria, a sus familias y a sus hijos, casi sin despeinarse.
Sin comentarios: Los cadáveres de Gaza son etéreos y ni siguieran pesan sobre las conciencias.
Esta vez la estrategia parece ser "en boca cerrada no entran moscas". Y la dinámica parece extenderse a las potencias sionistas "protectoras" que ahora andan preocupadas por la "reconstrucción" de Gaza y por un nuevo "proceso de paz".
Por supuesto, que no incluya a Hamás ni al resto de las organizaciones de la resistencia que quedaron maltrechas pero en pie y sin renunciar a la guerra contra el invasor.
La consigna parece ser: Si hay muertos que no se noten, y si hay derrota que pase lo más desapercibida posible.
Israel perdió la guerra por una razón sencilla: Después de asesinar y masacrar a civiles indefensos durante 22 días consecutivos, no consiguió los dos objetivos centrales de la operación militar de exterminio: Descabezar a Hamás y terminar con los arsenales y cohetes de la resistencia palestina.
El martes, mientras asumía Obama en USA, los aviones judíos volvieron a matar en el sur de Gaza para tratar de acallar a los cohetes y morteros palestinos que siguen disparando contra Israel.
El Estado judío no solamente tiene un problema inconcluso con la resistencia palestina, sino que ahora se le agrega otro: Explicarle al mundo que quiere decir la palabra Holocausto.
Sería interesante que los intelectuales judíos, tanto "progresistas" como de "derecha", redefinieran el concepto filosófico y funcional de las palabras "campo de concentración" o "genocidio", así la reinscribimos en Wikipedia para que el resto del planeta se entere donde está el "bien" y donde está el "mal" en la era de las computadoras.
Sería bueno que los intelectuales judíos redefinan a Hitler y a la ideología del nazismo para que tengamos un marco referencial con que juzgar los 22 días de masacre de los aviones israelíes en Gaza.
La estrategia parece ser el silencio. Y la reinvención de las denuncias de "campañas antisemitas" en el mundo con que las que el aparato de inteligencia israelí intenta neutralizar las críticas y las reacciones a la masacre y destrucción en Gaza.
Ante el nuevo cuadro, se hace cada vez más difícil vender la "victimización" histórica. Los F16, los helicópteros Apache y las bombas de racimo se hacen cada vez más incompatibles con la leyenda del "pueblo perseguido".
Los martirios de Gaza y de Libano ya sientan jurisprudencia histórica sobre la "sensibilidad pacifista" del Estado de Israel. En este escenario, se hace cada vez más difícil separar la palabra "sionismo" de la palabra "judío".
Demasiadas coincidencias, demasiados puntos referenciales, demasiada omisión y apoyo a la masacre de Gaza, tornan cada vez más difícil separar a Israel de sus hijos diseminados por el mundo.
Este miércoles, ni Israel ni los judíos hacen autocrítica sobre las ruinas de Gaza. Mientras Hollywood y la prensa internacional hacen "historia" con la nueva sangre imperial color negro de Obama, los habitantes de Gaza y las organizaciones humanitarias internacionales observaban el paisaje apocalíptico de las destrucción silenciada.
Decenas de miles de casas y edificios convertidos en escombros, la casi totalidad de la infraestructura administrativa de gobierno destruida, centenares de mezquitas pulverizadas, vidrios estallados por todos lados, el comercio y la actividad económica paralizados, negocios, escuelas, hospitales, destruidos o semidestruidos, con las huellas de los misiles o de las bombas israelíes marcadas con identidad indeleble.
"Gaza a es una ciudad devastada donde parece que hubo un terremoto", sintetizó un corresponsal de la BCC.
En la Franja de 360 km2 donde se amontonan un millón y medio de palestinos dentro de un régimen de apartheid, sus habitantes carecen de todo: Ya casi no hay luz por falta de combustible, la poca comida que queda sólo se la encuentra en los raleados depósitos de la ONU y de las organizaciones humanitarias que fueron blanco de las bombas israelíes.
Según la Cruz Roja, los hospitales, las morgues y los cementerios se encuentran colapsados, y los muertos se entierran en las tumbas de otros muertos. Y están los "efectos colaterales": Aguas contaminadas, desechos orgánicos en descomposición (incluidos los cadáveres) que ya amenazan con focos generalizados de epidemia y enfermedades, según las organizaciones médicas.
El último balance de los servicios de salud palestinos, cifra la cantidad de víctimas en 1.415 muertos palestinos y casi 6000 heridos, la mayoría con mutilaciones de difícil recuperación. Según un ultimo informe de la ONU, murieron casi 400 niños, 1200 fueron heridos, y hay más de 230 mujeres entre las víctimas fatales. Las autoridades de Gaza habían cifrado el sábado los daños en el territorio palestino en US$ 1.900 millones.
Las agencias humanitarias de la ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se mostraron el martes absolutamente impactadas por la situación. "Nuestros colegas sobre el terreno nos han transmitido la indescriptible, insoportable devastación que ha sufrido la Franja de Gaza, la situación es absolutamente terrorífica", señaló a la prensa el martes la portavoz del CICR, Dorothea Krimitsas.
El director del programa sanitario de la Agencia para los refugiados palestinos (UNRWA) y representante especial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en los territorios palestinos, Guido Sabatinelli, describió la situación "como si hubiera habido un terremoto".
Pero no hubo un terremoto: Hubo un bombardeo militar sistemático, continuado, programado como una pieza de relojería, durante 22 días consecutivos, por parte de aviones, buques, tanques y baterías terrestres que convirtieron a Gaza en una llamarada multicolor (como de festejo navideño) que sembraba escombros y cadáveres durante las 24 horas.
En Gaza, como coinciden en afirmar observadores y corresponsales, hubo un Apocalipsis, pero el Apocalipsis no vino de la ira de Dios sino de la ira del Estado judío.
Y una cifra ilustra la desproporción de la masacre: Durante toda la operación militar murieron 10 soldados israelíes, tres civiles, y no fue destruido ningún tanque o máquina de matar israelí.
Para el día después, para el regreso sin gloria de los exterminadores de Gaza, Israel y los judíos del mundo eligieron el silencio.
Sería bueno que lo rompieran, por lo menos para explicarnos nuevamente la filosofía existencial de la "raza perseguida".
La contrainformación ya estalló: En el Medio Oriente queda poco espacio para vender otra cosa que no sea la verdad revelada por los hechos. Ahí está Gaza, la nueva verdad revelada por 22 días continuados de masacre israelí.
(continue)

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, medios, multitud, politica, violencia.
Como ya sucedió con la masacre (tanto en Líbano como en Gaza), la prensa internacional no analiza ni procesa los acontecimientos (qué, por qué y para qué) sino que solamente los presenta en titulares de "noticias" descontextualizados y sin referencias históricas, donde Israel, que usurpó y ocupó hace más de 60 años el territorio palestino, cuando ataca a Gaza sólo se está "defendiendo del terrorismo de Hamás".
Quien mire un mapa de Palestina de antes de 1947, y luego lo confronte con el actual mapa de Israel, podrá comprobar a simple vista la prueba del despojo: Lo que antes era Palestina, ahora es Israel. Y lo que eran los asentamientos israelíes, hoy es Palestina. O sea que, el Estado de Israel se construyó sobre la base ilegítima del robo y la ocupación territorial promovida y apoyada por el eje sionista liderado entonces por Gran Bretaña y la potencias europeas y con EEUU como imperio emergente.
Es la prueba del despojo y la base del conflicto, que no es entre Israel y organizaciones "terroristas" que lo quieren destruir, sino entre Israel y organizaciones palestinas que no reconocen la legitimidad del Estado judío invasor y quieren recuperar su territorio por medio de una guerra de liberación.
Lo que sucede en Gaza no es un conflicto circunstancial de "terroristas" contra un Estado y sus habitantes, sino una guerra histórica entre el invasor y el invadido, protagonizado por los dueños históricos del territorio palestino (convertido en territorio de Israel), hoy condenados a vivir en un guetto de tan sólo 360 km2 (la Franja de Gaza), rodeados por la maquinaria militar de su opresor.
Este eje conceptual, concreto, histórico y verificable, es lo que busca esconder y/o deformar sistemáticamente el espectro informativo de la gran prensa internacional sobre la masacre militar israelí en Gaza a la que presenta como una "guerra" entre Hamás e Israel sin ninguna mención al origen histórico del conflicto.
Este martes, finalmente las grandes cadenas y sus repetidoras a escala global (los grandes medios y las cadenas locales en los cinco continentes) mostraron su verdadero rostro: La gran cobertura especial, en vivo y en directo, que le retacearon al exterminio militar israelí en Gaza, se lo dedicaron a la asunción de Obama presentado en forma inédita, no como un acontecimiento político internacional, sino como una "gran show" del espectáculo, donde el "presidente negro" es el actor principal.
Presionado cada vez más por los costos políticos de la masacre, por la resistencia de Hamás a firmar una tregua del "vencido", y por un cada vez más definido frente de boicot internacional en su contra, el alto mando israelí decretó el sábado una tregua unilateral que le permitió al nuevo gerente imperial USA, Barack Obama, celebrar sin nubarrones su gran fiesta de asunción en Washington.
De manera tal que, y como si fuera un acontecimiento de la farándula de Hollywood, presentan a Obama como un producto del marketing y el merchandising destinado a ser idolatrado y consumido por las mayorías alienadas, antes que como el gerente de un Imperio nuclear que ha convertido al planeta en un territorio de ocupación y de depredación constante al servicio de los bancos y corporaciones trasnacionales sionistas que controlan la Casa Blanca.
El "fenómeno Obama", diseñado, construido y controlado por el lobby sionista de Wall Street, eclipsó y barrió lo poco que quedaba en las pantallas de la masacre israelí en Gaza.
Para los muertos y los mutilados de Gaza no hubo cobertura especial ni transmisión del espectáculo en vivo, como este martes si lo hay para Obama convertido en ícono masivo de las mayorías programadas a escala global..
Y hay una razón de fondo que lo justifica: Es muy difícil para las grandes cadenas mediáticas sionistas "vender" a los muertos y mutilados de Gaza como espectáculo sin mostrar al verdugo. Los muertos del "terrorismo islámico" venden, pero los muertos de los exterminios israelíes no venden. Esa es la lógica funcional que determina cuando la muerte es "noticia", y cuando la muerte no es "noticia" para los grandes hacedores de la "información mundial".
Y se necesitaba un gran espectáculo mediático para tapar a los muertos de la masacre y la destrucción de Gaza.
Y se necesitaba un gran espectáculo mediático para ocultar otra gran derrota israelí en Gaza, cuyo ejército no fue derrotado por Hamás sino por el fantasma de los muertos palestinos que el Estado judío acumula bajo sus cimientos.
Y al fin llegó Obama: Un afroamericano, mitad negro y mitad blanco, presentado como el nuevo símbolo del "destino manifiesto", esta vez con negros e hispanos incluidos en calidad de nativos aceptados del Estado imperial.
Al fin Obama, un producto genuino del espectáculo para vender sin tirar abajo la "buena onda" de los programados a control remoto de la sociedad capitalista de consumo a escala global.
Es lo que las grandes cadenas venían buscando desde el 27 de diciembre, cuando los misiles israelíes, en solo tres minutos, masacraron a 200 palestinos y mutilaron a otros 350, en el comienzo de la operación "Plomo Sólido" cuyo objetivo era terminar con la estructura militar de Hamás y destruir los arsenales y plataformas de cohetes palestinos.
A partir del sábado pasado se vieron obligados a titular: "Cese el fuego unilateral de Israel en Gaza", mientras ocultaban celosamente el "detalle" de que Israel comenzaba su repliegue sin conseguir los objetivos buscados con la operación "Plomo Sólido" que durante 22 días consecutivos mató a 1300 palestinos, hirió a otros 6000 y destruyó en forma masiva la infraestructura de Gaza.
Este martes, las grandes cadenas informativas siguieron tapando la derrota israelí con "Obama espectáculo", un producto de comercialización mediática mucho más rentable que los muertos de Gaza.
El rey condenó el derramamiento de sangre en la Franja de Gaza que fue atacada intensamente por Israel durante tres semanas.
"Israel debe percatarse de que no siempre tendrá abierta la opción entre la paz y la guerra y que la iniciativa de paz árabe no siempre estará en la mesa", dijo.
El monarca elogió la resistencia palestina en Gaza y a todas las partes que realizaron esfuerzos para detener el derramamiento de sangre, especialmente a Egipto bajo el liderazgo del presidente Hosni Mubarak.
Esta mañana, el emir de Kuwait, el jeque Sabah al-Ahmad al-Jaber al-Sabah, anunció la decisión de su país de cubrir las necesidades del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA) para Gaza por un valor de 34 millones de dólares USA.
(Xinhua)
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