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La huelga general en Grecia |
El gobierno derechista de Karamanlis ha llegado demasiado lejos en su intento de hacer pagar a los trabajadores y a los pensionistas griegos las consecuencias de la crisis económica y la recesión, que se extiende como mancha de aceite por todos los países de la Unión Europea.
El Partido Comunista Griego y los sindicatos han respondido a esta política reaccionaria y antipopular, con el llamamiento a una Huelga General que paralizó completamente el país y que, unido a las protestas por el asesinato de un joven estudiante por la policía, ha puesto contra las cuerdas al gobierno burgués de la Nueva Democracia.
En Grecia, tal como ha ocurrido en otros territorios integrados en la UE, después de algunos años de subvenciones, ahora no queda más remedio que devolver los regalos envenenados comunitarios en forma de paro, subida de precios, recorte de derechos laborales, disminución de las inversiones públicas y los presupuestos para la educación y la sanidad, y reforma de las pensiones.
La Unión Europea, que nos presentaban como un espacio de prosperidad económica, democracia y libertad, se transforma rápidamente en una entidad sumida en la crisis financiera y la recesión económica. Y habiéndose terminado la abundancia y la generosidad de los fondos de convergencia, el pueblo griego debe ahora alimentar con su trabajo y con la erosión de su nivel de vida, a los grandes monopolios financieros europeos que controlan la mayor parte de la producción y la distribución de productos en todo el continente.
Pero esta tendencia de la burguesía reaccionaria que, ante la crisis, no concibe otra política para garantizar sus beneficios que la destrucción de puestos de trabajo, la flexibilidad laboral y el abaratamiento del despido, se desarrolla de la misma manera en todos los países de la Unión Europea.
Y, ante la resistencia de los pueblos a la sobreexplotación capitalista que se intensifica cada día, la respuesta de los Estados burgueses se endurece. Los cuerpos represivos y sus tácticas “antidisturbios” derivan inevitablemente hacia métodos más letales. Y siempre, por si acaso, se reservan el recurso al fuego real y el uso de las armas reglamentarias “en defensa propia”.
Y así, cada paso adelante de las fuerzas populares, provoca una vuelta de tuerca en la acción represiva del Estado de los capitalistas.
Y resulta curioso que mientras la burguesía se reserva el derecho de emplear la fuerza contra los trabajadores, se escandalizan como fariseos ante la utilización de métodos de fuerza por parte de los sectores populares más afectados por el dominio económico y militar de los explotadores.
Teniendo en cuenta que la crisis se agrava y la recesión se profundiza cada día, los cuerpos represivos de los Estados burgueses de la Unión europea se preparan y se refuerzan aumentando sus plantillas y mejorando sus medios de “control de motines”, pues saben muy bien que los trabajadores no cederán sin lucha sus derechos y su calidad de vida para salvar los beneficios de los millonarios y de los banqueros.
Pero, de la misma manera, la clase obrera debe prepararse ideológica y políticamente para la resistencia y la rebelión combatiendo, en primer lugar, el prejuicio y el reflejo psicológico según el cual sólo la burguesía tiene derecho a usar la fuerza para defender sus intereses de clase y someter a los trabajadores.
Y para ello es necesario denunciar a los medios de comunicación que, mientras califican cualquier crimen de la represión burguesa como acción legítima de los “cuerpos de seguridad” o “fuerzas del orden”, lanzan histéricos chillidos contra el “vandalismo” de “los incontrolados” cuando es el pueblo el que reacciona y se defiende de las agresiones del Estado de los banqueros y los monopolistas.
Y los comunistas tenemos el derecho y el deber de “introducir reflejos militares en el pueblo”, de tal manera que, llegado el momento, la idea de la rebelión y la insurrección para la defensa de sus intereses y la resistencia a la explotación capitalista no le sea ajena.

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, monopolios, multitud, politica.
► miércoles, 17 diciembre, 2008
Karamanlis mostró arrepentimiento ante el Parlamento por la errada reacción de su gabinete ante las manifestaciones, protagonizadas en su mayoría por escolares y estudiantes, y asumió la “responsabilidad política” por los sucesos que dañaron la imagen de Grecia en el mundo.Pero medios de prensa locales insisten en que los escándalos registrados desde la llegada del conservador partido Nueva Democracia al poder, en 2004, y las medidas neoliberales están en el trasfondo del carácter masivo de las demostraciones de los últimos días.
Karamanlis se vio obligado a prometer transformaciones en la esfera de la docencia, en un intento por aplacar protestas como las de esta jornada, cuando escolares bloquearon nuevamente céntricas avenidas atenienses en rechazo a la brutalidad policial.
La muerte a tiros de Grigoriopoulos a manos de dos agentes, el pasado día 6, fue el detonante de las manifestaciones que rápidamente tomaron un tono antigubernamental, por lo cual fueron acompañadas por una huelga general.
El aumento de los escándalos de corrupción y del desempleo a causa de la crisis financiera y económica en el orbe también estuvo entre los detonantes de la actual crisis y fue la más probable causa de la caída en los sondeos del partido gobernante.
La oposición socialista se situó al menos cinco puntos por encima de Nueva Democracia, mientras Karamanlis intentaba presentar la crisis como un asunto de estudiantes violentos, comentan medios de difusión helénicos.
Durante 11 días de protestas, la policía arrestó a unas 500 personas, en su gran mayoría jóvenes, mientras las pérdidas por los daños causados a inmuebles y vehículos en al menos 10 ciudades ascienden a unos 200 millones de euros.
En su momento, el propio presidente griego, Karolos Papoulias, reconoció que la muerte del adolescente de sólo 15 años fue un atentado a la democracia de este país.
Las manifestaciones incluyeron la toma de unas 600 escuelas, según afirman los organizadores de las demostraciones antigubernamentales, y 150, de acuerdo con las autoridades, en tanto una veintena de universidades continúa bloqueada.
En medio de esa situación, Karamanlis prometió reformar junto a los educandos el sistema de admisión en los centros de altos estudios, tal y como exigen los manifestantes.
La crisis griega tuvo su réplica en otras naciones europeas como España, Francia, Alemania y Dinamarca, donde también se registraron protestas multitudinarias por el caso de Grigoriopoulos.
Quizás, la rapidez con que se propagaron las demostraciones entre varios estados de la Unión Europea habla de un mal de fondo, tras años de aplicación de políticas neoliberales en la región, ahora agudizado por la crisis económica en el orbe.
► miércoles, 17 diciembre, 2008
Martine Aubry, primera secretaria del Partido Socialista (PS), principal fuerza de oposición gala, declaró hoy a la prensa que la organización participará en la nueva jornada de protesta convocada para mañana jueves.La administración del presidente Nicolás Sarkozy se vio obligada a retirar la iniciativa ante el ambiente convulso promovido por los jóvenes, que hizo recordar el panorama de revueltas que ha tenido lugar en Grecia.
El ministro de Educación, Xavier Darcos, que afirmaba semanas atrás que no sería el responsable de “la vacilación nacional”, se vio obligado a postergar la llamada reforma de los liceos (secundarias), lo cual fue recibido con beneplácito.
No obstante, los estudiantes, sus dirigentes y sindicatos, reiteraron que seguirán movilizados y alertas frente a eventuales maniobras de Darcos y de Sarkozy, quienes advirtieron que buscarán mayor consenso pero aplicarán al final los cambios.
Estudiantes de secundaria llegaron incluso a enfrentamientos con la policía, sobre todo en la región de Bretaña (oeste) y en Lille (norte) en las últimas semanas, cuando el ambiente se caldeó bastante e hizo un símil de lo sucedido en Grecia. Esta y otras medidas apuntan hacia la destrucción de las escuelas públicas en Francia, según los docentes, gremios y partidos de oposición, para favorecer los centros privados.
La ex candidata presidencial socialista Ségoléne Royal consideró que el ministro Darcos ha perdido toda credibilidad, cuando los liceos observan los miles de millones de euros otorgados por el gobierno a los bancos y de espaldas a la educación.
Sobre todo porque ya en Francia hay antecedentes y bastante explosivos, con las jornadas de cientos de autos incendiados a finales de 2005 por la muerte de dos adolescentes, electrocutados accidentalmente cuando huían de la policía.
En Grecia fue el fallecimiento del estudiante Alexis Grigoropoulos el motivo de las protestas, en tanto en las “banlieue” parisinas (donde viven más de nueve millones de personas) el detonador fueron jóvenes de origen africano.
Lo que empezó en Atenas se extiende con ramificaciones peligrosas en una Europa que se adentra en la recesión económica, diseña medidas poco convincentes para frenar los flujos migratorios y no ofrece perspectivas alentadoras en el corto plazo.
De hecho, las manifestaciones en numerosas ciudades francesas contra reformas en la educación, con particular acento en los liceos (enseñanza media), tuvieron un sabor de desafío a la administración de Nicolás Sarkozy.
Con el apoyo abierto de los partidos de izquierda, jóvenes y dirigentes sindicales cerraron filas y obligaron al impopular ministro de Educación, Xavier Darcos, a postergar para el 2009 la discusión de las medidas.
Los gremios también llamaron a una huelga general a fines de enero próximo, en rechazo a todo un paquete de reformas que según sus puntos de vista socavan las conquistas sociales de los trabajadores franceses.
El temido contagio con Grecia llevó incluso a la titular del Interior Alliot-Marie a adelantarse en el tiempo, previendo un panorama complejo en la organización de la cumbre de la OTAN programada en Francia en abril del 2009.
En la prestigiosa y rebelde universidad de La Sorbona de esta capital apareció una frase amenazadora pintada en sus paredes: Atenas, ayer, París, Europa, mañana”.
Un ambiente de descontento es perceptible en los jóvenes de las “banlieue”, residentes en los barrios de la periferia de París y otras ciudades galas importantes, marcados por la precariedad laboral, educación amenazada y dificultades con la vivienda.
Para el diario Le Monde, el punto focal griego debe mirarse además de con respeto, como un llamado de atención de algo que puede repetirse en el Viejo Continente, y en particular en Francia.
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