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El “agujero negro” de Wall Street |
El caso de estafa de Madoff que estremeció a Wall Street tiene ahora una nueva “prueba sangrienta”. De la Villehuchet, de 65 años de edad, fundador y gerente de fondos de Accsaa International Advisor de Francia, se suicidó el día 23 en su oficina en Nueva York, Estados Unidos, por grandes pérdidas causadas por su inversión en los fondos compensatorios instalados por Madoff.
Desde la revelación del caso Madoff el 11 de este mes hasta la fecha, en la lista de víctimas aparecen numerosas instituciones y personalidades conocidas, entre ellas, el Grupo del Banco Real de Escocia de Gran Bretaña, el Banco París de Francia, Nomura Holdings Inc del Japón, el Banco Santander de España, el gerente general de la Compañía de Servicios Financieros de General Motors, el Comité Olímpico Internacional, Premio Nóbel y el director Spielberg. Además, se cree que a medida de la profundización de la investigación, aparecerán más personas e instituciones implicadas en el caso. El caso Madoff parece haberse convertido en un “agujero negro” sin fondo.
Todo lo ocurrido parece algo inimaginable. Madoff es ex presidente del directorio de Nasdaq, uno de los precursores del comercio electrónico y un “impecable” especialista en inversiones en cerca de medio siglo. En los últimos 20 años, Madoff ha ofrecido un mito en Wall Street: Sea en mercado toro o en mercado oso, la tasa de retribución de su empresa por las inversiones se mantenía entre el 10% y el 12%, equivalente o algo superior al crecimiento promedio del índice Promedio Industrial Dow Jones.
No obstante, nadie esperaba que detrás del mito de 20 años estaba escondida un estafa de hasta 50.000 millones de dólares. Si no fuera por la crisis financiera que condujo al surgimiento del problema en la circulación de fondos de la empresa de Madoff, es decir, si no fuera por la presión de 7.000 millones de dólares sobre la recuperación de fondos, se habría prolongado más esta estafa.
Hay que decir que la estafa realizada por Madoff no tiene alto contenido tecnológico. Pero, ¿por qué tantas personas se han quedado chasqueadas? Una de las causas importantes es que Madoff agarró con precisión algunos puntos débiles psicológicos de ciertas personas. El acta de acusación del Buró Federal de Investigación muestra que los departamentos de administración de bienes y de transacciones operaban en diferentes pisos en tanto que Madoff mantenía frenéticamente cerrado el estado financiero de la compañía. Esta, a diferencia de otras empresas similares que contratan a agencias para comprar y vender acciones y bonos por los clientes, “manejaba todo a puertas cerradas”. La mayoría de los inversionistas no llegaron a ser clientes de la empresa por propaganda de sus empleados, sino por canales “informales” como recomendación de amigos y otras compañías inversionistas y, además, el umbral para la inversión era por lo menos de 100.000 dólares… Todo esto estaba creando una sensación misteriosa en el sentido de que ser cliente de Madoff representaba en sí su condición social.
En realidad, Madoff estaba dedicándose a una venta piramidal. Sus asombrosas ganancias durante largo tiempo atraían constantemente la incorporación de grandes clientes en tanto que éstos le recomendaban continuamente nuevos clientes. Entre los clientes de Madoff figuraban ricos, fondos compensatorios, grandes instituciones inversionistas y hasta algunos bancos europeos. Los inversionistas que llegaban más tarde, al ver que esos “veteranos” tenían mucha confianza en Madoff, como es natural, quedaron profundamente convencidos. Al fin y al cabo, el desastre fue originado por la codicia. Precisamente como señalaron algunos analistas, lo que preocupaba a los veteranos no era la pérdida de dinero, sino la de oportunidad para ganarlo.
La estafa de Madoff no es bien refinada ni su comportamiento es insospechable. Si se le presta atención, se podrá percatar de muchos puntos débiles. Según el registro de NASD, hasta el 17 de noviembre, el monto de los bienes administrados por la compañía de Madoff había llegado a 17.100 millones de dólares. Pero, el bufete de contadores usado por dicha compañía durante largo tiempo era una entidad inadaptable a la magnitud de operaciones de su empresa. Se informó que personas en el seno de la compañía de Madoff denunciaron su dudoso comportamiento desde hace mucho tiempo. Pero, NASD no dio importancia a ello. Las dos investigaciones al respecto resultaron infructuosas. Bajo el artificial “anillo de Madoff”, faltaron las necesarias acciones de poner en duda y de supervisión y control.
El caso de estafa de Madoff hace reflexionar seriamente y descubre una vez más los defectos de Wall Street y, al mismo tiempo, nos advierte que la falta de supervisión y control podrán producir cuán horribles “agujeros negros”.
(Pueblo en Línea)

Etiquetas: conocimiento, memoria, monopolios, multitud, politica.
El escándalo Enron de hace algunos años casi palidece cuando presenciamos hasta donde llega la mala conducta y en algunos casos la criminalidad que ha estado sucediendo tanto en Wall Street como en las calles principales de todo EEUU donde se hacen transacciones de hipotecas.
Y quizás un escándalo mayor que el comportamiento francamente ilegal es lo legal, por ejemplo, la gigantesca compensación que reciben año tras año los altos ejecutivos de compañías que han estado perdiendo dinero y apretando a los trabajadores.
Sutherland descubrió sus datos estudiando actas de juicio y documentos de agencias regulatorias, pero hoy habría encontrado montones de datos solo abriendo el periódico o buscando en Internet.
“Ganancias de Wall Street Eran Espejismos, Pero las Enormes Regalías Eran Reales”, decía un gran titular de un artículo en primera plana en la edición del 18 de diciembre de The New York Times.
Junto al titular había esta noticia: “Escándalo de Fraude Sacude la Industria de Bienes Raíces”.
Además, los intentos de reforma hasta ahora han demostrado ser dudosos.
“Límites al Pago de Ejecutivos Puede que Sean Ineficaces; Lagunas en las Disposiciones del Rescate Hace Dudar de la Puesta en Práctica”. (Washington Post, 15 de diciembre)
Recientemente la atención se ha centrado en el gigantesco fraude perpetrado por el financiero de Nueva York Bernard L. Madoff, quien usó una pirámide o fraude de Ponzi para robar un estimado de $50 mil millones.
Según The New York Times, “Casi ningún segmento de la industria de bienes raíces de Nueva York se salvó en el escándalo Madoff, la cual puede que sea el truco Ponzi más largo de la historia: grandes y pequeños corredores comerciales, urbanistas poco conocidos y familias prominentes…” El periódico cita a Robert J. Ivanhoe, abogado de diez urbanistas que perdieron de $5 a $50 millones de dólares en la estafa de Madoff.
“El nivel de devastación, tanto financiero como a nivel humano”, es asombroso”.
A pesar de su vastedad, la estafa piramidal de Madoff parece ser un microcosmos de lo que ha sucedido en el sistema financiero en su conjunto, y la devastación resultante está afectando un vasto segmento de la economía norteamericana, especialmente la fuerza de trabajo que sufre ahora de niveles crecientes de desempleo y falta de crédito.
Sin embargo, el dolor seguramente no lo sienten los que en Wall Street se embolsaron miles de millones en regalías durante los últimos años.
En 2006, por ejemplo, Merrill Lynch entregó de $5 a 6 mil millones en regalías. Ese año la compañía reportó una ganacia récord de $7,6 mil millones
Las ganancias de Merrill, dice The Times, “resultaron ser un espejismo… Desde entonces la compañía ha perdido tres veces esa cantidad, principalmente debido que perdieron valor las inversiones en hipotecas que supuestamente impulsaron esos valores. Sin embargo, a diferencia de las ganancias, las regalías no han dado marcha atrás”.
Ahora, debido a una fisura en el rescate federal del sistema financiero, las compañías que recibieron dinero federal pueden continuar entregando regalías extravagantes aunque sus acciones se desplomen y sus empleados sean despedidos.
“Las débiles restricciones a compensaciones a ejecutivos en la ley original casi han desaparecido”, dijo a The New York Times Charles E. Grassley, el republicano del mayor rango en el Comité Senatorial de Finanzas.
Estados Unidos está inmerso simultáneamente en una serie de crisis -financiera, económica, de liquidez- pero la peor de todas puede que sea la crisis de ética y de moralidad.
Cada día se descubre un nuevo escándalo que ejemplifica la omnipresencia de la corrupción en los negocios.
Resulta que hasta el Servicio de Inversionistas de Moody, que se supone que realice investigaciones y análisis financieros objetivos, supuestamente está influido por las mismas compañías que vendían inversiones en hipotecas sujetas a las tasas de Moody.
“Los negocios son delitos”, escribió Edwin Sutherland.
“La avaricia es una buena cosa”, declaró Gordon Gekko, interpretado por Michael Douglas en el filme de Hollywood Wall Street (1987).
Como todos pueden ver ahora, en años recientes en Wall Street y más allá, la realidad ha estado imitando ek análisis sociológico y la ficción fílmica.
Es hora de un cambio profundo.
En una entrevista concedida este viernes al programa radiofónico Hora 25 Global, que emite la cadena Ser, el Nobel considera probable que salgan a la luz nuevos escándalos como el caso Madoff.
"Casi seguro veremos más situaciones de esta índole, porque cuando se cae la casa encuentras los esqueletos en el armario"", dice.
Por otro lado, Krugman ha calificado de "necesaria" la decisión de la Reserva Federal estadounidense de recortar los tipos de interés hasta prácticamente cero, pues cree que "la mejor forma de evitar una depresión de este tipo es responder con cierta agresividad en un momento temprano", aunque no ha entrado a valorar las posibles repercusiones a medio plazo de la decisión de Bernanke y su equipo.
Obama no lo tendrá fácil
Respecto al futuro inmediato que espera a Estados Unidos tras la llegada de Obama a la Casa Blanca, el próximo 20 de enero, el economista ha mostrado su preocupación por la velocidad en la implantación del paquete de medidas adelantado por el presidente electo para reactivar el mercado laboral y crear empleo, pues considera que "es muy difícil implantar un programa de este tipo en menos de seis meses" y apuesta por que tardará al menos un año.
Krugman cree también que la Administración Bush no ha ayudado mucho en la solución de los problemas. Aunque afirma que el presidente saliente no causó la crisis, reconoce que no ayudó a prevenirla y que su Administración impidió la correcta regulación del mercado. En este sentido, opina que Bush no ha sido un buen presidente "desde el punto de vista económico, ni desde ningún punto de vista".
El economista de 81 años -consejero de Lehman Brothers y presidente del consejo de su Comité de Finanzas y Riesgos antes de que el banco de inversión se derrumbara- tenía una cuenta de inversiones con Bernard L. Madoff Investment Securities durante más de cinco años.
"Como muchos otros inversores de Madoff, él también destaca por su apoyo a instituciones judías, incluida la Yeshiva University", asegura el diario.
Añade que, según el propio Kaufman, el economista no tenía invertido con el financiero estadounidense más que cerca de un 2 por ciento de su patrimonio, de forma que éste "afortunadamente es ahora superior al que tenía al final del año pasado, después de haber trabajado muy duro para conseguirlo".
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