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EEUU acorralado en Afganistán |
Tres frentes de conflictos militares principales -según coinciden varios expertos- acechan a la futura administración imperial de Barack Obama: Irán, el Cáucaso y Afganistán. De esos tres escenarios predominantes, la guerra de ocupación en Afganistán sobresale nítidamente como el frente más "peligroso" para el eje ocupante EEUU-OTAN, cuyas tropas se encuentran sometidas a una feroz y sangrienta contraofensiva de los talibanes que -según un influyente centro de estudios británicos- ya controlan el 72% del país. Ahora los talibanes -según The New York Times- "van por Kabul" donde se atrincherarán los nuevos contingentes de soldados enviados por el Pentágono para defender el último bastión de la ocupación.
La estrategia de conquista capitalista y militar que Bush y los halcones imperiales lanzaron detrás de la pantalla de la "guerra contraterrorista", emergente del 11-S, comienza a resquebrajarse en Afganistán donde la resistencia talibán y los muertos estadounidenses y europeos crecen en simétricas proporciones.
Tras los atentados del 11-M, en el 2001, la administración Bush invadió Afganistán contando con el apoyo de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), lo que -a diferencia de Irak donde la organización no actúa- supuso a posteriori para la organización atlántica, un involucramiento directo en la "guerra contraterrorista" de Bush en el país ocupado.
A lo largo de casi 6 años de ocupación las tropas conjuntas de la OTAN y EEUU aún no han podido controlar a la guerrilla talibán que en los últimos meses lanzó una feroz contraofensiva que ya causó enormes bajas y daños a las fuerzas ocupantes y posicionó a la resistencia en el control de la mayoría del territorio afgano.
Según un informe del Consejo Internacional de Seguridad y Desarrollo (ICOS, en sus siglas en inglés), los talibanes incrementaron su poder considerablemente en el último año y tienen ya "presencia permanente" en un 72% de Afganistán, frente a un 54% en noviembre del año pasado. El ICOS, conocido anteriormente como The Senlis Council, es un centro de estudios especializado en programas de seguridad global con oficinas en Londres, París, Bruselas y Río de Janeiro y plataformas investigadoras en Afganistán, Irak y Somalia.
Este cuadro de situación enunciado por el ICOS se ve favorecido por dos cuestiones centrales:
A) La división y el caos reinante en Pakistán que permite a los talibanes operar en un "segundo frente" contra EEUU y la OTAN concentrado y replegado fuerzas en territorio pakistaní.
B) La creciente división entre EEUU y la UE, cuyas potencias impactadas por el costo de las bajas militares, se muestran cada más reticentes a mantener y aumentar sus tropas en el teatro de operaciones afgano.
Analistas de los principales medios estadounidenses y europeos coinciden en que los talibanes han emprendido una operación de reconquista de Afganistán y que ahora van por su capital, Kabul, desde donde fueron expulsados en 2001 tras la invasión militar de EEUU.
"La deprimente conclusión es que, a pesar de las enormes inyecciones de capital internacional que fluyen a este país y a pesar del enorme deseo de tener éxito en Afganistán, el Estado está otra vez en serio peligro de caer en manos de los talibanes", señala el documento del ICOS.
El reagrupamiento de las fuerzas y del poder talibán le posibilita en estos momentos tener una presencia permanente y convertir en ingobernable un 72% del territorio de Afganistán, además de tener una presencia sustancial y un despliegue en otro 21%.
Según el informe, sólo en el restante 7% se puede considerar que su presencia es irrelevante. El mapa del despliegue talibán fue elaborado por el ICOS combinando los datos de ataques rebeldes y los testimonios y percepciones de los residentes locales de las distintas regiones de Afganistán.
El ICOS señala que, "mediante una sofisticada serie de ataques terroristas tácticos y una compleja red de inteligencia", los talibanes han conseguido desestabilizar numerosas zonas del país y están empezando a ganar también la guerra de la propaganda, la que los sajones llaman "la batalla de las mentes y los corazones".
"La comunidad internacional no ha conseguido dar suficiente importancia a las necesidades y deseos de la población afgana y eso se ha convertido en un factor clave de la creciente popularidad de la insurgencia", afirma el documento.
El despliegue y el posicionamiento de los talibanes se está incrementando también en la capital, Kabul, con constantes operaciones y asaltos contra objetivos de alto "valor simbólico" como hoteles y embajadas y el secuestro de empresarios y funcionarios "occidentales" o su asesinato lo que ha creado una psicosis entre los socios europeos de la alianza de ocupación.
Los talibanes iniciaron su contraofensiva en 2004 y gradualmente fueron extendiendo su presencia a todo el territorio afgano con ataques coordinados y con la mayoría de sus bases operativas preservados en la frontera con Pakistán.
De acuerdo con el informe del ICOS, las fuerzas de la resistencia basamentaron su ofensiva con un gran despliegue de la propaganda entre la población explotando los "errores" cometidos por las fuerzas de EEUU y la OTAN.
Entre los "errores más graves" citados por el informe figuran las continuas masacres aéreas de EEUU y la OTAN, que causan numerosas víctimas civiles, entre ellas mujeres y niños, y la erradicación de los campos de opio, que perjudica a los agricultores locales.
"Los talibanes en Afganistán están cambiando de tácticas con el fin de llevar a cabo más ataques en la capital, Kabul", informó uno de los voceros del grupo a la cadena británica BBC.
El portavoz, Zabiyullah Mujahed, dijo que los talibanes están recuperándose a pasos agigantados después de que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hubiese infiltrado al grupo y matado a algunos de sus dirigentes.
En un informe, titulado "Afganistán cinco años después: El regreso de los talibanes", el Senlis Council (la anterior denominación del ICOS), organización independiente integrada en la red de Fundaciones Europeas, señala que el hambre y la pobreza que vive la población del sur de Afganistán ha propiciado el retorno de los talibanes, que ahora dominan la zona.
La guerra más peligrosa de Obama
Para una mayoría de observadores internacionales, las tropas de la OTAN están en una "trampa" porque se han metido en "una espiral de violencia" sin control, en tanto que "los talibanes cada vez tienen más apoyo en la población, que ve el conflicto como una lucha entre Occidente y el Islam".
Con la continuidad del mismo jefe del Pentágono de Bush, Robert Gates, el equipo de estrategas de Obama ya sitúa a Afganistán como una de sus prioridades estratégicas: "La lucha contra el terrorismo en Afganistán será una de las tareas prioritarias de Washington", declaró Obama la semana pasada.
El Pentágono -todavía en manos de Bush- ya anunció por su parte un plan de aumentar el contingente militar en Afganistán hasta más de 50.000 efectivos.
La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, dijo el viernes pasado que la revisión de las políticas del Gobierno de Bush en Afganistán estaba casi completa y brindaría una estrategia actualizada al presidente electo Barack Obama, quien asumirá su cargo el 20 de enero.
El presidente electo de EEUU, Barack Obama, afirmó que quiere concentrarse más en la guerra en Afganistán y que planea persuadir a sus socios europeos para que envíen más soldados.
Pero ante el enorme costo político y económico que les insume el conflicto de Afganistán los gobiernos de las potencias europeas se muestran cada vez más reticentes a enviar más tropas al país ocupado.
La OTAN fue sustituyendo gradualmente en el mando a las fuerzas norteamericanas en las tareas represivas contra la guerrilla talibán, con lo que pasó a ser responsable de las operaciones militares en la mayoría del territorio afgano.
Y como ya sucede en EEUU, los muertos y mutilados provenientes de Afganistán también empiezan a convulsionar a las naciones europeas que integran la coalición multinacional en ese país, quienes se alejan gradualmente de los SOS lanzados por Washington.
Acorralados en Kabul
Este fin de semana, el líder supremo de los talibanes, el mulá Omar, instó a los aliados ocupantes a salir de Afganistán tras amenazar con un endurecimiento sin precedentes de la ofensiva rebelde.
Según el Pentágono, casi todos los soldados que EEUU enviará a Pakistán en 2009 tendrán la misión de proteger Kabul. Mientras, el Departamento de Estado responsabilizó el sábado a elementos pakistaníes de los atentados que causaron en la ciudad india de Bombay más de 200 muertos.
La mayor parte de las tropas adicionales que Estados Unidos enviará a Afganistán a comienzos del próximo año serán desplegadas cerca de Kabul, reflejando las preocupaciones sobre la vulnerabilidad de la capital, informó el diario New York Times en su edición del domingo.
Citando a comandantes del Ejército de EEUU en Afganistán, el Times señaló que la mayor parte de las nuevas tropas no tendrá como misión contener el flujo de insurgentes a través de la frontera desde sus bases en Pakistán, algo que desearían los comandantes y que recomendó el presidente afgano, Hamid Karzai, dijo el Times.
Según el diario estadounidense, la violencia en Afganistán aumentó a niveles que no se habían visto desde la invasión liderada por Estados Unidos en el 2001 para derrocar a los gobernantes talibanes del país, lo que llevó a los comandantes a solicitar más tropas.
Los comandantes de Estados Unidos y la OTAN dijeron que sus preocupaciones inmediatas son proteger a Kabul, atacar nuevos bastiones talibanes en las provincias de Wardak y Logar junto a Kabul, y brindar seguridad para los programas de desarrollo, según The New York Times.
Sería la primera vez que las fuerzas de EEUU o la coalición son desplegadas en grandes cantidades en el flanco sur de Kabul, dijo el Times.
En Afganistán hay 32.000 soldados estadounidenses (14.500 bajo el mando de la OTAN), una cifra que representa el 46 por ciento de las fuerzas occidentales destacadas en el país centroasiático, compuestas por 70.000 efectivos.

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, multitud, politica, violencia.
El ICOS, conocido antes como «The Senlis Council», es un centro de estudios especializado en programas de seguridad global, con sede en Londres, París, Bruselas y Río de Janeiro y plataformas de investigación en Afganistán, Irak y Somalia.
En su último informe, asegura que «el incremento de su expansión geográfica demuestra que las estrategias políticas, militares y económicas de los talibán son ahora más exitosas que las de Occidente en Afganistán».
Como ejemplo, indica que han asegurado su dominio «permanente» y son considerados «el poder gubernamental de facto» en muchos pueblos y ciudades del sur del país, y, al sentirse muy confiados, están «a las puertas de la capital» y ya se han infiltrado en algunas zonas de la ciudad.
De hecho, de los cuatro caminos que unen Kabul con el resto del territorio, sólo uno -el del norte- es considerado seguro para viajar, mientras que el sur es inseguro. «Al bloquear las puertas de la ciudad de esta manera, los insurgentes talibán están colocando una soga alrededor de la ciudad y estableciendo bases cerca de ella desde donde lanzar ataques», indica el ICOS, que afirma que se han cometido ataques con bombas, ejecuciones y secuestros de afganos y de extranjeros en la misma capital.
El documento critica a la comunidad internacional por su «fracaso» en materia de seguridad. «La incapacidad -prosigue- de los actores internos e internacionales para contrarrestar la consolidación de los insurgentes es profundamente preocupante, y el fracaso de los maestros de la OTAN para atender la realidad de la situación de seguridad en Afganistán ha llevado al país y al Gobierno de Karzai a un precipicio». A su juicio, será necesaria más de una derrota militar de los talibán para «construir la confianza, especialmente en las provincias del sur».
Según el informe, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF, la misión de la OTAN), que cuenta con 53.000 efectivos, tendría que aumentar su número en miles de soldados para conseguir modificar la situación en el país.
El ICOS cree que EEUU y sus aliados han sido ingenuos puesto que se ha permitido el retorno de los talibán después de la invasión militar de 2001. «Mientras que las perspectivas de la comunidad en Afganistán nunca han sido más débiles, los talibán -añade- han experimentado un renacimiento que ha ganado fuerza desde 2005».
El informe señala que «los talibán están dictando las decisiones y acciones tanto políticos como militares» y matiza que no se puede establecer la seguridad en el 72% de las áreas controladas por ellos debido a su «agilidad» y «unidad de propósito».
En su opinión, es necesario unificar el mando de las fuerzas aliadas, ampliar la reconstrucción de las zonas rurales y apoyar la democracia en el ámbito local para dar la vuelta a la situación actual.
«La insurgencia sigue transformando la debilidad de la OTAN en su propia fortaleza», concluye el ICOS.
confianza
El informe del ICOS considera más grave que el control del 72% el hecho de que los talibán estén ganándose la confianza de la población, especialmente en el sur del país asiático.
incapacidad
El documento constata la «incapacidad» de los actores locales y extranjeros para responder a la consolidación de la insurgencia en Afganistán, lo que califica de «profundamente preocupante».
Segundo ataque consecutivo a un convoy de la OTAN
Un grupo de insurgentes volvió a incendiar ayer en la ciudad paquistaní de Peshawar, por segundo día consecutivo, camiones y material destinados a las tropas de la OTAN desplegadas en Afganistán.
El superintendente de la Policía en Peshawar, Khasif Alam, explicó que un grupo de hombres prendió fuego en la terminal de Bilal, a unos siete kilómetros de la ciudad, a un centenar de camiones, jeeps y contenedores de suministros para las tropas extranjeras.
En las últimas semanas han aumentado los ataques contra camiones utilizados por la Alianza, que tiene en Pakistán la principal vía de acceso para sus suministros. Los talibán paquistaníes, agrupados bajo el paraguas de Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), han amenazado con actuar contra quienes ayuden a las fuerzas de la OTAN en Afganistán.
El informe se conoce en momentos en que se prepara un encuentro entre representantes del gobierno y del Talibán para explorar las posibilidades de un diálogo formal de paz.
Por lo pronto las conclusiones del informe han sido rechazadas vehementemente por el gobierno y diplomáticos quienes alegan que el análisis es erróneo. En entrevista con la BBC, el vocero de la OTAN advirtió que "hay problemas fundamentales con la premisa de que el Talibán está rodeando al gobierno".
James Appathurai aseguró que, como siempre, el Talibán está en el sur y en el este del país, y que aunque "su actividad se ha intensificado", el área en la que tienen presencia representa menos de la mitad del país.
El estudio efectivamente es polémico, señala el corresponsal de la BBC en Kabul, Ian Pannell, quien apunta que sin embargo es indudable que la violencia en Afganistán se ha recrudecido y que la insurgencia se ha extendido y está más cerca de la capital.
Entre tanto, según averiguó la BBC, hay esfuerzos renovados de concertar negociaciones de paz con algunos miembros del Talibán.
Primeros acercamientos
Según le informaron a Pannell, se está planeando una reunión en Dubai que se llevaría a cabo en los próximos días.
Se anticipa que asistirán unos 40 afganos, representantes tanto de la insurgencia como del gobierno.
El encargado de organizar el encuentro es el yerno de uno de los más conocidos caudillos simpatizantes del Talibán y cuenta con el apoyo de Washington, agrega el corresponsal de la BBC.
No obstante, muchos advierten que se trata apenas del primer paso tentativo así que las expectativas son bajas.
Anticipan más enfrentamientos
Paralelamente, el vocero del Ejército de EE.UU., coronel Greg Julian, se refirió al primer comunicado del líder talibán fugitivo mulá Omar en casi un año, en el que habla del posible aumento de tropas extranjeras en Afganistán.
"Quisiera recordarle a los invasores ilegales, que han invadido a nuestra población indefensa y oprimida, que ésta es una oportunidad de oro para que diseñen una estrategia de salida de sus fuerzas", dice el líder talibán.
"Los choques armados que ahora se cuentan en decenas se tornarán en cientos y sus víctimas que son cientos serán miles", advierte.
El coronel Julian concordó con el pronóstico del mulá Omar respecto al aumento de enfrentamientos, aunque para él ello significará que no habrá ningún santuario en Afganistán para los radicales.
Los comentarios de ambos fueron hechos poco después de que 90 camiones que se usaban para llevarle suministros a las tropas estadounidenses en Afganistán fueron destruidos en un ataque que involucró a 300 hombres armados, quienes asaltaron un garaje de la OTAN en las afueras de la ciudad paquistaní de Peshawar.
Actualmente hay 33.000 soldados estadounidenses en Afganistán. El presidente George W. Bush anunció que llegarán otros 4.500 a principios de 2009.
La ministra de Defensa, Carme Chacón, anunció ayer que pedirá al Consejo de Ministros que no renueve el tope con el fin de que, a partir de enero, no haya cortapisas y el Ejecutivo pueda enviar a todos los efectivos que considere necesarios y aprueben las Cortes con el único umbral máximo de la capacidad de despliegue de las Fuerzas Armadas, cifrada en unos 7.700 militares.
Chacón ha reiterado desde que tomó posesión que el tope de 3.000 -que algunos mandos militares no veían con buenos ojos porque opinaban en privado que constreñía su trabajo- está "obsoleto" puesto que la ley de defensa nacional exige que sea el Parlamento el que fije el límite de cada misión.
Por tanto, a partir de enero, según explicó la ministra en la Comisión de Defensa del Congreso, "el número de soldados estará limitado solamente por la legalidad internacional, la voluntad de los españoles y la capacidad las Fuerzas Armadas". "Serán 1.000, 3.000 o 7.700 militares; eso lo decidirá la sociedad a través de sus representantes en el Parlamento", añadió.
El Ejecutivo siempre ha mantenido que el límite estaba ajustado al tamaño del Ejército.
La ministra justificó que ahora pueda desplegar 7.700 militares, teniendo en cuenta las rotaciones, gracias a la "ampliación y modernización" de las Fuerzas Armadas.
Esta capacidad permitirá participar en dos escenarios importantes y otros cuatro de menor exigencia, y colocará a España, según subrayó, "en el distinguido grupo de países que alcanzan un 10% de capacidad de empleo de su fuerza operativa".
En estos momentos hay tropas españolas en Líbano, Afganistán, Chad, Somalia, Kosovo y Bosnia, presencia que tendrá un coste de 668 millones de euros, un 4% más que en 2007.
La mayor parte de los grupos apoyaron la decisión. Tan solo IU criticó que el Ejecutivo haya decidido pasar de "la modestia a la megalomanía" en su compromisos internacionales. Como Chacón explicó que España se retirará de Chad y es previsible que terminen las misiones de Bosnia y Kosovo, Gaspar Llamazares expresó su temor a que la nueva situación implique un incremento de tropas en Afganistán, misión que rechaza por su "iraquización".
Todos los partidos exigieron al Ejecutivo que les traslade más información o incluso que impulse una reforma del mecanismo por el que el Congreso autoriza la presencia en el exterior para contar con más datos a la hora de tomar decisiones que pueden afectar a la seguridad de los militares.
Chacón se mostró receptiva a estas peticiones.
El PP le pidió además que solicite una nueva autorización para mantener las tropas en Kosovo, país cuya independencia España no reconoce, o bien ordene su repliegue.
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