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Salida de la crisis económica será larga |
La salida de la actual crisis económica y financiera mundial será larga, difícil y hacia abajo, pronosticó aquí Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, en un seminario de dos días convocado por el gobierno dominicano.
Es muy difícil no cuestionar los aspectos básicos de las ciencias económicas cuando se observa la magnitud de la crisis, dijo el economista en el Seminario El emergente orden financiero mundial: una perspectiva regional.
La reunión fue convocada por el gobierno dominicano para proveer sugerencias a la crisis planetaria a partir de una visión latinoamericana y caribeña.
En la inauguración, la víspera, el presidente Leonel Fernández y Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), coincidieron en localizar los orígenes de la crisis en la especulación en el mercado inmobiliario estadounidense y el contagio que sufrió el resto de la economía.
Ambos convergieron en responsabilizar del fenómeno a la debilidad de los mecanismos reguladores estatales y la falta de transparencia en la contabilidad. El presidente dominicano llegó a advertir que el derrumbe en los mercados de las mega-economías amenazará la estabilidad y gobernabilidad de los países subdesarrollados.
En ese sentido, Stiglitz se pronunció por un replanteamiento de la filosofía económica y el papel de los gobiernos, desarrollados y emergentes, para enfrentar el seísmo que estremece al planeta.
También auguró que el impacto de la situación en los estados subdesarrollados será “muy serio”, debido sobre todo a las desigualdades.
Al seminario, que será clausurado hoy, asisten el presidente hondureño, Manuel Zelaya, la primera ministra haitiana, Michelle Pierre Louis, y enviados gubernamentales de varios países del área.

Etiquetas: conocimiento, memoria, multitud, politica, sabiduria.
Los depósitos de las dos entidades californianas fueron asumidos por el banco Bancorp, el sexto mayor banco de Estados Unidos, mientras que el dinero de los clientes de Community Bank de Loganville, fue asumido por el Bank of Essex.
Las quiebras tienen consecuencias para la aseguradora de depósitos FDIC (por sus siglas en inglés), que deberá asumir una carga adicional de alrededor de 2.300 millones de dólares.
De las tres instituciones que declararon su bancarrota, el caso de mayor gravedad fue la caída de la caja de ahorros Downey Savings & Loan, de un balance total de 12.800 millones de dólares.
Este colapso se sitúa en tercer el lugar de todos los registrados este año en Estados Unidos.
Hasta ahora el mayor caso de la historia estadounidense fue la quiebra de la caja de ahorros Washington Mutual, a fines de septiembre, de un balance que superaba los 300.000 millones de dólares.
La operación se materializará en dos partes y supondrá una movilización de recursos públicos que, como máximo, ascenderá a 326.000 millones de dólares (258.583 millones de euros). Este importe se repartirá entre garantías que el Gobierno concederá para respaldar activos de baja calidad de Citi (por 306.000 millones) e inyecciones de capital por 20.000 millones.
Los activos garantizados por el Tesoro serán préstamos y deuda respalda por hipotecas residenciales y comerciales, principalmente. Estos títulos permanecerán dentro del balance de Citigroup (se había negociado traspasarlos a una entidad de nueva creación). El Gobierno garantizará los activos residenciales durante diez años y los comerciales, durante cinco años. Citi se compromete a asumir las primeras pérdidas que estos activos puedan ocasionar, por un máximo de 29.000 millones de dólares. A partir de ahí, los números rojos serán compartidos por el Gobierno (90%) y por Citi (10%), que podrá contar con fondos de la Reserva Federal.
A cambio de respaldar estos activos, Citi emitirá acciones preferentes para el Tesoro, por valor de 7.000 millones de dólares, que supondrán el pago al Gobierno de un tipo de interés del 8%. El banco dirigido por Vikram Pandit no podrá pagar dividendos más allá de 0,1 dólares por acción al trimestre durante los próximos tres años, sin el consentimiento del Gobierno. Además, el banco se compromete a que cualquier plan de retribución del equipo directivo, incluido el bonus, deba ser sometido a la aprobación previa del Gobierno.
La inyección de capital, por su parte, supondrá para el Gobierno un desembolso de 20.000 millones, procedentes del plan anticrisis aprobado el pasado octubre en el Congreso. El Tesoro comprará acciones preferentes, con un nominal de 1.000 dólares. Estas acciones incorporan las mismas obligaciones que las anteriores vinculas al respaldo de los activos, pero serán perpetuas. El Gobierno de George W. Bush ya había inyectado 25.000 millones en el banco con anterioridad.
Citigroup, presente en más de 106 países, fue el primer banco del país por activos hasta octubre, cuando fue sobrepasado por JPMorgan. El banco vale en bolsa 20.540 millones. El viernes su cotización cayó un 19,96%, hasta 3,77 dólares.
El Tesoro y la Fed han asegurado en un comunicado que �con estas transacciones, el Gobierno de EEUU está tomando las acciones necesarias para fortalecer al sistema financiero y proteger a los contribuyentes y a la economía estadounidense. Continuaremos utilizando los recursos para reparar y recuperar y para gestionar los riesgos, al mismo tiempo que respaldaremos los intentos de las entidades de lograr capital privado.
Citigroup es una de las marcas bancarias más conocidas del mundo, con más de 200 millones de cuentas en 106 países. La caída de su acción amenazaba con asustar a los clientes y poner en peligro al banco.
Si el rescate del gobierno es un éxito podría ayudar a estabilizar a todo el sistema financiero. Si fracasa, se podrían esparcir aún más dudas sobre el futuro de la industria.
Después de un fin de semana de negociaciones maratónicas entre ejecutivos de Citigroup y altos funcionarios del gobierno, las partes acordaron el domingo por la noche un paquete con el que el gobierno ayudará a la compañía a protegerse de sus activos más riesgosos.
Bajo el plan, Citigroup y el gobierno han identificado un grupo de cerca de US$306.000 millones en activos problemáticos. Citigroup absorberá los primeros US$29.000 millones en pérdidas en ese portafolio. Después de eso, tres agencias gubernamentales: el Tesoro, la Reserva Federal y Federal Deposit Insurance Corp. asumirán las pérdidas adicionales, aunque Citigroup tendría que compartir una porción pequeña de las pérdidas adicionales.
El plan esencialmente pondría al gobierno en la posición de asegurar una parte del balance de Citigroup. Eso significa que los contribuyentes tendrían que responder si los masivos portafolios de hipotecas, tarjetas de crédito, inmobiliarios y de préstamos corporativos de la firma se hunden.
A cambio de la protección, Citigroup le dará al gobienro garantes para comprar acciones en la compañía.
En adición, el Departamento del Tesoro también inyectará US$20.000 millones de capital fresco a Citigroup. Eso se suma a los US$25.000 millones que Citigroup recibió recientemente como parte del rescate de la industria bancaria estadounidense.
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