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El fantasma de la depresión económica

Tras el anuncio del comienzo oficial del ciclo recesivo, en la Eurozona se empieza a hablar de las consecuencias a largo plazo de la crisis económica.

El anuncio, el sábado, de que entraron formalmente en recesión las economías de los quince países europeos que integran la Eurozona, con una moneda única que es el euro, comienza a hacer vagar en el viejo continente un espectro que podría presentarse el año que viene. Es el fantasma de la Depresión. La crisis se ha instalado en el corazón de Europa y una recesión profunda, que cambiará de nombre y se llamará Depresión, no es ya una hipótesis imposible.

El recuerdo de la gran depresión que hundió a la economía norteamericana en la más grave crisis que recuerda el mundo capitalista, comienza a hacerse vivo entre algunos economistas y a ser temido por gobernantes y políticos. Fue el presidente Franklin Delano Rooselvet el que sacó a EEUU del pantano con un vigoroso plan de medidas en parte inspiradas por el economista inglés John Maynard Keynes. Todo culminó en la Segunda Guerra Mundial, que barrió con la crisis económica.

Pero la pérdida de más de dos años mientras la recesión se agravaba llevó a los terribles datos de 1932, cuando el Producto Bruto Interno norteamericano cayó un 50% y la desocupación llegó al 25%. El desastre se extendió por todo el mundo, a comenzar por Europa donde los contragolpes políticos hicieron florecer a varios totalitarismos y a una situación solo reequilibrada por la Segunda Guerra Mundial.

El sábado el Eurostat, que es el organismo estadístico de la Unión Europea de 27 socios, anunció que se había entrado en la fase de "recesión técnica". Hace falta un crecimiento negativo de dos trimestres consecutivos y el sábado se confirmó que en el tercer trimestre el resultado fue de -0,2%, similar en porcentaje al 0,2% del segundo. Es decir que desde abril predomina la barranca abajo, que sin dudas será el panorama del último trimeste 2008. Para el año próximo, el panorama será peor, según los ambientes europeos.

La Depresión podría comenzar a hacerse realidad, al menos en parte, si la contracción de la demanda sigue con la energía actual. Un ejemplo es el precio del petróleo, que de los 150 dólares por barril de hace cuatro meses ha precipitado a 50-55 dólares. En toda Europa se difunden desesperadas liquidaciones en negocios y centros comerciales, que compiten con descuentos al público que llegan al 50%. El mercado inmobiliario cae sin remedio. La gente no compra, trata de ahorrar lo que puede. El miedo más grande es perder el trabajo. Y todos los días hay noticias de cierres de establecimientos y de negocios de servicios, de suspensiones de personal y de bancarrotas. Si esta espiral hacia abajo no se detiene el espectro de la Depresión se dibujará pronto en el horizonte.

El dato más vistoso es el de la economía alemana, que sola ocupa un tercio de la Unión Europea con sus prósperos 80 millones de habitantes. Entre julio y agosto la bajada ha sido del 0,5%.

La frenada va más allá de todas las previsiones. "La recesión es seria", afirma la prensa alemana, porque en el segundo trimestre ya había bajado un 0,4%. El viceministro de Economía Walther Otremba ve negro también el futuro y los indicadores de la mayor economía europea son una pésima señal para toda Europa. En Italia la coyuntura alemana pone los pelos de punta porque solo el "Land" (equivalente a una de nuestras provincias) de Baden-Wuertemberg absorbe más exportaciones italianas que toda China.

Se quiere presentar casi como una buena noticia el dato de que España y Francia aún no están en recesión técnica. Es una manipulación falluta, seguramente en parte fruto de maniobras estadísticas "creativas". Los franceses enarbolan un +0,1% y los españoles un +0,2%, que de todas maneras es el peor en los últimos quince años de la península ibérica. La economía de Francia había caído un 0,3% en el segundo trimestre.

El gran Tayllerand, canciller de Francia en los tiempos tumultuosos de la revolución francesa, Napoleón y después la Santa Alianza, respondía cuando le preguntaban que era la no intervención: "Es más o menos lo mismo que la intervención". Aquí es también mas o menos igual. Basta juntar dos palabras, estancamiento y recesión, para abarcar sin acrobacias estadísticas una coyuntura tan negativa.

En Italia, por ejemplo, la falta de crecimiento de la economía ha sido una característica de casi todos los años de este siglo. La decadencia parece haber llegado para quedarse y ahora la crisis mundial no hace sino agravar las cosas que ya estaban mal. La central empresaria Confindustria pronosticó el sábado que la recesión llegará por lo menos al 1% en 2009.

En períodos anuales, todas las grandes economías europeas han sufrido un fuerte frenazo. Italia ha caído un 0.9%, Francia avanzó solo el 0,6%, Alemania subió el 0,8%, Gran Bretaña el 0,3% y como no pertenece al área del euro no entró en los datos de la Eurozona, pero ha entrado también en franca recesión. España creció en el lapso de un año el 0,9%, la mitad del ritmo registrado en el trimestre anterior. Se difunde el temor de que las medidas que se están adoptando son insuficientes y equivalen a la imagen del campesino que azota para que se levante al caballo muerto.

El clima de parálisis y recesión hizo también bajar en la Eurozona la inflación a la tasa más baja desde enero, un 3.2%. La disminución fue del 0,4% respecto al trimestre anterior. En los 27 países de la Unión Europea los precios no aumentaron en octubre y la inflación interanual fue del 3,7%, un 0,5% menos que en setiembre.

Para afrontar la crisis, el economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), el alemán Juergen Stark, dijo que la institución podría volver a bajar las tasas de interés. En un mes la BCE ya bajó un punto los tipos de interés, a un nivel de 3,25% anual. El presidente del Banco Central, el francés Jean-Claude Trichet se mostró abierto a nuevos recortes si la situación lo exige.

El economista Peter Bofinger, miembro del equipo de cinco expertos que aconsejan al gobierno alemán en su política económica, propuso descender a una tasa del 2%.

En 2009 las economías europeas tocarán el fondo, según la Comisión Europea de Bruselas y los optimistas esperan a partir del segundo semestre un rebote hacia arriba, en el cual muchos no creen por la extensión y profundidad de una crisis de la cual no se conocen aún todos sus contornos. Si el panorama global se hace depresivo, la crisis se prolongará hasta bien entrado el 2010, afirman los que creen que falta enterarse de otras pésimas noticias porque ni el mundo financiero, ni los bancos comerciales, ni los grandes conglomerados de empresas productivas y de servicios, han contado todavía al público la verdad en toda su magnitud.

Publicado por Pause Editar entrada contiene 1 comentarios.
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  Anónimo

martes, 18 noviembre, 2008  

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