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El fantasma de la recesión mundial |
Mientras Europa y EEUU discuten el "salvataje financiero", la crisis del crédito y el achicamiento del consumo ya se perfilan como un impacto mortal sobre sus economías estructurales en rojo. Los especialistas temen que el costo final del plan de rescate, además de socializar la deuda privada, profundice la contracción del crédito y termine de asfixiar ambas economías centrales proyectando (vía dólar y sistema financiero) una recesión a escala global.
Pese a que el Congreso y la Casa Blanca (en medio de a campaña electoral) han puesto el "súper-rescate" bancario en el centro del debate, la plaza financiera USA sigue "seca".
En consecuencia, la crisis del crédito y su emergente inmediato, la baja del consumo, es el tema obligado de los estadounidenses, según la prensa norteamericana.
La inyección de "liquidez" de los bancos USA-europeos resultó insuficiente para cubrir la demanda del mercado. Los bancos se guardan el efectivo como un "colchón" para enfrentar la crisis.
El crédito a corto plazo sigue paralizado y las tasas están por las nubes.
La situación se complica por la sobredemanda de efectivo para pagar deudas. Y para los expertos, el costo billonario del super-rescate (que pagará la población a través de los impuestos) potencia el proceso de crisis estructural por el que atraviesan las economías imperialistas centrales de EEUU y la Unión Europea.
La crisis exportada por la debacle impactó en la economía estructural de Europa que ya padece un proceso de contracción del crédito y del consumo parecido al de EEUU, mientras la UE anunciaba este martes el lanzamiento de un plan de rescate financiero parecido al de la Casa Blanca.
Mientras el Senado estadounidense vota el plan de rescate financiero, Europa debate crear un fondo similar para contener la crisis, en momentos en que la contracción del crédito amenaza con asfixiar la economía del euro.
Según agencias internacionales, Francia presentará un plan de rescate el sábado, en una reunión convocada en París por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, con los líderes de los cuatro países europeos que integran el G7 (Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia) y las máximas autoridades económicas europeas.
Desde EEUU, Francia y Alemania, pasado por Italia o España, los últimos datos macroeconómicos (inflación, crecimiento económico, productividad) son contundentes: la eurozona ya traspuso la línea y se encuentra en los límites de la recesión, a la que alcanzaría plenamente al cerrar con dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, tal como pronostica el BCE.
Además, y como efecto inmediato de la crisis USA-UE, la crisis crediticia también empieza a afectar a Asia. La creciente renuencia de los bancos de Hong Kong a prestarse entre sí motivó a las autoridades a anunciar medidas para aumentar la liquidez.
El gobierno de Corea del Sur, por su parte, ofreció préstamos y garantías de préstamos para aliviar la situación de pequeñas y medianas empresas con problemas de financiamiento. El Banco Central de India trató de inyectar más liquidez a través de subastas diarias, pero eso no previno un alza en el costo del dinero.
Lejanos de los fulgores coyunturales, medios especializados de Wall Street comenzaron la semana pasada a echar "paños fríos" sobre la fiebre bursátil describiendo la realidad del sistema financiero aquejado por una creciente crisis de iliquidez que se proyecta en la retracción del crédito y en la suba de tasas.
De acuerdo con The Wall Street Journal, con el mercado "seco" y los bancos sin efectivo en ventanilla se ponen de relieve los problemas que ha aquejado a los bancos centrales desde el comienzo de la contracción del crédito y que en las últimas jornadas se ha agudizado.
El efectivo no está llegando adonde tiene que estar para mantener a los mercados operando con normalidad y alimentar al resto de la economía, afirma el Journal.
Otros medios de Wall Street coinciden en la falta de dinero efectivo continúa horadando los cimientos de todo el sistema financiero, donde el negocio de los bancos y las firmas de valores gira en torno a las deudas dejadas por la crisis.
Esto creó una sobredemanda que rebalsa la suma inyectada por la Reserva Federal y el resto de los bancos centrales.
Los fondos inyectados hasta ahora resultan insuficientes, apenas un goteo, en un mercado donde los préstamos a un día entre los bancos bordean US$1 billón (millón de millones), dinero que utilizan para cubrir gastos inesperados.
Además, señalaba este martes la CNN, el dinero desaparece de los mercados casi tan pronto como los bancos centrales lo inyectan debido a que los bancos se abalanzan sobre uno de los activos más seguros: el efectivo.
En consecuencia, señala la CNN, los bancos siguen reticentes a conceder préstamos a clientes, inversionistas y otras entidades financieras y prefirieren conservar los fondos para preservar sus finanzas de las convulsiones del sistema financiero.
"Los bancos actualmente dependen del respirador artificial provisto por los bancos centrales", señaló Thomas Mayer, economista de Deutsche Bank.
Los indicadores ponen en evidencia las tensiones y las dificultades que experimentan los mercados de crédito. La tasa interbancaria en EEUU, que cubre préstamos a un día entre los bancos, se disparó el lunes a 7%, muy por encima del objetivo de la Reserva Federal de 2%.
En Europa, la tasa de referencia a la que los bancos se prestan dinero a un día en dólares, conocida como Libor, saltó de 2,57% el lunes a 6,88% el martes. Los bancos europeos que buscaban obtener dólares en la última subasta del Banco Central Europeo tuvieron que pagar una tasa de 11%, casi cuatro veces más del 3% que pagaron el lunes.
Además, en el contexto de un déficit fiscal que, en 2009, ascendería a los US$500.000 millones, los números finales del súper-salvataje bancario de Bush dejan más dudas que certezas sobre el impacto que tendrán en la maltrecha economía imperial norteamericana.
A este costo deberán sumarse el impacto de corto plazo de los multimillonarios rescates de Bear Stearns Cos., Fannie, Freddie y AIG. Fannie Mae y Freddie Mac son pilares del mercado inmobiliario con más de US$5 billones (millones de millones) en créditos hipotecarios garantizados por el Estado norteamericano.
Tomando en cuenta toda la incertidumbre en torno a los rescates, "es como lanzar una moneda al aire", señala Robert Reischauer, ex director de la Oficina Presupuestaria del Congreso durante la crisis de las instituciones de ahorro y préstamo en los años 90.
Pero lo que más divide las aguas es el debate sobre el costo que la sociedad norteamericana deberá pagar por los "platos rotos" del festival especulativo privado con la "burbuja hipotecaria" colapsada.
Los precios de la energía registraron un aumento mensual del 4% y ya acumulan un encarecimiento interanual del 29,3%, mientras que los precios de los alimentos subieron nueve décimas en agosto y suben un 6% en el último año.
La suba de precios y la desaceleración del consumo que conlleva ya impacta en el empleo: El Departamento de Trabajo informó que las peticiones de subsidio por desempleo se vienen incrementando semana tras semana.
La contracción del crédito y la cautela de los consumidores golpearon duramente a las automotrices de EEUU en septiembre. Tanto Toyota Motor Corp. como Ford Motor Co. anunciaron caídas de más de 30% en sus ventas de septiembre en comparación con igual mes del año pasado.
El sector manufacturero también registró un brusco descenso en septiembre. El indicador mensual de actividad industrial, elaborado por el Instituto para la Gestión del Abastecimiento (ISM), se precipitó a su nivel más bajo desde octubre de 2001, indicando que la economía está entrando en territorio recesivo.
En este escenario, el monto billonario del plan de "súper-rescate" se perfila como un impacto mortal sobre una economía estructural en rojo como la de EEUU (a la que debe agregarse la europea).
"La economía global se está deslizando hacia una recesión", advirtieron a sus clientes economistas de J.P. Morgan Chase & Co., en un correo electrónico despachado después de que se conocieran los datos manufactureros esta semana.
El riesgo de que se produzca un severo bajón económico, cuya probabilidad sigue siendo baja pero cuyos efectos serían enormes, ha vuelto a aparecer en las últimas semanas, señala The Wall Street Journal.
Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal, advirtió en su testimonio ante el Congreso la semana pasada sobre "graves amenazas a la estabilidad financiera" y sugirió que el daño causado por la crisis financiera impactará a la economía real.
Hay un grupo de macroeconomistas que están advirtiendo que si el gobierno de EEUU (por medio del gran plan de rescate anunciado) se hace cargo de las deudas de las entidades quebradas por la especulación financiera, lo que va a conseguir es convertir una crisis del capitalismo financiero privado en una crisis estructural del Estado norteamericano.
Y hay punto de partida explicativo para esta afirmación: El Estado norteamericano no se maneja con el dinero de los inversionistas privados sino con el dinero cautivo de los contribuyentes que pagan impuestos en forma compulsiva.
Es decir, si el Gobierno federal se hace cargo de los "papeles quebrados" del sistema financiero privado, lo que estaría haciendo es transferir la deuda privada (producto del robo financiero sin respaldo) a las finanzas públicas alimentadas con la contribución de toda la población estadounidense.
La inyección de efectivo estatal en los mercados implica una "socialización de las perdidas" donde la crisis financiera de los privados termina siendo pagada por toda la población contribuyente.
El premio Nobel Joseph Stiglitz, dijo a la agencia EFE que "este es sólo el principio de la crisis" y que el plan no va a la raíz y es "insuficiente", pues en vez de ayudar a la gente común afectada por las hipotecas salva la deuda "tóxica" de los bancos.
"Esta huida hacia lo seguro ha cortado el crédito de muchos negocios, incluyendo el de los principales actores de la industria financiera, y eso, a su vez, nos conduce a nuevas grandes quiebras y más pánico. También está deprimiendo el gasto de las empresas, un mal asunto cuando las señales apuntan que la contracción económica se está agudizando", señala Paul Krugman, profesor de Economía en la Universidad de Princeton, refiriéndose al impacto del mega-salvataje financiero emprendido por la Casa Blanca.
En general, la prensa norteamericana coincide en que el costo billonario del super-rescate (que pagará la población a través de los impuestos) potencia el proceso de crisis estructural por el que atraviesan las economías centrales de EEUU y la Unión Europea.
La mayoría de los analistas proyectan un agravamiento de la presión fiscal (suba de impuestos) y un recorte de planes y beneficios sociales como el emergente más inmediato del mega-salvataje estatal a la banca imperial en quiebra que incian EEUU y la UE.
Lo que incidirá en una mayor suba de precios y recorte del consumo (ya desatados), que se sumarán a los estragos de la crisis crediticia para potenciar el proceso inflacionario-recesivo en que se encuentran las economías de Europa y de EEUU.
En consecuencia: El cóctel crisis del crédito-caída de la producción-desempleo masivo-recesión ya se proyecta como efecto inmediato de la crisis financiera con caída bancaria y derrumbe de bolsas con epicentro en EEUU y Europa.
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Si la Fed opta por bajar las tasas, tiene poco incentivo para hacerlo antes de que se defina la suerte del plan de rescate de US$700.000 millones. Al esperar el desenlace del paquete, tendrán tiempo para evaluar su impacto en el mercado. El banco central tiene previsto reunirse el 28 y 29 de octubre, aunque a veces interviene antes o después de las reuniones.
La Fed cree que su agresiva rebaja de tasas en los últimos 12 meses, que redujo la tasa de referencia de 5,25% a 2%, contribuyó a amortiguar lo que habría sido un golpe más severo a la economía y el sistema financiero. Aunque ahora dispone de un menor margen de maniobra, la entidad cree que nuevas bajas de tasas podrían apuntalar la confianza de empresas y consumidores al reducir el costo del financiamiento en medio de una contracción crediticia.
La disposición del banco central a bajar las tasas representa un giro respecto a la postura de los últimos meses, cuando el alza en los precios de los alimentos y la energía le hizo volcar su atención sobre las presiones inflacionarias.
Las malas noticias abundaron el miércoles. La contracción del crédito y la cautela de los consumidores golpearon duramente a las automotrices en septiembre. Tanto Toyota Motor Corp. como Ford Motor Co. anunciaron caídas de más de 30% en sus ventas de septiembre en comparación con igual mes del año pasado.
El sector manufacturero también registró un brusco descenso en septiembre. El indicador mensual de actividad industrial, elaborado por el Instituto para la Gestión del Abastecimiento (ISM), se precipitó a su nivel más bajo desde octubre de 2001, indicando que la economía está entrando en territorio recesivo. El índice cayó a 43,5 el mes pasado, desde 49,9 en agosto. Las cifras por debajo de 50 reflejan una contracción y el nivel de las últimas mediciones suele indicar un crecimiento de la economía de alrededor de 0,8%, señaló el ISM.
"El sector manufacturero había eludido gran parte de la caída provocada por el sector de servicios financieros", indicó Norbert Ore, ejecutivo de la papelera Georgia-Pacific Corp. y encargado de dirigir la encuesta que se realiza entre gerentes de compras. "Este mes realmente hubo un cambio pronunciado en la tendencia".
En tanto, un informe sobre gastos en el sector de la construcción indicó que la actividad de construcción de bienes raíces comerciales perdió fuerza en agosto, lo que se suma a la debilidad en el sector de bienes raíces residenciales.
Los indicadores globales de crecimiento también se han debilitado de modo notable. "La economía global se está deslizando hacia una recesión", advirtieron a sus clientes economistas de J.P. Morgan Chase & Co., en un correo electrónico despachado después de que se conocieran los datos manufactureros.
El riesgo de que se produzca un severo bajón económico, cuya probabilidad sigue siendo baja pero cuyos efectos serían enormes, ha vuelto a aparecer en las últimas semanas. Los funcionarios de la Fed pensaban que tal riesgo se había disipado. Ben Bernanke, el presidente de la Fed, advirtió en su testimonio ante el Congreso la semana pasada sobre "graves amenazas a la estabilidad financiera" y sugirió que el daño causado por la crisis financiera impactará a la economía real. "Han habido muy pocos casos en los que hayamos visto esta clase de fractura financiera sin que tenga un impacto significativo en la economía", aseveró.
El cálculo sobre los recortes de tasas es complicado para la Fed. Aunque la tasa de interés de referencia ha bajado drásticamente, otras tasas no han seguido el ejemplo. Las tasas hipotecarias, por ejemplo, no han registrado grandes cambios en los últimos doce meses, a pesar de los esfuerzos de la Fed.
Los mercados a futuro apuestan a que la tasa de fondos federales caiga a 1,75% hacia fines de octubre. El mercado asigna una probabilidad de 50% a una rebaja de medio punto porcentual.
Muchas empresas de manufacturas se sienten asfixiadas. Power Curbers Inc., fabricante de máquinas que pavimentan aceras, sienten en carne propia la furia de la tormenta de crédito.
Su actividad ya se había desacelerado hace un tiempo, dada su conexión con el sector de la construcción. "Nuestros negocios domésticos habían caído alrededor de un 35% desde principios de este año hasta agosto", asegura Dyke Messinger, presidente ejecutivo de la empresa familiar. Pero a medida que la situación económica empeoró en las últimas semanas los pedidos se detuvieron de golpe. "No recibimos un pedido doméstico en seis semanas", afirma Messinger. "A estas alturas, esto no tiene precedentes".
Frente al freno tan abrupto de la actividad, la compañía decidió el martes cerrar por dos semanas su línea de ensamblaje, lo que significa el despido de más de 100 trabajadores.
"Al comparar el actual episodio de tensión financiera con episodios anteriores, se observa que persiste una probabilidad importante de que se produzca una fuerte desaceleración en Estados Unidos" señaló el informe.
"La evolución de los precios de los activos, el crédito agregado y el endeudamiento neto de los hogares en Estados Unidos durante el actual episodio de tensión financiera parece coincidir con la de episodios anteriores que estuvieron seguidos por recesiones", añadió.
Subir Lall, subdirector de la división del Departamento de Investigación del FMI, explicó que el organismo internacional estudio 113 episodios de turbulencia financiera ocurridos en 17 países desarrollados durante los pasados 30 años para llegar a sus conclusiones.
Lall señaló que "no todos los episodios de tensiones financieras terminaron en ralentizaciones económicas o depresiones. De hecho, sólo se produjeron en la mitad de los episodios. Esto confirma el viejo dicho que los mercados han predicho 9 de las pasadas 5 recesiones. Los mercados son más volátiles que la economía".
Pero el FMI concluyó que, tomando como base el índice de pasados episodios, "el actual episodio de tensión financiera es uno de los más intensos en Estados Unidos y uno de los más extensos, ya que afecta a casi todos los países de la muestra".
El FMI también destacó que aunque no todas las tensiones financieras terminan en recesiones, "cuando una desaceleración o una recesión está precedida por tensiones financieras, y especialmente cuando estas tensiones se concentran en el sector bancario, por lo general esta desaceleración o recesión es considerablemente más grave que las no precedidas por tensiones financieras".
"En concreto las ralentizaciones o recesiones precedidas por tensiones relacionadas con bancos tienden a suponer pérdidas acumuladas de producción 2 a 3 veces mayores y prolongarse de 2 a 4 veces más" explicó Lall. Además, dijo que las condiciones iniciales "son cruciales" para determinar si las tensiones bancarias serán seguidas por una recesión.
Aumento de los precios de la vivienda
"En particular, la probabilidad de que las tensiones financieras vayan a ser seguidas por una desaceleración está relacionada con el aumento de los precios de la vivienda y el crédito agregado en el período anterior al episodio de tensión financiera" afirmó el funcionario del FMI.
"Además, aunque la mayor dependencia de la financiación por parte de las empresas no financieras está vinculada a desaceleraciones más pronunciadas después de un episodio de tensión financiera, la magnitud de los desequilibrios financieros en el sector de la vivienda es esencial a la hora de determinar si la desaceleración se convertirá en una recesión".
Pero el FMI también quiso mostrar cierto optimismo. "Como factores compensatorios que podrían proporcionar cierto margen de resistencia se puede mencionar la situación relativamente sólida de los balances de las empresas al comienzo de la crisis y la política de distensión monetaria contundente de la Reserva Federal", dijo el organismo. "En la zona del euro, los balances relativamente sólidos de los hogares ofrecen cierta protección frente a una desaceleración pronunciada, a pesar de los apreciables aumentos de precios de los activos y los coeficientes de crédito registrados antes de la actual turbulencia financiera" añadió.
La ministra de Economía, Christine Lagarde, admite que "más allá de las incertidumbres asociadas a cualquier previsión el riesgo de un crecimiento negativo en el otoño para el segundo trimestre consecutivo es a partir de ahora real". "En este estadio, este riesgo refleja sobre todo el efecto de la escalada excepcional del precio del petróleo y del euro observados en el primer trimestre y el agravamiento de la crisis financiera", sostiene la ministra en un comunicado.
A su juicio, el ligero repliegue de los tipos de cambio y del precio de las materias primas experimentado desde julio es demasiado reciente como para que su influencia positiva se materialice de manera significativa. Por otro lado, Lagarde subraya que el diagnóstico coyuntural del Insee que augura un crecimiento positivo del 0,9% para el conjunto del año, coincide con el del Gobierno que contempla una hipótesis de 1% en el proyecto de ley de finanzas.
La titular gala de Economía considera que la urgencia hoy es "restablecer la confianza" de los mercados financieros para que este mal dato de coyuntura sea "temporal". Al mismo tiempo, aboga por continuar las reformas estructurales para que la economía francesa se beneficie a medio plazo de un crecimiento sostenido.
Zona euro
El Insee avanza igualmente un crecimiento medio de -0,1% en el tercer y cuarto trimestre de la zona euro, con lo que el crecimiento será del 1,1% en el conjunto de 2008 después de haber crecido 2,6 % en 2007. La primera potencia económica de la zona, Alemania, crecerá la mitad y alcanzará un 1,3% mientras que Italia tendrá un crecimiento cero en 2008.
Según el Insee hay tres elementos que explican la ralentización de la economía mundial: la corrección de la burbuja inmobiliaria que está provocando en numerosos países una contracción de la inversión de los hogares; la subida del precio de las materias primas hasta el pasado verano que afecta al poder adquisitivo y las turbulencias de los mercados financieros por la crisis de las subprimes que conlleva un endurecimiento de las condiciones del crédito.
De acuerdo con estas estimaciones iniciales, la segunda mayor economía de la zona euro habría sufrido un crecimiento negativo del 0,1%. Si se confirma este dato, se tataría del segundo trimestre consecutivo de contracción en la economía francesa, después del 0,3% registrado entre abril y junio.
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