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La OTAN deja un reguero de desastres |
La OTAN es inútil. No ha logrado llevar la estabilidad a Afganistán, como tampoco consiguió hacerlo con Serbia. La OTAN ha demostrado ser una pésima fuerza de combate y tampoco es mejor en el aspecto diplomático: vean si no su torpe gestión en Europa del este. Como custodio de la resistencia occidental de posguerra frenta a la amenaza nuclear de la Unión Soviética tenía una utilidad. Ahora se ha convertido en una Olimpiada de diplomáticos, irrelevantes pero con brotes de extravagante petulancia.
La última reunión ministerial de la OTAN en Bruselas fue una hoja de parra para tapar el fiasco de la intervención rusa en Georgia. Con el pretexto de salvar a los rusos de Osetia del Sur, tal intervención se produjo, en realidad, para decir a Georgia y Ucrania que no deben meterse en juegos con Occidente en la frontera rusa. La OTAN es ahora una provocación constante en el borde oriental de Europa.
La Alianza no tenía ninguna necesidad estratégica de hacer proselitismo en busca de miembros, ni de establecer las consiguientes garantías de seguridad entre las repúblicas bálticas y los estados fronterizos del sur. Ni EEUU tiene tampoco ninguna necesidad estratégica de instalar misiles en Polonia o Chequia.
Estos movimientos estaban predestinados a enfurecer a los hipersensibles rusos. Y así lo hicieron. De nada sirve que los expertos occidentales digan que el sentido de las acciones de la OTAN junto a la frontera rusa es diferente al del despliegue de los misiles soviéticos en Cuba durante la Guerra Fría. Tampoco tiene sentido que ningún experto señale que la defensa de las minorías rusas en Georgia es muy distinta de la intervención de la OTAN para defender a la minoría kurda en Irak o la minoría albanesa en Serbia. En ambos casos, a los nacionalistas rusos les parece lo mismo.
Rusia ya es suficientemente ruda y beligerante por sí misma. ¿Para qué animarla? Las dos mayores pesadillas de EEUU actualmente, Rusia e Irán, tienen motivos para sentirse cercados por fuerzas hostiles. Ellos también son vulnerables a la política del miedo irracional.
La retórica respuesta de los líderes de la OTAN ha sido propia de halcones, afirmando que «esta gente» sólo entiende palabras claras y mano dura. Pero eso no hace sino imitar la actitud de Rusia hacia Georgia y Ucrania. Y al menos Rusia tiene fuerza para imponerse.
George Bush ha dicho que «la era de las esferas de influencia se terminó». Entonces, ¿por qué extender los dominios de la OTAN hasta la frontera rusa? ¿Qué hay de la teoría de las esferas de influencia que apuntaló el plan neoconservador de Bush, destinado a ganar al mundo musulmán para la democracia?
Si en Rusia la OTAN está jugando con fuego, en Afganistán/Pakistán (que siempre deberían citarse juntos) está jugando con dinamita. Aquí, Osama bin Laden y Donald Rumsfeld deben de estar riendo al unísono: el primero porque la manera en que la OTAN ha conducido la guerra contra los talibán ha servido para crear un campo de reclutamiento de Al Qaeda en Pakistán; y el segundo porque todo lo que dijo sobre la construcción de naciones se ha demostrado cierto. «Entrar rápido y salir rápido» era su estrategia. Y tenía razón.
La actuación de la OTAN ha sido desastrosa. Ha establecido un liderazgo dividido y unas reglas de combate heterogéneas. Ha justificado la opinión del general de EEUU en Kosovo, Wesley Clark, de que las unidades estadounidenses no deberían colocarse bajo mando internacional. El mando internacional significa no tener ningún mando en absoluto. «No hay una coordinación sensata de todos los elementos políticos y militares en el teatro de operaciones afgano», denunciaba en un informe del Pentágono el general Barry McCaffrey.
Se dice que hay un plan para reforzar el destacamento con 12.000 soldados estadounidenses y poner en escena un impulso al estilo de Bagdad, fuera del control de la OTAN. La idea de que los talibán rurales puedan ser susceptibles del mismo tratamiento que las milicias urbanas de Irak puede no tener sentido, pero se veía venir. Tal impulso significa que habría tres ejércitos rivales (el afgano, el de la OTAN y el estadounidense) merodeando por esta tierra atribulada. Un regalo para cualquier enemigo.
El nuevo Gobierno pakistaní debe de añorar los días en los que su patio trasero afgano estaba tranquilo. El régimen talibán, financiado por el opio y los saudíes, no tenía importancia estratégica para Occidente. No había depredadores estadounidenses bombardeando pueblos, ni teléfonos pinchados por la CIA, ni oficiales de inteligencia sobornados ni interferencias extranjeras. La esfera de influencia de Pakistán podía no gustar, pero era a grandes rasgos estable.
Ahora tendremos al sexto país más extenso del mundo, poseedor de un arsenal nuclear activo, asolado por disturbios internos por culpa de una aventura de la OTAN condenada al fracaso en su frontera. Los talibán están operando libremente por el sur y el este de Afganistán y a pocos kilómetros de la capital, Kabul, lo que contradice de plano la falaz versión de los portavoces de la OTAN respecto a los últimos dos años.
Parece que los gobiernos occidentales no aprenden nunca. Las guerras contra una insurgencia de este tipo nunca salen bien si se extienden en el tiempo. En el mejor de los casos dejan estados rotos, corruptos, fallidos, como el Líbano y Kosovo... y, pronto, Irak. En el peor de los casos, son sinónimo de derrota. Si Estados Unidos se ha metido alguna vez en otro Vietnam, es ahora en Afganistán, que está sustituyendo rápidamente a Irak como meca de todos los fanáticos antioccidentales que hay sobre la tierra.
La paz en Afganistán puede no importar demasiado. Pero su ausencia va a desestabilizar terriblemente a Pakistán, y eso sí tiene gran relevancia.
¿Será éste otro trofeo en las vitrinas de la OTAN?
Simon Jenkins

Etiquetas: conocimiento, medios, mentiras, multitud, politica, violencia.
El diplomático español repasó la actuación internacional en el país asiático tras la caída de los talibán y concluyó que "la situación no es buena" a consecuencia de que entre 2002-2004 "no se hizo casi nada" para impedir la resurgencia de los talibán.
Recalcó especialmente que "la situación ha empeorado" en el este de Afganistán en los últimos años, debido al uso de santuarios en las zonas montañosas fronterizas del territorio de Pakistán, cuyo gobierno "parece haber perdido el control" en esas regiones.
"No se puede derrotar a los talibanes puramente de forma militar", afirmó Vendrell, quien recalcó que la decisión de dialogar con ellos corresponde únicamente al Gobierno del presidente Hamid Karzai, aunque reconoció que "no va ser fácil", entre otras cosas porque no tienen un mando único sino un liderazgo "amorfo".
El diplomático afirmó que el pueblo afgano recibió "con los brazos abiertos" la intervención internacional, pero que ésta falló al permitir que los "señores de la guerra" mantuvieran sus milicias armadas. Ello fomentó la corrupción, el mal gobierno, la impunidad y la desilusión, añadió.
Vendrell reconoció que las víctimas civiles de las acciones militares de la OTAN o Estados Unidos "nos hacen un daño enorme" en la mentalidad de la población civil afgana, por lo que también se mostró a favor de regular legalmente los centros de detención que las tropas extranjeras tienen en suelo afgano.
Los aliados se hunden en Afganistán
Como señala el artículo “Estados Unidos y sus aliados se hunden cada vez más en el cenagal afgano”, publicado por Rebelión el pasado 20 de agosto, la resistencia afgana multiplica sus ataques en Afganistán, pese a la presencia de 70.000 soldados extranjeros.
El artículo menciona opiniones de expertos que alertan de que, tras haber retomado el control del Sur del país, los talibán protagonizan ahora una “marcha hacia la capital”.
El Ejército francés envió el pasado mes de abril refuerzos al este de Afganistán, donde los talibán están cada vez más presentes, sin olvidar a las milicias del señor de la guerra Gulbuddin Hekmatyar, líder de la mayor formación política afgana, el Hizb-i-Islam, muy fuerte en la parte oriental del país.
La resistencia afgana atacó el 19 de agosto a un convoy francés a menos de una hora de la capital, Kabul, crecientemente amenazada por la resistencia afgana. Diez soldados franceses murieron y 21 resultaron heridos tras caer en una emboscada protagonizada por un centenar de talibán contra una patrulla de reconocimiento. Hasta ahora catorce soldados franceses habían muerto en el peligroso avispero afgano.
Sólo este año la OTAN y el Ejército estadounidense implicado en la operación «Libertad Duradera» han registrado 176 bajas mortales, lo que ha convertido a Afganistán en el escenario más peligroso de la «guerra al terror» lanzada por el presidente George W. Bush.
«Marcha hacia la capital»
El Gobierno títere afgano trata de implicar una y otra vez al Gobierno paquistaní, en un intento de ocultar o justificar lo evidente. Y es que la presencia inédita de talibanes en este distrito próximo a la capital multiplica el temor a que la resistencia complete su plan de cercar Kabul multiplicando los ataques a sus alrededores. Un grupo de estudios independiente, Senlis, asegura que los talibán han multiplicado sus acciones en las provincias de Wardak y Logar, al oeste y al sur del país, en el marco de una «marcha hacia la capital». Más de la mitad de la provincia de Wardak está bajo control talibán.
«Si analizas lo que pasó en la guerra contra los soviéticos, Kabul fue cercada por los mujahidines y asistimos a la repetición de la historia», asegura Harun Mir, del Centro de Estudios Políticos para Afganistán. «La estrategia de cerco a la capital viene de lejos pero ahora el Gobierno es ya incapaz de impedirla. Asistimos además a crecientes ataques contra los convoyes logísticos entre Kabul y Jalalabad (este), añade este experto, que certifica la alianza entre los talibán y las fuerzas antiocupación de Hekmatyar.
Habibullah Rafi, historiador afgano, explica el retorno de los talibán hacia Kabul, capital que arrebataron a la Alianza del Norte en 1996, por los «errores» de la campaña «Libertad Duradera». «Cuando los americanos acabaron con su régimen (2001), los talibán se disgregaron. Pero tras los bombardeos que han castigado a la población civil, los talibán han vuelto con el apoyo de la población que, cuando no les ayuda directamente, cierra los ojos», añade.
Las ceremonias de la «Fiesta de la Independencia» de Afganistán se vieron reducidas al mínimo en la capital, vigilada por 7.000 policías desplegados en sus calles, mientras el Ejército estadounidense alertaba de «amenazas serias».
La OTAN tiene en Afganistán unos 52.700 soldados, mientras que Estados Unidos mantiene una fuerza independiente dedicada a la lucha contra los talibán, en lo que denomina “Operación Libertad Duradera”. Reino Unido tiene 8.000 soldados desplegados en Afganistán, como parte de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN, que también integran más de 3.000 franceses, más de 3.000 alemanes, 2.500 canadienses, más de 2.000 italianos, más de 1.200 polacos, 900 australianos, 726 españoles y más de 200 checos.
Estas tropas están respaldadas por más de 50.000 policías y soldados afganos, que llevan la peor parte de los ataques de la resistencia.
La Casa Blanca anunció este martes el envío de refuerzos adicionales a los 33.000 soldados estadounidenses en Afganistán, ante el empeoramiento de la situación.
► viernes, 12 septiembre, 2008
Los talibanes tomaron Kabul en 1996 y abrieron el país a los campos de entrenamiento de al-Qaeda, mientras Osama bin Laden se establecía en Kandahar. Después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra EE.UU. y la invasión de Afganistán dirigida por ese país unos pocos meses después, los talibanes aceptaron la pérdida de su gobierno pero, en la tradición del código de honor afgano de Pashtunwali, se negaron a entregar a sus invitados más buscados a los estadounidenses.Siete años después del 11-S, el resurgente movimiento talibán es dirigido exclusivamente por clanes de Kandahar, que siguen vanagloriándose de sus sacrificios por la hermandad islámica en nombre de Pashtunwali, pero sostienen que los talibanes nunca han abrigado –y nunca lo harán– una agenda agresiva contra la comunidad mundial.
En una entrevista con Asia Times Online, Mullah Abdul Jalil, pionero del movimiento talibán en Kandahar, entró en detalles: “Hay mucha retórica por cólera y frustración contra Occidente por la opresión por la OTAN del pueblo afgano, pero la dirigencia talibán sigue ajustándose estrictamente a su código de conducta en la resistencia contra fuerzas de ocupación extranjeras en nuestro país,” dijo Jalil, quien sirvió como ministro adjunto de exteriores y ministro de exteriores durante el régimen talibán (1996-2001).
“Nuestro código de conducta está documentado en la Asasi Qanoon [Ley Básica de Afganistán]. Bajo artículo 103, se menciona que no queremos ningún trastorno en ningún país del mundo. Los talibanes son sólo un movimiento nacional de resistencia contra fuerzas de ocupación extranjeras en Afganistán”, dijo Jalil.
Jalil, de 49 años, procede de Kandahar y asistió a un seminario islámico en Quetta, Pakistán, pero no terminó sus estudios debido a la emergencia de la resistencia afgana contra la invasión soviética de Afganistán en 1979. Jalil es un hombre delgado, sensato, su cabello y barba ya son blancos como la nieve, lo que atribuye a los años de turbulencia que ha presenciado en su país. Nunca ha sido comandante militar, pero siempre ha formado parte del círculo más íntimo del líder talibán Mullah Omar y todavía se siente orgulloso de ser uno de sus confidentes más cercanos.
Junto con el ministro de exteriores de los talibanes en 2001, Mullah Abdul Wakeel Muttawakil, Jalil no se sentía cómodo ante la presencia de al-Qaeda en el país, pero cuando se le preguntó al respecto comenzó por evadir toda respuesta con una sonrisa, diciendo solamente que “es innecesario abrir controversias”,
Sin embargo, después entró en detalles: “Los árabes son diferentes de los talibanes. Si hoy fomentan ataques contra objetivos occidentales, lo hacen independientemente. No tenemos nada que ver con sus afirmaciones. Siempre hemos limitado nuestra batalla contra la OTAN y aunque podríamos trabajar en Uzbekistán, Turkmenistán, Rusia, China o Irán; nunca hemos tenido ningún papel en esas áreas.
“Afganistán ha sido siempre un país pobre y nunca ha tenido la capacidad de ser agresivo contra alguien, ni lo hará en el futuro. Es exactamente lo que Mullah Omar dijo al embajador chino durante los últimos días de nuestro gobierno en Afganistán. Incluso si dimos un lugar a la gente de Turkistán Oriental [la provincia Xinjiang en China] porque emigró a Afganistán, no alimentamos su movimiento [separatista Uigur] desde Afganistán”, insistió Jalil.
Los comentarios de Jalil no parecían verídicos. Varios comandantes talibanes, incluyendo al asesinado Mullah Dadullah y al líder talibán de Pakistán Baitullah, aparte de numerosos miembros de al-Qaeda, han sostenido que la única manera de ganar la guerra afgana contra la OTAN es atacar objetivos occidentales en Europa y EE.UU. Cité algunas de sus declaraciones a Jalil y pregunté: “¿Quién miente, ellos o usted?”
“Nadie miente. Hay asuntos involucrados que hay que comprender. Primero, hubo gente como Mullah Dadullah [alto comandante militar matado por la OTAN en 2007]. Era emotivo y a menudo se involucraba en retórica – muchas veces – diferentes de la política talibán, tanto que en varias ocasiones, la dirigencia talibán le hizo advertencias por sus declaraciones a los medios.
“En segundo lugar, hay que comprender que hay un mar de diferencia entre gente que se llama Pakistan Tehrik-i-Taliban [dirigidos por Mehsud] y los talibanes. No tenemos nada que ver con ellos. De hecho, nos oponemos a su política contra las fuerzas de seguridad paquistaníes.
“Hablamos individualmente con todos los grupos, sean paquistaníes, cachemires, árabes, uzbecos o quienquiera que sea, diciéndoles que no fomenten violencia en Pakistán, especialmente en nombre de los talibanes. Pero aunque no tenemos ningún control sobre ellos, no permitimos que esos grupos vengan a nuestras áreas. Ninguno de ellos está involucrado con nosotros en la lucha contra las tropas de la OTAN en Afganistán”, dijo Jalil.
Entusiasmado por el tema, Jalil continuó: “Nadie tiene derecho a explicar alguna estrategia de guerra en nuestro nombre. Nuestra estrategia es definida sólo por Mullah Bradar. Es el lugarteniente de Mullah Omar y actual jefe de operaciones militares. El año pasado establecimos una política de guerra de guerrillas. No podemos permitirnos ningún levantamiento de masas ni una guerra cara a cara, sólo causarían muchas víctimas innecesarias”.
“¿Pero no pensáis que con este prolongado proceso de guerra de guerrillas, especialmente porque los talibanes no poseen el armamento más reciente, la resistencia dirigida por los talibanes duraría demasiado y cansaría a la población afgana?” pregunté.
Jalil respondió rápidamente, “De ninguna manera. Los talibanes emergieron de Kandahar, que tiene una dinámica especial en Afganistán, y nunca han aceptado la ocupación extranjera. Los talibanes siguen escogiendo líderes militares de Kandahar, y mire la historia de Kandahar... cuando digo Kandahar no quiero decir las actuales divisiones, significa todas las regiones de Helmand, Urzgan y Zabul... siempre han producido los mejores líderes militares.
“Los talibanes no son una entidad que haga las cosas sin ayuda. Un noventa por ciento de la actual resistencia en Kandahar sobrevive gracias a las masas. Las masas nos dan refugio en sus casas, nos alimentan y nos dan dinero para que salgamos y combatamos contra las fuerzas extranjeras, y nunca les importa si al hacerlo sufren víctimas debido a los bombardeos aéreos”, dijo Jalil. (Por lo menos 540 civiles han sido muertos hasta ahora en el conflicto este año, un fuerte aumento respecto al total de 321 del año pasado).
“Mire, la convicción de las masas es lo esencial. El motivo por el que no hay una resistencia tan fuerte en el norte es porque la gente no la respalda. Ciertamente, la gente en todo Afganistán está contra la ocupación extranjera, pero para que una resistencia [tenga éxito] se requiere un temperamento especial, ardor y fuerza para enfrentar todo tipo de penurias. Los kandaharis siempre lo han mostrado y por eso están a la vanguardia de todos en la lucha contra las tropas extranjeras”, dijo Jalil.
La OTAN ha insinuado divisiones dentro de los talibanes y ha apuntado a la aparición de varios antiguos dirigentes muyahidín para rivalizar a la autoridad de Mullah Omar. Entre ellos se destacan Jalaluddin Haqqani, Anwarul Haq Mujahid y comandantes leales al veterano Gulbuddin Hekmatyar, fundador de Hezb-e Islami (HIA).
"Maulana Jalaluddin Haqqani es una personalidad muy respetada en Afganistán, pero no puede dirigir la resistencia por su edad [58] y sus enfermedades. Siempre ha formado parte de la shura talibán [consejo] y nunca se ha separado de los talibanes. Ahora su hijo Sirajuddin Haqqani es un importante comandante, pero siempre coordina sus acciones con los talibanes y está totalmente sujeto a la disciplina talibán.
"Anwarul Haq Mujahid ha sido ahora nombrado oficialmente gobernador de la provincia Nangarhar [que está bajo la oscura bandera de los emiratos de los talibanes] así que todas esas insinuaciones [de la OTAN] son erróneas. En lo que se refiere a Gulbuddin Hekmatyar, nos esforzamos por la misma causa, pero no tenemos contactos regulares”.
Jalil continuó: “Sin embargo, permítame que le diga, la mayor parte de los sitios que fueron anteriormente baluartes de Hezb-e Islami están totalmente bajo el comando talibán. Por ejemplo, HIA reivindicó hace poco la muerte de [10] soldados franceses en Sarobi [a 50 kilómetros al este de Kabul]. En realidad fue hecho por el comandante talibán Qari Baryal, quien comanda la región de Sarobi, el valle Tagaab y hasta Bagram [cerca de Kabul]. Lo mismo vale para [las provincias] Wardak y Kapisa, donde los talibanes han reemplazado en gran parte la red de HIA en la resistencia”.
Existe una especulación generalizada de que los talibanes podrían atacar Kabul cualquiera de estos días, ya que ahora tienen fuertes focos de resistencia alrededor de la capital. Jalil no está de acuerdo: “Prácticamente estamos en Kabul. Estamos en Sarobi, que forma parte del distrito de Kabul. Estamos en Maidan Shehr [provincia Wardak y a sólo 30 kilómetros al este de Kabul], estamos en Nangarhar, que no está lejos de Kabul. Pero actualmente no existe ningún plan para movilizar ningún ataque contra Kabul. El motivo es la falta de recursos”.
Considerando la larga y dura lucha de los talibanes desde su derrocamiento en 2001, presenté el tema de si podría tentarlos un compromiso con antiguos rivales, como ser el tayico étnico y antiguo presidente, profesor Burhanuddin Rabbani, quien recientemente afirmó haber tenido conversaciones con los talibanes. O tal vez los talibanes incluso podrían involucrarse con los estadounidenses o los británicos.
“Durante las últimas elecciones [parlamentarias de 2005], Rabbani y el profesor Abdul Rab Rasool Sayyaf [miembro del parlamento] hablaron con los talibanes a través de mediadores. Sin embargo, querían apoyo de los talibanes en las elecciones. Rechazamos la idea y desde entonces nunca nos hemos comunicado. Nunca hemos tenido un diálogo con los británicos o con los estadounidenses. Hay individuos que han hablado con ellos y eso puede haber creado el malentendido de que los talibanes se comunicaron con ellos”, dijo Jalil.
Me sorprendió esa respuesta. Después de la invasión de EE.UU., hubo algunas aperturas entre los talibanes y la Agencia Central de Inteligencia – CIA de EE.UU.
De la misma manera, después de iniciativas para resucitar el proyecto de oleoducto Turkmenistán-Afganistán-Pakistán, comenzó una iniciativa en Quetta el año pasado, que condujo a la idea de jirgas [consejos tribales] para iniciar conversaciones de paz con los talibanes. La idea fue destruida por la fuerte reacción al asalto del gobierno a la Lal Masjid (Mezquita Roja] simpatizante con los talibanes, en Islamabad el año pasado.
“Cuando Mullah Abdul Razzak sostuvo conversaciones con los estadounidenses, había abandonado a los talibanes. En esos días era totalmente independiente, por eso no se puede hablar de un diálogo entre la CIA y los talibanes. Fue sólo un acto individual. Mullah Abdul Razzak sólo volvió a los talibanes hace un año. Lo mismo vale para Mansoor Dadullah o quienquiera sostuvo el diálogo. Lo hicieron contra la política de los talibanes”. (Dadullah fue posteriormente expulsado de los talibanes.)
La entrevista había terminado, y rompí el ayuno de la tarde Ramadán con Jalil, y sugerí una foto.
“No. Es el secreto de nuestra supervivencia. Nunca permitimos fotografías, y por eso podemos movernos libremente por Afganistán y las áreas tribales [de Pakistán] ya que nadie nos reconoce. Especialmente con mi pelo blanco, nadie me sospecha de ser talibán”, dijo Jalil con una sonrisa.
Hasta ahora era únicamente oficial en los comunicados del Pentágono que en esta semana un "equipo de valoración" estadounidense iba a ir a la zona del Mar Negro, "para ayudarnos a comprobar las legítimas necesidades de Georgia y nuestra respuesta". "No debería existir ninguna duda de que Georgia merece ayuda militar de los Estados Unidos" dijo el martes Eric Edelman, Secretario de Estado para la Política y tercer puesto en importancia en el Ministerio de Defensa, en una comisión del Senado. "Georgia debe, como cada país soberano, tener la capacidad de defenderse a sí mismo y ser capaz de disuadir una nueva agresión".
El rearme de Georgia se centraría entre otros puntos, en la infraestructura militar destruida, como el sistema de radares, y en la reconstrucción de las bases en Gori y Senaki. Por otra parte, a raíz de la experiencia en la corta guerra de agosto, las fuerzas armadas georgianas tienen que ser reforzadas y modernizadas. Entre otras cosas están previstas recibirse armas antiaéreas y antiblindados.
El presidente Mijail Saakasjwili no ha dejado ninguna duda de que tan pronto como sea posible quiere una guerra de revancha. Esta vez, así alardea, con total respaldo de la OTAN y de "la comunidad internacional".
Rusia ha reaccionado presentado en el Consejo de Seguridad de la ONU el borrador de una resolución para que sea prohibido el suministro de armas a Georgia. El embajador ruso ante la ONU, Witali Tschurkin, argumentó que "la desenfrenada militarización de Georgia en los últimos años, con el apoyo de EE.UU. y de otros países, ha contribuido con toda seguridad a los actos de agresión contra Osetia del Sur comenzados por Saakasjwili". El borrador ruso menciona además de la prohibición del suministro de armas, la prohibición de "toda ayuda u orientación que tenga relación con actividades militares".
Según sus palabras, en 2007 los especialistas israelíes adiestraron a los militares georgianos en el manejo de los aviones no tripulados mencionados.
Al propio tiempo, Nogovitsin reconoció que en el momento actual el Estado Mayor no dispone de pruebas que confirmen la continuación de la cooperación militar entre Israel y Georgia.
El Hermes 450, perteneciente a la compañía Elbit Systems Ltd (una de las principales empresas fabricantes de materiales electrónicos de defensa en Israel), es un UAV de tamaño mediano, que entrega información de inteligencia, en tiempo real a las fuerzas terrestres.
Tiene un alcance de 200 kilómetros y una autonomía de 20 horas de vuelo.
Por su parte, la agencia Ria Novosti informa que el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, advirtió el jueves a la comunidad internacional contra el suministro descontrolado de armas a Georgia y contra la cooperación militar con ese país.
"En Rusia no queremos que Georgia, siendo país agresor, siga incrementado su armamento con fines por ahora poco claros", declaró Medvédev en rueda de prensa al término de la cumbre de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) en Moscú.
"Lo ocurrido debe ser una lección para la comunidad internacional y para aquellos que prestan ayuda financiera y cooperan en el área militar con Georgia", expresó el Jefe del Estado ruso.
En la OTSC, creada en mayo de 1992, participan Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguizistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán.
Por su parte la revista Moscow Defense Brief, consigna que el Ejército de Georgia disponía de más de 500 blindados pesados antes de agredir a Osetia del Sur.
Además, Georgia había modernizado sus fuerzas armadas dotándolas con una gran cantidad de blindados pesados. Para verano de 2008, las fuerzas terrestres georgianas disponían de 191 tanques T-72 de distintas versiones y de 56 tanques T-55AM.
Georgia compraba ese material en Ucrania y en la República Checa habiendo adquirido entre 2005 y 2007 un total de 70 tanques T-72/90.
Antes de atacar a Osetia del Sur el 8 de agosto, el Ejército georgiano tenía 65 vehículos blindados BMP-1; 74 blindados BMP-2; once vehículos BRM-1K y otros cinco BRDM-2 para misiones de reconocimiento; 15 blindados BTR-70, 35 blindados BTR-80 y 70 remolcadores blindados MT-LB.
En julio de 2008, el Parlamento de Georgia aprobó la decisión de incrementar las tropas hasta 37.000 efectivos.
The New York Times señala que no queda claro "exactamente qué figura legal ha invocado Estados Unidos para llevar a cabo redadas, aunque sean limitadas, en suelo de un país amigo".
La CIA lleva tiempo lanzando desde Afganistán ataques aéreos contra objetivos dentro de Pakistán, mediante aviones sin piloto que disparan misiles aire-tierra, pero "las nuevas órdenes para las unidades de operaciones especiales de las fuerzas armadas reducen las restricciones sobre la realización de redadas en el territorio de un aliado importante sin su permiso".
El jefe del Ejército de Pakistán, general Ashfaq Kayani, declaró el miércoles que "se defenderá la soberanía y la integridad territorial del país cueste lo que cueste" y que "no se permitirá que ninguna fuerza externa lleve a cabo operaciones dentro de Pakistán".
El gobierno paquistaní ha advertido que ataques como el llevado a cabo en Afganistán, realizados por las fuerzas de EE UU de forma unilateral, "no ayudan en la guerra contra el terrorismo porque sólo encolerizan la opinión pública", según dijo el viernes pasado el embajador de Pakistán en Washington, Husain Haqqani.
Un portavoz del Ejército pakistaní confirmó que hubo un tiroteo.
Sin embargo, indicó que los helicópteros no habían cruzado el espacio aéreo pakistaní y que los soldados pakistaníes no eran responsables por el tiroteo.
Los militares estadounidenses no han formulado comentarios al respecto.
La semana pasada, el jefe del Ejército pakistaní advirtió a las fuerzas extranjeras que no realizaran operaciones dentro el país, indicando que defenderá su soberanía a todo costo.
El general Ashfaq Kayani emitió la advertencia después de una serie de aparentes incursiones estadounidenses a objetivos militantes en regiones tribales de Pakistán.
Gilani hizo esas declaraciones al recibir al secretario británico de Estado para Leyes y Justicia Jack Straw, quien visita Islamabad.
El dignatario señaló que las fuerzas armadas paquistaníes son capaces de manejar la insurgencia armada dentro de su territorio.
“La soberanía e integridad territorial del país será salvaguardada a toda costa”, recalcó.
Por su parte, Straw reconoció las dificultades de Paquistán por estar en la línea del frente en la guerra contra el terrorismo y coincidió con Gilani que incursiones extranjeras contra su territorio resultan contraproducentes.
El titular británico manifestó su esperanza de que Islamabad continúe brindando su apoyo al paso de los suministros de la OTAN a través de su territorio hacia Afganistán.
Medios de prensa citaron hoy a funcionarios y voceros militares quienes advirtieron que si las tropas estadounidenses insistían en sus ataques contra la región tribal, Paquistán cortaría esos suministros, los cuales resultan vitales para las tropas ocupantes en la vecina nación.
En Londres, el presidente Asif Ali Zardari se reúne con el primer ministro Gordon Brown, con quien discutirá el necesario respeto a la integridad territorial de Paquistán.
Gilani indicó que Zardari también tratará este “serio asunto” cuando se encuentre con el presidente George W. Bush a fines de mes.
Mientras el primer ministro y el titular británico conversaban aviones espías norteamericanos sobrevolaron este martes varias áreas de Waziristan Norte y Sur, según reportó el telediario Geo News.
Esos aviones no tripulados han bombardeado con misiles localidades de esa región fronteriza con Afganistán, en los que han muerto este mes unas 70 personas, incluidas mujeres y niños.
La fundación de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) en 1949 llegó con la ola del bloqueo de Berlín, en 1948. La OTAN, en efecto, nulificó los tratados de defensa de la Unión Occidental. Su foco no fueron los peligros de algún renovado militarismo alemán sino la guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Desde el punto de vista de Estados Unidos, la OTAN servía varios propósitos. Era un mensaje a la Unión Soviética de que Estados Unidos estaba comprometido con mantener las fronteras existentes de la división de poderes en Europa, que parecían haber quedado amenazadas por el bloqueo de Berlín. Fue un método para reconciliar a los franceses y los británicos con el rearme de Alemania Occidental. Y una manera de controlar las operaciones militares de los aliados deshaciendo su naciente estructura militar para subordinar sus tropas al comando estadunidense.
Los líderes políticos y la mayoría de la población de los países de Europa occidental fueron en principio bastante favorables al concepto de la OTAN. Según ellos garantizaban que Estados Unidos los defendería de hecho si la Unión Soviética llegaba a pensar que podía violar los acuerdos de Yalta. Y Francia estaba lista a aceptar el rearme de Alemania Occidental como parte de su reconciliación histórica. Sin embargo, Francia se enfadó con el tercer objetivo –mantener las tropas francesas bajo el mando estadunidense, que es lo que llevó a Charles De Gaulle a retirarse de la estructura de comando de la OTAN en 1966 y exigir que sus cuarteles generales se mudaran de París a Bruselas.
A principios de los años 70, Europa occidental no sólo se había recuperado de sus preocupaciones respecto de Alemania sino que había comenzado a pensar que la Unión Soviética no representaba ya una inminente amenaza de invasión. Varios países, y no sólo Francia, comenzaron a buscar cómo atraer a una Unión Soviética, posestalinista, más dócil, hacia una cooperación más intensiva con Europa occidental. Notablemente, éste fue el caso de la Ostpolitik de Alemania Occidental. Y cuando, en los 80, surgió la idea de un gasoducto de la Unión Soviética a Europa occidental, esto fue recibido favorablemente aun en el Reino Unido de Margaret Thatcher.
Estados Unidos se abrumó con este rumbo de los acontecimientos. Se opuso al gasoducto sin lograr nada. Buscó desalentar toda negociación encaminada a revivir un ejército europeo que no fuera parte de la OTAN. En general, se volvió mucho menos amistoso con la idea de Europa como Europa, una que estuviera separada de la comunidad del Atlántico norte.
En 1989, el desgaste se intensificó con el colapso de los comunismos y con la disolución de la Unión Soviética en 1991. Dado que la OTAN fue creada como una estructura para defender a Europa Occidental de una Unión Soviética gobernada por un partido comunista, ¿qué función tendría ahora la OTAN? Estados Unidos estaba decidido a mantener la OTAN, y buscó una nueva definición de su papel. Estaba empeñado a no permitir la emergencia de una estructura europea autónoma, desvinculada de Estados Unidos, y peor aún, que posiblemente creara “el hogar común europeo” que incluiría a Rusia, como lo había propuesto Mijail Gorbachov.
La cuestión estructural inmediata para la OTAN fue el asunto de la expansión –incluir o no a los antiguos satélites soviéticos, que ahora se habían emancipado de sus lazos con la Unión Soviética/Rusia. Estados Unidos pujó fuerte, casi de inmediato, para incorporarlos a la OTAN. Europa occidental fue menos entusiasta. Los antiguos satélites veían su incorporación como un vínculo con Estados Unidos, como una protección contra Rusia y como una puerta de entrada al mejoramiento económico. Estados Unidos vio la incorporación de éstos como una restricción al posible resurgimiento de Rusia pero más como una garantía de que “Europa” no podría desvincularse de su cercana alianza con Estados Unidos, dado que estos países se opondrían. Europa occidental era menos entusiasta precisamente porque entendió lo que Estados Unidos estaba haciendo.
La guerra de Irak exacerbó la situación enormemente. Donald Rumsfeld se regodea con la idea de dos Europas –la “vieja” Europa que era decadente y poco cooperativa, y la “nueva” Europa, comprometida con los mismos objetivos mundiales que Estados Unidos. De hecho, en la situación inmediata tras la invasión estadunidense a Irak en 2003 había tres Europas: la “nueva” Europa de Rumsfeld (es decir los antiguos satélites soviéticos); aquéllos que se rehusaron a unirse a la “coalición de la voluntad” (notablemente Francia y Alemania); y aquellos países de Europa occidental que en 2003 apoyaron la invasión estadunidense de Irak (el Reino Unido, España e Italia). Francia y Alemania se acercaron, políticamente, a la Rusia de Putin en su oposición común a Estados Unidos en Naciones Unidas.
El desgaste continuó. Cuando Estados Unidos pujó este año por el lanzamiento del proceso para incluir a Ucrania y Georgia en la OTAN, se topó con la fuerte oposición no sólo de Francia y Alemania sino también del Reino Unido, España e Italia. De hecho contó con el fuerte respaldo de sólo cuatro de los estados de Europa Oriental –Polonia y los tres estados bálticos. Los otros estados de Europa del este también tenían reticencias.
Luego ocurrió la marcha de Saakashvili a Ossetia del Sur y el exitoso y fuerte revire de Rusia. Polonia y los otros tres estados bálticos dieron su inmediato y pleno respaldo a Georgia, y Estados Unidos, un poco menos pronto, elevó su nivel de retórica y mandó barcos de guerra con ayuda humanitaria.
¿Qué hizo Europa occidental? De inmediato y sin consultarle a nadie, el presidente Sarkozy de Francia negoció una tregua en los combates y luego hizo que la Unión Europea respaldara este fait accompli. La canciller Merkel, de Alemania, entró entonces a escena y emprendió más negociaciones con Rusia. Aun Silvio Berlusconi, de Italia, telefoneó a Putin. Todo este tiempo, Condoleezza Rice estuvo fuera de la real escena diplomática.
¿Funcionó la diplomacia? Sólo hasta cierto punto, por supuesto, ya que sigue la controversia acerca del sitio en que se hallan acantonadas las tropas rusas y el reconocimiento definitivo que Rusia le otorgue a la independencia de Ossetia del Sur y Abjazia. Pero los hombres de Estado de Europa occidental continúan haciendo declaraciones en el sentido de que hay que cuidarse de no cortar lazos con Rusia. Y parecería que lo más que puede hacer la prensa de Europa occidental es reprender a Rusia alegando que es ella la que está rompiendo las relaciones amistosas con Europa occidental. Lo más revelador de todo es la nota, aparecida en el New York Times, de que Polonia, República Checa y los estados bálticos no llaman a Rice sino a Angela Merkel, y le piden que use su influencia para resolver la situación. Angela Merkel ha dejado claro que Alemania no va aceptar que la apresuren a aprobar la membresía de Georgia en la OTAN.
Lo más notable de todo es un artículo de opinión en el Financial Times, escrito por Kishore Mahbubani, académico de alto rango en el profundamente pro occidental Singapur. Mahbubani dice que 10 por ciento del mundo está unido en su condena a Rusia y el otro 90 por ciento “está divertido con la moralina occidental acerca de Georgia”. Él dice que Mao Tse Tung tenía razón en una cosa –la distinción entre la contradicción primaria y las contradicciones secundarias ante las cuales uno siempre acaba concediendo. “Rusia no está a punto de volverse la contradicción primaria que encara Occidente”. Termina diciendo que es “el fallido pensamiento [estratégico]” occidental lo que ocasiona que el mundo sea un lugar más peligroso.
Estados Unidos no está preparado para escuchar el sabio consejo de sus propios amigos en el mundo no occidental. Europa occidental anda a tientas intentando entender qué es lo que está en juego para ella. La OTAN no puede sobrevivir la irrelevancia de su actividad estratégica en lo que Mahbubani llama “la era posguerra fría”.
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