Wonder News: Feministas iraníes duramente reprimidas

Las activistas luchan por sus derechos con la Campaña del Millón de Firmas por la Modificación de las Leyes Discriminatorias.

Breve historia de la Campaña del Millón de Firmas por la Modificación de las Leyes Discriminatorias.

Un hito en el proceso de lanzamiento de esta Campaña fue la manifestación de 12 de junio de 2006 en la Plaza Hafte Tir de Teherán. Esta concentración fue duramente reprimida. Las manifestantes fueron golpeadas y algunas, detenidas.

Pocos meses después diferentes onGs, asociaciones feministas y de derechos humanos y mujeres a título individual, pusieron en marcha la Campaña del Millón de Firmas, auspiciada por mujeres de diferentes sectores: unas que quieren el cambio dentro del régimen y otras que rechazan el régimen iraní; unas que viven en Irán, como la Premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi, y otras exiliadas; unas islámicas y otras laicas.

Esto es precisamente un hecho clave: la alianza entre todas las mujeres que están por determinados cambios en el camino de la igualdad, cambios que beneficiarían a una inmensa mayoría de mujeres. Se puede encontrar la lista de firmantes en One Million Signatures Demanding Changes to Discriminatory Laws.

Parte de la información de la campaña se puede encontrar en castellano en la web de la Campaña. Entre los artículos, El Efecto de las Leyes en las Vidas de las Mujeres analiza brevemente las leyes cuya modificación se exige.

Hay también fotografías.

Varias activistas han sido detenidas, juzgadas, y condenadas a diferentes penas. Hay noticias sobre ellas en Front Line -Fundación Internacional para la Protección de Defensores/as de Derechos Humanos-. Una de las detenidas, Delaram Ali, ha sido entrevistada por Ángeles Espinosa para El País.

El 12 de junio de 2008, aniversario de la manifestación en Hafte Tir, han sido detenidas, nueve defensoras de los derechos de la mujer durante una manifestación pacífica en Teherán.

Las defensoras se habían reunido para celebrar el Día Nacional de Solidaridad con la Mujer Iraní, con el fin de objetar la legislación discriminatoria contra la mujer en ese país, y para estudiar los logros obtenidos por el movimiento por los derechos de la mujer.

Las defensoras detenidas son: Aida Saadat, periodista online para Etemad y Change for Equality (Cambio para la Igualdad); Nasrin Sotoode, abogada de los derechos de la mujer; Jelve Javaheri, periodista online para el sitio Change for Equality; Jilla Baniyagoub, periodista online para Sarmayeh y el Canon Zeman Irani; Sarah Loghmani y Farideh Ghaeb, ambas periodistas online para Canon Zeman Irani; Alieh Motalbezadeh, periodista y fotógrafa; y las defensoras de los derechos humanos Nahid Mirhaj y Nafiseh Azad.

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Publicado por Pause

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Etiquetas: conocimiento, memoria, multitud, politica, violencia.

Anónimo

► martes, 09 septiembre, 2008

Con la muerte de Maryam Firouz, el pasado 23 de marzo en Teherán a los 94 años, ha desaparecido la última de las supervivientes del movimiento feminista iraní de la primera mitad del siglo XX. Esta precursora nació princesa Maryam Farman Farmayan en 1914, pero sus convicciones comunistas la llevaron a sustituir los apellidos familiares, que consideraba excesivamente aristocráticos, por el nombre de su abuelo.

Sus padres, el príncipe Abdolhosein Mirza Farman Farmayan y la princesa Batul, le dieron una educación esmerada, pero convencional. Sólo el nombre de la escuela francesa de Teherán donde estudió, Juana de Arco, tiene alguna relación con la que sería su trayectoria vital como activista de los derechos de la mujer.

Un primer matrimonio concertado a los 16 años fracasó a la vez que Maryam evolucionaba intelectualmente hacia el marxismo. Quedaron dos hijas, Afsar, fallecida con anterioridad, y Afsaheh, que la ha acompañado hasta su muerte. Poco después de su divorcio, se afilió al Tudeh, el partido comunista de Irán, fundado en 1941. De ahí que la prensa de la época la denominara la princesa roja, para consternación de su familia. Fue una pionera, ya que el Tudeh prohibió inicialmente la militancia de mujeres.

Fue en las reuniones del partido donde conoció al que iba a ser su segundo marido, el arquitecto Nureddin Kianuri, otro radical de la alta burguesía que daba clases en la Universidad de Teherán y que pronto llegaría a ser miembro del comité central. Maryam se concentró en la situación de las mujeres y fundó el ala femenina del grupo. Su casa se convirtió por entonces en un centro de reuniones políticas y literarias. Hasta allí acudían los intelectuales de izquierdas iraníes.

Tanto ella como su marido participaron activamente en las revueltas de 1953, que obligaron a huir al sah por su oposición a nacionalizar el petróleo. Tras el golpe de Estado contra el primer ministro Mosadegh, que impulsaron Washington y Londres en agosto de ese año, el matrimonio se vio obligado a pasar a la clandestinidad y finalmente a exiliarse en Europa del Este.

Maryam aprovechó para obtener un doctorado en lengua y literatura francesas, y trabajó como profesora de francés en Berlín Oriental y Leipzig. No obstante, prosiguió sus actividades políticas trabajando con las mujeres iraníes en el exilio. Eso le valió un par de juicios en rebeldía, el segundo de los cuales la condenó a trabajos forzados de por vida a principios de los años sesenta.

Sólo tras la revolución islámica de 1979, Maryam y su marido (para entonces secretario general del Tudeh) se atrevieron a regresar a Irán. Los comunistas fueron uno de los numerosos grupos que apoyaron el derrocamiento del sah. Así que en un primer momento tras la llegada al poder del ayatolá Jomeini pudieron trabajar con libertad y Maryam dirigió la Organización Democrática de Mujeres de Irán.

El espejismo duró poco tiempo. En febrero de 1983, ambos fueron detenidos y encarcelados. Dos meses más tarde, el partido era ilegalizado y la mayoría de sus militantes, ejecutados. Sólo la enfermedad de Maryam, en cuyos 70 años hizo mella la prisión incomunicada, llevó a las autoridades a conmutar su encarcelamiento por el arresto domiciliario. Un año después permitieron que se le uniera su marido con la condición de que nunca hablaría a la prensa. Aun así, escribió una carta abierta a Jomeini en la que relató el maltrato y torturas que ambos sufrieron mientras estuvieron detenidos.

Su muerte, en 1990, fue un duro golpe para Maryam, quien a pesar de su edad siempre mantuvo su interés por la política. De hecho, ha respaldado los recientes esfuerzos de las jóvenes feministas iraníes para unir a religiosas y laicas en un frente común por la igualdad.