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Lo que no se dice de la migración |
La pasada semana se reunieron en una respetada universidad privada de Guatemala dos estudiosos del fenómeno migratorio y un activista de la Movilidad, para analizar la significancia que tiene el tema de la migración, especialmente hacia Estados Unidos de América.
No esta demás recordar que son cientos de miles de hermanos guatemaltecos los que se encuentran en aquella nación y, que los millones de dólares que mandan mes con mes se ubica como la segunda o tercera fuente de divisas a la economía nacional, por lo tanto sería catastrófico pensar en un regreso masivo de migrantes, igualmente no esta demás recordar que casi cada familia que actualmente reside en el país tiene un familiar, vecino o amigo que se encuentre en aquella nación, lo cual dice mucho de las dinámicas que actualmente existen en la composición de la sociedad guatemalteca, indígena y mestiza.
Regularmente cuando se analiza este tema dos son las vertientes predominantes, la dinámica económica y por otro la desintegración familiar y comunal, en esta última prevalece el fenómeno del aumento de las madres solteras, niños cuidados por abuelos, o la desaparición de los hombres de varias comunidades, este tema parece llamar más la atención a las Iglesias, además se encuentra el trasiego y el respeto a los derechos humanos de los que emigran.
Sin embargo me parece que la respuesta hacia pregunta del ¿Por qué las personas emigran? Lejos de parecer fácil de responder es más bien complejo, ¿por qué? Porque la pobreza como motor para la movilidad es relativa; los mismos especialistas coinciden en señalar que no siempre los más pobres son los que tienen la posibilidad de emigrar, promedialmente una persona que decide aventurarse a cruzar por tierra todo el territorio mexicano y luego pasar la frontera hacia los Estados Unidos, necesita de cinco mil a diez mil dólares, ya sea en efectivo o bien en crédito a pagarse en el otro lado de la frontera al “Pollero o Coyote”, en Guatemala los más pobres se quedan a morir de hambre, el elemento detonador en la decisión a migrar se encuentra más allá en la pobreza material, el hambre, más bien es el saber que existe una ruta hacia una situación “mejor”, no solo en lo referente al ingreso sino a la posibilidad de salir de los límites de la comunidad.
Un poco de historia
El fenómeno migratorio en Guatemala no es nuevo, se puede identificar desde los movimientos que el mismo Pop Vuh identifica como la llegada de los primeros habitantes a estas tierras desde “Laguna de Términos” en la actual república Mexicana, hasta el asentamiento de colonos españoles promovido por la Corona, el asentamiento de Tlaxcaltecas del centro de México que venían apoyando el ejército español, las migraciones europeas incentivadas por el liberalismo decimonónico y luego con el inicio de la agroexportación de café primero y luego la caña de azúcar y el algodón, la colonización de departamento de Petén para contener las incursiones de población mexicana, la colonización del norte de Quiche en la región de Ixcán específicamente, como alternativa de sobrevivencia al minifundismo predominante del occidente de tierras altas, todo esto nos muestra a Guatemala como un país donde el transportarse de un lado a otro a sido y es una constante en el desarrollo social.
A nivel internacional, las poblaciones fronterizas con México buscan alternativas de ingresos en las fincas cafetaleras en Chiapas, estos movimientos al igual que los que se producen a las fincas cafetaleras y plantaciones en Guatemala se llevan a cabo durante los períodos de cosecha y luego retornan a sus lugares de origen para seguir subsistiendo en su pobreza. Después de las primeras masacres que el Ejército de Guatemala llevó a cabo en las zonas pobladas que apoyaban a la insurgencia, se producen los movimientos masivos de refugiados hacia México, esto aunado con los cientos de exiliados que, igualmente, se ubicaron en aquella nación para servir de retaguardia estratégica a los pocos que se quedaron luchando en Guatemala.
La década de los ochentas es especialmente importante para profundizar en el fenómeno migratorio de Centroamérica, porque tanto El Salvador, Guatemala y Nicaragua vivían cruentos conflictos que originó el desplazamiento de miles de personas hacia fuera de los campos de batalla, los campesinos se desplazan a otras zonas agrarias, pero las clases medias que soportaban el conflicto en las ciudades escogen centros de desarrollo industrial los cuales se encuentran en los Estados Unidos, por lo tanto el flujo migratorio que se estaba produciendo de México hacia el norte, desde hacía décadas, se ve incrementado por el número de centroamericanos que se unen.
Hoy en día el flujo de la migración ha ido en aumento a partir del imán generado por las generaciones de migrantes que se asentaron en ciudades como Los Angeles, o Chicago y que ven en la migración el paso siguiente en el proceso de desarrollo personal, lo que originalmente brindaba el factor de educación o la empresarialidad como el motores de la movilidad social, ahora lo brinda la migración.
Veamos, la mayor parte de migrantes no solo no son los más pobres, sino que también son menos educación, en relación a las clases medias profesionales. En este rango se tiene a los que completaron la educación primaria y otros con dificultad llegan a terminar la secundaria, por lo tanto es en su mayoría es mano de obra no calificada.
Entre migrantes y migrantes
Es innegable que el primer gancho para la migración es la residencia original que otros migrantes poseen en el lugar a donde se dirigen, y aún cuando la propaganda de desestímulo de la migración lo sostenga, la segunda variable es la comprobación de que el nivel de vida que lleva originalmente a mejorado, la pregunta es ¿cómo? Esta pregunta se puede explicar desde diferentes variables a saber:
1. el incremento de la construcción inmobiliaria en áreas rurales pobres
2. el incremento de la importación de vehículos automotores
3. el incremento de la importación de prendas de vestir de segunda mano
4. el incremento en la piratería de productos artístico culturales de masas (DVDs, Cds y softwares)
5. el incremento de la cobertura de la señal de televisión por cable
6. el incremento en el consumo de aparatos electrodomésticos
Aparte de ello, el incremento en el número de pandilleros juveniles (Maras) cuyo origen cultural se encuentra en la deportación de jóvenes pandilleros de segunda generación de los Estados Unidos.
Cambio cultural, principal motor de la migración
Antes de analizar este fenómeno en Centroamérica, me gustaría hacer alusión a lo que sucede con Cuba: a raíz de la conflictividad existente y, de la cual todo mundo conoce, actualmente los “migrantes cubanos” cuando llegan a Estados Unidos, son recibidos como “refugiados políticos” y acceden casi inmediatamente a un estatus migratorio especial que les permite en poco tiempo acceder a permisos de trabajo permanente, es claro que la política migratoria de Estados Unidos no responde a una lógica de ayuda humanitaria sino más bien a criterios de ataque político contra la Isla, es aportar a la desestructuración del tejido social. Bajo esta premisa son miles los cubanos que se han aventurado a la travesía en el mar de las Antillas buscando un “privilegio migratorio” que no posee ninguna nación en el mundo en los Estados Unidos, pero nos remitimos a la pregunta ¿Cómo puede mejorar la vida de un cubano que tiene educación asegurada, alimentación, vivienda dignas y el mejor sistema de salud social de América Latina (incluso mejor que el de Estados Unidos)? La disidencia cubana en Norteamérica responde a esta pregunta con “democracia” y “libertad”, que casualmente son los argumentos que el migrante repite después de haber atravesado el mar.
Una imagen emblemática de este fenómeno lo constituye una serie de fotografías que se publicaron de un grupo de “balseros” que fueron sorprendidos por patrulleras norteamericanas y trasladados a Guatemala, un grupo de hombres y mujeres jóvenes que no solamente presentaban niveles académicos por encima de la media sino que no mostraban síntomas de desnutrición, cabe mencionar que después de una semana de estancia en las instalaciones de migración desaparecieron, nunca se llegó a comprobar el hecho de que seguramente siguieron su camino a los Estados Unidos, donde “hay más democracia y libertad que Guatemala”.
La pobreza como la ausencia de medios para llevar una vida digna no es el factor de la movilización migratoria cubana, “la libertad y la democracia” norteamericana, por atractiva que pueda parecer, no puede ser un aliciente para una población que tiene niveles más altos de participación política que en toda Latinoamérica, donde la libertad puede ser fácilmente traducida en derechos a la vida digna, la clave de la migración se encuentra en el encanto del “american way life”, que se ha convertido en un objetivo de vida. En Cuba no se dispone de ingresos financieros diferenciados que permitan el libre consumo de bienes suntuarios, de hecho ni bienes suntuarios se encuentran a disponibilidad (excepto en las tiendas para turistas) y aún cuando pareciera increíble, el factor de deslumbramiento como el que tiene el niño frente a la vitrina viendo a los juguetes con lucecitas se ha convertido en un factor de movilidad social.
El caso de Cuba no es la pobreza entendiendo esta como el conjunto de carencias materiales y menos espirituales, sino más como la posibilidad de dar rienda a suelta a la creatividad emprendedora a la cual hace alusión el American Way Life, si se compara esto con Guatemala se recurre al hecho de que la pobreza es más agresiva tanto por sus factores materiales como a los espirituales, los indicadores de ello son los aproximadamente 15 asesinatos diarios, la venta, hasta hace un par de meses, de miles de niños para adopciones en Estados Unidos y Europa, el incremento de la violencia intrafamiliar en todos los estratos y etnias de la sociedad, todo ello tiene que ver contextos que muestran un agresivo reacomodo cultural que, combinado con la influencia de los medios, provoca detonaciones en los sujetos sociales que los empujan a tomar la decisión de migrar.
Los ingresos a los que un migrante guatemalteco puede aspirar en Estados Unidos se compararían con el de una persona de clase media urbana, que en áreas rurales determinan el despegue por encima de la media, pero nunca el incremento del ingreso deviene en otros cambios culturales, como podría ser el incrementar el gasto en educación, en calidad de alimentación, y salud, los hijos de migrantes rurales pobres en las aldeas siguen estudiando en las mismas escuelas de los que no migraron, tienen hábitos alimenticios similares, la diferencia estriba en calidad de la construcción de las viviendas, el acceso a telefonía celular y otros medios como televisores, reproductores de DVDs .
Una de las críticas más fuertes que realizan economistas en relación a las remesas es que dichos fondos no se utilizan en incrementar el mercado de capitales sino en consumo, que al final del día, beneficia al capital comercial de ahí el crecimiento exponencial de los complejos comerciales en ciudades de Guatemala, esto de una u otra manera influye en la migración interna, que identifica en esto como señales de crecimiento económico y oportunidad.
La migración como un factor de crecimiento personal es inherente al desarrollo de la persona, es un derecho, como lo acaecido a finales del siglo XIX e inicios del XX cuando millones de europeos que, huyendo del hambre, se aventuraron en travesías a lo largo del atlántico y se encontraron con naciones con elites liberales que fomentaban el “eugenismo” o el blanqueamiento de las sociedad latinoamericanas, estas naciones crecieron económica y culturalmente con la migración, pero cuando las condiciones económicas en las naciones de partida cambiaron el flujo ceso, y el migrante se convirtió en turista.
El migrante centroamericano se ha aculturado antes de emprender la partida, esto es bueno para el consumo global en los países de origen pero no es bueno como motivante para la migración, la cual ahora quiere ser parada.

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, memoria, multitud, politica.
Además, este país tiene el mayor porcentaje de niños y niñas pobres en comparación con las naciones ricas.
En 1990, un índice de desarrollo humano mundial situó a Estados Unidos en primer lugar. Dieciocho años más tarde cayó al puesto número 12.
Estados Unidos no sólo está rezagado respecto de las naciones ricas, sino que tiene "enormes brechas" en materia de estándares y de calidad de vida entre los distintos estados, según el estudio divulgado el 16 de este mes por el capítulo local de la organización no gubernamental Oxfam, que es financiado por las fundaciones Rockefeller y Conrad Hilton.
"Algunos estadounidenses viven entre 30 y 50 años de atraso respecto de otros compatriotas en áreas que nos preocupan a todos como salud, educación y estándar de vida", subrayó una de las autoras del estudio Sarah Bird-Sharps.
Los habitantes del nororiental estado de Connecticut tienen una esperanza de vida promedio 30 años mayor que la de los del meridional estado de Mississippi. Ambos se sitúan a los extremos de ese indicador demográfico.
Una conclusión no tan sorprendente es que los hombres afroestadounidenses tienen el menor índice de desarrollo humanos de todos los grupos sociales estudiados. El de los de origen asiático está 50 puntos porcentuales por encima.
El meridional estado de Texas tiene un porcentaje de adultos sin certificado de estudios secundarios similar al de los años 70 en todo el país.
Las disparidades son tan grandes en el occidental estado de California que tiene los cinco distritos electorales con mejor puntaje y los cinco menores del país.
La investigación reúne una cantidad de datos que van desde factores sociales, políticos, económicos, ambiente, vivienda, transporte y otros, a fin de crear una instantánea de la calidad de vida del país.
La información servirá para que los ciudadanos tengan la posibilidad de ejercer presión a fin de obtener mejoras y permitir que organizaciones no gubernamentales, fundaciones y gobiernos locales concentren su asistencia en las áreas con mayores necesidades.
La idea de realizar un índice de desarrollo humano se inspiró en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que realiza uno similar cada año en todos los países del mundo.
"El Índice de Desarrollo Humano es único", explica el presidente de Oxfam, Raymond Offenheiser, "porque muestra los factores entrelazados que crean o niegan oportunidades y determinan opciones de vida".
"El análisis es especialmente revelador en lugares del golfo de México, donde trabajamos con 34 organizaciones", indicó.
"El estudio muestra con claridad las difíciles condiciones de vida que padecían los residentes de la zona aun antes de los huracanes de 2005, como el limitado acceso a la educación, bajos ingresos y menor esperanza de vida, y defiende una solución integral para lograr una recuperación", remarcó.
Los datos manejados permiten entender qué políticas públicas tuvieron éxito y deben ser emuladas y cuales no lograron cumplir con su objetivo.
"La información manejada en el estudio puede servir a mejorar las políticas exitosas y crear oportunidades en beneficio de las nuevas generaciones de estadounidenses", señaló el vicepresidente de la Fundación Rockefeller, Darren Walker.
Por su parte, el director de la Fundación Hilton, con sede en Los Ángeles, Steven Hilton, señaló que su abuelo, Conrad Hilton, encarnó el espíritu emprendedor y de oportunidades que caracterizó al "sueño americano".
Conrad Hilton, fallecido en 1949, fue el creador en 1919 de la cadena Hilton Hotels y en 1944 de la Fundación que lleva su nombre.
"Queda claro con este estudio que el sueño americano está en peligro", subrayó Steven Hilton.
El estudio de Oxfam fue publicado con apoyo de la Columbia University Press y el Consejo de Investigación en Ciencias Sociales.
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