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Lo que los bolivianos se juegan |
Las posibilidades de consolidar y fortalecer un proyecto nacional-popular, que genere igualdad de derechos y oportunidades para todos, sin exclusiones y racismo, profundizando aciertos y rectificando errores, se enfrentará, este 10 de agosto, al proyecto de la vieja Bolivia en la que un grupo de privilegiados, que a veces confunde y utiliza a sectores sociales subalternos, habla de democracia y justicia siempre que esté arriba y le beneficie.
El domingo 10 de agosto es más que un plebiscito para decidir la permanencia o no del Presidente Evo Morales y de ocho de los nueve prefectos de Bolivia. Del resultado que se tenga del referéndum revocatorio de mandato popular dependerá la continuidad y la profundización del proceso de cambio iniciado en 2006 o el comienzo de un regreso a la Bolivia excluyente y de privilegios, materiales y simbólicos, para un grupo reducido de familias.
Esa es la envergadura del desafió que tienen ante si los bolivianos, incluyendo los que no votan por razones de impedimento legal, y que ha sido puesto al desnudo por Morales a la semana de que se promulgara la ley de convocatoria de la consulta popular, aprobada por la oposición en el Senado el 8 de mayo, a cinco meses de presentada por el gobierno con la idea de encontrar una salida democrática a la crisis.
Entonces es mucho lo que se juega. Pero hablar de cambio es una abstracción si no se aterriza en lo que está en juego y que la poderosa maquinaria mediática se encarga de desvirtuar y manipular.
Es más, en los últimos días, aprovechando legítimas demandas pero planteadas en un momento equivocado, quizá por la intromisión de la mano invisible de los Estados Unidos y las clases dominantes, los medios de comunicación han más que amplificado la protesta que los sectores del sindicalismo tradicional han protagonizado.
Lo simbólico
La victoria político-electoral de diciembre de 2005 y la posterior asunción de Morales a la conducción del Estado, en la tarde del 22 de enero de 2006, marcó el inicio de uno de los capítulos más profundos de toda su historia republicana. Una serie de cambios simbólicos, políticos, materiales y culturales se empezarían a activar ante la imposibilidad de las clases dominantes de evitarlo.
Bolivia -un país en el que la mayoría es indígena, independientemente de su condición de campesino, obrero, negociante, profesional, intelectual y estudiante-, tendría por vez primera un presidente indígena, de origen aymara, que le da más fuerza a la advertencia de Tupac Katari, el indio que fue descuartizado por la colonia española luego de cercar La Paz en 1781, cuando dijo: ¡volveré y seré millones!
Con su ingreso a Palacio Quemado, Morales abrió la posibilidad de interrumpir la colonialidad vigente hasta ahora y de la que el racismo es una de sus manifestaciones, y de sustituirla, en paz y democracia, por una sociedad en la que convivan los distintos ordenes civilizatorios y los hombres y mujeres, indios y no indios, que existen en el territorio nacional.
Por eso, la juramentación del presidente indígena en la localidad de Tiwanacu, un día antes del acto oficial ante el Congreso Nacional, adquirió un valor simbólico nunca antes experimentado. Los indios, con votos y sin fusiles, soñaban con tomar el cielo por asalto, y, a diferencia del pasado, invitaban, en la voz de su líder, a construir una patria para todos.
En lo político
En el plano político, la victoria popular de 2005 representó la gran posibilidad, parafraseando al presidente estadounidense Abraham Lincon, de construir “un gobierno del pueblo, con el pueblo y para el pueblo”. Y no es una exageración. Además de su valor simbólico por ser indígena, Morales apuesta políticamente a la construcción de un poder político en las que las clases subalternas, urbanas y rurales, incluyendo a amplias fracciones de las clases medias golpeadas por el neoliberalismo, tengan una protagónica participación. No es el indígena subsumido a un proyecto blancoide (en su sentido político e ideológico y no de raza) e imperial, como ocurrió en nuestra historia, sino un indio rebelde que no le gusta nada a los que hablan de democracia y justicia mientras estén arriba.
En Bolivia, como lo ha señalado el Jefe de Estado en foros internacionales, como las Naciones Unidas, hay en marcha un proyecto orientado a la superación del capitalismo y a construcción de una sociedad y tipo de Estado, de un “optimo social” como diría el intelectual René Zavaleta, en la que exista un equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, entre la democracia social y la democracia política.
Y el proyecto no es solo nacional. Convencido de la fuerza que los países europeos han adquirido a partir de su integración y del impacto negativo que sobre el continente tiene el dominio de los Estados Unidos, al que el libertador Simón Bolívar ya denunció como peligroso, Morales forma parte del grupo de líderes y presidentes que apunta a la unidad y la integración de América Latina. Los instrumentos van desde el intento global de la Unión de Naciones del Sur (Unasur) hasta el ALBA, pasando por el fortalecimiento del MERCOSUR y la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
Esta mirada “hacia adentro” no implica una ruptura de relaciones con nadie, como lo ha señalado varias veces el Canciller David Choquehuanca, sino una mayor autonomía frente a los países desarrollados, principalmente Estados Unidos, según destacan especialistas en relaciones internacionales.
Lo económico
Pero los cambios, para ser tales, también se han dado en el plano de lo económico, donde, subrayó el vicepresidente Alvaro García Linera en ocasión del encuentro de Intelectuales y artistas del mundo, celebrado en La Paz el 28 y 29 de julio, se han dado grandes avances.
La afirmación tiene sentido si se compara la fuerza destructiva que para Bolivia y los países atrasados significó la aplicación fundamentalista de un modelo neoliberal, según se ha encargado de reconocer el ex vicepresidente del Banco Mundial y Premio Nobel de Economía, Joseph Stlingtz.
Los datos son contundentes. El nivel industrial de Bolivia, ya bastante precario, disminuyó de un 19% a un 12% en 20 años de neoliberalismo, el país se convirtió en una suerte de mercado persa, el mercado informal creció, la banca estatal se privatizó y la privada se transnacionalizó por completo, los servicios se encarecieron y los recursos naturales –petróleo y minerales- se entregaron a corporaciones extranjeras que apenas dejaban un tributo no mayor al 20 por ciento promedio. Miles de trabajadores fueron echados a las calles.
Semejantes resultados de una obra destructiva no se reparan en pocos años, más aun en un país pobre, el segundo de América Latina después de Haití, y al que, parafraseando a Eduardo Galeano, su extraordinaria riqueza le significó la pobreza de sus habitantes, por la concentración de los excedentes en pocas manos.
¿Qué hizo Morales hasta ahora? Frente al pasado, mucho más de lo que en dos años hicieron otros países en mejores condiciones: las reservas internacionales subieron de 1.700 millones de dólares (acumulados en 20 años de neoliberalismo) ha cerca de 7.500 millones de dólares, la renta petrolera pasó de $us 300 millones a más de $us 2.000 millones al año producto de la nacionalización del petróleo, los ingresos por la minería aumentaron por un incremento de los impuestos y por la recuperación estatal del yacimiento Posokoni y la empresa de fundición Vinto, además del apoyo al sector cooperativo minero.
Siempre en los indicadores macroeconómicos, el crecimiento en dos años ha sido superior (más del 5%) al registrado durante el capitalismo de Estado y en las dos décadas de economía de mercado, y el volumen de las exportaciones continúa la tendencia ascendente desde 2005.
También se produjo un inédito apoyo a la pequeña producción con la creación del Banco de Desarrollo Popular (BDP), el programa ALBA/TCP y la reconversión productiva y comercial de miles de personas a las que el neoliberalismo condenó a importar y contrabandear ropa usada, y una fuerte decisión de avanzar hacia una industrialización compatible con la preservación del medio ambiente está dando sus primeros pasos.
No es que no se hubiese hecho nada, pero el mayor rezago, explicado por razones políticas y la magnitud de la confrontación en Bolivia, se encuentra en la distribución de la tierra. No solo que se han entregado cerca de 700.000 hectáreas, de las aproximadamente 20 millones de has estimadas, sino que el latifundio continúa vivo de la mano de una burguesía agroexportadora.
Entre 1996 y 2005 se distribuyó 36.815 hectáreas de tierras fiscales, es decir 3.681 hectáreas por año en promedio. En el período 2006 - 2007, el gobierno de Evo Morales distribuyó 697.882 hectáreas a campesinos en los departamentos de La Paz, Pando, Santa Cruz y Tarija, es decir 350 mil hectáreas por año.
Es decir, según el Viceministerio de Tierras, se redistribuyó a campesinos 200 veces más tierra en dos años que los regímenes anteriores en toda una década, y de 14,7 millones de hectáreas de tierra que se sanearán en tres años, casi 9 millones de hectáreas serán propiedad comunitaria; 577 mil, pequeñas propiedades y 888 mil hectáreas medianas y grandes empresas.
A pesar de la creación de empresas estatales, las relaciones de producción capitalistas siguen siendo predominantes, es verdad, pero una mirada al futuro, según advierte el economista egipcio Samir Amin, nos depara una transición más larga.
En lo social
En materia social, con el apoyo de la cooperación cubano-venezolana, se han registrado alrededor de 15 millones de consultas médicas, 250 mil operaciones de la vista, 10 mil personas a las que se les salvó la vida y a fin de año Bolivia será el tercer país libre de analfabetismo de América Latina.
Y, aunque hay que ser pobres para entender y contar con una sensibilidad, el pago de la renta dignidad (Bs 3000) a todos los ancianos mayores de 60 años y el Bono Juancito Pinto (Bs 200) para los niños en edad escolar, es algo que marca una voluntad de beneficiar a todos los bolivianos a través de una mejor distribución del excedente.
La revolución energética no se queda atrás y, también con el apoyo de Cuba, unos 15 millones de bombillos ahorradores serán colocados hasta fin de año en todos los hogares del país, representando un disminución de un 70% del consumo de energía eléctrica.
El proceso constituyente
Pero quizá, como síntesis de la proyección o la regresión, de avanzar al futuro o volver al pasado, es que en el referéndum revocatorio se está jugando la aprobación o no de una nueva Constitución Política del Estado y de la totalidad del proceso constituyente que arrancó con fuerza a partir del año 2000.
Una victoria del proyecto popular representará una reacomodo de las fuerzas y actores políticos y la gran posibilidad de abrir un proceso de diálogo, cada quien jugando su rol y en función de su musculatura, con el objetivo de salir del empate catastrófico y de darle al país un texto constitucional.
Las clases dominantes, lideradas por la burguesía agroexportadora, es pequeña pero está desarrollando ahora una implacable ofensiva, impulsada por Estados Unidos, contra el proyecto emancipador conducido por Morales. Del otro lado está un pueblo mayoritario, en la que si el viejo sindicalismo sale de su conservadurismo y las clases medias mestizas superan sus prejuicios, está en condiciones de dar un salto significativo, junto a un gobierno que debe consolidar avances pero también rectificar errores en todas las dimensiones (simbólica, política y económica), hacia la construcción de una sociedad con igualdad de derechos y oportunidades para todos.

Etiquetas: conocimiento, memoria, monopolios, multitud, politica.
Hasta ahora ya se ha reportado oficialmente la existencia de dos mineros muertos y 41 heridos a bala, gases y balines, todos ellos caídos en la lucha que emprende la unitaria y combativa Central Obrera Boliviana (COB) para echar abajo la ley neoliberal de pensiones y reemplazarla con una solidaria que sea financiada con los aportes de las transnacionales, la empresa privada, el Estado y los aportes laborales.
En el Hospital Obrero de Oruro ya se practicó la autopsia de ley del cuerpo del minero Hernán Montero, de 24 años y padre de una niña, y se confirmó, según diagnóstico del doctor José Daza, que su muerte fue producto de un impacto de bala de guerra a la altura del corazón. El segundo muerto, trasladado también a la morgue del Hospital Obrero, es el minero Roberto Cáceres y las causas de su deceso aún no están determinadas.
LA COB NO RETROCEDE
Los últimos reportes desde la zona dan cuenta de nuevos enfrentamientos y violentas incursiones de la policía que trata infructuosamente de abrir la carretera que une Cochabamba con la Paz y Oruro. Hay intercambio de balas, gases, balines, piedra y dinamita.
A la zona ya están arribando nuevos destacamentos de mineros y sus esposas, que van a marchas forzadas desde Huanuni, la mayor mina de estaño de Bolivia, convertida ya en el eje de la rebelión obrera contra el gobierno campesino y contra la oligarquía.
En La Paz, la cúpula de la COB se ha reunido de emergencia y ha instruido reforzar los bloqueos y radicalizar las medidas de protesta para obligar al gobierno indígena–campesino de Evo Morales a satisfacer las demandas de los trabajadores y obreros para tirar abajo la ley neoliberal de pensiones y reemplazarla por una solidaria.
"Que el Gobierno de Morales cumpla con sus compromisos y sus promesas electorales", dijo el dirigente de la COB, Pedro Montes, minero de Huanuni, que ha condenado la represión gubernamental "justo en el momento en que estábamos reunidos con el Gobierno para negociar una solución al problema".
ARMAS DE FUEGO
El Gobierno, por su parte, aseguró que en el operativo de desbloqueo, la Policía no usó armas de fuego, sino solo material persuasivo. "Creemos que la irresponsabilidad de algunos dirigentes está conduciendo a estos hechos lamentables", dijo el ministro de Gobierno, Alfredo Rada, al cuestionar a los líderes mineros por haber instruido la activación de cargas de dinamita en el puente de Caihuasi que une a oriente y occidente.
El viceministro de Gobierno, Rubén Gamarra, informó que los mineros quemaron un bus de la empresa "Trans Azul" y dinamitaron un puente en la carretera hacia Cochabamba, lo que afectó dos pilares de dicha infraestructura. El ministro Rada dijo que el Presidente de la República recibió el informe del Comandante de la Policía Nacional, que le aseguró que no había autorización para el uso de armamento letal en el desbloqueo de la carretera.
FRENO AL REFERÉNDUM
El viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales, Sacha Llorenti, descalificó las medidas de presión que aplica la COB y aseguró que la real intención detrás de la protesta es frenar el Referéndum Revocatorio. "Lo que quieren es evitar que haya referéndum y desprestigiar la imagen del Presidente".
Llorenti, que antes fuera Presidente de la Asamblea de Derechos Humanos y ahora trabaja a sueldo para Morales, condenó el accionar de los mineros y sus dirigentes, de los que dijo que estaban al servicio de la derecha y la oligarquía.
Estas acusaciones contra la COB y los mineros se han intensificado a medida que se acerca el referéndum del 10 de agosto, en cinco días, en la que Evo, su vicepresidente y ocho prefectos (gobernadores) pondrán en juego sus cargos. Todas las encuestas aseguran que las urnas ratificarán a Evo y a sus principales opositores, por lo que el veredicto del domingo no cambiará en nada, por lo menos en lo esencial, la actual situación política, signada por la existencia de dos gobiernos en paralelo, el de Morales que gobierna en el altiplano y el de la oligarquía en el oriente y los valles.
Morales quiere ganar el referéndum para negociar un gran acuerdo nacional con la oligarquía, en tanto que ésta no quiere saber nada del "indio presidente". En medio de ellos, la COB y los sindicatos más radicales quieren que Evo abandone su política de concertación con la oligarquía y, por el contrario, atienda las demandas populares orientadas a quebrar el poder económico de la burguesía.
EL OLVIDO PRESIDENCIAL
Por ello, las críticas gubernamentales contra la COB y los mineros en sentido de que su lucha estaría al servicio de la derecha fueron rechazadas de plano por los trabajadores de base.
Así, los mineros de Huanuni, la vanguardia revolucionaria del pueblo boliviano, rechazaron vehementemente las acusaciones del presidente Evo Morales y condenaron su "olvido" del sacrificio y lucha de los trabajadores que lo llevaron al gobierno.
"Rechazamos las afirmaciones del Gobierno que acusa de a los trabajadores bolivianos de servir a la derecha y al imperialismo. Evo Morales debe recordar que la COB, la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) y todas las organizaciones matrices encabezaron las luchas que derivaron en las elecciones de diciembre del 2005", dijo la asamblea minera celebrada este 2 de agosto en el centro minero de Huanuni.
Los mineros de Huanuni advirtieron que Morales "debe recordar que el gobierno actual tiene el compromiso y obligación de cumplir con la Agenda de 2003 – 2005, en donde se encuentra también como objetivo una nueva Ley de Pensiones".
La asamblea de los casi 5.000 mineros de Huanuni del pasado sábado acordó profundizar la lucha por la ley de pensiones y declararon la guerra a la oligarquía, que conspira a vista y paciencia del Gobierno de Morales.
"Condenamos y rechazamos las actitudes de los prefectos de la media luna y de los partidos neoliberales como UN, PODEMOS, MNR, NFR, MIR y otros que son los culpables de la situación de miseria en el país. Al igual que en el 2003 los mineros expulsaremos y aniquilaremos a esos sirvientes de las trasnacionales y latifundistas de persistir su tarea conspirativa", señala el pronunciamiento de los proletarios del subsuelo.
LA VOZ DE LA ASAMBLEA DE HUANUNI
Las resoluciones de la Asamblea General de Emergencia de Huanuni señalan textualmente lo siguiente:
1.- Ratificación de la Huelga General Indefinida declarada por los trabajadores mineros de Huanuni en cumplimiento de las determinaciones de la COB y FSTMB exigiendo la aprobación del Proyecto de Ley de Pensiones presentado por la COB y aprobada en el congreso de la Seguridad Social realizada el pasado año.
2.- Movilización de los cinco mil trabajadores para exigir de parte del gobierno, Parlamento y las instancias del Estado la aprobación inmediata al Proyecto de Ley de Pensiones de la COB, abrogando la maldita Ley 1732, elaborado por los gobiernos neoliberales.
3.- Por las condiciones de trabajo del sector minero y por ser generadora de recursos a lo largo de la Historia del país el sector minero debe jubilarse a los 50 años de edad.
4.- Condenar y rechazar las actitudes de los prefectos de la media luna y de los partidos neoliberales como UN, PODEMOS, MNR, NFR, MIR y otros que son los culpables de la situación de miseria en el país. Al igual que en el 2003 los mineros expulsaremos y aniquilaremos a esos sirvientes de las trasnacionales y latifundistas de persistir su tarea conspirativa.
5.- Rechazar las afirmaciones del gobierno que acusa a los trabajadores bolivianos de servir a la derecha y al Imperialismo. Evo Morales debe recordar que la COB, FSTMB y todas las organizaciones matrices encabezaron las luchas que derivaron en las elecciones de diciembre del 2005. Asimismo debe recordar que el gobierno actual tiene el compromiso y obligación de cumplir con la Agenda de 2003 – 2005, en donde se encuentra también como objetivo una nueva Ley de Pensiones.
6.- Finalmente rechazar las tendenciosas afirmaciones del empresariado privado que junto al Gobierno califica de confiscadora al Proyecto de Ley de Pensiones de la COB. La que confisca los aportes individuales de los trabajadores es esta actual Ley 1732 que impide la jubilación de miles de trabajadores o jubila con míseras rentas, todo para favorecer a las AFPs que despilfarran nuestros recursos invirtiendo en dólares en empresas y banca extranjera sin tomar en cuenta la caída estrepitosa de la moneda norteamericana. Los que rechazan al Proyecto de Pensiones de la COB son los mismos que impusieron la maldita 1732 y se encuentran en el propio gobierno, el empresariado privado y la prensa neoliberal".
Rosinha y el argentino Carlos Chacho Alvarez, presidente de la Comisión de Representantes del Mercosur, encabezan el grupo de veedores regionales al referendo revocatorio de mandatos del presidente Evo Morales y ocho de nueve prefectos (gobernadores).
El congresista sostuvo que "conociendo la historia de la relación de Estados Unidos con América Latina, cuando leemos la bibliografía que hay sobre el tema, no tenemos dudas de que Estados Unidos puede querer tener injerencia en los asuntos internos de Bolivia".
"Cuando el presidente Evo denuncia que hay injerencia del embajador norteamericano", Philip Goldberg, "no tengo dudas de que dice la verdad" observó Rosinha, del Partido de los Trabajadores, al que pertenece el presidente Luiz Lula da Silva.
Lula y los demás gobernantes del Mercosur "dieron un aval a la estabilidad institucional" en Bolivia durante la cumbre del bloque, el primero de julio en Tucumán, noroeste argentino, recordó el congresista.
Consultado si esa postura de Lula da Silva está denotando "parcialidad" a favor de Evo Morales, Rosinha respondió que "no puede ser vista como parcialidad la preocupación del presidente a favor de la democracia en Bolivia".
"Los presidentes del Mercosur y el Parlasur están dando una señal por las instituciones y en contra del separatismo", explicó.
Hay grupos opositores que "están buscando el separatismo a cualquier precio y eso no será aceptado en el Parlasur", dijo el titular de ese organismo.
En el legislativo del bloque "hay representantes de todos los grupos políticos y hay opiniones distintas sobre Evo Morales, pero llegamos a un consenso en no dar margen al separatismo". El asesor presidencial brasileño Marco Aurelio García fue criticado por la oposición boliviana, que lo acusó de actuar a favor de Morales.
El diputado Rosinha comentó al respecto que los grupos opositores de Santa Cruz de la Sierra, sureste boliviano, critican a García porque "no se animan a criticar a Lula, que tiene alta popularidad en América Latina".
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