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Las polémicas inversiones del Santander |
Un informe realizado en Holanda detalla los vínculos financieros “controvertidos” del banco. Desde empresas de armamento a presas hidroeléctricas, pasando por compañías mineras contaminantes. Repasamos algunos de los clientes del Banco Santander.
El 14 de julio, el mismo día que la inmobiliaria Martinsa-Fadesa anunciaba la convocatoria de acreedores, el Banco Santander festejaba la compra del banco británico Alliance & Leicester. La crisis no parece haber afectado al primer banco de la UE, que cumplía el año pasado 150 años de vida. El pragmatismo del Grupo –que le llevó a vender todos los edificios de su ciudad financiera el 13 de junio de 2007, apenas un mes después de que la inmobiliaria Astroc mostrara los primeros signos del fin de la burbuja– se mantiene intacto desde sus inicios. Fueron 72 hombres de negocios de Santander los que crearon el banco en 1857, concebido en un principio como una entidad para apoyar sus operaciones comerciales con las colonias de ultramar.
El mismo pragmatismo que les permitió recuperarse de la pérdida de las colonias y convertir a la familia Botín a partir de los ‘50 en uno de los soportes financieros del régimen. La misma filosofía de “devorar antes de que te devoren”, formulada por el propio Emilio Botín, lo llevó a convertirse en 20 años en el primer banco español y en el primero de América Latina. En un curioso homenaje a los orígenes del banco, el equivalente latinoamericano a la Liga de Campeones ha pasado a llamarse en 2008 Copa Santander Libertadores, con Pelé como embajador del banco.
¿Financiación neutral?
El pragmatismo del banco se plasma también en su cartera de clientes. Los bancos “niegan la realidad” al pretender que la financiación “es una actividad neutral”, decía el 28 de febrero Christophe Scheire, investigador de la ONG belga Netwerk. Según el informe presentado, el Santander, junto con el BBVA, es uno de los bancos que financian empresas armamentísticas que producen bombas de racimo. Pese a las declaraciones del Santander en las que presume de incorporar criterios sociales y ambientales en sus actividades, la realidad no parece confirmarlo. O por lo menos así lo refleja el informe Banco Santander, vínculos financieros con empresas y proyectos controvertidos en el mundo, que la organización Setem encargó a los investigadores Michiel van Dijk y Bart Slob, del Centro de Investigaciones de Multinacionales, de Holanda. “En su informe anual no se han encontrado datos de que haya un sistema integral de evaluación de sus impactos al medioambiente o a la comunidad donde opera”, dice el informe. Recogemos las actividades de algunos de los clientes del Banco Santander.
CLIENTES ‘CONTROVERTIDOS’ DEL BANCO SANTANDER
Por Michiel van Dijk y Bart Slob (SOMO)
Tractebel : energía a toda costa
Esta empresa energética tiene entre sus proyectos más polémicos 13 plantas hidroeléctricas y termoeléctricas. Como consecuencia de la construcción de la presa de Cana Brava (Brásil), financiada con 160 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el río Tocantis inundó en abril de 2002 la reserva de la comunidad indígena Avás-Canoeiros, a pesar de que los estudios previos descartaban esta posibilidad. Sólo 300 de las mil familias afectadas recibieron algún tipo de compensación. Dos años más tarde, una investigación comprobó que el BID había incumplido sus propias políticas sociales y ambientales en este caso. En 2005, más de 200 personas ocuparon la sede del BID en Brasil. Algunos antiguos residentes del área recibieron compensaciones de 20 euros por abandonar la zona. Otro caso que implica a Tractebel es el proyecto para extraer y transportar el gas de Camisea en Perú. Desde su inauguración en 2004, el gasoducto construido ha sufrido cinco rupturas, con tres derrames graves. Entre las consecuencias : expulsiones, destrucción de fuentes de alimento y agua... En 2005, Tractebel Energía obtuvo un préstamo de 200 millones de dólares de ABN Amro, Santander y Unibanco.
Pemex y derrames de crudo
Petróleos Mexicanos (Pemex) es la empresa más grande de México. En 2005, los pescadores de la zona contigua a los pueblos Agua Dulce y Nanchital denunciaron derrames regulares de petróleo, responsabilidad de Pemex por el mal estado de los oleoductos. Las comunidades locales también se quejan de los vapores acres resultantes de los derrames, que provocan dolores de cabeza y náuseas. Cientos de familias tuvieron que ser evacuadas debido al peligroso nivel de toxicidad. En 2006, Pemex obtuvo un préstamo de 5.500 millones de dólares para refinanciar e incrementar un crédito anterior. La operación estaba coordinada por el Banco Santander y el BBVA, entre otros
Grupo Votorantim : presas y violaciones de derechos humanos
En junio de 2005, el Movimiento de Personas Afectadas por las Presas y la organización Tierra de Derechos denunciaron la violación de derechos humanos, sociales, económicos y ecológicos en la planta hidroeléctrica de Barra Grande (Brasil), propiedad, entre otros, del Grupo Votorantim. Afirmaban que la evaluación de impacto ambiental fue fraudulenta al no tener en cuenta, entre otros impactos, la inundación de 8.138 Ha. de bosques. Otra presa dependiente del Grupo Votorantim es la de Campos Novos también en Brasil. En junio de 2006, el colapso de uno de los túneles de desvío de agua de la presa provocó una gran inundación que no causó víctimas, pero las ONG argumentan que si el fallo hubiera ocurrido en época de lluvias, el resultado podría haber sido desastroso. La ONU inició una investigación sobre las violaciones a los DD HH en Campos Novos : la presa ha desplazado a 750 familias, sin que todas reciban compensación y cinco líderes del Movimiento fueron detenidos arbitrariamente antes de que pudieran iniciar una protesta. Otro proyecto controvertido es la filial maderera del Grupo Votorantim (la Votorantim Celusose e Papel, VCP) : en marzo de 2007, unos 500 trabajadores rurales realizaron tres protestas, organizadas por Vía Campesina, para denunciar la creación de un “desierto verde” en el sur de Brasil, al cubrir el área con eucaliptos y así reducir la biodiversidad. El Santander ha estado presente en la financiación tanto de VCP con la organización de un programa de recompra de nueve millones de acciones en 2007 como por préstamos directos al Grupo Vorantim en julio de 2006.
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Etiquetas: conocimiento, memoria, monopolios, multitud, politica, violencia.
Se refieren a Fernando Martín, presidente de la promotora Martinsa Fadesa. El concurso de acreedores de la compañía, que se ha convertido en el mayor de la historia de España (con un pasivo de 5.200 millones de euros), está en boca de todos los habitantes del pueblo porque representa el fin, de momento, de Vallfosca Mountain Resort.
Novecientas viviendas, ocho hoteles, un spa de 2.400 metros cuadrados, 2.200 plazas de aparcamiento subterráneas y un centro de convenciones alrededor de un campo de golf y treinta kilómetros de pistas de esquí. Éstas son las magnitudes del proyecto de Martinsa, en el que tenía previsto invertir 500 millones de euros.
Las vallas de alambre que rodean las casetas de obras de la promotora se han convertido en un nuevo atractivo de la zona, con turistas haciendo fotos incluidos. Muchos de los 792 vecinos de Torre de Cabdella (el municipio del que forma parte Espui, junto a dieciocho pueblos más) veían en el complejo de Martinsa la posibilidad de revitalizar el área.
Orígenes
Fadesa comenzó a desarrollar este proyecto hace tres años, cuando aún no había sido adquirida por Martinsa. La compañía gallega lo compró a la promotora catalana Interllacs 2000, que ya había conseguido una aprobación inicial del plan urbanístico por parte del Ayuntamiento de la Torre de Cabdella.
El consistorio recalificó los terrenos de rústicos a urbanizables a cambio de la construcción de la pista de esquí y el campo de golf, una decisión que provocó una fuerte oposición ecologista. El proyecto fue dividido en tres partes: un plan especial que regulaba la actividad en las montañas (las pistas de esquí) y dos planes parciales para las construcciones residenciales y hoteleras.
Hace cinco años, cuando el proyecto de Fadesa ya estaba aprobado, el Ayuntamiento cambió de color y el PSC relevó a CiU. Los socialistas (aunque cuatro de los cinco concejales del grupo son independientes) debieron enfrentarse a la presión ecologista, contraria a la construcción en el valle pirenaico. Para tratar de acallar las críticas, en agosto de 2006, el consistorio hizo firmar un novedoso convenio a la entonces Fadesa.
El convenio de los avales
“Se nos ocurrió por casualidad en un pleno del Ayuntamiento –explica Lluís Peroy, regidor de urbanismo de Torre de Cabdella–; nos quedamos sorprendidos de que accediesen”. El llamado convenio de los avales condicionaba la concesión de las licencias residenciales a la construcción de las pistas de esquí y el campo de golf. De este modo, la inmobiliaria no podía empezar a levantar pisos sin haber terminado antes las instalaciones deportivas.
Si la promotora quería alterar el orden de actuación, debía entregar al ayuntamiento un aval bancario por 58,27 millones de euros. “Imagina que Martinsa levanta todos los pisos y no hace las pistas de esquí, ¿qué hubiese hecho el pueblo? –dice Peroy–; con los 58 millones, nos asegurábamos tener dinero para construirlas nosotros”.
Fadesa aceptó el convenio en un momento en que pocos presagiaban que el frenazo del sector pudiese ser tan drástico. Cuando la compañía puso un pie en los terrenos para comenzar su gran proyecto (cuyo diseño debía correr a cargo del despacho de arquitectos Alonso Balaguer), el mercado ya mostraba signos de debilidad. La empresa prefirió acelerar las obras de las pistas de esquí y del golf a entregar los avales bancarios. Los cajones del Ayuntamiento acumulan las licencias de 144 viviendas que Martinsa no ha recogido.
Los alrededores de Espui están hoy desangelados. La hierba del golf está ya lista para ser estrenada, a falta sólo de que se coloquen las redes de protección. La pista de esquí acumula una inversión de 13 millones de euros y, según los cálculos del consistorio, está construida al 60%. En la montaña –donde el trazado de las pistas ya está realizado– se alzan dos de las torres del telecabina, mientras en el valle un grupo de obreros sigue trabajando en el edificio de llegada de los remontes.
La empresa anuncia en su página web que existen 99 viviendas en curso, pero Martinsa no ha puesto ni una sola piedra de los pisos del complejo. Sin embargo, durante los últimos años, la compañía ha comprado terrenos y casas a los habitantes de Espui, unos activos que se han convertido en 96 viviendas prácticamente terminadas y vendidas.
“Antes, treinta familias tenían terrenos y vivían del ganado, hoy ya sólo somos tres –explica un anciano de Espui–; muchos vendieron para comprarse una casa nueva”. Según el ayuntamiento, una decena de vecinos del valle se encuentra entre los damnificados por el concurso de la empresa. Los que no compraron rehabilitan ahora sus casas con la esperanza de poder alquilarlas cuando el complejo invernal esté terminado.
Consecuencias
El Ayuntamiento de Torre de Cabdella ha anunciado que estudia presentarse como acreedor de Martinsa por los gastos que deben hacerse en el cuidado del entorno. Fuentes del Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat de Cataluña han explicado que “hay intención de iniciar acciones jurídicas por los trabajos no terminados de corrección ambiental”.
Para la Vall Fosca, el impacto del concurso de Martinsa va más allá de las obras en las montañas. “El complejo iba a ser un revulsivo para el valle; mucha gente joven había vuelto confiando en él”, explica una vecina. La previsión pasaba por que las pistas de esquí recibiesen entre 3.000 y 4.000 personas al día, y que cada hotel generase 67 puestos de trabajo.
Además, las grúas de Martinsa no son las únicas que están paradas. Inmobiliarias como TR Corporación y Cofivall proyectaron promociones residenciales bajo la influencia de las pistas de esquí que ahora están frenadas. A finales de julio, el grupo austríaco Doppelmayr, especializado en transportes de personas por cable, retiró el material que tenía en las futuras pistas de Martinsa, a la espera de conocer el futuro de la promoción.
Las finanzas municipales no se resentirán por el parón de la construcción (la principal fuente de ingresos del valle son las cuatro centrales hidroeléctricas que aloja, que le reportan un millón de euros al año), pero en el Ayuntamiento ansían que un nuevo inversor vuelva a apostar por Vallfosca Mountain Resort.
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