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La crisis de EEUU según Greenspan |
Alan Greenspan normalmente adorna sus opiniones con advertencias y oraciones enrevesadas. Pero si se le pregunta por la respuesta del gobierno estadounidense a los problemas que enfrentan los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac, de su boca sólo sale una palabra: "Mala".
El ex presidente de la Reserva Federal, que durante años ha advertido que el modelo de negocios de Fannie y Freddie amenaza la estabilidad financiera nacional de la mayor economía del mundo, reconoce que un plan de rescate gubernamental para las GSE (siglas en inglés para las empresas respaldadas por el Gobierno) era ineludible. No sólo son imprescindibles en el alicaído mercado hipotecario actual, sino que la intervención de la Fed para salvar al banco de inversión Bear Stearns & Co. hizo "inevitable" que el gobierno respaldara también a Fannie y Freddie, apunta. "No hay un argumento creíble para rescatar a Bear Stearns y no a las GSE".
Su discrepancia es con el modelo por el que se optó para apuntalar a Fannie y Freddie. "Deberían haber disuelto a los accionistas, nacionalizado las instituciones con una legislación que prometiera su reconstitución (con el respaldo necesario de los contribuyentes para hacerlas financieramente viables) en unas cinco o 10 unidades individuales en manos privadas para luego subastarlas", dijo durante una entrevista esta semana.
En su lugar, el Congreso le concedió al secretario del Tesoro, Henry Paulson, la autoridad temporal para usar una cantidad ilimitada del dinero de los contribuyentes para prestárselo o invertir en las compañías. Ante la crítica de Greenspan, la vocera de Paulson, Michele Davis, dijo: "Esta legislación logró dos objetivos importantes: proporcionar confianza de forma inmediata a estas instituciones, que juegan un papel crucial a la hora de capear la corrección del mercado inmobiliario, e implementar a un nuevo regulador con la autoridad necesaria para tratar con el riesgo que crean las GSE".
Perfil alto
A los 82 años, Greenspan no ha perdido la astucia, y su fascinación por las vísceras de la economía continúa intacta. Mantiene un alto perfil, tanto para defender sus 19 años al frente de la Fed de las críticas —que aseguran que los problemas actuales son culpa suya—, como para promocionar su libro, La era de las turbulencias. Se espera que en septiembre llegue a las librerías de EE.UU. la versión de bolsillo, con un epílogo.
Durante una conversación en su despacho ovalado y luminoso en Washington D.C., Greenspan pronosticó que los precios de las viviendas en Estados Unidos empezarán a estabilizarse en el primer semestre del año entrante. También sugirió una nueva forma de apuntalar el mercado de bienes raíces: aumentar el número de compradores potenciales mediante una mayor admisión de inmigrantes capacitados.
El ex presidente de la Fed ha sostenido durante años que a Fannie y Freddie no debería permitírseles endeudarse a tasas bajas gracias a la garantía implícita del gobierno sobre su deuda ni tampoco financiar una enorme (y, en época de vacas gordas, rentable) cartera de valores respaldados por hipotecas. Su vulnerabilidad actual presenta la oportunidad para desmantelarlas, dice. "Éste era el momento ideal para llegar al fondo de lo que era un modelo imperfecto por naturaleza, que privatiza las ganancias y socializa las pérdidas. Eso se puede tolerar fiscalmente en pequeñas cantidades, pero cuando hablamos de billones (millones de millones) de dólares, no se puede", explicó.
Nacionalizar las compañías y luego venderlas en partes parece una opción radical. No está nada claro que el Congreso hubiera aceptado algo así incluso contando con el beneplácito del presidente Bush. La idea, sin embargo, ha sido planteada por otros expertos prominentes. "Si son demasiado grandes para fracasar, háganlas más pequeñas", dijo recientemente George Shultz, secretario del Tesoro durante la presidencia de Richard Nixon. Los críticos sostienen que el enfoque de Paulson, incluso si el gobierno no llega a gastar ni un centavo, afianza la gestión actual de Fannie y Freddie y permite que los accionistas cosechen los beneficios si las compañías capean la tormenta.
Fin del declive
El temor de que los mercados reaccionen en forma adversa si EE.UU. nacionaliza las compañías —y asume sus aproximadamente US$5 billones en deuda— carece de asidero, según Greenspan. "La ley que estipula que las GSE no están totalmente respaldadas por la confianza y el crédito del gobierno de EE.UU. es poco creíble. El mercado cree que la garantía del gobierno existe. Los extranjeros creen que la garantía está. El único cambio fiscal pasaría por que alguien modificara la contabilidad".
Un dedicado estudioso de los mercados inmobiliarios, Greenspan ha recopilado datos del gobierno y de fuentes del sector para predecir cuándo dejarán de caer los precios de las viviendas. Encima de su escritorio, sofá, mesa de centro y mesa de conferencias hay esparcidos montones de hojas de cálculo y coloridos gráficos sobre nuevas construcciones, embargos y tendencias de población.
Su conclusión: "Es probable que los precios de los bienes raíces en EE.UU. empiecen a estabilizarse durante el primer semestre de 2009". Advierte, sin embargo, que "los precios podrían seguir cayendo a lo largo de 2009 y más allá" mientras traza con los dedos una curva irregular sobre la mesa.
El fin en el declive de los precios inmobiliarios, explica, no preocupa sólo a los deudores hipotecarios sino que es "una condición necesaria para el fin de la actual crisis financiera global".
La predicción de Greenspan descansa sobre dos pilares. Uno es el número de casas unifamiliares vacantes en venta, tanto las recién construidas como las ya existentes en manos de inversionistas y prestamistas. Greenspan cree que el "exceso de existencias" (aproximadamente unas 800.000 unidades por encima de lo normal) disminuirá pronto. El otro pilar está compuesto por una comparación de los precios actuales de las viviendas con los pronósticos del gobierno sobre lo que costará alquilar una casa unifamiliar. Al igual que otros economistas, Greenspan trata esencialmente de calibrar cuándo es lógico poseer una casa y cuándo es lógico venderla, invertir el dinero en otra parte y alquilar una casa idéntica al lado. Además, ofreció otra sugerencia: "La iniciativa más efectiva, aunque políticamente difícil, pasaría por una gran expansión en las cuotas de inmigrantes cualificados".
La única manera sostenible de incrementar la demanda para las casas vacantes es estimular la formación de nuevos hogares. Admitir a más inmigrantes capacitados, los cuales tienden a ganar lo suficiente para comprar casas, lograría eso a la vez que aportaría otros dividendos a la economía. Según sus cálculos, el número de nuevos hogares en EE.UU. está creciendo actualmente a una tasa anual de 800.000, de los cuales un tercio corresponden a inmigrantes.

Etiquetas: conocimiento, inteligencia, monopolios, multitud, politica.
El miércoles Wall Street se tiñó de rojo en una jornada marcada por la caída en bolsa de los bancos, tras los malos resultados empresariales publicados.
Por un lado, los "inversores" recibieron con preocupación la noticia de que el banco suizo UBS perdió unos 221 millones de euros (327 millones de dólares) en el segundo trimestre de 2008, como consecuencia directa de sus importantes inversiones en el sector de créditos de alto riesgo en Estados Unidos.
En consecuencia, el índice Dow Jones de Industriales, el más importante de Wall Street, bajó 107.55 puntos (-0.92%) y se situó en 11.534.92 unidades.
El mercado Nasdaq, donde cotizan numerosas empresas de tecnología e informática, perdió 1.99 puntos (-0.08%), hasta las 2.428.62 unidades.
También las bolsas europeas cerraron operaciones con pérdidas debido a nuevas preocupaciones por el impacto de la crisis del crédito.
En este entorno, el índice británico FTSE 100 retrocedió 1.6 por ciento y queda en las 5.448.6 unidades, mientras que el índice francés CAC-40 declinó 2.6 por ciento para ubicarse en las 4.403.0 unidades.
En tanto, el índice alemán DAX cerró con un retroceso de 2.5 por ciento y cierra en las 6 mil 422.2 unidades.
El índice español IBEX-35 cerró en baja del 2.5 por ciento en las 11.695.4 unidades, mientras que el índice general de la Bolsa de Madrid descendió 2.45 por ciento en las mil 259.44 unidades.
Detrás de los números rojos en los mercados bursátiles se esconde el miedo a que la crisis crediticia siga generando pérdidas en las cuentas de los bancos, afirman analistas de Wall Street.
Este jueves Wall Street abrió con descensos presionado por los datos que mostraron un incremento de la inflación mayor del esperado en julio, así como por la debilidad del mercado laboral, lo que contrarrestó el panorama de ganancias corporativas.
A las 13:57 GMT, el promedio industrial Dow Jones bajaba un 0,55 por ciento, a 11.465,93 unidades, mientras que el más amplio Standard & Poor's 500 se depreciaba un 0,58 por ciento, a 1.278,42 puntos.
Por su parte, el selectivo tecnológico Nasdaq Composite retrocedía un 0,20 por ciento, a 2.424,34 unidades.
También este jueves las bolsas europeas arrancaron con perdidas y se desplomó la bolsa de Japón.
El índiceNikkei perdió 66,25 puntos, un 0,51 por ciento, y el Topix, más amplio, cedió 7,55 puntos, un 0,61%.
El Nikkei de la Bolsa de Tokio cayó el jueves por debajo de los 13.000 puntos, por primera vez en una semana, debido a las fuertes ventas de títulos del sector inmobiliario.
En el mercado de divisas, el dólar seguía subiendo y se cotizaba a las 03:00 GMT a 109,45-50 yenes, por encima de los 108,76-77 yenes al cierre del miércoles.
El euro se cambiaba a 1,4880-85 dólares, por debajo de los 1,4936-37 dólares del miércoles, y a 162,90-95 yenes, por encima de los 162,45-49 yenes de la víspera.
Petróleo en ascenso
Por su parte el petróleo retomó este jueves la racha alcista iniciada la jornada anterior superando los US$ 117 por barril y extendiendo las ganancias de la sesión previa, disparadas por una caída mayor a la esperada en los inventarios de Estados Unidos e interrupciones en el suministro desde el Caspio.
El crudo estadounidense subía 35 centavos, a US$ 116,36 el barril, tras ganar 3 dólares el miércoles y luego de haber alcanzado un pico de 117,42 dólares en la sesión. El crudo Brent de Londres subía 28 centavos, a 113,75 dólares.
Los precios del petróleo subieron el miércoles luego de que los datos del Gobierno estadounidense mostraron que los inventarios de crudo en el principal consumidor mundial de energía perdieron 400.000 barriles la semana pasada, mientras que los de gasolina cayeron 6,4 millones de barriles.
La caída en los inventarios de gasolina fue mayor a lo esperado por analistas, que calculaban un descenso de 2,1 millones de barriles.
Las interrupciones a las exportaciones energéticas provenientes de la región del Caspio también apuntalaban los precios, mientras las potencias occidentales trataban de sumar apoyo a un débil cese del fuego entre las tropas rusas y georgianas en la separatista Osetia del Sur.
El precio está lejos de su máximo histórico a US$147,27 alcanzado a mediados de julio, pero la "volatilidad" de los mercados no permite predecir si el crudo va camino a recuperar esos valores.
EEUU: "Un año difícil"
"Desaceleración del consumo y las exportaciones augura un fin de año difícil para EEUU", titulaba The Wall Street Journal el lunes.
La economía estadounidense, afectada por el enfriamiento del consumo y el debilitamiento de la economía global, se dirige hacia un final de año poco placentero, señala el diario.
El patrón de crecimiento que está emergiendo este año -una primera mitad mediocre seguida de una segunda mitad aún más débil- es el opuesto a lo que buena parte de los analistas habían dicho hace algunos meses, afirma el Journal. "Ahora creemos que la debilidad económica en EEUU probablemente empeorará", dijo el presidente ejecutivo de American Express Co., Kenneth Chenault citado por el diario.
Además, según la agencia Bloomberg, el beneficio de las compañías estadounidenses podría registrar en el segundo trimestre el mayor descenso de la última década por las elevadas pérdidas que tuvieron los bancos de inversión.
Según un sondeo de esta agencia, entre 291 empresas que cotizan en el S&P500, las ganancias se redujeron un 24% respecto al año anterior, la mayor caída desde el segundo trimestre de 1998 y muy encima del 11% previsto por los analistas.
Para The Wall Street Journal, las familias estadounidenses están sufriendo ante despidos masivos, salarios estancados, la reducción en el valor de sus casas y menos acceso al crédito.
El programa de estímulo económico del gobierno, que tenía la intención de darles a los estadounidenses una inyección de dinero a mitad de año, parece no haber podido evitar una recesión, afirma el diario.
Los pagos coincidieron con un alza del precio de la gasolina, por lo que una parte de los cheques fue absorbida por los surtidores de las estaciones de servicios. Hasta ahora, casi todo el dinero parece haber ido a ahorros y al pago de deudas, más que al consumo.
Las ventas minoristas de julio en EE.UU. fueron menores a las esperadas en muchas cadenas de tiendas, una señal de que el aumento en las ventas de mayo y junio, impulsadas por el programa de estímulo, se está evaporando, añade el Journal.
El mes pasado, la encuesta de condiciones económicas regionales llevada a cabo por la Reserva Federal, el banco central de EE.UU., encontró que productores de todo el país estaban preocupados por el debilitamiento de la demanda externa.
Sumando más escepticismo, el presidente del banco de la Reserva Federal de Dallas, Richard Fisher, dijo el martes que el crecimiento de la economía de Estados Unidos se encamina a una prolongada desaceleración y podría reducirse este año.
"Creo que en el segundo semestre de este año veremos un crecimiento cero", dijo Fisher en una entrevista con el diario Dallas Morning News. El panorama es de "un periodo sostenido de crecimiento anémico", agregó.
Fisher dijo que una clave de la debilidad de la economía era que los prestamistas se habían vuelto cautelosos sobre la disponibilidad crediticia tras la crisis hipotecaria subprime, señalando que la actual contracción crediticia era más aguda que la que había seguido a la crisis de ahorro y préstamo a comienzos de la década de 1990.
"Es más amplia. Es más profunda", dijo Fisher. "Atravesamos estos períodos de corrección. No es insalubre. Es la forma en que funciona el capitalismo", agregó.
La eurozona en "rojo"
Según el Banco Central Europeo, el PIB (producto interno bruto) de la eurozona, cae por primera vez en su historia
El Banco Central Europeo (BCE) advirtió en su boletín mensual correspondiente a agosto, del notable debilitamiento del crecimiento a mediados de año en los países de la moneda única.
El retroceso de la economía de la eurozona en el segundo trimestre del año, del 0,2%, es el primero que se registra desde la puesta en marcha de la Unión Económica y Monetaria, en 1999.
Según la información facilitada por Eurostat, el PIB de los países que comparten el euro no ha caído nunca desde 1995, el primer año para el que hay registros.
Hasta ahora, la peor evolución trimestral de la economía de la zona euro fue la del segundo trimestre de 2003, cuando la actividad no varió.
Según la entidad monetaria, ese debilitamiento refleja una desaceleración de la expansión económica a nivel global y los efectos de los elevados y volátiles precios del petróleo y los alimentos, así como una reacción técnica al fuerte crecimiento de los primeros meses del año.
Este deterioro de la economía europea, que va acompañado de un fuerte repunte de la inflación, alimenta el temor a la recesión -lo que sucedería en caso de que el PIB caiga dos trimestres seguidos-.
Las dos principales economías de la Unión Europea, Alemania y Francia, se contrajeron en el segundo trimestre un 0,5 y un 0,3 por ciento intertrimestral, respectivamente, según los datos facilitados por las autoridades de ambos países.
En Alemania, la caída, ajustada de los efectos de calendario, fue tres décimas inferior a la prevista por el mercado y se produce tras una expansión del 1,3 por ciento en el primer trimestre del año, de acuerdo con los datos provisionales facilitados por la oficina federal de estadística.
En Francia, la economía se contrajo en el segundo trimestre un 0,3 por ciento intertrimestral, según el Instituto Nacional de Estadística.
El IPC (índice de precios al consumo) del Reino Unido probablemente superará el 5% en su tasa interanual a finales de 2008, en un contexto de crecimiento nulo o incluso negativo
El IPC del Reino Unido probablemente superará el 5% en su tasa interanual a finales de 2008, lo que se sumará a una economía cuyo crecimiento será mínimo o incluso negativo, según el último balance trimestral Banco de Inglaterra.
En su informe, el Banco de Inglaterra prevé además que la tasa interanual de crecimiento del PIB del Reino Unido esté a finales de este año y comienzos del próximo en torno a cero, como consecuencia de un deterioro del mercado laboral (suma 1,67 millones de personas, un 5,4% de su población), un endurecimiento de las condiciones crediticias y una caída mayor de lo previsto en el mercado inmobiliario.
La economía de España, por su parte, sufrió una desaceleración en el segundo trimestre del año al registrar un alza intertrimestral del 0,1 por ciento, dos décimas menos que en los tres primeros meses, lo que sitúa el crecimiento interanual en el 1,8 por ciento, nueve décimas menos que en el primer trimestre.
Según el indicador avanzado difundido esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la economía española ha disminuido su crecimiento como consecuencia de una menor contribución de la demanda nacional, parcialmente compensada por el sector exterior, que en este primer trimestre presenta una aportación positiva al crecimiento agregado.
Este dato confirma la opinión del Banco de España, que en su último boletín económico previó un frenazo del crecimiento intertrimestral hasta sólo el 0,1 por ciento, y una reducción del aumento interanual del PIB al 1,8 por ciento.
Con su triunfo en Osetia del Sur y la ocupación de Gori (Georgia), Rusia ha puesto en jaque al estratégico oleoducto BTC que abastece a Europa con los hidrocarburos del mar Caspio.
Nueve días antes de la demencial invasión de Georgia a Osetia del Sur –que llevó a las fulminantes represalias de Rusia–, M K Bhadrakumar (MKB), anterior diplomático indio con profundo conocimiento geopolítico del Cáucaso y Asia Central, había notificado el control por Rusia del gas de Turkmenistán y, quizá, del “mundo”.
El giro es dramático en el contexto del “gran juego” sobre la geopolítica de la seguridad energética del mar Caspio que nunca había ocurrido: “EU ha sufrido una inmensa derrota en la carrera por el gas del Caspio”.
Gazprom, principal gasera del mundo, concretó dos acuerdos mayúsculos con Turkmenistán: controlará las exportaciones de gas, y financiará y construirá sus instalaciones de transporte.
Se trata de una decisión geoestratégica de Rusia en materia gasera, a juicio de MKB.
El Kremlin no piensa realizar negocios revendiendo el gas de Turkmenistán, una potencia gasera centroasiática que colinda con la parte oriental del mar Caspio, que obtiene suculentos ingresos. Ahora Gazprom “tendrá que conceder términos similares a Kazajstán y Uzbekistán, las otras dos potencias gaseras en Asia Central. Es mucho más que dinero: “una gran estrategia del Kremlin”.
China Daily, citado por MKB, constata un “giro de la política energética de Rusia” que “podría voltear sus ojos de los países occidentales a la región de Asia-Pacífico”.
El rotativo gubernamental chino aduce en tono olímpico la colindancia geográfica y la sinergia sino-rusa “bajo un paraguas seguro (¡súper sic!)” cuando sus “relaciones se encuentran en el mejor momento”.
En fechas recientes, China había firmado un relevante acuerdo con Turkmenistán para obtener 30 mil millones de metros cúbicos de gas cada año durante un periodo de 30 años. Al unísono, China ha dado inicio a la construcción de un gasoducto que conectará a Turkmenistán con la provincia china de Xinjiang.
Como si todo estuviese perfectamente sincronizado, los acuerdos firmados en Ashkabat (la capital turkmena) con Rusia “colocan a Gazprom en el asiento conductor para manejar todas (sic) las exportaciones de gas de Turkmenistán, incluidas las dirigidas a China”, comenta MKB, quien agrega que “Moscú estará atento en asegurar que los intereses de Rusia y China sean armonizados en Asia Central”.
MKB destaca que el gigante Gazprom ha adquirido una “nueva estatura” como “el único comprador del gas turkmeno lo que refuerza las manos de Rusia en poner el precio en el mercado del gas (y del petróleo) del mundo”.
Quizá suene un tanto exagerado que Rusia sola determine el precio en el mercado de los hidrocarburos. En el mundo del gas, un mercado más oligopólico que el del petróleo, sin duda el peso de Rusia es determinante, pero existen otros actores nada despreciables como Irán, Qatar, Argelia y Libia.
De allí la idea de concretar el famoso cartel del gas, similar a la OPEP (idea que propusimos, dicho sea con humildad de rigor, en nuestro libro Los once frentes antes y después del 11 de septiembre: una guerra multidimensional, Ed. Cadmo & Europa, 2003) y que valoró el flamante presidente Medvedev durante la reciente visita del presidente venezolano Hugo Chávez a Moscú.
El rotativo ruso Nezavisimaya Gazeta (citado por MKB) consideró “muy tentadora” la idea de implantar el cartel del gas con el fin de coordinar su producción y su política de precios”, que impondría el “balance global del gas”. El gas todavía no alcanza los vuelos del petróleo, pero no se encuentra nada lejano el día que desplace al petróleo por ser más barato y menos contaminante. EU y la Unión Europea (UE) han manifestado estruendosamente su oposición a un cartel del gas.
En fechas recientes, se han notado fisuras notables en la política gasera de la UE: la compra de gas iraní por Austria en medio de la alharaca de las sanciones que desea imponer el régimen torturador bushiano al régimen de los ayatolas, sin contar el acuerdo que concretó Suiza (que no es miembro de la UE) con Irán.
MKB exulta y exalta el acuerdo de Rusia con Turkmenistán, lo que consolida su “control sobre las exportaciones gaseras de Asia Central” y que ha ido tan lejos hasta desear adquirir la producción gasera de Azerbaiyán (aliado de EU, Gran Bretaña e Israel) “a precios europeos”, es decir, muy elevados.
Se trata de sacar a Azerbayán de la órbita israelí-anglosajona.
A juicio de MKB, las “implicaciones totales de los movimientos rusos son muy serias para la campaña de EU y la UE de poner en marcha el proyecto del gasoducto NABUCCO”, que va desde Turquía hasta Austria, pasando por Bulgaria, Rumania y Hungría, y que colecta el gas de Turkmenistán y Azerbaiyán mediante un gasoducto que atraviesa el mar Caspio para luego vincularse al célebre oleoducto BTC.
Después de la guerra de Rusia y Georgia (aliada a EU, Gran Bretaña e Israel) por el alma del Cáucaso, ¿dónde quedarán el oleoducto BTC y el proyecto NABUCCO? ¿Por cuánto tiempo podrá el régimen torturador bushiano mantener a Irán fuera del mercado gasero mundial?
Con el control del gas turkmeno por Rusia, el proyecto NABUCCO ha quedado en el aire y dependerá del abastecimiento de Irán: idea en la que trabaja la mediación de Turquía, que busca un acuerdo de EU y la UE con el régimen de los ayatolas, hasta hace poco impensable, pero nada improbable. Es evidente que EU y la UE intentarán amarrar las navajas entre Rusia e Irán, primera y segunda potencias gaseras del planeta respectivamente.
MKB concluye que mientras se perfila el cartel del gas, “Rusia se ha colocado en la posición para influir el precio del gas en el mercado global”, cuyas “implicaciones geopolíticas para EU serán profundas”.
Mientras adviene el fin del gas barato, Rusia se ha posicionado como el primer abastecedor de gas a Europa. Si la dupla anglosajona controló el petróleo durante el siglo XX, la primera mitad del siglo XXI podrá ser el periodo del dominio del gas global por Rusia.
Sólo la inflación ha dado cierto respiro a la Europa Monetaria (UEM), al permanecer en el 4% en julio, por debajo de lo inicialmente previsto, aunque todavía significativamente por encima del límite del 2% establecido por el BCE para conseguir la estabilidad de precios, una estabilidad que se ha visto seriamente dañada por el fuerte repunte de los precios de los alimentos -6,7% en julio- y de la energía -17,1%-.
Así, los precios del crudo –aunque han caído un 10% desde que fijaran máximos históricos en 147,27 dólares en julio- se encuentran un 60% por encima de las cifras de hace un año. El encarecimiento del ‘oro negro’ ha tenido un efecto muy negativo en el bolsillo de los consumidores y está siendo devastador sobre los resultados de algunas compañías, como las aerolíneas. Ryanair, la mayor low cost de Europa, sin ir más lejos, aseguraba el mes pasado que podría presentar sus primeras pérdidas anuales desde que salió a bolsa en 1997 debido a los elevados precios de los carburantes.
Tampoco el euro está ayudando a las economías de la UEM. La moneda única alcanzó su máximo histórico el 15 de julio al tocar los 1,6038 dólares. La fortaleza de la divisa comunitaria está pasando factura a las exportaciones del Viejo Continente.
Contracción económica en Alemania y Francia; frenazo en España
Por países, el panorama económico es desalentador. En Alemania, el PIB ha caído un 0,5% durante el segundo trimestre, su primer descenso en cuatro años, hasta situar la tasa interanual en el 3,1%. Con estos datos en la mano, la oficina federal se ha visto obligada a revisar sus estimaciones de crecimiento del primer trimestre, reduciéndolas al 1,3% desde el 1,5% anteriormente anunciado. Tampoco invitan al optimismo los datos publicados esta semana sobre Francia. La economía gala experimentó un descenso de un 0,3% entre abril y junio frente al crecimiento previsto del 0,2%. En Italia, por su parte, ya se habla de estanflación. Su PIB tiene crecimiento cero y la inflación sube al 4,1%.
También pintan bastos en Holanda, donde la economía se ha estancado, o en España, con el crecimiento económico más bajo desde la recesión de 1993 y con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria como principal causante de este fuerte parón. Tampoco ayuda la inflación, que se encuentra en máximos de 16 años y que alcanzó en julio el 5,3% interanual, ni la producción industrial, que ha registrado en junio la mayor caída en quince años.
A EEUU y Reino Unido no les va mejor
El frenazo económico no se restringe a la Unión Monetaria. Otros países europeos, como Reino Unido, tampoco atraviesan por su mejor momento. El Gobierno se ha visto obligado esta semana a revisar a la baja sus previsiones de crecimiento económico ante el mayor aumento del desempleo registrado en el país en casi 16 años. Incluso el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, ha llegado a hablar de la “posibilidad de un trimestre o dos de crecimiento negativo”. Fuera del Viejo Continente, las cifras de Estados Unidos tampoco invitan al optimismo.
Al otro lado del Atlántico, los precios se han disparado en julio un 0,8% respecto a junio, el doble de lo previsto, y situando la tasa interanual en el 5,6%, su nivel más alto desde enero de 1991. Además, el Gobierno espera un crecimiento medio anual del 0,7% entre julio y diciembre, la mitad que en la primera mitad del año.
Las cifras no invitan al optimismo y así lo reflejan economistas. Los primeros aseguran que “no se puede hablar de aterrizaje suave de la economía de la eurozona”, o “la verdadera desaceleración sólo acaba de comenzar y lo peor está aún por llegar”. Dentro de la Unión Europea, por el contrario, optan por la prudencia y aunque reconocen que “existen riesgos a la baja sobre el crecimiento” y aseguran que hablar de recesión es exagerado, según la portavoz comunitaria de Asuntos Económicos y Monetarios, Amelia Torres. Por su parte, varios expertos consultados por el BCE prevén una inflación mayor este año, así como un menor crecimiento económico para 2009.
La política se ha movido con poca eficacia entre estos dos frentes en el último año. Un día, todas las miradas se centran en el eventual colapso de Fannie Mae y Freddie Mac, y al día siguiente nos preocupamos por las perspectivas de un petróleo a 200 dólares el barril. Es hora de diseñar un programa para promover la recuperación económica global luchando por el futuro de la economía en ambos frentes.
Hace aproximadamente seis meses, la administración Bush y el Congreso aprobaron un plan para facilitar 200.000 millones de dólares (126.000 millones de euros) como estímulo económico destinado a los consumidores. Pero es probable que esto diste de provocar un giro. Se cree que los demócratas están sopesando un paquete de devoluciones fiscales, gasto y distribución de los ingresos en línea con lo sugerido más abajo. Bueno, deberían hacerlo –tenemos que considerar un programa más general financiado por el gobierno que ponga más énfasis en las inversiones a largo plazo–.
Si el gobierno quiere estimular la economía, debería comenzar ampliando las inversiones. Los senadores Christopher Dodd y Chuck Hagel han presentado un proyecto de ley para la creación de un banco con infraestructura nacional, que proporcionaría asistencia al Estado y a los gobiernos locales para aumentar la inversión en infraestructuras. Con una base inicial de capital de 60.000 millones de dólares y la capacidad de asegurar a los bonos del estado y a los gobiernos locales, ofrecer subvenciones especializadas y concretas y emitir sus propios bonos a entre 30 y 50 años, el banco podría proporcionar con facilidad otros 250.000 dólares de capital para invertir en infraestructuras locales durante cinco años.
Al mismo tiempo, el gobierno federal podría iniciar un programa de distribución de ingresos por valor de otros 250.000 millones de dólares para que el Estado y los gobiernos locales mantengan el nivel de los servicios. Otra opción podría ser la de destinar parte de esta suma a financiar una tregua fiscal parcial a la Seguridad Social para la patronal, con el objetivo de mantener la creación de empleo.
En el frente financiero, La propuesta del Tesoro para rescatar a Fannie Mae y a Freddie Mac es un buen comienzo. Pero tenemos que estar preparados para dar nuevos pasos en caso de ser necesario. Una opción sería la de determinar condiciones sobre las que el Tesoro crearía certificados que se cambiarían por activos hipotecarios hasta un porcentaje predeterminado, junto con un calendario para devolver de nuevo estos certificados. Esto proporcionaría a los bancos un respiro mientras se estabilizase el mercado inmobiliario.
La omnipresente falta de confianza en nuestra economía y nuestro gobierno es una amenaza tan seria como un deterioro de los balances de nuestro sector financiero. Además, un sistema financiero estable es tan importante para el crecimiento económico como cualquier estímulo fiscal, de igual modo que la confianza en la demanda global es igual de relevante para el sistema financiero como la integridad de los balances. Pero deberíamos aprender de nuestros errores. La revocación del Acta Glass-Steagall, junto con el dinero barato y la tolerancia de riesgos cada vez mayores, llevaron a esta situación. El uso desenfrenado de la venta a corto plazo puede destruir valor y ser contraria al crecimiento y la inversión. La especulación puede influir en la subida de los precios de las materias primas y, en ese caso, se corre el riego de sufrir más daños si estalla la burbuja de las materias primas.
Las elecciones presidenciales no deberían hacer que dejemos de afrontar estos problemas. Habría que considerar un convincente programa bipartidista de estímulos fiscales, de restauración financiera y de control de reguladores. Un programa así podría ayudarnos a evitar la peor recesión en casi 30 años.
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